Cómo es que el mundo se fue al carajo: Zona Norte - 03
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- 03 - Capítulo 1 "Creemos que es a causa de una nueva droga"
Exterior-Departamento de Ricardo-Mañana temprano-Domingo 26/5/2019.
{Todo normal y tranquilo, un perro ladra a lo lejos. Una mañana común y corriente en el barrio Villa La Cárcova.}
Interior-Cuarto de Ricardo-Mañana temprano.
{Suena la alarma del celular. Ricardo agarra su celular, un J1 Ace con funda azul opaco, y apaga la alarma, en silencio mira la mancha de humedad en una de las paredes del cuarto. Se abre la puerta de su cuarto, su madre asoma la cabeza.}
Gladys: -Ricardo, Ricardo son las seis y media, me voy a la parada. –
{Ricardo se levanta rápidamente.}
Ricardo: -Te acompaño, me calzo y vamos. –
-No, no hace falta, quédate. –
-Sí y así esperas sola el colectivo. – {Terminando de ponerse el jean y agarrando las zapatillas negras que están debajo de la cama.}
-A esta hora ya hay gente en la parada. –
{Ya calzado, Ricardo se pone de pie y agarra una campera, azul claro, del placard.} -Bueno, vamos. –
-Quédate te digo, descansa del trabajo de ayer. Yo no te obligué nunca a que me acompañes. –
-Te acompaño porque quiero, no como obligación. –
Interior-Departamento, Comedor/cocina-Mañana temprano.
{Ambos caminan hasta la puerta de entrada. Gladys, vestida con una calza gris, una campera negra y unas zapatillas grises. Mete la llave en la cerradura y abre la puerta.}
Exterior-Puerta del departamento-Mañana temprano.
{Van bajando por la escalera.}
– ¿Y si me voy a ver con un novio a la parada? –
-Por favor, mujer, si vas a andar con un novio fíjate que al menos tenga una bicicleta para llevarte al trabajo. –
{Caminan hacia el portoncito metálico de la vereda}
-Ah, claro así vos te podés quedar acostado, vago atorrante. –
-O lo mandas a él a trabajar y vos te quedas conmigo. – {Ricardo abre el portoncito y pasan ambos.}
Exterior-Vereda del departamento-Mañana temprano.
{Cierran el portoncito y van caminando por la calle hasta la parada del colectivo. La calle es de tierra, hay basura tirada en las veredas.}
Gladys: -Y… según vos, ¿En qué tendría que trabajar? –
-No sé, mientras que cobre un sueldo todos los meses. –
-Osea que da lo mismo cómo sea mientras que consiga plata. –
-Y sí, sino cómo piensa mantenerte y tratarte como te mereces. Si vas a hacer algo, que valga la pena el esfuerzo o ¿Me equivoco? –
-Voy a buscarme un mafioso que tenga casinos y hoteles, ¿Te parece? –
-Bueno, tampoco es para que te vayas a tal extremo, mientras que te dé techo, pan y te trate bien, no hay problema. –
-Y si tanto sabes del tema, ¿Por qué no te conseguís una vieja con plata y que nos mantenga? –
-Lo pensé, pero ¿Dónde voy a encontrar una dispuesta a pagar por este semental? –
{Gladys le da una rápida, pero suave palmada en la nuca.} -Mirá, vago atorrante, andá a laburar antes de hacer de gigoló. Ni siquiera te sabes lavar bien los calzones y querés novia. –
-¿Quién habló de novia? Yo solo quiero una señora que me pague por ayudarla en cualquier cosa que necesite, Un mayordomo. –
-Ah, mirá si se te insinúa, ¿Qué haces ahí? –
-Y bueno, primero vemos la cartera, si llega al precio, vamos para adelante. Todo sea por comprarte una linda casa lejos de acá. {A 50 metros se alcanza a ver la parada del colectivo.}
Exterior-Calles del barrio-Mañana temprano.
-Ah, sí esa es la excusa de todos: «Lo hice por mi mamá». Si quiere algo trabaje para conseguirlo. –
– ¿Te parece que no estaría trabajando? La acompaño a Dubái o a pasear por El Caribe. –
-Trabaje honradamente. ¿Vos pensás que al señor le gustan esas cosas? Mirá si te aparece allá en Dubái. –
{Llegan a la parada. Hay un hombre y una señora adelante.}
-Y si llego a conseguir que me lleven a Dubái es porque él lo permitió o ¿No? –
{El colectivo dobla en la esquina.}
-Con ese pensamiento no vas a ir al cielo. Ahí viene el colectivo, andá yendo para casa. –
-No, no, quiero asegurarme de que no tengas un novio por estos lados. – {El colectivo, casi vacío, frena y suben las personas.}
Gladys: -Por favor, tengo cosas más importantes que hacer… Chau nene. – {Sube al colectivo y mira hacia la vereda.}
{Ricardo la saluda con la mano derecha.}: -Nos vemos. –
{El colectivo se va alejando. Ricardo bosteza y retoma el camino a casa. En el trayecto va observando el barrio: basura por todos lados, autos estacionados sobre las veredas, casas de material y techo de chapa y pasillos entre algunas casas, que conectan con otras casas. De repente, en la vereda de enfrente, un joven sale de unos de estos pasillos. Encapuchado se acerca a Ricardo y mete su mano en el bolsillo del buzo.}
Ricardo: -Chechu, ¿Todo bien? –
Chechu: -To’ piola, compa. – {Sigue de largo, un perro ladra e intenta morderlo.} -Perro de mierda. –
Interior-Departamento, Comedor/cocina-Mañana temprano.
{Ricardo entra al departamento, coloca el pasador en la puerta y va al baño.}
Interior-Baño del departamento-Mañana temprano.
{Entra al baño, se baja el cierre y comienza a orinar. Con la mano derecha saca su celular, del bolsillo de la campera. Lo desbloquea, su fondo de pantalla es una foto de él con su mamá, desliza hacia abajo y ve las notificaciones: «Clima 17 grados parcialmente nublado». «IMPACTANTE: Padecía esquizofrenia y los policías lo mataron». «Tío Román subió un estado», abre esta última: es un video, lo abre, un mono pequeño, se roba una botella de cerveza de la mesa de un restaurante y se escapa con el botín.
Bloquea el celular, lo guarda y se sube el cierre. Se lava las manos, con jabón líquido del pote que hay sobre el lavamanos, las sacude un poco y se las seca con la campera.}
Interior-Departamento, Comedor/cocina-Mañana temprano.
{Sale bostezando del baño y se va a su cuarto, la puerta está abierta.}
Interior-Cuarto de Ricardo-Mañana temprano.
{Se lanza a la cama, el celular sale volando y cae al piso.} -Qué boludo. – {Bosteza nuevamente, cierra los ojos y se duerme.}
{Suena el celular, una notificación, Ricardo despierta, intenta agarrar el celular de la cajonera junto a la cama y segundos después recuerda que se le había caído. Se sienta en la cama apoyando los pies en el suelo, se estira y alcanza el celular, bostezando, lo desbloquea. Dos notificaciones, la anterior y una nueva: «CANÍBAL SUELTO», la abre y lo redirige a una página de noticias.
«CANÍBAL SUELTO: detienen a un hombre que estaba comiendo a otro a plena luz del día. Investigan si es un paciente que escapó de un hospital psiquiátrico. Imágenes impactantes vea el video aquí». Ricardo le da play al video, que está debajo, es el archivo de un noticiero.}
Interior-Estudio del noticiero-Mañana.
Conductora: -«Se estaba comiendo al linyera» dijo una de las testigos, vamos con el móvil en el lugar de los hechos. Pablo ¿Me escuchas? –
Exterior-Plaza-Mañana.
{Pablo, trajeado, está parado en medio de la Plaza sosteniendo un micrófono} -Sí, Graciela, te escucho. –
Conductora (en off): – ¿Qué podés contarnos? ¿Cómo está la situación? ¿Vieron algo los vecinos? –
-Efectivamente, los vecinos… –
Interior-Cuarto de Ricardo-Mañana.
Ricardo (decepcionado): -Qué cagada. – {Cierra la página y abre la 1ra notificación, esta lo lleva a un video en pausa, Ricardo le da play.}
Exterior-Algún lugar del país-Mañana.
{Video grabado desde un balcón a dos pisos de altura. La cámara hace zoom, enfocando a un policía que está apuntando, a un individuo que camina lento y de manera grotesca, como si lo hubiera arrollado un tren.}
Policía: – ¡Quieto! ¡Quédate quieto! –
{El hombre se da vuelta y muerde al aire varias veces. Otro policía entra en escena.}
Policía-2: -Tírate al piso y abrí las piernas. –
{El hombre aúlla cual animal y corre desenfrenado hacia el policía que le apunta, este le dispara dos veces, una en la pierna izquierda y otra en el pecho, el hombre cae al piso y empieza a revolcarse. El otro policía intenta socorrerlo y es mordido por el hombre en el antebrazo.}
Policía-2 (adolorido): – ¡Hijo de puta, me mordió! –
{Furioso por el dolor, patea al hombre en la cabeza. Este queda inmóvil en el suelo, a los pocos segundos muere.}
Voz femenina (en off): -Hijos de puta, lo mataron. –
{Termina el video. Ricardo va deslizando hacia abajo y se ven posteadas fotos de la mancha de sangre sobre el piso, una ambulancia en el lugar, de los paramédicos llevándose el cuerpo en la camilla, junto con la policía y cargándolo en la ambulancia. También, del policía mordido siendo atendido.
Ricardo sigue deslizando hasta llegar a la casilla de comentarios, donde la gente se manifiesta en contra de la policía y algunos hacían bromas. Ricardo ve la hora: 08:50 a. m. apoya el celular en la cajonera, se acurruca con las sábanas y cierra los ojos.}
Interior-Cuarto de Ricardo-Mañana.
{Vibra y suena el celular, Ricardo lo agarra (molesto): «Llamada entrante de «Mamá», sacándose una lagaña atiende.} – ¿Hola? –
Voz masculina (en off): -Buen día, ¿Hablo con Ricardo? –
{Ricardo rápidamente, se sienta en la cama.} (Sorprendido): – ¿Quién habla? –
– ¿Ricardo, el hijo de la señora Gladys Villalba? –
Ricardo (preocupado): -Sí, soy yo ¿Quién habla? –
-Ricardo, soy del Hospital Ballester, tu mamá se desmayó en el trabajo y la trajeron a la guardia. Llamaba para avisarte, como sos el único familiar directo con el que nos pudimos comunicar (…) ¿Ricardo? –
Ricardo (Pensativo): -Sí… ¿Ella está bien? –
-Sí, solo se desmayó por falta de vitaminas ¿Estuvo comiendo bien? (…) ¿Sabés si es alérgica a algo? –
{Ricardo busca algo, mientras sostiene con el hombro, el celular junto al oído.} -No, no es alérgica a nada. –
-Bueno, te cuento ella está en la guardia, le dimos suero. Si todo va bien, en un par de horas le dan de alta. –
– ¿Qué hospital me dijo? –
-Hospital Ballester. –
-Ballester. – {Se saca la campera y va a buscar al placard, saca una campera (negra) y la tira sobre la cama.}
-Sí, estamos a quince, veinte cuadras de la estación de tren. Ella está bien, te paso con ella. –
Interior-Sala de guardia-Mañana.
{Gladys está recostada en una cama de hospital, hay cinco en la sala y ella está en la más cercana a la puerta, mientras recibe suero por una intravenosa.}
Gladys (mareada y cansada): -Hola hijo. –
Ricardo (en off): -Hola, ma. ¿Cómo estás? ¿Qué te pasó? –
-Estoy bien, me mareé un poco nomás. El señor Norberto me trajo a la guardia, ahora en dos horas como mucho me dan de alta y me voy al trabajo. Llego tarde ¿Sabés? –
Interior-Cuarto de Ricardo-Mañana.
{De abajo de la cama saca una caja de zapatillas amarilla y se sienta en la cama.} – ¿Trabajo? No, no podés ir a trabajar así, estás débil hasta te pusieron suero. –
Gladys (en off): -Me siento mejor además tengo que planchar y preparar la comida. La señora tiene cena con sus amigas hoy. –
{Cambiándose de zapatillas.} -Y tendrá que llamar a un delivery porque no vas a ir. –
-Se va a enojar, la señora Patricia –
Ricardo (indignado): -Y que se enoje, te debe plata del mes pasado y van dos domingos que no descansas. –
-Pero es la cena previa al aniversario de su viaje a Europa, es como una tradición, y mañana viene su hijo con su nuera de Australia. –
-Puede ir el Papa, el Presidente de la Nación y Miss Universo, pero no vas a ir a cocinar ni limpiar nada. Yo ahora voy allá y nos volvemos con un remis directo a casa. –
Gladys (molesta): – ¿A qué vas a venir? No, quédate en casa y ¿Remis? Yo no tengo plata. –
{Se pone la campera y subiendo el cierre.} -Lo pago yo, ya voy para allá. –
-No, quédate ahí, no me hagas enojar. –
-No, vos no me hagas enojar a mí y te venís a casa. –
Interior-Sala de guardia- Mañana.
Gladys (enojada): -No vengas porque yo ya me voy. – {Corta la llamada e intenta quitarse la intravenosa, colocada en el brazo izquierdo. Pero la detiene una enfermera, vestida con un ambo blanco, que estaba atendiendo al paciente de la cama del otro extremo de la sala.}
Enfermera: -Señora, ¿Qué está haciendo? Quédese tranquila y deje eso ahí. –
-Me quiero ir, tengo que trabajar. –
-No, usted tiene que hacer reposo. –
-Ah, sí y ¿Quién va a preparar el Pionono, el Lemon pie?, ¿Eh? –
-No sé quién, pero usted se va a quedar acá. Es por su bien, no me haga llamar a seguridad. –
-Llamá a quien quieras, yo me voy. – {De nuevo intenta quitarse la intravenosa.}
Enfermera (molesta): -Mire señora, desde las doce que estoy trabajando sin dormir. Tengo una mujer que la mordió el marido, un hombre que lo chocaron dos veces y un adolescente con una posible sobredosis, en camino. No rompa las pelotas con su berrinchito, le dije que se queda y no hay otra. – {Vuelve con el paciente del otro extremo de la sala.}
Gladys (tranquila): -Por eso mismo, deje que yo me vaya y así puede atender a los demás sin preocuparse por mis berrinches. –
{Deja de atender al paciente y vuelve donde Gladys.}
Enfermera (molesta): -Haga lo que quiera, quiere salir y probar suerte, ver hasta dónde llega así en ese estado de debilidad. Está bien, váyase, cuando su hijo llegue le voy a decir que la caprichosa de su madre se fue a preparar Lemon pie y Pionono de mierda. –
{Se escucha un alboroto afuera de la sala. Entran dos enfermeros y un doctor, con una camilla, en esta hay un joven de no más de veinte años, convulsionando. Se posicionan junto a la cama del medio. Los tres visten un ambo azul}
Doctor: -A la cuenta de tres lo pasamos a la cama. Uno, dos y ¡Tres! –
{Entre los tres enfermeros y el doctor mueven al joven y logran amarrarle el brazo izquierdo a la cama. El joven, lleno de venas en la frente y los ojos colorados, lanza mordiscos al aire e intenta soltarse a la fuerza. Los enfermeros tratan de pararlo.}
Doctor:-Enfermera, traiga anestesia. –
Enfermera: -Enseguida, doctor. – {Abre las puertas del mueble junto a la ventana, saca un frasco pequeño con un líquido transparente. Abre uno de los cajones y agarra una jeringa, la saca del envase, la carga con líquido del frasco y se la entrega al doctor.}
{El doctor, jeringa en mano, se acerca al joven, que lucha con los enfermeros.} – ¡Agárrenlo bien, carajo!
Exterior-Vereda del departamento-Mañana.
{Ricardo, viste una campera negra, sin capucha, un pantalón jean azul oscuro y unas zapatillas blancas con líneas negras. Cierra el portoncito metálico. Se pone los auriculares blancos, le da play a la música y comienza a caminar por la vereda, con destino a la parada del colectivo. Mientras que él va tranquilo escuchando música, de fondo se puede ver a personas corriendo, una patrulla dobla en la esquina a gran velocidad, Ricardo voltea un segundo y continúa caminando. Llega a la parada, la misma de hace unas horas. De su bolsillo saca el celular y busca: «cómo llegar al Hospital Ballester desde mi ubicación. Hace una captura de pantalla, una vez señalada la ruta, cierra el navegador y vuelve a guardar el celular en su bolsillo del pantalón.}
Interior-Sala de la guardia-Mañana.
{El joven que hace poco forcejeaba e intentaba morder, ahora totalmente amarrado, está quieto en la cama, con los ojos llenos de venas rojas a punto de explotar. No deja de revolear los ojos hacia cada rincón de la sala. Gladys asustada por lo acontecido le envía un mensaje de texto a Ricardo.}
«¿En serio vas a venir?»
Interior-Colectivo-Mañana.
{Ricardo sentado en uno de los asientos del fondo, recibe el mensaje, saca el celular, lee el mensaje y responde.} «Ya estoy en el colectivo ¿Pasó algo?»
{Espera varios segundos por una respuesta, pero no llega, guarda el celular en el bolsillo. El colectivo se detiene en una parada y suben varias personas. Uno en particular, llamó la atención de Ricardo. Lleva puesto un buzo negro con capucha, un pantalón jogging gris, manchado con barro, y zapatillas de tela verdes, también con barro. Pero no es su vestimenta lo que llama la atención de Ricardo. El sujeto transpira demasiado y está inquieto, mira hacia todos lados y golpea, repetidamente, el piso con la suela de la zapatilla, apoyado frente a la puerta que está a mitad del colectivo. En ocasiones se toca la nariz e inhala fuerte, luego de unos minutos, los ojos se le enrojecieron y comenzó a morder el aire.
Ricardo cruza miradas con una mujer rubia, de unos treinta años de edad, con la mirada y un gesto facial la mujer señala al sujeto. Ricardo vuelve a mirarlo, sangre brota por su nariz. Ricardo se pone de pie y va a la puerta trasera, se agarra del caño y presiona el timbre, el colectivo se detiene, abre la puerta, mientras está bajando se escucha.}
Voz femenina (en off): -Señor, ¿Se siente bien, señor? –
Interior-Sala de guardia-Mañana.
{Gladys (preocupada) no deja de mirar al joven amarrado en la cama, mira la hora en su celular, son las 10:43 a.m.}
Enfermera (en off): -Pase por aquí, oficial. Siéntese en una cama, enseguida lo atiendo. –
Sergio (en off): -Gracias, enfermera. – {Sergio entra a la sala vestido de civil: campera de cuero marrón, pantalón de jean y borcegos de trabajo. Ve a Gladys y sonríe.} -Buen día. –
{Gladys sin dejar de mirar al joven.} -Buen día. –
{Sergio se sienta en la cama entre el joven y Gladys.} – ¿Qué le pasa a este? –
-Creo haber escuchado algo de una sobredosis, pero no sé. –
-Estos jóvenes cada vez están peor (…) ¿Hace calor o me parece? –
-Yo no tengo calor. –
– ¿No? Yo, sí. Está que pica el sol afuera. Yo vine caminando y me transpire todo, eso que solo fueron cuatro cuadras. –
{Entra la enfermera, va al mueble junto a la ventana, agarra una botella de alcohol y un rollo de vendas, a punto de terminarse.}
Enfermera: -Bueno, señor… –
Sergio: -Sosa. Sergio Sosa. –
-Señor Sosa, quítese la campera. –
-Seguro. {Se quita la campera.}
– ¿Cómo fue que se lastimó? –
-Estaban robando a una señora mayor, acá cerca. Y mientras lo estaba reduciendo al individuo, me cortó con una cuchilla de carnicero. ¿Usted cree que muera? –
{La enfermera revisa la herida.} (Sarcástica) -No, solo es un corte superficial en el antebrazo. Un poco de alcohol para que no se infecte, una venda y listo. ¿Lo arrestaron? –
– ¿Al ladrón? Sí, pero es menor así que… –
-Ah, ya está. Un par de horas como mucho y a la calle de nuevo. Aguante un poco. – {Abre la botella y le echa alcohol en el corte, apoya la botella en la cama y enrosca la tapa.} -Ahora extienda el brazo para que yo pueda vendarlo. –
{Sergio extiende el brazo.} – ¿Así? –
-Sí. – {Empieza a vendarle el brazo.} – ¿Usted cómo se siente, señora? –
Gladys: – ¿Yo? Mucho mejor, gracias. –
{La enfermera termina de vendarle el brazo a Sergio.} -Listo, señor Sosa. Le recomiendo no tocarse la herida y todo va a estar bien. –
Sergio: -Gracias, enfermera. –
{La enfermera se acerca a Gladys y revisa la bolsa de suero, ya está vacía.} -Ya casi, falta un poquito más y listo. Pero tiene que comer y nada de ir a trabajar ¿Me entendió? –
Gladys: -Sí. –
-Yo voy a buscar para hacerle el certificado y vuelvo, señor Sosa. –
Sergio: -Bueno. Acá la espero. – {Se va la enfermera.} – ¿Estamos a dieta? –
Gladys: – ¿Cómo? –
-Cómo la retaron porque no come, pensé que… –
-Ah, no. Me encanta comer, no podría hacer dieta. Solo me bajo la presión y me desmaye en el trabajo. –
{Sergio mira su reloj.} -Porque si quiere, yo puedo llevarla a comer, ya que no podemos ir a trabajar. –
-Qué pena, no puedo. Mi hijo me viene a buscar, tengo que esperarlo. – {Sonríe.}
-Ah, casada. Yo lo estuve, pero mi trabajo no ayudó nunca. –
{Suena el celular de Gladys, modelo Pocket, sobre la mesita de luz, que hay al lado de cada cama. Hace un esfuerzo por agarrarlo, pero se le cae en el intento y se desarma: batería, tapa, todo desparramado por el piso.}
Gladys (sorprendida): – ¡Ay! Qué boba. – {Intenta alcanzar las partes.}
Sergio: -No, no. Yo lo levanto. – {Camina hasta allí, se agacha y levanta las partes, la pantalla astillada.} -Ah, se hizo pomada. – {Se pone de pie y le entrega el celular a Gladys.}
Gladys (adolorida): -No, qué tonta, dios. ¿Prendera? –
-No sé, hay que probar. Acá tengo la batería y la tapa. – {Extiende las manos. Gladys agarra las partes y arma el aparato.} – ¿Prende? –
-No, porque falta el papelito. –
– ¿Papelito? – {Mira al piso y se agacha.}
-Sí, es un papelito que empuja la batería para que haga contacto. Esta batería es de otro teléfono. –
{Sergio alza la mano con pequeño papel enrollado.} – ¿Será este? –
-Sí, es ese. – {Agarra el papel de la mano de Sergio. Lo coloca primero y después la batería.} -A ver ahora… –
{Después de unos segundos, se prende el celular} (Contenta): – ¡Sí, prendió! –
-Sí, esos celulares viejos son una maza. Yo tengo uno parecido. – {Del bolsillo del pantalón, saca un Galaxy S3 Mini blanco.}
-Gracias. –
-No tiene que agradecerme. –
{Gladys ve que el mensaje es de Ricardo y lo abre.} «Ya estoy por tomar el tren a Ballester».
-Ah, ya viene mi hijo. –
{Entra la enfermera} -Disculpe la tardanza, aquí tiene el certificado. – {Le entrega el certificado junto con el DNI de Sergio.}
Sergio: -Gracias. – {Los apoya en la mesita de luz y se pone la campera.}
Enfermera: – ¿Pasó algo? –
Gladys: -Se me cayó el celular. – {Se lo muestra.}
-Uh, qué macana. –
{El joven amarrado comienza a sacudirse queriendo soltarse, lanza mordiscos al aire de nuevo.}
Enfermera (asustada): – ¿Qué mierda? ¡Doctor! ¡Doctor! – {Corre a la puerta de la sala.} – ¡El paciente despertó, doctor! –
{El doctor entra, junto a la enfermera intentan sujetar al joven.}
Doctor: – ¡Usted! ¡Ayude, carajo! –
Sergio: -Sí, ¿Qué hago? –
– ¡Sosténgalo! ¡Enfermera, anestesia! – {Sergio y el doctor sostienen al joven.}
Enfermera: – ¡Enseguida! – {Va hasta el mueble. Abre el cajón, agarra otra jeringa y la carga.}
Doctor: – ¡Rápido, enfermera! – {La enfermera le inyecta el líquido en la pierna derecha, el joven se calma.}
Sergio (agitado): – ¿Qué mierda le pasa? –
Doctor (agitado): -Creemos que es a causa de una nueva droga, los vuelve violentos. – {Parado del lado izquierdo de la cama, le toma el pulso al joven, con los dedos en su carótida. El joven reacciona y muerde al doctor en el antebrazo. Sergio se paraliza. El doctor, gritando de dolor, se hace para atrás y presiona la mordida en el antebrazo derecho.}
Enfermera (sorprendida): – ¡Doctor! ¡Presione la herida, voy por vendas! – {Corre al mueble y abre todos los cajones en busca de vendas, pero no encuentra.} – ¡No hay! –
Doctor (adolorido): – ¡En el cuarto de al lado! –
– ¡Ya vuelvo! – {Se va corriendo de la sala.}
{Gladys (asustada) ve que la bolsa de suero está vacía, se quita la intravenosa. Sergio (en shock) observa al joven sacudiéndose. Después, ve al doctor, tiene los ojos irritados y sin vacilar se abalanza sobre Sergio.}
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