Jake - 01
Una explosión tras otra ocurren de manera simultanea en la ciudad, cientos de naves se alejan a toda velocidad.
El olor a carne quemada impregna el ambiente y no sólo, sino que los lamentos de los pocos desafortunados que no lograron huir a tiempo no paran de extinguirse.
Incontables litros de sangre fluctuan desde el colosal cuerpo de un enrome dragón-serpiente.
Enfrente del mismo, hay una chica albina que escupe sangre y a duras penas puede conseguir mantenerse de pie, es un milagro que siquiera siga viva en esas condiciones.
―¡MALDITA! Lo que he estado planeando por milenios ¡Te debí haber matado desde hace mucho! ¡¿TIENES IDEA DE LO QUE HAS HECHO?! Por tu culpa… todo… ¡TODO!
La serpiente comenzo a perder forma hasta convertirse en la de un moribundo hombre en mitad de sus veinte, su larga cabellera negra y ojos rojos son el único rastro familiar de lo que alguna vez fue.
―Jaja… por supuesto que lo sé ―musita la chica con una voz totalmente debilitada.
Las sirenas de emergencia no para de sonar en la ciudad, mientras todo sigue colapsando.
―Yo… destruí el mundo ―dice con una sonrisa.
―¡Túúúúúú!
El cuerpo del hombre comenzó a desintegrarse en partículas de luz,
―¡NO! ¡ME VENGARÉ! ¡TE MATARÉ LA PRÓXIMA VEZ!
Entonces sólo hubo silencio, el único sonido que existe alrededor de la albina es el de las llamas consumiendolo todo.
Ni siquiera es capaz ya de mover un sólo dedo.
―Quiero pensar… que esto habrá valido la pena… jaja…
Cayó de espaldaas y estiró su mano hacia el vasto universo.
―Chicos… lo siento… mentí… genuinamente… soy un monstruo…
***
―¡Maldito! ¡Vuelve aquí! ―exclama el dueño de un negocio de frutas mientras me persigue eufusivamente.
Lastimosamente para su causa, facilmente me libro de él al comenzar a saltar por los tejados, mismos que soy capaz de alcanzar desde el suelo.
Desde hace tiempo que llevo robando frutas del mercado local, ¿Por qué? No sé, solamente sé que debo esperar a alguien en un cierto lugar. De alguna manera siento que así deben ser las cosas.
¿Mi nombre? No tengo uno, sólo me llaman por palabras como “Maldito”, “viejo bastardo”, de alguna manera existe el rumor de que realmence soy un anciano maestro de artes marciales que vino hasta esta región recondita en el ya de por si recondito planeta tierra.
Sinceramente ¿Quién vendría por gusto a este lugar? Estoy aquí porque no tengo otra opción, ni siquiera puedo mostrar mi rostro.
Eso, también es dificil de explicar.
Sólo evito hacerlo desde que casi me queman vivo por mostrarlo.
Me pregunto que clase de persona habré sido antes de perder la memoria y como es que terminé en una situación como esta.
Me dirijo a mi santuario privado, el bosque.
Por algún motivo la gente tiende a evitar y sobre todo, los oficiales no me persiguen hasta aquí y los que lo hacen, bueno… de alguna manera logran perderse ¿Serán estúpidos?
Como sea, camino hasta el viejo templo que ahora es mi hogar.
“Ah~ Volvió a cubrirse de nieve”
Cierto, se me olvidó el chequeo de hoy.
Al tocar mi pecho, noto dos pequeñas protuberancias o… bueno, no sé como describirlos, pero si… tengo un par de pechos pequeños hoy.
“Así que una chica ¿Eh?”
No es que importe particularmente, no cambia en nada mi situación y tampoco creo que afecte mucho como me traten las personas, después de todo… tengo puesta un máscara que cubre mi rostro, una capucha que esconde el color de mi pelo y el resto de mi cuerpo está protegido por unos harapos tan sucios como desgastados.
Seguramente debo oler falta, pero~ ¿Qué importa? Estoy sola, a nadie le debería de importar.
¿Quizás es por eso que los animales me evitan?
En el pasado intenté ser un cazador, pero… los animales al verme salen corriendo e incluso parecen sentir mi presencia ya que no se acercana a las áreas dónde estoy.
Una vez termino de merendar las uvas que tomé, decido estirarme antes de nuevamente salir a ver que es lo que hay de nuevo por los alrededores, aunque siendo este lugar como es, dudo que haya algo que merezca la pena ver.
Suelto un suspiro.
A veces tengo recuerdos dónde la humanidad dominaba el mundo, pero… esa torre que va más allá del suelo confirma nuevamente que la tierra es solamente su lugar favorito para pasar vacaciones y como sitio de pruebas.
No sólo parecen subestimarnos al punto de que ni siquiera sacan lo más mínimante tenologico de aquella extraña torre, sino que van casi sin armas y tampoco es que las necesiten.
Son una raza alinigena de hombres bestia que conquistó este mundo hace quién sabe cuanto tiempo y por encima de eso, tengo entendido que el mundo está repartido para tres especies distintas, por lo que debería haber otras dos torres como esta en algún lugar del globo.
No sé como lucirán las otras dos especies, pero esta generalmente está compuesta de humanos con características de animales o animales antropomorficos.
En fin, evito toparmelos porque a diferencia de con otros humanos no creo poder hacerles frente.
Es por ello que suelo salir a patrullar el pequeño poblado cerca del bosque en busqueda de algo que ro- tomar prestado.
Ahora mismo estoy sentada en parque, mientras los niños me miran con miedo y salen corriendo mientras me apuntan con sus manos.
―Ah~ Que pereza…
Comienzo a mecerme en los columpios.
―…
¿Qué hago ahora? Quizás simplemente deba de volver a casa por hoy, suena a buen plan. No es como que pasen cosas demasiado interesantes por estos lares en cualquiera de los casos.
―¡Hey, tú!
Una mujer de piel blanca y largo cabello de un inusual color rosa, vistiendo un extraño uniforme militar me señala. Lo que más destaca en ella son un par de pequeños cuernos negros que la delatan como descendiente de demonios.
―Mi nombres es Andemo Acher, sirviente principal de la princesa de los Zveri ―declara mientras me muestra lo que supongo es una identificación.
“Lo que me sorprende es que hable la lengua humana”
Por otro lado… ¿Si sabes que no puedo leer tu identificación?
―Um…
Quizás simplemente deba escaparme.
―¿Has visto algo extraño por aquí ultimamente?
Niego con la cabeza y me encojo de hombros antes de darme la vuelta y salir corriendo.
―¡Oye, espera!
Aunque intentó que me detuviera, solamente hice caso omiso a sus gritos antes de irme caminando a otra parte de esta pequeña y en decadencia ciudad.
Ni siquiera tiene nombre como tal, es únicamente una ciudad que cada vez está más dominada por carteles que trafican con humanos y armas, alguno que otro con una droga que esté de moda en el momento.
Ya que no me afecta directa ni indirectamente, solamente lo dejo pasar y me encargo únicamente de mis asuntos.
―…
Como siempre, las personas me miran mal. Desde que tengo memorias ha sido así y nuestra relación evidentemente se ha degenerado al punto de que ni siquiera toleran mi presencia.
Pero, ya que todos sus intentos de atraparme han sido en vano, solamente me dejan ser hasta cierto punto. Incluso parece que dejan de perseguirme al día siguiente ¿De verdad su corazón es benevolente? Aunque… ahora que lo pienso, no recuerdo haber visto a la misma persona dos veces ¿Será idea mía?
Quizás los despidan por dejarse robar, comienzo a sentirme mal…
Realmente no, si no tomara esas cosas… quién estaría muriendo de hambre sería yo. Ellos tiene una comoda casa ¿Y no pueden compartir un poco de su comida conmigo? ¡Cuanta injsuticia!
Entonces… ya que mi estomago gruñe, saltaré entre los tejados para encontrar más rápido el mercado.
La distribución de casas parece cambiar todos los días ¿Cómo es que construyen tan rápido?
―Bien…
Desafortunadamente, al aterrizar en el tejado, piso mal y me termino resbalando hasta caer en medio de la calle.
―¡MUEVETE IDIOTA!
Al voltear, lo que veo es un carruaje que va a toda velocidad, justo frente a mí.
“¿Voy a morir?”
Entonces todo se puso en negro.
Así que de esta manera es la muerte ¿Eh?
Me levanto, adolorida… y sobre todo, creo que tres de mis costillas se han roto. No es todo, estoy perdiendo una cantidad peligrosa de sangre.
“…”
Y aún así… apenas duele.
Lo que si es sorpresivo, es que el carruaje acabó completamente destrozado y no sólo eso, hay cientos de armas de fuego y otras que desconozco desperdigadas por el piso.
Una multitud rapidamente se acerca sorprendid al ver la carga que llevaba ese hombre y sobre el conductor… prefiero no hablar, sólo digamos que lo que debería estar dentro de su cabeza ya no lo está.
“Ops~ No era mi intención ¿Perdón?”
―¡Se levantó, es un monstruo! ―exclama una señora mientras me señala acusatoriamente.
“Esto es malo, mis piernas no responden como deben”
A este paso, quzás consigan quitarme la máscara… Sea como sea, necesito volver a casa para recuperarme ¿Para cuando despierte de mi siesta estaré curada como siempre?
Me doy la vuelta y me dirijo al bosque, la gente parece dudar si ir detrás de mí, pero al final simplemente eligen dejarme en paz.
Que día tan desafortunado, no sólo no conseguí comida, sino que estoy medio muerta ahora.
Maldición, mi visión me está fallando.
Incluso veo a tres tipos cargando con un saco que se mueve.
―…
―…
Los tres se quedan paralizados al verme, ladeo la cabeza y niego antes de seguir caminando.
―Mata a ese vagabundo por si acaso ―declara el que parece ser el líder.
Uno de ellos saca un cuchillo y se acerca a mí.
Por sus tamaños y figuras puedo notar que se trata de humanos, pero esos extraños trajes parecen los que se usaría en un desastre nuclear.
“No creo poder huir de ellos si quieren atraparte ¿Debería resistirme? Bueno, no quiero ser asesinada después de todo”
Y es así que tras darles unos pequeños golpecitos, ahora están inconscientes en el piso… No los maté ¿Verdad?
Ahora, vamos a ver que tenían en ese saco, ojala que sea algo que pueda cocinar para saciar mi hambre.
“Sólo es una niña bestia”
―…
―…
No me importa.
―¡O-Oye! ―Escucho su voz desesperada.
Pero, no es mi asunto.
―¡S-Si me salvas prometo darte la mejor de las recompensas! Comida, dinero ¡Lo que quieras!
De acuerdo, me tiene.
Ahora mismo estoy desatanto sus cuerdas. Es una niña de menos de diez años, con orejas y cola de lobo, tanto su pelaje como su cabello son de color gris y viste ropas bastante ligeras, por lo que con el saco tuvimos que improvisar un vestido.
―Ugh…. Esto apesta… hermano….
“Ahora está llorando”
¿Cómo debería hablar con ella? Hace tiempo que no hablo con otro ser pensante.
Ellos suelen hablarme, pero no tengo recuerdos de responderles.
Suelto un suspiro y la arrastro mientras continua llorando. Termino por arrastrarla hasta llegar a una cueva, dónde enciendo una fogata para mantener el calor.
Termino por quitarme la capucha y la gabardina, dejandome sólo puesta la máscara.
―¡¿E-Eras una chica?!
Ladeo mi cabeza, ¿Es eso de importancia? Ahora mismo lo esencial sería que consiguieramos algo para que pudiera llegar a su casa.
No, espera ¿Por qué debería de tomarme tales molestias? Ni siquiera la conozco y encima no estoy segura de si me vaya a pagar lo que dice.
―¿P-Puedes hablar? ―pregunta, visiblemente incomoda.
―Puedo… ―respondo cortante.
―A-Ah… b-bueno… y-yo… ¿G-Gracias? ―comenta visiblemente temerosa.
“Bueno, es una reacción normal, creo…”
Antes no le importó porque estaba siendo secuestrada pero ahora que sabe que está en un lugar completamente desconocido con un extraño que ni siquiera muestra su rostro.
―En todo caso, es la primera vez que veo a alguien de cabello blanco ¿Cuál es tu nombre? Yo soy Kyara Hagane.
―….¿Nombre? ―pregunto, algo presionada por este nivel de intimidad.
Es demasiado para una ermitaña como yo.
―¿No tienes uno? Bueno, escuché que no es raro por estos lugares… pero… ¿No es triste?
Me encojo de hombros, nunca me sentí de esa manera antes, aunque estoy curiosa por saber que clase de sensación es esa.
―¡D-De cualquier manera! Si me ayudas a regresar a casa prometo darte lo que desees.
Puedo ver determinación en sus ojos, aunque sigue temblando al no ser capaz de leerme.
[¡Seamos amigos!]
Bueno, no tengo nada que perder y si algo pasa siempre puedo dejarla botada por ahí…
―De acuerdo…
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