Guerra de Gigantes:Ascenso de La Republica Galactica de Francia. - 21
Una invitacion llego a la casa donde habitaban, Amelie reviso la invitacion y ñuego salto de alegria, era invitada a la mansion de los Rurik, donde podria conocer a su futura heredera, salto por un largo contenta, finalmente sus esfuerzos para sobresalir estaban dando frutos, semanas y dias de mucho estres estaban acumulandose, con fiestas pequeñas y recepciones de bajo rango, solo una ves fue al palacio de los rusos, era un lugar lindo pero no era la gran cosa, no era como la capital en Francia, toda una luna para albergar a los nobles.
Su viaje duro una hora, antes de que la nave descendiera, iba con sus mejores atuendos antes de finalmente conocer a la famosa chica, que era excesivamente popular en todo el Imperio bueno entre los nobles niños y niñas, conocida como muy alegre, euforica y ademas de muy parlanchina.
Espero con ansias un recibimiento como en francia, claro no podria esperar demasiado, no tenian los modales de su amada nacion que estaba en un caso, la plebe cada ves mas violenta, ataques entre los soldados, asesinatos, pequeñas rebeliones, muchos grupos hablando contra el gobierno y todo un caos, pero una ves los 3 estados se reunieran para hablar todo volveria a la normalidad y seguramente su padre la regresaria a Francia.
Ella miro la zona de recibimiento, en un jardin grande y largo, no estaba nada mal, miro a las sirvientas, que aunque vestian trajes de maid, eran ligeramente diferentes, entre muy sexys, y sofisticados, con faldas cortas, medias y era inusual, llevaban a la vista algo parecido a los calzones, pero se veia mas ajustado.
Se preparo, seguramente una noble de tan alto rango como esta duquesa, seguramente hablaria un perfecto frances, ya que la mayoria de nobles que conocio esas semanas eran de bajo rango, tontos, barbaricos e ignorantes, sin un poco de la gloria y elegancia de francia, al menos deberian tratar de buscar mejores profesores de frances, sonaban horribles.
Ahora que llego la chica un vestido blanco muy ligero, un cabello ondulando con el aire, y una sonrisa franca, era todo para que ella supiera que era la eleccion correcta para una verdadera amistad.
-Buenas tardes Duquesa, es un placer el conocerle, me presento son Amelie-dijo mientras recortaba sus titulos y tambien sus apellidos.
-Me llamo Natalia, es un placer-dijo la chica extendiendo una mano, como si fuera un saludo entre hombres, mostro un poco de aspecto masculino, pero tambien le hablo en ruso, Amelie se maldijo, recordo que decian que la duquesa hablaba puro Ruso, queria despreciar la mano ,pero le fue imposible, la chica era demasiado dominante ademas de que seguramente seria malo enemistarse con alguien de un peso tan grande como ella.
Le tomo de la mano con un poco de irritacion.
Pero lo admitia esa presion y dominio, era alguien de una nobleza por nacimiento, hasta ella sentia la necesidad de arrodillarse ante esa chica.
-Como ha sido su estancia en Rusia, agradable-dijo en ruso mientras la sirvienta a su lado, era la ayudante de su padre y seguro su amante, el problema fue que era la unica capaz de hablar en un ruso fluido por lo que al final tenia que mantenerla cerca.
-Ha sido perfecta-dijo mintiendo, tenia muchas quejas-no pense que Rusia pudiera ser tan grande y sofisticado-
Por un rato fue una platica intranscendente, Ameli se puso a admirar las diferentes obras de arte en el jardin, una combinacion de elementos occidentales con orientales, las plantas iban desde simples arboles hasta algunos que no supo de donde eran.
Luego pasaron a otro lugar para continuar la platica, en un pequeño recorrido en la mansion.
Pudo ver las pinturas de antiguas generales, de antiguos sacerdotes, una zona donde tenian reliquias y trofeos de muchas guerras, era un lugar limpio y las chicas todas vestian esas ropas.
Al pasar por muchos lugares, penso en como podria mejorarlo, desde cambiar las telas, la posicion de los muebles, hasta la idea de contratar o despedir miembros del personal.
Finalmente llegaron a un gran salon, donde se sentaron en uno de los sillones, era uno muy comodo y ademas que Natalia hablaba alegremente, era imposible ser libre de su poder e influencia, hasta Amelie sentia una necesidad de seguir al lado de esa chica.
-Querida Amelie, quiero pedirte un favor-
-Por supuesto-dijo con la traduccion de su sirvienta al lado.
-Invierte en nuestro producto-dijo la pequeña Natalia-creo que su familia tiene el poder para poder llevar mi invento a todo el mundo-
Amelie no tenia la menor de las ideas sobre negociar, en realidad solo estiraba las manos y recibia, y a veces menos, solo exigia y recibia, por lo que eso le tomo con mucha sorpresa.
Segun ella los nobles su deber era vivir bien y mostrar su gloria a los plebeyos, que debian postrarse al suelo y agradecer por su existencia.
Natalia se levanto y luego proclamo en voz alta-Alguna ves has tenido problemas con tus calzones, son toscos, molestos y dan mucha picazon y ademas, son feos-
La sirvienta estuvo traduciendo a toda velocidad, hasta ella miro con interes.
-Ahora con lo que he creado, finalmente adios a esas horribles prendas-dijo la pequeña que se giro a Petra que avanzo al frente-que sequito la falda y la blusa, antes de mostrarse semidesnuda.
Vestia una pantie blanca y con un brasier a juego.
Luego ella se giro a las chicas detras que copiaron y comenzaron a modelar.
Amelie se quedo mirando, era la ropa que estaba mirando.
Eran de todo tipo, ropas ajustadas,pegadas y muy reveladoras, pero adeamas tenian muchos decorados, figuras y formas, eran algunos hasta lindos.
-Esta ropa, la lenceria es comoda, muy linda, con estilo y aumenta la belleza-
Luego llego una chica que ofrecio a las 2 ropa interior.
-Usenlos-dijo
Antes que Amelie como la sirvienta miraran la ropa por un largo rato.
Recibieron un poco de ayuda al comienzo, los brasiers fueron dificiles para la sirvienta, Amelie era muy joven por lo que su unica preocupacion fue acomodar las panties correctamente
Fue una ventaja que las panties tuvieran moñitos al frente, asi sabian como iban.
Amelie desde tanto tiempo atras, no se sentia tan comoda.
Y la sirvienta, aunque tenia una tanga muy ajustada en el trasero,era muy comodo.
Y el brasier, ayudaba a muchos años de incompetencia de los exportadores.
Era comodo, en realidad, era una de las mejores cosas que habia visto.
-Tienen las patentes-dijo la sirvienta sin consultar con Amelie
-Claro que si-dijo la pequeña-tenemos 400 patantes de diferentes diseños y otras 200 mas en proceso-dijo
Natalia no habia perdido el tiempo y habia creado tantos diseños como se le ocurrieron.
-Pero vamos a empezar de poco a poco, necesitamos una empresa que lo exporte, ademas necesitamos mas cantidad de recursos para producir, crear mas fabricas, acomodar las lienas de suministros…
En segundos Natalia desplego su plan maestro de exparcir la lenceria por el resto del universo.
-Mi señora, vamos a a negociar con la Duquesa- dijo la sirvienta.
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