Inspirado a cambiar por ella - 6
En el lunes de la siguiente semana, la clase de educación física sucede durante la tarde. El curso es dividido entre hombres y mujeres y cada uno se dirige hacia el gimnasio en el que hay, también, dos vestidores diferentes.
Estos vestidores suelen tener varias filas de lockers una al lado de la otra con bancos largos y una pequeña ventana que da hacia afuera. En ambos lados se encuentran las duchas, donde tras las actividades, los estudiantes se suelen asear para refrescarse y quitarse el sudor, fatiga y suciedad.
Como es de insana costumbre, los chicos “protegidos” por la influencia de sus padres, se retrasan por lo que ellos consideran como “motivos primordiales”.
Luca mira a los lados y se quita el buzo y la camisa, revelando un cuerpo tonificado y lleno de marcas. Si el chico pretendía hacer caso a Soledad y tener amigos a montones, con el paisaje que muestra de su pasado violento, sería aún más complicado. Ninguno quiere acercársele, salvo un chico de contextura pequeña con anteojos y mirada temerosa. Sin embargo, se le acerca a pesar de todo:
-D-Disculpa…-dice el chico con mirada baja.
-¿Sí? -pregunta Luca. -Este chico es…-se percata de que es el mismo que los abusivos llevaron casi a rastras fuera del colegio. Ve moretones en su cuello y brazos.
-M-Mi locker está al lado del tuyo… ¿p-podría…cambiar? -pregunta con voz temblorosa.
-¿Qué le pasa a este chico? ¿Por qué hace esa pregunta tan ilógica? -piensa Luca. -Si…seguro.
-G-Gracias.
La puerta del vestido se abre y automáticamente el lugar se vuelve frio, hostil y silencioso. Unas voces irritantes rompen con ese ambiente, pero no para bien. El rostro del chico de lentes se convierte en expresión de pánico. Tiembla de miedo y se nota en su cara que quiere escapar a toda costa.
-¡Braian, no debiste hacer eso, jajaja! ¿Cómo vas a entrar cuando las chicas estaban cambiándose? Eres de lo peor, jajaja. -ríe Yamil a carcajadas.
-Eso les pasa por verse tan buenas. ¿Viste el trasero de la presidenta? Dios, que pedazo de perra más ardiente. Se hace la puritana responsable pero como me gustaría hacerla mía. -exclama Braian.
-¡¿Tu que estás mirando?! ¡¿heeee?!-intimida Claudio a sus compañeros.
-Oh, miren quien está aquí. Hola Joel ¿Qué pasa que te estás cambiando con nosotros? Se supone que un maricón como tú tiene que estar con las mujeres. -exclama Yamil mientras se acerca al chico.
Joel intenta alejarse, pero Yamil avanza muy rápido y lo acorrala contra su locker. Posa su mano contra el hombro del chico y aprieta haciendo que se retuerza y agache de dolor.
-Oye, oye, ¿no te estará doliendo esté pequeño saludo? Vamos, no seas tan maricón. -exclama Yamil. Se siente impune ya que nadie lo detiene. Solo miran los demás sin poder hacer nada.
Braian y Claudio se dirigen a sus respectivos lockers para cambiarse.
Usualmente esos chicos no suelen hacer actividades físicas, ya que alegan siempre que están con dolencias o lesiones lo cual hace que no puedan ser obligados ni nada por el estilo.
Luca hace de cuenta que nada de eso ocurre. Hace oído sordo. La promesa renovada gracias a Soledad lo impulsa a no involucrarse. Sin embargo, entra en verdadero conflicto con hacerse amigo de sus compañeros.
Yamil sigue acosándolo e instigando a que se cambie enfrente de él, burlándose de su orientación sexual y que no puede defenderse debido a su complexión física.
-Vamos, quítate el pantalón ¿Qué no ves que los demás ya se han cambiado? ¿o solo estás aquí para verlos desnudos? ¿eh? ¿eh? -le golpea varias veces la cabeza. -¡¿Ustedes que mierda miran?! ¡pedazo de basuras sin valor! -amenaza a sus compañeros.
-Haaa, que escandaloso. Así no puedo mantener mi promesa con ella ni con mi abuelo. ¿Qué se supone que deba hacer? -piensa Luca. Aprieta su puño, conteniendo sus ganas de romperle la nariz a Yamil. No sería difícil para él con su fuerza actual siendo la cúspide del poder pandillero. -Cielos Sole, me pusiste en una situación complicada. Tendría que irme lo más rápido posible si quiero mantenerme al margen de esto. O estos idiotas van a empezar a fijarse en mí y a fastidiar.
Entonces, una voz de súplica rompe su trance:
-Por favor…alguien…ayúdeme…
-¡Jajaja, deja de ser tan puta! -agita su puño en dirección al rostro de Joel.
Una figura se pone en medio del puño de Yamil y el rostro de Joel, sufriendo el violento golpe y un sonoro impacto que deja estupefactos a los presentes. Incluso Claudio y Braian se voltean y ven con ojos bien abiertos lo que acaba de pasar.
Yamil golpea salvajemente al rostro de Luca, pero este no se inmuta y un hilo bastante importante de sangre brota de su frente con el puño aun insistiendo con el contacto. El chico empieza a reírse a modo de burla contra Luca:
-¡Jajaja! ¿y esto? ¿eres su novio o qué? ¡hey, aquí tenemos a un maricón salvando a este otro! ¡que patético eres!
Luca se da media vuelta y mirando a los ojos a Joel pregunta:
-¿Estás bien?
-¿Huh?-abre sus ojos, que ya se había entregado a sufrir el golpe de Yamil. Ve a Luca sangrando y se asusta. -¡¿E-Estás bien?! ¡por dios esto es mi culpa! ¡déjame ver si tengo un pañuelo o algo…!
-Descuida, es solo un pequeño rasguño.
-¿Rasguño? Bastardo insolente. -exclama Yamil, sintiéndose insultado. -Te voy a…
Braian lo detiene por el hombro:
-¿Braian?-lo mira confundido.
-Será para otro momento. -señala hacia atrás. El profesor de educación física ya está presente ordenando a todos que vayan al gimnasio. Mira de reojo a los chicos y luego hacia donde está Luca, advirtiendo solo con su presencia que cualquier altercado va a ser considerado como para ser llevado con el director.
-Maldita sea. Yo que me estaba divirtiendo. -se queja mientras sale del vestidor junto con los demás del curso.
Antes de retirarse de allí, Braian mira fijamente a Luca. No lo menosprecia, pero tampoco respeta. Siente que una guerra ya fue declarada con esa intervención así que lo señala con el dedo y exclama duramente:
-Era mejor no haber intervenido. Te haremos pasar por un maldito infierno. Y tú puto de mierda, te salvaste por ahora. Nos vemos…nueva mascota.
Joel se agacha y agarra de la cabeza, preocupado y con lágrimas en los ojos a punto de estallar:
-Perdón, perdón, perdón, todo fue mi culpa. No tenía esta intención por favor, soy un imbécil, inútil…no debería vivir…
-¡¿Cuándo vas a dejar de actuar de esa forma?!-le grita golpeando uno de los lockers, doblando la puerta solo con la fuerza de su puño.
-E-Es que… ¿no viste quiénes son? Ellos…son de la elite y…
-¡Pues como lo veo yo, son solo unos imbéciles malcriados que no saben nada de la vida! Se meten contigo porque eres gay y no puedes defenderte contra ellos. Eso es patético.
-Si, a pesar de todo, no se cambiará la perspectiva de que por mi orientación no puedo enfrentar a nadie. Mi padre…esos tres…tienen razón sobre mi…-agacha su rostro. Se siente abrumado por la tristeza y muchos sentimientos negativos que pesan en su corazón.
-¡Eres muy fuerte como para seguir dejando que te hagan eso!
-¿Huh?-alza su mirada al escuchar esas palabras. Nunca antes se las habían dicho con esa crudeza.
-Ser gay, o no, ¿acaso importa eso? He peleado con muchos pandilleros en mi vida y ciertamente algunos fueron homosexuales. Diablos que eran rudos y aun así tenían códigos de honor que yo respetaba profundamente. Lo más importante es la bondad de sus corazones. Esa es la fortaleza que esos estúpidos carecen y creo que tú tienes.
-Este chico… ¿me está animando?
Joel nunca fue de tener amigos, y el apoyo sobre su elección personal sobre a quién amar siempre fue criticado por su familia. Jamás tuvo a alguien que le aconseje o ayude a afrontar situaciones difíciles en la escuela. Sin embargo, Luca llega como un héroe a su vida.
-¡Ah, carajo, rompí mi promesa con ella! ¡mierda, mierda, carajo! -se molesta Luca.
-Disculpa, pero ¿Qué promesa te refieres?
-Es una promesa que le hice a Soledad sobre no intervenir contra esos idiotas. Aunque si vamos al caso, cumplo con la otra promesa que es socializar con mis compañeros lo cual no está mal. En verdad es muy confuso todo esto.
-Jajaja.
-¿Huh? ¿Por qué te ríes?
-No, nada, es solo que a pesar de lo que pasó parece que te preocupa más esa persona.
-Si. -sonríe al pensar en Soledad. Se nota su felicidad, pero también se sonroja al reconocerlo. -Oye, por cierto, ¿no eras un año menor? ¿Qué haces aquí?
-Bueno, pedí hacer educación física con ustedes porque suelen jugar al futbol y en mi curso solo jugamos vóley. Es cuestión de gustos, pero el director me lo permitió.
-Ya veo. Entonces…-le extiende la mano. -será un gusto compartir esta materia contigo… ¿Cuál era tu nombre?
-Jajaja, nunca te lo dije. Soy Joel ¿y tú?
-Luca.
-Un placer Luca.
En los pasillos de la escuela rumbo a la cafetería, Braian, Claudio y Yamil buscan comer algo e intimidan a quienes se cruzan por el camino. Yamil se mantiene callado, siendo quien más habla y lanza bromas sin control:
-¿Te pasa algo? -pregunta Braian.
-¿Qué? No nada.
-¿Seguro?
-Te dije que sí.
-Vamos por unas hamburguesas y luego con el director. Lo de recién no puede quedarse así.
-Si.
-Claro. -exclama Yamil. Se acaricia el puño con el que golpeó a Luca. Lo siente adolorido y colorado como si hubiera golpeado un muro de concreto. Siembra la preocupación en el abusivo.
AVAVAVAVAV
Una hora más tarde, Braian y sus compañeros abren una puerta e ingresan a la oficina que se ubica dentro. La puerta se cierra revelando un cartel que dice “Director Horacio Humbold”.
Los tres se ponen cómodos. Yamil se tira sobre el sofá frente al escritorio. Claudio se queda ojeando los libros de la biblioteca junto a la pared y Braian toma asiento por invitación del director.
Los ánimos de los tres chicos están normales, sin cambio, demasiado extraño hasta que Yamil lanza un alarido de molestia que alarma al directivo:
-¡Aaaaahh, maldita sea! Horacio.
-¿Sucedió algo chicos? -pregunta el hombre.
-¿Quieres explicárselo Yamil? -se da media vuelta Braian.
-Es un gran fastidio. Tu eres mejor explicando cosas. -exclama Yamil.
-De acuerdo. -vuelve a mirar a Horacio. -Tenemos un problema con un chico. Supongo que estás al tanto del nuevo estudiante que llegó aquí hace un mes.
-Si, estoy al tanto de eso. ¿Qué pasó con él?
-Digamos que no es algo que nos haya perjudicado directamente, pero ¿y si su presencia está intentando impulsar los cambios del estatus quo?
-No entiendo a qué te refieres. Precisamente ¿Qué es lo que está haciendo?
-Digamos que interfiere con lo nuestro. No necesariamente tienes que saberlo, pero Yamil fue perjudicado y Claudio…bueno, parece que encuentra en ese chico alguien peligroso.
Horacio toma una taza con café que tiene a un lado y da varios sorbos sin dejar de escuchar en detalle las quejas de esos chiquillos a los que él considera como malcriados, pero con padres demasiado influyentes como para no hacerles caso.
-¿Y tú? -pregunta Horacio. Deja sobre el escritorio la taza.
-¿Yo?
-Si, tu. Veo que tus compañeros lo ven como una amenaza, pero ¿y tú? ¿Qué sientes al respecto?
-Es un maldito desgraciado que quisiera golpear. Pero actuar sin pensarlo bien…es lo que no deseo.
-Entonces quieres que haga algo de lo que tú no estás seguro. ¿Estoy entendiendo bien? Braian, no puedo actuar porque si, sin una buena justificación. Sabes cómo es esto y si no hubo violencia contra ustedes o algo por el estilo, ni siquiera el comité podría hacer algo.
-Tiene sentido. Todos los idiotas que intentaron algo fue atacándonos.
-¡¿Qué mierda estás diciendo?! ¡ese desgraciado…! -se molesta Yamil intentando mostrar como quedó su puño tras golpear a Luca. Braian lo detiene empujándolo contra el sofá.
-Volveremos pronto con un resultado apropiado para que se haga algo.
-Lo estaré esperando con ansias.
-Buenas tardes. Hasta luego.
El trio se retira de la oficina. Horacio suspira y levanta de un costado en el suelo una enorme botella de whisky y bebe del pico mientras piensa consternado:
-Malditos mocosos. En serio quisiera que le dieran una lección, pero ese alguien puede acabar en graves problemas. ¿Por qué tuve que recibir a estos mocosos de mierda y el dinero sus nefastos padres?
Los chicos salen de la escuela. Yamil maldice bastante y en ello, Braian lo corrige golpeando con una cachetada a la cabeza y toma del cuello de la ropa:
-Escucha idiota, por más que tengamos el poder que tenemos, no podemos echar culpas a nadie sin pruebas. Sabes cómo funciona esto. -exclama Braian.
-Ya se.
-Bien, porque me cansé de escuchar tus quejas durante todo el día. Ahora vamos. Quiero jugar a la starstation en casa de Claudio y…
Cuando se da vuelta y encara a la calle, una figura lo acaba empujando contra el suelo. Braian cae con el trasero sobre el concreto y cuando mira al causante, ve una figura extraña de lentes de sol, una camiseta verde con un ovni estampado y cabello ligeramente largo. El sol lo ilumina otorgándole una presencia bizarra y extraña. Aquel chico que observaba la cafetería a Luca y Soledad, aparece de nuevo con una nueva imagen, completamente extraña.
-¿Qué mierda? -reacciona Braian.
-Oh, lo siento, creí haber tropezado con un salta caras. Nos vimos. -se retira tarareando una canción sobre una serie de los noventa sobre extraterrestres.
-Creo que prefiero irme a casa. -deja escapar Braian.
AVAVAVAVAV
-¡¿Qué hiciste que cosa?! ¡¿en el vestidor de hombres?!-se exalta Soledad cuando Luca le cuenta sobre lo sucedido vía llamada de teléfono. -Cielos. Está bien, hablamos luego. Si, cuídate, adiós.
-¿Qué te dijo ese chico? -pregunta Anabella mientras bebe su té.
-Hubo un altercado en el vestidor de hombres antes de educación física.
-Inició una pelea ese pandillero. -suelta sin tacto. Ella sigue sosteniendo que la presencia de Luca ocasionaría problemas para la escuela y los estudiantes.
-Más bien fueron ellos.
-¿Los tontos de la elite?
-Si y tiene razón en que suenan a villanos juveniles se series. -murmura Soledad.
-¿Qué decías?
-Nada. Pensaba en voz baja. Parece que el acoso contra Joel casi escala de golpe. Yamil quería golpearlo y Luca intervino recibiendo el puñetazo en su rostro.
-Oh, ¿y que hizo luego?
-Nada.
-¿Nada?
Dice eso y Anabella se queda pensativa en silencio. Suele ser muy prejuiciosa con aquello que no desea comprender y escuchar de la propia presidenta del centro de estudias sobre un pandillero que precisamente no se está comportando como tal, más bien se contiene, es algo interesante.
La vicepresidenta no se esperaba tal suceso.
Para la escuela, tener a un pandillero y un grupo de chicos problemáticos puede ser una bomba de tiempo a punto de estallar por lo que piensa de mejor manera si puede ser conveniente que Luca sea usado por el centro, algo que Soledad es posible no esté de acuerdo.
Sin embargo, se dirige hacia unos de los estantes y saca de una pila de papeles una carpeta de madera con papeles. Se lo entrega en silencio a Soledad y regresa con su té.
-¿Y esto, Anabella?
-Quiero que lo leas con mucho cuidado. No decidas nada, solo…piénsalo. Tenemos tiempo.
Soledad saca el contenido y lo primero que le llama la atención es el título de un proyecto estudiantil que le presentaron los cursos superiores, preocupados porque los estudiantes menores tuvieran que pasar una pésima época con gente indeseable.
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