¿Está mal vivir tu propia romcom antes de ingresar a la universidad? - 02
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La chica que se sienta a mi costado me llamó pervertido…
—Estos 2 primeros días tómenlos como una pequeña introducción a lo que verán. Espero se acostumbren pronto. Si están aquí es porque son capaces de hacerlo. Si no lo consiguen, los únicos perjudicados serán ustedes.
¿Acostumbrarme pronto? Que tan diferente puede ser del colegio.
—Bien, les entregaré a todos unas fichas que tienen 30 ejercicios. Una selección personal mía de ejercicios básicos de aritmética. Tienen 30 minutos para resolverlos.
Regla de tres simple. Si tengo 30 minutos para 30 ejercicios significa que tengo 1 minuto por ejercicio. El tiempo es un poco justo pero debería estar bien dado que son básicos.
—Aquí tienen, tomen 2 y pásenlo atrás.
Entregó las fichas a los que se sientan adelante. Tendré que esperar a que mi compañera de asiento reciba y me entregue mi ficha.
—Suerte —desea ella al darme la ficha.
—¿Suerte?
—Bien, ahora que ya todos tienen su ficha pueden empezar —ordena el profesor.
*****
Ah, jaja. Han pasado 29 minutos y no he resuelto ninguno de los ejercicios con seguridad… ¿Más sencillo que resolver el malentendido? ¿Qué fumé?
Criptoaritmética, razones y proporciones, análisis combinatorio, probabilidades, estadística, etc. Todos son temas que he visto en el colegio. Sin embargo, nunca los había llevado hasta este punto. Si marco al azar tengo 20% de probabilidad de acertar…
—Tiempo, déjenlo hasta donde llegaron. No se preocupen mucho si no pueden resolverlos, no esperaba mucho de los nuevos matriculados. Ooh… esperen, reconozco nombres en la lista.
Hubo un ciclo de verano al que no me matriculé porque quería descansar más tiempo antes de que iniciaran mis clases de colegio y academia. Ahora me arrepiento de no haberme matriculado en él.
—Entonces… Castillo ¿Qué fracción propia irreductible de denominador 22 cuya cifra no periódica es igual a la suma de cifras periódicas? Da como respuesta la suma de cifras del numerador —pregunta el profesor.
La chica que comparte asiento conmigo se levanta y mira directamente al profesor. Está completamente segura de sí misma y lo que dirá a continuación.
—El numerador es 21 por lo que la respuesta es 3. Clave b.
Oh maldita sea. Lo había resuelto bien la primera vez. Pero cambié de respuesta varías veces por desconfiar de mí. Ese ejercicio sí estaba sencillo. Que cólera…
—Correcto, entonces ¿Cuántos números racionales de denominador 36 existen, cuyos cuadrados son mayores que 9/16 y menores que 64/81?
—Son 4
—Bien, toma asiento.
Ella se sentó satisfecha luego de responder correctamente. Acomodó su cabello y garabateó su cuaderno. Parece estar dibujando tranquilamente. Esta chica es la que me llamó pervertido.
El profesor espera resultados positivos de ella, tiene más experiencia que yo en la academia, probablemente tenga otras amistades aquí y es buena para la aritmética. Si llega a difundir el rumor de que soy un pervertido estoy perdido.
Podría solucionarlo con los profesores, pero eso no quitaría que la impresión que le dé al resto de los alumnos sea la de un pervertido. Por lo tanto, mi posible vida social aquí moriría antes de siquiera haber empezado.
—Bien, tengan un pequeño descanso de 10 minutos. Iré a tomar un poco de agua, borraré la pizarra y pasaré a explicar los ejercicios poco a poco. Así es el funcionamiento de esta academia.
Me siento algo mareado… avancé un poco el segundo ejercicio que resolvió Castillo, pero no tengo una respuesta clara. Nunca había escrito y borrado tanto para resolver un problema. Me duele la mano… creo que apreté demasiado el lápiz por la frustración.
—Hey chico pervertido ¿Quieres una? —dice ella ofreciéndome una galleta de avena.
—Ah, sí —acepté sin pensarlo mucho.
—Entonces respondes si te llaman así… aceptas que eres pervertido.
Demonios. Ya que caí en su trampa al menos disfrutaré la galleta. No puedo decir que nunca he pensado cosas así. No me juzguen, soy un adolescente en la pubertad lleno de testosterona. Sería más raro que nunca lo hubiera pensado.
—¿Te duele mucho la mano? —pregunta preocupada por mí.
—No tanto. Es solo que nunca había borrado tanto para el mismo ejercicio.
—El cambio es sorprendente la primera vez. Por eso están estas clases introductorias.
—¿Fue difícil para ti la primera vez?
—Yo eeehm —suena muy tímida—, todavía soy virgen.
—¿Hah? No me refiero a eso —aclaro mientras mi cara se torna roja.
—Jajajaja, es una broma chico pervertido.
Bien, no te dejes engañar más. No digas nada que de pie a una broma así. No quieres empeorar tu reputación
—Mientras descansa, escúchame.
Si no es otra broma de ese tipo la escucharé.
—Cuando el profesor regrese dará una breve explicación a los temas. Su importancia en la vida cotidiana, fórmulas que se usan para resolverlos, etc. Cuando eso ocurra, si apuntas mal no te dará tiempo a copiarlo todo.
—Oh… gracias por la advertencia.
—Shhh. Presta atención.
Ella se acerca a mí para darme más explicaciones con su cuaderno como referencia. Su letra es bonita. Sus manos parecen delicadas y son más pequeñas que las mías.
Por el calor es normal sudar un poco. El aire acondicionado no fue prendido y seguimos con la ventilación que las ventanas nos ofrecen. Ella está sudando, pero no tiene un olor desagradable… ¿En qué estoy pensando? Concéntrate.
—Divide tu hoja en 4 partes, como si aprendieras polinomios. En el rectángulo más grande apunta como lo haces normalmente. En los rectángulos de los lados apunta preguntas y palabras claves. En este caso, lo apropiado serían las fórmulas. Luego, en el cuadrado pequeño puedes hacer lo que quieras. Yo lo uso para divertirme, mira —dice ella mostrándome su cuaderno—, me salió parecido ¿no?
Recuerdo haber leído sobre esa forma de apuntar, pero no recuerdo su nombre. El garabato que hizo en su cuaderno es una imitación del gato hice yo para mi carátula. Realmente es divertido de lo tonto que se ve.
Estoy muy agradecido por las recomendaciones. Me agradan las personas que comparten sus conocimientos para orientar a los demás. Aunque… no es normal ayudar a la persona a la que llamas pervertido… Rara.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Sí, dime.
—¿Cómo es que resolviste el segundo ejercicio? No vi nada escrito en tu cuaderno.
—Ah eso. Lo resolví mentalmente. Compara, simplifica y resuelve —dice ella guiñando el ojo.
—¿Huh? —ladeo mi cabeza confundido.
—No soy muy buena explicando… pero sí resolviendo —admite orgullosa de sí misma.
Se toma en serio lo de no ser muy buena explicando… Afortunadamente, no es la primera vez que trato con personas que no saben explicarse. Gracias mamá y hermana por no ser claras al hablar.
Bien, solo tengo que intuir lo que va en medio de las palabras tomando en cuenta el contexto. Sé creativo.
¿Cuántos números racionales de denominador 36 existen, cuyos cuadrados son mayores que 9/16 y menores que 64/81?
Bien… entonces si ordeno me quedaría algo tal que
Simplifica… Debo eliminar el cuadrado.
Resuelve… bien, lo tengo. Tan solo es homogenizar las fracciones.
—Oh… veo que ya casi lo tienes —dice ella habiendo visto mi cuaderno.
—Sí, son 4 los números racionales.
—Correcto.
—En serio gra-
—Bien chicos, el descanso se terminó. Retomaremos la clase —exclama el profesor con voz firme.
—Si te vuelves a quedar atrás no te prestaré mi cuaderno chico pervertido —susurra ella.
—No me llames así por favor —respondo molesto.
—¿Así como? —dice haciéndose la tonta.
—Ya sabes “chico perv-”
Cuando las personas hablan las veo a los ojos, cuando sus ojos se encuentran con los míos generalmente se asustan. Es poco usual que sea yo el que intente evitar la mirada de otra persona. Sin embargo, la mirada de mi profesor aterra.
Mi compañera del costado, con mayor experiencia que yo, conoce que este profesor no tolera las faltas, en este caso, estar hablando durante la clase. Que cubras tu boca con tus manos no evita que yo pueda oír tus risitas.
—Uwaaaa… se me quedó viendo —susurré.
Me acomodé en la silla, recobro mi postura y presto atención. La clase continúa, debo estar full focus. Todavía debo arreglar el malentendido de “chico pervertido” y agradecerle apropiadamente por su ayuda
*****
—Con esto hemos terminado la clase introductoria a la matemática. Cuidado chicos antiguos, los nuevos tienen mucho potencial esta vez. No me sorprendería que luego de un mes los superen. Recuerden que a pesar de ser compañeros también son rivales. Nosotros les daremos las herramientas, depende de ustedes utilizarlas. Es todo. Ya pueden retirarse.
Cuando dijo que los nuevos tienen mucho potencial… miró a los ojos a los jóvenes con uniforme escolar, a todos menos a mí. La próxima vez que tenga clase con este profesor le traeré un regalo o algo así. Probablemente una manzana. Tiene cara de que le gustan las manzanas.
Que tonterías pienso… Estoy cansado… mi cerebro está sobrecargado. Me siento mareado.
—Disculpa, ¿me das permiso?, debo retirarme.
—Ahh, sí, perdón —respondo medio somnoliento y me levanto—, ouch, otra vez…
—Eres algo torpe ¿no? Chico pervertido —dice riéndose de mí.
—No, es solo que-
Gwarrrr, mi estomago acaba de rugir por comida
—Quizás comer algo te de energía —sugiere ella disimulando su sonrisa—. Nos vemos mañana.
—Espera —la llamé alzando un poco la voz.
—¿Sí? —voltea elegantemente para verme.
—Gracias por mostrarme tu cuaderno y por los consejos, fueron de mucha ayuda.
—Bueno, no es algo que haría por cualquiera… —dice ella mostrándose tímida y adorable.
—¿Ah? —siento que mi cara se pone roja.
—Pfff, ¿esperabas que te dijera algo así? Eres un tonto e inocente chico pervertido, bye bye —se despide llevando sus dedos índice y medio a la sien.
Me siento un poco humillado por caer tantas veces en sus bromas. Ella ya no estaba en el aula, definitivamente tiene prisa. Debo ordenar mis cosas para irme yo también. Me gustaría hablar con esa confianza y seguridad.
¿Castillo verdad?, envidio eso de ti… Oh mierda. No arreglé el malentendido.
Se fue y seguro sigue con la idea de que soy un chico pervertido. Espero que piense que no lo soy mucho…
Espera ¿En base a qué escala se juzga eso? Es algo subjetivo, para alguien poco acostumbrado a las muestras de afecto hasta un abrazo le puede parecer un acto indecente de lujuria… Ese no es el punto Jonathan.
¿Cómo puedo comunicarme con ella? Recuerda todo lo que sepas de ella… Cabello negro lacio, ojos y labios bonitos, olor no desagradable, manos pequeñas y delicadas… No, eso no. Alumna del aula 4-2, número 18 en la lista, se apellida Castillo. Con eso podría preguntar en recepción. Aunque dudo mucho que me den información personal de otra alumna… gratis.
Posible vida social en la academia o dinero… Bueno, daré por muerta mi vida social. Es normal compartir lo que a uno le parece divertido y ella se rio varias veces. Sus amigos de la academia ya deberían conocerme como el “chico pervertido”. No la culpo por compartirlo, después de todo… no hubiera pasado si no me ponía nervioso.
¿Por qué me puse nervioso en primer lugar? No es como que nunca haya hablado con una chica en mi vida…
Espero que pronto encuentres una chica de la cual enamorarte
¿No puede ser por esa tontería verdad?
No te des por vencido, el amor llega cuando menos te lo esperas
Ugh… que estupidez. Las personas que uno quiere dan miedo. Confiar y querer implica aceptar que nos pueden traicionar y lastimar. Que las palabras de alguien tengan tanta importancia para uno… ¿asusta un poco no? Inconscientemente las palabras de mi mejor amigo influenciaron en mí, despertando mi lado fanático del romance.
Un encuentro inesperado, una chica hermosa de repente le habla a un chico X cualquiera y se interesa en él. Podría ser cualquier historia de romance, pero eso solo son historias. El romance ha de ser más complicado que eso. No creo en el amor a primera vista.
¿Conocer a alguien por 4 horas es suficiente para enamorarse? Quizás para otros sí, pero para mí no. Aun así, parece que a mi “corazón” adolescente no le disgusta la idea de enamorarse.
Afortunadamente el que en realidad se encarga de eso es el cerebro. Y mi cerebro tiene sus prioridades bien establecidas. Ahora mismo, comer.
Muero de hambre. Espero tengan pasta en el restaurante al que voy.
Antes asumí que ya compartió lo de “chico pervertido” pero todavía está la posibilidad de que no lo haya hecho, creeré en eso.
Mañana vendré temprano y me aseguraré de no lucir torpe. Me disculparé por mi mirada perdida y así aclararé el malentendido. De esa manera podremos empezar de 0 y ser amigos. Será mejor dado que nos veremos por bastante tiempo.
*****
Camino solo por la vereda, todavía faltan unas cuadras antes de llegar al restaurante.
Me gusta mucho caminar en solitario. Suelo zigzaguear involuntariamente cuando camino, por ello cuando camino con personas a mi lado lo hago por el borde para así tener una línea que seguir.
Si no lo hago entonces termino golpeándolas con mi hombro. También juego a no pisar las rayas o cruzar la pista solo pisando lo blanco del pase de cebra. Actualmente tengo 16 años, el 27 de septiembre cumpliré 17.
En mi defensa, actúo así por mi mamá. Ella me enseñó a divertirme de esta manera.
Es una buena forma de mantenerme relajado y de buen humor, ¿un poco infantil? Sí, pero todos tenemos un niño interior.
Por otro lado, mi papá me enseñó a dar “pasos de poder”, o es así como los bauticé. Pasos firmes, con una postura recta que transmite fuerza y todo el mundo se hará a un lado para que pases.
Personalmente, prefiero esquivar antes que hacer que las personas se hagan a un lado. Sin darme cuenta ya estaba en la puerta del restaurante.
—Así que… El sabor de la casa.
Es un restaurante familiar que sirve comida al estilo casero, pero con una mejor presentación. Además, tienen un apartado de postres, así como frituras.
El lugar es fresco y acogedor. Incluso tiene música de fondo. Ahora suena I want to break free de Queen. No está lleno por completo y la mayoría de clientes ya están comiendo. No tardarán mucho en atenderme.
Tomé asiento en una mesa pequeña, como para un máximo de 3 personas. Mientras espero a que tomen mi orden reviso mi celular. Mis amigos tuvieron su reunión hoy así que algo deben haber subido a sus redes sociales.
Luego de revisar la primera historia de IG, mi ilusión de comer algún bocadito fue rota en mil pedazos. Por un segundo creí que era una foto antes de llenarla de bocaditos, pero luego noté que había marcas de dedos en los bordes. Significa que ni siquiera dejaron las migajas.
Los bocaditos fueron aniquilados mientras ellos veían Thor: Ragnarok. Luego de ver la película como no tenían nada mejor que hacer jugaron Monopoly. Mala elección…
Los juegos de mesa son una buena forma de entretenerte al jugar con amigos o familia. Se venden como actividades divertidas que pueden ser jugadas cuando uno quiera sin necesitar de otra cosa más que el juego en sí.
Pero esto solo es en la superficie.
En realidad, los juegos de mesa no son otra cosa más que actividades en las que destruyes tus amistades.
Más de una vez terminamos enojados luego de jugar juegos de mesa y aun así los volvemos a jugar, supongo que es un círculo vicioso.
En lo personal no me molesta perder contra alguien que es superior a mí. Entiendo que jugó mejor que yo, fue más inteligente y me superó con estrategia. Pero yo tengo 0% de win rate contra la Reina Despistada, Nathalia Reyes, y eso no lo puedo aceptar.
Simplemente no puede ser posible que en cada juego de mesa en el que participemos los dos, siempre pierda yo. Ni siquiera ella sabe cómo gana. “La cosa es que gané” es lo que pasa por su mente luego de cada victoria.
Mi hambre aumenta ¿Todavía ningún mesero me ha visto?
La mayor parte del tiempo me agrada tener poca presencia, no resalto mucho y me dejan tranquilo. Sin embargo, ahora me gustaría que me notaran.
Sigo revisando las historias, Jeremy subió una. Es una foto de corazón hecha de 2 manos. Mi suposición era cierta
Bien por él. Me pregunto cuando nos presentará a su novia. Me gustaría conocer a la que chica que lo conoce desde hace 7 años. Alguna anécdota divertida debe tener.
Actualizaré el feed para ver algo nuevo… Instagram, esto no era lo que esperaba.
El sexo vende, es algo conocido por todo el mundo. Comúnmente se usa a mujeres bellas para atraer el público masculino; por ejemplo, los letreros de autolavados.
Luego de actualizar, el post de una página de memes apareció. Te gusta mi pelo? uwu es el texto que se lee sobre el trasero de quién sabe que chica. Le daré corazón.
—Disculpa la demora, fue difícil notarte. Aquí tienes el menú —señala la mesera.
—¡¿Eh?! ‒respondo sorprendido y dejo caer mi celular sobre la mesa.
—Deberías tener más cuidado con tu celular… —dice mirando la pantalla—. Oh… entonces si eres un chico pervertido.
El tiempo se ralentizó tanto que pareció detenerse. Mi cerebro trabajó al 1000% para llegar a una conclusión luego de escuchar las palabras “chico pervertido”.
El sonido de aquella voz, su tono y la pequeña risa luego de pronunciar aquellas palabras. Utilizando toda esa información llegó a la conclusión que la mesera que me atiende ahora es
—Castillo…
—Bienvenido a “El Sabor de la Casa” ¿Qué desea ordenar chico pervertido?
—Espera, ¿podemos hablar respecto a eso?
—Lo siento, no tenemos “Espera, ¿podemos hablar respecto a eso?” En el menú —responde sarcásticamente manteniendo su sonrisa profesional.
Que buena mesera… Luego de darle un vistazo rápido al menú encontré lo que se me antojaba.
—Tallarines rojos… con queso extra por favor.
—Mi descanso será pronto, si ordenas un postre quizás pueda sentarme para conversar.
Oh… se está aprovechando de mí.
Bueno, sigue siendo más barato que intentar sobornar al de recepción.
—Aahh… —suelto un pequeño suspiro—, también un combinado de arroz con leche y mazamorra.
—Bien, en un momento se lo traigo.
Llevó la orden a una ventana que conecta con la cocina, ahí la recibió un señor mayor. Diría que tiene entre 35 a 45 años. Es el cocinero. Luego de un pequeño intercambio de palabras, ella regresa a mi mesa llevando en una bandeja un vaso de agua y cancha serrana.
En un despliegue majestuoso de habilidad sirvió lo que llevaba en la bandeja. No dijo ni una sola palabra, en un abrir y cerrar de ojos ya podía disfrutar del pequeño aperitivo.
Lo normal sería que no me regalaran el vaso de agua. El bocadito salado te da sed y por consiguiente compras una bebida. Que lo acompañen con agua anula su efecto.
¿Será por dar comodidad? El Sabor de la Casa eeeh… Me alegra que no sea el sabor de una casa disfuncional, aunque me resulta curiosa la idea de un restaurante temático donde te griten y te humillen. Puede funcionar con los masoquistas o como entrenamiento para fortaleza mental…
Muralla Verde es la canción que suena mientras espero que llegue mi comida. Me alegra que me regalaran el agua, mi presupuesto para la bebida se fue con el postre que tuve que pedir. No me gusta mucho comer seco.
El olor de los tallarines rojos entra por mis fosas nasales, volteo mi cabeza y veo a mi compañera de asiento en la academia llevando consigo una bandeja con un plato lleno de tallarines rojos con bisteck cortado en pedacitos, a su lado hay un recipiente con queso parmesano y los cubiertos que usaré envueltos en una servilleta ¿Cómo es que lo balancea todo con una mano?
—Por favor —dice ella acomodando el tenedor al lado de mi mano dominante—, disfrute.
Inmediatamente después de decir “disfrute” desapareció por completo de mi vista. La curiosidad por saber cómo se mueve tan rápido se desvaneció a los pocos segundos cuando mi mirada recayó en la comida que tengo servida delante.
Los tallarines están en su punto, la salsa roja se encuentra en la cima de ellos sin mezclar todavía, lo único que está bañado en ella son los pedazos de bisetck… decir que se me hace agua la boca no es tan especifico como me gustaría. El océano Atlántico se desborda de mi boca es más apropiado. Si fuera un plato cocinado por mi mamá se desbordaría el océano Pacifico.
Gracias por la comida.
*****
—Ugh… estoy lleno…
A veces me sorprende mi apetito y cómo no me atraganto con lo que como. Sé que hay personas que tienen un segundo estómago para los postres, pero no es mi caso. Ni de broma me entrará el postre que la mesera que me llamó pervertido trae en este momento.
—Aquí tienes el postre.
Odio desperdiciar comida… me pregunto si podré pedirlo para llevar.
—Disculpa, podrí-
—Tienes razón, no traje la cucharita para el postre.
Ahora que lo menciona… es verdad. En casa no me molesta comer con las manos, pero es un poco vergonzoso hacerlo en público. Demostró ser una mesera excelente… no creo que se haya olvidado de casualidad la cucharita.
Se fue llevándose el plato donde antes había tallarines y el recipiente con queso, y regresó con 2 cucharitas. Espera… ¡¿2 cucharitas?! A veces practico usar mi mano derecha para agarrar los cubiertos, pero nunca he probado ser ambidiestro al comer ¿Se puede?
Me estoy pasando de creativo, quizás sea para comer con una la mazamorra y la otra el arroz con leche, pero eso no tiene sentido alguno ¿Cuál es el punto de comer un combinado si no lo vas a combinar?
—Toma, aquí está tu cucharita —dice ella y toma asiento al frente mío—. Ahora estoy en mi “descanso” —acompaña sus palabras con un gesto de silencio.
—¿Y la otra cucharita?
—Ah, ¿esta? —Levanta una cucharita con una la letra I grabada en un extremo—. Es para mí. Cuando admitas estar lleno entonces podré comerme el postre, la comida no se debe desperdiciar sabes.
Oh… eso resuelve mi duda.
—Adelante, disfruta el postre —Le ofrezco sin emoción alguna.
—Gracias —dice ella sonriente.
Es mi oportunidad para arreglar el malentendido ahora que está distraída con el postre. Come con mucha pasión, debe gustarle mucho. Podría salir en un comercial como modelo. Su expresión es agradable de ver…
La belleza es un concepto subjetivo. Lo que es bello o no cambia dependiendo de la persona, su educación, su entorno social, etc. En resumen, cada quien tiene su propio gusto. De acuerdo al mío, ella es hermosa. No puedo describirla de otra forma.
Por otro lado, bajo mis estándares yo soy alguien promedio. Con una variación de 0.5 dependiendo de mi autoestima.
—Disculpa —dice ella limpiando sus labios—, otra vez te me quedaste viendo.
¡Oh por favor! ¿Cuántas veces más me voy a quedar pensando mirando en su dirección? La broma empieza a perder gracia. Aunque está vez… admito que sí la vi intencionalmente por unos segundos.
—Escucha, no soy un chico pervertido.
—Lo sé.
—Sí, puede que no me creas por mi actitud, pero lo que pasó fue que me distraje por una idea y me sorprendiste al habl- espera, ¿dijiste que lo sabes?
—Correcto —dice ella apuntándome con la cucharita—. Aunque lo de tu celular me hizo dudar un poco.
—No puedo controlar lo que otros suben —expreso evitando su mirada.
—Pero controlas a quienes sigues, bueno, da igual. Eres un chico después de todo —dice ella terminando de comer el postre.
Tiene un punto.
—¿Cuál fue la idea por la que estabas distraído? —pregunta mientras pasa su dedo por los bordes del recipiente.
El amor llega cuando menos te lo esperas
—Una tontería.
—Uno no se pone nervioso por tonterías, chico pervertido —dice ella para luego chupar su dedo con los restos de postre.
Eso fue algo sexy… no no no. Pensar así es darle la razón.
—¿Podrías parar con eso por favor? —pronuncié un poco molesto.
—Uwa… creo que me pasé un poco. Tranquilo, dejaré la broma. No difundiría falsamente que eres un pervertido.
—¿En serio? —pregunto iluso.
—En serio —responde honestamente.
Solté un gran suspiro, me acabo de quitar un gran peso de encima. Todavía puedo tener vida social.
—Uuuf, Ahora puedo relajarme.
—Lo siento —dice ella riéndose ligeramente.
No te muestras muy arrepentida que digamos.
—¿No crees que es un poco raro hablar con tanta confianza con el chico al que llamas pervertido?
—¿Me estás diciendo rara?
—Bueno… tú empezaste llamándome pervertido.
Se me quedó viendo unos segundos y luego empezó a reírse, contagiado por su risa hice lo mismo. Con eso arreglado ahora puedo conocerla más. Es mi compañera de asiento después de todo.
—Ehm…
—Me llamo Ivana —señala su pin—, Ivana Castillo, ¿tú, “chico pervertido”? —pregunta haciendo un gesto de comillas.
—Jonathan, Jonathan Serna.
—Estudias en el FG Schools ¿Verdad?
—¿Reconoces el uniforme?
—Cómo olvidarlo luego de usarlo por 5 años. Me gradué de ahí.
—¿En serio? No recuerdo haberte visto.
—Bueno, sabes cómo es ¿no? Apenas hay interacción entre grados.
Es verdad. La única actividad donde te relacionas directamente con otro grado es en un club. Además de Nathalia, otros compañeros también pertenecen a uno y todos dicen lo mismo. “Tan solo hablamos de lo que respecta al club. Apenas sé sus nombres”.
Obviamente por convivir tanto aprenden más sobre los otros miembros de sus clubs, pero no es información que consiguieron preguntándoles directamente.
A pesar de este hecho, siempre al momento de la graduación hay declaraciones. Sin conversar directamente, los jóvenes se enamoran de la imagen que se forman de las personas en sus cabezas.
Disfruto de ver estos acontecimientos, escenas de romcoms en vivo, son geniales.
—Sí… aunque ni siquiera te recuerdo de vista.
Estoy seguro de haber visto a todos los alumnos de los grados superiores al mío y ella no aparece en mi memoria. No debería ser posible eso… estuve bastante atento a las chicas bonitas durante los festivales deportivos.
La presencia durante este evento es obligatoria. Puedes abstenerte a participar en una competencia, pero debes ir a animar. Así que animé algo que valía la pena.
—Mantuve un perfil bajo, digamos que tuve mi glow up al graduarme.
Eso lo explica… Por otro lado, debo dejar de pensar así sobre el festival deportivo. Después de todo planeo participar en serio este año, así como mejorar en cierto deporte.
—Me doy cuenta. Entonces… ¿Bromeaste conmigo porque reconociste mi uniforme?
—Pensé que sería divertido molestar a alguien menor.
—Sí, claro. Divertido.
Bueno, lo divertido también es subjetivo. Si se considera divertido el estrés de pensar en todo lo que me podía pasar luego de ser acusado de ser pervertido entonces sí, fue divertido.
—Luego lo recordarás con alegría y me agradecerás por ello.
—Gracias por la broma —digo sarcásticamente.
—Por cierto ¿Qué tal la comida?
—¿Los tallarines? Deliciosos, el postre… dime tú.
—Nah, dímelo tú —dice acercándome una cucharita con un poco de combinado.
—Pensé que lo habías terminado.
—Separé un poco en tu cucharita, debe estar un poco frio, pero seguro sabe muy bien.
—Estoy bastante lleno…
—Vamos… di aaaah. No todos los días una belleza como yo te da de comer.
Acepté a regañadientes. La mazamorra y el arroz con leche estaban fríos como dijo ella, pero eran deliciosos. Me arrepiento de no tener un segundo estómago para postres.
No esperaba que otra persona además de mi mamá me diera de comer en la boca.
—Rico… —susurro para mí mismo.
—Lo sé, estaba muy rico —menciona sonriente.
Tiene un buen oído… y una hermosa sonrisa.
—Entonces… trabajas aquí.
—Luego de la academia vengo aquí, trabajo una hora y media de lunes a viernes, pero los fines de semana trabajo seis horas.
—¿No es un poco difícil resistirse a la tentación de comerte lo que sirves?
—Fue duro al inicio, pero con autocontrol y fuerza de voluntad lo conseguí —bromea exagerando sus gestos.
Me encantaría seguir conversando con ella, pero creo que no será posible. Se me hace tarde, debería pedir la cuenta e irme. Además…
—Hay un señor buscando a alguien con la mirada desde la ventana que conecta a la cocina… creo que tu descanso ha terminado.
—Ugh… que mal…
—¿Cuánto es la cuenta?
—Serían 15 soles, 14 por el vaso de agua.
Adiós querido billete de 20 soles… te recordaré por siempre.
—Tardaré menos de un minuto —dice ella volviendo a ser una mesera perfecta.
Me agrada el restaurante. Es acogedor y la comida es excelente. Es perfecto para cuando no tenga ingredientes en casa o simplemente me dé flojera de cocinar.
Frecuentaré este sitio luego de la academia. No me percaté por estar conversando con Ivana, pero aquí suenan temazos. Lo peor de todo es la canción que acompaña mi espera.
—Aquí tienes.
—Gracias —recibo el vuelto un poco apenado—, espera… aquí hay de más.
—Bueno, dado que apenas probaste una cucharita sería injusto que lo pagarás ¿verdad?
Oh… ¿Quién es esta chica? Y ¿Por qué me resulta tan genial?
—Te veo mañana en la academia —se despide con el mismo gesto que hizo antes.
—Bye bye —respondo imitando su gesto y levantándome.
Me aseguré de no golpearme esta vez, ella continuó su trabajo de mesera y yo salí del restaurante. Sentí el frio del exterior, camino hasta el paradero para luego cruzar la pista y tomar el bus que me lleva a mi casa.
No tardó mucho en aparecer, tomé asiento y cerré los ojos. Cuando los abrí ya estaba en mi paradero. Agradezco poder dormirme en el bus y despertar siempre a tiempo. Es una extraña pero útil habilidad.
Me dirigí al edificio donde se encuentra mi pequeño apartamento. Estoy en mi último año de secundaria y vivo solo con 16 años. Parece sacado de un fanfic estúpido de Wattpad, pero es la verdad.
Subí las escaleras hasta llegar a mi piso y entré a mi casa. Dejé mi mochila en la mesa de la sala y fui directamente al baño. Necesito ducharme. Luego haré mis tareas y a dormir.
—Está tibio…
Me puse la ropa cómoda que uso para dormir, abrí mi cuaderno para resolver algunos ejercicios que dejaron como tarea en el colegio, pero…
—Esto mucho más sencillo que la academia, que aburrido…
Debo reconocerlo, Ivana tenía razón. Recuerdo su broma con alegría.
Me pregunto si el resto de mis días en la academia serán así de interesantes. Ya quiero que sea mañana.
*****
—Ivana, danos una ayuda en la cocina, solamente para limpiar —ordena mi jefe riendo.
—Ca-cállate —contesto un poco avergonzada —. Soy tu mejor mesera, ¿eso lo compensa no?
—La mejor forma de llegar al corazón de un chico es por su estómago, estás en edad de tener un novio.
—Gracias por el consejo pero no estoy interesada. Prefiero enfocarme en ingresar a la universidad. Los chicos no son mi prioridad.
Al menos no todos…
—¿Y esa sonrisa? ¿Acaso es por el chico al que le robaste un postre?
—¿Estabas viendo?
—Es mi labor como jefe supervisar a mis empleados.
—Supervisa la comida que preparas, no vayas a lastimarte “viejito”.
—Creo que habrá un recorte de personal a fin de mes.
—¡¿Eh?!, me retracto. Le ruego me disculpe su excelencia de las artes sagradas culinarias —suplico por su perdón haciendo una reverencia.
Logré hacer reír al señor Antonio con mi tontería. Es una buena persona, aunque un tanto chismoso. Disfruta mucho escuchando las historias de los jóvenes y sus favoritas son las mías.
Estoy agradecida por darme este trabajo. Si me despidiera no podría continuar mis estudios en la academia
Bueno, veamos si ese viejito todavía tiene una memoria decente y la capacidad para enlazar datos.
—El mundo es más pequeño de lo que parece —suelto esas palabras al aire.
—No me digas que es… —voltea a verme sorprendido.
—Sí, el mismo.
—Ah jajaja —ríe enérgicamente —. Es mejor tarde que nunca.
—Tiene razón, mucha razón jefe —digo asintiendo exageradamente con mi cabeza—. Entonces… ¿Puedo llegar tarde mañana?
—Te despido.
—No dije nada.
Continuamos limpiando en silencio, estamos por terminar.
Respecto a Jonathan… realmente se sintió aliviado luego de que le dijera que fue una broma ¿Tomé demasiada confianza? Nah, digamos que es una forma agresiva de romper el hielo. Como si un tigre se abalanzara sobre ti para luego ponerse a jugar.
—Rawr —digo imitando a un tigre con todo y sus garras— ¿Algo así?
—¿Eh? Ivana… ¿Qué fue eso? —pregunta mi jefe conteniendo como puede su risa.
No me importaría que la tierra me tragara en este momento. Qué vergüenza…
—En serio te la pasas supervisando a tus empleados…
—No te olvides de pegar el anuncio de ayudante en la cocina.
Qué considerado, cambió el tema rápidamente. Aunque…
—¿De verdad necesita ayuda en la cocina? Usted solo se desempeña muy bien.
Tan solo es ayudado por algunos meseros a cortar verduras o servir postres… pero él se encarga de hacer prácticamente todo en la cocina.
—Quiero tener un aprendiz. Guiar a un joven para que alcance la excelencia culinaria.
—¿Qué clase de ideas se le meten luego de ver películas?
—No te pago para que me juzgues
—Sí sí, ya voy.
*****
Luego de pegar el anuncio en la puerta del restaurante ya no tenía nada más que hacer. Mi turno acabó y es hora de regresar a casa.
Fui al cuarto de empleados para cambiarme. El uniforme que uso es lindo, pero me avergonzaría un poco salir con él. Volví a las ropas que tenía en la academia y salí del restaurante.
—Viento… que refrescante.
Caminé hasta el paradero, afortunadamente el bus que me lleva a mi casa coincidió con mi llegada al mismo. No vivo muy lejos del restaurante, pero a esta hora me da un poco de miedo regresar caminando.
Jonathan Serna… no esperaba volver a verte. Pensé que siempre me lamentaría por eso, pero esta es mi oportunidad para arreglarlo. Te ayudaré, lo prometo.
Bien, ya estoy en casa. Ugh… pensé haberme acostumbrado a este sentimiento, pero todavía es algo duro. Si tan solo fuera…
*****
—¡Maaaaaami! ¡Paaaapi! ¡Regresé del colegiooooo!
—¡Hija! ¿Cómo te fue hoy? —preguntó ma.
—Muy bien mamá, aprendiendo cada día más.
—Esa es mi hija —dijo pa abrazándome como un oso.
*****
Ese breve recuerdo regresó a mi mente… Ojalá poder regresar a esos tiempos… pero ahora… Da igual, tengo que hacer algo de bulla.
—¡Papá! ¡Estoy en casa! —grito en dirección al cuarto de mi padre.
—¡Cállate de una maldita vez y piérdete!
Lo siento… En serio… lo siento. Todo esto es mi culpa y yo… yo… mamá…
*****
Debo dejar de ponerme así de mal, no siempre tendré un baño caliente para despejar mi mente.
—Está tibio… —comento con ojos lagrimosos—. Si me ahogara en esta bañera… ¿tendría una muerte cálida?
Sabes Ivana… creo que puedes lograr todo lo que te propongas. Recuerda siempre que hoy eres mejor de lo que eras ayer y mañana serás mejor de lo que eres hoy.
—Que tonterías estoy diciendo… gracias mamá.
Perdí la noción del tiempo durante el baño, al salir me vi en un espejo… parezco una pasa. Una hermosa y sexy pasa para ser específica. Me vestí con mi pijama favorito, uno de gatitos.
Tengo 17 años y sigo usando un pijama que tengo desde los 12. Antes me quedaba grande y suelto, ahora bueno… digamos que resalta mi figura.
Le tengo bastante cariño, mi papá pensó en que crecería cuando me lo compró… fue un regalo que me dio cuando todo estaba bien…
Ya, no pienses en eso Ivana. Es hora de dormir, despeja tu mente y descansa. Mañana tienes otro día pesado.
—Buenas noches papá… —susurré para que no pudiera escucharme.
Comments for chapter "02"
QUE TE PARECIÓ?
Graciasxd
Pobre Castillo, a pesar de ser todo alegre, se nota que al llegar a su casa, el ambiente es todo lo contrario…
Si la vida universitaria puede ser abrumadora y esto lo aclara :v al siguiente cap
Entonces… ¿Fué al restaurante porque sus amigos no lo dejaron comer?
Aquí ya todo toma estilo de light novel.
Las escenas de comida son geniales.
Y empieza alta fantasía romcom. Ivana de algún modo me recuerda a varios personajes. El prota es desesperantemente pasivo como dictan los cánones.
Banda sonora recomendada: Niño pervertido.