La Daga del Emperador de Plata - Volumen II - 07
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- 07 - Protege a la ninfa, parte II: el noble fundador de los caballeros
Las decisiones tomadas por cada ser humano en toda su vida, equivalen al tamaño de una piedra que arrojamos a un lago; independiente de su tamaño, esta creará ondas sobre la superficie del agua, pero entre más grande sea la piedra, más grandes serán la ondas que provoque… Ahora, imaginen a miles de millones de personas arrojando, día a día, una piedra a ese gran lago; cada quien podrá imaginar que sólo las piedras más grandes generaran ondas de mayor tamaño, no obstante la gente ignora por completo que no importa el tamaño, sino la fuerza con la que la arrojes… así de similares son nuestras decisiones…
Alrededores del ‘Kensington Palace’. Londres, Inglaterra.
2:16 pm, hora local…
Perspectiva de Yuna: la situación tomaba un giro balanceado, donde Nathalie, Dorothy y yo, nos ubicábamos en medio del “ojo del huracán”. Por alguna razón, mis manos dejaron de temblar, sentía como lentamente recobraba mi voluntad para encarar el peligro frente a mí; sin embargo, ante la duda de saber si la que se proclamaba así misma como “la fundadora de K” era de confianza o no, en lo más profundo de mi alma escuchaba que podía dejarle esto a ella…, agregando el creer que hasta ese momento ella no era ella…, sino él… ¡Qué vergüenza!
— ¿…? ¿La fundadora de K’, dices…? —Preguntó aquel sujeto con el alias de “Squamae”, demostrando su confusión al levantar su ceja izquierda, agregando un comentario más— Es admirable que sea usted quien ose enfrentarme, señorita…
— ¿Señorita? ¿Fundadora? —Comentó interrumpiendo a Squamae, demostrando cuanta indignación sentía, sonriendo además con cierta vergüenza— Con todo respeto, debo aclarar que no soy una mujer…; parezco…, pero no lo soy…
— ¿…? ¿No es una mujer…? —Pensaba ante la sorpresiva declaración de su sexualidad, aprovechando para colocarme de pie mientras dejaba reposar a Dorothy sobre el suelo— Pero si es más lindo que cualquier hombre o mujer que haya conocido…
— (Suspiro) Como sea… —respondió Squamae inmutable, señalando la poca importancia que le daba a esa aclaración— Igual ¿Cómo es posible que hayas llegado hasta aquí?
Perspectiva de Myghal: era una pregunta interesante la que ese sujeto me hizo, y supuse que más de uno se hizo la misma pregunta… Debía aclarar sus dudas, pero más allá de cómo responderle…, por mi mente sólo merodearon recuerdos del inicio de ese día en trascurso, 24 de Junio de 2.018…; exactamente a las 10:03 de la mañana…, cuando recién regresaba al cuartel improvisado por el escuadrón ‘Dunkelrot’…
— ¿Qué fue lo que dijeron el director Kaminski y los otros altos mandos de la agencia respecto a lo que está ocurriendo en Londres…? —Heinz preguntó ansioso e inquieto, respondiéndole por mi parte muy sereno.
— Si me llamaste aparte, es porque debes creer que omití información a tu equipo ¿Cierto, Heinz…?
Heinz sólo asintió, denotando claramente que esperaba una clara respuesta por mi parte, sin omisión o falsedad en mi declaración, a lo que con un profundo suspirar intenté explicarle lo que los actuales líderes piensan sobre la situación con los Krieger y ‘Tanken’.
— Vikenti Kaminski puede ser un hombre testarudo, que no da su brazo a torcer con facilidad… —expresé con seriedad y cierto escepticismo— Propuso que estaría dispuesto a ofrecer a todo agente disponible, siempre y cuando lográramos poner de nuestro bando a Iori Kurosawa.
— ¿…? Entonces… ¿Puso a un lado el tema de la eliminación de Grigore…? —preguntó Heinz ligeramente confundido.
— En palabras textuales, y perdóname por cómo me expresaré… —decirlo esa vez en verdad me llenó de vergüenza. Nunca suelo expresarme así— Kaminski dijo: Me sabe “Der’mo” (“mierda” en ruso) la muerte de ese vampiro “Izmennik” (“traidor” en ruso). Ese hombre nunca tiene pudor cuando se expresa de alguien que detesta.
— Je, je… Tranquilo, Myghal —dijo Heinz sonriendo de forma casual— No es ninguna novedad que el director general se exprese de esa manera. Por otro lado, para que estés constantemente en el comando central, significa que tienes idea de que están planeando los Krieger o ¿Me equivoco?
— Para nada, Heinz. De hecho…, tienes toda la razón. Los Krieger actuarán el día de hoy, sea lo sea que estén planeando —le dije con cierta angustia, lo que confundiría a Heinz antes de que alguien más se inmiscuyera en nuestra conversación.
— ¿Hoy? ¿Qué tiene de especial el día de hoy…?
— Hoy es el día en el que las aberturas del ‘Reflektierter Raum’ se sellan por completo, imposibilitando la entrada o salida de cualquier ser capaz de atravesarla… —y fue Henry Jekyll quien se inmiscuía en nuestra conversación, y Heinz lo cuestionó de inmediato ante la sorpresa de aquella declaración.
— ¿Profesor Jekyll? ¿A qué se refiere con eso?
— Veras, Heinz…; cuando decidí unirme a K’, quise estar a la vanguardia de la investigación del campo cuántico generado por la singular y extensa dimensión de bolsillo creada por los más grandes expertos de la materia dentro de ‘Juuni Bumon’ —explicaba Jekyll muy serio— Claro… que este tipo de investigación me la propuso Myghal desde un principio.
— ‘Juuni Bumon’ por alguna razón, ha descartado a la ciudad de Londres como fuente de sucesos paranormales y/o sobrenaturales. Una vez tomada la decisión, las aberturas se vuelven cada vez más escazas y menos prolongadas… —comenté con seriedad, pero Jekyll siguió explicando.
— Sin embargo, durante mi investigación, he identificado que las aberturas sólo se reducen durante ciertos momentos del año. Suelen ser inexactas y poco predecibles, casi al azar, pero poco a poco he logrado identificar, bajo un algoritmo de reconocimiento cuántico, cuándo y dónde se harán más débiles hasta el punto máximo de sellarse por completo.
— Jekyll me comentó que, según sus cálculos, hoy deberían estar selladas las aberturas dimensionales del ‘Reflektierter Raum’ entre las 13:30 y las 14:00 horas aproximadamente.
— Pero ¿Qué tiene de especial esa hora del…? ¿¡…!? —y Heinz por fin se daba cuenta de lo peculiar de ese día. Siempre esperé que él se percatara por sí mismo de lo que Jekyll y yo intentábamos decirle, reaccionando levemente angustiado— Ellos saben quién es el portador de 6to sello de ‘Sealant’… ¿…? Suponiendo que conozcan la identidad del portador del sello, debe haber una razón en específico que los haya encaminado a esperar este día en especial.
— Pero bajo tu hipótesis… ¿Cómo saben ellos que hoy habrá un confinamiento completo en el ‘Reflektierter Raum’? Y ¿Por qué esperarían hasta este momento y no antes o después? ¿Cómo es que lo saben? Es extraño ¿No? —comentaba escépticamente; igual, sabiendo de antemano su objetivo, no tenía idea de los medios que utilizaron para contar con esa información tan especial, y ahí entraba Jekyll nuevamente.
— Deben contar con los medios necesarios para tener conocimiento sobre este tipo de fluctuaciones espacio-temporales…
— Entonces, eso quiere decir que cuentan con algún tipo de benefactor, puesto que la mayoría de ellos son menores de edad… y sus recursos deben ser sumamente escasos de acuerdo a como operan —dijo Heinz muy serio y analítico.
— Puedes estar en lo cierto, Heinz. Tú y tu equipo deberán estar preparados para lo que sea —agregué con seriedad.
— Cuenta con eso, Myghal, pero debo pedirte que te encargues de la petición del director Kaminski, pero aún más… de proteger al portador del 6to sello.
— Cuenta con ello, Heinz —expresé sonriente.
— Ahora… ¿Cómo harás para conseguir la participación de Iori Kurosawa? —preguntó Jekyll, pero yo respondí sonriendo confiadamente.
— Je, je… Ya tengo a alguien en el caso.
Dejando de lado los recuerdos de horas antes, aparentando aclarar sus dudas omití algunas partes en particular, reservándome lo que era innecesario para quien solicitó una explicación, pretendiendo que él (Squamae) sacara sus propias conclusiones…
— Así que… ¿Previste nuestro plan? ¿Eso es lo que intentas decir? —preguntaba inmutable Squamae mientras extendía su brazo izquierdo hacia a un lado— Y ¿Cómo piensas remediar esta situación…, teniendo en cuenta que hemos decidido actuar ante los ojos de esta sociedad incrédula?
— Ya pensaremos en algo —respondí sonriendo serenamente, recibiendo de inmediato la inexpresiva respuesta de Squamae.
— Que respuesta tan vaga viniendo de ti, fundador de K’…
Mantuvo su brazo extendido aun si mantenía una conversación directamente conmigo, pero en su mano se formaba un cumulo redondeado de rojiza energía pura, masa esférica que reposaba en la palma desnuda de su mano izquierda y que crecía cada segundo. Reunida la suficiente energía, esta tomaría forma delgada y alargada hasta solidificarse, y adoptar la figura de una espada, que de manera “natural” obtendría la forma de una Zenmetsu enfundada, cuya empuñadura estaría adornada con patrones lineales al igual que las de sus camaradas Krieger, siendo aquellos distintivos de color azul índigo.
— Aunque siento curiosidad por saber de qué estás hecho, “Fundador” —agregó él igual de inmutable, manteniéndome yo en la misma tónica, sonriendo con serenidad…
— ¡Mm-hmm! Yo también quería que lo intentaras…
Aunque su inexpresivo rostro ocultaba cualquier emoción, identificar con tanta sencillez la confusión que Squamae denotaba levemente ante mi extraña afirmación fue en parte gracioso para mí, viendo como esa imperceptible reacción se tornaba en completo asombro, percibiendo el arribo repentino de una espada de guarda romboide y el guerrero que la empuñaba, quien se abalanzaba ante el desprevenido Krieger.
— ¿¡…!? ¿¡Iori Kurosawa…!? —exclamó Squamae anonadado.
— ¡Sorpresa! —y yo exclamé de la emoción.
Squamae no lo esperó; una alianza entre ‘Slayers’ y agentes de K’ no fue algo que los Krieger esperaran… ¿Cómo fue eso posible? Si quisiera responder a esa inquietud, simplemente tendría que trasladarme a ese momento del pasado, grabado en mi memoria y que sucedió exactamente a las 12:36 de la tarde…, precisamente en aquel baño en donde Oana Northrop, Vania y yo encontramos a Iori Kurosawa…
Perspectiva de Oana: era tan lamentable el encontrar a Iori en ese estado tan deplorable; para nada se exaltó al volvernos a encontrar, independientemente de la situación casi intima del momento, encontrándolo sentado en ese asqueroso piso del baño, invadido de vidrios rotos y pequeños escombros…; a pesar de todo, sí le sorprendió el tenerme ahí, reencontrándonos después de un par de meses.
— Iori… Iori… ¿Iori…? —le susurré muy afligida; verlo así hizo que casi se me salieran las lágrimas— ¿Q-Qué te ha pasado…?
— ¿…? ¿O-Oana…? —Preguntó él susurrando y titubeando del posible insomnio, y del agotamiento que cargaba su cuerpo cicatrizado— ¿Oana eres t-tú…?
— Que demacrado estás, Iori. De verdad das un poco de lástima…
— ¿Q-Qué dices? Tú también me das un poco de lástima, Oana… Ya no luces como un hombrecito; a-ahora… pareces más… una mujer…, una muy hermosa…
— Debes estar pasándola terrible como para atreverte a hacer este tipo de comentarios… —le susurraba con cierta melancolía; también me sonrojé ante su extraño alago— ¿Desde cuándo te has vuelto pícaro, Iori? M-Me meterás en problemas con Yuna…
— Je, je… Entonces valdrá la pena… si Yuna… te reclama por eso… —dijo Iori sonriendo débilmente antes de desmayarse del cansancio que lo agobiaba.
— Eres un tonto… ¡Sniff! Iori Kurosawa…; a quien reclamarán es a ti… —dije sollozando, sabiendo que él no me escucharía— Harás que Yuna sienta celos de mí… ¡Sniff!
Con la única persona que solía ser afectiva, era con mi hermano Obi; pero, extrañamente, al verlo envuelto en la miseria, no dudé ni un instante en querer sacarlo de ahí. Ya él había reposado su cabeza sobre mi pecho por efecto de su innegable debilidad, así que lo único que hice fue acurrucarlo entre mis brazos y consolarlo para que así recuperara las fuerzas perdidas…
— Sí que se encuentra débil… —comentó el señor Myghal; Vania también dijo algo después…
— Ni siquiera se percató de nuestra presencia, maestro (mira de reojo a Myghal). Cuando nos conocimos en Liverpool, él demostraba una imponencia difícil de disipar.
— Es probable que casi ni te reconozca aunque esté en todo su esplendor vital, Vania. Apuesto que ni se imaginaría que te has incorporado a las filas de K’ —agregó el señor Myghal sonriendo serenamente.
— No hago, oficialmente, parte de K’; pero… tiene razón —dijo Vania sonriendo complacidamente; aun no me acostumbraba a verla con coletas en su cabello.
— Igual… te agradezco que lograras convencer a la princesa Northrop (mira a Oana) de aliarse con K’…, Vania.
— Con todo respeto, señor Myghal, debo aclararle que mi participación se debe solamente a que Iori y Yuna están directamente involucrados en este asunto de los Krieger. Eso fue lo que arreglé con la señorita súcubo aquí presente… —expresé con cierta indiferencia. Si bien reconocí ser apta para portar la Shukketsu de Obi, aun no simpatizaba con ella del todo.
— Aun así me siento aliviado por tu participación, princesa —dijo el señor Myghal al sonreír complacido.
— (Suspiro) Le agradecería que dejara las formalidades conmigo, no porque sienta apatía hacia usted, sino que no me siento a gusto con esta clase de tratos —aclaré manteniendo esa indiferencia que sentía— Ahora, desearía que trataran las heridas de Iori lo más pronto, ya que solamente pueda hablar con él y convencerlo de aliarse si se encuentra en perfecto estado físico y mental —y el señor Myghal respondió serenamente sonriente…
— De acuerdo.
Fue sumamente complicado convencerlo, pero una vez expuestas las posibles consecuencias que podría traer su negativa participación, accedió Iori a regañadientes… Aun así me enfoqué más en lo que estaba haciendo, dejando de lado los sucesos guardados en mi memoria…, y culminaba mi explicación a la peligrosa chica que enfrentaba en ese momento…
— ¿Cooperando dices? —Preguntaba con seriedad aquella Gläubiger de tez malaya (Bellator), reaccionando también con cierta confusión— ¿A qué te refieres con eso…? ¿Qué clase de alianza presumes tener y con quién…? —y para colmo me exigía aun si se le notaba confundida.
— Imagino que alguna vez has oído el nombre de Heinz King ¿Cierto? —me deleité mucho con verla sorprendida— Veo que sí has oído ese nombre. Tu cara me lo dice todo.
— ¡¡I-Imposible…!! ¡¡Estás mintiendo!! —Exclamaba ella con repudio ante la clara confusión y desconcierto que la abrumaba— ¡¡Iori Kurosawa jamás cooperaría con Heinz King!! ¡¡Él siempre ha tenido roces con esa organización, en especial con ese sujeto…!!
— ¡Te soy franca en solo una cosa…, estúpida…! ¡Casualmente hay alguien dentro de K’ que se lleva bien con Iori! ¡Así que no me sorprende en lo absoluto que él accediera tan fácilmente…! —Exclamé seria y tajante— Además… ¡Ella se ha ganado mi respeto y el derecho de usar esa Shukketsu…!
Perspectiva de Iori: provocar a Praedo resultaba ser tan fácil como parpadear, pero no me hallaba en condiciones óptimas para seguir encarándolo. Invadido por la ira descontrolada que yo mismo desaté, impotente veía como balanceaba su espada de hoja oscura, dispuesto a decapitarme si era necesario, lo que preocupó a su compañera de intimidante sonrisa al olvidar que era necesario mantenerme con vida; no obstante, sin que ninguno pudiese revertir la situación, alguien lo hizo y en el momento justo, apareciendo inesperadamente para repeler con su Shukketsu de guarda redonda.
Vania, la descendiente directa de la asesinada Lilith, llegaba como caída del cielo para salvar mi pellejo, repulsando a Praedo de un solo tajo en el instante en que las hojas de sus espadas se encontraban. Dulcedo vio incrédula lo que recién pasaba y, aunque sorprendida por el repentino arribo de la bella súcubo, su tierna sonrisita maléfica no se borraba de su expresivo rostro, mientras que Praedo al ser repulsado por el tajo imbuido de esa energía azulada, terminaba impactando contra el muro lateral del restaurante que yacía atentada por él mismo. Qué alivio sentí al ver la repentina llegada de Vania, pero me aterraba ver cuán poderosa se había vuelto en tan corto tiempo…
— (Suspiro aliviado) Agradezco a los “Supremos guardianes de Heilig” por tu milagrosa intervención, Vania —comenté mientras caí de rodillas, jadeando del cansancio— ¿Por qué tardaste tanto? ¿Heinz y su equipo no tienen idea de lo que está pasando aquí?
— El centro de Londres también está envuelto en un caos, Iori… Estamos haciendo todo lo que podemos durante la emergencia —explicaba Vania seria y levemente preocupada— Previmos ciertas cosas, mas no el nivel de aquellos que actuaron en este día en especial…
Dulcedo no perdió tiempo en hallar una abertura mientras Vania y yo conversábamos, pretendiendo arremeter en contra de la súcubo que me salvó, sin embargo fue tomada más que desprevenida al recibir una ráfaga de balas que procedían de puntos que desconocía o le eran complejas de hallar en ese mero lapso, optando por esquivar las ráfagas que, sin cuartel, atentaban en su contra hasta provocar su huida, y quien al recibir una bala sobre su hombro derecho, tras la aleatoria y descendente lluvia de plomo, afianzó su decisión. Vania, por su parte, aprovechó ese momento para resguardarme y atender mi debilitado estado físico mientras escapamos de la zona de conflicto.
— Siendo considerado por tu llegada…, en verdad te agradezco el que hallas llegado a salvarme, Vania —mencioné sonriendo tenuemente— De no ser por ti ya estaría muerto…
— Lo dudo, Iori…, pero gracias por el cumplido —me dijo Vania mientras nos resguardamos en un callejón solitario, respondiéndome con una sonrisa serena— Aun así (pellizcando las mejillas de Iori) no debiste abusar de tu condición —me decía reprendientemente y exponiéndome al dolor— El maestro por algo impregnó su poder de curación sobre ti. Sé más agradecido con el maestro Myghal ¿Quieres?
— ¡¡Aahh!! ¡Dhe acueddo, dhe acueddo! (Y Vania deja las mejillas de Iori en paz) ¡Ouch…! D-Debo… ayudar a Yuna… Tengo que ir a ayudar a Yuna… ¡¡Arghh…!! —Que dolor insoportable; poco o nada podía hacer por Yuna con todo mi cuerpo en ese estado— Empiezo a dudar del poder curativo que el señor Myghal dejó impregnado sobre mí…
— Debes mantenerte quieto, Iori. Sé paciente para que el poder curativo de mi maestro comience a actuar sobre tus heridas —Vania expresaba insistente, pero de repente y sin querer oiría desde el intercomunicador de su oreja izquierda…
— Objetivos perdidos ¡Cese al fuego!
— ¡Iniciamos la persecución de los objetivos!
— ¡Divídanse y neutralicen a los objetivos! ¡Hay que capturarlos vivos!
— ¡Sí, señor!
No me parecía prudente el haber oído lo que comentaban radialmente entre agentes experimentados; de manera accidental los oí, pero ¿Qué más daba…? Ya dejando de lado ese momento corto de reminiscencia, la realidad de las cosas me transportaba nuevamente a lo que encaraba en ese instante…
Lo había tomado totalmente desprevenido; no tenía la intención de matarlo, no se me pasó por la mente, pero fue eso quizás lo que me faltó para, por lo menos, provocarle alguna herida…; me faltó esa sed de sangre que pudo haberlo intimidado para ralentizar su reacción, tropezándome con un Gläubiger que ni sintió pizca alguna de acorralamiento. Squamae rápidamente me demostró el por qué es uno de los Krieger más fuertes del grupo, sólo a la par de Dulcedo, a la que no le había podido ganar; entonces…, de una sola patada que conectó dolorosamente sobre mi mejilla derecha, bastándole con sólo girar su cuerpo sobre su propio eje y lanzarme su pie derecho con violencia, me inmovilizó en cuestión de segundos con un simple ataque que me repelió alrededor de los 4 metros e incluso más al rodar sobre el césped de ese lugar (Kensington Palace).
— ¿Es este al que pretendes que yo enfrente a cambio de ti, ‘Fundador’? —preguntó inexpresivamente y sin efusión alguna. Squamae no alardeaba de su fuerza, por lo menos en eso se le veía cierta humildad— ¿Por qué confiar en un ‘Slayer’ que no está con toda su capacidad? ¿A qué estás jugando, ‘Fundador’?
— ¿Jugar? Iori Kurosawa no es al único que envié a enfrentarte —el señor Myghal como siempre; su expresión serena era de temer— Deberías estar alerta de quien te ataca sigilosamente —y él agregó señalando a su derecha, el equivalente lado izquierdo de Squamae.
Aun si el señor Myghal lo puso en alerta por quien lo asechó desde su costado izquierdo, Squamae prácticamente estaba expuesto al tajo ascendente que pretendió cortar su torso, que por la forma en que Vania mantuvo su Shukketsu provocaría una profunda herida que, quizás, habría recorrido todo el abdomen hasta su pecho. Sorprendido por la inesperada presencia de nuestra aliada súcubo, Squamae no le quedaba más que resignarse a ser letalmente herido…, o eso creímos todos cuando por fortuna logró defenderse de ese certero tajo, pero del que aun así terminaba repeliendo su espada hacia arriba, exponiéndolo a otra posible mortífera ofensiva de parte de Vania; sin embargo… Squamae nuevamente nos sorprendía a todos…
— “Shinka…: Run (ejecuta)…” —dijo calmadamente serio. Ese tipo me sorprendía con verlo conservar tan inexpresiva actitud— “Celeriter Nocturno”.
No teníamos claro con qué fin dijo lo que dijo, pero en la manera en que lo hizo todo apuntaba a ser algo que se asemejaba a una liberación de potencial oculto, sólo visto en algunas Shukketsus que en su momento tuve la oportunidad de presenciar; a eso se le conocía como: “Shinka”, un estado que algunas Shukketsus, y tal parece que ahora también esas tenebrosas armas, adoptan para cambiar su apariencia total, liberando además el potencial latente de quienes las portan.
Todo fue tan rápido, y Vania ni notó cuándo fue que él esquivó su tajo, hallándolo sólo segundos después a escasos 7 metros de distancia. Aquella espada que enfundó en ese instante sufría cambios que eran apreciables a los ojos de todos los presentes, siendo en primera instancia que la funda que cubría su negrada hoja y rojizo filo se desintegró ante el brillo intenso de una piedra circular incrustada sobre la guarda de dicha espada; el material sólido de esa arma, ante el resplandor índigo perpetuo, se fundió hasta perder su figura característica, pero también se expandió hasta tomar su nueva apariencia, un objeto que se tornó extensa y casi deforme, como si lo resultante de ese cambio drástico fuese una fusión entre una guadaña y una lanza que alcanzaba rápidamente los 2 metros de largo; su textura oscura, y sus 4 cuchillas que sobresalieron de manera intimidante, nos enseñó una novedosa y peligrosa arma adornada de figurillas de color índigo que hasta ese día jamás habíamos visto.
— Veo que se sorprendieron por mi “Celeriter Nocturno” —dijo inmutablemente— Es normal que lo hagan, pues así fue que las diseñaron (ve su arma); las Zenmetsus no tienen tantas diferencias con las Shukketsus, y esta… (Aparece repentinamente detrás de Vania) una vez liberada me otorga un aumento exponencial de velocidad…
— ¿¡…!? ¿¡Cuándo fue que…!? —por su asombrada expresión en el rostro, imaginé que eso fue lo que pensó; igual, casi todos reaccionamos de la misma manera…
Perspectiva de Myghal: ¿De acuerdo…? (Suspiro angustioso) a partir de ese momento todo comenzaba a tornarse “color de hormiga”; Squamae me demostró cuan peligroso podía ser si usaba todo su potencial, y la Zenmetsu que ellos (los Krieger) han conseguido sí que resultan un gran inconveniente. Como sea, en sus ojos se le notó eso deseo de acribillar a mi reciente discípula, aunque el levantar su extraña lanza-guadaña fue sumamente más que obvio ¿Verdad? En fin, no estaba dispuesto a ver como masacraba en mi cara a Vania, la que se ha estado esforzando para dominar la mayoría de las artes de combate de un Mysthic Slayer, así que no tuve más remedio que ayudarla.
Hasta donde Squamae me había demostrado cuán rápido podía moverse, para mí moverme igual o más rápido no representó problema alguno…, logrando detener su predecible ofensiva al retenerle solamente su antebrazo izquierdo con mi mano derecha, aun si empuñaba su transformada arma oscura con ambas manos. Squamae tenía bastante fuerza en esos delgados pero tonificados brazos, sin embargo yo lo superaba con creces.
— Así que… ¿Ahora estás dispuesto a enfrentarme directamente…? —Expresaba Squamae sin emoción alguna. Él era totalmente inexpresivo— Veo que he logrado captar tu atención, ‘Fundador’…
— Por favor, llámame Myghal —dije con sonrisa serena— Vania (mira a la susodicha), deja que me encargue a partir de aquí ¿Sí? —Agregué con la misma serena tónica, para luego sonar algo exigente para con cierta persona— Iori (mira al susodicho de reojo), ni te atrevas a involucrarte ¿Quedó claro? —y el pobre no le quedó más que obedecerme, o más bien no podía levantarse del suelo; creo que aún seguía bastante débil— Entonces… ¿Comenzamos?
Me gusta ser considerado con quien se lo merece; abusar de las debilidades de mis oponentes no va conmigo, aunque tampoco eso significa que no los tome en serio, y menos cuando alguien se esforzaba tanto para estar a mi altura. Squamae se las arregló para zafarse y tomar distancia de mí, la suficiente como para querer encararme con alta velocidad y rodearme mientras Vania seguía a mi lado. Era rápido, dejando estelas de sí mismo en su trayecto circular, pareciendo que dejaba reales clones que en cualquier momento me encararían, todos listos para abalanzárseme sin piedad; mas no significaba que no pudiera seguirle el ritmo, y más cuando 4 nuevas replicas probablemente ilusorias aparecieron para arremeter desde puntos distintos; todos con la misma intención, apuntar a mi cuello…
Vania, quien me acompañaba muy de cerca, se había tragado la estrategia ofensiva de aquel joven Krieger; sin embargo, como ya antes mencioné, mis capacidades estaban muy pero muy por encima de las de él, incluso ver más allá de sus verdaderas intenciones no representaba ninguna dificultad para mí… Los Krieger, a servicio del mismísimo ‘Umbra’, sólo tienen 3 claros objetivos: capturar a Iori Kurosawa, capturar a Yuna Gardner y asesinar a los 2 últimos portadores de los sellos de ‘Sealant’, y teniendo la oportunidad de lograrlo cuando ni siquiera la que la acompaña podía seguirle sus pasos (Yuna), estaba clarísimo que iría por la nereida; así que no tuve que pensarlo siquiera para protegerla de su rápida y violenta ofensiva.
Vagos indicios tenía de los potenciales de cada uno de los Krieger, y en cierta medida me aterraba el saber cuánto potencial enseñaba uno de ellos, atestiguándolo en carne propia mientras que siempre me mostré sereno y conservaba mi superioridad. Squamae perdió su oportunidad gracias a mi presencia en ese lugar, y de no haber sido porque yo estuve ahí habría apuñaleado el corazón de la indefensa nereida con la cuchilla de su lanza-guadaña, letal hoja oscura de filo sangriento que culminó por agrietarse gracias a la barrera que monté con exitosa rapidez, invocándola solamente con extender delicadamente mi mano derecha, mientras él me miraba fijamente atónito cuando estuvimos prácticamente cara a cara.
El sólo choque entre mi imperceptible barrera y su incomprensible arma resonó, literalmente, como una campanada ensordecedora, repeliéndolo casi al instante en que intentó completar su cometido. Pensé que sería repulsado mucho más lejos, no obstante debo reconocer que me asombró de verlo aterrizar sin ningún predicamento, aun si salió repelido casi 16 metros y sin contar los adicionales cuando quiso frenar meramente con sus pies, volviendo a sorprenderme con su obstinada actitud tras desaparecer de la vista de los que se convirtieron en testigos de nuestro encuentro, desplazándose igual o más rápido que antes para nuevamente intentar atacar a la nereida desde su retaguardia, tarea que fue igual de inútil cuando resonó ese campanazo de nuevo, prueba de que otra hoja de su rara lanza se agrietaba cuando había impactado mi impenetrable barrera, repulsado otra vez pero no tan lejos…
— Es toda una molestia esa barrera tuya —dijo Squamae algo aquejado; por primera vez nos mostró ese tipo de gestos— Cuando la cuchilla de mi ‘Celeriter Nocturno’ la tocó, tu barrera fue visible por unos instantes, así que pensé que sólo se limitaba desde el frente, ‘Fundador’.
— Creo que fui lo suficientemente claro como para darte a entender quién sería el que te enfrentaría… —le aclaré al mirarlo de reojo y con suma seriedad— Tendrás que ser mucho más poderoso como para querer derribar esta barrera, Squamae —agregué tras voltear a mirarlo por completo.
— ¿…? ¿Es así? O… ¿También bastará con eliminarte de este mundo, “señor fundador”? —Preguntó Squamae con esa inmutable actitud, y mi silencio le dio su respuesta— Ya veo…
Todo apuntaba a que él se dispondría a darlo hasta el último momento, incluso arriesgando su propia vida, disimulando la angustia que sentí. Por la postura que adoptó y en la manera que posicionó su peculiar lanza, Squamae iba con todo con tal de destrozar la barrera, o creyendo que lo lograría…, pero si él lo intentaba… solamente conseguiría destruir su cuerpo; sin embargo, aun viéndolo tan decidido, Squamae declinó de hacerlo… ¿Por qué? No lo sabía… todavía…
Fue todo un momento lleno de incertidumbre, presenciando aquel instante en el que Squamae, por alguna razón, dejaba su actitud hostil, pero cuando quien hacía acto de presencia con tan horripilante manera…, entendimos el por qué terminaba cesando su ofensiva.
— ¡Wow! ¡Por fin alguien con quien puedo jugar…! —Exclamó feliz y emocionadamente aquella que motivaba a Squamae a detener sus actos— Las otras personas no me entretuvieron como creí que lo harían…
Perspectiva de Yuna: ¿Quién era la chica que apareció tan inocentemente? Fue lo que pensé cuando muy bien percibía su aterradora aura; su eufórica expresión no era algo que podíamos ignorar a simple vista, y cada paso que daba a pie descalzo era un paso siniestramente agigantado.
Su sed de sangre se reflejaba fácilmente en sus celestes y expresivos ojos azules, y en esa sonrisa casi infantil; su corta cabellera lacia se mecía ante la suave brisa que traspasaba cada hebra de su cabellera grisácea, y aunque llevase una chaqueta deportiva de gamuza de color blanco, claramente se podría apreciar el voluptuoso busto que yacía desnudo bajo aquella prenda; su corta pantaloneta de licra negra afianzaban el contoneo provocativo de sus caderas, de su delgada contextura, y de sus muslos firmes y casi tonificados. Su caucásica piel sedosa era un distintivo adicional a su encantadora belleza juvenil, compensando el metro 59 de estatura; sin embargo, ante la presencia de ajena sangre impregnada en ambas manos, esa que también conservaba casi seca sobre casi la mitad de su cuerpo, sólo eran un detalle menor cuando vimos una decapitada cabeza que sostenía con su mano izquierda y con total normalidad…, lo que me provocó nauseas que a duras penas contuve al taparme la boca con mis manos, comprendiendo que aquella jovencita de quizás 15 años era más que peligrosa…
— ¿¡M-M-Maestro…!? —Vania titubeó claramente asustada; por lo menos pudo mencionar algunas palabras que ni yo pude.
— ¿¡…!? Esa cabeza… le pertenecía a unos de los agentes pertenecientes al 7mo escuadrón balístico de K’… —y el tal fundador (Myghal) expresó con ligera angustia— Que destino cruel les esperó a Reed, a Richardson y a los demás agentes…
— ¿Ah? ¿Conocías alguno de ellos…? (enseña la cabeza decapitada) Me los topé hace poco, pero de repente se pusieron todos violentos…, cuando yo solo quería jugar… —explicó esa peligrosa chica con cierto aire de inocencia. Verla expresarse tan tranquila me erizaba la piel— ¡Hmmm…! Aunque papá y hermanita mayor me dijeron que podía hacer lo que quisiera al dejarme salir…, decidí por querer jugar a “Las Traes”, pero ninguno soportaba mi fuerza…, y todos terminaron muriendo… ¡Je, je, je! —agregó riendo inocentemente. Eso ya rebosaba de perturbador— Tyleeer… (Mira a Squamae), “Ancilla” (Anchila) no te hará daño si la dejas jugar con ellos a “Las Traeees”… ¡Je, Je…!
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