La Daga del Emperador de Plata - Volumen I - 10
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- 10 - Una prisión celeste en noche de luna azul
Unas preguntas, en ese momento, merodeaban incesantemente en mi cabeza… ¿Qué debo hacer…? ¿Cuál será la solución idónea para este terrible predicamento…? ¿De qué manera debo actuar de ahora en adelante…? Y, sobre todas aquellas inquietudes… ¿Cómo podré salvarlo de sus persuasivas y manipuladoras garras…? Llegando a pensar jamás que la persona que más admiraba, se pondría en mi contra… Aún lo siento tanto, Obi, espero y me perdones incluso desde el otro mundo…
Relampagueante luz que se asomaba oculta entre las nubes negras, torrenciales gotas de lluvia cayeron sobre mi melancólico ser, mientras sostenía sobre mis brazos el cuerpo sin vida de un amado ser que se ha arraigado firmemente en mi corazón. Las múltiples laceraciones ensangrentadas sobre mi cuerpo no me impidieron abrazar a aquel cuerpo inerte, y muchos menos derramar lágrimas que recorrían hasta depositarse sobre una profunda herida en el pecho de aquel fallecido chico de 12 años, mi hermano querido. En medio de toda agobiante tristeza, sólo podía repetir con voz entrecortada, un nombre que perdurará en mi memoria, inclusive hasta el fin de mis días: Obi…
Norte de Liverpool, Inglaterra.
Perspectiva de Oana: al detallarla de pies a cabeza, sentía como la sed de venganza regresaba como el fluir de un río desbordado por la tempestad, aquella causada por una furiosa e incontenible tormenta. Mi mano derecha temblada sin vacilar, intentando cubrir la ira y el rencor que inundaba poco a poco mi alma; al verla fijamente a esos ojos escarlatas, veía en ella a aquella manipuladora asesina…, sin embargo… ante los recientes acontecimientos surgía una inquietud relevante… ¿Cuándo tendré la oportunidad de arrebatarle su vida…?
— ¿…? ¿Oana…? ¿Te encuentras bien…?
Pronto acaté al llamado del confundido señor Kenji, desconectándome de mi perturbador pensamiento. Por obviedad, no pude contestar a su pregunta, por lo menos no con palabras, sin lograr vocalizar sonido alguno, pero creo que asentir fue suficiente para todos los presentes…
— P-Permítanme y les explico ciertas inquietudes… —comentaba Blanimir con seriedad, aunque también se notó un tanto angustiado— Vania es la hija de Lilith y de Lucifer; la única hija fruto de la unión de estos dos, siendo la menor de todas sus hermanas súcubos… Como sea, al enterarse de que su madre era portadora del 4to sello de ‘Sealant’, contactó con la organización a la que pertenezco, por cuenta propia y a escondidas de su difunta madre.
— Y fue ahí donde lo conocí… —expresaba la tal Vania, algo seria y tímida— puesto que esta organización ya tenía conocimiento sobre los sellos de ‘Sealant’ y sus posibles portadores; sin embargo, dicha organización se negó a involucrarse directamente en el caso, por lo que Blanimir ha sido el único en ayudarme hasta ahora.
Aunque esa metiche “señorita” terminaba inmiscuyéndose en la explicación, a Blanimir no parecía molestarle en absoluto, dejándola continuar en otras ocasiones más…
— ¿Quieres decir que, el joven aquí presente, ha estado actuando por cuenta propia? —Expresaba el señor Kenji con seriedad, y de repente suspiraría antes de continuar hablando— Estos jóvenes de hoy en día no comprenden la magnitud de sus actos…, sin embargo estoy algo curioso respecto a todo esto.
— Gracias, señor Kenji… Vania, al ver la actitud despreocupada y malévola de su madre, decidió tomar el liderazgo de todas las súcubos y guiarlas por un camino alejado de los seres humanos, pero la angustia por su madre no había desaparecido del todo, y mucho menos cuando esta fue contactada por algunos Mystics Zero que afirmaban ser integrantes de la orden secreta ‘Tanken’ —comentaba el licántropo.
— Cuando me enteré de lo que estaba sucediendo con mi madre, quise investigar al respecto si en realidad se había integrado a ‘Tanken’, pero su descontrolada y libertina actitud no encajaban con dicha orden… —y esa Vania agregaba a la explicación.
— Sin embargo, ella cumplía a cabalidad con sus misiones, siendo hace 2 años que se le ordenó robar una Shukketsu, y para su fortuna se había convertido en objetivo claro de un Mysthic Slayer de 1 Star…, alguien que por casualidad estaba a punto de realizar… ¿…? —De repente comentaría Blanimir un tanto inseguro, como si no tuviese clara su información— ¿Eh? Una prueba de ascenso…, creo…
Reaccioné anonadada ante lo que relató Blanimir, pero por alguna razón continué escuchando la reveladora historia, pendiente del más mínimo detalle, y en ese instante el señor Kenji intervino…
— ¿Cómo es que tienen conocimiento detallado de este caso? —y Vania respondería.
— Ocasionalmente visitaba a mi madre, intentando alejarme de mi padre, ya que mi relación con él no era… ni es la mejor…, por lo que estar con mamá de manera tan seguida no era de extrañarse, y al estar en constante contacto con ella, conocía todas sus salidas y a quienes podría visitar…
— Pero hace poco deduje una cosa en particular…, Lilith desconocía las verdaderas intenciones de ‘Tanken’ —era Blanimir quien expresaba con seriedad y preocupación, y el señor Kenji intervendría de nuevo.
— Los sellos de ‘Sealant’ ¿Cierto? —y Blanimir asentía tras aquella cuestión.
— Con 3 de los 7 sellos destruidos, era claro que su siguiente víctima era Lilith, portadora del 4to sello, por lo que durante el enfrentamiento con esta joven Mysthic Slayer (mira a Oana), se había abierto la oportunidad perfecta para asesinarla, ya que de alguna manera predijeron que Lilith sería, por lo menos, acorralada y neutralizada…
— Al enterarme de lo sucedido, quise hacer justicia por mi cuenta y a espaldas de Blanimir, ya que gracias a mi madre, conocía una de las tantas guaridas de estos miembros de ‘Tanken’, pero mi decisión fue errónea, terminando por involucrar a todas las súcubos bajo mi protección en mis problemas personales, sin saber cuan fuerte eran ellos, siendo derrotadas por ellos 4… —dijo Vania.
— ¿…? ¿Ellos 4?
Me imaginé que eso fue lo que Iori pensó de manera confundida, al igual que yo, ya que a pesar de la expresión seria en su rostro, no pudo ocultar su reacción del todo…
— Tras salvar a Vania, y al resto de las súcubos, sin que el sátiro se percatara de mi presencia, vi como ustedes (mirando a Iori y a Yuna) luchaban contra él… Al principio consideré dejarlos a su suerte, pero Vania me convenció de ayudarlos; entonces…, fue cuando los encontré (también miró a Oana) a los 3 ya derrotados… —explicó Blanimir. Eso respondía a cómo habíamos sido salvados de las garras de esos Mystics.
— Salvándonos de Medusa y Asterión ¿Cierto? —Preguntó Iori de forma analítica, mientras Blanimir asintió con una tenue sonrisa— ¿…? Pero… ¿Acaso las súcubos bajo tu liderazgo son débiles? Es decir, pues… entre Yuna y yo logramos derrotarlo…, y Yuna en sí es una humana…
— Tuvieron suerte de haber enfrentado solamente al sátiro, pero todas nosotras enfrentamos a alguien bastante rápido; no pudimos reaccionar a tiempo… —aclaraba Vania con tanta propiedad y seguridad en sus palabras, que me irritaba su actitud— Cuando quisimos recobrar el conocimiento, habíamos perdido el combate y también nuestra libertad…
— Cuando Vania me lo contó, supuse que era alguien que podía moverse entre las sombras, atacándolas a todas sin que tuvieran la mínima oportunidad de defenderse —agregaba Blanimir.
— ¡Hmm! ¿…? Si algunas de las súcubos no tuvieron la oportunidad de ver o presenciar quien era su agresor oculto, significa que dicho individuo pertenece al clan “Unsterblich”… —y culminaba el señor Kenji con la explicación… por el momento.
Blanimir no parecía asombrarse mucho ante la premisa del señor Kenji Yamamoto, contraste a los demás que pedían con disimulo el revelar mayores detalles al respecto…, inclusive yo…, lo que no tardaba el licántropo en hacer…
— Veo que usted piensa lo mismo, señor Yamamoto… —pero el señor Kenji lo miró inmutable. Eso dio algo de miedo.
— ¿…? El clan ‘Unsterblich’ es conocido por la misteriosa habilidad mágica “Schattenmanipulation”, que les permite moverse a través de las sombras. Cuando se activa, son envueltos dentro de ellas, permitiéndoles desplazarse a grandes velocidades —explicaba el señor Kenji con suma seriedad, y poco después agregaría Blanimir.
— El clan ‘Unsterblich’ actual no cuenta con una raza líder, componiéndose de distintas razas de Mystics Zero; no obstante, todos son incapaces de morir en cierto sentido…
— ¿…? Son inmortales ¿Cierto? —comentó Yuna, seria y angustiada, a lo que Blanimir respondería asintiendo.
— Bueeeno… inmortales del todo no son… —el señor Kenji comentaba sonriendo tímidamente. Eso también fue algo perturbador en cierto sentido— Es decir, pueden ser abatidos por el filo carmesí de una Shukketsu, sin embargo el problema radica en que pueden recuperar sus memorias pasadas…
— ¿¡Reencarnación!? —exclamó Yuna anonadada. Yo, por lo menos, disimulé tal reacción.
— ¡Je, je…! Algo así… ¡Ahem! Como sea —y en ese momento expresaba seriamente el señor Kenji— Creo que ahora deben enfocarse en lograr la manera de hallarlos, pues está claro que representan una gran amenaza…, y creo que sé cómo pueden hallarlos…
De repente, el señor Kenji sonreía serenamente al mirarme fijamente, lo que me causaba confusión y desconfianza, palpable en mi ceja izquierda levantada en ese instante, mirando de manera escéptica al experto y colaborador Mysthic Slayer. A pesar de todo, esa ira hacia Vania se esfumó de momento…
Perspectiva de Iori: creo que el plan sólo le faltaba llevarse a cabo, y al parecer Oana era la clave… Indagar por aquella conversación, a solas, que mantuvo con el señor Kenji Yamamoto no era algo que deseara, y siendo totalmente franco conmigo mismo y para con los demás, me había quedado muy claro, por lo menos, de qué habían conversado… Lentamente sentí como el flujo del Maná dentro de mi cuerpo volvía a la normalidad, restableciendo habilidades que por petición quise mantener sellado. No obstante, al verla tan tensa, quise preguntarle ciertas cosas, aunque eso significara desviarme de lo que suelo hacer actualmente, regresando a un estado emotivo que había desechado hace mucho tiempo…; podría decirse, que sentía preocupación por alguien…, y yo estaba angustiado por lo que sentía Oana ante todo lo que se nos había revelado en este interminable día, conversación que mantuvimos aparte y pocos minutos antes de partir.
— Me sorprende que te conserves tranquila ante aquella noticia —comentaba con seriedad y aparente tranquilidad, ocultando mi clara preocupación.
— ¿A qué te refieres…?
Ella respondía de manera desinteresada y algo seca, mientras preparaba la Shukketsu enfundada de su fallecido hermano, colocándola detrás de su cintura como cualquier ‘Slayer’ lo haría…, pero ante la repentina interrogante que le haría, ella suspiraba de manera profunda e impaciente, como si le afectara de alguna forma…
— Lilith y Obi… ¿No te alivia saber cómo sucedieron las cosas en realidad?
— ¿De qué me sirve saberlo, si no puedo traer de vuelta a mi hermano…?
Frente a su reacción llena de indignación y frustración, aparenté restarle importancia, enseñándole mi acostumbraba actitud de siempre, sin embargo fue difícil en esa ocasión, y eso de por sí me costaba el solo hecho de reconocer que podía sentirme así por alguien más…; cuanto interés me despertaba Oana…
— Muchos intentan justificar las acciones de Lilith, pero ninguno intenta observar la realidad de las cosas… Para mí, Lilith siempre será la culpable de mis desgracias…, y me importa un bledo si esa fue su meta en un principio… Ella hurtó la Shukketsu y la oportunidad de vivir de Obi, y eso jamás se lo perdonaré.
— ¿Y quién dictamina cual es la víctima y quien el victimario…? —Preguntaba serio y de manera subjetiva— ¿Te has puesto a pensar, por lo menos, lo que piensa Vania de todo esto…? Ella debe sentirse avergonzada por lo que te hizo su madre…
— ¿¡Y desde cuando te preocupas por mi…!? —Exclamó sumamente exaltada, interrumpiéndome al instante. Fue la primera vez que la vi así— ¿¡No eres de esas personas que poco les interesa lo que le sucedan a los demás, y viven sus vidas “tranquilas” (simbolizando con sus dedos las comillas)…!? ¡¡Últimamente andas muy pendiente de lo que les pasa a los demás…!!
— E-Es Yuna la que se preocupa por ti… Espero que no te confundas, pues tú misma has dado con mi forma de ser… —comenté lo más convincente que pude, pero incluso ni yo me tragaba ese comentario.
— ¡Je, je, je…! —Y ella reía irónicamente, mirándome de manera escéptica— No necesito que me digas lo que ‘Pechos grandes’ siente y piensa de mí…; ten la suficiente valentía para reconocer lo que TÚ… estás sintiendo por mí…
Poco a poco empezaba a relajarse, pero solamente parecía no tolerar la situación por completo… ¿Tan equivocado estuve en tratar de limar las asperezas entre ambos?
— S-Sólo te pido… que evites este tema y comiences a cuestionarte por lo que estás pasando… Quiero llevar a cabo esta labor como debe ser, y a mi manera… Te aconsejo… que no te entrometas en los métodos que pueda utilizar… —y Oana expresó tajantemente irritada.
Así fue nuestra corta conversación; la situación entre ambos se tornó bastante tensa, mucho más que antes, por lo que no tuve más opción que dejarla en paz tras abandonar aquella habitación…; sin embargo, aunque discrepaba con sus opiniones, en cierta forma tenía razón en algo… yo comenzaba a interesarme en los que me rodeaban…, y lo curioso del caso es que no sabía el por qué…
Perspectiva de Yuna: solitarias calles de una imponente ciudad, bajo el control de seres lumínicos con destellantes alas azules feéricas que parecían custodiar este plano existencial, aquel que recreaba a imagen y semejanza las transitadas avenidas de la ciudad de Liverpool, y que a lo lejos se avistaban ellas merodeando por los cielos oscurecidos, panorama iluminado con el resplandor de esa azulada luna llena… Por mi parte, plantearía una incógnita que me ha estado aquejando mientras arreglaba mi cabello, formando una coleta de caballo al costado izquierdo de mi cabeza, como he solido usarlo últimamente…
— Durante todo el día me he preguntado… ¿Cómo fuiste capaz de localizarnos tras estar batallando contra Medusa y Asterión…? —pregunté curiosamente.
El señor Kenji había propuesto que la única forma de detectar a los Mystics que amenazaban la seguridad de los ciudadanos, era con la ayuda de los ‘Versteckts’ o algo así; que Oana sería la clave para todo esto, y que no se nos ocurriese pedir su participación, ya que afirmó que el simple hecho de haberse reunido con nosotros fue bastante riesgoso para él, lo que los demás no vieron problema alguno…
— ¿…? Algo que no había revelado hasta ahora, es que ciertos miembros de familias nobles poseen ciertos privilegios que cualquier otro ‘Slayer’ sólo obtendría tras posicionarse en un alto rango… —Oana explicaba seria y apáticamente. Típico de ella— Además, no estaba buscándolos a ustedes… Buscaba al dueño del hacha que acribilló a Lilith…
— Entonces… ¿Los Northrop son una familia de nobles? —e Iori preguntaba de forma escéptica segundos después.
— Técnicamente lo soy, pero dudo que herede el titulo para hacerme cargo de la familia Northrop… —comentó ella, agregando un suspiro profundo antes de continuar— Igual, debemos enfocarnos en nuestra principal tarea…
— Así es… Entonces…, esto de los ‘Versteckts’… ¿Cómo funciona…? —ese fue Blanimir, quien preguntó serio y confundido.
— Se los explicaré, aunque tú y la hija de Lilith sepan de algunos detalles… Los Mystics Zero, tienen la capacidad de ocultar su Maná y traspasar a voluntad planos existenciales sin ser detectados por los ‘Versteckts’, aquellos capaces de detectar anomalías hechas por los Mystics mientras vigilan el plano que habitan…; pero, debido a que los Mystics Zero pueden ocultar su Maná, siendo indetectables a simple vista, los ‘Versteckts’ poseen un comando asistente para rastrear objetivos específicos de los Mysthic Slayers más experimentados, miembros de la nobleza y de la realeza; función que detecta fácilmente a los Mystics Zero. Dicho comando es conocido por pocos Mysthic Slayers como el protocolo “Hunter”…
Perspectiva de Oana: enfocando toda mi atención en los merodeadores y celestes ‘Versteckts’, logré avistar al que había utilizado en aquella ocasión, pues soy de las que se apega con sentimentalismo a las cosas materiales…; suena superficial, pero así soy…, e ilógico también, pero quizás algún día sepan por qué. En fin, continué con mi objetivo al llamar al ‘Versteckt’ y proceder con el protocolo “Hunter”…
Aunque no era la primera vez que veía a uno de estos organismos biomecánicos revestidos de lo que se asemejaba a una especie de ‘Corset’ de metal, adornadas con una diadema plateada, me asombraba el verlas con su fémina apariencia casi humana de gran belleza. Con cuerpos bien modelados, piel deslumbrante y blanquecina, cabellos azulados y brillantes, laceados y alargados; con orejas puntiagudas, ojos azules, y alas de hadas, simplemente era de admirar y contemplar. Entonces, ella se acercó y se presentó ante todos nosotros…
— Les presento a “Blossom”… —expresaba orgullosa.
Incrédulos y confundidos ante la presencia de lo que podía considerarse por parte de los demás como una “mascota”…, Iori, de manera atrevida, dijo:
— ¿Le pusiste nombre…?
— ¡Sí! ¡Y no te metas con Blossom…! —y responderle ofendida no pude evitarlo. No tenía derecho de tratar a Blossom de esa forma.
— ¡Aww! ¡Que linda! —fue lo que generó Yuna con esa atontada expresión en su rostro. No lo dijo, pero estaba segura que fue lo que pensó dentro de su cabecita.
— ¡Ahem! ¡Como sea…! —Exclamé con cierta molestia, para después expresar con seriedad— Blossom; código de verificación: 1, 0, 0, 3, 4, 7, 0, 9, 8, D11…
— “Versteckt B-1, 0, 5, 5, 0”…; nombre clave, “Blossom”. Reconocimiento auditivo de Mysthic Slayer 1, 0, 0, 3, 4, 7, 0, 8, 9-D11, Oana Laelia Northrop, confirmado… —fue lo que dijo Blossom al reconocer mi voz; típica inmutable como debe ser “ella”.
— Acceso al menú de asistencia exclusiva; activa el protocolo “Hunter” —mencioné yo.
— Acceso concedido… Protocolo “Hunter”, activado… Rastreando Mystics ocultos en el perímetro… Ampliando la búsqueda a un rango de 7 kilómetros de campo tridimensional…
— ¡Wow! ¿Abarca tanto su búsqueda…? —preguntaba Blanimir con asombro.
— ¡JAH! El rastreo de un Versteckt bajo el protocolo “Hunter” es sorprendentemente amplio —afirmé sonriendo presumidamente. No podía evitarlo sinceramente. Por otro lado, Blossom reaccionó repentinamente…
— ¿…? 3 firmas de Maná confirmadas… 2 Mystics de clase ‘C’ y uno de clase ‘B’… Ubicación…
Todos atentos a la respuesta; esperábamos impacientes a la localización exacta de los objetivos…, y de repente Blossom miraba al cielo nocturno, diciéndonos convincentemente que nuestro objetivo estaba… arriba…
Sorprendidos ante la noticia, todos miramos hacia el cielo esperando confirmar lo que Blossom expuso tras su ágil, preciso y exhaustivo rastreo… En efecto, a lo lejos de un cielo oscurecido, una esférica construcción de concreto rígido flotaba libremente fuera del alcance de aquellos que intentaban actuar justamente para evitar una tragedia futura. La esférica estructura podría contar con un diámetro aproximado de 87 metros, que contaba, además, con múltiples aberturas rectangulares dispersas sobre su propia masa, por lo que a simple vista se consideraron entradas hacia su centro o bien puntos de salida hacia el exterior…; dicha esférica estructura, podría estar a unos 2.300 metros de altura aproximadamente, y verla allí se me hizo muy familiar al instante.
— ¿…? ¿E-Esa es la guarida d-de…? —Atónita, Yuna miraba la esférica estructura flotante— ¿¡…!? ¿¡Cómo vamos a llegar allá…!?
— ¡Maldición! ¡No contaba con que estuviesen fuera de nuestro alcance…! —decía Blanimir, frustrado e indignado tras ver la estructura celeste.
— ¿…? Ahora… ¿Qué hacemos…? —preguntaba Vania algo angustiada. En verdad no quería hacerle caso a sus reacciones.
— Tengo una idea, pero a Oana no le va a gustar… —e Iori comentó con seriedad, a lo que no dudé en cuestionar, mirándolo escépticamente.
— ¿…? ¿Qué quieres decir…? —pregunté, recibiendo su respuesta inmediata.
— Pues… entre tú y Yuna, tú pesas menos…
Al término de su frase, él sujetó el cuello de la gabardina que usaba, y con firmeza me levantó instantáneamente, arrojándome por los aires luego de dar un giro rotatorio de 270° en dirección hacia la esfera flotante, movimiento hecho con una fuerza sorprendentemente descomunal… Como ‘Slayer’ estaba acostumbrada a las situaciones extremas, sin embargo gritaba despavorida mientras permanecía suspendida en el aire, alcanzando una altura aproximada de 25 metros, y ascendiendo aún más de forma lenta en ese momento…
— ¿¡IORI…!? ¿¡QUÉ HACES…!? —fue lo que le oí preguntar atónita, y sumamente confundida, a Yuna antes de ser lanzada; y supongo que Iori la ignoró por completo.
Aun en el aire, prácticamente aterrada por lo sucedido, Iori apareció repentinamente a mi lado. Quise indagar los motivos de su decisión, pero oírlo recitar cierto Magicae no me dio tiempo para hacerlo; además, verle cierta expresión mezcla de seriedad y aflicción en su rostro me impidió hacerlo, limitándome a oír como invocaba su Magicae desde cero… otra vez.
— Lo siento, Yuna, pero una parte de mí no desea que seas participe de todo esto… —me imaginé que fue eso lo que pensó en ese instante, creyendo que así fue cuando lo susurró, pero igual fue opacado con lo que dijo— “Magicae Incipere: Sanjigen Janpu”…
Fue sumamente rápido lo que hizo, y poco después de volverme a lanzar otros metros más, el ‘Nireru no Mahou-jin’ de aproximados 1.10 metros de diámetro, apareció efímeramente con el verdoso emblema circular de puntas flechadas en 12 direcciones distintas, Magicae que de seguro tomó por sorpresa a aquellos que se quedaron en tierra al verlo desaparecer una vez fue envuelto en un manto de luz.
Una y otra y otra vez se repitió sin descanso la misma operación; Iori me sujetaba de las manos firmemente con las suyas, me lanzaba ascendentemente hasta que ambos alcanzáramos una distancia próxima a la flotante estructura, lo que conseguimos al estar a unos 58 metros entre nosotros y la esférica estructura flotante. Con una última tele-trasportación de Iori, mientras me conservaba en sus brazos una vez decidió mantenerme así, arribamos a dicha estructura al avistar el interior de una de las múltiples entradas que nos proporcionaba tal edificación voladora; y una vez dentro, Iori me dejó reposar sobre el suelo de aquel interior siniestro y solitario, temblando de los nervios e intentando apaciguar mi agitada respiración.
— ¿¡…!? ¡N-No vuelvas hacerlo, I-Iori…! —Exclamé asustada, para luego pensar al mirarlo— Parece ser que su Magicae ha regresado… “Sanjigen Janpu”, es una habilidad mágica bastante sorprendente, siendo uno de los pocos de tipo espacial. Será algo problemática para cualquiera de sus futuros oponentes…
Si bien di mi análisis sobre el Magicae que Iori dominaba y recién recuperaba en ese instante, vi cuan agitado reposaba de rodillas sobre el suelo, suponiendo el gran esfuerzo que sostuvo en usar nuevamente sus selladas habilidades; sin embargo, su mirada evidenciaba su pensativa actitud, a lo que no dudé en reaccionar confundida, olvidando todo temor sentido anteriormente.
— Tienes razón, Oana… —expresaba Iori, serio y jadeante— A pesar del poco tiempo que he estado junto a ti, y de Yuna, he comenzado a preocuparme por su bienestar…, por eso, ahora que lo pienso…, nunca debí dejar que involucraras a Yuna en esto…, pero tampoco haberte dejado sola en estos momentos en el que necesitabas sanar viejas heridas en tu corazón… Sé con certeza lo que significa perder a alguien al que admiras…, y si para ti significa tanto hacer justicia por tu fallecido hermano, sin importar los métodos que utilices…, yo te apoyaré…
— ¿¡…!? ¿¡I-Iori…!?
Eso en verdad me dejó atónita, tanto que no dudé en mencionarlo, y ante tales palabras de aliento que él me brindaba, unas cuantas lágrimas se escaparon sin que quisiera. Nunca quise estar indispuesta con él, y tal parecía que eso resolvía nuestra discordia, afianzando nuestro vínculo ante la complejidad del predicamento de aquella vez… Iori sonreía tenuemente, y tras ponerse de pie, me miró fijamente, brindándome su mano derecha para ayudarme a levantar del suelo…
— Aunque mi plan original era encargarnos de Medusa, Asterión, y de aquel inmortal, sé que Blanimir encontrará la manera de llegar hasta acá…; si eso sucede, espero que dejes pasar por alto tu enemistad con Vania y comiencen a trabajar juntas, porque no nos servirá que tengamos disputas internas.
Sujeté la mano de Iori, poniéndome de pie con el apoyo del mismo, y tras secar mis lágrimas, le arrojé cierta pregunta del que recibí más pronto una respuesta…
— Me arrojaste apropósito para dejar a Yuna ¿Cierto? —Expresaba con cierto enfado— ¿Crees que no hallará la manera de subir hasta acá…?
— ¿…? Espero que no reciba la ayuda de Blanimir para hacerlo, pero si lo hace… no me haré responsable de lo que le suceda… —expresó él con seriedad y un tanto “indiferente”, algo que incluso cuestioné mentalmente, además de suspirar indignada.
— ¡Tan insensible como siempre! Pero no te creo ¿Sabes?
Y el estúpido de Iori, por un instante, sonreía de manera tenue, reconociendo la falsedad de sus palabras. Pero, ante el jocoso momento, ellos aparecerían en escena recibiéndonos tras su llegada inadvertida…
— Además…, tenemos enemigos que enfrentar… —dije con seriedad.
— ¡Jah! Debo reconocer su esfuerzo por haber llegado hasta aquí… —dijo la gorgona sonriente y de manera confiada— Pero su decisión fue errada, porque ustedes perecerán, jóvenes ‘Slayers’…
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