La Daga del Emperador de Plata - Volumen I - 12
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- 12 - Batalla a muerte (2): filo de sangre oscura
Jamás imaginé que las cosas llegarían hasta este punto, ya que ellos estuvieron dando lo mejor de sí mismos para derrotar a la última amenaza que yacía frente de nosotros. Exhaustos y malheridos, ellos continuaban en pie intentando detenerlo, ignorando por completo su superioridad; verla tan enérgica y colaboradora con Vania, me hacía pensar que Oana pudo enterrar todo el rencor que había cargado por todo este tiempo; Blanimir, aunque es un recién aparecido para nosotros, me alegraba tenerlo en nuestras filas, demostrando su lealtad y confianza; Vania, esta chica…, en verdad se esforzaba en reparar todos los daños ocasionados por Lilith; y… Iori, ver por primera vez esa cálida sonrisa en tu rostro… me llenó de felicidad, pues supe que he logrado tejer lazos contigo a pesar del poco tiempo que tenemos de conocernos…; sólo espero que ambos cumplamos nuestra promesa…
Abril 27 de 2.018. Al interior de una “Kyuukei Keimusho”…
Perspectiva de Iori: minutos antes… la lluvia rojiza y destructiva yacía encarnecida en el interior de aquella prisión convertida en zona de guerra, pero su diabólico manto alado cubrió a la “princesa de hielo” para proteger su vida, evitando que aquel hombre, que abandonó su bestial apariencia, acabara con su existencia. Confundida y llena de estupefacción, observaba a su salvadora al recuperar el sentido sin siquiera tener la oportunidad de reconocer su acto altruista; las cosas por las que Vania tuvo que pasar. Entre las sombras, literalmente, emergía imponente con el fin de inmiscuirse en aquella locura que llamábamos batalla, aliviando mi corazón angustiado; sin embargo, su tan esperada llegada traería consigo desafortunadas noticias, puesto que cierta flotante prisión perdía altitud impiadosamente…
— ¿…? ¿Cómo es eso posible…? ¡¡…!! ¡Explícate, Blanimir! —Dije de manera exaltada y exigente, pero luego expresaría con angustia y confusión— ¿¡…!? ¿C-Cómo es que esta ‘Kyuukei Keimusho’ está descendiendo…?
— C-Como lo dije antes, Iori…; esta cosa, como la llames, ha perdido altitud desde que llegaron aquí… —y Blanimir me respondía de manera seria y angustiada— Sin embargo, no es momento de discutir entre nosotros… ¡Debemos derrotarlos y buscar la manera de detener el descenso de esta cosa!
— ¡B-Blanimir tiene razón…! —pero fue Oana, tras recuperar el sentido, quien exclamó con determinación, pero después diría con seriedad y levemente preocupada— Por otra parte…, creo saber por qué ha comenzado a descender repentinamente…
Antes de que Oana pudiera revelar información detallada de lo que sucedía en la esférica estructura flotante, una extraña reacción en Blanimir fue clara, como si hubiese escuchado el susurro de una voz tenebrosa que parecía imperceptible para el resto de nosotros, al tiempo en que este mismo era absorbido por el mismo suelo, del que surgía de manera repentina una mancha oscura que se extendió bajos sus pies, y lo sumergía en el vacío y la oscuridad perpetua, borrando de la escena todo rastro del licántropo. No teníamos idea de lo que había sucedido; nos tomó desprevenidos, y solamente la angustia nos abordaba desconsiderada.
— ¿¡…!? ¡¡BLANIMIIIIIR…!! —gritó Vania, desesperada y desconcertada.
No había caso seguir compartiendo aquella información que Oana, posiblemente, revelaría sobre la prisión esférica, pero la causa real de todo era Asterión, quien nos arrebataba esa oportunidad, puesto que el fornido individuo afro-descendiente se abalanzaba agresivamente en contra de Oana y de Vania, aquellas que presenciaban también la inesperada desaparición de Blanimir von Ewig.
Esquivando a tiempo el ataque de Asterión, gracias a sus ágiles reacciones, observaban desde los aires como el suelo recibía el impacto brutal e impiadoso de su hacha, destrozando y hundiendo el terreno hasta convertirlo en un cráter de unos 2.5 metros de diámetro con una profundidad de 75 centímetros aproximados; no obstante, la gorgona aprovechaba la movida de las jóvenes guerreras para acecharlas desde la retaguardia.
— Andron Infernum —recitó Medusa rápidamente; todo parecía bien planificado…
Con el mover abrupto de los dedos mayor e índice de su mano derecha, estelas de luz calcinantes surgían a una velocidad sorprendente, trasladándose rápidamente como pelotas de tenis que revotaban sin control, que dejaban atrás caminos lumínicos que se entrecruzaban entre sí; sin embargo…, Oana movería su brazo derecho, balanceándolo rápida y delicadamente, y creando al instante un manto gélido con el grosor suficiente para soportar las estelas de luz, protegiéndose a sí misma… e involuntariamente también a la joven súcubo, Vania. No obstante, la superioridad de su hechizo cobraría su precio tras traspasar aquel manto de hielo, ya que las estelas de luz golpearían a Oana y a Vania con fuerza, arrojándolas contra el suelo con el que chocaban violentamente, hasta terminar incrustadas en el mismo, muy malheridas, y yo sin poder hacer algo a tiempo en ese momento.
Tras su abrupta caída, me dispuse a actuar ágilmente antes de que Medusa concluyera su ofensiva, claramente pretendiendo aterrizar sobre Oana y Vania, y concluir intencionadamente con un golpe adicional; pero antes de que procediera con mi “acto heroico”, Asterión me interceptaba sin vacile, lanzándome un peligroso ataque con su hacha, sin embargo… exclamé impaciente y lleno de rabia…
— ¡¡No tengo tiempo que perder contigo…!! —Y ahí, inmediatamente, recitaba— ¡¡Sanjigen Janpu!!
Invocando el efecto espacial del Magicae que en ese instante dominaba, parecía tele-trasportarse exitosamente, pero el resultado no fue el que en realidad esperaba; el desplazamiento espacial fue sumamente corto, ubicándome solamente detrás de Asterión y justamente a espalda con espalda. Me sorprendí por la ineficacia del ‘Sanjigen Janpu’, esto nunca me había sucedido después de haberlo dominado, por lo que frustradamente observé como la gorgona completaba su ofensiva al golpear de manera certera y brutal a las inmóviles chicas (Oana y Vania) en el suelo agrietado, logrando así que el mismo terreno cediera hasta llevarlas a una planta inferior que desconocía por completo.
Me desesperé e intenté ayudarlas, no obstante descuidaría mi defensa, siendo aprovechada por el ex minotauro, Asterión, quien me golpeaba con suma brutalidad al arrojarme su brazo izquierdo con inconmensurable fuerza, golpeándome en el costado derecho de mi cabeza, prácticamente en la sien, lo que inclusive me dejaba intensamente aturdido al igual que con una terrible jaqueca. Tras recibir tan certera ofensiva, me imaginé que salí repulsado en dirección a una columna ubicada a unos 17 metros, corroborados poco después de chocar contra el mismo hasta destrozar la rígida estructura vertical que se desmoronaba por completo sobre mí…
Perspectiva de Blanimir: él (Kenji Yamamoto) tenía razón al decir que había otro usuario del ‘Schattenmanipulation’…; definitivamente este era “Kein Ort”, lo era sin duda alguna, la gran dimensión oscura donde gobiernan las sombras y la oscuridad perpetua. No tenía caso seguir preocupándome de donde me hallaba; estaba convencido de poder salir de allí en cuanto recuperara mis fuerzas, las que agoté para poder acercarme a esa esfera flotante; sin embargo, en medio de la nada absoluta y la oscuridad invasora, un maduro individuo de aparentes 30 años y de 1.80 de estatura se presentaba ante mí.
Estaba cubierto por una capa roja, prenda de la que se despojaba para revelarme su identidad, y aun en toda oscuridad, inexplicablemente lo había logrado avistar. Con piel pálida y contextura fornida, avanzaba lentamente con cada paso imponente; con sus brillantes e intimidantes ojos rojos, aquellos que denotaban evidentemente su esencia diabólica; su atractivo rostro y lacia cabellera corta negrada, demostraban su fineza y elegancia, pero su gabardina negra, similar a la que lucía yo en ese entonces, señalaron una ferviente deslealtad, pues en ese momento, aquel ser se dirigía con cierta camaradería y cortesía hacia mí, que con evidente indignación y cierto asombro revelaba la identidad de aquel aparecido…
— Fuiste tú el que me trajo aquí ¿Cierto, Grigore? ¿¡…!? ¿¡Qué mierda haces aquí…!?
— ¿…? No pareces tan sorprendido, Blanimir —Grigore me comentaba, muy sonriente y sereno— Acaso… ¿Alguna vez llegaste a sospechar de mí…?
Aparenté no inmutarme ante sus palabras, pero sí veía con total decepción y rencor a Grigore entre las sombras de un vasto y negreado espacio.
— Heinz nunca te reveló quien era en realidad ¿Verdad? Incluso Myghal omitió revelarte que clase de Mystic Zero era…, o… ¿Me equivoco…? —Comentaba él egocéntricamente, para luego expresar sarcásticamente— ¿Qué me dices del profesor Jekyll? ¿Te dijo algo sobre qué clase de habilidades poseía…?
— ¡T-Tú eres…! —Empezaba a enojarme cada vez más— ¡¡Tú eres…!! ¡¡…!! ¿¡Cómo es posible que hayas traicionado a Heinz y a los demás…!? ¡¡Entregaste toda tu lealtad a K’, y todos depositamos nuestra confianza en ti…!! ¿¡Por qué maldita sea haces esto, Grigore…!?
Estaba clara la exaltada actitud desatada en aquella inquietud, llena además de ira y desilusión, pero ante el cuestionar insistente, su actitud presumida se desvanecía lentamente hasta optar por una actitud seria e insensible. Ahora lo detesto más; nunca me cayó bien ese malnacido…
— K’ representa para mí un obstáculo menor…, en comparación con los miembros de ‘Juuni Bumon’; ellos sí son un increíble obstáculo a superar, incluso para mi señor ‘Umbra’ y los miembros de ‘Tanken’… Los Mysthic Slayers que arriban al mundo humano no generan más que atrasos en sus planes, y estamos a punto de liberar la “Espada Sealant” de todos sus sellos y así poder hacerla localizable.
Su expresiva sonrisa malévola denotaba toda la falta de cordura en su mente, mientras extendía su mano derecha hasta empuñarla con firmeza demostrando el poderío y el dominio de lo planificado…, cosa que repercutía en el reaccionar sorpresivo que exponía ante él; ya lo odiaba profundamente, pero igual seguía desconcertándome su plan…
— ¿…? C-Creí que ‘Tanken’ ya poseía en sus manos a ‘Sealant’… —mencioné preocupado.
— ¡JAH! Los sellos ocultan su ubicación, mas no ocultan su poder… —y él respondía seria e indiferentemente— Pero tranquilo, una vez que me deshaga del 5to sello, estaremos más cerca de completar nuestro objetivo.
Al expresar convincentemente, Grigore sacudía la parte posterior de su gabardina revelando una chokutou enfundada, el cual permanecía adherida a la parte posterior de su cintura. Ante la presencia del “arma blanca”, de rapidez adoptaba una postura de combate y una actitud defensiva…; jamás había luchado contra él, pero imaginaba cuan peligroso podía ser.
— ¡N-No dejaré que lleven sus planes a cabalidad…! A-Además… ¡Tengo la obligación de regresar con aquellos que decidieron ayudarme para detener a ‘Tanken’…! —afirmaba más que nervioso; en verdad me sentía levemente aterrado, y no podía calmarme.
— ¿¡…!? ¿Crees que no sé cuanta energía te queda para salir de ‘Kein Ort’? —Y para colmo Grigore decía eso al sonreír confiado— ¡Para llegar a la ‘Kyuukei Keimusho’ debiste, al menos, cruzar esta dimensión…! Creo que eso te costó mucho Maná ¿Cierto? Pero ¿Te digo algo? Es mejor que permanezcas en ‘Kein Ort’, ya que el generador anti-gravedad de esa prisión, está por agotarse…; y una vez se acabe la energía, caerá sobre el centro de la ciudad.
— ¡Hmph! ¡Eso no me preocupa…! —Respondía al sonreír despreocupado— Si aquella prisión desciende hasta chocar contra la ciudad, recuerda que la prisión flotante se encuentra dentro de un plano dimensional distinto, la cual no ocasionaría daños en el mundo real.
La premisa convincente por mi parte, por un instante, sorprendería a Grigore, pero luego de quedarse en silencio, dicha actitud se esfumaría y me contestaría con una malévola y despiadada sonrisa…
— ¿Eso crees? —Expresaba Grigore confiadamente— ‘Umbra’, desde un principio, trajo esta ‘Kyuukei Keimusho’ al mundo humano, sabiendo que el generador anti-gravedad era alimentado por una fracción del Maná de cada prisionero confinado en su celda dimensional… Comparado con lo que las dimensiones de bolsillo necesitaban para mantener aprisionados a sus habitantes, no era ni siquiera la mitad de lo que el generador tomaba de cada prisionero…, y tras liberar a cada prisionero, el generador se quedó sin fuente que la alimentara, por lo que su descenso será inminente… ¡Aaah…! Pero eso no es todo, mi querido “lobito”, ya que si una estructura tan grande como esta colisiona, el generador liberaría la carga restante tras explotar, desequilibrando las funciones de los ‘Versteckts’, y exponiendo lo que los Mysthic Slayers han intentado ocultar de los humanos durante siglos.
Aunque mi premisa demostraba un gran peso argumental, no se comparaba con la premisa que Grigore expuso frente a mí, lo que me llevaba a reaccionar atónito y angustiado mientras que Grigore, lentamente, desenvainaba su espada…
— ¿¡…!? U-Ustedes…, quieren exponer l-la “Verdad”… —decía con mayor nerviosismo y temor.
— No, no sólo ‘Umbra’ desea eso… Él desea traer a ‘Juuni Bumon’ al mundo de los humanos —agregó Grigore con una despiadada sonrisa.
— ¿¡…!? ¿P-Por qué? ¿Por qué traer a ‘Juuni Bumon’…?
— ¿Quién sabe, Blanimir? —Comentaba sonriendo prepotentemente— Pero… ¿Te puedo decir otra cosa…? Siempre supe… que tú eras el portador del 5to sello de ‘Sealant’…, y esta espada (le enseñaba la chokutou) me fue otorgada precisamente con la intención de acabar contigo…, ya que su hoja negra posee la capacidad para asesinar “inmortales”…
Perspectiva de Oana: todo fue tan confuso y desorientador, que era complicado detallar nuestra situación. Caí junto a Vania gracias a la brutal fuerza de Medusa, quien solitaria buscaba a sus presas en medio de ruinas recién esparcidas; quieta en un solo punto ante la posible emboscada de cualquiera de nosotras, aun si antes tomamos rumbos separados; la gorgona observaba paciente todo a su alrededor, con calma y con detenimiento, sabiendo que la ventaja seguía en sus manos… o más bien en sus ojos.
— ¿¡CUÁNTO MÁS TENDRÉ QUE ESPERARLAS!? —Medusa gritaba sonriente— O… ¿¡QUIEREN QUE LAS VAYA A BUSCAR!?
Me ocultaba entre columnas polvorientas, y temblaba ante la impotencia de no estar al nivel de la gorgona, considerando que seguir empuñando la Shukketsu que fue de Obi ralentizaría mi pequeña posibilidad de victoria; realmente estaba demasiado agrietada para seguir siendo usada. Entonces…, algo sucedió de repente; decidida a enfrentarla por su cuenta, Vania salía de su escondite, pretendiendo encarar a Medusa, además de un grave predicamento que nos perjudicaba…, trabajar juntas. Sabía que me salvó antes, pero todavía no confiaba en ella, así que el que se atreviera a salir a enfrentarla sola ya era una locura…
Teniendo conocimiento para evitar mirarla a sus ojos, Vania comenzó su arremetida, movilizándose rápidamente tras ocultar sus endemoniadas alas, dejando rasgado su traje de cuero, en donde precisamente habían aparecido esas alas. Abalanzándose de manera agresiva en contra de Medusa, quien igualmente avistaría a Vania con anterioridad, correspondió a su ofensiva e inició una lucha cuerpo a cuerpo, mientras que yo atestiguaba oculta su contienda.
Con un gran salto y 3 patadas, esas que fueron realizadas tras un giro de su cuerpo suspendido en el aire, iniciaba el combate entre estas Mystics, defendiéndose del ataque inicial de Vania, siendo posteriormente Medusa quien tomaría la iniciativa en el ataque, arrojando un par de puñetazos que alejarían abruptamente al súcubo en actitud defensiva, y yo aún… técnicamente impotente. El combate seguiría su curso, ya que ambas sostenían una lucha bastante reñida al lanzarse golpes casi asertivos con grandiosa técnica, pero la coreografía marcial perdería relevancia ante la superioridad que sólo una de ellas demostraba, con sus agiles y acrobáticos movimientos que esfumaban ese desconcierto que por lo general se ve siempre en un combate de gran nivel, y que de alguna manera no valía la pena seguir describiendo con lujo de detalles…
Tras el intercambio de puños que carecían de certeza, evasiones acrobáticas, choque entre golpes casi asertivos, y patadas retenidas a la fuerza dentro un combate que ya había tardado alrededor de 130 segundos, Medusa aceleraría el paso ofensivo, ganando terreno en el combate hasta el punto de acorralar a Vania a una posición defensiva usada por los boxeadores profesionales de este mundo, mientras pretendía ocultar su rostro y parte del tórax para así minimizar los daños recibidos; pero la gorgona inesperadamente arrojó un derechazo sumamente cargado de potencia, rompiendo la postura defensiva de Vania, propinándole un puñetazo en el rostro que terminaba repulsándola contra un muro a 10 metros de distancia, y que la incrustaban en el mismo hasta provocar su desmoronar ante el violento choque.
— ¡Jah…! Patética… —decía Medusa, sonriendo soberbiamente— Sé que estás evitando mirarme a los ojos, por lo que no puedes concentrarte (caminaba lentamente) como es debido… Debo reconocer que peleas bien, pero está claro (se detuvo) que yo tengo ventaja en el combate cuerpo a cuerpo… Sólo una persona fue capaz de derrotarme en una ocasión, y ese fue Perseo… ¡Así que no existe alguien más que sea capaz de hacerlo!
Su despótica exclamación ante una Vania que seguía incrustada en la pared, la misma que no lograba reponerse del último golpe, sólo provocaría el coraje suficiente para que yo, quien observaba entre columnas derribadas, saliera a ponerla en su debido lugar… Ante la desprevenida actitud de Medusa, surgí y me mantuve cortamente en el aire, arrojándole una potente patada con mi pierna derecha, acertando en el rostro de la gorgona, y expulsándola unos 5 metros hasta chocar contra el suelo en el que se arrastró, culminando con algunos metros adicionales en un leve zanjado terreno.
— ¡Eso lo veremos, Medusa…! —Exclamé muy indignada— ¡Recuerda que yo aún hago parte de esta batalla…!
— ¿…? ¿Tú…? ¿Por qué…? —y Vania expresaba anonadada y confundida; creo que hasta yo estaría igual de sorprendida si estuviese en la misma situación.
— ¡No te confundas, hija de Lilith…! —Agregaba apáticamente al interrumpirla— ¡Decidí tomar las riendas del combate por mi cuenta, así que no pienses que lo hice para salvarte! ¿Entiendes?
Vania asentía con una sonrisa tras lograr salir de aquel muro; sin embargo, aprovechando la oportunidad, le susurraría ciertas palabras que seguramente la gorgona poco o nada lograría percibir incluso si lo intentaba… Igualmente, aproveché para enfundar la Shukketsu afectada, posicionándola en la parte trasera de mi cintura y de mi cadera, mientras la guarda redonda destellaba por un segundo para convertirse en la funda azulada de figurillas florales que adornaba esa Shukketsu.
— Sé que no podré luchar contra ella sin tener que verla a los ojos, y la Shukketsu de Obi tampoco es una opción… —le susurraba con seriedad y nerviosismo— así que quisiera que fueras mis ojos…
— ¿Qué…? —y Vania me respondía atónita, susurrándome con angustia y asombro— ¿¡…!? ¿P-Pretendes enfrentarla tú sola?
— ¡Cualquiera de nosotras podría hacerlo, pero sé que yo no te daría mi guía para enfrentarla! —Exclamé susurrándole, pero me calmaría— P-Por eso… quiero que tú me guíes, porque sé que estarás dispuesta a hacerlo…
¿Qué tanto me había rebajado? No me importaba…; igual, Vania sonrió aliviada y asintió aceptando a mi petición, por lo que acordado el plan, inmediatamente arremetía en contra de Medusa con gran velocidad, dando inicio a una lucha corporal a un nivel superior que la contienda de hace algunos minutos. Nuestro combate hacía uso de la zona, movilizándonos por todo el escenario, recorriendo paredes, saltando entre columnas derribadas y otras aun en pie, tomando incluso impulsos desde el techo, y desafiando las leyes de la física humana con la firme intención de derrotar una a la otra.
De esa misma forma, el combate transcurrió durante unos 240 segundos aproximadamente, y en realidad la guía de Vania me asistió de maravilla; leía a la perfección mis movimientos, lo que Medusa no pasó por alto… aun así poco podía hacer ella en mi contra, ya que de esta forma la acorralaba con cada segundo que pasaba, y solo una vez Medusa, en una abertura que concedíamos, decidió arremeter en contra de Vania con gran rapidez, teniendo listo un puñetazo con su mano derecha. No sé por qué, pero mi cuerpo simplemente se movió para interponerme en su camino y defender a Vania…
— ¡¡APÁRTATE DE MI CAMINOOOO…!! —exclamó la gorgona con enfado a viva voz.
— ¡¡JAMAAÁS…!! —y yo exclamé con determinación.
Correspondiendo con un puñetazo derecho el ataque de Medusa, poco antes de que dichos golpes acertaran a donde apuntamos como objetivo, envolví mi puño en un aire gélido que materializaba la forma exacta de lo que es conocida como una manopla de hierro, siendo de hielo por supuesto. Lo curioso del caso, luego de que ambas conectásemos asertivamente cada agresivo puño sobre el abdomen de cada una, era que sabía que Medusa sufriría la peor parte, y fue Vania quien corroboró eso mismo, viendo como ella regurgitaba sangre en abundancia después de mi potente y letal golpe, pero también se percataba del asombro que evidenciaba mientras observaba la ineficacia de su magia de petrificación sobre mí, partiendo del hecho de que habíamos intercambiado miradas segundos antes de que lograran conectar nuestros golpes.
Si yo hubiese estado en la misma situación que la gorgona, también me habría asombrado ante la confusión de no efectuar la petrificación como esperaba, así que sólo le quedaba inspeccionar que fue lo que la afectó letalmente, observando su abdomen donde impactó mi poderoso puño; además, aprovechando la ocasión, ella también vio el resultado de su golpe, encontrándose con, literalmente, mi agrietado abdomen cristalizado. Su reacción decía todo, aun si mantuve mis ojos cerrados, supe que sucedió en realidad; ella, en su agonía, atestiguó como se fragmentaba la fina capa gélida con la que recubrí todo mi cuerpo, la que nunca impidió movilidad a la hora de atacar, percatándose de que en ese instante había una máscara de hielo que simuló verme con ojos cerrados…
— ¿…? ¿C-Cómo es…? ¿¡Cómo e-es p-posible q-que lo hayas hecho t-tan r-rápido…!? —Medusa expresaba atónita, mientras el regurgitar hemorrágico no paraba.
— I-Ice M-Maker: D-Dimisit… Magi… cae… —y yo recité con las pocas fuerzas que me quedaban…
Todo parecía afectarle; jamás confié que mi último ataque le afectara tanto, a tal punto de acabar con su vida. Mi puño simplemente dirigió esa energía gélida hacia su cuerpo, en donde peligrosos cristales de hielo surgían invadiendo su abdomen, y que atravesaban sin piedad su agónico cuerpo; al igual, su sangre que derramaba torrencialmente por su boca se cristalizaba en cuestión de segundos, y una vez sentí que la helada energía mágica se disipaba para permanecer como hielo rígido el resto de su miserable vida, la gorgona entonces caía desplomada contra el suelo, sin dejar señales de supervivencia y dejándome a mí de pie, inmóvil, débil y muy malherida…
Perspectiva de Iori: que dolor de mierda; haber chocado violentamente contra aquella columna sí que me afectó mucho, mas no me quedaría para siempre ahí escondido entre escombros. Efectivamente aquella colisión había generado una pequeña cicatriz al costado izquierdo de mi frente, sangrando tenuemente; además, mi ropa también había sido relativamente rasgada, sobre todo mi camisa…
Como sea, debía apresurar las cosas, así que salí de allí un tanto aturdido; pero para mi sorpresa, las heridas sangrantes del minotauro transformado se reabrían, sufriendo hemorragias pequeñas que parecían, a simple vista, debilitar al Mystic casi humano, incluso intentar blandir su hacha le costaba mucho, tanto que ni podía levantarla y solamente llegaba a arrastrarla de manera forzosa. De repente, Asterión soltó su arma al desplomarse de rodillas evidenciando tal debilidad, respirando agitado y sangrando con mayor abundancia, siendo la razón primordial para llamar mi completa atención.
— ¿…? ¿Qué le sucede…? —Pensaba al mirarlo con detenimiento, asombro y confusión— ¿Por qué ha comenzado a sangrar de esa forma…?
— Te preguntarás qué es lo que me está pasando ¿Cierto? —Asterión mencionaba tranquilamente, contraste a su demacrado estado— Este es el efecto de haber usado ese encantamiento por tanto tiempo y tan seguido…
Al verlo expresarse de tal forma, supe que ya iba en términos pacíficos; su deplorable condición lo obligaba a cesar el combate, así que sin más se acomodaba para sentarse sobre el suelo impregnado con su propia sangre derramada lentamente.
— Por la forma en que te expresas, y en la manera que has estado luchando…, parecías evitar matarnos…, pero sólo caí en cuenta desde este instante… ¿Qué sucede, Asterión? Dime la verdad… —le dije consideradamente, aun si había algún tono que denotó exigencias a una clara respuesta.
— No hay tiempo para explicaciones, ‘Slayer’… —comentaba tras un profundo suspiro— Tu compañero, el licántropo, corre peligro mientras esté dentro de ‘Kein Ort’.
— ¿…? ¿’Kein Ort’…? —pregunté ligeramente confundido.
— Así se llama ese lugar… Tu Magicae…; creo que el Magicae que usas es capaz de viajar hasta esa dimensión y podrás rescatar al licántropo.
— Te equivocas… —comentaba con seriedad— No puedo llegar hasta allá…, no en las condiciones en las que estoy ahora…
Su frustración estaba clara al igual que su desilusión en su rostro demacrado y prácticamente anémico, pero de algo me contagiaría con sus siguientes palabras, las que frustradamente dijo aquella vez…
— No puedo creer que “él” se salga con la suya…
— ¿…? ¿A qué te refieres…? —mi ceño fruncido delató mi seria confusión y angustia.
— Grigore ha realizado eficazmente cada paso que ‘Umbra’ le ha ordenado… —comentaba serio y arrepentido— Impulsó el amotinamiento en esta prisión, y luego subyugó a cada prisionero para llevar a cabalidad los planes de ‘Umbra’… Teseo, te he fallado… —y agregaba con melancolía— He desperdiciado la oportunidad que me brindaste tras liberarme de ese infernal laberinto; me enseñaste muchas cosas e inculcaste muchas más… Usé el Magicae que me enseñaste de manera inapropiada (Compression Gravity), olvidando la valiosa lección que legaste en mi corazón, pero él se aprovechó de mi deseo de morir para lograr reunirme con mi padre en el inframundo, incluso nos enseñó a mí y a Medusa este encantamiento que acorta nuestras vidas…
En ese instante sentí todo su arrepentimiento, aquel que con lágrimas llenas de frustración desahogaba dolorosamente; no obstante, entre toda su tristeza, algo afectaba su cuerpo, o por lo menos provocaba que sus oscuros globos oculares se tornaran naturalmente, revelando el color normal de sus ojos (azules) y sus pupilas.
— Tanto es mi deseo de morir, que le dije a esa ‘Slayer’ que yo había asesinado a Lilith, sabiendo desde el principio que Grigore lo había hecho usando esta misma hacha (mira dicha arma)… Chico, haz lo imposible y derrota a ese malnacido vampiro de sangre pura… Te lo encargo…, por favor…
Con su último aliento, el minotauro humanizado encomendó su voluntad, convirtiéndose en mero polvo luego de fallecer. Luego supe que Medusa, tras su derrota contra Oana, sufría el mismo destino al morir producto de la herida provocada por el gélido y desesperado ataque; quizás la magia prohibida reclamaba lo que le correspondía, despojando al minotauro Asterión, y a la gorgona Medusa, de su existencia en este mundo mortal.
— Asterión…, gracias por revelarme todo esto… Durante el tiempo que necesitaba para recobrar algo de Maná…, y poder traer de regreso a Blanimir… —comentaba mentalmente en consideración a la memoria del recién fallecido— Si deseo extraer a Blanimir de aquella dimensión de la que me hablaste, antes es necesario sentir su Maná y luego marcar un punto de retorno… No es fácil, pero estoy seguro de que lo lograré… —agregué ese pensamiento lleno de determinación.
Si quería encontrar a Blanimir, la única manera de hacerlo era invocando a su máxima capacidad el ‘Sanjigen Janpu’; igualmente, sabiendo que sería complejo lograrlo, debía también concentrarme lo más que podía, así que mientras lo hacía incrustaba la hoja de mi Shukketsu en el suelo, enfocándome totalmente en hallar al licántropo.
— ¿…? ¡Lo encontré…! —Pensé aliviado, pero recitaría seriamente de inmediato— ¡Sanjigen Janpu: Dimisit Magicae!
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