GG EZ! ¿Cuán difícil puede ser volverse un mercenario legendario? - 14
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- 14 - Keaton el Zorro
Capitulo 14
En las afueras del patio de Estrella Onírica, el joven aspirante, Rhodas Giolassi, lanzaba su espada a tanta distancia como podía, intentando alcanzarla y dar una puñalada, solo consiguiendo fracasar en cada uno de sus intentos.
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- ¡Aaaagh! ¡Esta mierda es imposible! ¡Llevo horas tratando y nada funciona! ¡La fuerza de salto necesaria para esto es ridícula! –
Tras expulsar su frustración en su berrinche, tomó el mango de su espada y lo lanzó hacia adelante con furia. Lanzó un estruendoso grito al aire y se dejó caer sobre el césped con sus ojos cerrados.
Pasaron unos pocos segundos y su arma regresó volando y encajándose en el suelo, solo a centímetros de su rostro, lo que lo hizo abrir sus ojos inmediatamente.
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- – No deberías perder de vista un arma tan bonita como esa… Podrían robártela niño. – Comentó un viajero de vestimentas andinas, un gorro chullo y un largo manto negro rodeando su cuerpo, en su mejilla podía verse una cicatriz pequeña y por su mochila, parecía venir de una larga distancia.
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- – Gracias… tienes razón… – Contestó Rhodas con calma recogiendo su arma.
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- – Estoy buscando a alguien… Tengo entendido que puede estarse ocultando por aquí. –
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- – No sé de quién hablas viajero… Aquí no escondemos a nadie… – Respondió Rhodas volteándose para continuar su entrenamiento.
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- – Busco a Bianchi Moscheta… Una peligrosa bruja… Una criminal indeseable… vengo a enseñarle un par de lecciones. –
Rhodas se detuvo por un instante, llamando la atención del viajero, quien volvió a contestar.
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- – Entonces la conoces… Dicen que ha vuelto a las andanzas… Que está en los bosques del oeste iniciando su gremio… Que chiste… Esa debilucha llorona… –
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- – Oye… Te equivocas de lugar para burlarte de ella… Porque no permitiré que vengas a ensuciar el nombre de la maestra de Estrella Onírica. –
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- – Ho… así que… la pequeña furia tiene un seguidor… ¿Tienes nombre? ¿Niñato? – respondió irónico el visitante
Rhodas desenvainó su espada dejándose llevar por la provocación y se puso en guardia enseñando sus dientes, furiosos como una fiera a punto de atacar.
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- – Rhodas Giolassi… ¡El bandido de Damicci! –
El visitante levantó sus cejas en una mueca de sorpresa, dio una leve sonrisa y se dispuso a presentarse.
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- – Pues yo… Soy Keaton… Chamán Nakana del Sol… Me conocen como Inti el zorro. –
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- – Fue un placer. – Agregó Rhodas arremetiendo contra su oponente, agregando un salto con espadazo a su rostro, pero este sin levantar ninguno de sus brazos, simplemente se hizo a un lado evadiendo su ataque.
El aspirante continuó atacando frenéticamente con su espada, mientras que el viajero simplemente se movía de un lado al otro evadiendo cada uno de sus ataques, para seguido a eso, estirar su brazo, enseñando un grueso guantelete de acero, para proceder a recitar.
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- – Arte de invocación: ¡“Káako”! –
Desde la mano de Keaton surgió un diminuto elemental de fuego que rodeó el cuerpo de Keaton en vuelo, para luego meterse dentro del guantelete.
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- – ¡Contenedor del sol! – Exclamó el viajero encendiendo su brazo en llamas, golpeando el rostro de Rhodas de lleno y dejándolo en el suelo de un solo impacto.
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- – No deberías ser tan pretencioso niño… Podría matarte ahora mismo… – Agregó Keaton, enseñando su brazo en llamas mientras pisaba la mano y la espada de Rhodas
Su rostro mostraba una mezcla de furia y frustración, se movía frenéticamente intentando zafarse, apretando sus dientes entre sí. Keaton pisó con fuerza su mano observándolo fríamente a los ojos.
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- – ¿No tienes miedo…? –
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- – ¿De qué…? –
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- – A morir… aquí… ahora… como un perro… –
Rhodas sonrió con un nerviosismo desafiante, apretó sus puños y respondió.
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- – Yo no moriré… Seré un mercenario… De los mas grandes. –
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- Sigues siendo igual de pretencioso… Suenas igual que ella… – Sonrió Keaton, inclinándose para acabarlo con un ultimo puñetazo.
En el instante en que el brazo se dobló para ejecutar el golpe, Rhodas aprovechó el momento de traspaso de fuerza para girarse a un lado y zafarse del agarre recuperando su posición de guardia.
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- – ¿Esperar el golpe para zafarte del otro brazo…? No es tu primera paliza, ¿Verdad? – Contestó Keaton en tono burlesco
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- – No lo es… ¡Pero aún no te he derrotado! – Exclamó Rhodas preparándose para volver al ataque, solo para ser detenido por una estruendosa ráfaga de viento que llamó la atención de los jóvenes–
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- – ¿Atendiendo a las visitas en nuestra ausencia… No es así Rhodas? – Consultó la firme pero serena voz.
Keaton se volteó con una leve sonrisa, dando la espalda a su oponente con seguridad y respondiendo al recién llegado.
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- – ¡Ahhh! ¡Cedric Barlovento! ¡Ha pasado mucho tiempo! –
Cedric dio una cálida sonrisa en respuesta y acercándose lentamente extendió la mano a Keaton, el cual la estrechó con cercanía y confianza.
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- – ¿Qué hacías peleando con nuestro aspirante? ¡Estás muy grande para esto! – Agregó entre risas, rodeando con su fuerte brazo el hombro del chamán.
Rhodas se mostró extrañado por la cercanía entre el amable Cedric y este perfecto extraño que apenas llegó se ofreció a matarlo.
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- – ¡Cedric! ¡Este tipo intentó matarme! ¡No puedes confiar en él! – exclamó molesto el aspirante.
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- – Yo no intenté matarte, solo dije que venía por la bruja e intentaste atacarme, no se cuál es tu concepto sobre la hospitalidad. – Respondió Keaton sin dejar de burlarse de él.
Cedric se soltó en risas y dándole un empujoncito a Rhodas le contestó a sus inquietudes.
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- – Este tipo no iba a matarte, puedes confiar en él, solo le gusta molestar a los novatos. –
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- – ¿¡Cómo voy a estar seguro?! ¡¿De qué lo conoces?! –
Cedric bajó su sonrisa un instante e intentando calmarlo lo acercó a él, aclarando sus dudas directamente,
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- – Su nombre es Keaton, no se pasa mucho por aquí, pero Fiore y Yo ya lo conocemos, Fiore también fue humillado por él apenas lo conoció. –
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- – Este grandulón me lo puso un poco más difícil, ¡Realmente tiene madera! – Agregó entre risas el viajero golpeando el pecho de Cedric, el cual procedió a seguir explicando.
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- – Keaton es un auténtico mercenario de alto rango, un rango A, incluso es tan fuerte como algunos maestros de gremio, además, podría decirse que es básicamente el hermano mayor de Bianchi. –
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- – ¡¿Hermano mayor?! – Exclamó Rhodas inquieto por la sorpresa.
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- – ¡Muy bien! ¡Basta de presentaciones familiares!, ¿¡Se olvidan de mí?! ¡También soy una visita! ¡Ayudé en la misión, deberían tratarme como la leyenda que soy! – Agregó el anciano que acompañaba a Cedric cargando las flores y metiéndose en medio de la conversación.
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- – ¿Quién es este vejestorio? – Preguntó él incrédulo Rhodas
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- – ¡Muestra más respeto delincuente! – Exclamó el anciano dando un escarmiento al joven
Cedric dio una leve risa cargando nuevamente las flores del mayor e invitándolos a pasar.
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- – Este amable señor es un jardinero que me ayudó con mi misión recogiendo los lotos de gardenia, su nombre es Jarao. –
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- – ¿Uh? ¿Están haciendo misiones? No me digas que por fin son un gremio oficial. – Preguntó Keaton tomando asiento.
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- – Aun no, cuando Rhodas se unió a nosotros… Robó unas misiones, al completarlas podremos postular a ser un gremio, Bianchi sigue algo nerviosa por la idea, pero creo que llegar con misiones cumplidas podría ofrecernos una buena oportunidad – Agregó Cedric con una sonrisa mientras ponía una taza frente al anciano para servirle el té.
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- – Ya veo… Es una buena idea, podría haber algo de conflicto si se aparecen por el gremio del viejo con las manos vacías. –
Keaton dirigió la mirada hacia el novato mirando su vestimenta y las cicatrices en su rostro.
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- – ¿Así que un ladrón eh…? Un ladrón legendario, suena muy poco tranquilizador. –
Rhodas lo miraba fijamente con descaro, aún no terminaba de confiar en él.
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- – Prefiero el término… Pícaro. –
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- – No te gusta que te llamen ladrón, ¿Pero te llamas a ti mismo Bandido? –
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- – No me gustan muchas cosas, tú tampoco me agradas. –
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- – No deberías cerrarte demasiado a la gente, novato demonio. –
La espada de Rhodas se encajó en la mesa y este se levantó con molestia e incomodidad.
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- – ¡Sabía que no podía confiar en ti! ¡¿Me estas persiguiendo?! –
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- – Tienes las marcas de un exorcismo en tu cara… ¿Crees que nadie se dio cuenta? Bianchi debe haberlo notado en un instante. –
Rhodas miró a Cedric, quien parecía estar de acuerdo con lo que Keaton mencionaba.
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- – ¿Lo sabían…? –
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- – Bianchi se dio cuenta… Es bastante estudiosa, seguro que ya había leído algo sobre las marcas de exorcismo… Fiore también notó algo raro en ti cuando salieron juntos. Pero no parecías ser un mal chico, así que preferimos mantenernos al margen y confiar en ti. Fue una petición de Bianchi. –
Keaton se levantó con seriedad y dejando un puñado de misiones sobre la mesa se dio media vuelta despidiéndose.
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- – Veo que no soy bienvenido aquí… Dile a Bianchi, que cuando sean un gremio oficial, me lo hagan saber. –
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- – ¡Espera! – Exclamó Rhodas deteniéndolo.
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- – Bianchi… No… Todos, aquí, me aceptaron sin problemas… No es justo que te vayas por mi… Si eres importante para Cedric y para mi maestra… Deberías poder quedarte todo lo que quieras. –
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- – Realmente no eres tan duro, ¿O sí? – Preguntó el mercenario volviendo a sentarse junto a ellos sonriendo levemente.
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- – Así que… ¿Hermano de Bianchi…? No te pareces mucho a ella… –
Keaton sonrió dando una suave risita al comprender su punto de vista.
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- – No es mi hermana de sangre, pero pasamos buena parte de nuestra infancia juntos. Diana, su maestra, me encontró cuando estaba perdido y me acogió junto con ella y Bianchi, entrenamos y aprendimos juntos, yo era un excelente invocador, pero Bianchi tenía un talento natural para destruir cosas con su magia. Ella realmente tenía problemas de control, pero la última vez que la vi, ya se manejaba bastante bien. –
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- –¿Qué quieres decir con problemas de control? – Preguntó Rhodas acomodándose en la mesa, interesado por saber más sobre su fuerte maestra.
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- – ¿Sabes porque a Bianchi la llaman la bruja de Eser? Bianchi proviene de Eser, un poblado apartado en las islas arcanas, en la región de Runnerglide, ella nació como una bruja con un maná muy fuerte. Bianchi mostraba interés en las artes mágicas, pero a pesar de vivir en la región con las mejores academias de magos, nunca se le permitió asistir a una…
Bianchi consideró practicar por su cuenta, aprendió a liberar su maná en fuego inestable, que gatillaba en explosiones, pero su falta de control acabó en un incendio masivo. –
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- – ¿Un incendio…? –
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- – La maestra Diana decía que el día que conoció a Bianchi, un monstruo atacó Eser y Bianchi intentó detenerlo a su corta edad, no había mercenarios o magos que pudieran ayudarla, Bianchi liberó sus explosiones inestables y alejó al monstruo, pero incendió todo el pueblo en el proceso, siendo incapaz de detenerlo.
La gente la culpaba por el monstruo y terminaron por expulsarla a pedradas, llamándola bruja, lo cual, en un pueblo pequeño e ignorante, significaba maldad y destrucción.
Diana acogió a Bianchi en su pecho, la llevó con ella, la educó en el control de su propio maná y le enseñó tanto como pudo, hasta convertirla en una bruja orgullosa. –
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- – Entonces… ¿Cuál es exactamente la magia de Bianchi si no son las explosiones? – preguntó Rhodas con intriga, a lo que Cedric contestó mientras servía el té al mayor y algo de comer a ambos jóvenes.
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- – Todos tienen una cantidad de maná en su cuerpo, que puede utilizarse de diferentes formas, Keaton es un invocador… Yo como monje, utilizo mi maná para potenciar mis ataques físicos. Y Bianchi, utiliza su maná en muchas formas diferentes, por lo que podríamos llamarla una bruja. Pero el tecnicismo que utilizan en la región de Runnerglide para este tipo de personas es Maga Arcana de Batalla. –
El joven aspirante sonrió levemente, le gustaba la idea de que su maestra tuviera un potencial tan grande y un futuro brillante por delante.
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- – ¿Qué hay de ti? ¿Qué clase de mercenario eres, aspirante? – preguntó Keaton interesado en el.
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- – Yo… Bueno… Solo tengo mi espada… Fleetwood, mi halcón… me especializo en el asalto… –
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- – Si, si, muy bueno, pero no mostraste ninguna habilidad cuando intentaste enfrentarme allí afuera. – Respondió Keaton comenzando a impacientarse.
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- – Ya sabes que soy un novato, no necesitas recordarme que no soy tan hábil como tú. – Agregó Rhodas sujetando su mejilla con su codo sobre la mesa.
Keaton tragó y lo apuntó con el tenedor mostrándose incomprendido por la respuesta del joven aspirante.
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- – Estoy hablando de habilidades, ¿Alguna técnica? ¿Algo de magia? ¿Alguna invocación? –
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- – Aun no estoy muy familiarizado con esas cosas… Bianchi me dejó con el entrenamiento que estaba tomando – Respondió el aspirante bajando un poco la mirada a lo que Keaton respondió extendiendo sus brazos.
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- – ¿¡Es que estos aspirantes de hoy solo saben presumir?! ¿¡Cedric puedes creerlo?! –
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- – Estoy seguro de que… – Respondió Cedric
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- – ¡Tu deberías estar afuera! ¡Buscando algo de acción! ¡Ya estas grandecito para no saber nada! – Interrumpió Keaton
Rhodas se estaba sintiendo intimidado por sus palabras, parecía ser que no le permitían salir a ampliar sus horizontes y su experiencia.
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- – No llevo tantos años como tú, solo llevo unos días aquí… ¡Algún día tendré técnicas y seré un mercenario realmente fuerte! ¡Dudo que hayas empezado siendo un rango alto! –
Keaton se quedó mirándolo de reojo por unos segundos, quizá estaba siendo demasiado impulsivo con sus comentarios.
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- – Lo siento, solo esperaba algo más de un aprendiz de Bianchi. ¿Por qué no me muestras ese entrenamiento tuyo? – Agregó el invocador con un poco más de amabilidad.
Rhodas sonrió levemente y se levantó de la mesa para mostrarle el progreso de su entrenamiento, se mentalizó en dar su mejor esfuerzo, sintiendo en el fondo que esta vez sí podría lograrlo.
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- – ¿Por qué no te sientas? Aun no termino de beber. – Interrumpió Jarao tomando lentamente su té.
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- – ¡¿Y tú quién eres anciano?! – Exclamó Rhodas golpeando la mesa y gatillando las simpáticas risas del resto del grupo.
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