Inspirado a cambiar por ella - 11
Al día siguiente y en el camino hacia la escuela, Luca es abordado por Soledad, quien lo empuja levemente en una actitud juguetona y extremadamente amistosa. Muy rara vez ella puede mostrarse de esa forma. Usualmente está seria y es muy responsable, por lo que es importante para ella abrirse a alguien.
-Sole, eres tú. ¿Cómo estás? -pregunta Luca.
-Muy bien ¿y tú? -responde con una cálida sonrisa.
-Bien.
-¿Qué tal educación física ayer?
-Ayer…oh, ayer fue lunes. No estuvo mal. El profesor Sebastián no paró de hacernos correr por los alrededores de la escuela. Es demasiado exigente.
-Imagino que a ti no se te dificultó.
-Claro que no. Fue muy sencillo.
-Me alegra escucharlo. ¿Sabes? Yo soy muy mala para los deportes.
-O cualquier actividad física. -dice él en tono bromista.
-Oh, cállate. -exclama haciendo pucheros. Luego sonríe al ver que también Luca se muestra relajado.
-¿Sabes algo?
-¿Qué?
-Durante mucho tiempo yo…odié ir al colegio. No me interesaban las materias, estar en un lugar encerrado tantas horas, ni tener que recibir órdenes. Tampoco ser regañado o estudiar. Me parecía muy tedioso.
-¿Y ahora?
-Disfruto de estos días. Todo esto…gracias a ti.
Las palabras de Luca llegan de sorpresa para Soledad, que reduce la velocidad de sus pasos y agacha la cabeza. Está sonrojada y no se esperaba eso de parte de él.
El mar de alumnos que se movilizan hacia las distintas escuelas de la zona, hace parecer a Soledad una pequeña piedra por el que pasa el agua. Luca se detiene al ver que ella no está a su lado. Se voltea y la ve.
Apenas levanta la mirada, se la ve colorada y una leve sonrisa de felicidad que por orgullo y automáticamente intenta ocultar.
-¿Estás bien? ¿te pasó algo? -pregunta Luca.
-N-No, yo…estoy bien…-responde tartamudeando.
Una fuerte brisa que viene desde atrás empuja a Soledad hasta Luca y este la contiene abrazándola. Ambos se quedan inmóviles por unos cuantos segundos que parecen eternos. El frio crudo de la mañana otoñal no importa cuando el calor de ambos choca y se permiten ese momento tan breve de contacto.
-Creo que…tendríamos que apurarnos. Está bastante fresco y está pronosticado lluvia para hoy. -dice Soledad en voz baja y aferrada a Luca por el abrigo.
-Si, claro. Deberíamos apurarnos. -responde Luca. Luego recuerda ese momento en el que casi se besan, y si no hubiera sido por Leo, no sabría que hubiera pasado.
Luca aleja con cuidado a Soledad y la toma de la mano mientras el viento sopla con una fiereza digna de la temporada de otoño. Frio que sirve de antesala al invierno, lluvias intensas y vientos que empujan fuertemente.
-Avísame por favor si quieres detenerte. -pide Luca a Soledad.
-Tranquilo. No es como si estuviéramos ante un huracán. Solo caminemos con mucho cuidado. -dice Soledad con suma tranquilidad, aunque a su alrededor se vuelan papeles, bolsas, se levanta polvo del suelo.
Algunos empleados de tiendas tienen que entrar los carteles de los locales y aquellos que tienen sus productos afuera los deben transportar adentro.
El cielo se oscurece haciendo parecer que es la noche, aunque son apenas las 7.30hs de la mañana.
Al verse tan cerca, piensan al mismo tiempo en separarse por apenas unos centímetros. Solo para darse un poco de espacio.
-Queda una cuadra. Uh, mira nomas, ya no hay tanto viento como antes. Podemos caminar sin problema, jejeje. -exclama Soledad claramente nerviosa y con movimientos robóticos.
Luca, por otro lado, se queda en silencio y la sigue a Soledad de una manera igual de torpe que ella, pero pisando con fuerza el suelo.
En el camino, se encuentra a los de último año quienes bromean, se empujan, ríen a carcajadas, otros que ya están en parejas van de la mano. Soledad ve eso y mira su mano, pensando cuando Luca lo hizo hace apenas minutos. Se aferra a esa sensación de haber sentido el tacto de la mano de él con la suya. Sonríe y prosigue a voltearse. Lo ve con confusión ya que el chico está completamente ido en su forma de ser.
-¿Luca? -pregunta ella.
-¿Siiiiiiiiii?- la mira con el rostro rojo como un tomate y ojos abiertos.
-No, nada. -responde.
A medida que se encuentra con cada vez más alumnos de la escuela, la saludan puesto que ser presidente del centro de estudiantes conlleva ser conocida, amada y odiada por igual. Sin embargo, los saludos provienen de estudiantes que fueron ayudado en distintas situaciones.
El centro de estudiantes, con Soledad a la cabeza, nunca ha fallado a los estudiantes incluso defendiéndolo de los problemáticos abusivos y en caso de loa de último año, dar apoyo a los festivales y eventos.
Pero muchos no apoyan eso. Ven a un costado como una chica que ingreso a la escuela este reciente año 1 año menor siendo agredida verbalmente por alguien. Solo lo ven de espalda, pero es casi tan alto como Luca.
Su instinto protector hacia los estudiantes es muy grande, por lo que Soledad reacciona automáticamente yendo a toda prisa. Sin embargo, alguien se le adelanto para defender a la chica. Joel, con una actitud impensada para lo que los abusivos consideran de él, confronta al violento que resulta ser Claudio.
-Ya basta Claudio. La estas asustando. -se agacha para socorrer a la chica, que se había tropezado y en el suelo, Claudio la insultaba sin piedad hasta casi hacerla llorar.
-Hey, hey ¿qué mierda haces aquí, maricon?-pregunta molesto.
-D-Deja de hostigarla. ¡No te hizo nada malo!
-¡¿Piensas que porque te dejamos de molestar puedes venir a jodernos?! ¡Deberías conocer tu lugar de una puta vez, maldito maricon! -le grita Claudio.
Toma a Joel del cabello mientras la chica a la cual intenta defender suplica porque lo suelte.
Soledad interviene con todo el peso de su posición como presidenta.
-Claudio, ¡¿qué crees que estás haciendo?!
-Mierda ¿porque siempre tienes que venir a fastidiar?
-¿Me tomas el pelo? ¿Ustedes porque tienen que hacer siempre lo mismo? ¡dejen de molestar a los estudiantes!
-¡Tsk! Me importa un bledo qué digas. Eres…
-¿Soy qué? ¿La del 10%? ¿Una simple presidenta del centro que defiende a sus compañeros de chacales como ustedes?
-Estas diciendo cosas muy tontas y fuera de lugar.
-Y las sostendré mientras sigan haciendo lo que hacen.
Y justo cuando Claudio se acerca para amenazarla, como lo ha hecho desde hace tiempo, un silencio masivo sacude el ambiente. A pesar de estar en la calle, frente a la escuela, no hay sonido inclusive de insectos o de viento. Claudio ve una figura detrás de Soledad, una cuya mirada es tan intensa que se queda sin habla.
No obstante, su aura no es violenta, todo lo molesto, es más como si impusieron la paz y animase a aquellos que han sido violentados por tanto tiempo a levantase contra ellos.
Claudio se siente incapaz de continuar. Solo un pensamiento transcurre por su mente.
-¿Enserio? ¿Cómo es que este sujeto puede estar tan tranquilo y aun así sentirme tan sofocado? -retrocede mirando a los lados.
-¡Luca, hola! -grita Joel emocionado.
-Hola Joel.
-Hola presidenta.
-¿Estas bien? -mira a la chica mientras la ayuda a reincorporarse.
-Si, muchas gracias presidenta. -dice la chica.
-Y tu…-mira a Joel con enojo. -Después hablaremos.
Claudio se muestra molesto por sentirse ignorado, pero ver a Luca le impide tomar alguna acción. Es más, se siente incapaz de intimidar, porque la figura de Luca es de tanta fuerza y paz, a la vez, que decide retirarse hacia la escuela.
Mientras, Joel se acerca a Luca y tira de la manga de su abrigo. El ex pandillero voltea a verlo.
-¿Sí?
-Yo, espero que no te hayas enojado. -exclama Joel, muy preocupado.
-¿Huh? ¿Porque me tendría que enojar?
-Yo, no lo sé, temo que te enoje.
-Y no hay porque hacerlo. Hiciste lo correcto.
Soledad y la otra estudiante cruzan la calle hacia la escuela e ir a la oficina del centro para tomar nota de lo sucedido y elevar una queja a dirección.
Luca y Joel esperan un poco antes de entrar.
-Joel, no estuvo mal lo que hiciste. Protegiste a una compañera y eso se respeta. Fue un acto valeroso.
-Entonces hice bien.
-¡Claro que sí, y claro que no, maldito! ¡te pudo haber golpeado o algo peor! -le grita en un acto reflejo, asustando a Joel. Es muy repentino eso. -Oh, mierda, salió mi lado de líder pandillero. -se da cuenta de su error. Si fuera alguien que no le importara no se podría de esa forma, pero como respeta a Joel, está indignado.
-Ja…
-¿He?
-Jajaja, Luca, en verdad me asustaste, jajaja. A pesar de todo, siento que lo haces porque te preocupas.
-Si, bueno, en cierta manera lo hago.
-Es porque somos amigos, ¿verdad?
-Claro Joel. -sonríe Luca con mucho agrado.
Por primera vez, Luca ya no necesita de usar sus puños para imponerse a los demás. Le basta con solo mirar y demostrar la humanidad suya ante la malicia de aquellos con poder.
Detrás de él, y siguiéndolo muy de cerca aquellos a los que logra proteger. Joel es la semilla que ha germinado gracia a él. Él calor que les ha dado.
AVAVAVAVAV
Tras acabar la primera clase, los estudiantes tienen “hora libre” ya que la profesora de historia había faltado por temas de salud, así que la preceptora se queda cuidando al grupo hasta que llegue la siguiente clase.
Un grupo se reúne alrededor de dos estudiantes que juegan al ajedrez, mientras que un par se queda mirando sus celulares jugando y atendiendo mensajes.
Cada uno descansa a su manera o lo aprovecha al máximo para estudiar para los exámenes de mitad de año. Luca, simplemente se recuesta con su cabeza sobre uno de sus libros y cierra lentamente los ojos. Mientras, Soledad conversa con Anabella sobre el próximo festival que se celebraría a fines del mes y conmemora una fecha patria de la independencia del país.
El grupo de Braian, por su parte, conversa entre ellos. La tensión que transmiten hace que nadie quiera acercarse o pasar muy cerca. Temen porque de la nada sean atacados o se vean en una situación en que se conviertan en objetivos.
Claudio recibe una reprimenda por parte de Braian y Yamil se burla también.
-Santo cielo ¿Cuándo fue que te volviste una putita? Debería darte vergüenza. ¡Carajo, carajo! -reniega Braian.
-Tu no estuviste en ese momento. Fue como si no me diera miedo. -se defiende Claudio.
-¿Por qué que retrocediste y te fuiste entonces? -pregunta Yamil.
-La presión. La maldita presión que emanó. Hizo que no pudiera contra él. Se sintió como si cualquier movimiento mío fuera automáticamente repelido con la mirada de ese maldito.
-¿Enserio? Es una maldita estupidez. -exclama Yamil en tono burlesco.
-Que yo sepa, Yamil, tú también pudiste sentirlo.
-¿Quieres probar mi puño? ¿acaso eres estúpido? Yo no temblaría frente a nadie.
-Dejen de chillar. Tenemos un problema bastante serio. Por ese maldito idiota es que perdemos terreno. Si ese amante de hombres, Joel, se atrevió a enfrentar a uno de nosotros, significa que todo está cambiando. No conviene que ocurra. -dice Braian. Se toma de la barbilla y piensa detenidamente.
-¿Qué sugieres? -pregunta Claudio.
-Golpearle donde más le duele. Estuve pensando estos días en algo. Llevará tiempo y necesitaremos ayuda extra. -responde Braian.-Sería ayuda un poco desagradable, pero es lo que hace falta para inclinar las cosas a nuestro favor. -añade.
AVAVAVAVAV
Al terminar la jornada, Luca y Soledad regresan juntos de la escuela.
El primer tema de conversación es sobre lo difícil que es organizar el festival de la fecha patria. Cualquier cosa que no se vea bien o surja un cambio de última hora, puede repercutir innecesariamente. Luca se ofrece de voluntario para ayudar a los alumnos que están organizando en conjunto con el centro de estudiantes, pero cuando Soledad, muy emocionada, abre su boca para responder positivamente, recuerda que Anabella sigue siendo reacia ante la idea de que el ex pandillero participe.
La presidenta se modera para no acelerar las cosas por lo que calma un poco.
-Aún falta, pero tu ayuda sería bienvenida. Te avisaré si necesitamos algo.
-De acuerdo. -exclama sonriente.
-Por cierto ¿Qué opinas acerca de lo que pasó esta mañana? Joel se comportó demasiado valiente.
-Y bastante arriesgado. ¿Sabe que esos sujetos pueden golpearlo y no pasaría nada?
-Lo hizo para defender a una compañera. Creo que merece el crédito por intentarlo.
-Cuando una pelea está perdida de antemano, lo mejor es busca otra herramienta. Supongo.
-¿Cómo cual, Luca?
-No lo se. Tomar a la chica y correr lo más rápido posible.
-Esa no es una solución. En ese caso, habría sido peor y hasta podría haber enojado a Claudio.
-¿A qué quieres llegar?
-Impetuoso o arriesgado, da igual. Joel es un chico, que, a mi juicio, nunca ha sido valiente y fue el foco de los abusos escolares por su tamaño pequeño y también por ser homosexual. ¿Entiendes las veces que tuvimos que ayudarlo dándole cobijo en el centro de estudiante porque lo golpeaban, arrojaban cosas y demás? Tu hiciste algo sorprende y es darle la fuerza para enfrentarlo.
-Solo le di mi amistad.
-Le dice confianza en sí mismo. Da igual ser homosexual, chico o chica, o lo que sea, lo importante es ser buena persona y luchar por la justicia, o algo así es lo que le dijiste.
-Con que me escuchaste.
-Bueno, sí, lo siento, pero fue conmovedor. Tienes un poder de convencimiento y aliento en las personas que me sorprendió.
-Lo siento, pero no quiero incentivar a que haya más violencia.
-No es incentivar a la violencia. Encendiste la chispa. ¿Sabes lo que vi hoy? A un chico agobiado querer ayudar a alguien y confrontando a un abusivo. ¿Por qué? Porque ese chico se hizo el primer amigo desde que empezamos este año escolar y recibió una gran enseñanza al no dejarse vencer por la malicia de unos pocos.
Luca escucha con mucha atención las palabras que provienen de Soledad. Jamás imaginó que sus acciones fueran vistas como si impulsase a las personas a ser mejores. No es como si fuera el mejor amigo de Joel, simplemente están juntos en los descansos y cuando hay actividad grupal en clase, lo suelen hacer ellos dos juntos, pero resulta que el peso de Luca en él es mucho más.
Y así como ocurren los cambios de manera gradual en aquellos alumnos sufridos, también lo hacen aquellos que ostentaban poder e influencia pero que ahora ven se va esfumando por la presencia del ex pandillero y el centro de estudiantes apoyándose en él.
-Luca…-dice Soledad.
-¿Qué?
-¿Qué opinas acerca de ser un guardián para esos chicos?
-¿Huh?
Comments for chapter "11"
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