El asesino silencioso - Capitulo 5:
Sin importar que la sociedad acepte o tolere algo malo, esto seguirá siendo algo incorrecto.
¿Por qué alguien se burlaría de su semejante?
¿Es acaso que nadie tiene derecho a soñar?
Por más lejano y fantasioso que parezca e incluso si se siente y ve imposible, nada ni nadie debería cortar un sueño. Hasta el esclavo más miserable imagina a los cielos azules brillar para él y a las nubes tapar el sol para su descanso en el pasto de una pequeña colina a la sombra de un árbol.
En un salón brillante de colores cálidos lamparas flotaban como por arte de magia y bajo éstas, nobles de todas las categorías charlaban igual que niños mimados. La presencia de una chica rubia de ojos azules y sueños imposibles provocaba en ellos la salida de comentarios ofensivos.
Una frágil doncella iba a paso apresurado para escapar de los murmullos que la lastimaban como cortes en las muñecas.
¿Por qué me detestan? ¿Qué hice mal? Solo quiero ser una caballera, quiero ser fuerte y no temer más.
¡Papa, Papa! ¿Dónde estás?
-Háblame de ella como si fuera una persona a la que tengas que analizar- ordenó amablemente
-No tiene talento ni fuerza o destreza para la espada, carece de confianza como resultado se ha convertido en una inútil- declaró sin titubeos
Deben estar hablando de mí, solo yo cumplo con esa descripción.
-Eres un descarado- bromeó
-Usted me lo pidió-
-Ya lo sé, solo era una broma. Dime, ¿crees que sea capaz de convertirse en caballero sagrado? O ¿al menos en caballero? – preguntó serió y un poco preocupado
¿Papa?
-Con disciplina, entrenamiento y un guía cualquiera puede volverse alguien genial- declaró como si fuera lo más obvio
Katia guardo aquellas palabras tan simples y frías, como si fueran el tesoro más valioso.
Después del anuncio de su padre ella fue directamente al estudio donde él se encerraba por horas, aunque eso antes no pasaba.
-Padre, ¿Estas ocupado? – preguntó nerviosa. Hace tiempo que no hablaba con él
-No, justo ahora tengo tiempo libre, ¿Qué te trae por aquí? –
Le parecía extraño que una de sus hijas fuera a su estudio
-Quería hablar contigo, veras, es que…
-Si hija, ¿Qué pasa? –
-Es sobre K-kin, quisiera que…
-También te opones a su ingreso, lo lamento hija, pero nada hará que cambie mi decisión-
– ¡No! Eso no es lo que quería decir. Perdona, lo que q-quiero decir es que si tú podrías hacer algo para que pueda estar cerca de Kin- dijo mirando hacia un lado mientras agarraba el dobladillo de su vestido
-…-
– ¿Padre? –
-Disculpa, me perdí en mis pensamientos. Dijiste que quieres estar cerca de Kin, ¿Verdad? –
-S-sí. ¡pero no es lo que crees! – Negó rápidamente con las manos. –Quiero pedirle que me entrene, es, por, eso- nunca dejo de mirar el suelo
Entres susurros Raphael dio gracias al cielo
-Perdona padre, ¿Qué dijiste? –
-Nada querida, nada importante-
Los nuevos alumnos caminaban a su habitación y de entre todos estos una chica rubia parecía acosar a un espectro. Una vez él se detuvo, ella lo hizo en la puerta siguiente. Ella agradeció desde lo profundo de su corazón a su padre
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QUE TE PARECIÓ?