Guerra de Gigantes:Ascenso de La Republica Galactica de Francia. - 06
Usando los tecno-estimuladores neuronales habia finalmente educado a una docena de sus sirvientas para que pudieran servir y hacer diferentes ropas, la ventaja de estas maquinas que eran sillones con raroas dispositivos que enviaban señales electricas a la cabeza mientras en frente tenias una pantalla, era que se podria enseñar cualquier cosa, la desventaja era que se iba borrando lentamente y en un año se tenia que volver a usar la maquina, solamente si se practicaba y hacia constantemente lo que enseñaba la maquina podria volverse una habiidad real, por ese motivo los grandes y pequeños nobles no las usaban demasiado.
Pero como habia pensando su plan maestro habia tenido un exito prometedor, hasta que se demostro que las chicas eran inutiles. El otro gran defecto de esas maquinas era la imposibilidad de usar el conocimiento sin antes un ligero adiestramiento por un profesional, lo que provoco que la duquesa, se pusiera a pasear en una petra hoy con unas orejas de conejo en su cabeza.
Luego busco a la costurera familiar, una mujer petulante y de la baja nobleza que no veia razon de servir a una niña malcriada y la ignoro, lo que necesitaba era una costurera y que pudiera implementar perfectamente su plan de crear lenceria, su hermosa lenceria…las chicas que eran sexys serian super hermosas y sensuales.
Ahora mismo apuraba el paso mientras pensaba como resolver el problema de la inutilidad de las chicas que al menos ya empezaban a realizar lo basico, pero era muy burdo, hasta ella sabia que si no se apuraba, estaria por enloquecer.
Apuro la velocidad de su pequeña yegua, que gracias a el aprendizaje constante que recibia en las maquinas y a las diferentes tratamientos en las capsulas geneticas, aunque lastimara su trasero no tardaba mas de media en regenerar heridas de sangre dejando ese trasero tan suave y esponjoso como toda la vida.
Paso por el cuarto de su abuelo, penso en meterse a revisar con las contraseñas pero desistio, ya sabia que habia pasado, su abuelo habia lanzado un poderoso memorandum sobre el enemigo y sobre lo que debia hacerse, pero se desestimo rapidamente considerando en exageracion, eran unos idiotas pero que podria esperar, sumidos en sus fiestas-orgias no esperaba mas mentalidad de gloria o de un verdader militar entre esos inutiles.
Se detuvo frente a un par de sirvientas que iban contentas hablando y discutiendo, eran nuevas llegadas de un extremo del planeta, el planeta tenia 3 continentes, el planeta era 80% agua, en teoria donde ella estaba era el continente mas chico llamado el Continente Eden, donde todo estaba diseñado para proteger y suministrar a la ciudad-mansion todo lo que necesitara.
Las chicas que eran buscadas entre los 3 continentes para servir como sirvientas entre las nobles de bajo rango dentro del sistema clasificatorio ruso, fueron enviadas y ahora servian como las novatas, las chicas sus faldas en ves de tener en sus faldas y camisas algunos ornamentos para que decoraran su ropa, estaban bordados.
Aquellas prendas tenian encaje, el poderoso y glorioso sistema de encaje, no habia visto encaje desde que desperto en ese mundo, ese era uno de los importantes fuerzas dentro de la lenceria.
Se acerco nalgeando el trasero de la bella petra que aunque adolorida cumplio su mision, finalmente se puso frente a las 2 chicas que le miraron nerviosas, al parecer tenian miedo de terminar de animales de carga despues de ver a Petra y su tratamiento.
-Diganme, donde han sacado eso-dijo
Las chicas primero estuvieron nerviosas y luego se miraron viendo quien seria la que hablara hasta que una tomo un poco de aire y mas valor a su cuerpo antes de poder contestar.
-Lo compramos a una de las costureras dentro de nuestra pequeña ciudad-dijo rapidamente-si quiere podemos darle su direccion para que pueda comprarle cosas-
-No quiero comprarle, yo quiero que esa costurera sea mi empleada-dijo rapidamente
Se giro y activo de su pulsera un mecanismo para traer al encargado de la mansion.
-Prepara un viaje para que me lleve- se giro a las chicas-donde ellas te digan-
La pequeña solo sonrio.
«Muy pronto estare mas cerca de mi hermosa lenceria»
.
La hermosa ciudad que era en realidad una habitada por cerca de 10 millones de vidas, miraron el cielo, era inusual que su alejada ciudad se vieran transportes que bajaran a su territorio, normalmente llegaban los suministros a traves de los trenes, pero la presencia de los simbolos de la casa ducal hicieron a mas de uno empezar a retirarse.
Las 10 naves bajaron en uno de los grandes Puertos espaciales, donde las naves bajaron una centena de soldados, todos hombres y algunas mujeres de los Volskonsky de Rurik, armados con pistolas laser y armas de energia, bajaron carros de lujo, unas limusinas y un par de carros de combate con cañones laser y otros de tipo cinetico, antes que apuraran el paso por la ciudad rapidamente.
La ciudad era de una gran aglomeracion de edificios que iban hacia el cielo, sus rascacielos y conjunto departamentales, los autos de combustion avanzaron, en ves de petroleo se usaba alcohol de caña, que recibia un proceso que lo volvia muy util y ademas de calorifico, ademas que sus emisiones de carbon eran bajos.
Las llantas se usaba un compuesto nacido del arbol de hule que tenia unos tratamientos hasta volverlo resistente y biodegradable,si pensabas que habria autos voladores o maquinas antigravitacionales, entonces eras un idiota, la cantidad para pagar su energia o el mantenimiento de esas maquinas, hacia mas barato el haber modernizado las antiguas maneras de la terra con la tecnologia superior que tenian
Natalia descansaba con un delicioso jugo de naranja, mientras estaba sentada en la limosina que era muy comodo, tenia la ventaja de un espacio grande, era interesante como podria si lo deseaba activar un sistema que inundaria el lugar volviendolo en piscina, o tambien que pondria una pantalla gigante donde ver peliculas, o musica, tenia acceso a muchas cosas, pero ahora no necesitaba de esas cosas, solo necesitaba a su querida favorita, el cojin mas comodo del universo, que estaba arrodillada y en su espalda sostenia a los pies de la pequeña que gozaba de este trato tan sado, se estaba en su mente preguntando como seria alreves, una parte de ella babeo ante la idea, la otra solo podria esperar.
La ciudad llena de edificios se fue apagando por casas mas pequeñas y pequeños, de barrios llenos de vitalidad a unos horribles y abandonados, nadie les detuvo el paso, fue un avance veloz, llegando a una zona mas y mas marginal.
Era obvio que este era un territorio de un señor de bajo rango, donde venian las chicas, era momento de actuar, cuando se detuvieron frente a pequeña casa, rodeada de mas casas, construidas hacia muchos años como 50 o 60 años con esos programas que ocasionalmente implementaban los nobles para una casa para todos los habitantes.
La pequeña se bajo, los soldados alrededor se pusieron en posiciones y escanearon alrededor, nadie de esta zona deseaba problemas asi que se escondieron.
Petra penso en como lo racional se volvia irracional con los nobles, al menos los de un alto rango y pedigre como esta pequeña duquesa, tanta proteccion y tanta fuerza, avanzo detras de la pequeña que estaba muy contenta de poder cumplir sus objetivos, golpeo la puerta fuertemente.
La puerta se abrio y salio por ahi una chica con una escoba en las manos que lanzo un golpe,para Natalia fue rapido el esquivar, Petra que estaba toda cansada y adolorida de estar en posiciones estaticas, recibio el golpe en la cara antes de comenzar a sangrar.
-Ya les pagamos todo lo que debiamos, dejenn…-dijo debilmente al ver que no era quien pensaba era el tocante.
Docenas de pistolas y miras apuntaron a la chica, antes que Natalia ordenara con la mano, un gesto que habia aprendido de su abuelo a que se calmaran.
La pequeña natalia se dirigio a Petra, una cosa era lastimar a su linda sirvienta con objetos diseñados para lastimar humanos, osea en un nivel limite de lo aceptable, y la otra era recibir un golpe a la cara, asi que reviso la cara en busca de heridas pero no habia nada, solo un ligero goteo de su nariz, pero nada mas, solo por eso la recompensaria adecuadamente al regresar.
-Te encuentras bien-dijo al limpiarle con las mangas de su blusa.
-Claro que si joven duquesa-dijo
Atras la chica que se intento arreglar su ropa de segunda o tercera mano y una casa vieja y de olores antiguos, acomodo una ligera reverencia con su cabeza.
-Lo siento su excelencia- la pequeña duquesa se rio, los plebeyos pocos acostumbrados a los titulos oficiales de sus nobles solian exagerar con los epitetos y titulos.
Luego la Duquesa miro a esa chica que tenia docena de encaje entre su ropa, era muy buena y eso le gustaba.
-Has bordado todo eso-le señalo la ropa
-Por supuesto su excelencia-no sonaba mal esos titulos, ahora mismo podria observar el futuro, ese hermoso futuro donde tendria miles de ropas interiores adornando a miles de mujeres hermosas.
-Es mi deseo que trabajes para mi-
La chica su rostro se desencajo y luego estuvo muy nerviosa antes de proseguir.
-Lo siento su excelencia pero no puedo aceptar su generosa y noble oferta-
-Pero porque no puedes, tendras mejor suelo, buenas comida y hasta tratamientos geneticos que extenderan tu vida y la de tu familia-
-Lo siento pero es que he aceptado hace unos dias la muy generosa oferta de su excelencia el Gran Sacerdote-dijo la chica con nervios.
La pequeña se quedo pensando, era un pro blema muy grande para su objetivo de una hermosa lenceria erotica y de llevarla por el universo.
Al parecer tenia que jugar a ese maldito juego llamado politica, pero no iba a tener reparos en negociar o hablar con ese hombre o quien fuera, pero esa chica debia trabajar para el.
Lo sentia por el gran sacerdote
Cuando terminara esa chica seria suya.
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