Humanos Contra Demonios.- ¿Soy realmente un chico perfecto? No lo creo - 011
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CAPÍTULO 11- Regreso a Soular.
Una guerra.
Maldita sea, ¿cómo se detiene una guerra en menos de… un… día…?
Rose mencionó antes que posiblemente los soldados, guerreros o como se llamen aquí, son controlados por el Rey por medio de una droga. Eso significa que, si detengo al Rey, detengo la guerra.
Dudo bastante que los soldados quieran morir, así que, después de detener al Rey, hablaré con ellos y les explicaré lo que pienso hacer con las rocas y que no tiene sentido perder el tiempo peleando entre nosotros, ¡teniendo como enemigos a los demonios! ¡Ahhhhhhhh! ¡¿Por qué los humanos de este mundo son tan estúpidos?! ¡No pierdan el tiempo matándose entre ustedes y usen esas vidas para pelear contra los demonios!
No, no puedo culparlos, el Rey los controla con una droga. ¡El Rey es el único retrasado mental aquí!
Si no se rinde y sigue queriendo avanzar con la guerra… yo… lo mataré.
Una vida a cambio de miles de vidas inocentes. La vida de un idiota salvará miles de vidas.
Yo no soy juez ni verdugo, lo sé perfectamente, no tengo derecho de quitar una vida, pero lo haré, sin importarme que no sea lo correcto.
—Todo sea por salvar este mundo.
Mientras no se me vuelva costumbre, está bien.
En serio no quiero matar a un humano, pero lo haré si no me deja otra opción. Además, tengo la teoría de que los reyes están siendo controlados por algún demonio, después de todo, no creo que existan personas tan idiotas.
Más vale prevenir que lamentar… ¿Eh?
Mi teléfono está sonando.
Mientras vamos volando, recibo una llamada y contesto.
Es mi abuela… Supongo que ya se enteró de que su nieto se fue a la guerra.
… Ah, en serio… Solo quiero unos días tranquilos… No he tenido ningún día bonito desde la muerte de mi abuela.
Lo más parecido a un día bonito fue cuando reviví a mi abuela, y lo arruiné matando a Sandro.
—¡¿Qué está pasando?!- Dijo mi abuela.
Por el tono de su voz, creo que está muy asustada y preocupada.
… Se siente bien que alguien se preocupe tanto por mí.
Pero está asustada, seguramente escuchó sobre la guerra y eso le trajo malos recuerdos, pues sus padres murieron por culpa de la guerra y tiene miedo de que me pase lo mismo.
—Abuela, no puedo hablar, por favor, no me hablen ahora. Estoy a punto de pelear con tres reinos.
—¡¿Qué?!
—Luego te cuento. Por favor, sé que es grosero, pero estoy ocupado, no puedo distraerme.
—E-está bien… Ten cuidado, por favor, Dani.
—Lo tendré… Estaré bien, no te preocupes… Supongo.
—¡¿Supones?!
Cuelgo y guardo mi teléfono.
—Tendré mucho cuidado…
Pero, abuela, hoy volveré a matar a un humano… Lo volveré a hacer.
Lo correcto sería capturar a los reyes y enviarlos a un calabozo o prisión, pero no me arriesgaré a que sean demonios y que con el tiempo se vuelvan poderosos.
No puedo cometer errores. No puedo bajar la guardia. Un error y todos los mundos desaparecerán por culpa de mi estupidez.
Sacrificar mi humanidad es la mejor decisión.
Matar y evitar cualquier riesgo. Una decisión muy cruel e inhumana, pero… no me importa. Lo hago por el bien de los mundos alternos.
Quiero seguir siendo una persona buena, pero debo hacerlo.
Matar a los reyes y altos mandos de los gobiernos, para reemplazarlos por personas confiables y detener la guerra de una vez por todas.
Debo hacerlo… Y lo haré.
•
•
Los encontré.
Después de volar por varios minutos, vemos a un gran ejército. Son miles de aventureros. Calcularía que son más de 100,000 aventureros, tal vez muchísimos más, y sospecho que hay más repartidos en otras ubicaciones.
… Bueno, les digo aventureros, pero lo más probable es que sean ciudadanos que fueron obligados a pelear.
—¡¿Todos ellos nos atacarán?!
Saco mi teléfono y tomo una foto.
Es la primera vez que veo a tantas personas juntas. Parecen pequeñas hormigas desde esta altura.
—Wow, son muchísimos. ¡Idiotas, guarden este ejército para pelear contra los…! ¡Uwaaaah!
¡¿Ella me golpeó con su cola?!
—¡Cuidado!
¿Eh?
Una bola de fuego pasó entre nosotros. ¡Me salvaste la vida! ¡Gracias por golpearme con tu cola!
¡Daniel, idiota, tanto tiempo reflexionando sobre no bajar la guardia ni cometer errores, y estuviste a punto de morir por distraerte! ¡Estás en el campo de batalla, no bajes la guardia!
—G-gracias, señorita.
—Prepárate.
D-dos dragones se dirigen hacia nosotros. ¡Dos dragones se dirigen hacia nosotros!
¡Genial!
—¡¿También tienen dragones?!
Les tomo una foto.
—¡Increíble, este ejército es muy fuerte!
—¡Idiota, concéntrate!
¡Ahhhhhhhh! ¡Daniel, idiota, presta atención al campo de batalla!
Nos lanzan bolas de fuego. Las bolas salen por su boca, como los típicos dragones de las historias de fantasía.
—¡Huye!- Dijo Louise.
Señorita, sé que al principio le di una muy mala impresión, pero es hora de mostrarle mi potencial y poder.
Esquivo las esferas de fuego rápidamente, descendiendo y ascendiendo a una gran velocidad.
¡Hahahahahaha! ¡Son muy…! No, Daniel, no te distraigas.
Ah, cierto, no vine a divertirme, vine a trabajar.
—¡Espada Dex!
Tomo la espada con mi mano derecha.
—¡Muslar asio!
Tomo la espada con mis dos manos y con más fuerza.
Probablemente los dragones sean monstruos de rango S. No debo tomarlos a la ligera.
Se acercaron a mí e intentaron atacarme con sus garras, pero me alejé a tiempo y comencé a escapar volando, mientras me siguen.
Debo pelear.
Es hora de usar lo que llevo planeando usar desde que lo usé por primera vez.
—¡Louise, yo me encargo!
Cuando me convertí en ángel, me sentí más ligero y fuerte… Debo intentarlo.
Después de todo, ¡seguramente los ángeles son más poderosos que los humanos!
—¡Ángel conver!
Me transformo en un ángel. ¡Sí!
¡Ser un ángel me da un cuerpo más resistente y veloz, y combinado con el hechizo «Muslar asio», soy capaz de esquivar cualquier ataque!
—¡Siento como si me volviera más fuerte!
Me detuve de repente, me dirijo hacia los dragones e intento atacarlos.
Por favor, perdónenme, pero no me dejaron otra opción.
—¡Lo siento!
Le corto el cuello a uno de ellos y uno de los dragones cae. Ay, me siento horrible por hacerle eso, pero prometo revivirte cuando todo esto termine. Seguramente eras un dragón entrenado, solo seguías ordenes. ¡Te voy a revivir…! Espero que funcione en dragones. ¡Ahhhhhhhh! ¡Los dragones tienen forma humana, maté a una persona!
El otro dragón se alejó de mí por precaución.
—¡De verdad, lo siento!
Me duele hacer eso, pero debo proteger la seguridad de las personas.
—¡Cuidado!
¿Eh? ¡Uwaaaah! ¡Una flecha pasó al lado de mí!
L-los aventureros nos lanzan flechas desde la tierra. ¡¿Pueden llegar hasta esta altura?! ¡Genial!
¡Ahhhhhhhh! ¡Daniel, no te distraigas, más flechas se dirigen hacia ti!
—¡Viens Flam!
Un gran viento forma una barrera frente a mí y las flechas son destruidas cuando tocan el viento.
Uffffff. Eso estuvo cerca. ¡Uwaaaah! ¡El dragón se dirige hacia mí y más flechas también! ¡Vamos, Daniel, piensa…! ¡Lo tengo!
—¡Cierra los ojos!
Louise cierra los ojos, cierro los ojos y levanto la mano derecha.
—¡Cel Luz sar!
Una gran luz sale de mi mano y dejo ciego al dragón (o eso espero).
Abro los ojos. ¡Sí, se detuvo y se alejó de mí! ¡Funcionó!
—¡Lo siento!
Me dirijo hacia él, lo alcanzo en menos de 3 segundos, le corto el cuello y el dragón cae.
—De verdad, lo siento.
—Vaya. Ser capaz de cortar con tanta facilidad a un dragón. ¿Quién eres en realidad? Nunca había visto a alguien con tu poder.
—Después hablamos. ¡Terminemos con esto!
Bajo y aterrizo frente al ejército.
Solo un idiota haría esto, pero si me atacan, puedo escapar fácilmente.
—¡¡Quiero hablar con su líder!!
Los aventureros se dirigen hacia mí corriendo… Ah, no me dejan otra opción. Yo quiero dialogar como las personas civilizadas que somos y ustedes solo piensan en pelear.
Definitivamente están drogados… ¡Uwaaaah!
Destruí rápidamente las flechas y lanzas que me lanzaron con mi espada. ¡Debo escapar!
—¡Gres Fer me!
Los cinco Zoriens salen del suelo.
—¡Ataquen, pero no los maten! ¡Y si los matan por accidente, no lastimen sus rostros!
Después de todo, ellos fueron obligados a pelear.
… Supongo.
Prefiero evitar matar inocentes.
Muevo las alas y me alejo volando.
—¡Mierda!
Ya confirmé que realmente están drogados y no planean rendirse. Es hora de ir por el jefe de estos idiotas. El idiota más idiota.
Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.
—¡Vista zelpo!
El hechizo de «vista zelpo» te permite encontrar personas. Solo debes concentrarte en lo que quieres encontrar y te marcará en un mapa el lugar en donde está lo que buscas. Es un hechizo tipo demonio, luz y tierra, solo debes imaginar a la persona que quieras encontrar.
—¡Funcionó!
Se marca con un punto rojo… ¿el castillo del Rey Freis? Tsk. Maldito cobarde.
—¡Él solo envió a pelear a las personas y no participa! ¡Cobarde de mierda!
Veo que los cinco Zoriens siguen peleando.
—¡¡Sigan así!!
Me dirijo a Louise.
—¡Iré al reino del Rey Freis y lo convenceré de detener esta batalla!
Lo convenceré con diálogo y violencia justificada.
—¡Yo iré al castillo e informaré la situación!
—¡Está bien!
Me voy volando de ahí.
Maldito cobarde… Ah, la guerra me trae malos recuerdos.
La tercera guerra mundial provocó la muerte de un tercio de la población… Tal vez más.
No quiero una guerra.
•
•
(Pov- Sandro.)
¡Que no estoy borracho, la falta de sangre me mareó, lo juro!
Sí, sí, será una buena excusa después de vomitar encima del Rey.
Ir con el Rey, vomitar encima de él y después… Después…
—¿Después qué?
Ah… Bueno…
Oigan, ¿qué hago borracho, corriendo hacia el castillo del Rey? No recuerdo haber bebido.
Ah, cierto, cierto, la falta de sangre me mareó.
Puaj, tengo vomito en mi ropa. Creo que me excedí esta vez… ¡Uwaaaah!
Caí al suelo. Ouch, me duele más la dignidad dañada que el cuerpo.
Me quité la ropa. ¡Sí, me siento más cómodo en ropa interior! ¡Adiós, ropa sucia, hola, libertad!
La, la, la, la… ¿Y qué haré en el castillo? Creo que… ¿golpear al Rey por metiche y meterle cosas por el culo? Nah, que asco, no quiero verle el culo a ese gordo.
Tal vez simplemente lo golpeé y lo obligue a bailar en el pueblo.
¡Todo sea para castigarlo por ser una vieja metiche! ¡Hahahahahaha!
¡Uwaaaah! Todo a mi alrededor me da vueltas.
Ay… ¿Eh?
¡Wow, es una Súcubo! ¡Los rumores eran ciertos, por aquí se aparecen Súcubos! ¡Creí que eran simples leyendas para asustar a los borrachos!
Las mujeres que se alimentan de la energía vital de los humanos por medio del sexo. ¡Una gran manera de morir!
Pero, lo siento, nena, no podrás devorarte a mi gran miembro esta noche, no quiero morir todavía. ¡Le prometí a mi hermanita que sería el aventurero más poderoso del mundo y todavía no lo soy!
Wow. ¡Que gran trasero tienes, nena!
¡Nooooooo! ¡Sandro, no, no te dejes engañar! ¡Ve por ella y destruye su alma, no la dejes libre o matará a más hombres con sus increíbles sentones!
Fufu. Tal vez… ¡Daniel, ella es un monstruo, así que puedo acariciarle el trasero! Y darle uno que otro besito.
¡Vamos, Sandro, ven por ella! ¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Salta!
•
•
—Tsk. Rey de mierda. ¿En serio ese tal Daniel vendrá a verlo?
Una mujer demonio, usando solamente ropa interior, cruzó los brazos, esperando impaciente la llegada de Daniel. Estaba parada sobre la muralla que rodeaba el castillo.
Una mujer Súcubo de verdad, la demonio de la lujuria.
Sus grandes atributos eran hipnotizantes a la vista, pues lo que hacen poderosas a las Súcubos, son su poder de seducción.
Ella tiene planeado capturar a Daniel usando su poder de seducción y enamorarlo, para obligarlo a unirse a los demonios.
Pero, lamentablemente para ella, cierta persona interfirió con sus planes.
—Tsk. Puta madre. Esto está tardando más de lo que creí. Espero que la espera valga la pena y que ese tal Daniel sea tan guapo como escuché. Necesitaré de su energía sexual para… ¿Eh?
—Wow, es tan suave. Muaj, muaj.
—¿Qué?
Sandro estaba acariciando su trasero con su cara, mientras le daba besos a sus nalgas, llenando de confusión a la Súcubo, pero también de miedo.
¿Por qué? Por no haber sentido su presencia.
—N-ninguno de mis familiares lo detectó. ¿P-por qué?- Pensó la Súcubo.
—¡Wow, nunca había tocado un trasero tan suave! ¡Definitivamente eres una Súcubo, las Diosas del sexo y del placer!
—Un chico guapo… ¿E-eres Daniel?
—¡Hmmmmh!
Sandro hizo un puchero y cruzó los brazos, indignado.
—¡Yo soy el gran Sandro! ¡Aprende mi nombre, bebé, que algún día seré el aventurero más importante del mundo!
—¿Sandro…? Tsk. Vete de aquí, no molestes.
Ella intentó patearlo, pero Sandro esquivó su patada y se alejó de ella.
—¡Uwaaaah!
Pero perdió el equilibrio y cayó… de la muralla.
—… ¿Realmente es el aventurero más poderoso de este país?
—¡Wow, eso dolió!
De un salto, Sandro volvió a subir a la muralla y le sonrió a la Súcubo.
—¡Oye, oye, oye! ¡¿Cuánto tiempo de vida me quitas con una mamada?!
—Tsk. Vete de aquí, borracho, me das asco.
—¡Oye, no estoy borracho, solo estoy mareado y posiblemente esté alucinando! ¡Oh, es cierto, posiblemente seas producto de mi imaginación! Ay, no quiero pasar vergüenza y tener sexo con el aire. ¿Qué dirían mis fans si me descubren? ¡Lo siento, nena, pero no te follaré! Pero te doy permiso de masturbarte pensando en mí.
—Ah, puta madre, ¿por qué me pasa esto a mí? Muere, asqueroso borracho.
Rodeó su puño con fuego negro e intentó golpearlo en la cara, para matarlo. Y sí, ese puñetazo tenía el poder más que suficiente para destruirle la cabeza, pero…
—¡Wow, que agresiva, hermosa!- Dijo Sandro, después de hacer su cabeza a un lado y esquivar el puñetazo.
Sandro le guiñó un ojo y levantó su puño.
—Es mi turno, nalgona.
—¿Eh?
El puño de Sandro impacto de lleno en la cara de la Súcubo, rompiéndole varios dientes y sacándola volando lejos del castillo.
La Súcubo simplemente no podía creer que un borracho como ese chico, pudiera causarle tanto daño.
Creyó que Sandro sería un aventurero débil por verlo en un estado parecido a estar borracho, pero no por nada Sandro es conocido como el aventurero más poderoso del país (al menos antes de la llegada de Daniel).
—C-cabrón de…
—¡Hola, nena!- Dijo Sandro, con una gran sonrisa en su rostro.
—¿Eh?
Sandro, de un salto, la alcanzó mientras su cuerpo descendía al suelo.
Él levantó nuevamente su puño, mientras la Súcubo comenzaba a temblar, llena de miedo.
—¡Esto apenas comienza!
Y volvió a golpearla en la cara, logrando impactar su cabeza fuertemente contra el suelo.
Sandro también cayó al suelo y dio muchas vueltas, hasta detenerse al chocar con un árbol.
—Ay, ay, ay. ¡Mi cuerpo sigue muy adolorido! ¡Tengo sueño!
—¡Ahhhhhhhh!
La Súcubo se levantó rápidamente y llena de rabia.
—¡¡Estás muerto!!
—Nop, estoy vivo. ¡¿No me ves, nalgona?! Lo sé, lo sé, mi belleza te dejó ciega. Me lo dicen a menudo.
—¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡Entonces muérete!!
Volvió a intentar golpearlo, pero solo logró que su puño impacte con el árbol y lo parta a la mitad, pues Sandro lo esquivó nuevamente.
—Pero quiero seguir vivo, no me quiero morir.
—¡¡Ahhhhhhhh!!
Repetidas veces, ella intentó golpearlo, pero Sandro esquiva sus ataques con tanta facilidad, que hasta se da tiempo de cerrar los ojos y bostezar.
—Ah, tengo sueño. Oye, alucinación, ¿cuándo terminará todo esto? Me quiero masturbar antes de dormir. ¿O tengo la energía suficiente para ir a un burdel?
—¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡Deja de moverte!!
—Wow, que suaves.- Dijo Sandro, tocando los pechos de la Súcubo con sus dedos, mientras sigue esquivando sus puñetazos y patadas.
Le acarició los pezones y sonrió.
—Fufu. Están duros.
—¡¡Deja de perder el tiempo y pelea…!! ¡Uwaaaah!
—¡Con mucho gusto, alucinación!- Dijo Sandro, después de golpearla de nuevo en la cara con un contraataque.
—¡¡Puta madre!!
El resultado era el mismo, ella lo atacaba, pero Sandro esquiva el ataque y usa un contraataque.
Y así repetidas veces por una hora, hasta que la demonio se quedó sin energía y cayó de rodillas ante Sandro.
Todo el lugar a su alrededor quedó destruido por su pelea y muchísimos aventureros vinieron a ver la pelea. Ellos inicialmente querían ayudar a Sandro, pero al ver que no era necesario, se quedaron simplemente para ver y festejar.
La demonio realmente lo intentó derrotar con todos los ataques que podía realizar, pero las Súcubos principalmente usan su encanto para seducir a sus enemigos, no usan la fuerza física ni ataques mágicos, por eso perdió. Simplemente tuvo la mala suerte de que Sandro estuviera tan mareado y cansado, que su encanto no funcionaba en él.
—¡Gané, gané! ¿Ya me puedo ir a dormir?
—¿Por qué…? ¡¡¿Por qué mi habilidad [Encanto] no funciona contigo?!!
—Oye, oye, oye. ¿Por qué me reclamas a mí? Tú eres la alucinación, no yo. Bueno… Ah… ¿Me puedo ir a dormir ya?
—¿Eh…? C-claro, pero… ¿M-me dejas ir?
—Gracias.
Sandro se acostó en el suelo e inmediatamente se quedó dormido.
—¡O-oye, oye, me dejas ir viva, ¿verdad?!
Los aventureros la rodearon y levantaron sus espadas.
—No lo creo.
—M-mierda.
•
•
(Pov- Daniel.)
Una hora después, llegué a mi destino.
Llego al castillo del Rey Freis y entro a la fuerza al salón principal.
Tsk. Me estaba esperando.
—¡¡Rey!!
Veo al Rey sentado en su trono y los guardias se dirigen a mí.
—¡¿Eh?! ¡M-maldita sea, ¿qué haces aquí?! ¡Largo!
¿Eh? ¿No esperaba que llegara hasta aquí? ¿Me preparó una trampa o qué? Sea lo que sea, falló.
Toco el suelo.
—¡Crea!
Convierto el suelo en hielo y los guardias se resbalan. Me acerco al Rey volando con mis alas.
Los demás guardias se asustan al ver mis alas y se arrodillan… ¿Están rezando? No soy un Dios.
—Y yo creí que eras un demonio.- Dijo, con una larga sonrisa nerviosa.
—¡Debes detener esta pelea, muchas personas morirán!
—Te daré dos opciones: salva a los semihumanos o salva el reino del Rey Finder.
Eres asqueroso. ¿En serio crees que tienes el poder para darme opciones a mí? ¡Yo soy el que tiene poder aquí!
—¡Salvaré a los dos!
El Rey Freis empieza a reír.
—¡Los semihumanos no son como nosotros, no nos afectará que ellos mueran!
—¡No me importa, tienes que detener la pelea!
—¡No lo haré! ¡Prefiero morir a tener que dejar vivos por más tiempo a esos monstruos!
Pongo la punta de mi espada en su cuello.
—¡Detén la puta pelea!
—¡No lo haré!
—¡Por favor, detente, padre!
Esa voz…
Somos interrumpidos por la voz de la princesa.
—¡Padre!
Veo que la princesa nos está viendo… Lo siento, niña, pero no cambiaré de opinión. Haré lo que sea necesario para detenerlo.
—¡Para con esto, padre!
—¡No te metas, Kate!
—¡Por favor, no hagas esto!
—¡No me importa lo que digas, vete!
Veo al Rey Freis con odio… Maldita sea, quiero golpearlo. ¡Tu hija, con sus ojos llenos de lágrimas, intenta detenerte y no muestras signos de querer hacerlo! ¡¿Tan poco te importa tu hija?! ¡Infeliz!
—¡La pelea contra los semihumanos es una tontería, nuestro enemigo son los demonios, debemos trabajar juntos, padre!
—¡No quiero trabajar con esos monstruos!
¡Ahhhhhhhh! ¡¿Por qué tanto odio sin sentido?! ¡Definitivamente los demonios le hicieron algo a este Rey!
Este idiota no entenderá con palabras. Lo convenceré con violencia y tortura.
—¡Maldita sea!
Tomo al Rey del brazo derecho y me lo llevo volando.
—¡Déjame ir!
—¡No lo haré!
Tus pequeños golpes no me duelen, así que hazlo, sigue golpeándome, solo perderás el tiempo.
Y, princesa, lo siento, mira por una última vez a tu padre, porque no lo volverás a ver.
•
•
Más de una hora después, llegué.
Llego al castillo del Rey Finder.
—¡¡Rey!!
Veo que unos guardias acompañan al Rey Finder. Están en la entrada del castillo. Me estaban esperando, ¿eh? Perfecto.
—¡Cuídame esto, iré por los demás!- Dije, después de dejar al Rey frente a ellos.
—¿Qué planeas hacer?
—¡Los convenceré de detener esto!
A la fuerza.
•
•
(Tres horas después.)
Después de secuestrar al Rey Dreisi y al Rey Ednoc, los llevamos a un pequeño cuarto de tortura. El Rey Finder está a mi lado, me ayudará a convencer a los reyes.
—¡Paren con esta tontería, nuestro verdadero enemigo son los demonios!- Dijo el Rey Finder.
—¡No nos importa!- Dicen los tres.
… La estupidez humana no tiene límites… Tanta razón que tiene esa frase.
Pero estoy seguro de que esto tiene que ver con los demonios.
Si los reyes insisten en seguir con la guerra, significa que fueron manipulados mentalmente por algún demonio.
Le advertiré sobre eso al Rey.
•
•
Pasé una hora tratando de convencerlos, pero es inútil, no puedo convencerlos. Definitivamente están siendo manipulados por los demonios. Estos ya no tienen salvación alguna.
… Monarquía… Sangre real… Debemos reemplazar a los reyes.
… Malditos idiotas. No me dejan otra opción.
—Rey, si ellos mueren, ¿quién tomaría el poder?
—La princesa Kate sería la reina, y como Ednoc y Dreisi no tienen hijos, mis hijos podrían tomar el poder porque son parte de la familia real.
… ¿No tienen hijos…? Oh, es cierto, los reyes son jóvenes todavía… Supongo que creyeron que todavía tenían una larga vida por delante.
—Vaya, vaya… Ya veo… ¡Espada Dex! ¡Muslar asio!
Tomo la espada con mis manos… Me obligaron a hacer esto.
—Última oportunidad. ¡Retiren a su ejército!
—¡No lo haremos!
—¡Prefiero morir!
—¡Nunca trabajaría junto con los semihumanos!
… Soy un asesino, pero esto lo hago por el bien de las personas.
A cambio de la vida de estos idiotas, conseguiré paz para las personas y evitaré muertes.
Otra persona simplemente los encerraría en una prisión o calabozo, pero… Quiero matarlos. No quiero vivir el típico cliché en donde un demonio que se alimenta del odio comience a controlarlos y maten personas inocentes.
—¡¡Idiotas!!
Sin duda alguna en mi movimiento, les corto la cabeza a los tres de un solo ataque de espada… Sé que soy un asesino, pero era lo mejor.
—Lo siento, si no los mataba, miles de inocentes hubieran muerto.
Tomo las cabezas de los reyes… Ah, qué asco.
—¡Ahora regreso!
Al menos el Rey ya no podrá controlarlos. El ejército es libre. Espero que me escuchen.
… El Rey me estaba esperando en la sala principal y se asustó al verme. Me estaba esperando, pero no al mismo tiempo.
¿Qué tenía planeado exactamente? No quiso responderme, así que me quedaré con esa duda.
•
•
Unos minutos después, llegué.
Los cinco Zoriens ya no estaban y el ejército sigue avanzando. Estoy en mi forma como ángel, por si quieren pelear.
—¡¡Idiotas!!- Grité, lo más fuerte que pude.
Aterrizo en frente del ejército y les enseño las cabezas de sus reyes.
—¡¡Escuchen, por favor!! ¡¡Les dije que se detengan, «pendejos»!! ¡¡¿Quieren morir también?!!
El ejército se detiene y parece que no me atacarán.
—¡¡Nuestro enemigo son los demonios, debemos hacer equipo con los semihumanos para derrotarlos!! ¡¡Ya nadie es controlado por el Rey, así que ahora todos son libres y espero que escojan lo que es correcto!! ¡¡Los humanos y semihumanos deben volver a ser aliados y dejar de lado el odio sin sentido!!
Veo que la mayoría se queja de lo que digo. Malditos idiotas, los semihumanos son como nosotros, no somos tan diferentes… Admito que los semihumanos con cuerpo de animal y cabeza humana son raros de ver, pero no son malos.
—¡¡Los semihumanos son como nosotros, debemos trabajar juntos para detener esta pelea!!
El ejército sigue quejándose… ¡¿De verdad son tan estúpidos?!
—¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡¿En serio son tan idiotas?!! ¡¡¿Realmente quieren ser los esclavos sexuales de los demonios y dejar que les llenen el culo de leche?!! ¡¡Si seguimos peleando con los semihumanos, los demonios nos matarán fácilmente!! ¡¡Piensen en sus familias!! ¡¡Si siguen pensando de esa estúpida manera, todos moriremos!! ¡¡Niños, mujeres y ancianos!! ¡¡Todos moriremos si siguen pensando de esa estúpida manera!! ¡¡Nuestro único enemigo son los demonios!! ¡¡Dejen de ser idiotas y piensen mejor la situación!! ¡¡Ahhhhhhhh!! ¡¡¿Por qué los humanos de este mundo son tan estúpidos?!! ¡¡Ya me tienen harto, «a la verga»!! ¡¡Los humanos y semihumanos serán aliados de nuevo!! ¡¡¿Por qué?!! ¡¡Porque yo lo digo!! ¡¡Y cualquiera que discrimine a los semihumanos, conocerá mi furia!!
Veo que poco a poco los estoy convenciendo… Supongo que no quieren morir, aunque creo que mi amenaza los asustó.
—¡¡Regresen a sus putos hogares, no habrá pelea!! ¡¡Y váyanse acostumbrando a los semihumanos, porque serán nuestros aliados en la batalla contra los demonios, les guste o no!!
Veo que todos se dan la vuelta y se retiran… Vaya, vaya, eso fue un poco fácil… Supongo que ahora que sus reyes están muertos, ya no deben seguir. Además, me tienen miedo.
Sí, definitivamente dar miedo me beneficiará bastante.
—Fue más fácil de lo que pensaba.
Me voy volando del lugar.
—La princesa merece despedirse de su padre.
Le quité el padre a una pequeña niña… Lo siento, pero era necesario.
Lo siento.
•
•
Una hora después, llegué.
Llego al castillo y veo a la princesa, llorando en el trono.
… Yo… realmente lo siento, niña, pero tu padre ya no tenía salvación, los demonios le lavaron el cerebro o algo así, no tuve otra opción.
—Mataste a mi padre, ¿verdad?
Por favor, no me odies.
—Lo siento, tu padre era una amenaza, él prefería seguir odiando a los semihumanos y morir, que trabajar con ellos y derrotar a los demonios. Posiblemente los demonios lo manipularon o le lavaron el cerebro, así que ya no tenía arreglo, lo siento.
—Lo supuse… Era un mal padre, pero, de todas maneras, era mi padre.
—¿Quieres despedirte de él?
—No… No quiero.
—Está bien, Reina.
—¿Reina?
—Tú serás la nueva Reina… Aunque eres muy joven, ¿cuál es tu edad?
—Tengo 12 años.
—La edad perfecta para saber qué es lo correcto. Convence a tu reino de trabajar junto con los semihumanos. Debemos dejar atrás este odio. Ah, en serio necesitamos a los semihumanos, los demonios son más poderosos de lo que creí.
—Sí, lo haré, te lo prometo. Y sí, creo que mi padre estaba aliado con los demonios, Sandro derrotó a un demonio que estaba en la muralla del castillo, me acaban de informar de eso.
—Vaya, vaya.
Sandro, realmente eres poderoso… Ah, después me disculpo contigo, no tengo tiempo, debo regresar con mi abuela… No… La princesa se ve muy triste. Me necesita.
Mis alas desaparecieron y vuelvo a mi forma normal.
Me acerqué a ella y me senté a su lado.
—Hablemos… Deja salir todo.
Ella se está controlando para no llorar más.
Comprendo bastante bien lo que sientes, princesa. Créeme, lo comprendo muy bien.
—Guardar lo que sientes solo te hará sentir peor… Cuando mi abuela murió, me sentí igual que tú… Había perdido a la única persona que amaba y mi único familiar… Estaba solo… Conozco el dolor que sientes…
Le acaricié la cabeza y comenzó a llorar más.
—Deja de guardarte eso y sácalo.
—¡Waaah!
Ella me abrazó y sus lágrimas ensuciaban mi pecho, haciéndome sentir muy culpable, pero me sigo sin arrepentir de lo que hice.
Es por el bien de este y los demás mundos… Lo siento.
—¡Padre!
La vida puede ser difícil, pero debemos luchar para seguir adelante.
Ese es el sentido de la vida… Luchar para seguir adelante y disfrutar de la vida.
El dolor nos hará más fuertes… O eso me han dicho.
—Estoy aquí para ti.
•
•
Pasé una hora hablando con ella… Escuchando sus quejas… Sus ideas para mejorar el reino… Ayudándola emocionalmente.
… Creo que ahora ya se siente mejor.
Yo cometí el estúpido error de fingir estar bien para que las personas no sientan lástima para mí y eso me llevó a intentar suicidarme.
No permitiré que le suceda lo mismo a ella.
—Y después deben conectar esas tuberías a este lugar.
Si quiero que ella cumpla con sus objetivos, la ayudaré.
Le enseñé los planos para construir baños, sistema de drenaje, etcétera… Realmente espero que ella esté mejor.
Princesa y ahora reina, te ayudaré a construir un mejor reino para las personas.
•
•
Ya le enseñé suficiente por hoy, tiene sueño, la dejaré descansar.
—Debo irme… Cuídate mucho… La vida puede ser difícil, pero debemos seguir adelante y no rendirnos… No cometas el mismo error que yo.
—Gracias, nos vemos luego.
Realmente espero que ya esté mejor.
—¡Arches Nexus!
Me voy volando de ahí.
El camino que le espera será difícil de recorrer, pero ella es una buena chica… Estoy seguro de que hará bien las… cosas.
—¿Eh?
Al salir del castillo, veo algo bastante asqueroso.
Aterrizo para verlo mejor.
La cabeza decapitada de Cristal… La cabeza está en la muralla, y dibujaron flechas gigantes para que la vea.
—¿Los demonios hicieron esto?
¿Por qué…? Vaya, vaya.
Algo está en el suelo. ¿Una carta?
Es peligroso, pero…
—Muslar asio.
Si explota, me alejaré inmediatamente.
Con cuidado, abrí la carta… Nada pasó.
Letras en mi idioma, ¿eh? ¿La escribió mi madre?
Veamos… Dice solamente: «Solucionamos tu problema con los traidores por ti. Queremos ser tus amigos. Atentamente: los demonios».
—… ¿Qué?
Ah… No entiendo nada. Mejor hablo con Rose sobre esto.
•
•
Más de una hora después, llegué con el Rey.
Llego al castillo del Rey Finder y me dirijo caminando al Rey, que está en el salón principal, esperándome.
—Este asunto ya está arreglado.
—Muchas gracias, Daniel.
—Debemos hacer Rey y Reina a tus hijos de inmediato, yo iré a Soular.
—¿Irás de nuevo?
Es el momento perfecto para conseguir la ayuda del Rey.
—Sí, convenceré al Rey de trabajar juntos.
—¡Suerte!- Dijo el Rey, con una gran sonrisa, levantando su dedo pulgar.
Ahora que no hay más reyes que odien a los semihumanos, es el momento perfecto para conseguir una alianza con los semihumanos.
Los hijos del Rey no odian a los semihumanos, aprendieron a respetarlos porque su padre les enseñó que ellos son iguales a los humanos y no deben ser tratados como monstruos… Ese Rey me agrada.
•
•
Entro en la casa y no hay nadie.
—Supongo que también se estaban preparando para pelear.
Entro a mi habitación y tomo el libro que me dio Rose sobre la historia de los humanos y semihumanos.
—Lo necesitaré.
Me cambio de chaleco y de camisa.
—Las alas destruyen una parte de mi ropa. Creo que debo quitármela antes de transformarme.
Que desperdicio. Tendré que arreglarla o comprar más.
—¿Te irás de nuevo?
Esa voz…
Miro a mi izquierda y veo a Rose, que está volando al lado de mi ventana.
—Vaya, vaya. Hola.
Abro la ventana y Rose entra.
—Sí, me iré de nuevo.
—Tengo un regalo para ti.
Me da un libro.
—»La leyenda de los tres legendarios héroes». La mayoría de las personas lo consideran solo un cuento, creen que nunca pasó. Léelo y te darás cuenta de que lo que dice el libro es verdad.
—¿Un cuento?
—Sí, un cuento bastante popular, pero creo que está inspirado en hechos reales.
—No sé leer, pero conozco a alguien que puede leerlo por mí. Gracias.
Me enseña otro libro.
—»El libro de profecías de las hadas». Es un libro escrito por mis ancestros hace dos mil años. En una parte del libro dice: «Cuando los demonios aparezcan, tres aventureros legendarios aparecerán, uno en cada continente». Varias profecías del libro nunca se cumplieron, por eso creí que no importaba. Pero cuando vi que no pudiste usar los otros dos hechizos de espada, me di cuenta de que la profecía se cumplió. Tú estás en el continente dos, por eso puedes usar la espada Dex, el otro aventurero como tú, el que usa la espada Dax, debe estar en el continente uno, y el otro aventurero, el que puede usar la espada Dix, debe estar en el continente tres.
¿Otros dos como yo?
Dios, ¿tengo dos compañeros más? Que raro. ¿Por qué no me dijiste nada al respecto?
—Pero… Supongo que debo saber lo que dice este libro. Adiós. ¡Arches Nexus!
Salgo volando por la ventana.
… ¿Otras dos personas? ¿Vendrán de mi mundo o de otros mundos…? ¿Serán de este mundo…? Debo saber más al respecto.
—Dios nunca me dijo que era el único que trajo aquí, pero tampoco me dijo que trajo a alguien más aquí… ¿Pero también les dio un teléfono? ¿Por qué no pude llamarlos?
¿Eh?
Recibo una llamada y saco mi teléfono. Dios me está llamando.
—¿Dios?
Contesto, tal vez resuelva mi duda.
—No hables, escucha. A ti te di un teléfono, a los otros dos les di algo diferente. No te dije que había enviado a otros a ese mundo porque en ese momento no importaba. Puedes reunirte con ellos si quieres. Es lo último en lo que te ayudo. Adiós.
Cuelga… Supongo que tiene prisa.
—Bueno, al menos resolvió mi duda.
Abro la aplicación de mapa y veo los continentes… Son enormes, el más grande es el continente 1. Hay dos polos, igual que en mi mundo.
Vaya, vaya… El continente 3 parece una calavera, y el 2 parece el continente americano, pero más ancho y sin México.
—En este mundo solo hay tres continentes, pero son muy grandes, será difícil encontrar a los demás… Supongo que primero resuelvo el problema con los semihumanos.
Le llamo a mi abuela, para no preocuparla más de lo que ya está.
—¡Dani ¿estás bien?! Nos llamaron para pelear, pero nos dijeron que el problema ya se resolvió.
—Sí, tuve que resolver el problema… Escucha, me iré a Soular de nuevo, quiero que entrenes todos los días, diles eso también a las demás, por favor.
—¿Te irás?
—No te preocupes, estaré bien. Entrenen arduamente, yo haré lo mismo. Solo llámame en casos de emergencia, por favor.
—Claro, yo se los diré.
—Por cierto, me enteré de que hay otras dos personas como yo, enviados por Dios.
—¡¿Otros dos?!
—Sí, uno está en el continente 1, y el otro está en el continente 3.
—¿Irás a verlos?
—Tal vez, no lo sé… Adiós, abuela.
—Adiós, Dani, cuídate.
—Igualmente.
Cuelgo y guardo mi teléfono.
—Otros dos como yo… Creo que, si nos reunimos, nuestro trabajo será más fácil.
Solo espero que no sean personajes de relleno o inútiles.
Realmente necesito mucha ayuda.
•
•
(Tres horas después.)
(Soular.)
Llego a la casa que construí al lado del pueblo. Ay, tengo muchísimo sueño. Vamos, Dani, aguanta un poco más, pronto dormirás.
—Espero no molestarla.
Toco la puerta de la casa de Meibis… No responde.
…
…
…
Sigue sin responder.
—Supongo que está muy dormida.
Más tarde vendré a…
—¡¡¿Quién está ahí?!!
¡Uwaaaah! ¡Eso me asustó!
Estaba a punto de irme, pero Meibis gritó.
—¡¡¿Quién es?!!
—¡S-soy yo, Daniel!
—¡¡¿Daniel?!!
Meibis abre la puerta y me ve.
Al verme, una gran sonrisa apareció en su rostro. Que adorable.
—¡Volviste!
Me da un gran abrazo… Bueno, considerando que le ayudé mucho, supongo que me extrañó.
—Lo siento, ¿te desperté?
—No importa, pasa.
Entramos a su casa y enciende las velas.
—¿Por qué volviste?
—Bueno… Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, y vine aquí para convencer al Rey que colabore con nosotros para derrotar a los demonios. Digo, después de todo, evité una guerra, lo mínimo que merezco es una audiencia con el Rey.
—¡¿En serio?! ¡Increíble!
Saco mi teléfono y le muestro las fotos que tomé.
—Eran miles de humanos listos para atacar Soular, incluso tenían dragones.
—¡¿Cómo los derrotaste?!
—No es algo de presumir, pero… tuve que asesinar a los reyes para detener la pelea. Los nuevos reyes son amigos míos y no odian a los semihumanos, podríamos dejar atrás este odio que los semihumanos y los humanos tienen.
Saco de mi camisa el libro sobre los humanos y semihumanos.
—En este libro está escrito la verdadera razón del odio de los humanos y semihumanos. ¿Me lo podrías leer? No sé leer.
—Claro, no hay problema.
—En la primera página hay un resumen, lee eso, por favor.
Le doy el libro y Meibis empieza a leer.
—Hace milenios, los humanos y los semihumanos coexistían en armonía, compartiendo una tierra próspera y prometedora. Pero como ocurre con muchas historias, la paz llegó a su fin abruptamente, destrozando la frágil unión que alguna vez existió entre ambos grupos. Aquellos días idílicos quedaron atrás, reemplazados por una era de odio, crueldad y tristeza.
¿idílicos? No sé lo que sea, pero suena importante.
—Los semihumanos, cansados de ser marginados y mirados con desprecio por los humanos, se vieron obligados a soportar décadas de maltrato. Considerados extraños y diferentes, eran objeto de burlas, discriminación y violencia por parte de aquellos a quienes consideraban sus semejantes. Con el tiempo, la paciencia de los semihumanos se desvaneció y la semilla del resentimiento germinó en sus corazones heridos.
Entonces los humanos tienen la culpa. Ellos comenzaron con todo esto.
Ah… En serio, humanos de este mundo, son unos idiotas.
—Reunidos por su sufrimiento compartido, los semihumanos encontraron consuelo y fuerza en su comunidad. Vivir juntos se convirtió en una forma de protegerse y encontrar un propósito en medio de la oscuridad que los rodeaba. Sin embargo, sus intentos por encontrar seguridad y paz en su propia tierra no pasaron desapercibidos para los reyes humanos, quienes comenzaron a sospechar de las intenciones de los semihumanos.
Idiotas, los semihumanos solo querían vivir felices y sin miedo.
—El miedo y la paranoia se apoderaron de los líderes humanos, quienes ordenaron una vigilancia implacable sobre los semihumanos. La sombra de la sospecha se cernía sobre cada paso que daban, y su libertad se vio limitada por las cadenas invisibles de la desconfianza. La vida se convirtió en un constante recordatorio de su estatus inferior y sufragaron bajo el peso de la opresión.
Ah, ya nada me sorprende de los humanos.
—Fue entonces cuando un grupo de semihumanos, hartos de la crueldad que habían soportado durante tanto tiempo, decidieron rebelarse contra sus opresores. Desafiando el destino y empuñando sus armas, se organizaron en un intento desesperado por obtener justicia y cambiar el curso de la historia. La guerra estalló entre ambos grupos, y durante cinco largos años, el mundo se convirtió en un campo de batalla bañado en sangre y lágrimas.
¿Quién habrá ganado la guerra?
—La lucha fue cruel y sin piedad. Las historias de horror y sufrimiento se entrelazaban en cada página de ese oscuro capítulo de la historia. Las atrocidades cometidas por ambos lados dejaron cicatrices imborrables en el alma de los supervivientes. Ciudades fueron reducidas a escombros, familias fueron destrozadas y sueños fueron sepultados en un mar de dolor y desesperanza.
Ay… Ambos bandos hicieron cosas horribles.
—Finalmente, tras años de incesante derramamiento de sangre, los semihumanos, agotados y diezmados, se rindieron ante el poder abrumador de los humanos. Fue una rendición amarga, un símbolo de su derrota y el sombrío presagio de un futuro incierto. Los pocos semihumanos que lograron sobrevivir se vieron forzados a abandonar sus hogares, dejando atrás sus memorias y esperanzas destrozadas.
Al menos los humanos no los extinguieron.
—En su exilio, los semihumanos se adentraron en tierras desconocidas, donde establecieron su propio país. Sin embargo, la tierra que llamaron hogar estaba teñida de tristeza y amargura. Aunque habían logrado liberarse de las cadenas de la opresión, el recuerdo de la guerra y el dolor seguían persiguiéndolos como sombras inquebrantables.
Ah, sí, me imagino. Después de todo, perdieron a sus familias.
—El odio y la desconfianza se arraigaron en los corazones de ambos bandos, y las fronteras se levantaron para separarlos de manera irrevocable. Los humanos, recordando el sufrimiento infligido por los semihumanos, cerraron sus puertas a estos últimos, negándoles la entrada a su país. Del mismo modo, los semihumanos, llenos de resentimiento y dolor, prohibieron la presencia de los humanos en sus tierras, dejando una herida abierta que parecía no tener cura.
No me sorprende que me odiaran tanto sin conocerme.
—Así, la tristeza envolvió la historia de dos razas que alguna vez compartieron una promesa de paz y un futuro común. La crueldad y la amargura desgarraron los lazos que los unían, condenándolos a vivir separados en un mundo fracturado. Ese sería el resumen.
—Ahora todo tiene sentido.
—Mis padres me habían dicho que los humanos empezaron a matar a los semihumanos porque nos comenzaron a considerar monstruos asquerosos.
—Creo que este libro no miente… Por cierto, ¿por qué vivías en la calle? ¿Qué les pasó a tus padres?
—Fueron asesinados por unos ladrones hace un año. Cuando murieron, mis hermanos me sacaron de la casa y desde entonces vivía en la calle.
—Ay. Vaya, vaya… Lo siento.
—No te preocupes.
Los humanos tienen la culpa, por discriminar a los semihumanos, pero los semihumanos iniciaron la guerra.
… Sí, sigo neutral en este tema.
—Ya es muy tarde, creo que iré a dormir.
—Duerme bien.
—Igualmente.
Estoy a punto de salir y la volteo a ver… Hay una manera de hacer que los semihumanos confíen en mí… Lo pensé mientras volaba.
—Por cierto, realmente no soy un demonio.
Me quito el chaleco y la camisa.
Ella se sonrojó y se puso nerviosa. Ah, por favor, no pienses mal de mí, solo me quité la ropa para no romperla.
—¡E-espera, creo que primero debemos conocernos mejor!
… Me malinterpretó.
—¡Ángel conver!
Me convierto en un ángel.
¡Mira, mira, no soy un demonio, soy un ángel! ¡No me tengas miedo! ¡Soy de los buenos!
—Soy mitad demonio y mitad ángel.
Meibis se acerca a mí, sorprendida y llena de emoción.
—¡Increíble, eres el ángel Fransme!
¿Quién? Supongo que así llaman a los ángeles.
Mi transformación desaparece y me pongo la camisa y el chaleco.
—No sé a lo que te refieres, pero buenas noches.
Salgo de su casa y entro a la mía… Bueno, se la regalé a ella, pero creo que puedo usarla.
—Será un trabajo difícil.
Me acuesto en mi cama.
—¿Debo reunirme con los otros dos?
Ah… Un paso a la vez, Daniel. Un paso a la vez.
•
•
(Al día siguiente, 8:34 de la mañana.)
~Toc, toc, toc~
Ay, que flojera. Quería dormir un poco más.
Tocan a mi puerta e intento levantarme de la cama.
Vamos, Daniel, sé que tienes mucho sueño, pero este país te necesita.
—¡¡Daniel!!
Sí, sí, ya voy, ya voy.
Me levanto y abro la puerta.
—Bueno días, Meibis.
—Iré a desayunar, ¿me acompañas?
—No creo que sea buena idea, en tu pueblo me odian y posiblemente intenten matarme.
—No te preocupes, si te conviertes en un ángel no te tendrán miedo. Lo último que haríamos sería lastimar a un ángel.
—Creo que tienes razón.
Debo intentarlo.
•
•
Unos minutos después, llegamos.
Llego al pueblo y los aventureros sacan sus espadas… Otra vez lo mismo.
Bla, bla, bla… Ah… No tengo la energía para intentar ser gracioso.
—¡Largo de aquí, demonio!
Sí, sí, demonio. Ah… Terminemos con esto.
Me quito el chaleco y la camisa.
—¡Ángel conver!
Me transformo en un ángel y los gritos de insultos se detuvieron.
—¡¡Soy mitad demonio y mitad ángel!!
Todos me observan sorprendidos, no pueden creer lo que ven… O eso supongo. Sus miradas son raras.
—¡P-pero los ángeles desaparecieron hace miles de años!
—¡Increíble!
—¡Es el ángel Fransme!
—¡Bajen sus armas!
—¿Ángel Fransme?- Pregunté confundido.
Todos bajan sus armas y mi transformación desaparece.
¿Existieron ángeles viviendo aquí? Interesante.
—¡Gracias!- Dije, sonriendo.
Me pongo la camisa y el chaleco.
Meibis y yo seguimos caminando y entramos al gremio.
—¡Largo de aquí, demonio!- Dijo la mesera, con un tono de asco.
—Maldita sea… ¡Soy mitad demonio y mitad ángel! ¡¿No escuchaste cuando grité como loco eso?!
—Oye, oye…
Esa voz… ¡Rocco!
Rocco nos ve y se acerca a nosotros.
—Vaya, Daniel, regresaste. Supongo que tienes tus motivos.
—Acabo de evitar una guerra entre humanos y semihumanos, ¿y así me agradecen?
—¿Evitar?
Nos sentamos en una mesa y le muestro las fotos.
—Ayer en la noche intentaron destruir el reino donde vivía para después venir a Soular y matar a los semihumanos. Lo evité asesinando a sus reyes y los nuevos reyes son amigos míos, ellos están dispuestos a colaborar con los semihumanos para pelear contra los demonios.
—Realmente eres increíble. Detener una guerra en un solo día… Vaya… Suena imposible.
—Pero lo hice. Por eso necesito hablar con el Rey, aunque no sé si me reciba.
—Debes ir al castillo del Rey y mostrarle lo que hiciste. Se encuentra en la Capital.
—¿Crees que me reciba?
—No lo sé, pero no pierdes nada intentándolo.
—Supongo que tienes razón.
—¡Mesera, traiga platos con comida!- Dijo Meibis.
Ir con el Rey sin invitación previa sería grosero y le daría la razón sobre que los humanos somos groseros y poco confiables, pero el tiempo se me agota, debo intentarlo.
—Está bien, Rocco… Iré.
•
Después de una deliciosa comida, salimos del gremio… Ir con el Rey tal vez sea lo mejor.
Ah… Tengo un mal presentimiento, pero no es de peligro, es más como de… incomodidad. Que raro.
—Iré al castillo del Rey, ahora vuelvo.
—Ten cuidado.- Dijo Meibis.
—Lo tendré.
Me quito el chaleco y la camisa. Tomo mi ropa con mi mano izquierda, para evitar que se ensucie en el suelo. Debo ir presentable con el Rey.
—¡Ángel conver!
Me transformo en ángel y me voy volando.
—Soy más lento volando así, pero el Rey confiará en mí si piensan que soy un ángel.
El rumor sobre un ángel provocará que los semihumanos confíen en mí. Miles de personas me verán volando… Debo ir volando como ángel.
Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.
Reviso el mapa… Está un poco lejos, tardaré un poco el llegar.
—Ah… Está un poco lejos… Creo que tardaré una hora.
Me pregunto cómo será la Capital.
•
•
(Dos horas después.)
Wow, la ciudad Capital es inmensa. ¡Y tienen enormes murallas rodeando la Capital! Tan diferente a los pueblos.
Después la visitaré como turista, estoy aquí por el Rey.
El castillo está en el centro de la Capital. ¡Vamos, Daniel, tú puedes!
Llego a la entrada del castillo. El castillo es enorme, muy enorme… Abarca el tamaño como de tres o cuatro pueblos enteros. Tanto espacio para el Rey… Ah, por favor, que no sea otro Rey grosero y presumido.
¡Por favor, destino, que sea un Rey amable, como el Rey Finder!
—Si que tardé.
Aterrizo en la entrada y veo a dos guardias, que cuidan una enorme puerta. ¡Que lindos, guardias leones! ¡Sus melenas son tan esponjosas!
—¡Hola, buenas días! Quiero hablar con su Rey, hay algo que quiero informarle.
Los guardias me ven asombrados y entran al castillo… Ni hola me dijeron… Supongo que ver a alguien con alas de ángel es algo demasiado interesante y sorprendente.
Bueno, esperaré aquí.
La, la, la… Oh, hola, pequeñín. Que lindo, un bebé me saludó. ¡Así deben de ser los humanos y semihumanos, amables y educados!
La, la, la… Ah, me quedé con hambre.
Oh, por fin. La puerta se abrió, después de 15 minutos.
Un guardia se dirige a mí.
—Sígueme, por favor.
Empiezo a seguir al guardia y entramos al castillo. Al entrar observo el salón principal, que es enorme, está adornado con flores, pinturas y una enorme escultura de un ángel. Con razón todos me respetan de esta manera, seguramente está relacionado con alguna leyenda.
Llego con el Rey. Está acompañado por una mujer y dos chicas jóvenes. El Rey es un hombre con cara de gato blanco, no tiene cabeza de gato, solo tiene cara de gato, algo raro, pero adorable. La mujer es una mujer con el cabello rojo y largo, con cola y orejas de gato. Las chicas son casi iguales, solo que una es más alta que la otra, tienen el cabello rosa y largo, con cola y orejas de gato. Ambas son muy planas, así que creo que tienen menos de 13 años, probablemente 12.
Puedo sentir en sus miradas emoción, sorpresa y… Ay, en las chicas siento otra cosa. Ah, por favor, que no sea lo que estoy pensando.
—¡Realmente eres un ángel, siempre soñé con ver uno!- Dijo el Rey, asombrado… Está realmente asombrado y emocionado, al igual que las chicas… Tal vez pueda usar eso para convencerlo.
—De hecho, para serle sincero, soy mitad ángel y mitad demonio.
—¿M-mitad demonio?
Mi transformación desaparece y me arrodillo.
No me gusta hacer esto, pero es necesario.
—Me llamo Daniel, soy un aventurero que tiene todos los tipos de magia. Mi madre es un demonio y mi abuela es un ángel. Vengo como representante del país Grenfor.
—Escuché de ti, me dijeron que derrotaste a un demonio de un solo ataque.
—De hecho, he derrotado a dos demonios de un solo ataque, Su Majestad.
—¿Qué quieres realmente, Daniel? Dudo bastante que vengas solo a socializar.
—Ayer por la noche, tres de los cuatro reyes del país se unieron para atacar a uno de los reinos que no apoyaba la pelea contra los semihumanos. Los reyes planeaban destruir el reino para luego atacar Soular. Yo lo evité asesinando a los reyes, y los nuevos reyes son amigos míos y quieren colaborar con su país para pelear contra los demonios.
—Ya veo, ya veo. ¿Quieres que nosotros, los semihumanos, colaboremos con los humanos?
—Sé que odian a los humanos, pero debemos dejar el odio a un lado para pelear contra los demonios. ¿Prefiere que sus súbditos mueran asesinados por los demonios? Su Majestad, si no nos unimos y formamos una alianza, los demonios ganarán la guerra. Dejemos el odio atrás e intentemos unirnos otra vez. ¡Con nuevas leyes y severos castigos, podríamos evitar la discriminación entre razas!
—¿Esto no tiene nada que ver con las rocas?
—No, pero si yo fuera usted, yo destruiría las rocas. Es muy peligroso tenerlas.
—Está bien, las vamos a destruir.
—¡Por favor, le suplico que las destruya, son muy…! ¿Eh?
Me quedo callado por unos segundos por la sorpresa que me causó esa respuesta… ¿T-tan fácil acepta? Vaya, vaya… Supongo que tengo suerte. ¿O estará bromeando? ¡No juegue con mis sentimientos, Rey!
—¿Q-qué dijo, Su Majestad?
—Que las vamos a destruir.
Hay un silencio incómodo por unos 5 segundos… ¡¿Tan fácil?!
—¿E-en serio?
—Si el ángel Fransme dice que debemos destruir las rocas, nosotros las vamos a destruir.
Otra vez me llamaron ángel Fransme… ¿Será una leyenda de este país?
Me levanto.
—Disculpe, ¿me podría decir quién es el ángel Fransme?
—Es nuestro Dios. Se dice que él tenía todos los tipos de magia y podía transformarse en un ángel.
¿Será un reencarnado del pasado?
—¿Su Dios?
—Se dice que él fue quien derrotó a los demonios hace miles de años.
Sí, posiblemente haya sido alguien como yo, enviado por Dios.
—¿Piensan que soy yo?
—¡Sí, tú debes ser su reencarnación!
Las chicas empiezan a gritar, están realmente emocionadas, muchísimo más que antes.
—¡¡Eres increíble!!
—¡¡Incluso eres muy guapo!!
—G-gracias.
Esto es muy conveniente.
Creo que tengo que seguirles la corriente.
Veo mis manos… Tengo que fingir sorpresa.
—¿P-por eso tengo todos los tipos de magia? ¡Increíble!
Lo siento por mentir, pero es necesario.
—Las rocas están escondidas aquí, acompáñame.
El Rey se acerca a mí y las princesas se reúnen con su madre.
Me voltean a ver y me sonríen, mientras hablan con su madre, que solo asiente.
¿D-de qué estarán hablando? M-mejor no pregunto.
…
…
…
Ah… Tantas escaleras. Este castillo sí que tiene protección.
Acompaño al Rey a un sótano altamente protegido y veo 5 rocas un poco grandes. Son del tamaño de un balón de baloncesto, pero… son tan normales. ¿En serio son rocas mágicas? Esperaba rocas más coloridas y brillantes.
—¿Son esas?
—Claro.
Bueno, a destruirlas, pero antes le preguntaré otra cosa.
—Disculpe, ¿el ángel Fransme es su único Dios?
—Es el Dios de los semihumanos, los humanos tienen otro Dios.
Eso explica muchas cosas. Mi influencia como la supuesta reencarnación del ángel Fransme no funcionará con los humanos. Ah, después pienso en eso.
—Vaya, vaya. Ya veo. ¡Muslar asio! ¡Espada Dex!
Tomo la espada con mi mano derecha y empiezo a golpear las rocas.
—Cariño, tenemos que hablar.
Oh, la Reina.
El Rey y la Reina salieron para hablar de algo. ¿De qué hablarán? Bueno, no debería importarme, ¡a seguir golpeando rocas!
Después de unos minutos de golpear pedazos de roca, terminé de destruirlas, hasta hacerlas polvo.
—Supongo que se acabó.
Mmm… Esperaba que pasara algo genial o misterioso, pero también es bueno que no pasara nada.
Según el Rey, las rocas ya no funcionan, así que ya terminé con este asunto.
Adiós para siempre, problema con rocas op.
Le extiendo mi mano derecha al Rey.
—Espero que dejemos el odio de los humanos y semihumanos atrás.
Nos saludamos de mano.
—Claro, haremos lo que sea por usted.
Es conveniente fingir que soy la reencarnación de su Dios.
Me duele mentir, pero es necesario.
Salimos del sótano.
Ah, quiero comer algo, pero no tengo dinero. ¿El Rey me invitará a comer? Espero que sí, tengo hambre.
—Por cierto, ¿me permites ofrecerte algo?
Espero que sea comida, volar me dio hambre.
—Claro.
Entramos al salón principal. ¿Aquí comeremos?
¿Eh?
Tomó mi brazo derecho y me lleva con sus hijas.
¿Eh? ¿Qué planea? ¿Tienen alguna enfermedad y cree que puedo curarlas? Lo siento, pero no puedo hacer eso, no sé hacerlo. Si las mato y revivo, ¿reviven sin enfermedades? Wow, nunca me puse a pensar en eso.
—Ella es Esmeralda y tiene 14 años, y ella es Charlotte y tiene 15 años.
Esmeralda es la alta y Charlotte es la pequeña.
¡Que adorables!
¿Se enojarán si toco sus orejas?
—Mucho gusto en conocerte, ángel Fransme.- Dijo Esmeralda.
—Es un placer conocerte, ángel Fransme.- Dijo Charlotte.
—Por favor, díganme Daniel, así me llamo.
El Rey me toca el hombro derecho.
—Escoge a una.
—¿Escoger? ¿Por qué? ¿Será la representante de los semihumanos?
—Para que te cases con ella.
…
…
…
Espera… ¡¿Casarme?! ¡No quiero casarme, no las conozco!
—¿C-casarme? ¡P-p-p-pero apenas las conozco!
—Tienes que casarte con una para demostrar nuestra amistad con los humanos.
… Es cierto… Si la princesa se casa con un humano, eso significaría que los humanos y semihumanos ahora son amigos… ¡Pero no quiero casarme! ¡Soy demasiado joven para eso!
—P-pero…
—Sería un honor ser tu esposa.- Dijo Esmeralda, con un tono tan dulce, que no puedo evitar mirar perplejo sus orejas de gato.
—Lo mismo digo.- Dijo Charlotte, con un tono más dulce.
Ah… ¡Uwaaaah! ¡Son muy adorables! ¡Lo adorable es mi debilidad! ¡Nooooooo!
L-las chicas se acercan demasiado a mí.
—Escógeme a mí.- Dijeron al mismo tiempo, tomándome de las manos.
—P-pero no puedo escoger…
—¿Quieres casarte con las dos? Está bien, no hay problema.- Dijo el Rey.
… ¿Qué?
—¡¿Con las dos?!
Las chicas me toman de los brazos y me abrazan.
¡Nooooooo! ¡No quiero casarme, soy muy joven para el matrimonio!
—No me molesta compartirte con mi hermana.- Dijo Esmeralda.
—A mí tampoco.- Dijo Charlotte.
Las chicas son muy planas, pero aun así, me sonroja sentir sus cuerpos en mis brazos.
No quiero casarme… pero lo haré.
Debo sacrificarme por los humanos… Debo sacrificar mi dignidad como hombre.
Si con esto aseguro la alianza de los humanos con los semihumanos, lo haré.
—¿E-está seguro?
—Sí, escoge, ¿o quieres casarte con las dos?
—¡Escógeme a mí!- Dijo Esmeralda.
—¡No, escógeme a mí!- Dijo Charlotte.
—¡Me escogerá a mí!
—¡No, a mí!
¡Uwaaaah!
Las chicas empiezan a pelear y las separo.
Para demostrar nuestra amistad con los semihumanos, debo casarme con una de sus hijas… Supongo que no tengo otra opción.
Me arrodillo ante el Rey.
—Está bien, para no decepcionar a sus hijas, me casaré con las dos.
Pero eso no significa que las trataré como esposas. Apenas las conozco, las trataré como amigas.
Solo acepto casarme con las dos para evitar futuras peleas sin sentido entre ellas.
Conociendo mi suerte, era lo más probable.
—¡Empezaremos con los preparativos de inmediato!
El Rey se aleja.
—¡¡Sí, nuestro Dios será parte de nuestra familia!!
¡No soy la reencarnación de ese Dios! Ay, ya me siento muy culpable por engañarlos.
El Rey se va y sus hijas me abrazan.
—¡Te haré muy feliz, Daniel!- Dijo Esmeralda.
—¡No, yo lo haré más feliz!- Dijo Charlotte.
—¡No, yo!
—¡Yo!
Las chicas empiezan a pelear y las separo.
—Esperen, les quiero decir algo. El matrimonio será solo para demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo. No tienen que actuar como mis esposas si no quieren. No quiero obligarlas a estar conmigo. No se preocupen, no las tocaré ni…
—¡Pero yo sí quiero ser tu esposa!- Dijo Esmeralda, interrumpiéndome.
—¡Yo también!- Dijo Charlotte.
Las dos chicas intentan besarme, pero sus cabezas chocan.
—¡Charlotte, yo lo besaré primero!
—¡No, Esmeralda, yo lo besaré primero!
Las dos chicas empiezan a pelear y las separo.
—Guarden ese beso para la boda, ¿está bien?
—¡¿Puedo darte un beso en la mejilla?!- Dijo Esmeralda.
—¡Yo también quiero darte un beso en la mejilla!- Dijo Charlotte.
—Está bien… Supongo.
Las dos me dan un beso en las mejillas al mismo tiempo.
Ah… Supongo que me casaré… Bueno, al menos cumpliré uno de mis sueños: casarme… Me casaré sin amor, pero… Ah, maldita sea.
—Lo siento, debo irme, regreso mañana.
—¡Te esperaré!- Dijo Esmeralda.
—¡Yo igual!- Dijo Charlotte.
—¡Ángel conver!
Me transformo en un ángel y volteo a verlas.
—Nos vemos luego.- Dije, mientras sonrío.
Las chicas se sonrojan y me voy volando.
Si me casaré, al menos intentaré enamorarme de alguna de ellas.
Ah… Eso espero
…
…
…
Ya me tranquilicé.
Ah, tacharé de mi lista de clichés, el cliché de casarse con una princesa que apenas conoces.
Estoy volando sobre un bosque y le llamo a Rose, que inmediatamente contesta.
—¿Daniel?
—Ya destruí las rocas, ya no serán un problema.
—¿Cómo las encontraste?
—Me confundieron con su Dios, el ángel Fransme, y me dijeron en dónde estaban.
—¿Entonces colaborarán con nosotros?
—Digamos que sí… Aunque tengo que casarme con las hijas del Rey.
—¡¿Te casarás?!
—El Rey me dijo que así íbamos a demostrar que los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.
—Pues… Siendo sincera, esa es una gran idea. Bien hecho, Daniel.
—Gracias… ¿Sabes algo del ángel Fransme?
—Es el Dios de los semihumanos, nosotros, los humanos, creemos en el Dios Jisas.
—Vivieron juntos miles de años, ¿pero tienen Dioses diferentes?
—Como te dije antes, la historia de Fransme y los otros dos héroes legendarios, nosotros la consideramos solo un cuento, no creemos que realmente hayan existido. ¿Ya leíste el cuento?
—Aún no. Adiós.
—Adiós.
Cuelgo y le llamo a mi abuela.
—Hola, Dani.
—Ya arreglé el asunto de las rocas y los humanos y semihumanos son amigos de nuevo.
—¡Felicidades, Dani!
… Ah, espero que no se enoje.
—Solo que hay un pequeño problema, me tengo que casar con las hijas del Rey para demostrar nuestra amistad.
—¡¿T-te casarás?!
—¡¡¿Qué?!!
Escucho los gritos de mis compañeras.
—¡¿Te casarás?!- Dijo Alex.
—¡¿Por qué?!- Dijo Rem.
—¡¿Cuándo?!- Dijo Sara.
—¡Luego les cuento! Espera, Dani… Ahora sí, ¡cuéntamelo todo!
—No sé cuándo me casaré, pero no te preocupes, no las trataré como esposas de verdad, solo me casaré para demostrar que los humanos y semihumanos somos amigos de nuevo.
—Ya entiendo. ¿Podremos ir?
—Claro, yo les aviso cuándo será la boda.
—Está bien.
Ah, no se enojó… Después de todo, ¡yo no quería casarme!
Pero lo haré… No las trataré como esposas hasta que alguna de ellas me enamore… O las dos… Últimamente ya poco me importa mi dignidad… Ah… Mierda.
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Pueblo Dome, Soular.
En un pequeño pueblo Semihumano, la tierra empieza a temblar.
—¡Terremoto!
—¡Corran!
El suelo se abre y cinco demonios salen del suelo.
—¡Somos libres de nuevo!
—¡Las rocas fueron destruidas!
—¡Estamos vivos otra vez!
—¡Tenemos que festejar!
—¡Los 5 demonios legendarios hemos sido liberados!
—¡Debemos ir con nuestro Rey de inmediato!
Los 5 demonios se van volando.
Daniel creyó que los demonios querían las rocas para aumentar el poder de los demonios, pero no, ellos querían destruir las rocas para liberar a los demonios legendarios… Sí, Daniel cometió un error fatal.
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