Guildmaster - 03
Las espadas chocaron con fuerza, Drake realizó una parada perfecta con su mandoble, pero el sable de la elfa de ojos carmesí mantenía la presión con una fuerza anormal para su contextura aparentemente delicada.
Sus miradas se cruzaron de nuevo, el joven aventurero podía ver cierta furia en ella, aunque realmente no parecía haber ninguna expresión facial, su rostro era impasible, carente de emociones, el único ojo que se veía (pues el otro estaba cubierto por un flequillo) tenía una mirada de indiferencia.
—C-creo que no has entendido, yo… —dijo en un vano intento de explicar.
La elfa cedió la presión por un segundo y retrocedió. Drake relajó el cuerpo por un instante, mientras que ella hizo un par de florituras con su sable.
En un segundo, Drake pudo ver a su oponente. Ella parecía joven, pero siendo una elfa, no se podía saber realmente su edad, vestía un abrigo carmesí que era largo por el lado derecho y cortó en el izquierdo, una capa negra sostenida por tres correas frente a su cuello y tenía un broche simple de oro en el cabello. Sostenía una espada, un sable largo y recto de diseño sencillo pero letal, y en su cinturón tenia envainada otra espada, una hoja más pesada y ornamentada.
—No soy tu enemigo —dijo Drake una vez más, nervioso por algún motivo. Quizás no era consiente de aquello, pero su cuerpo podía sentir el poder bruto de la guardabosques carmesí, y estaba asustado.
—Deja de hablar —murmuró monótona en elfico con un acento suave, y atacó de nuevo.
Drake frenó el primero, el segundo y esquivó el tercer tajo, pero su guardia quedó abierta por un pequeño instante, y la elfa lo pateó en el estómago en esa fracción de segundo, pero el impacto no era ni de cerca lo que esperaba, el golpe lo lanzó contra un muro, hundiendo pared de piedra. Si no tuviese el aura concentrada en su cuerpo, probablemente le hubiese fracturado la espina.
—“Esto me supera “—pensó levantándose de nuevo, retomando su guardia. La elfa de ojos rojos se acercaba de nuevo hacia el con su espada, rozando su espada contra el suelo.
Drake analizó el entorno, todo en el lugar estaba revuelto, la puerta estaba hacia su izquierda y se encontraba abierta, era su única salida. Huir y esperar a que bajase la guardia o se detuviera.
El aventurero se agachó y esquivó un tajo que cortó la piedra como si fuera mantequilla, subió la mirada en una fracción de segundo, y la elfa no había perdido de vista su objetivo ni por un instante, entonces rodó hacia su izquierda, evitando la patada de la elfa, que destrozó en mil pedazos el muro, todo el techo empezó a colapsar sobre ellos. Drake corrió hacia la puerta, volteó a ver a la elfa, pero esta no se movía de su sitio, entre el polvo de los escombros, su ojo rojo brillaba.
Cuando atravesó la puerta, solo un segundo después, una patada destrozó el último muro, la elfa iba detrás de él. Mencionó algo en elfico, pero era apenas audible. Drake bajaba por las escaleras a toda velocidad, dio un salto en el último tramo para evitar una estocada por la espalda, saltó hacia la pared y se impulsó para tomar más distancia, pero en el umbral de la salida, la guardabosques le atacó con varios tajos veloces.
Drake apenas podía seguir el ritmo de su técnica violenta y veloz. Entonces hizo un tajo amplio y circular con su fuerza potenciada para hacerla retroceder, pero en cambio, ella lo detuvo con un simple movimiento de su hoja.
No importaba que tanta fuerza pusiera en un golpe, ella siempre parecía tener aún más fuerza que él. Con la guardia abierta, ella le estrelló un golpe con la palma abierta en el pecho, sintió algo crujir, antes de salir despedido, rompiendo la puerta de madera y rodando varios metros por el suelo. Giró y se reincorporó con una voltereta.
La elfa venia hacia él, lenta e intimidante, con su ojo brillante en la oscuridad.
— ¡Ya detente de una vez! —gritó Drake —. ¿No ves que no soy tu enemigo?
—Cualquier cosa para salvar tu vida —contestó en su particular acento alargado y melodioso elfico, aunque a su vez, era una voz monótona y carente de emociones —. Patético.
—Yo no soy una amenaza —dijo luego en elfo.
La energía del aura de Drake estaba empezando a agotarse, miró hacia arriba, y solo tuvo un mínimo instante para esquivar la estocada de la elfa que aterrizó grácilmente y continuó su oleada de ataques.
Los tajos que lanzaban eran abiertos, circulares y gráciles, pero dados con tal fuerza y velocidad, que él no encontraba aperturas para un contraataque, solo podía detener los impactos con su pesada espada.
— ¡Detente! —gritó Drake, pero la elfa hizo un giro y atacó con un tajo por la izquierda, Drake la frenó por poco, sus músculos protestaron ante la potente parada en respuesta el poderoso tajo.
Aquella elfa tenía una fuerza exagerada en toda medida, había algo extraño con ella, y se notaba en su ojo rojo, los elfos de su clase no nacían con ese olor de ojos.
Un parpadear, y Drake tuvo que esforzarse al máximo para detener una salvaje ola de sablazos rápidos que venían en todas direcciones, concentrando el aura en todo su cuerpo, aumentó su fuerza y velocidad a coste de su resistencia.
—“Tengo que hacer algo” —pensó él, mientras reaccionaba casi instintivamente —. “Me va a matar, sin duda me matará”
El joven aventurero en su estado aumentado, dio un empuje con su espada contra el sablazo abriendo una brecha en su defensa, Drake la agarró de la muñeca izquierda con firmeza, listo para arrojarla y poner distancia, pero cuando trató de empujar, ella tiró, agarró su muñeca con su mano, con una fuerza que sin su aura, quizás le hubiera roto la mano, ella lo hizo girar como si fuera un simple juguete de trapo y lo lanzó contra la pared oeste del castillo.
Girando en el aire, Drake golpeó la pared con mucha fuerza, pero aún seguía en combate, un hilillo de sangre empezó a emanar de su boca, pero apenas tuvo tiempo de reaccionar, esquivó la patada de la elfa por poco que impactó contra la muralla de piedra, su sorpresa fue mayor, cuando toda la pared fue destruida ante el impacto, como si un coloso fuera quien la pateó.
La elfa volteó la cabeza y lo miró con cierto aire de fastidio. Como si no estuviera acostumbrada a que alguien viviera tanto después de iniciar una pelea con ella. Drake sostuvo su mandoble con fuerza y concentró su poder de aura al máximo en todo su cuerpo.
El joven aventurero aprovechó el momento para tomar distancia, huyendo por el enorme agujero en el muro del castillo, estaban sobre una elevación, por lo que Drake prácticamente patinó colina abajo. La elfa se asomó desde arriba, mirándole altiva, determinada a acabar hasta con el último de ellos, aunque él no fuera uno de los saqueadores.
Drake se internó en el trecho de bosque, buscando perderla y tomar distancia con ella.
—Tengo… Que llegar hasta la villa —pensó en voz alta mientras huía, jadeando por el cansancio producido por el uso prolongado del aura en todo su cuerpo —. Ellos me ayudaran a detenerla.
Pero a su derecha, vio un destello rojo por un segundo, frenó, levantó su espada, detuvo el tajo. Ella estaba de nuevo frente a él.
—En siglos. El primero en durar tanto —fue todo lo que dijo con voz fría y monótona.
Entonces atacó de nuevo con sus tajos veloces, pero Drake apretó los dientes antes de proferir un grito de batalla, y aplicó fuerza en una parada, las espadas rebotaron. Ambos cubrieron su defensa con un ataque veloz, y rebotaron de nuevo. Sus espadas se encontraron en golpe tras golpe, impacto tras impacto, por un momento, parecía sus habilidades estaban igualadas, pero ella tenía siglos de experiencia, y una milésima de segundo que Drake dejó una apertura en su defensa, ella desenfundó su segunda espada, la hoja pesada y le dio un tajo en la pierna derecha.
Ahora ella atacaba con una violencia aun mayor con sus dos espadas, tajos circulares y devastadores que apenas si podía detener. Otra apertura en la danza de tajos y con sus dos hojas, le dio un rasguño en el brazo derecho y la pierna izquierda.
Sus dos espadas atraparon su espada en un momento, dejando la mayor apertura en el combate para ambos, sus miradas se encontraron de nuevo, y era cuestión de tiempo de reacción.
Drake le dio un cabezazo con toda su aura concentrada en la frente. La elfa retrocedió ante el único impacto que había logrado conecta, su expresión no había cambiado, hasta que sintió un hilillo de sangre correr desde su frente.
—Ya… Detente, ya —dijo Drake cansado.
Pero por un segundo, Drake pudo sentir el fastidio que la elfa sentía por él, se convertía en furia, y sin expresar nada en su rostro.
Entonces ella atacó con tajos raudos, directos y todos hacia puntos vitales, cada ataque que desviaba, solo le hacía arañazos a Drake, desangrándolo lentamente. En una apertura baja, la elfa lo pateó en el estómago con mucha fuerza, lanzándolo a toda velocidad a varios metros y partiendo un par de árboles a la mitad, rodando y cayendo colina abajo, directo hacia la rivera del rio Lemariss.
Detrás de él, la corriente corría rápidamente con piedras sobresalientes, saltar allí sería un suicidio, por lo que estaba técnicamente entre la espada y la pared. Cansado, su aura ya no podía mantenerse mucho más, y empezó a sentir el dolor de los golpes, los impactos y los cortes en su piel.
Profirió un gruñido ahogado ante la oleada repentina de dolor intenso, jadeando un vaho helado.
— ¿Voy a morir aquí? —pensó en voz alta con una sonrisa irónica, sin imaginar un escenario más extraño, que haberse perdido en el bosque, encontrar un enclave secreto, enfrentar a todo un grupo de bandidos por su cuenta, encarar a un hechicero, y no haber muerto en ninguna de esas ocasiones —. Es gracioso —murmuró con la sangre saliéndole de la boca.
La elfa desde la cima de la colina, lo vio fijamente, en aquella noche sin luna, solo su ojo rojo brillaba en la oscuridad como el de un ser sobrenatural y demoniaco.
Ella extendió sus dos armas.
—Tu suerte se agotó —entonces dio un salto extremadamente alto, dando un giro lento en el aire, cruzó su dos espadas y empezó a caer como un cometa desde el cielo —. Guillotina —dijo mientras iba en caída libre en un golpe que no podía esquivar.
Drake solo la miró con su aliento helado saliendo de su boca.
—“¡¿Moriré?!” —pensó el con resignación, entonces una voz más habló dentro de sí mismo —. “No quiero morir” —dijo con su mismo tono de voz en su cabeza —. “¡No voy a morir!”
El agua del rio empezó a congelarse rápidamente, su cabello azul se volvió celeste, sus heridas sanaron de inmediato, sus cortes se cerraron, su expresión se volvió neutral y relajada, levantó la mirada y la mano hacia el ella, del rio, una enorme mano de hielo salió a toda prisa.
— ¡¿Qué?! —exclamó con sorpresa.
La elfa sorprendida por el repentino cambio y su magia extraña de hielo, atacó la mano con toda su fuerza, partiendo el hielo de la mano por la mitad y lanzando una ola de corte que lo hubiera matado a él también, si no hubiera aparecido ese domo de hielo repentinamente, salvando su vida. La mano se regeneró en fracciones de segundo y la agarró, elevándola con tal velocidad y fuerza, que terminó soltando sus espadas.
Drake la arrojó contra el rió contra su fuerza. La elfa golpeó el fondo rocoso del rio con muchísima fuerza, desmayándose ante impacto que hubiera matado a cualquiera que no tuviera su resistencia.
Todo el hielo se deshizo en agua a su alrededor, y Drake volvió en sí.
— ¡¿Eh?! ¿Qué acaba de pasar? —entonces vio las espadas en el suelo y a la elfa desmayada siendo llevada por rio —. ¿La vencí? ¿Cómo? —Drake vio cómo se alejaba por el rio —. No despierta, se ahogará —dijo antes de empezar a correr en su dirección —. “Tengo que salvarla”
Con su aura regenerada, pudo potenciar su carrera, alcanzando una velocidad increíble, y alcanzándola, incluso yendo más rápido. Mientras corría, soltó el broche de su espada, dejándola caer y se quitó el pesado abrigo tachonado con placas metálicas.
Dio un grito de guerra para sobreponerse al dolor del esfuerzo y saltó hacia el agua, frente a ella y la interceptó, tomándola con su brazo izquierdo.
Una piedra venia más adelante, y se dirigían a toda velocidad. Drake reforzó la resistencia de su brazo derecho y recibió el impacto, sosteniéndose de la roca.
— ¡Ugh! —se sostuvo de la piedra saliente, resistiendo el potente impulso de la corriente del rio.
Apoyándose en la roca, afirmó sus pies, sostuvo fuerte a la elfa en su brazo y salió del agua con un salto. Aterrizó poco más allá de la orilla y dejó suavemente a la chica en el suelo.
Había tragado mucha agua y no respiraba.
—Vamos —dijo el, quitándole la capa para que pudiera respirar, alineando su cabeza, cuello y columna según recordaba las lecciones de su maestro, le puso la cabeza de lado y luego aplicó compresiones sobre su pecho de forma rápida y rítmica —. Vamos, respira, respira —murmuraba él.
Pero ella no reaccionaba, escupía algo de agua. Drake revisó el bolsillo mágico que le había regalado su tio El´lezzar, al meter la mano, sintió la magia imbuida preguntar, que es lo que buscaba, sacó el Manual del Aventurero de Edward Ruby, el manuscrito original hecho por su padre adoptivo y lo ojeó rápidamente en la sección de rescates.
Su maestro había anotado toda clase de datos útiles para aconsejar a los aventureros novatos, en la parte de “ahogamientos”, estaban las maniobras que él ya había aprendido y que no estaban dando resultados rápidos. La siguiente lo hizo sonrojarse un poco, respiración boca a boca.
Sabia como hacerlo, pero era muy pocas las veces que lo había puesto en práctica, debía hacerlo rápido, o ella moriría ahogada.
Respiró hondo y se acercó a su rostro para realizar la maniobra de reanimación, pero en ese momento, ella abrió los ojos. Entonces, a pocos centímetros de si, sus miradas se cruzaron por unos instantes. Pasó de la sorpresa a la ira en un par de milisegundos y le lanzó un puñetazo directo al pecho que le rompió un par de costillas nada más, afortunadamente para él.
— ¡Detente por favor! ¡Estabas ahogada, tenía que ayudarte o morirías! ¡No soy tu enemigo! —gritó todo de golpe en elfico y bastante asustado, aunque ambos estaban desarmados, él sabía que ella fácilmente podría matarlo a golpes con aquella misteriosa y aterradora fuerza física que tenía y que no correspondía a su delgado cuerpo.
— ¿Ahogada? —dijo, recordando los últimos instantes antes de ser lanzada, la mano de hielo mágico, el aura helada a su alrededor, y aquellos ojos fríos e inhumanos —. Tú me lanzaste.
—No, yo no he sido —dijo él, en elfo —. Aunque no lo recuerdo. Luche contigo solo para defenderme, no soy un saqueador. Soy un aventurero.
— ¿Aventurero? —monótona.
—Cazador de fortunas, buscador, como prefieras llamarle —dijo nervioso —. Pero no soy un saqueador, solo quería ayudar a esa villa en peligro.
Cuando ella dejó de pensar en matarlo, algo en como lo veía cambió.
—Yo… —dijo en elfo —. Creo que cometí un error —siguió en lenguaje común.
…
A orillas del rio, ambos estaban sentados alrededor de una fogata que Drake había hecho para secar su ropa y calentarse un poco.
A la luz de las flamas, el finalmente pudo reparar en lo atractivo de su figura, ahora que no trataba de matarlo. Eran poco claras para cualquiera, pero la delicadeza de sus facciones y el leve rasgado de sus ojos que creaba esa mirada permanente de superioridad y altives, eran propias de un elfo de la luz. La exigua raza primaria de elfos cuya ciudad se decía estaba oculta en algún lugar del profundo bosque de Alfaborg.
Era más baja que el en estatura, de aspecto delgado y delicado que no aparentaba aquella fuerza física sobrenatural que poseía.
Tenía el cabello de color verde oliva, un color poco habitual en los elfos de la luz, que generalmente era rubio o blanco, además de tenerlo extremadamente largo, alcanzando sus tobillos estando trenzado, y no solo la pigmentación de su pelo era extraña, sino también el color de su único ojo visible, rojo intenso, brillante en la oscuridad como una siniestra estrella.
Su abrigo era rojo carmesí, largo por el lado derecho y corto por el izquierdo, dejando libre un par de alforjas de cuero, encima, vestía un corset de cuero endurecido como defensa, tenía varios cinturones entre los cual destacaba uno en negro y dorado de exquisita factura, más allá de todo lo que él había visto antes, con detalles circulares y delicados espirales de oro, con una gema roja en el centro de la hebilla. Usaba calzas blancas y encima unas perneras de cuero negro y botas elficas de muy alta calidad.
Ambos con las armas en el suelo y mirando al fuego.
—… Y entonces creí que no vendrías a ayudarlos —siguió Drake con su relato —. Y decidí enfrentarlos. Después de todo, ellos me mostraron bastante amabilidad para ser un grupo aislacionista, lo menos que podía hacer, era ayudarlos con su problema.
—Lo siento —dijo ella de nuevo con monotonía.
—Si no hubieras aparecido, no sé si hubiera podido enfrentar al mago yo solo. Así que, gracias.
—Yo soy quien te da las gracias —dijo sin cambiar su tono de voz —. Aunque fuimos enemigos, tú salvaste mi vida, y eso es una deuda que debo pagar contigo. Por eso, me presentare, mi nombre es Myelittine Ascalon Noldvano de Alfaborg.
—Un gusto —contestó el extendiéndole la mano —. Soy Drake Winterheart, vengo de Ushadonm.
Ella le dio la mano y el hizo leve mueca de dolor cuando ella sin querer apretó con mucha fuerza.
—Me disculpo de nuevo, no estoy acostumbrada a tratar con nadie.
—Si —dijo el tratando de sonreír y disimular el dolor mientras sobaba su mano adolorida —. No hay problema.
—Entonces —ella se levantó he hizo una reverencia —. Habiendo salvado mi vida, prestare un juramento de…
—Alto, espera un momento, no es necesario ser tan formales. No me debes nada.
—Eso no borra que has salvado mi vida, y vale aún más, que no quieras nada a cambio.
—Sí, pero no necesito nada de ti, todo está bien.
Las últimas palabras resonaron en la mente de la elfa, desde hace rato, algo en el rostro del joven humano le parecía curiosamente familiar. Sus ojos eran diferentes, su cabello también, pero algo en su energía a su alrededor, le era conocido, de alguien que vio morir hace 600 años. Él se parecía mucho a su prometido fallecido. Aunque no podía estar segura, quizás había reencarnado, se decía que a veces, un alma volvía en otro cuerpo distinto. Pero era la primera vez en 700 años, que veía a alguien que le transmitiese esa misma sensación de sosiego.
—Como sea, cumpliré algún día mi promesa contigo, Drake Winterheart.
Entonces él se dio cuenta de algo que estaba dejando pasar frente a sus ojos. Una oportunidad única en la vida.
—Aunque pensándolo bien…
La elfa levantó la mirada, sus ojos habían cambiado nuevamente, ya no estaba calmado, ahora parecía analizarla con la mirada. Drake sonrió, imaginando algo en su mente.
—Ni lo pienses —dijo ella —. Si intentas algo, esta vez si te mataré —recalcó con severidad.
— ¿Eh? —entonces cayó en cuenta y se empezó a reír —. No, para nada. Pero si tengo una petición importante para ti —dijo levantándose —. ¡Estoy creando un equipo de aventureros, los mejores! ¡Héroes de los que se canten canciones cuando se mencione nuestro nombre! —el joven hacia aspavientos de emoción con los brazos —. Y quiero preguntarte ¿Quieres unirte a mi gremio?
La elfa lo miró por un par de segundos antes de contestar. Analizando la situación en la que le estaba poniendo. Pagaría su deuda con él, pero dejaría de lado la vida que había llevado durante siglos, aun así, su vida hubiera carecido de sentido si hubiese muerto aquella noche.
Ella se levantó.
—Acepto —dijo, extendiéndole la mano, pero cuando Drake iba a darle la suya para cerrar el trato, ella la retiró por un momento —. Hay una sola condición, será mientras vivas, Drake Winterheart. Protegeré tu vida y mientras esta dure, seré parte de tu gremio de aventureros.
—Me parece bien —dijo el, y finalmente estrecharon sus manos —. Bienvenida al equipo, Myelittine.
—Gracias, joven Drake… ¿Cuántos más hay en tu gremio legendario?
Drake se quedó callado por un unos segundos y se dio la vuelta.
—Por ahora, solo somos tú y yo.
Un silencio incomodo perduró en el aire durante unos segundos, hasta que a lo lejos, se vio caer por completo la torre principal del castillo en ruinas.
—Sí que eres fuerte —fue todo lo que comentó el.
…
A la mañana siguiente, ya con la ropa seca y todo listo para seguir. Desmontaron el pequeño campamento, apagaron la fogata y se dirigieron hacia la pequeña villa elfica, pero cuando se acercaron al enclave, no había nada en el sitio. Solo árboles, como si nunca nadie hubiera vivido allí.
— ¿Qué pasó aquí? —preguntó Drake sorprendido.
—Magia —contestó ella con monotonía —. Magia de ocultación.
—Exacto, venerable Myelittine —dijo el elfo detrás de ellos, el líder del enclave, el hechicero de verde —. Sin el influjo del mago, nuestra barrera vuelve a funcionar, gracias a usted, venerable guardabosques. Le estamos eternamente agradecidos.
—No ha sido mi obra únicamente —respondió ella también en elfico —. El joven Drake, derrotó a muchos de los saqueadores.
—Cuenta usted con nuestra eterna gratitud, joven aventurero.
—No fue nada, ahora, si me gustaría algo para desayunar, si no es molestia.
—Claro, venga.
El elfo mencionó unas palabras mágicas en un idioma que Drake no conocía, y una puerta circular se abrió en el espacio frente a ellos, revelando el enclave elfico.
Comieron, el joven recibió ovaciones de los habitantes y antes de la media mañana, estaban en camino hacia el viejo puente. Myelittine lo guio por el bosque de Alfaborg, siguiendo el rio hacia el sur, resulta que ya lo había pasado.
—Conoces bien todo este lugar —dijo Drake mirando el agua y el reflejo del sol sobre ella —. ¿Cómo es que no te afecta la desorientación mágica?
—He recorrido este bosque incontables veces —fue su única respuesta.
Finalmente llegaron al puente de piedra. Estaba cubierto por la vegetación, musgo y flores.
—Estamos de nuevo en el camino hacia Tesangrey —dijo Drake avanzando por el puente, siguiendo a la elfa de la capa negra.
…
En el fondo del precipicio junto al castillo, debajo de las ruinas de la torre, se levantaba un cuerpo quebrado en pedazos, sus huesos volvían a su lugar, sus heridas cerraban, dejando profundas cicatrices.
—Maldita paria —dijo el mago, antiguo líder de los saqueadores. Su cuerpo seguía regenerándose de todo el daño recibido —. Ya verá. Esto… no se lo voy a perdonar —dijo, y su brazo crujió, recomponiéndose —. Conocerá mi verdadero poder.
La herida en su cara se cerró rápidamente mientras esbozaba una sonrisa anormalmente amplia.
Comments for chapter "03"
QUE TE PARECIÓ?
Bueno, al fin tenemos a primer nakama del Winterhearth, aunque da mucho miedo con esa fuerza tan inmensa que tiene. (。ŏ﹏ŏ)
Pero… Espera un momento… Yo creo que ese apellido lo he visto por algún lado… Mmmmmmmm.
Nah, nada sospechoso por ahora, ahora creo que sí vamos al pinche lugar de una vez por todas.
XD. De su apellido fue que cree mi nombre de usuario, antes de lanzarme al internet.
Ella es uno de mis personajes favoritas de la historia, pero no es mi #1.