Especial de Halloween

Advertencia:
Gore descriptivo adelante

Hikaru, era un joven que sufría de albinismo y que volvía a su hogar luego de un largo día de ensayos con su banda mientras iba evitando a la gente que corría y reía por las calles pidiendo dulces en las diferentes casas decoradas de forma espeluznante

Con la guitarra al hombro, hablaba con su hermana por el celular cuando, al cruzar la calle, notó como alguien disfrazado de Michael Myers lo venía siguiendo. Como era de esperarse siendo Halloween en Japón, seguramente era un intento de broma de mal gusto en la que no estaba dispuesto a participar, así que huyó del lugar

Luego de unos desvíos terminó en un callejón en donde, quizá por instinto o por su ansiedad, volteó para encontrar al mismo Myers del que se escapó hace rato; con la misma máscara blanca mal cosida y manchada de verde al igual que su traje, era azul y rasgado en la rodilla con botas altas llenas de barro. Molesto y algo ansioso, sonrió incómodamente tratando de que le dejara en paz, estaba concentrado en llegar a tiempo a casa para ver a su hermana, y tal vez disfrazarse y salir por algún barrio decente que diera buenos dulces, para disfrutar del poco tiempo que tenían juntos como familia

Pero su plan de llegar al hogar se atrasaba conforme más se topaba con el extraño Myers, que no paraba de aparecerse sin importar en qué callejón se metiera para despistarlo, podía sentir aquella presencia acosadora más cerca, y el saber que lentamente lo guiaba hacia su casa mientras escapaba de él, hacía que su ansiedad lo dejara al borde del ataque mientras prácticamente corría hasta su hogar

Para él era simplemente ridículo que se encontrara en una escena de película slasher palomera de los 80s, fastidiado por completo sujetó con fuerza el objeto escondido debajo de la sudadera dispuesto a amenazar a quien sea que lo estuviera molestando y conseguir paz por fin, pero la persona no volvió a aparecer y las llamadas constantes de su hermana le recordaban que debía regresar a casa

‘‘Ya llegué’’ anunció entrando a casa para encontrar las luces apagadas, estando el lugar iluminado por velas que revelaban una maravillosa decoración, la mesa estaba elegantemente decorada, con la vajilla colocada con suma finura alrededor de los asientos esperando a que se revele la cena escondida bajo el cubreplatos, todo el hogar tenía sangre y órganos falsos por todas partes

‘‘¿Decoraste tú sola?’’ no hubo respuesta “¿Jomei? ¿Te estás vistiendo?” preguntó entrando en el cuarto de la chica

Al entrar, se encontró con un gran charco de lo que esperaba fuera sangre falsa que salpicaba la pared y el suelo; la habitación estaba de cabeza, el armario se había dejado abierto y la ropa estaba revuelta, las cosas de los muebles regadas por doquier. Era una escena que le traía recuerdos y esos recuerdos lo pusieron alerta

‘‘Jomei ¿¡Dónde estás!?’’

Ansioso entro en el cuarto de sus padres, esperando ver algo horrible, pero lo que encontró superó sus límites hasta hacerlo casi vomitar. En la habitación, encontró a su padre incrustado en la pared con los brazos y piernas extendidos haciendo una cruz hacia abajo, como si de San Pedro se tratara, el estómago estaba rajado a lo largo, su intestino atravesaba las cuencas vacías de los ojos como si fuera una cuerda, los brazos y piernas rajados con las venas colgando fuera de su cuerpo, cuerpo que estaba levemente calcinado y mutilado de la zona viril, piernas y cabeza

Escapó del lugar con un ataque de pánico a la vuelta de la esquina, al abrir la puerta delantera se encontró de frente con su mejor amigo, que siempre había sido tan cálido hacia él, llegaba justo cuando lo necesitaba

‘‘Oye, oye ¿Qué pasa con esa cara? ¿Estás bien? ¿Te paso algo?’’ preguntó sujetándolo con cariño y preocupación

‘‘El… el… ¡El idiota está muerto! En el cuarto él está… ¡Jomei! Jomei no está por ningún lado… Mi hermana no aparece y el imbécil de mi padre está crucificado en su cuarto…’’ gritó angustiado, con el aire faltándole y su corazón latiendo tan fuerte que lo hacía temblar

‘‘Oh…” fue lo único que dijo mientras ponía el seguro en la puerta sin que el otro lo notara, “Tu hermana estuvo decorando conmigo todo el día, seguro fue a comprar más cosas’’ dijo con una hermosa sonrisa mientras llevaba a su amigo a la mesa y diligentemente comenzaba a servir la comida, ‘‘No te preocupes por eso’’

‘‘P-pero… eso en el cuarto… tenemos que hacer algo eso no… eso no era una decoración…’’

‘‘Ah eso…’’ dijo mientras a la luz de las velas su piel se volvía de un color rojo-grisáceo, sus ojos dorados parecían mezclarse con el rojo y pequeñas protuberancias salían lentamente de su cabeza, ‘‘… No se suponía que vieras eso tan pronto’’

‘‘¿Qué?’’ preguntó extrañado, viendo como le lanzaban una máscara de Michael Myers manchada de verde, pero viéndola de cerca no era verde, era de un rojo oscuro, con un potente aroma a sangre, ‘‘¿Qué es esto?’’

‘‘Debiste estar aquí, estaba tan aterrado que casi le da un infarto jajajaja’’ reía como loco mientras las protuberancias iban pareciéndose más a cuernos, largos y curvos, y una mirada desquiciada y seria aparecía en su hermoso rostro, ‘‘Claro que lo mantuve despierto todo el tiempo’’

‘‘¿Kojima? Que… ¿Qué hiciste?’’

‘‘¿Qué hice? Solo deshacerme de ese idiota, lo único que hacía era lastimarte a ti y a tu hermana…’’

‘‘¿¡Qué le hiciste a Jomei!?’’ gritó levantándose furioso

‘‘¿Ella? Ella planeaba arruinar la sorpresa… no podía permitirlo, después de todo mi esfuerzo…’’

‘‘¿¡Donde esta!?’’

‘‘Ah… no tienes que gritar así, mírala’’ levantando el cubre platos que reveló la cabeza de la linda chica, arrancada de su cuerpo, haciendo que su hermano se cubriera la boca con su mano para evitar que la arcada se convirtiera en vómito

‘‘No es verdad… tu… no lo hiciste… tu no…’’

‘‘Oh claro que sí, mira’’ dijo empujando la cabeza, que rodó por la mesa hasta estar cerca de su hermano, donde lo único que evitó que siguiera rodando hasta caer, fue ser sujetada  gracias a que su columna vertebral seguía pegada a la cabeza

Horrorizado Hikaru salió corriendo del lugar, sin poder llegar muy lejos al verse interceptado por su amigo de la infancia, ahora con la apariencia de un demonio de alas negras, que tenía la mirada desencajada, ya sea por ira o locura. Asustado apuntó hacia el con la pistola que llevaba debajo de la sudadera y la cargó sin pensar

‘‘Oh mi vida’’ dijo el demonio, ‘‘Esto lo hice por tu bien…’’ mientras hablaba se iba acercando, ‘‘Ahora por siempre estaremos juntos, nadie se va a entrometer otra ve-’’

Mientras hablaba un disparo aterrizó en su frente, sangre negra brotó por unos segundos antes de detenerse, otro disparo, esta vez en la garganta, pero ni siquiera sangró, dos más en el pecho sin resultado alguno, una lluvia de balas en diferentes puntos vitales cayó, pero no hizo nada

‘‘¿Lo ves?’’ dijo sonriente el demonio, ‘‘Vamos a estar juntos… juntos por siempre jaja… jajajaja… jajajajajajajajaja…’’ reía mientras los diferentes balazos no le hacían ni rasguños al acercarse a su amado, ‘‘Nadie… nada ni nadie nos va a separar…’’ la habitación lentamente se llenaba de ardientes llamas, ‘‘Me voy a asegurar de eso… tú… eres mío… nunca te voy a dejar… me perteneces…’’

Ambos unieron sus labios mientras el fuego lo consumía todo, el edificio se quemó hasta las cenizas, no quedó nada… Y ahora esta es una historia de terror que un adolescente, amante de los slasher, le cuenta a los más pequeños durante una acampada en un bosque a orillas de su cuidad, para entretenerse con sus reacciones exageradas, pero esta historia no es suya, se la contó un amigo, un amigo que la escuchó en un video, video que narraba una historia inventada de la noticia de un incendio y dos chicos desaparecidos, pero esa historia tampoco era propia de aquel video, aquella historia fue enviada por un chico con una extraña afición a disfrazarse de demonio pelirrojo, chico que tenía a otro a su lado, un joven con albinismo que una noche de halloween volvía a su hogar y que tuvo la mala suerte de ser amable con la persona equivocada, en el lugar y momento equivocados y ahora veía su existencia reducida a los deseos de un enfermo mental, que tenía la suerte de parecer tan cuerdo como el resto y no paraba de repetirle la misma frase desde hace años

T̷̫̖̯͍̞̆̊̿̈́͐͂́̈̚è̵̥̀̋͒ ̸̧͚͍͙͇̘̝̦͛͗̾̐̍͛a̷̺̤͚͎̹̽̌͌͊̀̌̐͝m̴̨̡͎͙̓͘ͅơ̴̧̨̨͙̱̜̻̍͆̏̉̚͜͠