Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo - 010.3
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Cuando le pregunté a Sara sobre los secretos para dominar los hechizos, quedé fascinado por la profundidad de su conocimiento. Me reveló que el aprendizaje de los hechizos implica seguir una serie de pasos meticulosos y precisos. Para comenzar, es fundamental conocer el nombre y la finalidad de cada hechizo. Si posees este conocimiento, estás listo para intentar utilizarlo, aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de los hechizos requieren una preparación previa.
Sara me explicó que algunos hechizos necesitan que se realice un ritual de preparación, como rodear las manos con magia o focalizar ciertas partes del cuerpo. Estos rituales despiertan y canalizan la energía mágica necesaria para lanzar el hechizo de manera efectiva. Además, subrayó que la práctica constante y el entrenamiento son esenciales para dominar cualquier hechizo. Cuanto más tiempo y esfuerzo dediques a perfeccionar tu técnica, mejores resultados obtendrás al utilizarlos.
Por eso ella se sorprendió gratamente cuando utilicé el hechizo «Bolflou» a la perfección en mi primer intento. Parece que poseo un innato y poderoso don mágico. Sin embargo, Sara me aclaró que mi caso es excepcional, ya que la mayoría de las personas necesitan un entrenamiento exhaustivo y riguroso, siguiendo meticulosamente el procedimiento paso a paso.
Por supuesto, existen pasos más complejos y sutiles en el dominio de la magia, como aprender a sentir la energía mágica fluyendo a través de tu cuerpo mientras ejecutas un hechizo, o descubrir dónde concentrar tu poder mágico para lograr el efecto deseado. Estos aspectos más avanzados del arte mágico requieren dedicación y práctica continua.
Sin embargo, lo más importante en este sistema mágico es tener conocimiento del nombre del hechizo y su finalidad. Aunque parezca algo básico, este entendimiento básico sienta las bases para desarrollar un mayor dominio mágico. En este mundo, el sistema mágico es sorprendentemente accesible y fácil de comprender, lo cual es un alivio. Tal vez el creador de este mundo buscó simplificar el sistema mágico para hacerlo más accesible a todos, y por eso le estoy agradecido. Ahora podré abordar el estudio de la magia con una mayor claridad y confianza.
Pero bueno, yo no necesito estudiar tanto, mi magia me permite usar a la perfección cualquier hechizo, pero esta información me será útil en el futuro, estoy bastante seguro de eso.
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S-siento el rostro caliente por culpa de la vista ante mis ojos.
R-rayos. ¡Esto es incómodo!
—Vaya, vaya… No me esperaba esto.
Hay 10 aventureras junto a Sora. Las aventureras son muy lindas y la mayoría usa solo sostén y minifalda. Hay espadas de madera, escudos, entre otras cosas en el suelo.
… Mujeres aventureras usando poca ropa… ¡Ahhhhhhhh! ¡No me puedo concentrar así!
—Esto… Bueno… ¿No conseguiste aventureros hombres?
Estoy tratando de no involucrarme con tantas mujeres, pero el destino me odia.
—Estas son las aventureras que mejor saben usar magia, los aventureros hombres solo confían en su fuerza física. Te aseguro que ellas son las aventureras más fuertes que conozco.- Dijo Sora.
Ah… Bueno… Si Sora lo dice, le creeré. Me da miedo esa chica, pero es la guardaespaldas del Rey, no debo desconfiar de ella.
—Bueno… Será un poco incómodo… Está bien.
Rose llega volando y aterriza frente a nosotros.
—Te ayudaré, Daniel.
La ayuda de Rose es muy útil, será de gran ayuda. ¡Entre más ayuda, mejor!
—¡Muchas gracias!
Bien, todos estamos listos.
Sara fue a traducir los libros y vendrá cuando termine, así que, por lo pronto, las demás entrenarán lo básico.
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A cada una de mis compañeras les tocó entrenar con dos aventureras. Sonia y Cris entrenarán con Sora.
—Bien, Rose, tú vas a entrenar conmigo.
—Claro.
Me dirijo con las aventureras que están con mi abuela.
—Escuchen, es la primera vez que ella peleará, no peleen en serio, por favor.
—Claro, no te preocupes.
—No seremos tan duras con ella.
Volteo a ver a mi abuela. Debo confirmar si ella también puede usar hechizos fácilmente.
—Intenta usar un hechizo.
—Sí… Bueno…
Extiende su mano derecha.
—Creo que era así… ¡Espada Dex!
…
…
…
No pasa nada… La espada no aparece.
—¿No pasa nada?
¿Falló el hechizo?
—Supongo que te falta entrenamiento… Intenta con otro hechizo.
—Bueno, está bien… ¡Ángel conver!
¡Wow!
Una luz un poco brillante sale del cuerpo de mi abuela, una parte de su blusa, de la parte de su espalda, se rompe y le crecen dos enormes alas de ángel… Es… Es tan… genial, se ve realmente hermosa. ¡Mi abuela se convirtió en un ángel de verdad! ¡En un ángel!
La luz desaparece cuando sus alas aparecen.
—¡A-asombroso!- Dije, lleno de emoción y alegría.
Saco mi teléfono y le tomo una foto a mi abuela.
—¡Mira!
Mi abuela observa la foto y sus ojos brillan un poco.
—¡Estoy linda!
¡Más que linda, te ves increíble, abuela!
—¡Tengo que intentarlo! ¡Ángel conver!
¡Sí, siento algo en mi espalda, está funcionando!
Una luz sale de mi cuerpo, una parte de mi camisa se rompe, una parte de mi chaleco también se rompe y me crecen dos alas… Me pasó lo mismo… ¡Increíble!
Es una pena lo de mi ropa, pero después lo arreglaré.
—¡¿Funcionó?! ¡Tómame una foto!
—¡Funcionó!
Mi abuela me toma una foto con su teléfono y me la enseña.
¡Genial, parezco un ángel de verdad! ¡Hahahahahaha! ¡Ya nadie se atreverá a llamarme demonio!
—¡Fabuloso…! ¿Podré moverlas?
Intento mover mis alas… Las siento como si fueran parte de mi cuerpo… Puedo… Puedo moverlas.
Solo un poco, pero puedo.
Vamos, Daniel, tú puedes. Un poco más rápido… Más…
—¿Eh?
Empiezo a mover las alas más rápido y… ¡comienzo a flotar!
—¿Puedo volar sin necesidad del hechizo de vuelo?
Bajo y mis alas desaparecen.
—¿Desaparecieron?- Preguntó mi abuela, confundida.
Las alas de mi abuela desaparecen.
—Las tuyas también. Cuando ya no necesitas un hechizo, este desaparece.
—Ya veo.
—Las dejo, memoriza los hechizos. Chicas, hagan su mejor esfuerzo.
Me dirijo a Rose.
—¡Realmente eres increíble!- Dijo Rose, con ojos brillantes… Supongo que es emocionante ver a un ángel… ¡Claro que es emocionante!
—Gracias… Aunque hay un hechizo de tipo ángel que sirve para volar, pero cuando me convierto en un ángel puedo volar. Realmente no lo entiendo.
—Es normal, por ejemplo Liz, ella nació sin alas y usa el hechizo de vuelo. Puede que existieran ángeles que nacieron sin alas.
—Vaya, vaya… Ya entiendo… Empecemos.
—Empezaremos con lo básico, la espada.
Rose toma dos espadas de madera del suelo.
—Toma.
Me entrega una espada de madera.
—Primero debes aprender a esquivar y atacar.
—Está bien… Aunque con el hechizo «Muslar asio» puedo esquivar los ataques… ¿Qué tal si me enseñas a atacar?
—Claro, está bien.
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(Pov- Sandro.)
Fui derrotado. Una derrota aplastante.
Yo no pude ni siquiera hacerle un pequeño rasguño a esa demonio.
Jugó conmigo.
Me trató como si fuera un simple juguete.
Me humilló por completo.
… Perdí… Perdí por completo.
Pero no me rendiré. De las derrotas se aprende. Usaré esta derrota para superarme. Ser una versión superior a mi yo del pasado. No mejoraré si sigo lamentando mi derrota, es hora de avanzar.
—Oye, Sandro, hemos recibido un… ¡¿Sandro?!
—Oh, hola, Natie. ¿Qué pasa? Por cierto, ¿podrías traerme un sándwich?
—A mí también, por favor. Con mucha lechuga.
—¡¿Cómo que qué pasa?! ¡¿Qué están haciendo?!
—Entrenando.
—¡Se supone que debes descansar!
—Ya descansé lo suficiente.
Esa mujer demonio me superó por completo en velocidad. Mi velocidad es mi punto más fuerte, pero he sido superado no solo por Daniel, sino también por ese demonio.
Es hora de dejar de aceptar misiones y enfocarme en mejorar mi velocidad y reflejos.
Es por eso que Max me está atacando sin piedad alguna con su espada, y tengo los ojos cerrados mientras esquivo sus ataques.
Si soy capaz de mejorar mi oído y tacto, al usar mis ojos, mis reflejos serán muchísimo mejores.
Además, entrenar de esta manera es muchísimo más agotadora, y eso es lo más importante. No tiene sentido entrenar sin agotarse.
Pero, por supuesto, no estoy acostumbrado a entrenar de esta manera y estoy recibiendo algunos ataques. Nada serio, pero estoy perdiendo mucha sangre.
Sin dolor no hay avance, así que todo este dolor valdrá la pena sentirlo.
No quiero volver a ser humillado.
Me niego a perder de nuevo contra un demonio.
Estoy exhausto y abatido. La derrota ante esa demonio ha dejado una profunda huella en mi ser. Siempre me he considerado un aventurero ágil, rápido y poderoso, un aventurero insuperable, pero el demonio y Daniel me superaron por completo. Me enfrenté a su poder y fue una derrota aplastante. Me derrotaron dos veces seguidas, pero me niego a darme por vencido.
—¡Alto, ya!
—Todavía puedo seguir.
—No, estoy de acuerdo con ella.
Max dejó de atacarme.
—Sandro, no vale la pena entrenar si terminas muerto. Descansa, espera a que tus heridas se cierren y volvemos a entrenar.
—Ah… Está bien.
Me siento en el suelo de la espaciosa habitación, sobre el charco de mi propia sangre, sintiendo el sudor que empapa mi cuerpo y la respiración entrecortada. Mi mente está turbia, llena de dudas y preguntas sin respuesta. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Cómo puedo fortalecerme para enfrentar a esos seres demoníacos? ¿Puedo ser capaz de superar a Daniel?
Cierro los ojos y dejo que el silencio de la sala me envuelva. Lentamente, la calma se adueña de mí y me sumerjo en un profundo pensamiento. Reflexiono sobre mi debilidad y mi determinación por ser mejor. No puedo permitir que esta derrota me defina, debo aprender de ella y convertirla en mi motivación para crecer.
Imágenes de batallas pasadas y encuentros con otros enemigos fluyen en mi mente. Recuerdo cada vez que superé mis límites, cuando mi velocidad me salvó de situaciones peligrosas. Me aferré a ese recuerdo y recordé que los demonios son seres poderosos, pero no invencibles. Ya he derrotado demonios antes, no son inmortales.
Me levanto del suelo con renovada determinación. Camino hacia el espejo de la habitación y me encuentro con mi reflejo. Mis ojos, una vez llenos de desesperanza, ahora brillan con una chispa de resolución. Me veo a mí mismo, a ese aventurero derrotado, pero también veo el potencial que yace en mi interior.
—Ya no más.
Susurro en voz alta.
—Ya no más derrotas aplastantes. Seré más fuerte, más rápido y más valiente.
—¡Así se habla, Sandro!
—¿Podrían dejarme solo por unos minutos? Necesito estar a solas.
—Está bien, regreso pronto.
—Nos vemos después.
Ellos salieron de la habitación.
Ah… Por fin.
Comienzo mi entrenamiento nuevamente, pero esta vez con una mentalidad renovada. Me esfuerzo en cada movimiento, aprovechando al máximo mi velocidad y agilidad. Empujo mis límites, emulando los movimientos de los demonios en mi mente, aprendiendo de ellos y buscando vulnerabilidades.
Cada golpe, cada movimiento se vuelve una oportunidad para crecer. A medida que sigo entrenando, puedo sentir cómo mi confianza se fortalece. Las dudas se disipan y mi determinación se afianza. Si los demonios son fuertes, entonces yo también debo serlo.
Puedo escuchar el eco de mis pasos en la habitación, resonando con una promesa de superación. Estoy decidido a convertirme en un aventurero que no se detiene ante ninguna adversidad, que se levanta cada vez más fuerte después de cada derrota.
La derrota puede haberme debilitado físicamente, pero ha fortalecido mi espíritu.
El camino hacia la grandeza puede ser difícil y oscuro, pero estoy dispuesto a recorrerlo sin vacilar. No me rendiré, porque ahora entiendo que la verdadera fuerza proviene de la superación personal y la voluntad inquebrantable.
Soy Sandro, el aventurero derrotado, pero también soy Sandro, el hombre que se levanta y se esfuerza por ser mejor. Y esta vez, no hay demonio que pueda detenerme.
—Ni siquiera Daniel.
Salgo por la ventana, para evitar que intenten detenerme.
Iré a la sala de entrenamiento que construí en el bosque.
Me escapé lo más rápido posible hasta llegar a mi sala de entrenamiento.
Bien, Sandro, no debemos descuidar el entrenamiento diario.
—Y es hora de aumentar la dificultad.
Ah… Bien…
—Estoy listo
El sudor resbala por mi frente mientras me preparo para mi entrenamiento diario. Hoy me enfocaré en mejorar mis reflejos y velocidad, dos aspectos cruciales que me fallaron en mi último encuentro con el demonio. Sé que debo superar mis límites y encontrar nuevas formas de fortalecerme.
Me coloco en el centro de la sala de entrenamiento, rodeado por equipo de entrenamiento y obstáculos estratégicamente colocados. Respiro profundamente y cierro los ojos por un momento, visualizando el movimiento fluido y rápido que deseo alcanzar. Luego, abro los ojos y me concentro en el objetivo.
Comienzo con una serie de ejercicios de calentamiento para preparar mi cuerpo. Estiramientos dinámicos que activan mis músculos y me ayudan a evitar lesiones. Siento el estiramiento en mis piernas y brazos, permitiendo que la energía fluya libremente a través de mí.
Luego paso a los ejercicios de agilidad. Coloco conos en el suelo, creando un camino sinuoso que debo recorrer a toda velocidad. Mis piernas se mueven con precisión, esquivando cada cono con agilidad y rapidez. Mi objetivo es reducir al mínimo el tiempo que tardo en completar el circuito, buscando superar mis propios récords personales.
Continúo con ejercicios de coordinación mano-ojo. Con una pelota en mano, la reboto contra la pared y la atrapo repetidamente, aumentando gradualmente la velocidad y la dificultad. Mis ojos siguen cada movimiento de la pelota con intensidad, mientras mis manos se mueven en perfecta sincronización para atraparla sin fallar, intercambiando de mano en cada turno.
Para desafiar aún más mis reflejos, implemento una técnica que aprendí de un viejo maestro de artes marciales. Coloco varias luces intermitentes a diferentes alturas y posiciones en la sala de entrenamiento. Mi objetivo es golpear cada luz con mi mano antes de que se apague, obligándome a reaccionar de manera instantánea y precisa, saltando casi inmediatamente para golpear la luz.
El sonido de mis golpes resonando en la sala se mezcla con mi respiración agitada. Estoy inmerso en el entrenamiento, concentrado en cada movimiento, buscando la perfección en mi velocidad y reflejos. No me permito distraerme, dejando que el mundo exterior se desvanezca mientras me sumerjo por completo en el entrenamiento.
Conforme avanzo, mis movimientos se vuelven más fluidos y rápidos. Mi cuerpo se acostumbra al ritmo frenético, y siento que mis reflejos se agudizan. Cada vez más, soy capaz de anticipar los movimientos, reaccionando de forma instintiva y precisa.
El tiempo pasa sin que me dé cuenta, pero sigo entrenando sin descanso. Cada repetición, cada salto, cada golpe es un paso más hacia la mejora. A medida que avanzo, el cansancio se hace presente, pero no le permito que me detenga. Mi determinación es más fuerte que cualquier fatiga que pueda sentir.
Cuando finalmente termino mi entrenamiento, estoy empapado en sudor y mis músculos están fatigados. Me tomo un momento para recuperar el aliento y me encuentro satisfecho con mi esfuerzo. Sé que todavía tengo un largo camino por recorrer, pero cada día de entrenamiento me acerca más a mi objetivo de convertirme en el aventurero veloz y ágil que sé que puedo ser. Un aventurero insuperable… O al menos intentarlo.
Me retiro de la sala de entrenamiento con una sonrisa en mi rostro, sabiendo que estoy un paso más cerca de superar mis límites. Mis reflejos y velocidad mejorarán, y cuando llegue el momento de enfrentar nuevamente a los demonios, estaré preparado. Con determinación y constancia, me convertiré en el héroe que mi pasada derrota me negó ser.
El héroe que… mi hermanita merecía tener.
—Sandra…
Seré una persona capaz de proteger a los inocentes.
Una persona confiable.
Una persona… poderosa.
—La persona que más necesitábamos, lo seré, hermanita.
Lo prometo.
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