Guildmaster - 02
Amanecía sobre la ciudad, aquella mañana, nadie tuvo que despertarlo. Drake saltó de su cama con energía, se dio una ducha y alistó todas sus nuevas pertenencias.
Revisó en un su armario y sacó una bolsita, aunque cabía su mano, estaba atiborrada. Eran aproximadamente 15000 piezas, entre monedas y algunas gemas y bagatelas que había encontrado durante aquellas misiones suicidas que su maestro le mandó a él y a sus compañeros hace años.
Un jubón negro acolchado con una línea blanca que cruzaba el centro de la prenda, pantalones amplios y resistentes también en negro, su nuevo par de botas, una chaqueta de aventurero azul y negro con placas de brigantina ligeras tachonadas dentro de la tela, añadió la pesada hombrera en el hombro derecho, se puso el espadón en la espalda y ya estaba listo para salir.
Aunque antes de salir de la habitación, se percató de que estaba olvidando las alforjas y el anillo, guardó también su primer ejemplar del libro escrito por su maestro, Manual del Aventurero por Edward Ruby, uno de sus preciados recuerdos de su desaparecido padre y mentor.
—Idiota —murmuró, tomó ambos objetos y se quedó mirando su habitación por un rato, extrañándola aun antes de partir.
Bajó las escaleras hasta la sala común, su tío ya estaba despierto, también estaba su tía elfa, Autienml y su tía merin, Azharia. Su tío El´lezzar no estaba allí.
—Buenos días —saludó el muchacho.
—Buenos días Drake —contestaron los otros tres.
Robert sonrió.
—Más temprano que de costumbre, muchacho.
—Hoy es un día importante.
—Cada día es importante —dijo Autienml —. Ya sea que tu vida pase en uno o mil veranos. Disfruta de tu tiempo.
—C-claro —contestó el —. Bueno, ya me voy.
— ¿Cuánto dinero llevas? —pregunto su tía merin.
Drake volteó sorprendió.
—Quince mil, más o menos.
—Ten cuidado en Tesangrey —le dijo la mediana —. Muchos ladrones usan el sigilo para robar, no tendrás tiempo de reaccionar si no estás atento.
—Sí, entiendo —dijo él.
—Casi olvido —dijo su tía elfa con un exagerado aspaviento de sorpresa —. Ten, llévate esto —le extendió un varios pañitos que envolvían objetos rectangulares —. Turrones.
—Muchas gracias.
—No te los comas antes de tiempo —sonrió mientras le guiñaba un ojo —. Mucha suerte.
Los cuatro fueron hasta la puerta de la tienda. Drake se acercó a la puerta y los vio una vez más antes de salir, abrió la puerta y el reflejo del primero sol sobre la calle y el montón de gente que transitaba le pareció algo nuevo, aunque ya había visto aquella visión una y otra vez.
Corrió hacia sus tíos y los abrazó con fuerza antes de partir.
— ¡Hasta luego!
Salió a la calle y comenzó su caminata entre la gente, los tenderos y las carretas, fueron muchos los que se despidieron de el al verlo con el atuendo de aventurero, llegó hasta la entrada sur de la ciudad, la enorme puerta en el gran muro de piedra era un espectáculo que los viajeros constantes veían muy seguido.
Esta no era su primera fuera de la ciudad, pero si era la primera vez que saldría completamente solo, conocía bien el camino a seguir, ya había ido en algunas caravanas hasta Tesangrey, por lo que pasó a los guardias acorazados de la puerta su empezó su camino.
La carretera real de Ushadonm estaba completamente adoquinada y era vigilada a toda hora por las patrullas montadas y los guardabosques elfos. Drake siguió su camino durante casi tres horas, los arboles ocasionales alrededor de la ciudad empezaron a verse cada vez más, hasta que el camino empezó a transitar directamente por el bosque de Alfaborg, parte de los dominios de los elfos de la luz, a los cual rara vez se veían por allí.
Una carreta pasó junto a él, era una caravana comercial tirada por un par de mulas, el contenido, aunque cubierto por una lona, se notaba que era pesado, el conductor lo saludó.
—Muchacho, Drake ¿Finalmente empezaste tu viaje?
—Señor Mercer —saludó Drake, Timothy Mercer, aquel era uno de los contactos comerciales de su tío, que compraba y vendía armas para llevarlas hasta las tiendas de Tesangrey. Un muy buen mercado, considerando la importante cantidad de aventureros que se reunían en la ciudad —. Si, finalmente.
—Me alegro por ti, muchacho, ten mucho cuidado, aventurarse en lo desconocido no es un juego —dijo mostrándole el muñón de su brazo izquierdo —. Y esto fue por goblins.
— ¡Tim! —exclamó la esposa del señor Mercer que iba sentada junto a el —. No tienes que contar de nuevo esa historia a todos los aventureros que te cruzas.
Drake ya conocía bien la historia, la había oído una y otra vez, y gracias a los conocimientos que le había dado su maestro, entendía claramente la razón por la que el señor Mercer había tenido tan fatídico incidente.
—No digas tonterías, Marie. Ven, sube al carro. Te llevaré hasta la ciudad, será gratis. Esta vez.
—Muchas gracias, señor Mercer.
Drake subió a la parte de atrás de carro, sobre la lona, todo eran barriles, y todos llenos de espadas, puntas de lanza, hachas, flechas y otras armas para vender en Tesangrey.
—Pues sí, hace años yo también fui un aventurero, y era más joven de lo que eres ahora…
—Aquí va de nuevo —dijo la señora Marie.
—… Entonces yo creía que era algo sencillo, muchos compraban una espada con sus ahorros y se lanzaban en un viaje hacia Tesangrey, a buscar fortuna y gloria. Yo no era muy diferente, habia ahorrado y me comprado una espada de segunda mano y una armadura de cuero muy sencilla, casi no era una armadura. Llegue hasta Tesangrey y conseguí un trabajo con un nuevo gremio de novatos. Un ex Reichknight lo estaba dirigiendo, por lo que creí que todo podría salir bien. Gracias a nuestro número, el caballero trató de entrenarnos como una unidad, y fuimos en un viaje hasta el suroeste, sabes que esas son las Tierras Sombrías, al parecer, había una gran banda de goblins renegados que deambulaban entre los reinos de Pesadumbra, Alfaborg y Denaris, y ya sabes que la situación entre esos tres nunca ha sido buena. Un pueblo de Denaris nos contrató ya que ni los reinos querían hacer algo, cualquier excusa sería buena para iniciar una guerra, de nuevo…
…Entonces, llegamos hasta allá. Las criaturas se escondían en las montañas, por lo que subimos a por ellas, pero nos emboscaron, el Reichknight fue aplastado por una roca, ni siquiera su excelente armadura lo salvó…
—“Aquí ocurrió el primer error” —pensó Drake —. “Entraron al territorio del enemigo sin conocer antes el terreno, a cuantos se enfrentaban, ni los peligros que podrían haber. Además de que subestimaron el famoso ingenio de los goblins”
—… Luego fue una masacre, empezaron a disparar flechas, todo el que no tenía un escudo cayó muerto, yo logré ponerme a cubierto. Pero nos cortaron la retirada con un grupo de lanceros, los últimos fueron atravesados y los sobrevivientes serian esclavos, o comida, o ambas. Me llevaron prisionero, pero mientras subíamos el acantilado, decidió lanzarme, primero muerto que prisionero de esos malditos. Tuve suerte, caí en una saliente, aunque me fracturé el brazo ¡el hueso me salía por aquí! —dijo señalando su codo.
Tanto Drake como la señora miraron asqueados al imaginar la perturbadora visión de aquel brazo inservible.
—… Logré escapar de ellos, me dieron caza hasta el pueblo que nos había contratado, allí me sanaron lo mejor que pudieron, me cortaron el brazo. Sobreviví, lo suficiente para darte este concejo.
—No subestimes a los goblins —dijeron los tres al unísono. Ya habían oído ese cuento, todo Ushadonm conocía aquel relato.
—Todo el mundo lo sabe, Tim —le dijo su esposa fastidiada.
—A ti te enamoró esa historia.
—Después de oírla durante 20 años, ya no es lo mismo —contestó con resignación.
—Ya sabes Drake, no los subestimes, y no solo en el campo de batalla, también en el comercio. Son taimados.
—Tú odias a los goblins, muchos son honestos.
—Bah, por mí son todos unos narizones asquerosos.
—Allá está el puente —dijo la señora Marie.
Finalmente alcanzaron el Rio Lemariss, donde al cruzar el puente, ya estaría a unas cuantas horas más para llegar a las fronteras de Tesangrey. Pero había un inconveniente.
— ¿El puente? —pensó Drake en voz alta —. Esta caído.
— ¿Que rayos habrá pasado para que se cayera? —preguntó el señor Mercer.
El puente sobre el Rio Lemariss era una construcción reciente, hecho de piedra y con un arco reforzado de acero gracias a las técnicas de construcción de los dakumas. Se supone que debería durar durante dos vidas elficas al menos. Pero el puente estaba despedazado en el centro, como si un objeto extremadamente pesado hubiese caído desde el cielo. La guardia montada estaba en la escena, había un enorme grupo de bandidos muertos y mutilados, y una carreta despedazada.
—Deténganse —llamó uno de los guardias montados acercándose rápidamente sobre su caballo oscuro —los guardias montados de Ushadon era una fuerza de vigilancia ligera que recorría las carreteras para mantener el comercio funcionando. Vestían ligeras brigantinas de cuero negro y dorado, portaban rodelas, lanzas ligeras de caballería y espadas largas. Algunos llevaban ballestas consigo —. El paso está cerrado.
— ¿Qué ocurrió? —preguntó la señora Marie.
—No sabemos aún, pero creemos que lo que haya matado a estos sujetos, también se cargó el puente. Estamos en su búsqueda.
—Mira los tajos —dijo el señor Mercer —. Casi parece como si los hubiese partido con un hacha enorme. Sin dudas fue la Guardabosques Carmesí.
—Sea quien sea, derribar el puente es un crimen —dijo el guardia.
Drake escuchó atentamente, la Guardabosques Carmesí era una historia que circulaba entre los guardabosques elfos, sobre una elfa vestida de rojo que cazaba aberraciones, bandidos, criaturas y cualquier cosa que fuera perjudicial para los demás. Pero rehuía del contacto humano, elfo o de cualquier otro ser, y los pocos que la conocían no tenían mucho que decir de la misteriosa montaraz, solo que era una chica callada y severa que parecía especialmente preocupada por alejarse de todo y todos.
Sus historias se contaban en todo el centro y el norte de Novaria, la habían visto en muchos otros bosques y todo sobre ella estaba rodeado de misterio. Algunas leyendas la sitúan como la última superviviente de la Guardia Bermellón, un grupo de cazadores de aberraciones que cayeron hace 500 años deteniendo a un señor vampiro en Penumbra.
—… ¿Y si pasamos por las vías del tren? —preguntó el señor Mercer.
— ¡Tim!
—Señor, eso es un crimen, si lo repite, lo llevaremos a los calabozos.
—Maldita sea —murmuró el comerciante —. Tendremos que esperar.
—Existe otro camino —dijo Drake sacando su mapa —. El viejo puente, al oeste.
—Ni los elfos lo recuerdan ya —dijo el guardia —. Es un área muy peligrosa. Si va, será
—Yo iré por allí —dijo Drake —. Muchas gracias, señor, señora. Espero verlos de nuevo.
—Suerte muchacho —dijo mientras Drake se alejaba en la foresta, siguiendo el rio —. ¡Cuidado con los putos goblins!
—… Y dale con los goblins —se escuchó a lo lejos.
…
Drake empezó a andar por el oeste, internándose dentro del bosque de Alfaborg, pese a que toda la extensión del susodicho bosque estaba oficialmente dentro de los territorios del Imperio Ushadonm, se le llamaba así pues los elfos de la luz aun reconocían todo aquel territorio de suyo. Las patrullas montadas no entraban allí, solo los guardabosques, y aun así con cuidado de no acercarse demasiado a la verdadera frontera con el misterioso reino oculto de los elfos de la luz.
Todo lo que se sabía de la Ciudad de Alfaborg, era por los antiguos libros y registros que quedaban, pero que hace ya 3000 años que permanece oculta de los ojos de todos.
Aun así, para Drake no había problema, tenía un mapa heredado, que estaba lleno de anotaciones viejas hechas por su maestro. La ruta a seguir estaba indicada en el mismo, y se supone que no habría pérdida, pero de algún modo, Drake se alejó del rio.
—“Como” —se preguntó a sí mismo.
Y aquella era otra de las particularidades por la que no todos se acercaban a ese bosque. Había una gran cantidad de energía mágica que circulaba por allí, causando muchos efectos extraños, este era uno de esos, la llamada, desorientación mágica, de algún modo terminabas en algún lugar sin darte cuenta.
Sin el rio como referencia, Drake estaba perdido, o seria así de no haber sido entrenado por su tía Autienml. La elfa podría ser muchas veces alguien despreocupada y demasiado serena, pero era una guardabosques con cientos de años de experiencia. Y un conocimiento básico, era la orientación.
Drake se acercó a un árbol, y empezó a escalarlo, llegó hasta la cima y se orientó con el sol. Ahora conocía su dirección. Bajó rápidamente y empezó a caminar de nuevo, confiado de que no podía perderse de nuevo.
Anduvo en la dirección requerida durante un par de horas más, pero no encontró el rio en ningún momento. Así que volvió a subir, el sol de la tarde estaba por empezar su descenso, lo más probable es que tuviera que acampar de noche allí, los bosques eran peligrosos, con o sin conocimientos en el uso de la espada. No todo lo que deambulaba de noche se podía matar con acero.
Luego de una hora, el terreno empezó a cambiar, empezó a subir por una colina, desde donde no solo encontró el rio Lemariss, sino también un enorme castillo. O lo que quedaba de él. Eran ruinas.
Drake avanzó hacia el castillo y encontró entre los arboles próximos al rio, una pequeña villa amurallada. Todo estaba hecho de madera y roca, el estilo simple y sin clavos de las casas era un claro indicador de que era arquitectura de los elfos del bosque.
El muro era perfectamente circular, hecho de rocas apiladas y sostenidas con pilares de madera, inscritos con glifos elficos. La entrada era un arco de madera con símbolos similares.
La villa parecía deshabitada, aunque todo estaba perfectamente conservado. El césped crecía por todas partes, los arboles crecían dentro de la ciudad, todo con un orden perfecto en su aleatoriedad aparente. Entre todos los sitios, destacaba un templo en el centro de la ciudad, una estructura de piedra de diseño abovedado, del que sobresalían dos cuatro vigas de madera curvas, Drake empezó a rodearlo, mientras notaba la otra puerta en el extremo contrario de la villa.
Al otro lado encontró a una persona en la entrada del templo abovedado, un elfo del bosque.
Al igual que su tía, tenía el cabello castaño, aunque más oscuro, y ojos verdes. Su ropa era una túnica larga, de color negro, con mangas amplias de color verde hoja con rebordes inscritos con glifos en las mangas. También tenía un fajín verde que sostenía unos talismanes de madera y botas elficas de color negro.
Claramente un mago.
—Saludos, joven humano —dijo el elfo con el melodioso acento de los elfos del bosque —. No vienes con ellos, por lo que veo.
—No vengo con nadie —dijo Drake mirando alrededor, no parecía haber salido de ningún lado —. ¿Y quiénes son “ellos”?
—Tenemos un pequeño inconveniente. Pero no quiero incomodarte con eso, viajero. Me sorprende que hayas llegado hasta aquí, no solemos recibir visitas —dijo el, aunque en realidad, nunca las recibían, su villa estaba oculta por encantamientos, si Drake habia llegado hasta aquí, era solo porque los hechizos de ocultación estaban temporalmente inhabilitados —. ¿Buscas algo en especial?
—Me perdí, estoy buscando el viejo puente, el puente del rio Lemariss se cayó y necesito llegar a Tesangrey.
—Ya veo, puedo indicarte el camino, pero ya el anillo se puede ver en el cielo, y el bosque es peligroso en tanta oscuridad, joven humano. Te ofrezco alojamiento.
Drake se quedó mirándolo unos segundos, tratando de buscar cualquier segunda intención, acababa de llegar a un lugar que no aparecía en su mapa, oculto y habitado aparentemente por elfos aislacionistas.
—Me parece bien —dijo finalmente, no podía leer su rostro, el elfo tenía una expresión serena y tranquila.
—Excelente, sígueme —dijo mientras iba hacia el lado oeste de la villa —. ¿Puedo saber vuestro nombre, joven viajero?
—Drake.
—Un gusto, Drake. Soy Pheriossindeliel, puedes llamarme Pherios, si te parece muy complejo.
—Está bien, mi elfico no es tan malo, señor Pheriossindeliel.
El elfo lo guio hasta la una casa, tocó la puerta con un patrón y la abrieron desde adentro. Era una elfa, también con el cabello castaño, pero con ojos dorados con una leve sombra naranja en el centro. El elfo saludó en elfo, Drake entendía claramente el idioma, aunque el dialecto que ellos hablaban tenia variaciones con el que él había aprendido, pero era básicamente, un saludo y una solicitud de permiso para entrar a su casa con un invitado, a lo que ella respondió con una cortes afirmación.
Pasaron a la casa. El lugar era bastante austero por dentro también, varias estanterías guardaban varios libros y rollos de papel pergamino. Una mesa redonda y amplia en el centro de la estancia ocupaba buena parte del espacio, y estaba completamente llena de libros y papeles, un tragaluz perfectamente situado daba una buena iluminación.
La dueña de la casa, era aquella elfa, también vestía una túnica negra y verde, pero el verde era más claro y los glifos eran casi diferentes. Drake no podía diferenciar bien entre glifos mágicos, eran un leguaje que no entendía. Ella también parecía ser una hechicera, aunque a juzgar por el trato y el respeto a la autoridad, era claro que ella estaba en una jerarquía inferior.
—Me disculpo por esta petición —dijo el mago en elfico —. Pero este joven humano se ha extraviado. Para mañana necesito que lo lleves hasta el viejo paso.
—El joven humano parece ser un guerrero —dijo la elfa —. Necesitamos un guerrero.
—Es solo uno de ellos, y los saqueadores son demasiados. No podrá contra ellos, sería una petición egoísta. Debemos esperar.
—Esperar, solo garantizaremos una muerte prematura…
La elfa dejo de discutir, pero no por eso se había rendido.
—Hospedad al joven humano esta noche, llévalo hasta el viejo paso por la mañana.
—Comprendo —dijo ella en elfico.
El elfo hechicero se dirigió a la puerta, pero antes de irse, mencionó algo extraño a la anfitriona.
—Ya casi es la hora, esconde al humano.
—Comprendo.
El mago se fue y cerró la puerta tras de sí, dejándolos a ambos solos. La elfa murmuró algo en elfo que era claramente un insulto para el hechicero. Drake por su parte, no dejaba de admirar el simple y funcional diseño de todo lo que estaba en la casa. Ya había visitado algunos hogares de elfos del bosque, pero esta casa era muy diferente en comparación. Parecía haber unas escaleras a una bodega subterránea también, considerando que casi todo el piso superior parecía dedicado a guardar libros, rollos y otros manuscritos, allí debajo debía de encontrarse la habitación, entre otros lugares.
—Lo siento por el inconveniente —dijo Drake en elfico. Su acento era bastante diferente en comparación con el de los elfos —. Mi nombre es Drake Winterheart.
—No pasa nada —contestó ella con una sonrisa de resignación —. Un gusto conocerte, Drake. Mi nombre es Ilavenml.
—Pero, ¿quiénes son “ellos”? —preguntó en voz baja —. Además, ¿Quiénes son ustedes?
La elfa lo miró con altivez, respiró hondo y volteó hacia la mesa en el centro.
—No puedo decirte quienes somos realmente, pero te basta con saber, que somos un enclave dedicado al estudio de la magia. Nos refugiamos aquí, lejos de todos para poder desentrañar todos los misterios a nuestro alrededor —dijo ella sin voltear a verlo —. En cuanto a “ellos”, el maestro se refiere a los saqueadores. Son sujetos ruines, acosan nuestra villa y han secuestrado a muchos de nosotros en el transcurso de dos semanas. Nuestro código nos prohíbe usar magia ofensiva, por lo que lamentablemente estamos de manos atadas. Solo podemos esperar a la Guardabosques Bermellón.
—De nuevo, escucho ese nombre —contestó Drake en elfo —. No entiendo como unos bandidos pudieron causarles problemas. Sé que hay otras maneras de defenderse sin dañar directamente a los agresores.
—Antes, no hubieras sido capaz de encontrar esta villa, ni aunque caminases por el centro de ella. Teníamos un potente hechizo de ocultación, pero entre los saqueadores, hay un hechicero muy talentoso, nos encontró y desarmó nuestra barrera. Saqueó buena parte de nuestra antigua biblioteca y cada día secuestra a varios de nosotros… No hemos podido salvar a ninguno ni evitar que siga ocurriendo —dijo cabizbaja.
Drake escuchó atentamente, los bandidos eran una cosa, pero enfrentar a un mago con el nivel de magia del que ella hablaba sonaba a algo completamente distinto, enfrentar a un hechicero tenía el primer y gran reto de acercarse lo suficiente. Sin embargo, no podía dejar a estas personas bajo el asedio de aquellos criminales, aunque actuar de forma impulsiva podría llevarlo a una muerte prematura, lo mejor era evaluar la situación antes de ayudarlos, porque eso si estaba decidido, los ayudaría, si o sí.
—Creo que ya os he molestado demasiado con nuestros problemas y tribulaciones, pasa por aquí, tengo esta cama sobrante para que pases la noche.
Drake siguió a la maga aprendiz hasta la habitación señalada subiendo unas escaleras, toda la casa estaba hecha en un concepto abierto, las habitaciones estaban arriba, pero desde allí podía observarse el recibidor. La cama que le ofrecieron era un poco distinta a la suya, esta era una manta aparentemente muy acolchada en el suelo, pero habia algo extraño, el lugar parecía haber estado ocupado hace relativamente poco, todo estaba ordenado y listo, como si alguien lo hubiese arreglado la noche anterior, el aventurero se apretó las manos para contener las ganas de preguntar, pero le fue imposible resistirse.
—¿Que fue lo que pasó aquí? —preguntó el joven aventurero.
—No ha pasado nada, no te preocupes por eso, solo duerme, por favor.
Drake no quería ser descortes, la curiosidad lo estaba matando, pero también tenia miedo. Habia llegado a este lugar desconocido, de gente muy amable pero que parecía guardar algun secreto y eso lo ponía incomodo, pero no tenia mas opción, sin ellos, estaría aun vagando por el bosque, y eventualmente, algo malo podría suceder.
No se quitó nada de su armadura, arrastró la colcha cerca de la pared y se recostó del muro, con la espada en la mano, entonces, empezó a quedarse dormido, pero aun asi, tratando en todo lo posible de mantenerse alerta.
…
De golpe, Drake abrió los ojos ante el ruido melodioso y que resonaba entre las casas, oscilando su entonación, el tañer de una campana, no como las que conocía, claro estaba, el sonido era fuerte, más no estruendoso. El joven se levantó y se asomó para ver a la sala, la maga elfa hablaba con el líder. El rostro de ella le indicaba al joven que algo no andaba bien. Aquella campana era una alarma.
Drake empezó a bajar y la chica lo vio, en dos zancadas largas llegó hasta el y lo tomó con brusquedad del brazo y lo arrastró hasta la entrada del sótano de la casa.
—Entra y escóndete allí.
— ¿Son los saqueadores, verdad?
—Entra y escóndete.
—Yo soy un guerrero, los defenderé.
La elfa, lo miró por un momento.
—El maestro tiene razón, eres solo uno y si mueres, harás que todo sea peor. Escóndete.
—Lo siento —dijo caminando hacia la puerta y soltándose de su agarre —. Pero no pueden esperar toda la vida por alguien que venga a salvarlos. Debieron defenderse ustedes mismos… Aun así, no dejaré que los sigan acosando.
— ¡Alto, detente por favor!
Drake abrió la puerta de la casa y caminó hasta el centro del poblado, donde el maestro trataba de lidiar con palabras con los saqueadores, un grupo compuesto entre humanos y orcos, pero estos lo ignoraban mientras maniataban a varios otros elfos que sacaban a rastras de sus casas. Drake no esperaría a averiguar cuál motivo tendrían para tan ruin acción, así que solo, tomó el espadón en su espalda mientras avanzaba hacia sus enemigos.
—Se los advertiré una vez —dijo en lenguaje común a los bandidos, algunos voltearon a verlos y sacaron sus armas —. Se los advertí…
— ¿Quién es ese imbécil? —dijo el que parecía ser el líder.
Drake concentro el aura en sus piernas y dio una zancada larga, cortando distancia con el primer enemigo, el líder del grupo, un humano andrajoso, armado con una gran hacha de doble filo y ataviado con una pechera de hierro de mala calidad. En un movimiento, Drake desenfundó su espada y lanzó un tajo a la cabeza, decapitándole limpiamente en un solo movimiento.
El bandido retrocedió dos pasos, sus manos buscaban su cabeza, que caía con una mueca absoluta de sorpresa. El cuerpo decapitado se tropezó y cayó muerto al suelo.
— ¡M-maldito! —gritó uno casi en estado de shock.
— ¡Mátenlo, mátenlo!
Todos los saqueadores soltaron a los elfos y tomaron sus armas. Eran al menos 15, pero para Drake había una marcada diferencia entre este combate en desventaja y el de ayer contra los ladrones. Tenía en su mano su arma predilecta, con la que había entrenado una y otra vez hasta el cansancio y había perfeccionado técnica tras técnica.
Si, era un combate en desventaja, pero para ellos.
Un orco apuntó un arco, pero Drake avanzó con una zancada potenciada y le atravesó el pecho con su espada, lo pateó y liberó su hoja, otro bandido a su derecha apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Drake le lanzase un mortal corte diagonal en el pecho, ya habían caído dos.
Empezaron a acercarse a él rápidamente, gritando y blandiendo sus armas. Drake lanzó un tajo con fuerza potenciada por el aura partió al primero por la mitad, un ágil movimiento de muñecas, continuó su giro y abrió en canal a un cuarto enemigo. Dos más cayeron ante su espada antes de que tuviera que retroceder. Quedaban poco más de la mitad de ellos en un solo asalto.
Un arquero disparó una flecha contra él, pero el aventurero la esquivó y atravesó con una estocada potenciada a un bandido en el pecho, seguido de otro y otro más. Con una patada empujó los cuerpos y liberó su espada.
—No puede ser —murmuró uno. Asustado, dejo caer su hacha de leñador.
Los últimos cuatro empezaron a retroceder aterrados.
—No escaparan —dijo el joven aventurero mientras concentraba fuerza en sus piernas.
Con poderosas zancadas alcanzó al primero y le partió por la mitad, aceleró hacia el segundo y le dio un tajo por la espalda, el tercero sufrió el mismo destino y el último tropezó. El bandido rodó por el suelo, al levantar la mirada, lo último que vio fue la manchada espada de Drake.
El joven volvió a la villa mientras limpiaba la sangre de su espada con un paño que llevaba entre sus cosas.
La mayor parte de los elfos ya habían sido desatados, todos vestían túnicas negras y verdes.
—“Deben ser todos magos” —pensó el joven mientras caminaba hacia ellos.
—Esto no termina aun —dijo Drake mientras se acercaba al líder de los elfos —. Tengo que terminar con el líder de esos bandidos ¿Se esconden en las ruinas?
—Si —contestó el hechicero elfo en lengua común —. Pero te advierto que el mago que los dirige es muy poderoso, no lo he visto, pero puedo sentir desde aquí su poder mágico. Deberías esperar a que llegue ella.
— ¿Ella? ¿La guardabosque? —preguntó con seriedad —. No puedo esperar, cuando el mago se dé cuenta de que sus hombres no han vuelto, puede destruirnos desde la distancia, si es tan poderoso como dices.
—Que la trinidad este de tu lado —dijo el elfo —. Necesitaras un milagro.
—No lo creo —dijo mientras caminaba con rumbo hacia el castillo en ruinas —. Tengo habilidad.
…
Sobre una colina junto al rio, se alzaban los restos de la antigua fortificación humana, un castillo abandonado hace más de mil años y que marcaba la antigua frontera entre Ushadonm y Alfaborg, las seis torres de guardia estaban desmoronándose, solo la torre del homenaje permanecía casi intacta, y a jugar por la intensa luz que salía por las ventanas, ese debía de ser el lugar donde estaba el mago.
Si quería encargarse del asunto, debería de entrar a la fortaleza con el mínimo de resistencia posible, si lo superaban demasiado en número, era claro que terminaría muerto. Por lo que debía ser astuto.
Había un tramo sin cobertura de ninguna clase entre el bosque y el castillo, eran aproximadamente 100 metros, si un arquero lo avistaba, podrían acribillarlo. La puerta principal estaba custodiada por seis bandidos armados, y quizás hubiese más de ellos vigilándolos a ellos, entrar por allí sería algo demasiado imprudente.
Drake empezó a rodear el castillo por el flanco suroeste, donde una de las paredes del castillo estaba derruida, los bandidos la habían reforzado con troncos de madera en un intento por imitar la defensa original, pero habían cometido un error…
El joven aventurero notó el casi imperceptible patrón que seguía el guardia de esta parte del castillo y en un momento de descuido del bandido, corrió los cien metros con su velocidad potenciada hasta que estuvo justo debajo de la pared.
—“Lo logre” —dijo para sus adentros —. “Aquí voy” —pensó mientras caminaba hacia la pared reparada
Respiró pausadamente para recuperar el aliento, ya había usado varias veces su aura y el cuerpo le pasaría factura si se excedía usándola una y otra vez. Los saqueadores refaccionaron el muro con troncos completos, lo malo de ese método, es que alguien capaz, podría escalarlos.
Drake miró como en el centro del patio del castillo, ardía una gran hoguera, el combustible lo inquieto en sobremanera. Un grupo de bandidos arrastraba el cadáver de una elfa, lo arrojaron allí sin miramientos, al rato llegaron con otra más y sin miramientos, la lanzaron a las llamas.
Aferrándose a los espacios entre un tronco y otro, y gracias a la textura de la madera, subió hasta las almenas.
—Ah, odio hacer guardia —murmuró el saqueador mientras trataba de abrigarse inútilmente con su desgastada capa. Pero escuchó un sonido detrás de el —. ¿Quién anda…?
El guardia del muro, estaba por voltear, pero Drake en un instante corrió hacia él y lo agarró con el antebrazo alrededor del cuello y empezó a asfixiarlo con su fuerza potenciada, rompiéndole el cuello en el proceso, soltándolo una vez dejo de moverse. Rápidamente revisó las pertenencias del criminal, no tenía nada necesario además de unas cuantas monedas, le quitó la capa raída y luego arrojó el cadáver hacia afuera del muro.
—“Veamos” —pensó mientras ojeaba las defensas y los bandidos.
Oculto en la sombra, Drake analizó su siguiente movimiento, contaba con el factor sorpresa y ya estaba adentro, debajo del muro, había un precario techo de tablas de madera, y a juzgar por el olor a chamusquina, debía de ser la herrería.
Una puerta en el muro frente a él, parecía ser el salón común, entrar allí sería un suicidio, afortunadamente, la torre principal tenía una entrada independiente. Drake notó que podía caminar por el techo del salón, que estaba por debajo de la altura del muro. Corrió levemente agachado por el área oeste del castillo, siguiendo la zona desprotegida de la muralla, el lado noroeste, que daba directo al rio. Llegó hasta la parte que pasaba por debajo de la torre, no había ningún guardia, a Drake le extrañaba que no necesitaran más protección, estos bandidos de verdad no esperaban un ataque.
Bajó con cuidado al techo para evitar hacer caer tejas y llamar la atención. Anduvo despacio, al ras del muro de la torre, pasando el patio, mirando de lejos la herrería y sin ser visto por los bandidos de guardia, cada paso hacia sonar levemente la madera, así hasta que llegó hasta a la saliente la intersección entre el muro del salón, la puerta de la torre del homenaje y la capilla del castillo.
En la entrada de la torre, había un par de guardias, Drake desenfundó su espada y rápidamente cayó sobre el primero, derribándolo, golpeó con el pomo de su espada al segundo en la cabeza, rompiéndole la frente, hizo un giro cerrado con la hoja y le atravesó el pecho al primero, giró de nuevo y agarró de la camisa al segundo, que aunque con una fractura craneal, aun no terminaba de caer, y lo lanzó al suelo.
Drake le lanzó las manos alrededor del cuello y apretó con fuerza, rompiendo todo su cuello con su fuerza aumentaba por aura. No le quedaba mucha resistencia, debía guardar lo último de su energía para el mago.
…
En la villa de los magos elfos, había recogido todo los cadáveres y los estaban apilando en las afueras del pueblo, entre los cadáveres habían puesto ciertas maderas aromáticas para tratar de evitar el desagravie olor que surgía al quemarlos. Todos murmuraban sobre a qué humano intrépido que se había lanzado completamente solo contra toda una banda de saqueadores, y las consecuencias que caerían más severas que antes sobre todos ellos.
La maga elfa se acercó al líder de la villa, que no dejaba de mirar en dirección al castillo.
— ¿Crees que pueda lograr su cometido? —preguntó ella en elfico —. Después de ser testigo de su habilidad, tengo esperanzas.
—Mi temor, es que no lo logre, y recibamos un castigo. No podemos dejar que siga tomando todo la magia oscura, un hechicero tan ruin con semejante poder, se convertirá en alguien demasiado peligroso si tiene éxito. No lo permitiré —dijo con determinación y puso rumbo a la biblioteca en el centro de la villa. Murmuró unas palabras mágicas y un círculo de magia de fuego, brillante como aceró al rojo, apareció sobre su mano.
— ¡Deténgase! ¡¿Acaso ha enloquecido?! —gritó la elfa —. ¡Debemos proteger los registros, no destruirlos!
—Ilavenmnl, protegerlos es también evitar que caigan por completo en manos equivocadas.
Todos los elfos miraban a su líder. Una pequeña pero brillante bola de fuego se materializó en la mano del líder.
—Calcina hasta las cenizas — conjuró el mago, haciendo aparecer una llama roja intensa en su palma.
—Alto —dijo una voz suave y melodiosa detrás de él, el elfo la reconoció de inmediato, aun envuelta en aquella capa negra y con la capucha sobre la cabeza, no había duda alguna de quien era.
Todos los elfos de la villa la contemplaban con admiración, sus espadas resaltaban tenuemente en su cintura, un resplandor rojizo salía de su capucha.
—Finalmente llegaste…
—Son bastantes de ellos, los eliminare a todos —fue todo lo que dijo, luego dio un saltó extremadamente largo y se alejó hacia el bosque, con rumbo al castillo.
—Espero este bien —dijo la maga elfa.
—Como si alguien allí pudiera enfrentarla.
—Me refiero al joven humano.
El mago se quedó en silencio.
…
Drake subió a la torre, seis cadáveres de bandidos yacían muertos en las escaleras, el último lanzaba un tajo rápido de su espada corta, pero el aventurero se echó hacia un lado ágilmente y respondió con un golpe de su espada al pecho de su enemigo, el acero se asomó desde la espalda.
Ahora solo debía cruzar la puerta para enfrentar al mago. Estaba temblando de miedo y emoción, enfrentar a un hechicero poderoso era un gran desafío y un solo error podía ser fatal. Miró el anillo en dedo, con suerte, lo protegería un poco.
Entro a la habitación del mago, donde este estaba sumido en un conjuro mágico, había decenas de cadáveres a sus pies, todos eran los elfos secuestrados.
— ¡Tu! —gritó Drake lanzándole un tajo por la espalda, pero el hechicero lo detuvo con un conjuro de barrera que frenó su golpe potenciado.
— ¿Quién eres… Como entraste aquí? —preguntó el mago, su voz tenía un acento melódico y suave, sin embargo, no era como el de los elfos del bosque, era casi como si su voz resonara. En el peor de los casos, podría están enfrentando a un elfo de la luz. El mago se quitó la capucha.
En efecto, su piel, aunque pálida, tenía un brillo tenue, era un elfo de la luz. Con el cabello blanco y largo hasta los hombros, por los lados sobresalían sus largas orejas inclinadas hacia arriba, ojos de un raro color verde intenso, usaba una túnica negra y larga de hechicero, ajustada con un cinturón con hebilla de oro, decorada con una piedra roja., llevaba pantalones amplios y botas elficas de un diseño diferente al de Drake.
Tenía una mirada fría y cínica que intimidaba levemente al joven aventurero, pero lo más aterrador, era la pica en su mano, o quizás era un bastón mágico, pero estaba hecho de acero ennegrecido, cubierto por varios picos afilados con la punta aguda como una lanza y estaba cubierta aun con sangre de sus víctimas.
—Eso no importa —contestó el muchacho —. Por tus atrocidades, te haré pagar.
Drake avanzó y atacó, pero el mago creó una barrera mágica de nuevo y el acero rebotó. El hechicero conjuró varios proyectiles de luz a su alrededor.
—Bien, creo que probaré contigo mi nueva magia.
Los misiles de energía salieron disparados, Drake concentró su aura alrededor de todo su cuerpo para potenciar sus habilidades físicas y sus sentidos, esquivando varias de los ataques y teniendo que lanzarse y rodar para evitar el impacto de la mayoría, dos de ellos lograron golpearlo, casi derribándolo, pero el anillo o su propia resistencia natural hacían que el daño no fuera realmente severo. Aun con su mejora, la velocidad de la magia era increíblemente veloz.
—Vaya, eres un humano bastante duro de matar.
El lanzador de conjuros entonces hizo aparecer un báculo mágico, un arma que parecía una barra de hierro doblada en ángulos rectos y que parecía que podía cortarte la mano si la sostenía mal. Drake avanzó de nuevo con un grito de batalla para atacar con un golpe lateral con toda su fuerza, perforando el escudo al cual el mago no le prestaba atención mientras preparaba su siguiente ataque.
Un segundo tajo rompió el domo de energía rojiza, Drake dio una zancada veloz, pero el mago reaccionó velozmente y le dio un choque de fuerza directo, lanzándolo con una potencia que Drake no se esperaba, haciéndolo rebotar contra el techo y dejándolo caer. El aventurero empezó a levantarse, suprimiendo el dolor con su respiración, pero no tenía tiempo de prepararse. El trazó un arco horizontal en el aire hacia él, y al instante, una ola de flamas se dirigía hacia, Drake saltó con toda su fuerza para evitar el ataque por muy poco.
Tenía que esforzarse aún más si quería vencer, pero…
Un sonido extremadamente fuerte se escuchó en el patio del castillo. Los bandidos empezaron a gritar mientras se oía como daban comandos y luego, más sonidos fuertes, y luego un impacto que hizo sacudir la misma torre.
— ¿Qué diablos pasa? ¿Un ejercitó? —pensó en voz alta el mago oscuro.
Pero al asomarse, vio a alguien vestido de rojo que estaba masacrando por su cuenta a toda la banda de criminales. Él contaba con más de 100 hombres bajo su mando, pero aquella chica de rojo los cortaba uno tras otro con su espada larga sin ninguna dificultad ni resistencia, su rapidez al atacar era vertiginosa, desapareciendo cada vez que parpadeaba y ya habiendo partido a más tres por la mitad.
El último cayó con la mitad de la cabeza rebanada mientras la elfa hacia un par de florituras y trazaba un arco en suelo con la sangre al movimiento de su espada, dejándola limpia. La chica de rojo vio al mago a los ojos, y el hechicero empezó a sentir pavor, retrocedió y luego, la pared estalló, cuando ella la atravesó de un salto.
— ¡No puede ser! —gritó el elfo de la luz —. ¡Se supone que estas lejos!
La piel resplandeciente, las orejas muy hacia arriba, la mirada fría, era también una elfa de la luz, aunque ella cubría su ojo derecho con su particular cabello color oliva. Vestía un largo sobretodo rojo y portaba dos espadas en su cinturón.
—Eres una decepción para los elfos —murmuró la elfa.
El hechicero de la luz la reconoció por completo y retrocedió bastante intimidado, pero mantenía una sonrisa algo confiada en su rostro.
— ¡Y tú solo eres una loca genocida!
Ese comentario no le hizo ni pizca de gracia, frunció levemente el ceño y en un instante avanzó hacia el mago, el cual hizo una barrera mágica, pero ella la abrió con un solo tajo de su espada derecha y con su otra arma le abrió desde el estómago hasta la garganta y con una patada giratoria lo lanzó volando inerte, atravesando la pared y cayendo hacia precipicio detrás del castillo en la rivera del rio.
Drake por su parte, estaba frente a alguien formidable e intimidante.
—Gracias por tu…
Pero la mirada de la chica se encontró con la suya, entonces ella levantó su espada ensangrentada. Se veía bastante enojada y Drake sintió un temblor recorrer su columna vertebral cuando entendió que ella no lo veía precisamente como a un aliado.
—O-oye, yo —dijo él, tartamudeando
—Muere.
Comments for chapter "02"
QUE TE PARECIÓ?
Yo a la hora de leerlo: Bueno, un capítulo de viaje no viene mal para los comienzos de una aventura (◡ ω ◡).
Unos minutos después: A la chucha, ya el protagonista se nos pierde en el bosque, a pos… ¿Eso es una villa elfica?
Otro par de minutos: ¡Pum! ¡Pam! GG izi a todos estos saqueadores, ahora toca el maguito de turno.
Ya al final: ¡SUUH! Al fin llega esa guardabosques… Espera… ¿¡Es una gen-!?
*Se muere*
Me está pareciendo un buen comienzo de historia y siempre estoy atento a ver si sale un capítulo nuevo, aunque eso sí, hay que uno que otro error ya sean en un equivocación en unas palabras, tildes y otros detalles técnicos.
Por ejemplo. En la parte donde hablas de las espadas en el primer capítulo, si no me equivoco, has puesto algo como «Espada de buena factura», siendo la palabra correcta «Manofactura».
Pero entre eso y otras cosas, no me tengo mucho de que quejarme, me haz dado unas buenas tardes de lectura junto con One Piece y es de agradecer.
Espero que mejores con el tiempo y que todo este mundo se expanda de buena manera.
¡Sigue así! ლ(^o^ლ)
Gracias, correcciones así siempre me vienen bien para cuándo toca hacer las correcciones después de terminar el libro.