Hasta que mi tiempo llegue a cero. - 06
Parte 1.
La bestia gritaba de una forma ensordecente, mientras que se apoyaba sobre la gran montaña que rodeaba parte de la región, con tan solo su peso logró derrumbar la montaña haciéndole permitir en paso hacia la ciudad, los pedazos de la montaña comenzaron a caer sobre las casas más cercanas haciendo que estas se destruyeran fácilmente.
La bestia al entrar hacia la ciudad comenzó a caminar de forma cuadrúpeda, sus extremidades delanteras eran mucho más grandes que las traseras lo cual le hacía dar una similitud de un gorila gigante con cuernos.
La gente comenzó a salir despavorida de sus hogares, algunos desafortunados no llegaron a escapar de ellas y murieron aplastados por los pedazos de la montaña.
La inmensurable bestia empezó a caminar libremente por las calles destruyendo todo a su paso.
Cada paso que deba hacía temblar el suelo y dejaba una gran marca en el piso.
Diego, Erick, Mikael y Zelmira quedaron impactados, tenían tanto miedo albergado en sus cuerpos que les era imposible moverse.
Zelmira era la única que reaccionó, así que desesperadamente agarró a Mikael y a Diego y se los puso uno en cada hombro, con su mano izquierda libre agarró a Erick del antebrazo y lo comenzó a jalar.
Zelmira hacía el esfuerzo para cargar con todos a la vez, pero esto le impedía moverse con rapidez y comodidad.
Ella trató de correr y alejarse lo más rápido que podía, en ese momento no le importaba a quien empujaba, ella sólo quería escapar.
— ¡Por favor reaccionen! — Gritó ella para tratar de hacerlos volver en razón.
Su grito se perdió entre el escándalo de desesperación que hacían las personas alrededor.
El cuerpo de Zelmira desistió y le hizo perder el equilibrio haciendo que todos se caigan al suelo y rueden por el piso.
— ¡¿Q-Qué quieres que hagamos?! — Gritó Erick mientras se levantaba del suelo con las piernas temblando.
— ¡Solo huyamos! — Gritó Mikael quien también intentaba levantarse.
Diego quien estaba con la cabeza contra el suelo, estaba tan quieto que parecía inerte.
Su cuerpo casi no le respondía, su mente se había bloqueado por el miedo, en estos momentos él era completamente inútil.
Zelmira al darse cuenta de esto lo agarra y lo pone sobre su hombro derecho para luego ponerse delante de los demás y grita.
— ¡Síganme hacia la salida!
Ella comenzó a correr muy rápido y detrás de ella venían Erick y Mikael, quienes con sus piernas temblando aún podían correr.
La bestia bajó la mirada hacia el suelo y comenzó a buscar gente y al no encontrar nada, comenzó a golpear con el suelo fragmentándolo en pequeños escombros y sacudiendo la tierra de la zona.
Todas las personas cayeron al suelo por la falta de equilibro que había en el piso.
Zelmira cayó junto a Diego, mientras que Erick y Mikael hicieron lo mismo.
Una vez más, todos besando el pavimento, incapaces de ponerse de pie por el suelo tembloroso… Entonces en ese momento algo más sucedió.
A la lejanía, unos hombres con unas túnicas negras con pequeños detalles rojizos aparecieron y comenzaron a atacar a la enorme bestia con arcos y ballestas.
Los hombres estaban sobre las casas que aún no se habían derrumbado, eran aproximadamente unos cuarenta y tres hombres, y cada uno tenía una función diferente, mientras que algunos apuntaban para disparar las flechas, otros iban preparando las ballestas y los arcos.
Una lluvia de flechas comenzó a volar por el aire para impactarse contra el pelaje marrón del animal, el cual ni se inmutaba por los ataques, parecía que las flechas se quedaban estancadas entre las enormes cantidades de pelo que recubrían su cuerpo y no llegaban a hasta su piel.
Por más que las flechas no le hicieran daño igualmente llamaron la atención de la bestia, quien al notar esto comenzó a tomar impulso para embestir las casas sobre las que estaban los hombres de túnica negra.
Y al estar muy cerca de ellos… Algo lo detuvo.
Una llamarada de vigoroso y ardiente fuego que impactó contra su pelaje y comenzó a quemárselo hasta llegar a su piel.
La bestia por primera vez se detuvo y retrocedió haciendo un gemido de dolor por la quemadura en su piel.
Todos los hombres en ese momento se quedaron completamente perplejos por ese ataque, y quien parecía haberlo hecho no era nadie más que Zelmira, quien se encontraba sobre un tejado de una casa que estaba a punto de derrumbarse.
Ella había tratado de dejar a los chicos en un lugar seguro, ella había tratado de tranquilizarlos, pero Mikael no quería que ella los deje solos.
Después de unos segundos de conversar, él accedió y dijo que entonces él se quedaría al mando.
Zelmira recordó eso para después pensar lo siguiente — Yo te dije que volvería, así que me tandas devuelta — Ella después de pensar eso comenzó a hacer unos movimientos extraños con sus brazos, sincronizando su pierna y sus latidos.
— ¡¡No quería revelar esto, sé que si sobrevivo me harán muchas preguntas, pero por el momento concéntrense en este monstruo!! — Gritó Zelmira dirigiendo sus palabras hacia los hombres de túnica negra.
— ¡TODOS PREPAREN DE NUEVO LAS BALLESTAS Y LOS ARCOS, NADIE MORIRÁ EN VANO! — Gritó a todo pulmón uno de los hombres mientras levantaba un arco en su mano derecha.
Al a par de escuchar esto, los demás hombres de túnica negra soltaron un grito y comenzaron a preparar sus armas una vez más.
…
Mientras tanto, Mikael escuchó la voz de Zelmira e inevitablemente soltó una débil sonrisa.
— Escúchenme, primero tenemos que calmarnos para largarnos de aquí — Habló Mikael mientras intentaba levantarse del suelo.
— Lo siento, por un momento no me supe controlar — Habló Diego con pena mientras miraba a los ojos de Mikael.
— Tranquilo es entendible, lo bueno es que ahora ya estas más calmado.
— Entonces ahora debemos salir de la región — Habló Erick, quien tenía una mirada intranquila.
— Eso quisiera hacer en estos momentos, pero hay demasiada gente amontonada y desesperada por salir de la región, lo único que podemos hacer en estos momentos es esperar a que la gente disminuya — Dijo Mikael mientras se asomaba por la pared para ver a la lejanía la salida repleta de personas empujándose entre sí.
— ¿P-Por que apareció esa cosa de la nada? — Dijo Diego mientras veía hacia el suelo con una mirada desconcertada.
— No lo sé… Esperen ¿nadie vio eso antes? — Preguntó Mikael.
— ¿A qué te refieres? Es obvio que nadie ha visto esto antes.
— Me refiero a que nadie ha reiniciado aun, entonces esta es la primera vez que sucede esto para todos.
— …Claro, nadie ha vuelto al inicio, entonces si alguien reinicia y avisa a los demás, entonces todos estarán con la guardia en alto para atacar o evacuar a las personas — Habló Diego mientras movía sus manos para dar una mejor explicación.
— Exacto, entonces ¿todos saben cuál es su objetivo esta vez? — Preguntó Mikael mientras los veía a los dos.
Erick extrañamente se encontraba muy callado y apartado de los dos.
Diego se dio cuenta de esto, así que trató de acercarse más a él para hablarle.
— Oye… Erick, sé que tienes miedo, yo también lo tuve, pero ahora solo tenemos que esperar a que el tiempo se acabe y volvamos al principio.
— Yo no quiero…
— ¿Qué? ¿A qué te refieres?
— Yo no quiero tener que enfrentarme a esa cosa, solo mírala, es del tamaño de un edificio y nosotros… Sólo somos nosotros.
A Diego se le hizo muy extraño ver a Erick de esa forma, ya que lo poco que había visto de él era su lado chistoso y juguetón.
— Sabes… No hay que enfrentarla, sólo debemos evacuar a todos.
— ¡Bien, ahora todos revisen sus objetivos! — Exclamó Mikael mientras ponía sus dedos sobre su reloj.
Erick asintió con la cabeza y luego machucó un pequeño botón que se encontraba en sus auriculares.
Diego al ver esto colocó sus manos sobre sus lentes, solo para ver que su temporizador marcaba 6:21.
Luego de ver esto, él se quitó los lentes, al primer instante de hacer esto pudo observar como todo su alrededor se llenó de un fuego deslumbrante de un color rojizo anaranjado, todos los que lo rodeaban simplemente desaparecieron, su respiración se cortó, sus latidos se detuvieron… Entonces él vio su objetivo grabado en el cristal de los lentes.
Objetivo: Protege la región del fuego. Por favor.
— ¿Hum?
Diego se sorprendió y rápidamente se colocó nuevamente los lentes.
Esta vez algo diferente había ocurrido con su objetivo, el mensaje que estaba grabado en el cristal de sus lentes tenía algo que no era adecuado.
Nunca su objetivo había puesto algo así, ese “por favor” le hizo sentir como si alguien le estuviera hablando.
— ¿Oye que fue lo que viste? — Preguntó Mikael.
Esas palabras hicieron que Diego vuelva a sí mismo y reaccionara.
— M-Me dijo que tengo que proteger a la región.
— A mí también… ¿Qué te dijo a ti Erick?
Erick se encontraba más asustado que antes, sus ojos parecían paranoicos por alguna razón desconocida.
— ¿Erick? ¡Oye estas bien! — Exclamó Diego mientras se acercaba lentamente a Erick.
— ¿Cuál es tu objetivo? — Preguntó Mikael al a par que también se acercaba a Erick.
— …No quiero… No quiero hacerlo — Dijo Erick con una voz solloza.
— Erick tranquilo, dinos… ¿Qué tienes que hacer?
— Tengo que… Ahuyentarlo… No quiero hacerlo… No puedo.
Diego se colocó a un lado de Erick, quien parecía que estaba a punto de llorar por el miedo.
Diego trató de consolarlo, pero hasta él mismo sabía que no podía hacer mucho en estos momentos.
Repentinamente un pequeño temblor en el piso hizo que todos se pusieran en guardia, haciéndoles recordar que aún seguían en esta horrible realidad.
Acompañado de ese pequeño temblor también vino una llamarada que bailaba en el cielo y corría con el viento para desvanecerse en unos simples segundos.
El efímero fuego hizo que Mikael rápidamente saliera del lugar seguro y se asomó por las paredes tratando buscar a Zelmira.
Él gritó su nombre, pero nadie le respondió.
Al voltear la cabeza hacia la salida, pudo observar que ya no había nadie, todas las personas ya habían evacuado, y en ese momento Mikael pensó en largarse de ese lugar, pero al mismo tiempo quería ir a verla.
— ¡¡ZELMIRA!!
Cuando Mikael gritó su nombre, Diego y Erick se dieron cuenta de que ya no la escuchaban o la sentían.
— ¿Y Zelmira donde esta? — Preguntó Diego, quien se había puesto al lado de Mikael.
— Carajo, ¡Zelmira! ¡Respóndeme!
Ellos a la lejanía sólo podían ver a la enorme bestia con quemaduras en su pelaje.
Mikael siguió gritando el nombre de la chica, pero desafortunadamente para ellos, la bestia los escuchó, y al ya no haber casi ruido por la ausencia de la gente, la gigantesca bestia pudo deducir de dónde venían esos sonidos.
Rápidamente levantó su cuerpo un poco decaído y comenzó a agitar su cabeza, revoloteando su pelaje marrón.
— ¡Zelmira respóndeme!… ¡Por favor! — Mikael seguía gritando sin importarle que posiblemente esté llamando la atención de la bestia.
Diego al notar esto, trató de callar a Mikael tapándole la boca, pero él reaccionó de una forma un poco brusca empujando a Diego para que le quitase la mano de la boca.
— ¿Qué estás haciendo? Estas llamando la atención de esa cosa — Susurró Diego para no seguir llamando la atención de la bestia.
— ¡¿Y qué?! Si nos pasa algo a nosotros, solo tenemos que esperar… Pero ella no, así que no me importa si llamamos su atención, yo solo quiero ir a ver a Zelmira.
— ¿Q-Qué te sucede? Si nos largamos y esperamos ella estará bien.
— ¡¿Me estás diciendo que quieres que huya y espere aun sabiendo que ella va a morir?¡ ¡¡ME ESTAS DICIENDO ESO!!
— No lo veas de esa manera, solo estoy tratando de mantenerme en calma, ¿acaso crees que estoy calmado? ¡No! Estoy más asustado que todos ustedes, pero trato de mantenerme tranquilo ¡No sé porque repentinamente comenzaste a actuar de una forma tan desesperada! ¡ASÍ QUE NOSOTROS NOS LARGAMOS Y NO NOS VAS A IMPORTAR UNA MIERDA!
— ¡YA CALLENSE! — Gritó Erick de una forma desesperada mientras se tapaba los oídos.
Todos comenzaron a mirarse de forma simultánea, cada uno con miradas que transmitían cosas diferentes.
Erick los veía a ambos con ojos asustados, Diego veía a Mikael con ojos indiferentes y Mikael los miraba con ojos afilados y furiosos.
— ¡Entonces lárguense, yo iré detrás de Zelmira, si muero no me importa, no después de lo que ella ha hecho por mí!
Mikael dijo eso con los ojos llenos de furia y tristeza, volteó hacia la bestia y salió corriendo del lugar seguro para buscar a Zelmira.
La bestia, al notar que ya no había nadie más que ellos, se comenzó a acercar de forma lenta para después agarrar impulso y embestir la zona en donde se encontraban ellos.
Mikael salió corriendo hacia la dirección opuesta a la cual se dirigía el animal, pero era imposible que él pueda moverse más rápido que la gigantesca bestia.
Diego al notar que la bestia se comenzaba a acercar hacia ellos, agarró a Erick del brazo y lo jaló corriendo fuera de la zona segura, con intenciones de dirigirse hacia la salida.
El camino estaba despejado para llegar a la salida, Diego quien tiraba a Erick del brazo corría sin importarle nada de lo que deje atrás, por otro lado, Erick repetidas veces miraba hacia atrás mientras balbuceaba y gritaba algunas cosas inentendibles.
Mikael se encontraba debajo de la gigantesca bestia, él trató de pasar por su lado sin que el animal se de cuenda de su presencia, pero…
La bestia simplemente lo pisó y aplastó todo su cuerpo.
La bestia ni siquiera fue consiente de esto, así que no tuvo ninguna reacción al respecto, pero quien si tuvo un gran impacto de esto fue Erick.
Erick quien era jalado del brazo por Diego presencio como una persona que conocía fue aplastada por completo.
— ¡¡AHHHHHHHHHHSHHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!
Erick gritó tan fuerte que llegó a llamar toda la atención de la bestia, haciendo que esta los fije como un objetivo.
Diego al ver que Erick había llamado la atención de la bestia lo soltó del brazo y comenzó a correr él solo hacia la salida.
Erick al no ser jalado por Diego, se quedó plantado en suelo completamente inmóvil por el miedo, gritando de forma desesperada esperando a que sus gritos de pánico lleguen a ahuyentar a la bestia, quien se acercaba a Erick con la cabeza baja, tan baja que sus cuernos comenzaron a tocar el suelo.
La bestia al estar relativamente cerca de Erick, clavó sus cuernos contra el suelo de la calle, levantando el concreto del suelo por completo, removiendo la tierra y arrancándola de sus cimientos.
La bestia llevó sus cuernos hasta donde se encontraba Erick y un poco cerca de donde se estaba alejando Diego.
Levantó sus cuernos con fuerza alzando la tierra y todo lo que estaba sobre ella.
Los escombros de la calle, Diego, Erick y algunos pedazos de las casas cercanas a la bestia, salieron volando hacia la derecha, la cual era la dirección hacia donde la bestia había hecho el empuje con sus cuernos.
Diego se asustó de una forma insana, ya que, en unos pocos segundos, el había despegado sus pies del suelo y ahora se encontraba a aproximadamente 6 metros sobre el piso.
Diego pudo ver a Erick a la distancia, parecía inerte, careciente de algún riesgo de conciencia, sin indicios de saber si seguía vivo o no, Diego asumió la muerte de Erick, para después caer sobre el tejado de una casa medianamente pequeña.
La mano derecha de Diego había caído primero que todo, así que su mano derecha había recibido todo el impacto de la caída, esto hizo que su muñeca derecha se dislocara, los huesos, ligamentos y tendones de ese brazo se dañaron severamente causándole un dolor insoportable a Diego.
Diego comenzó a gritar desesperadamente por el dolor surgente de su mano derecha, haciendo que este mismo dolor lo desconectara de su entorno.
Diego inconscientemente comenzó a rodar hacia la orilla del tejado, para después caerse hacia el suelo, pero esta vez se golpeó en la cabeza haciendo que su cerebro se remueva causándole una contusión y haciendo que Diego se desmaye.
La bestia al ver que no había nadie más a su alrededor, comenzó a golpear el suelo con sus brazos delanteros haciendo que el suelo tiemble fuertemente por la zona, algunas casas que estaban en mal estado comenzaron a derrumbarse, así siguió la bestia, golpeando el suelo y haciendo gritos, sin algún objetivo o propósito, solo porque podía y nada más…
Parte 2.
La cabeza de Diego nuevamente tomó un poco de conciencia, lo primero que sintió fue un dolor que provenía de su muñeca derecha, la cual estaba completamente doblada, los músculos y tendones de su brazo derecho se habían desgarrado haciendo que su mano derecha quede totalmente inservible. Lo siguiente que sintió al mover un poco su cabeza fue un dolor insoportable que provenía de la parte superior de su cráneo.
El golpe en la cabeza había dejado un poco atontado a Diego, quien miraba de forma perdida su alrededor.
Después de estar así por unos segundos, notó que el lugar estaba muy silencioso, no sentía a nadie ni podía llegar a escuchar algún ruido, aun después de despertarse del golpe Diego aún seguía alerta por la bestia, la cual parecía haber desaparecido.
Miró hacia sus lentes solo para ver que le quedaban 14 minutos, al principio Diego se sintió muy aliviado ya que finalmente dejaría esa horrible realidad atrás, pero después de unos segundos comenzó a sentir otras cosas.
— ¿Q-Que pasará con ellos? — Dijo Diego con una voz débil que apenas pudo escucharse.
Él obviamente se estaba refiriendo a Mikael y Erick…
Mikael definitivamente había dejado este mundo, aunque Diego no lo haya visto, la simple reacción de Erick lo había confirmado todo.
Y de Erick no sabía nada, no sabía si aún seguía vivo o no, Diego comenzó a pensar en lo que había pasado y trató de reacomodar sus ideas.
— Sin ellos mueren entonces… ¿Aun volverán?
Esa pregunta lo hizo sentirse culpable por las palabras y las decisiones que había tomado.
Diego en ese momento comenzó a aborrecer su forma de actuar, pero en el fondo él sabía que sólo estaba asustado.
— Sólo tengo que esperar… — Pensaba Diego mientras seguía aborreciéndose así mismo, él se repetía lo mismo en su mente, “solo tengo que esperar” Esas palabras abundaron su cerebro entero, su culpa, su miedo, todo eso se disipó quedando solo esa frase… “Solo tengo que esperar”
Después de estar minutos esperando recostado sobre el suelo un poco agrietado, agarrando su mano derecha y apretándola para tratar de disminuir un poco el dolor, con un gran chichón sobre su cabeza que le dejaba un dolor penetrante, Diego trataba de mantener la calma y pensar en lo que haría después, pero su mente no funcionaba muy bien en esos momentos como para tramar un plan.
Su espera interminable parecía alcanzar un final al darse cuenta de que sólo le quedaban unos segundos para que su tiempo llegue a cero…
Melancólicamente cerró sus párpados mientras comenzó a contar esperando a que todo vuelva atrás y remendar todo esto.
— Cinco… Cuatro… T-Tres… Dos…
Diego dio un gran respiro y…
* * * * * * * * *
— ¿Hum?
— Así que volviste, y ahora con otro más — Habló Mikael con una voz firme.
— Hola Mikael, pensé que te haría gracia verme de nuevo — Dijo Erick mientras forzaba una sonrisa.
Los odios de Diego zumbaban un poco, así que no podía escuchar todo con claridad.
— Me sentí en paz cuanto te fuiste — Dijo Mikael.
— Eso no fue muy chistoso de tu parte — Le respondió Erick quien parecía tener una charla normal con Mikael.
La mente de Diego aún no se aclarecía del todo, así que aún seguía muy aturdido y con sus pensamientos confundidos.
— C-Chicos… ¿Están bien? — Preguntó Diego con una voz un poco intranquila.
— Emm, si ¿Por qué? ¿Tengo algo en la cara? — Preguntó Erick.
Diego comenzó a mirar hacia Mikael y hacia Erick repetidas veces, él apretó sus dientes y sus puños para decir.
— Necesito que vengan conmigo al baño… Quiero hablar con ustedes de algo muy importante.
Lo que había dicho Diego confundió a ambos, pero al verlo más detenidamente pudieron observar que Diego estaba un poco asustado ya que sus manos temblaban, así que decidieron seguirlo hacia el baño.
Erick se encontraba muy confundido, ya que Diego no se estaba comportando así hace unos momentos, y Mikael tubo una mala primera impresión de él.
Parte 3.
— ¿Qué dijiste? No creo que eso sea real — Habló Mikael mientras veía confundido a Diego.
— Por muy loco que suene, necesito que me crean, una bestia gigantesca vendrá para mañana y necesitamos evacuar a todos… Mi tiempo se agotó y me hizo regresar a este punto.
— ¿Y qué pasó con nosotros? — Preguntó Erick quien parecía ansioso por una respuesta.
— Pues… Ustedes… Ustedes escaparon con algunos habitantes, yo no alcance a escapar así que me escondí a esperar a que a que mi tiempo se acabe — Dijo Diego mientras trataba de apartar su mirada de ellos.
— Oye… Lo siento, me disculpo por haber escapado de forma tan cobarde y dejarte solo, en serio te pido disculpas — Mikael expresó sus sentimientos de disculpas en esas palabras mientras agachaba un poco la cabeza hacia Diego.
Diego al verlo sintió un remordimiento que atajó su corazón de forma dolorosa, él en el fondo sabía lo que había hecho y la forma tan trágica en la que había acabado Mikael.
— Diego, yo también me disculpo por algo que no hice — Dijo Erick en forma de broma.
Diego al escuchar el chiste de Erick recordó la forma tan traumatizada que tenía el otro Erick de la vez pasada.
Diego se dio cuenta que, aunque Erick parezca alguien chistoso y tranquilo, en el fondo era alguien con mucho miedo y desesperado por no saber que hacer.
— Erick no deberías decir eso en un momento como este — Habló Mikael con una voz firme para tratar de regañar a Erick.
— Esta bien, sólo que no me resistí a hacer ese chiste.
Diego por algún motivo comenzó a reírse en silencio, pero esa pequeña risa poco a poco iba aumentando hasta convertirse en una risa verdadera.
Con unas pequeñas lágrimas en sus ojos colocó su mano derecha sobre el hombro de Erick mientras que aún se reía.
— Ese, ah fue un ja, ah, buen chiste ah ja — Dijo Diego mientras se reía con unas lágrimas en sus ojos.
— Tampoco fue para tanto, admito que fue ingenioso, pero nada más — Dijo Erick mientras intentaba quitar la mano de Diego de su hombro.
Diego terminó de reírse y se secó las lágrimas para luego recomponer la postura y pensar — Realmente hay mucha diferencia entre cómo eres y cómo actúas ante los demás, verte de una forma tan traumatizada hizo que escuchar tu chiste se sintiera mejor… Erick, espero que en esta ocasión pueda hacer algo más por ti — Diego en ese momento no fue consciente de lo que hizo, pero sólo sacaba una sonrisa y actuaba de forma calmada, aunque en el fondo de su ser él solo quería salir corriendo y evitar ese problema… Pero no podía, simplemente no podía…
Erick por alguna razón volteó a ver a Diego de una forma desconcertada, Diego en ese momento lo recordó, recordó lo que Erick podía hacer, en ese momento Diego se dio cuenta que Erick había leído su mente.
Ambos se quedaron mirando fijamente, Erick tenía una cara un poco desconcertada y confusa, mientras que la cara de Diego trataba de decir “Perdóname” de una forma sutil.
— ¿Entonces qué piensas hacer para evacuar a ese monstruo? — Habló Mikael al notar que algo andaba mal entre ellos dos.
— No podemos escapar… Nosotros no podemos — Dijo Diego con una voz un poco afligida.
— ¿A qué te refieres? ¿Cómo que no podemos escapar? — Preguntó Mikael quien parecía nervioso por una respuesta.
— Nuestros objetivos nos lo impiden, Mikael, yo y… Erick debemos ahuyentar a la bestia.
— Pero nosotros tres no podemos enfrentarnos a una bestia gigante, como lo describes parece ser muy poderoso — Dijo Erick.
— Concuerdo con Erick, nosotros solos no podemos hacer nada.
— Pero Zelmira, ella podía ayudarnos, ella podría… — Diego dejó de hablar porque él sabía que Zelmira no podía hacer mucho contra esa bestia, y en caso de que ellos se enfrentaran, seguramente ella saldría perdiendo.
Diego agachó la cabeza mirando hacia el suelo, con una gran impotencia trataba de pensar en que hacer, pensaba en como solucionar esto, pero simplemente no salía nada.
— Los guardias — Dijo Diego con emoción.
Ambos le respondieron con una cara confundida, pero Diego procedió a explicares.
— L-Los guardias de esta región nos pueden ayudar, un grupo armado de guardias podría derrotar a esa bestia, ¡Eso es! ¿Cómo no se me ocurrió antes? Eso es lo que necesitamos, necesitamos muchos guardias que rodeen la ciudad para que esa bestia no pueda pasar — Dijo Diego con mucha emoción que se podía notar en su feliz rostro.
— Primero tendríamos que hablar con el rey de la región para poder desplegar las tropas de guardias — Dijo Mikael mientras podía su mano sobre su mentón.
— ¡¿Qué estamos esperando?! ¡Vamos a ver a ese rey!
— Hablas como si fuese muy fácil hablar con alguien de un alto estatus social — Dijo Mikael mientras veía a Diego de forma pesimista.
— ¡Eso no importa, el rey entenderá la situación!
— Pero se supone que íbamos a comer, tengo hambre — Dijo Erick mientras ponía su mano sobre su estoma que hacía ruidos gástricos.
— Eso puede esperar, ahora mismo no tenemos tiempo que perder, el día de mañana se vendrá algo grande y quiero que estén mentalizados en eso, por mas grande o imponente que sea no deben tener miedo… Se los dice alguien que suele tener mucho miedo a las cosas — Dijo Diego con determinación, para darle inicio a la segunda oportunidad de vivir este horrible evento catastrófico.
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