El hijo de Dios - 19
—¡Maldito bicho! —Gritó uno de los guerreros, intentando rebanar el enorme cuerpo de la hormiga reina, pero antes de que su espada lograra asestar su corte, una rápida y poderosa pata lo atravesó, justo en el pecho, levantándolo unos pocos metros del suelo y arrojándolo como basura a una de las paredes cercanas, donde cayó ya inerte.
—¡Tinrok! —Gritó un arquero con dolor, su expresión y ojos describían perfectamente el sentimiento de pérdida, pero como si un mago de fuego hubiera invocado poderosas llamas, su rostro se contorsionó en una fea mueca de ira, observando con furia ciega al enorme insecto.
El arquero tensó su arco con tres flechas en el hilo, respiró profundo y, al encontrar el momento perfecto, disparó, gritando una frase extraña. Los tres proyectiles se iluminaron de verde, haciendo un arco en el cielo, su velocidad era brutal, pero solo una de ella logró tocar la piel de la hormiga reina, lamentablemente para todos, no pudo perforar su piel.En la lejanía, un par de magos conjuraban un hechizo de elemento fuego y, viento, sus rostros llenos de sudor y sus manos temblorosas respondían sin palabras al cansancio físico y mental que experimentaban. En las alturas, un halcón de fuego se creó y, sin ninguna orden, voló como una bala de cañón hacia el cuerpo de la poderosa hormiga reina, acompañado de una furiosa ráfaga de viento que impulsaba su velocidad. El gigante insecto observó una mancha roja acercarse, podía sentir una enorme energía de fuego proveniente de aquella silueta, por lo que, sin duda alguna, atacó. Sus antenas se movieron sutilmente, pero aquello fue suficiente para crear una onda sónica que impactó contra el cuerpo intangible del halcón de fuego y la ráfaga que lo acompañaba, la colisión no provocó daños colaterales graves, solo hizo que la mayoría de los presentes se cubriera los oídos para que sus tímpanos no reventaran.
—¿Cómo puede ser tan poderosa? —Dijo el mago. Estaba estupefacto, su mano temblaba, apenas si podía moverse, la combinación de miedo y fatiga mental provocó que cayera de rodillas y se rindiera ante la idea de que iba a perecer en esta extraña sala.
—Levántate, todavía no hemos muerto. —Animó a su amigo, sin embargo, la única respuesta que recibió fue una mueca parecida a una sonrisa de alguien vencido. Quiso gritar y abofetear las mejillas de su compañero para que despertara, pero no podía hacerlo, porque sabía que en realidad, no estaba animando a su amigo, sino a él mismo para no dejarse vencer, sin embargo, su energía mágica estaba a suspiros de agotarse y, el cansancio mental estaba haciendo estragos en su cuerpo, pero aun así, no quería rendirse ante la idea de morir, era muy joven, apenas había logrado alcanzar la cuarta estrella de explorador de mazmorra y, sentía que todavía tenía mucho porque vivir y mucho por explorar.
—¡Lara! ¡Vuelve a llamar a tú espíritu de tierra! —Gritó un hombre joven, vestido con una armadura completa y un escudo en forma de lágrima. Lara negó con la cabeza, sus manos temblaban, apenas si podía mantenerse en pie gracias a su bastón—. ¡Es una orden! —Gritó el guerrero enfurecido, mientras desviaba un ataque de la reina con su enorme escudo.
Lara respiró una vez más, apretó los dientes y comenzó a condensar la energía mágica con su hechizo, su rostro se estaba volviendo pálido, mientras que líneas de sangre resbalaban de sus fosas nasales. Levantó su bastón como solo un mago sabe hacerlo y, activó su hechizo, a un paso de ella, una silueta humanoide compuesta puramente de rocas, comenzó a crearse, pero justo cuando estaba a punto de completar su transformación, la inestabilidad de la energía provocó que el hechizo recién activado fracasara. Cayó de rodillas, mientras las lágrimas resbalaban de sus mejillas, era la primera vez que veía a la muerte de frente y, aunque poseía una mente fuerte, no podía hacer nada contra ese fuerte sentimiento.
La hormiga reina notó la repentina desconcentración del guerrero de armadura, por lo que aprovechó la abertura y atacó, el hombre joven intentó desviar el ataque con su arma, pero fue inútil, era demasiado poderoso y su guardia había flaqueado, por consecuencia fue lanzado a decenas de metros de distancia del lugar donde antes había estado, deslizándose por la dura superficie plana que cubría el suelo de la sala. Lara alzó la vista y se percató que una de las patas del insecto se acercaba, cerró los ojos, sintiendo la terrorífica voz de la muerte rozar su cuello, respiró y aceptó su destino, era todo lo que podía hacer, sin embargo, justo cuando la pata estaba a un metro de atravesarla, dos siluetas aparecieron, una de ellas cortó la extremidad de la hormiga con rapidez, mientras que la otra protegió con su cuerpo a la dama.
—¿Se encuentra bien? —Preguntó con un tono tranquilo y cálido. Lara abrió los ojos sorprendida, percatándose del rostro familiar del joven, sus labios se movieron, pero no expresaron ninguna palabra, no sabía si había muerto y uno de los mensajeros de los Dioses había venido por ella, pero también le resultaba algo extraño que el mensajero se pareciera tanto al joven que había conocido antes de entrar a la mazmorra—. Si se encuentra bien, por favor aléjese, no tengo idea si podré protegerlos y matar a esa cosa tan fea al mismo tiempo. —Con el sable en mano se dio media vuelta, pero continuó protegiendo con su cuerpo a la maga. Lara, quién seguía sin entender nada, solo se quedó ahí, de rodillas, estática y con una expresión de extrema confusión.
Al notar que la maga no estaba dispuesta a moverse, empuñó su sable y esperó por los ataques de la hormiga reina, mientras que su invocación atacaba sin cesar al poderoso insecto. El esqueleto blandía una enorme espada negra, hecha puramente de energía oscura y, aunque parecía ilógico, cortaba mejor que el sable en la mano del joven.
La hormiga chilló repentinamente, había perdido su tercera pata en un tiempo demasiado corto, pero lo que más le enfurecía, era que no sabía cómo enfrentar a esa cosa esquelética, pues se movía demasiado rápido con patrones anormales. Los apenas sobrevivientes de la sala notaron la extraña situación, les había parecido extraño la repentina aparición del joven y el esqueleto, pero lo verdaderamente desconcertante era la fuerza de aquel esqueleto de armadura, pues estaba peleando de uno a uno con la poderosa hormiga reina y, parecía que tenía la ventaja.
—¿Quién es ese sujeto? —Preguntó con dificultad el guerrero del escudo en forma de lágrima, quién había logrado ponerse de pie unos segundos atrás. El arquero a su lado negó con la cabeza.
—Solo apareció y comenzó a proteger a esa maga.
—Es extraño, no lo reconozco, pero tengo el presentimiento de que es igual de fuerte que yo. —Dijo el guerrero.
—No puedes saber su fuerza cuando ni siquiera ha hecho un movimiento —Dijo, suspirando y negando con la cabeza—, no creo que sea tan fuerte como tú, después de todo, los doce exploradores de mazmorras de seis estrellas son conocidos en toda la ciudad y alrededores, si fuera igual de fuerte que tú, sabríamos su identidad.
—Observa bien al esqueleto, esa cosa no es un monstruo de está mazmorra, lo más seguro es que sea su invocación. —Dijo el guerrero con una mirada afilada, no había prestado atención a las últimas palabras del arquero.
—Ahora que lo mencionas, es muy posible —Reflexionó por un momento— ¿Qué dices? Hay que acercarnos y darle una mano ¿No? Y así acabar de una vez por todas con esta monstruosa cosa. —El guerrero asintió.
El guerrero y el arquero eran los últimos sobrevivientes en pie, al parecer los demás ya no tenían la fuerza para seguir luchando, algunos rezaban, mientras que otros observaban sin esperanza el panorama, para ellos, la muerte ya los había localizado y, no tenían manera de evadirla.
El sonido de algo pesado al caer invadió la zona, los rostros de los presentes mostraron sorpresa y dicha al notar la identidad de lo que había caído, quisieron levantarse y festejar, pero sus débiles cuerpos no se los permitía. Sin embargo, cuando el silencio se presentó y los rostros alegres y aliviados de los presentes se mostraron, también el terror apareció. Un chillido infernal, salido de lo más oscuro del propio abismo, sonó, infundiendo temor en los corazones de los presentes. El cuerpo inerte de la reina comenzó a moverse y, de lo que parecía ser su cola, una silueta humanoide salió, era muy parecida a una hormiga general, solo que está poseía alas, un color diferente de exoesqueleto y, una energía diez veces más aterradora.
—¡Una hormiga reina mutada! —Gritó el guerrero con el shock dibujado en su cara, su rostro se tornó pálido, mientras que sus piernas comenzaron a temblar. El mismo sabía lo que significaba la aparición de una hormiga reina mutada, sabiendo además de que solo un grupo de expertos arriba de la séptima estrella podían matarla.
—Debemos volver al gremio y reportar está información. —Dijo el arquero, con una expresión muy parecida a la de su compañero.
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Ya valió madres