Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo - 02.1
- Inicio
- Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo
- 02.1 - El Rey (1)
CAPÍTULO 2- El Rey.
Miré a Sandro antes de alejarme caminando.
Sandro sigue inconsciente… Vaya, vaya… Me siento mal.
Digo… Sé que lo golpeé en defensa propia, pero me comporté grosero cuando le dije que se calle. Creo que la emoción que sentía por derrotar al demonio provocó que no pensara con claridad.
… Pensar con claridad… Es cierto, no pensé con claridad mis acciones antes de mi pelea con el demonio. Afortunadamente todo salió bien, pero eso no significa que estuvo correcto lo que hice. Me arriesgué demasiado. Sé que posiblemente el demonio haya sido una simple prueba de Dios, pero también existía el riesgo de morir.
Mi gran memoria funciona correctamente, pues recuerdo a la perfección todo lo que he pensado y hecho desde que llegué a este mundo. No olvidé que tenía planeado entrenar antes de desafiar al demonio, simplemente me distraje y recordé eso cuando ya había retado al demonio. Mi gran memoria tiene un fallo, pues deja de funcionar por unos segundos cuando estoy distraído. Debo tomar en cuenta eso en el futuro.
—… Tengo una duda.
Miré a las chicas que intentan despertar a Sandro. Solo quiero confirmar mis sospechas, es todo. Realmente no quiero tener como enemigo a Sandro, pero si mis sospechas son correctas, tampoco lo quiero tener de amigo.
—¿Ustedes son sus novias o sus esposas?
—Ellas son las novias de Sandro.- Me respondió Sara, aunque yo le había preguntado a ellas.
Algo grosero de su parte, pero al menos respondió a mi pregunta.
Mmm… Esa manera de decirlo me hace pensar que ella no es novia de Sandro, aunque no me importa realmente si es su novia o no. Solo estoy interesado en los hechizos.
—Vaya, vaya… Ya veo…
Harem, ¿eh? Ya no me siento tan mal por golpearlo.
El harem es prácticamente engaño con permiso, y odio eso. Odio la idea de que una mujer tenga que compartir a su novio con más mujeres. Odio y me da asco eso.
Abuela, te prometo que nunca tendré harem, y si sucede un milagro y vuelvo a enamorarme, nunca engañaré a mi novia.
Y si las ideas de tener harem invaden mi cabeza, me alejaré lo más lejos posible de aquellas mujeres que intenten seducirme. Por el bien de mi misión y principios, debo evitar perder el tiempo con cosas como el romance.
Sandro tiene esa personalidad grosera y violenta porque seguramente el poder se le subió a la cabeza. Sí, admito que es poderoso, después de todo es capaz de derrotar a un demonio, pero olvidó ser humilde y que siempre habrá alguien que podría ser mucho mejor que él.
Tengo miedo de que eso me pase. Tengo miedo de cambiar.
Quiero seguir siendo el mismo Daniel de siempre. No puedo permitir que mi poder se me suba a la cabeza. Poseo el poder de realizar cualquier hechizo sin entrenar, un poder demasiado injusto y poderoso. No debo permitir que se me suba a la cabeza.
Daniel, Dios te dio una misión. La misión es lo más importante, no olvides eso. Así como Dios te dio el poder, también podrá tomarlo de vuelta. No te vuelvas como Sandro… Ni siquiera lo pienses.
Ah… Soy demasiado sensible y débil de mente. En este momento creo que es imposible que el poder me cambie, pero conociéndome y sabiendo lo débil que soy mentalmente hablando, la posibilidad de que me vuelva grosero o presumido no es imposible de imaginar.
Debo mantenerme fuerte. Daniel, Dios podría permitirte ver a tu abuela si haces un buen trabajo. Si vuelvo a verla, quiero que ella vea al Daniel que amó y educó, no a un Daniel grosero.
Ah… Mejor dejo de pensar en eso. Me terminé desviando mucho del tema principal: Sara.
—Compartir a un solo hombre es injusto. Les recomiendo que piensen mejor lo que hacen. Adiós.
Me alejé caminando de ellas, mientras me siento observado por todos en el lugar.
… Ah… ¡Ahhhhhhhh! ¡No, Daniel, no te pongas nervioso! D-debes mantenerte firme. Ya logré una buena impresión con Sara, no lo arruines.
Ignora las miradas. Derrotaste a Sandro, el mejor aventurero del gremio. Dudo bastante que se atrevan a molestarme.
Bien… Derroté al demonio negro por ser una prueba de Dios fácil y a Sandro porque no peleó en serio. Que no se te suba a la cabeza, Daniel, pues tus logros se ven grandiosos, pero sabes perfectamente que no lo son tanto.
Solo he tenido suerte.
—Por favor, tome asiento, señorita Sara.
Le jalé la silla para que se siente. Mi abuela me enseñó a ser educado con las mujeres en este tipo de situaciones, pero creo que en este mundo no es común que los hombres hagan esto, pues Sara me observó entrecerrando un ojo, confundida al respecto sobre lo que hice.
—¿Gracias? Tengo manos, no era necesario.
—L-lo siento.
¡Ahhhhhhhh! ¡Adiós a la buena impresión! ¿Acaso hice algo grosero? ¡Abuela, no era mi intención, no conozco todavía este mundo y su cultura!
—T-te pido una disculpa, señorita Sara. Si lo que hice le resultó ofensivo, le pido que me perdone. No estoy acostumbrado a socializar con las personas.
Bueno, en mi mundo original no tenía problemas socializando, solo tengo problemas en este mundo porque apenas lo conozco. Técnicamente no estoy mintiendo.
—No te preocupes… Eres raro, ¿lo sabías?
Me reí un poco ante esas palabras.
—Desde pequeño.- Dije, con una pequeña sonrisa.
Seguirle la corriente para que confíe en mí. Bien hecho, Daniel, aunque me dolió que me diga raro… Bueno, soy de otro mundo, así que sí, soy raro.
Sara y yo nos sentamos juntos en la mesa. Bien… Ah… Bueno, el momento incómodo terminó, es hora de pasar a los negocios. Dispongo de poco tiempo, así que no importa lo que tenga que pagar, lo pagaré con tal de conseguir todos los hechizos posibles. Entre más hechizos tenga, mejor.
Ella parece alguien de confianza. Espero que me ayude.
Podrá ser una de las novias de Sandro, pero eso no me interesa, lo que me interesa es su profesión de profesora. Necesito que me dé clases y me enseñe no solo hechizos, también sentido común y la historia de este país… No… Del mundo. Viajaré por muchos países en busca de más hechizos.
—Seré breve. ¿Me podrías enseñar algunos hechizos? No me sé ninguno y quisiera aprender. Por supuesto, estoy dispuesto a pagar lo que me pidas. ¿En dónde das clases?
Mi pregunta confunde a Sara, lo puedo ver en su rostro… ¿Dije algo raro? ¿No es una profesora de magia o algo parecido? ¿Qué tiene de raro pedirle eso? Creí que estaba acostumbrada.
—¿No sabes hechizos?
… Oh… Ah… Ya entendí… Es raro que alguien con magia no sepa hechizos.
Un mundo en donde todos son capaces de usar magia y hechizos… Un mundo increíble, pero peligroso en gran medida.
Me pregunto si la ley es capaz de proteger a las personas. ¿Habrá alguna especie de policía especial o algo por el estilo? Después investigaré al respecto.
—Solo sé tres hechizos.
¡Uwaaaah! ¡Sara se levantó y golpeó la mesa con las palmas de sus manos!
¡Casi me da un infarto! Pensé que intentaba atacarme.
Pero, considerando su expresión, no intenta atacarme, simplemente no puede creer lo que escuchó salir de mi boca.
—¡¿Solo tres?!- Dijo sorprendida.
Vaya, vaya. Supongo que son muy pocos.
¿Cuántos hechizos en promedio una persona normal sabe?
No, no es por eso. Los aventureros que conocí sabían muy pocos hechizos. Debe haber otra razón por la que Sara se sorprendió. Mejor le pregunto.
—¿Son pocos?
—¡Existen miles de hechizos, pero tú solo sabes tres! No puedo creer que tú hayas derrotado al demonio negro y a Sandro.
Vaya, vaya… Me costará trabajo aprender miles de hechizos, y no tengo mucho tiempo. ¿Podré aprender tantos hechizos? Mi memoria es buena, así que supongo que podré. El único problema es el poco tiempo que tengo.
Necesito conseguir contactos.
Y ya sé por qué Sara se sorprendió. Ella me considera poderoso. Es muy raro que alguien tan poderoso no sepa tantos hechizos.
Soy una existencia rara en este mundo, lo sé. Debo aprender el sentido común de este mundo.
—Por eso te pido ayuda, me dijeron que tú sabes muchos hechizos.
—Ah… No entiendo nada… Eres demasiado raro, y tampoco siento que estés mintiendo… Está bien, te ayudaré. Sé más hechizos que de los que puedo usar. Primero que nada, dime, ¿qué tipo de magia tienes?
Es una profesora, después de todo.
Ella necesita conocer las funciones de esos hechizos aunque no pueda usarlos para enseñárselos a sus estudiantes… Me agrada eso.
Me pregunto si habrá universidades de magia en este mundo.
—Muchas gracias. Te lo agradezco, señorita Sara. Tengo todos los tipos de magia.
—¿Todos los tipos de magia?
… ¿Eh?
Mi respuesta la hizo sonreír… Esa sonrisa… no es de felicidad… ¡Se está burlando de mí!
—¡¿Todos?! ¡Pero eso es imposible!- Dijo, con una sonrisa y risa burlesca, se está riendo de mí.
Sara empieza a reír, no cree lo que digo… Eso es grosero de su parte.
Tendré que demostrar que digo la verdad. Mi abuela no crió a un mentiroso.
Ah, Sara, y yo que pensé que eras una chica amable. Te estás burlando de mí sin conocerme realmente, y odio eso. Te perdonaré solo porque sé perfectamente que soy una existencia rara en este mundo, era obvio que no me creerías sin pruebas.
—Está bien, te daré una prueba de que digo la verdad.
Le muestro mi tarjeta y se sorprende, lo sé porque es demasiado obvia su expresión. Abre completamente los ojos y la boca. Supongo que ya me creyó. ¿Acaso aquí todos exageran sus expresiones? Debo acostumbrarme a ese tipo de cosas.
Tener todos los tipos de magia en este mundo es imposible (gracias a Dios, yo tengo todos los tipos de magia), así que no me molesta que no me creyera.
Un poder demasiado llamativo… Sí, definitivamente debo conseguir contactos y compañeros. Necesito que me protejan. Actualmente soy demasiado débil, y si yo fuera el Rey Demonio o quien sea que sea el líder de los demonios, mataría inmediatamente al portador de todos los tipos de magia mientras sea débil. Debo tener cuidado siempre.
—¡I-increíble! ¡¿C-cómo es posible?!
Ya tengo su confianza. Perfecto. Ahora sigamos con los negocios.
—¿Me enseñarás algunos hechizos?
—… Espera, por favor. Debo hacer algo primero.
—Claro, te espero.
Seguramente va al baño. También me pasa cuando me pongo muy nervioso.
Sara se levanta y… Oh, intenta despertar a Sandro. ¿Qué le dirá? Sea lo que sea, espero que no sea algo que me meta en problemas a mí. Definitivamente no quiero tener problemas con Sandro.
Despierta a Sandro con unas palmadas en la cara. Él abre los ojos poco a poco… Vaya, vaya.
Despertó muy rápido. Lo que se esperaba de un aventurero poderoso como él.
Sandro no es tan débil como para desmayarse por tanto tiempo por culpa de un simple golpe.
—¿Eh?- Dijo Sandro, confundido.
Creo que realmente no se esperaba que lo golpeara.
Sandro se levanta y se acaricia el estómago… Me siento un poco mal, pero fue su culpa. Me quiero disculpar, pero no lo haré, yo solo me defendí. Si no me hubiera defendido, él me habría matado. No conozco las leyes de este mundo, pero considerando que no dudó en intentar matarme, estoy seguro de que es legal matar, o al menos alguien tan famoso e importante como Sandro puede matar sin consecuencias legales.
Debo investigar más al respecto.
—Ese golpe me tomó por sorpresa, no pensé que tendría tanta fuerza.
Sí, claro, por sorpresa. Te gané de buena forma.
Creo que él es el tipo de persona que se cree superior a los demás, y eso no me gusta. Es básicamente mi némesis. Yo creo que todos somos igual de importantes, que nadie es mejor que nadie. Todos somos igual de importantes, y ese es un pensamiento que nunca cambiaré.
—Me salgo de tu equipo. Adiós.
… ¿Eh? ¡¿Abandonó el equipo de Sandro?! ¡¿Por qué?!
… No… No, no, no. Que no sea lo que estoy pensando… ¡No! ¡No quiero tener más problemas con Sandro!
Ah, pero ya tengo problemas con Sandro, ya me odia, y también necesito compañeros… Ah, posiblemente me termine arrepintiendo de esta decisión.
Al escuchar lo que Sara dijo, Sandro se preocupó demasiado. Probablemente Sara era parte fundamental de su equipo. Su expresión lo dice todo, está preocupado y un poco… No, no un poco, demasiado nervioso.
Sus novias también están muy nerviosas e intentan detener a Sara.
Ella simplemente las ignora… Ay, mi primer día y arruiné un equipo de aventureros muy importante. Me siento demasiado mal, pero al mismo tiempo no me siento tan mal. Sandro tiene harem, y no sé si Sara sea parte de ese harem. Si ella es parte de ese harem y quiere dejar de serlo, estoy muy feliz por ella. ¡El harem no debe de existir!
Ah, mejor simplemente observo cómo se desarrolla la situación.
—¡¿Qué?! ¡No puedes irte, eres mi mano derecha!
—Lo era. Mi decisión es definitiva. Adiós.
Sara se aleja de ellos y se sienta en mi mesa.
Ouch, eso me dolió.
—Vaya, vaya. Terminaste con tu novio de una forma demasiado fría, Sara. Hasta a mí me dolió.
—¿Novio? Puaj. Tengo mejores gustos. Él solo era el líder del equipo solamente, aunque sí, las demás son sus novias.
Miré a las novias de Sandro… Vaya, vaya… Bueno, me duele admitirlo, pero son muy, muy hermosas. Ah, chicas, ustedes merecen a alguien mejor… No, más bien, ustedes merecen estar con alguien que les sea fiel, no alguien como Sandro, que tiene harem.
Tal vez me esté equivocando con Sandro y que resulte ser una persona buena con sus novias, pero el hecho de que tenga harem lo convierte en la peor opción de pareja.
—Acepto ayudarte, pero con la condición de que me aceptes en tu equipo.
Sí, lo suponía.
Vaya, vaya… Siendo sincero, pensé que me tomaría un poco más de tiempo conseguir un equipo.
Necesito un equipo para lograr mi objetivo.
Ella parece buena, así que no hay problema. Pero debo dejarle en claro una cosa muy importante.
—¿Equipo…? Está bien… Claro, no hay problema. Pero hay una regla que nunca, pero nunca, nunca se puede romper.
—¿Y cuál es?
—Los miembros del equipo no pueden salir con otros miembros del equipo. Es decir, tú y yo nunca seremos novios ni nada por el estilo. Mucho menos podemos besarnos o tener sexo. ¿Estás de acuerdo?
—Una regla rara, y admito que un poco difícil de cumplir porque creo que eres de mi tipo, pero claro, acepto.
—Muchas gracias.
Más tarde escribiré un contrato, y voy a investigar si es posible escribir un contrato mágico. Realmente no quiero darle falsas esperanzas a nadie. No saldré con nadie.
Sé que es demasiado egocéntrico pensar que todas las mujeres quieren salir conmigo, pero debido a mi experiencia personal, la posibilidad de que mis compañeras mujeres se enamoren de mí es muy alta, y prefiero evitar eso.
No confío en las mujeres, y moriré solo.
No quiero sufrir otra decepción amorosa. Además, eso del amor y las mujeres me van a distraer de mi misión, y prefiero evitar eso.
—¿Te gustan los hombres?
—No. Simplemente no me interesa nada sobre las relaciones, tanto amorosas como sexuales. Prefiero evitar ese tipo de cosas. Espero que lo comprendas.
—Sí, ya veo… Eres raro, pero también interesante. Es intrigante… ¿Cuantos aventureros hay en tu equipo?
Lo siento, pero solo somos nosotros dos.
Acabo de comenzar mi aventura. Es un milagro que haya conseguido tanto dinero en un día, no esperes que lo mismo suceda con mis compañeros.
Poco a poco. La confianza es primordial. Debo conseguir compañeros que sean confiables.
—Mmm. Déjame contar…
Empiezo a contar con los dedos.
—Si contamos a… Pero con la suma de… Pero si consideramos también a… Solo somos nosotros dos.
Una pequeña risa sale de mí, pero al parecer, a Sara no le gustó mi broma. No veo ninguna sonrisa en su rostro.
Ay… Bueno, al menos lo intenté.
—¿Está bien? Tengo anotados los hechizos en mi casa, debes acompañarme.
La casa de una chica… Apenas me conoce y ya me invita a su casa… Me recuerda a la secundaria, las chicas siempre me invitaban a sus casas. «Mis padres no estarán en casa hoy. ¿Quieres ir a mi casa?» Por supuesto, siempre las rechazaba. No soy un depravado sexual, no me aprovecharé de ninguna chica.
Tengo muchísima suerte con las mujeres, si fuera un pervertido, ya me hubiera acostado con más de 50 mujeres. Afortunadamente, no soy un pervertido. Ese tipo de hombres me dan asco, los odio con todo mi ser. ¡Solo se debe tener sexo después del matrimonio y con la mujer que amas!
Puedo aceptar esta vez, pues ella me va a ayudar. No siento segundas intenciones. Además, dejé en claro que no estoy interesado en las cosas como el sexo, así que no creo que intente violarme.
—Claro. Muchas gracias, Sara. Te lo agradezco.
Le ofrezco mi mano.
—Será un honor que seas mi primera compañera.
—Eres raro, pero puedo darme cuenta de que eres un chico demasiado bueno. Eso es aburrido, pero pareces muy interesante. No creo que me aburra contigo. Será un placer ser tu compañera.
Con un fuerte apretón de manos, oficialmente conseguí a mi primera compañera. No sé casi nada de ella, pero considerando que fue parte del equipo de Sandro, el aventurero más famoso y poderoso del gremio, estoy seguro de que será de gran ayuda.
—Mi nombre es Daniel, es un placer.
—Soy Sara, «la profesora».
—¿La profesora? ¿Es un sobrenombre?
—Mis alumnos me llaman así, y todos se acostumbraron a llamarme así.
—Vaya, vaya… ¿Y prefieres que te llamen Sara o «profesora»?
—… ¿Que si cómo prefiero que me llamen?
—Sí.
—Vaya… Es la primera vez que alguien me pregunta eso… Prefiero que me llamen por mi nombre.
—Está bien. Será un placer trabajar contigo, Sara.
—… Sí… Igualmente.
Los sobrenombres a veces son buenos, pero otras veces son malos y groseros. Prefiero llamar a las personas por su nombre para evitar malentendidos. Tal vez Sara se sentía ofendida u odiaba que la llamen por su sobrenombre.
Bien, ya conseguí mi primera compañera. ¡Es hora de conseguir nuevos hechizos!
—Bueno, vamos a tu casa.
Tomo las bolsas con dinero.
Me pregunto si habrá orfanatos o algún lugar pobre por aquí.
—Vamos.
Nos dirigimos a la puerta. Este primer día está siendo muy productivo. Si sigo así, no tendré ningún problema con mi avance… ¿Eh?
—¡¡Enano!!
Ah… No soy un enano. Además, ese insulto es ofensivo.
Sara y yo estábamos a punto de salir del gremio, pero Sandro me habló… No, me gritó. Quiere pelear de nuevo.
Ah, lamentablemente, no lo culpo. Su mano derecha, Sara, lo abandonó por alguien que apenas conoce. Una tontería ahora que lo pienso, pero seguramente ella está interesada en mi poder. Ah, Sara, tienes tanta suerte de que no sea un pervertido. Caerías fácilmente en mis garras si lo fuera.
—¡Enano! ¡Me tomaste descuidado! ¡Te reto a una pelea!
Soy bastante alto, no soy enano… D-digo, no soy pequeño. Sandro solo es un poco más alto que yo. Me gana por unos 5 centímetros aproximadamente. Además, sigo en desarrollo. Creceré más… Eso creo.
—No, gracias, tengo asuntos pendientes.
No quiero tener problemas con nadie. Lo mejor sería simplemente ignorarlo. No vale la pena perder el tiempo con él.
Sara y yo nos vamos del gremio.
—¡Maldito enano!- Dijo enojado.
Ah, Sandro, eres patético. No vale la pena enojarte conmigo solo porque Sara decidió unirse a mí. Ella es libre de hacer lo que quiera, tú no eres su dueño.
Mejor no sigo pensando en él.
—Vaya, vaya. Sara, ¿hay una escuela por aquí? ¿En dónde das clases?
—Doy clases privadas, no hay una escuela aquí, solo en la Capital.
—Vaya, vaya. Ya veo.
La Capital… Bueno, primero me acostumbro a este mundo y después iré a esa escuela en la Capital. Por ahora, solo me concentraré en conseguir hechizos y saber más sobre este mundo.
•
•
(Pov- Sandro.)
Ese chico…
Siempre me han considerado un prodigio. Soy de los pocos que es capaz de derrotar a un demonio. Me costó mucho trabajo y esfuerzo obtener la fuerza que yo tengo. Años de entrenamiento. Tanto tiempo logrando logros para convertirme en un gran aventurero… Y ahora viene un estúpido chico lindo a arruinar todo.
Sara es la única chica que no se enamoró de mí. Era la única chica inteligente de mi equipo… La única de mi equipo que valía la pena… ¡Y ese idiota me la robó! ¡¿Quién se cree que es?! ¡Se arrepentirá!
Comments for chapter "02.1"
QUE TE PARECIÓ?