Guildmaster - 07
—Ven, ya estamos cerca —dijo Drake mientras contenía las ganas de correr hasta su destino.
Myelittine iba a paso tranquilo detrás de Drake y de la felina.
—No imaginaba que estuviera tan lejos —dijo Lucia mientras seguía llevando consigo el pesado libro de registros —. Este libro pesa mucho.
El joven aventurero y la elfa guiaban a la felina a través de un sendero en el bosque, el camino hacia el torreón, luego de una semana de arduo trabajo, había logrado conseguir y restablecer el camino hasta la torre desde la ruta sur hacia Tesangrey.
Sin embargo, aun había que caminar un buen trecho hasta el lugar. Todo lo que se veía era un camino que iba hacia adelante, con árboles de lado y lado y un techo de hojas que filtraba buena parte de la luz del sol. Sin embargo, el resplandor al final del túnel forestal era el final del trayecto, entonces la felina pudo ver el torreón.
— ¡Impresionante! —dijo completamente boquiabierta ante la visión del lugar.
La torre, que antes se estaba cayendo a pedazos, fue reconstruida y reparada en todas las secciones, nuevos bloques piedra había sido dispuestos, se repararon las paredes, el techo del almacén tenia paja nueva, la escalerilla de entrada hacia el torreón estaba como nuevas, una nueva puerta doble de madera había sido instalada y todas las telarañas fueron removidas del suelo y el pozo, que fue bloqueado, ya que no había agua en el fondo.
Un campo de entrenamiento había sido construido en el lugar, aunque por campo de entrenamiento comprendía un gran tronco para practicar tajos con la espada, otro poste más pequeño para lo mismo, tres muñecos de entrenamiento puntería y una arena circular marcada por piedras pintadas de blanco para prácticas de combate.
—Sí que lo es —dijo Drake con una sonrisa optimista —. Después de que Mellie se encargó de la matriarca colosal, los aldeanos de Nirial nos ayudaron con la reconstrucción como pago —dijo y luego se puso eufórico —. ¡Tenías que haberlo visto! —exclamó con emoción —. Ella saltó y luego ¡Slash! —dijo imitando el movimiento de las espadas de la elfa en el aire y haciendo sonidos mientras recreaba la escena en su cabeza —… ¡Y después cayó muerta! Fue algo extraordinario —dijo mientras se acercaba a la elfa, le pasó el brazo sobre el cuello en un abrazo —. De verdad que eres demasiado fuerte, algún día tienes que contarnos tu secreto.
Myelittine le quitó el brazo de encima, incomoda con el contacto social cercano, aunque si a Drake le importo, no se notaba.
—Lo dudo —fue todo lo que dijo antes de saltar hacia un árbol, subirse a una rama y mantener la distancia con los dos.
— ¿Se ha enojado? —preguntó Lucia un tanto extrañada.
—No lo creo —contestó —. Pero no debí acercarme tanto —dijo repensando un poco las cosas —. Bueno, lo hecho hecho está. Ven, pasemos a la torre.
Lucia sonrió y asintió mientras caminaba hacia el interior de la recién adquirida base.
Por dentro, el recibo era bastante amplio, el suelo era de tablas de madera nuevas y el lugar estaba completamente limpio y ordenado, la sensación de espacio era impresionante, como si este lugar tuviese que estar lleno de personas, o esperaba tenerlas.
—Y esta es la recepción —dijo Drake, mostrándole la mesa de la recepción también era nueva, con un diseño simple y sólido
—Nada mal —la gata pasó su mano por la madera —. Es suave.
— ¡Y también las sillas, y el tablón! —había tres sillas largas a los lados de las paredes, también solidas como el recibidor, un gran tablón de anuncios vacío decoraba la pared en la entrada —. La escalera fue reparada, arriba están nuestras habitaciones.
Drake señaló una puerta.
—Aquí esta nuestro almacén.
Y luego corrió rápidamente hacia una puerta en el otro extremo.
—Esta es nuestra herrería, pero tenemos que conseguir equipos. Este es nuestro gremio.
…
Después de haber visto toda la torre, Lucia asintió con una sonrisa de satisfacción mientras abría el gran libro de registro sobre la mesa de la recepción del gremio.
—Luego de todo este recorrido, me ha quedado muy claro que esta morada es perfecta como una sede para vuestro gremio. Lo apruebo —dijo poniendo la mano sobre el libro y aplicando un poco de magia, Lucia no era una maga, pero como muchos de su raza, tenía un cierto dominio innato de los poderes arcanos, lo que la hacía perfecta para dominar los poderes arcanos si se decidía a estudiarlos o para trabajos que requirieran conocimientos mínimos de magia, como este —. Debo felicitaros por tales hazañas, aunque lamentablemente, tumbar aquella criatura no cuenta como un trabajo autorizado del gremio y no cuenta como parte de vuestra calificación como aventureros. Lo siento por eso.
—Ya veo —dice Drake sin darle mucha importancia, había dos modos de ver esto y siempre escogía el lado optimista, estaban más cerca de cumplir el objetivo de formar un gremio —. ¿Qué nos falta ya?
—Debes alcanzar al menos el rango Plata dentro de la jerarquía del gremio antes de poder optar a forma vuestro propio gremio —dijo recitando las normas —. Además, el mínimo de miembros para formar un gremio es de cinco personas. Reclutad a cinco nuevos miembros para vuestra organización y estaréis un paso más cerca de cumplir el objetivo, además, dos de vuestros miembros también debéis ser rango Plata. Mucha suerte Drake, yo creo en ti.
— ¿Tres miembros? —Preguntó Drake un tanto extrañado —. ¿Y eso por qué?
—Varios incidentes en el pasado —dijo ella recordando una cuantas historias sobre gremios nuevos conformados por un líder fuerte y muchos aprendices novatos que terminaron en graves tragedias —. Pero el gremio ha solucionado esto. Es mejor no hablar de eso. Por ahora, deberíamos celebrarlo.
— ¡Claro! —exclamó mientras se dirigían de nuevo a la ciudad.
…
Ya había pasado una semana desde que habían establecido su base como tal. Reclutar nuevos miembros parecía imposible ya que nadie había escuchado antes de Drake y Myelittine, poco importaba para los novatos unirse a un gremio que aún no existía y que no tenía renombre, ni mucho menos ir a completar trabajos en compañía de desconocidos, por lo que ellos tuvieron que empezar a hacer los trabajos completamente por su cuenta.
Empezaron haciendo un par de misiones aquí y allá, pero conseguir renombre con estos encargos simples no era fácil. El día de hoy, ambos se habían infiltrado en las alcantarillas de la ciudad, extensas y malolientes, con tantos rincones y en una oscuridad permanente, era un sitio perfecto para que prosperaran muchas clases de criaturas peligrosas, que podían terminar yendo hasta la superficie por nuevas presas.
Las ratas crecían tanto como las de Ushadonm y en grandes números, podía suponer una grave amenaza si empezaban a salir a cazar.
La guardia se encargaba de ellas a menudo, pero emplear aventureros era la practica estándar del reino, ya que esta nación había sido formada con el principio de ser una ciudad principalmente para los aventureros, muchas funciones les eran delegadas y terminaban sirviendo generalmente como intermediarios neutrales en los conflictos entre reinos que podían ocurrir en Novaria.
Mientras, nuestros héroes, a la luz de una antorcha, se encargaban de las últimas ratas de una enorme colonia. Eran muchas, pero Drake y Myelittine se encargaban de ellas sin problemas, hasta que murieron las dos últimas del enorme ejercito ante los tajos de las espadas de los aventureros, solo el rey de la colonia seguía en pie, una rata de un metro ochenta de altura, con enormes garras, dientes afilados, ojos completamente vacíos y un pelaje áspero y picudo que lo hacía ver bastante intimidante.
La criatura estaba arrinconada entre la antorcha, la espada y la pared. Sin más opciones, las criaturas salvajes se hacían muchísimo más peligrosas cuando estaban en situaciones de vida o muerte. La enorme rata se lanzó hacia Drake, pero el joven la esquivó con un ágil movimiento de pies y con el impulso de su giro, tomó la espada con una sola mano en posición de apuñalamiento y atravesó la espalda de la rata con su hoja de acero,
El enorme roedor soltó un chillido ahogado con lo último que quedaba de aire en sus perforados pulmones, y murió. Drake le puso la bota en la espalda para sacar su arma ensangrentada.
—Y con esto, terminamos —dijo viendo todo el suelo lleno de ratas muertas —. Volvamos, me estoy asfixiando con esta peste —dijo con una sonrisa —. Necesito una cerveza.
Myelittine solo asintió.
La entrada a las alcantarillas del lado sur quedaba por debajo del puente del Lindell, uno de los pasos por sobre el canal de Tesangrey. La verja de hierro que era la entrada a los túneles permanecía vigilada por dos guardias con turnos rotativos.
—Escuchamos los gritos —dijo de los guardias mientras abría la puerta metálica, el otro le ofreció la mano a Myelittine para salir, la elfa la aceptó por decencia. Luego salió Drake —. ¿Se encargaron del problema?
—Matamos a todas —contestó el aventurero mientras apagaba la antorcha.
— ¿A todas? —preguntó incrédulo —. Realmente no importa si dejaron alguna viva, después se les caza.
—No no, matamos a todas las de la colonia —dijo mientras sacaba un paño de uno de los bolsillos de su cinturón y procedía limpiar la sangre de su espada —. No fue muy difícil.
—Sorprendente —dijo el otro guardia, su rostro puso una mueca pensativa por un segundo —. ¿Espera, ellos no son los que mataron a la araña gigante?
—Sí, es verdad —dijo el otro guardia —. Un joven de cabello azul y una elfa con ojos rojos.
Drake se sintió apenado esperando recibir unos cuantos cumplidos, pero los guardias fueron directamente a alabar a Myelittine.
—De verdad que debes ser una guerrera asombrosa —dijo uno admirándola —. Derrotar una araña de semejante tamaño ¡Ya deberías tener rango de oro!
—Dicen que podías volar por los aires y que cada ataque era mortal.
Myelittine estaba bastante abrumada por la atención, prefería estar a la sombra y no ser demasiado vista, Drake lo notó al ver los mínimos y sutiles cambios en su rostro aparentemente inexpresivo.
—Bueno, es hora de irnos —dijo el aventurero interponiéndose y dando chances para que Myelittine tomase distancia —.Hasta luego.
Y ambos se alejaron a de allí rápidamente, entrando a la gran cantidad de personas que iba y venían, compraban y vendían en la calle principal de la puerta sur. Moviéndose entre el tumulto de gente.
—Vaya, creo que estas adquiriendo bastante fama —dijo con su habitual sonrisa y un muy pequeño toque de envidia —. Es algo increíble cómo te encargaste tu sola de aquello. Soy muy afortunado.
— ¿Afortunado? —preguntó la elfa.
—De seguir con vida y de que te unieras a mi inexistente gremio.
Mientras hablaban, Myelittine chocó casi de frente con una persona encapuchada de negro, tropezando, la persona casi parecía que se iba a caer, pero de algún modo logró mantenerse de pie. Ambos se quedaron viendo por una milésima de segundo antes de que cada uno siguiera su camino.
— ¿Qué fue eso? —preguntó Drake, pero Myelittine no le dio importancia.
Recorrieron varias calles muy concurridas hasta llegar al gremio, ya en la taberna, ambos pidieron cerveza, Myelittine no volvió a pedir agua y aunque beber no le era precisamente emocionante, ya que necesitaba mucha para empezar a sentir los efectos, prefirió un trago esta vez.
Al rato llegaron las bebidas, Drake empezó a beber.
— ¡Nada como esto después de trabajar! —pensó en voz alta.
Myelittine se disponía tomarla, pero sintió algo extraño cuando la tuvo cerca de los labios. La dejó en la mesa y no tomó nada.
— ¿Qué pasa? —Preguntó el joven después de terminar la suya —. ¿No quieres beber?
Myelittine negó con la cabeza.
—Está bien, entonces yo si lo haré —dijo listó para tomar la cerveza, pero Myelittine tomó la pinta y la vertió en el piso —. ¡Oye! ¿Qué haces?
—Veneno —dijo ella.
Antes de que la mesera pudiera decir algo, la cerveza paso de dorada a un negro espeso en un instante
Luego de varias disculpas por lo ocurrido, Drake y Myelittine fueron de nuevo hasta la torre, estaba anocheciendo, la luz del ocaso daba paso a las farolas de la ciudad, el bullicio diurno era remplazado por los cantos nocturnos, bardos y trovadores entonaban sus canciones sobre aventuras, amor y mucho alcohol.
Ambos ya había pasado el puente y rodeaban la gran muralla interna que separaba los barrios comunes de Tesangrey de todo el fuerte militar y las casas nobles en su camino hasta el área sur de la ciudad, donde reinaba el silencio. A mitad de camino, en una zona completamente sombría, una flecha salió disparada contra Myelittine, el proyectil no llegó hasta ella, la elfa lo atrapó en el aire.
— ¡¿Qué?! —Drake echó mano a la empuñadura de su espada en su espalda, miró rápidamente a sus alrededores, pero no encontró nada, no había nadie —. ¿Qué está pasando?
Myelittine negó con la cabeza, tampoco sabía que ocurría, pero era la tercera vez que trataban de asesinarla el día de hoy. Pero no sabía que motivos tendría alguien para ir por ella, no tenía enemigos vivos.
—Sigamos —dijo la elfa.
—Sí.
Una vez frente a la torre, Drake trató de abrir la puerta de la entrada, pero Myelittine lo tomó de la chaqueta y lo arrojó varios metros por el aire antes de ella también saltar para evitar la explosión de fuerza mágica que lanzó volando las puertas.
— ¡¿De nuevo?! —gritó Drake bastante enojado, no era habitual que se molestase, pero al estar al ver a su compañera recibir más de un intento de asesinato en un solo día, le resultaba francamente espantoso —. ¿Hay alguien allí afuera que te odie tanto?
Myelittine pensó por un par de segundos.
—Todos mis enemigos están muertos —dijo ella —. Incluso aquellos que ya lo estaban. No tengo a nadie que quiera vengarse de mí.
—Pues más nos vale averiguar quién es, antes de que esto se vuelva peor.
Más tarde esa misma noche, Myelittine entró a su habitación luego de que Drake y ella reparasen la puerta que afortunadamente resistió la magia. Las habitaciones del último piso había sido preparadas para cada uno, no tenían mucho, solo una cama para dormir, una pequeña mesa y un baúl para guardar cosas, la luz entraba solo las noches con luna a través de la ventana.
Myelittine se quitó la chaqueta de cuero y dejó sus espadas en su mesa, se desabrochó los cinturones, dejando solo su camiseta sin mangas que usaba debajo de su ropa y sus pantalones.
Mientras la elfa trataba de descansar y meditar, tomó su espada rápidamente y tajó en el aire, partiendo por la mitad a una pequeña araña azul neón que estaba por caer sobre ella. Ella no lo sabía, pero esa era una araña venenosa de los dominios subterráneos, una picadura que la hubiese matado de una forma espantosa, vomitando todo el contenido estomacal mientras sangraba por los ojos y se retorcia hasta morir.
En la mañana, Myelittine terminó su meditación. Despertó y fue a prepararse para otro día, se daría un baño y luego irían a comer en el gremio, aún quedaba pendiente instalar un lugar para cocinar en el gremio. Drake ya había alardeado un par de veces sobre su habilidad para cocinar, ella no era realmente buena en eso, pero podía aprender también.
Mientras bajaba las escaleras, pudo escuchar algo moverse entre la pared y el suelo del primer piso, en un instante, esquivó el disparo de los dardos venenosos ocultos.
En el cuarto de baño había una trampa de telarañas mágicas, mientras Drake y ella iban hasta el gremio, Drake casi cae en un pozo con estacas dirigido a la elfa, una trampa bastante tonta.
Mas veneno, mas insectos venenosos, mas dardos. El resto del día, Myelittine frustro intento tras intento, sus sentidos eran incluso más agudos que los de un elfo normal, pero esto no le hacía gracia. Quien sea que tratase de matarle, no dejaba ni una pista, no hacia ningún sonido, no tenía forma de rastrearlo y eso la ponía nerviosa. No estaba acostumbrada a tener en cuenta algo que no pudiera matar con sus espadas.
Drake y Myelittine ese día no trabajaron en ninguna misión, adentrarse en las alcantarillas o en el bosque con alguien tan habilidoso tratando de matarlos, sería darle una ventaja abrumadora. Lucia quedó de ayudarlos en lo que pudiera.
Esa noche volvían de nuevo al gremio, mientras pasaban por el silencioso lado sur, atravesaron la pequeña Plaza de Elianne, que estaba nombrada así en honor a una famosa hechicera de la era de Guerra Infinita. No había guardias, no había gente, no había testigos. Todas las farolas se apagaron mientras pasaban de repente.
Los aventureros se detuvieron. Ambos empezaron a buscar a su alrededor, listos para recibir un ataque por sorpresa.
—Eres la única persona que ha evitado mis trampas —dijo una voz femenina, joven, con un tono prepotente y engreído —. Tengo que felicitarte por hacerme llegar hasta este extremo, rara vez decido aparecer frente a mis víctimas.
Drake y Myelittine voltearon a ver de dónde venía la voz, desde lo alto de una casa de dos plantas, ojos de intenso rosa neón brillaban en la oscuridad, el viento ondeaba una capa negra, la capucha escondía la identidad de su portadora. Solo podía verse su brillante sonrisa de dientes blancos con caninos levemente prominentes.
—Lamentablemente, también mataré al muchacho, no puedo dejar testigos. Ya saben cómo es —dijo despreocupada, encogiéndose de hombros
La capa de la atacante cambió de color, paso de tener exactamente el mismo tono que el cielo nocturno a ser blanca, ella se quitó la capucha de la cabeza revelando una piel negra como el carbón, orejas largas y caídas y unas facciones delicadas como las de Myelittine. Una abisal, una elfa oscura.
De su capa desenfundó una daga curva, la hoja era de acero negro, tenía una gema roja y puntiaguda en el pomo, esta se envolvió en una luz extraña y se transformó en una cimitarra con diseño similar al arma en sí.
En un parpadear había cortado distancia entre ella y Myelittine, pero la elfa detuvo su tajo con su espada, sus miradas se encontraron en un instante, entonces la oscura retrocedió.
—Tienes ojos raros —murmuró mientras apuntaba con su mano izquierda y de su guante salían disparados seis dardos envenenados a alta velocidad.
Myelittine los frenó con movimientos increíblemente rápidos de su sable.
Todo estaba completamente oscuro, Drake no podía ver nada, no podía moverse hasta que sus ojos se acostumbraran a las sombras, pues en la noche, solo podían los destellos del impacto del acero.
Golpes veloces y repetidos una y otra vez, soltando chispas en el aire. Ambas contendientes luchaban con una técnica, fuerza y destreza excepcional, pero aunque pareciera que estaban igualadas en habilidad, Myelittine solo estaba usando una de sus espadas, y estaba empezando a atacar con más velocidad, más fuerza y la elfa oscura había dejado de atacar para empezar a bloquear los ataques de Myelittine.
La asesina tomó distancia rápidamente haciendo un conjuro rápido con la otra mano, disparó una red de telarañas y se alejó.
—Vaya —dijo sonriendo —. Eres la peleadora más hábil que he visto en mi vida.
Myelittine no respondió nada. Se arrancó las telarañas mágicas con una sola mano.
La elfa hizo aparecer un pequeño vial con un líquido amarillo en su mano.
—Tengo mucho tiempo sin usar esto —dijo ella abriendo el tapón con los dientes y escupiéndolo —. Veamos… —se tragó el contenido y sonrió —. Que tal lo haces ahora. El último contra el que lo necesité, fue un poderoso vampiro.
La asesina atacó de nuevo, esta vez atacaba con una velocidad increíble, su cimitarra se movía era casi imposible de seguir, haciendo que Myelittine tuviera que desenfundar su segunda arma.
Sus espadas forcejaron por un segundo, pero la elfa de la luz era más fuerte, desbarató su defensa y atacó con un tajo vertical, la abisal lo evitó fácilmente ladeando el cuerpo, giró y atacó por un costado. Myelittine detuvo el sable con una hoja y atacó con un corte horizontal.
Su rival se alejó con una pirueta y disparó varias ráfagas de dardos desde sus muñecas, pero Myelittine los desvió con sus hojas y avanzó hacia ella, el arma de la elfa oscura brilló y se transformó de nuevo, esta vez en una hoz con cadena.
— ¡Ja! —exclamó mientras se carcajeaba.
Con un ataque amplio, la hoja afilada raspó el suelo y luego atacó a Myelittine, obligándola mantener una distancia, entonces comenzó a atacar con movimientos giratorios rápidos de la hoz, la elfa de ojos rojos evitó los tajos con rapidez y empezó a acortar distancias con su oponente.
La asesina corrigió su táctica y lanzó varios cuchillazos raudos con la hoja y golpes con la cadena, pero Myelittine detenía los impactos con su espada, giró y la hoja negra de la asesina pasó a milímetros de su cara.
Detuvo el filo con una de sus espadas, pero el arma cambió de forma de nuevo en una enorme guadaña, la asesina la hizo girar un par de veces y se puso en una exótica posición de ataque, casi a nivel del piso.
—Esta es mi mejor arma —sonrió la elfa oscura —. ¡Prepárate a morir!
Y atacó esta vez con ataques increíbles y mientras iba de lado a lado, buscando aperturas en la defensa de Myelittine.
Los ojos de Myelittine empezaron a destellar levemente en rojo, estaba empezando a molestarse, bloqueó con su espada pesada el golpe de la enorme guadaña y avanzó atacando con una estocada en el hombro a la asesina, esta logró esquivar la mayor parte del daño con un giro y continuó su ataque con más violencia.
La asesina encontró una apertura, su hoja rasguño el brazo derecho de la elfa de la luz, el daño era insignificante, pero la herida en el hombro de la asesina empezó a cerrarse y Myelittine se sintió más cansada por unos instantes.
—Veamos que tanto duras en desangrarte —dijo con una sonrisa maliciosa.
—Hablas mucho —contestó Myelittine.
La elfa de la luz detuvo la guadaña con ambas espadas y atacó con ataque giratorios rápidos, pero la abisal los esquivaba con movimientos veloces a la vez que atacaba con mortales golpes de su guadaña, dos tajo impactaron a Myelittine, un corte en la pierna
Myelittine estaba conteniendo las ganas de sonreír. Cuando enfrentaba algo demasiado poderoso, algo que la hiciera esforzarse, algo dentro de ella sonreía y ese algo quería salir. No lo dejaría, mantuvo la calma, respiró hondo y atacó.
Sus espadas atacaron de frente una vez más.
Mientras, desde lejos, había alguien viéndolo todo con absoluta impresión.
—No puede ser —dijo el hombre misterioso y de baja estatura, tenía una voz ronca y grave —. Son increíbles.
Myelittine sobrepasó la defensa de su oponente por un instante y atacó con una patada en el estómago de la elfa oscura, lanzándola con una fuerza impresionante contra una pared derribándola con el golpe.
Si la asesina no se había desmayado, era por los efectos de la droga que había ingerido. Mejoraba sus capacidades y su resistencia, pero sentía el dolor del impacto en el estómago y la espalda. Aun así, no se detendría hasta eliminar a su objetivo.
Myellitine saltó y atacó con una guillotina desde el aire, la asesina se puso la capa encima rápidamente y desapareció haciéndose invisible, la elfa de la luz atacó rompiendo el suelo con su fuerza.
— ¿Qué está pasando aquí? —exclamó el habitante de la casa cuya pared habían destrozado.
Myelittine volteó y atacó con dos tajos giratorios, la asesina estaba detrás y se inclinó hacia atrás, pateándola con una pirueta, tomando distancia y haciendo aparecer un frasco con dos líquidos separados en sus manos.
— ¡Arde! —dijo en voz baja antes de lanzarlos entre risas exaltadas.
La mezcla se activó y creó una enorme explosión de fuego ardiente. Las llamas no podían ser apagadas, era una formula diseñada para arder hasta consumir a la víctima.
Pero Myelittine salió de las llamas y sus espadas fueron bloqueadas por la guadaña de nuevo, ataques potentes y giratorios de la guadaña y tajos rápidos y sincronizados de sus sables hacían una percusión de acero.
La elfa oscura disparó una red de telarañas contra Myelittine, pero la cortó con una de sus espadas, pero en un parpadear, la abisal ya no estaba.
Myelittine la buscó con la mirada, pero no estaba por allí, de repente, un dardo venenoso le impactó en el hombro, dos más venían, pero la elfa de ojos rojos los detuvo con su hoja, varios dardos venenosos más aparecieron de la nada, pero ella los paró con sus espadas.
—Esto es patético —dijo arrancándose el dardo —. Tu veneno no me afecta.
—Soy una asesina —contestó la asesina, la daga estaba justo en el cuello de la elfa de la luz —. Y aquí termina este combate.
Myelittine, a una velocidad increíble, le agarró de la mano del cuchillo y en un movimiento la arrojó por el aire.
— ¡Maldita! —exclamó la asesina aterrizando,
—No tienes oportunidad de vencerme, asesina.
—Aún tengo un par de trucos —sonrió ella maliciosa.
Ambas estaban listas para otra ronda más, pero de repente, sus cuerpos se sintieron pesados. Atontadas por el poder de un hechizo de sueño que no las afectaba del todo, ambas eran resistentes a los hechizos de esa naturaleza.
— ¿Qué artimaña es esta? —preguntó Myelittine, tratando de mantenerse de pie.
La poderosa elfa cayó de rodillas, superada por la sensación de fatiga y debilidad que recorría su cuerpo, incapaz de seguir. Sus ojos se cerraban lentamente.
Varios magos y un gran número de guardias apareció en la plaza, rodeando a las combatientes con lanzas y conjuros para ralentizar y adormecer. Todos vestían de azul con el símbolo real de la corona de Tesangrey y portaban las armaduras plateadas, eran la guardia de la ciudad.
Una mujer con una brillante armadura y una capa apareció frente a ella, la asesina ya había caído desmayada, Myelittine solo pudo verla por un instante, era una humana, su cabello y ojos eran claramente del gélido norte.
—En nombre de la corona de Tesangrey, quedan arrestadas —fue lo último que escuchó la elfa antes de sumirse en un sueño.
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