GG EZ! ¿Cuán difícil puede ser volverse un mercenario legendario? - 04
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- 04 - Relatos de un gremio fracasado
Capítulo 5
El pequeño pero alegre grupo se había reunido frente a una cálida chimenea con un ardiente fuego que llenaba de alivio sus helados corazones, atormentados por la lluvia. Todos compartían la comida y la bebida entre risas, en especial la chica, la cual parecía destacar entre los dos hombres del grupo, llenando el ambiente de entusiasmo con toda clase de relatos.
– Entonces le dije: ¡Bestia inmunda! ¡La escamaperla de Roca Trueno es mía! ¡Un estallido cubrió la escena e impactó el aliento de fuego del dragón! ¿¡De quién más iba a ser?! Si no es la bruja de Eser, ¡Bianchi Moscheta de Estrella Onírica! – Exclamaba la chica encima de una mesa, con un resplandor radiante en sus ojos y una pierna de pollo en sus manos apuntando hacia adelante, motivando las sonrisas de todos los presentes, incluyendo la de Rhodas, quien procuraba contenerse un poco para no olvidar que no era más que un invitado en aquella taberna.
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- – ¡Así que Rhodas Giolassi! – Exclamó la chica inclinándose un poco para mirarlo con una sonrisa amable.
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- – ¡Sí señora! – Respondió el chico levantando la mirada rápidamente.
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- – No pareces disfrutar mis historias, esperaría más entusiasmo de alguien que trae una linda espada y un Halcón rojo de Eigia a mi gremio– Agregó la chica alzando una ceja recibiendo sorpresa por parte del joven el cual se levantó rápidamente mirando a Fleetwood.
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- – ¿¡Halcón de Eigia?! ¿¡Mi espada?! ¡¿Cómo sabe todo eso?! ¡¿Cómo que gremio?! ¡¿Esta no es una simple taberna?! –
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La chica se acomodó en la mesa levantando su brazo logrando que el halcón se posara en él para recibir unas suaves caricias
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- – Claro que esto es un gremio, ¡El gran gremio de la Estrella Onírica! Y yo soy su maestra, ¡La bruja Bianchi Moscheta!
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El grandulón es Cedric Barlovento y el cara larga de aquí es nuestro Kojiro Fiore, todos a vuestro servicio. – Agregó la chica moviendo su otro brazo en gesto de reverencia.
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- – ¿La Estrella Onírica? Nunca había oído de este gremio – Agregó Rhodas provocando un tic nervioso en la chica, quien desviaba su mirada con una sonrisa inquieta.
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- – ¿Son un gremio nuevo? Por eso son solo tres, ¿verdad? –
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El nerviosismo y la aparente vergüenza de la chica se vieron cubiertos por el hombre de composición fuerte, quien al levantarse de su asiento explicó pacientemente.
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- – La parte de GRAN GREMIO fue algo exagerada por parte de nuestra maestra, ella suele actuar de esa forma. – Agregó el mayor explicando con calma al joven
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- – ¡Pero son un gremio! ¡Deben tener alguna historia épica! – Insistió Rhodas esperando escuchar algo digno de este dichoso gremio, a lo cual el joven de mirada silenciosa agregó
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- – Lo cierto es… que ni siquiera tenemos misiones, este gremio nació como una idea para ocultarnos de nuestras tierras natales, la verdad es que es más difícil de lo que parece, hay gremios más populares allá afuera y la gente no nos busca para pedirnos ayuda en sus misiones –
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Rhodas estaba acostumbrado a las historias de grandes gremios que cumplían misiones legendarias con sus integrantes, magos, pícaros, bravos guerreros que con su fuerza podían destruir monstruos inimaginables, ¿pero que había del resto? ¿Los gremios que no lograban surgir y se quedaban estancados en un sueño? De esos simplemente, nunca se hablaba.
El ambiente alegre se había apagado y el cálido fuego disminuía su luz dando peso a la vergüenza de los integrantes al sentirse como menos que un simple gremio de quinta, ahora solo eran un montón de Donnadies.
En ese momento el joven apartado, de mirada seria y de pocos amigos se levantó y con un trozo de fierro movió las brasas de la chimenea encendiendo con su calor una pequeña y delgada ramita de madera, tan fina como el tallo de una espiga de trigo comenzando a fumarlo mientras que de su extremo salía humo con aroma a tabaco y miel, el muchacho recogió una larga katana del suelo apuntando al invitado con su mango hablando con un tono melódico y poético llamando la atención de los demás miembros del gremio.
Una vez, yo escuché De una maestra bruja que
Un tesoro encontró en las puertas de su gremio
Con la fuerza de un León Y con el cielo por cortar
Suya será mi espada, mientras usted sea mi hogar.
La sonrisa de la joven bruja iluminó el cuarto una vez más levantándose de la mesa posándose frente al fuego.
Una vez, yo escuché De un desierto extraño
Lleno de tesoros para tu vida llenar
Mas no seas tonto, solo no vas a entrar Por parte del tesoro, acompañado vas a estar
Por tus piezas de oro o un jarro de cerveza
¡El Gremio de la Estrella acompaña con su fuerza!
El entusiasmo de los jóvenes animó al mayor a alzarse de su asiento mostrando su iniciativa con su propia historia.
Una vez, yo escuché De un prado celestial
Con todos los manjares que podrías desear
Con árboles de tarta Y lagunas de Té
Que el mundo no ha podido conocer.
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- – ¡¿Ah?! ¿¡Eso es verdad?! – Preguntó Rhodas imaginando aquel maravilloso lugar.
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- – ¡Claro que es cierto! ¡Y algún día voy a encontrar ese lugar! – Agregó Cedric sonriéndole amablemente siendo interrumpido por su maestra quien se paró en medio de todos agregando a su recitar.
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Con Jarras de cerveza
¡E historias por doquier!
¡El valle de los héroes y leyendas conocer!
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- – Es un viaje largo –
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- – Vale la pena emprender –
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¡Podríamos embriagarnos de noche, hasta el siguiente atardecer!
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- – ¿Podría esta mujer dejar de pensar sólo en beber? – Agregó finalmente Cedric concluyendo las rimas en conjunto que estaban armando para en acto seguido dirigir la mirada hacia Rhodas quien lentamente se levantaba de su asiento con una sonrisa temblorosa por ser el centro de atención.
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Una vez… yo escuché…
De un exorcista que… A todos los demonios, él podía dominar
Con un rojo resplandor Como la sangre de Dios
Mostraba la voluntad de un rey conquistador…
El silencio volvió a sentirse entre las miradas de asombro de los espectadores, Rhodas acarició por inercia las cicatrices de su mejilla provocadas por el sello de su exorcismo.
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- – ¿De dónde salieron esas marcas de tu rostro? – Preguntó el severo Fiore con unos ojos
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- – Me los hicieron hace un tiempo… en… una pelea –
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- – Esa historia que contaste… ¿Quién es ese exorcista que dices? – Preguntó la joven bruja con curiosidad y tacto, a lo que el joven devolvió una alegre sonrisa contestando de forma irreprochable.
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- – La escuché en una taberna ¡Bianchi! ¿¡Vas a contar otra historia o qué?! –
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- – ¡Trátala con más tacto delincuente! – Exclamó Fiore agarrando el cuello de su chaqueta con un rostro mosqueado por la confianza repentina del chico
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- – ¡¿A quién le dices delincuente?! –
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- – ¡Al niño de las cicatrices por supuesto! –
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- – ¡¿Es que quieres saber qué puede hacer mi espada?! –
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- – ¡¿Ese alfiler?! –
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- – ¡Yo te diré que es un alfiler Kojiro imbécil! –
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- – ¡¿AH?! –
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Las risas de la chica no se pudieron contener al ver la discusión de ambos chicos mientras el amable Cedric intentaba controlar la discusión con dulces palabras, la lluvia cesó, pero el cielo no dejó de sonar, las lágrimas de lluvia y los truenos de desesperación habían cambiado por la radiante primera estrella del cielo.
Comments for chapter "04"
QUE TE PARECIÓ?
Bianchi Moscheta, un personaje con el cuál me apego bastante, su desarrollo demuestra el temor que se siente ser excluido y discriminado🥺💫
Algo que incluso pasa en nuestra realidad, aún así, se qye su voluntad será más fuerte, eso espero ver en los siguientes caps ^^🤩💖