Cómo es que el mundo se fue al carajo: Zona Norte - 06
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- 06 - Capítulo 4 “Mejor prevenir antes que lamentar”
Interior-2do piso, Depósito-Mediodía.
{Sergio y Gladys, sentados comen del tupper. Sergio agarra la botella y uno de los vasos descartables y se sirve jugo.}
Gladys: – ¿De qué es el jugo? –
Sergio: -Ni idea, ¿De uva? – {Le alcanza el vaso a Gladys y sirve jugo en el otro.} -No tengo idea si es rico o no, era lo único que había. –
Gladys: -Bueno, hay que probarlo. – {Toma un poco de jugo.}
– ¿Qué tal está? ¿Rico? –
-Probalo. – {Sergio tapa la botella y toma jugo. Hace una expresión de disgusto y traga con fuerza.} – ¿Qué jugo es este? ¡Está horrible! –
{Gladys se ríe fuerte. Después se ríen juntos.}
– ¿Dijiste que tenés una hija?
Sergio (melancólico): -Sí, Sofía. Tiene ocho. – {Saca del bolsillo derecho del pantalón, su billetera y la abre. En su interior tiene una foto 4×4 de Sofía, una niña de pelo largo negro y sonrisa ancha. Le muestra la foto a Gladys.}
{Gladys sonriendo.} – ¡Qué bonita! Ay, pero qué pelazo que tiene. –
-Sí, obviamente lo heredó de su madre. – {Guarda la billetera en el bolsillo.} – ¿Y tu hijo? ¿Qué edad tiene? –
-Mi Ricardito tiene diecinueve años. –
-Ah, ya es todo un hombre. ¿Estudia? –
-No, terminó el secundario, pero no siguió ninguna carrera. Dice que no sabe qué quiere de su vida. –
-Bueno, mejor que lo piense antes de anotarse en algo y después dejarlo por no gustarle. Yo tardé en decidirme a entrar a la policía. –
-Disculpa, pero ¿No me prestas el celular para llamarlo? –
-Sí, claro. – {Saca del bolsillo del pantalón, su celular y se lo da.}
-Gracias. – {Agarra el celular, marca el número de Ricardo y llama.}
Voz femenina: -Saldo insuficiente para realizar esta acción. Por favor, recargue y vuelva a intentarlo. –
Gladys: -No tenés saldo, ¿Puedo usar el S.O.S? –
-No creo que te deje porque lo usé, ayer a la tarde. Hoy iba a cargarle crédito, antes de que le intenten robar a la señora y me cortara. – {Se escuchan pasos afuera del depósito.} -Podemos buscar un lugar donde cargar. –
– ¿Dónde? Ni siquiera sabemos qué está pasando. –
-Bueno, después de hacer digestión, salimos y va… –
{Intentan abrir la puerta, pero se choca con la silla de Sergio.}
Interior-Patrullero-Tarde.
{Sabrina, Ricardo y Brayan sentados comen, observando el hospital que, desde fuera, parece desierto. Ricardo intenta contactar a su madre una vez más, pero no hay caso.}
Ricardo: -No, che. Nada. –
Sabrina: -Bueno, van a tener que entrar. –
Exterior-Calle del hospital-Tarde.
Ricardo (en off): -Sí, no queda otra. – {Abre la puerta, sale del auto, cierra la puerta y camina hasta la entrada del hospital.}
Sabrina (en off): – ¿Vos no vas? –
Interior-Patrullero-Tarde.
Brayan: -Sí, yo voy. ¿Y vos? –
-Hasta acá llegué yo. No tengo motivos para entrar al hospital. –
{Brayan se estira, con el brazo derecho, apaga el motor y saca la llave.} -Entonces, me llevo esto. –
Sabrina (enojada): – ¡¿Qué haces?! –
-Me aseguro que no te robes el auto mientras no estamos. –
– ¿Cómo me lo voy a robar? –
-No sé, pero es mejor prevenir antes que lamentar. – {Se baja del auto y cierra la puerta.}
Exterior-Calle del hospital-Tarde.
{Brayan camina hasta entrar al hospital. En la calle hay ambulancias, autos estacionados. Una camilla en la vereda, manchada con sangre.}
Interior-Planta baja del hospital, Recepción-Tarde.
{Ricardo parado frente a la recepción, observa el mapa del hospital que está en la pared de atrás del escritorio. Brayan, revólver en mano, entra caminando despacio.}
Brayan (en voz baja): – ¿Y qué onda? –
Ricardo: -No sé. Mi vieja está en la guardia, pero no está en el mapa -.
-Capaz que está en los pisos de arriba. –
– ¿Cómo hacemos para subir? –
{Brayan mira a los alrededores y señala a la izquierda.} -Allá están los ascensores y la escalera de emergencia. –
-Bueno, vamos. ¿En qué parte está internada tu abuela? –
-En… ¿Gente mayor? –
– ¡Eso ni existe! –
– ¡Qué sé yo! –
-Debe ser algo como geriátrico, pero tampoco está en el mapa. –
– ¡Es una cagada este mapa! –
– ¡Mal! Bueno, vamos a tener que ir piso por piso. –
Interior-Planta baja, Pasillo del hospital-Tarde.
{Caminan a los ascensores. Brayan va mirando dentro de las habitaciones.}
Brayan: -Che, no hay nadie. –
-Mejor. –
{Llegan a los ascensores y llaman el de la derecha, ubicado en el último piso, según el cartel electrónico junto al botón de llamado. Después de un minuto, el ascensor se detiene en el cuarto piso y no pasa de ahí.}
Brayan: -Bueh, ¡¿Qué onda?! – {Vuelve a presionar el botón, después de esperar un minuto y ver que no se mueve, lo presiona repetidas veces.}
Ricardo: -Llamemos al otro mejor. –
-Sí, dale. –
{Ricardo llama al ascensor de la izquierda, pero este no pasa del quinto piso. Vuelve a presionar el botón varias veces, pero no funciona.}
Ricardo: -Este tampoco anda. Concha de su madre. –
Brayan: -Bueno, vamos por las escaleras entonces. – {Abren la puerta y entran.}
Interior-Planta baja, Escaleras de emergencia-Tarde.
{La puerta se cierra sola, el sonido que hace resuena en todos los pisos.}
Ricardo (molesto y en voz baja): – ¡Dale, boludo! Hacé más ruido. –
Brayan (en voz baja): -No fue mi culpa, se cerró sola. Che, yo que vos llevo el fierro en la mano. –
-Tenés razón. – {Desenfunda la pistola y le quita el seguro.} -Che, boludo. Tengo la boca reseca, ¿Vos no? –
– ¡Mal! – {Quienes habían perseguido a Sergio y Gladys, hasta el segundo piso, bajan la escalera corriendo.}
Ricardo: – ¡La puta madre! ¡Bajá! – {Rápido bajan la escalera.}
Brayan: – ¡Tírale! – {Se detiene unos segundos, apunta rápido y dispara. La bala le da en el cuello a uno de los infectados.} – ¡Papá! ¡Soy terrible disparando! –
Ricardo: – ¡Bajá, boludo! –
– ¡Pero tírale! Quedan tres nomás. –
{Llegan a la puerta de la planta baja. Ricardo apunta a la escalera. Brayan baja corriendo con los sujetos detrás.}
Ricardo: – ¡Agáchate! –
{Brayan baja y se agacha. Ricardo les descarga todo el cargador. Los disparos dan en el pecho, piernas y algunos directo a la pared.}
{Brayan se pone de pie y voltea hacia la escalera.} – ¡Bueh! ¿Cuántas balas gastaste? –
-Todo el cargador, ¿Por qué? –
– ¡Un cargador! Para matar solo cuatro. –
-De nada. – {Sube la escalera, pasando por encima de los cuerpos.}
– ¿A dónde vas? –
-Arriba. –
{Brayan patea los cuerpos, estos no se mueven, y sube la escalera.} – ¿Vos decís que nos metan presos? –
– ¿Por qué? –
-Y… yo maté un policía y varios más. Ahora vos también. –
-Defensa personal. – {Se detiene frente a la puerta del primer piso.}
– ¿Qué hacés? –
-Esperá que recargo. – {Cambia el cargador vacío del arma por otro que tenía en el bolsillo del pantalón. El cargador vacío lo guarda donde estaba el otro.}
– ¿Para qué lo guardas si está vacío? –
-Me puede servir de algo. – {Abre la puerta.}
Interior-2do piso, Depósito-Mediodía.
{Sergio, con el cuchillo de plástico en la mano, se pone en guardia a la espera de que abran la puerta.}
Gladys (asustada): – ¿Quién es? –
Voz femenina (en off): -Hay alguien adentro. –
Voz masculina (en off): – ¿Hola? ¿Hay alguien? –
Gladys: – ¡Sí! ¡Ayuda! – {Rápido corre las sillas y abre la puerta}
Sergio: – ¡No, Gladys! –
{Con la puerta ya abierta, entran tres personas. Un hombre de más de treinta, con uniforme de seguridad, una señora de unos cuarenta y pico de cabello rubio, y una joven de más de veinte, con el pelo recogido. Las dos enfermeras, vestidas con un ambo blanco.}
Andrés: -Muchas gracias. –
{La señora, sin perder tiempo, va directo a las góndolas y abre algunas cajas.}
Sergio: – ¿Qué está haciendo? –
Andrés: -Está buscando los instrumentos para operar. En el piso de arriba tenemos un apuñalado. –
{Camila empieza a sollozar}
{Gladys se le acerca amigable} – ¿Qué te pasa, linda? –
{Sergio mira al hombre y ve su carnet, plastificado, junto al corazón: Andrés Ayala} -Andrés ¿No? –
Andrés: -Sí. –
-Yo soy Sergio. Ella es Gladys. –
-La señora es Carmen y ella Camila, su novio está perdido. –
Gladys: – ¿Hablaron con la policía? ¿Saben qué está pasando? –
Andrés: -Por lo que alcancé a ver en las noticias, todo sigue igual afuera. Nadie sabe nada de lo que pasa acá. –
Gladys (preocupada): – ¿Alguno de ustedes tiene un celular para prestarme? Tengo que llamar a mi hijo. –
-No, me lo robaron hace una semana. –
Camila: -El mío lo dejé cargando en la Sala de descanso del primer piso. –
Carmen: -Yo no tengo. – {Levanta una caja de cartón que llenó con varias cosas} -Listo, vamos. –
Sergio: – ¿Dónde van? –
Andrés: -Al piso de arriba. –
-Pero hay que salir de este hospital. –
-Capaz que Marquitos tiene su celular. –
Camila: -Es verdad. Estuvo hablando por teléfono con los suegros. –
Gladys: -Bueno, déjenme ayudarlos a subir. –
Sergio: -Pero, Gladys. –
Gladys: -Necesito hablar con mi hijo, decirle que no venga. –
Carmen: – ¡Bueno, vamos que se muere el paciente! –
Andrés: -Sí, vamos. –
{Camila observa las sillas y se percata de la botella y el tupper.} -Ese tupper es de Martín. ¿Por qué lo tienen ustedes? – {Salen del depósito.}
Interior-2do piso, Pasillo del hospital-Tarde.
{Carmen carga la caja, Andrés lleva su pistola Taser en mano, Camila tiene un trapeador. Sergio y Gladys van con las manos vacías.}
Sergio: -Yo lo encontré en un cajón del escritorio. –
Camila: – ¿Qué escritorio? –
{Sergio señala el escritorio de la recepción} -Ese escritorio. De ahí saqué el jugo también, que no es de malo, pero era horrible. –
{Carmen ríe mientras camina a los ascensores.} -Me parece que se tomaron uno de los licuados de Paola. –
Camila: – ¿Por qué Martín guardó su vianda en el cajón de Paola? –
Carmen: -Porque te está metiendo los cuernos ¡¿Por qué más?! –
-No. No mi Martín, él no sería capaz, no es esa clase de hombre. –
– ¡Ay, linda! Te falta tanto para conocer a los hombres. –
{Andrés llama el ascensor de la derecha. Carmen y Camila esperan junto con él. Gladys y Sergio vienen atrás, caminando despacio.}
Sergio: – ¿Te sentís mejor? –
Gladys: -Sí, mucho mejor. –
-No me parece buena idea seguir subiendo, creo que es mejor irnos. –
-Sergio. Si querés irte, ándate. No tenés porque quedarte conmigo. ¿No tenés una hija? –
-Sí. Pero… –
-Bueno, antes de quedarte. ¿Por qué no vas a fijarte si está bien? –
-No puedo porque se fue con la madre y la pareja a Ecuador, creo. –
{El ascensor se detiene y se abren las puertas, el muerto sigue adentro.}
Carmen: – ¡Apa! Andrés. Sácalo, por favor. –
{Andrés vomita en el piso, frente al otro ascensor.}
Carmen (molesta): – ¡Pero ¿Será posible?! ¡Llevá esto, nena! – {Le tira la caja a Camila, que suelta el trapeador y agarra la caja.}
Camila: – ¿Qué vas a hacer? –
– ¿¡Qué más?! Voy a sacar el muerto. – {Lo agarra por los pies y empieza a tirarlo hacia afuera.}
Sergio: -Permiso, déjeme a mí. – {Carmen suelta los pies del muerto. Sergio, sin mucho esfuerzo, saca el cuerpo y lo deja a un lado.} -Listo. –
Interior-Ascensor-Tarde.
Carmen: -Gracias. – {Sube al ascensor.}
– ¡Dale, nena! –
{Sube Camila, después Sergio.}
{Gladys entra con asco, pisa la sangre y salpica los pies de Camila} – ¡Ay, dios! –
Sergio: -No pasó nada, tranquila. –
Carmen: – ¡Andrés! ¿Qué mierda estás haciendo? –
Andrés: – ¡Ya voy, Carmen! ¡Ya voy! – {Apoyado en la pared derecha del pasillo frente al ascensor. Se acerca a ellos, limpiándose los labios con la manga de su camisa. Se escuchan pasos rápidos} – ¡Tan apurada podés es…! – {Un médico lo tacklea y empieza a pegarle en el piso.}
Carmen: – ¡Andrés! –
{Camila grita. De la recepción se acercan corriendo más personas. Sergio, sin pensarlo ni un segundo, presiona un botón del tablero. El ascensor cierra las puertas.}
Interior-1er piso, Recepción.
{Ricardo observa el mapa, colgado detrás del escritorio. Camina hasta los archiveros detrás del escritorio, agarra uno de los vasos descartables que hay sobre estos y se sirve agua del dispenser junto a los archiveros. Después se sienta en la silla del escritorio y suspira} -Ay, Gladys. ¿Dónde andarás? –
{Se escuchan que mueven cosas, puertas de vidrio cerrándose.}
Interior-1er piso, Depósito-Tarde.
{Brayan carga la mochila con vendas, antibióticos, jeringas, todo lo que encuentra en las cajas de las góndolas. Una vez llena, cierra la mochila y se la pone.}
Ricardo (en off): – ¿Qué estás haciendo? –
{Brayan voltea, Ricardo tiene un vaso en cada mano.} -Estoy… ¿Qué es eso? –
-Agua. ¿Querés? – {Le ofrece el vaso de la mano izquierda.}
{Brayan se acerca y agarra el vaso.} – ¡De una! {Toma un poco y suspira.} -Gracias, terrible sed tenía. Llené la mochila con vendas y un montón de cosas, porque seguro lo vamos a necesitar. {Toma toda el agua del vaso y lo tira al piso.} -La hice bien ¿No? –
-Cuando tenés razón, tenés razón. Che, no te pregunte, ¿Qué hacés con un revólver? –
-Bueno, la posta es que lo iba a usar para robar algún kiosco o despensa, pero se pudrió antes. –
– ¿Me estás hablando en serio? ¿Por qué? –
-Sí, porque los remedios de mi abuela están caros y el gobierno le bajó la pensión. –
– ¿Y por qué no buscaste trabajo? –
– ¿Cómo? No terminé la escuela y trabajo no hay en ningún lado. Cortaba pasto y juntaba aluminio, pero eso me dejaba para comer yo nomás. –
-Bueno, vamos a seguir buscando. – {Deja el vaso, vacío, en uno de los estantes de las góndolas.}
-Dale. – {Caminan a la puerta.}
Interior-1er piso, Pasillo del hospital-Tarde.
{Ricardo y Brayan salen del depósito y caminan hacia la escalera.}
Brayan: -Che, y tu vieja, ¿Qué onda? –
– ¿Cómo qué onda? –
-Sí. ¿Es copada? –
-Ah, sí. Bah, no sé. ¿Por qué? –
-No por nada. –
{Martín está parado frente a los ascensores, presionando una y otra vez, el botón para llamar el ascensor.}
Brayan: – ¡Eh, flaco! –
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