GG EZ! ¿Cuán difícil puede ser volverse un mercenario legendario? - 15
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- 15 - Furia Sangrienta
Capítulo 15
Tras varios minutos de espera, Keaton y Rhodas se retiraron al patio, Fleetwood hacía labor de espectador tranquilamente en el hombro de Keaton disfrutando el espectáculo, repetición y repetición, fracaso tras fracaso, mientras que Cedric pacientemente servía más té al viejo Jarao.
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- – Muy bien, entonces, ¿Por qué querrías dominar esta técnica tan rápido? Creo que el asechador nocturno está muy lejos de tu nivel actual, aun necesitas trabajar mucho tu velocidad solo para poder llamarte a ti mismo un pícaro. – Agregó Keaton tras ver sus repetidos fracasos
Rhodas se levantó del suelo cargando nuevamente su espada frágilmente por las repetidas caídas, mientras Keaton se acercaba lentamente.
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- – Esto no es suficiente, podrían matarte en cualquier misión, mírate, ni siquiera sujetas bien esa espada. – Insistió el joven dándole un manotazo a su mano obligándolo a soltar su arma
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- – ¡Ya lo sé! Pero me comprometí a ir a una misión de escolta y no quiero ser una carga, debo tener algo con lo que pueda servir… No sé qué ocurrió antes de estas marcas… Pero no puedo regresar a Damicci con ellas, ¡No quiero que tengan que echarme de aquí por ser débil! – Respondió preocupado el aspirante.
Keaton vio la desesperación en sus ojos, se estaba esforzando demasiado por algo que no iba a lograr a tiempo. Se veía urgido, preocupado por su futuro en el gremio, que, aunque pequeño, significaba una gran oportunidad para él.
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- – Escucha… Como mercenario, no debería ayudarte… Pero… Voy a hacerlo… Creo que necesitas un empujoncito con estas cosas. – Respondió Keaton volteándose a escarbar en su mochila.
Rhodas se dignó a recoger su espada mientras lo miraba de reojo, interesado en la “ayuda” que el mayor estaba dispuesto a ofrecerle.
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- – Veamos… Dónde… ¡Aquí está! – Exclamó Keaton sacando de su mochila un trozo de papel con un sello en tinta
Los ojos de Rhodas se pegaron al objeto, el sello parecía brillar, aunque fuera tinta común.
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- – ¿Qué es eso…? – Preguntó Rhodas con curiosidad
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- – Vamos a hacer trampa… Voy a regalarte un encantamiento de buen nivel. – Respondió Keaton con picardía, sabiendo que estaba haciendo algo indebido.
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- – ¿A qué te refieres con hacer trampa? –
Keaton sujetó el encantamiento mirando a Rhodas fijamente.
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- – Entre las reglas de los mercenarios está escrito que los novatos deben mejorar sus habilidades por su cuenta, ni sus compañeros, ni otros mercenarios pueden entregar ventajas para ascender en niveles y rangos. Como parece que tienes todo en contra y poco tiempo para aprender, te daré esto y en estos días tu entrenamiento consistirá en aprender a controlarlo, pero esto será nuestro secreto. –
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- – ¿Aprender a usarlo? – Respondió Rhodas tomando el encantamiento de sus manos observándolo con curiosidad.
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- – Este es un encantamiento para peleadores físicos, como Cedric y yo, podrá darte una buena ventaja, activará tus sentidos al límite, tu fuerza, resistencia y velocidad mejorarán drásticamente, sentirás una furia que dominará tu cuerpo y tu mente, te convertirás en una máquina de batalla, pero si no eres capaz de controlarlo, podrías morir desangrado, lleno de heridas y no te darás cuenta de ello, esa es la desventaja de este poder. Este es el encantamiento conocido como “Furia Sangrienta”. ¿Te atreves a usarla? – preguntó Keaton mirándolo con seriedad, como si estuviese hablando de una decisión de vida o muerte, las consecuencias del uso del encantamiento podían resultar un arma de doble filo.
Rhodas observó el encantamiento en silencio unos segundos, reflexionando sobre su propia decisión al respecto. Su mirada regresó hacia el superior y aceptando la oferta hizo la pregunta final.
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- – ¿Puedes enseñarme a usar este encantamiento? –
Keaton extendió su mano invocando a Káako, el pequeño elemental de fuego, el cual revoloteaba alrededor del cuerpo de su invocador.
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- – Como cualquier habilidad mágica, debes imbuir tu maná en él. El maná es la energía espiritual que recorre tu cuerpo, todos y todo, fluye con el maná, desde el día que naces hasta el día que mueres, desde la invocación más grande, hasta el puñetazo más insignificante, todo eso utiliza maná en mayor o menor cantidad. Imagina que vas a hacer algo con ese papel, imagina que puedes disparar tu energía vital y dásela al encantamiento. –
Rhodas puso el papel en su mano y se dispuso a tensarla, hizo un esfuerzo en sus manos para que éstas hicieran presión, como si fuera a aplastarlo.
El resplandor del encantamiento empezó a aumentar, el brillo rojo iluminaba el rostro del joven aspirante, un aura roja como la sangre empezó a envolver el cuerpo del chico en forma de pequeñas flamas, haciendo que su respiración se agitara y su cuerpo se sintiera más fuerte en el agarre de su espada.
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- – Puedo sentirlo… Me siento fuerte… ¡Tengo mucha energía! – Exclamó el aspirante apretando el mango de su espada con una amplia sonrisa.
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- – Vamos a probarlo – Agregó Keaton invocando en su mano el enorme guantelete de metal, permitiendo que Káako ingresara dentro, encendiéndolo en llamas para dirigir un rápido impacto a su cuerpo.
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- – ¡RAAAAAAH! – Rugió Rhodas lanzando un espadazo en modo de bloqueo el cual desvió el impacto haciéndolo retroceder solo unos pocos metros.
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- – ¡Eso es novato, utiliza todo lo que tengas! – Exclamó Keaton poniéndose en guardia frente a el.
Rhodas arrojó su espada al aire y preparando un salto, se impulsó contra uno de los muros del gremio, alcanzando en un destello rojo su arma en pleno vuelo, enfocando la vista en Keaton, tomando aire y exclamando con fuerza.
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- – ¡Acechador Nocturno! –
El arma tomó el fuerte impulso de una puñalada, alcanzando potencia por la distancia, haciendo reaccionar a Keaton, el cual mordió su mano y las juntó rápidamente sobre su cabeza.
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- – ¡Invocación! ¡Filo de Ixchel! – Exclamó invocando rápidamente un gigantesco mandoble que surgía a partir de una manopla, con el arma bloqueó el ataque del aspirante y lo apartó de una patada a varios metros lejos de él.
Rhodas jadeaba inclinado, pero sin perder la vista en Keaton, el aura se debilitaba poco a poco, haciendo sospechar al superior que el maná del novato se estaba agotando rápidamente.
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- – ¡Oye! ¡Lograste sorprenderme! ¡Pudiste hacer la técnica! – Exclamó Keaton felicitándolo con una sonrisa, pero Rhodas no parecía tener suficiente.
La furia fluía por su cuerpo, una sonrisa amplia en su rostro emanaba un deseo intenso por más violencia. El novato encajó la espada en el suelo y su cuerpo empezó a reaccionar de forma extraña.
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- – Hey… ¿Novato? –
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- – ¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! –
El aura sangrienta estalló con fuerza, sus dientes se comenzaron a afilar, las puntas de sus dedos comenzaron a crecer y los vestigios de su exorcismo se comenzaron a esparcir por su rostro despertando la alerta de Keaton, el cual corrió inmediatamente y sin pensarlo dos veces hizo un largo corte al torso del aspirante, generando un fuerte desangrado en su cuerpo.
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- – No es personal… No puedo permitir que te descontroles novato… –
Rhodas cayó al suelo derrotado mientras las cicatrices retornaban a su estado natural.
Cedric salió rápidamente junto a Jarao a ver que estaba ocurriendo en el patio, el estruendo había llamado su atención y a la vez había derramado unas cuantas gotas de té.
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- – ¿¡Qué está pasando aquí?! ¡Rhodas! – Exclamó Cedric, corriendo a auxiliar a su compañero, lo tomó en sus brazos y miró de vuelta a Keaton.
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- – ¿Qué fue lo que hiciste…? ¡Está herido de gravedad! –
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- – Le di un encantamiento y su demonio se descontroló con el –
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- – ¡No deberías dar encantamientos a novatos que no sepan manejarlos! ¡Por eso Bianchi lo puso a entrenar! –
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- – ¡Bueno! ¡El chico necesitaba ayuda! ¡Se descontroló y tuve que detenerlo! –
Un silencio tenso se quedó en el ambiente, ambos sabían que en cierto modo el otro tenía parte de la razón. Jarao vió sus heridas y sugirió llevarlo adentro para cerrar su herida en cuanto fuera posible.
Tres días pasaron y Rhodas despertó, las heridas en su cuerpo estaban marcadas, pero cerradas con puntos, la cicatrización parecía haber sido demasiado rápida, lo cual le hacía cuestionarse cuánto tiempo llevaba dormido, se fijó en su entorno, no era el segundo piso del gremio, estaba en una cama de verdad, alguien lo había llevado para descansar y había traído todo tipo de medicinas y hierbas que estaban a un lado de la cama.
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- – ¡Rhodas! ¡Por fin te despiertas! ¡Qué alivio! ¡Me diste un buen susto compañero! – Exclamó Cedric con una amplia
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- – ¿Cedric…? ¿Dónde estoy…? –
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- – Decidí traerte a mi casa, no es mucho, pero es mejor que dormir en el piso del gremio, así podrías reposar mejor, Fiore dijo que si eras un hombre debías aguantarte, pero Bianchi insistió en que debíamos llevarte a un buen lugar –
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- – ¿¡Que dices?! ¿¡Fiore?! ¿¡Bianchi!? ¿¡Ya están aquí?! –
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- – Debiste ver a Bianchi, tuvo un enfrentamiento increíble contra Keaton al saber que peleó en serio contra ti – Agregó Cedric con unas animosas risas
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- – ¡Cedric! ¿¡Cuánto tiempo llevo aquí?! –
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- – Eh… tres días… no te preocupes por eso, no es problema, las sillas de la sala son suficientes para descansar y… Bianchi me invitó a quedarme en su casa hoy… –
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- – ¡No hablo de eso! ¡La misión! ¡El señor Gurim! –
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- – Oh, eso. – contestó Cedric quedándose pensativo unos segundos, acarició su perilla contando los días lentamente.
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- – Pues… es hoy, hoy iría con Keaton a escoltarlo. –
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- – ¿¡Hoy?! –
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- – Hey amiguito… tranquilo, tú no deberías ir, no te preocupes, Keaton y yo nos encargaremos. –
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- – No puedo permitirlo… Le di mi palabra al señor Gurim, soy un mercenario de Estrella Onírica, Bianchi no me perdonaría si avergüenzo al gremio, soy un aspirante y esta es mi oportunidad de demostrar mi valía, ¡No me dejes quedar como un cobarde Cedric! –
Cedric lo miró de forma dubitativa, estaba claro que aún no estaba preparado para irse de misiones serias, pero también estaba seguro de que estaría dispuesto a todo.
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- – Bueno… Iremos hasta Cuento Legendario, en Coranto, en la región de Carrascossa, Bianchi finalmente se atrevió a presentarnos como gremio oficial, Fiore irá con ella, no creo que quieras perdértelo. –
Los ojos del aspirante brillaron al igual que su amplia sonrisa, se levantó de la cama y se vistió tan rápido como pudo y partió a la salida de Elendir para comenzar su misión.
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