La Daga del Emperador de Plata - Volumen II - 11
A las 0500 horas, hora local del estado de Florida (EE.UU.), el miércoles 27 de Junio, en la zona marítima conocida como “el triángulo de las Bermudas”, se nos informó a todos los agentes de clase “Senior” sobre una fuga en la prisión más segura de la agencia secreta, K’, prisión de máxima seguridad denominada: “Ironclad”; en ella, permanecía prisionero Huan Zhu, un joven de 16 años de edad y oriundo de Shanghái, China, conocido por ser el Krieger que respondía al seudónimo de “Nuntius”…
Junio 27 de 2.018.
Prisión de máxima seguridad: “Ironclad”. Triángulo de las Bermudas, Océano Atlántico.
Perspectiva de Heinz: el “Ironclad” es una gigantesca construcción sumergible hecha de hierro y acero reforzado, en ella se pueden albergar más de 150 presidiarios aparte del personal de seguridad; además, las instalaciones están equipadas con la más alta tecnología de punta para custodiar a los internos, y escapar resulta ser imposible al igual que es toda una complejidad el acceso debido a la ubicación geográfica…
Aquel día, debido a mi cercanía con el lugar, decidí hacer acto de presencia por mi cuenta al ser informado de la primera y única fuga, y mucho más de mi interés cuando el fugado fue quien terminó siendo atrapado por Iori Kurosawa, capturado el 16 de Mayo de ese mismo año en el Saint James Mt. & Gardens de la ciudad de Liverpool, Inglaterra.
Al fondo de un iluminado pasillo lleno de puertas metálicas, cada una ubicada en los costados del extenso pasillo, contaban con un panel electrónico que aseguraba las mismas, a excepción de una…, aquella que correspondía a la que resguardó a Nuntius. Había un agujero enorme que correspondía específicamente a las dimensiones de las puertas (210x98cm), apreciables con sólo recorrer las instalaciones; sin embargo, aquella habitación identificada con el código alfanumérico G35A2-3, presentaba signos de haber sido violentada desde su interior.
Revisé las grabaciones de las cámaras de seguridad gracias al encargado del monitoreo en esa mañana, aquel que en su tableta de alta tecnología que sostuvo con ambas manos me enseñó lo ocurrido. El sujeto de tez afro-descendiente, de unos 1.79 metros de estatura, de complexión robusta, y que lucía el uniforme correspondiente al clase “Blue”, manipulaba con agilidad las capturas hechas por las cámaras, tanto al interior de la celda como al exterior de la misma, viendo el momento en el que la puerta estalló y salió repulsada de forma violenta…; no obstante, según la grabación de la cámara interna, una pequeña distorsión espacial le dio acceso a la persona que luego acompañó a Nuntius en su escape, la chica de aparentes 13 años de edad y de 1.53 de estatura aproximadamente fue la que destrozó la puerta sin hacer contacto alguno, además estuvo acompañada de lo que parecía ser un felino salvaje de pelaje oscuro y rayas azules, semejantes al de un tigre en edad madura, pero cuyo tamaño no superaba al de un lince adulto…
— El recluso respondía a la identidad de Huan Zhu, alias “Nuntius”. 16 años de edad, nacido el 14 de Mayo en Shanghái, China. Estatura: 1.64 metros. Peso: 60 kilos. Tipo de sangre: O positivo… —reportó seriamente el agente de gabardina azul índigo— Fue capturado el 16 de Mayo del año en curso y recluido el 18 de Mayo del mismo año, 2 días después de su captura…, sin embargo… no sabemos quién es la chica.
— Ella responde al nombre de Ariel Beaulieu, agente D’cruze —comenté con seriedad, disimulando la poca angustia que sentía— Nacida el 21 de Noviembre en Toulouse, Francia…, pero es toda la información que he podido reunir de momento…
— Por lo menos es más de lo que nosotros teníamos, agente King; supongo que con esa información podemos complementarla con lo que investigaremos sobre ella —comentó el agente D’cruze complacidamente serio— Por otra parte, me sorprendió que llegara tan rápido a estas instalaciones, agente King…
— Precisamente me encontraba cerca investigando a la que asaltó este lugar (el ‘Ironclad’) —dije rápidamente; no podía permitir que supieran mis verdaderos motivos, así que fue un poco imprudente llegar a ese lugar— Fue un descuido el no prever que actuaría tan repentinamente… (Exhala preocupado) En fin, con su permiso, agente D’cruze.
— Siga usted, agente King —nos despedimos tomando caminos contrarios…
Al ver esos cabellos dorados casi platinados y sus ojos azules…, no cabía duda de que esos rasgos físicos correspondían a los que Lucifer señaló en nuestro encuentro… Una y otra, y otra…, y otra vez… sus palabras rondaban dentro de mi cabeza, arraigadas firmemente en lo más profundo de mi mente, algo que me era imposible ignorar al tratarse de la hija del mismísimo Sam-El Tendo…
Deambulando por el resto de los pasillos adyacentes al lugar de los hechos, me detuve por un instante, casi distraído y zambullido en mis pensamientos… Mi percepción de la realidad y de lo que me rodeaba empezó a ralentizarse en cuestión de segundos; esa extraña sensación no me era inusual en absoluto, siendo que cada vez que él quería hablar conmigo pasaba lo mismo, presentándose a escasos 2 metros de distancia…, y siempre bajo esa actitud dócil y relajada que mostraba al tener ambas manos ocultas dentro de los bolsillos de su pantalón blanco, pasando desapercibidos por el largo de su ‘Kurta’ hindú de tono beige con adornos florares, bordados en la parte frontal y central de dicha prenda; por su complexión delgada, con unos aproximados 1.74 de estatura y de apariencia relativamente joven, casi entre los 19 y 20 años de edad, lo reconocí de inmediato sin la necesidad de detallar su ondulada y mediana cabellera castaña, la que dejaba caer un flequillo que se posicionaba en el costado izquierdo de su rostro de tez caucásica, y que ocultaba con cada ondeo de su mecha castaña el pendiente argollado plateado en su oreja; enaltecido con esos celestiales ojos azules y ese mentón velludo.
— Si estás aquí presente, significa que algo te incomoda, Rafael —expresé con escasa melancolía— Supones que debí decirles todo lo que sé sobre Ariel… ¿Cierto, Rafael?
— ¿…? No siempre estoy aquí para juzgar todo lo que haces, Heinz…; de hecho…, creo que la decisión que has tomado es la correcta, ya que no estamos tratando con cualquier individuo —y Rafael comentó con tranquilidad— Es más, a mí también me sorprendió el saber que mi hermano, Sam-El, había dejado una hija en este mundo.
— Sí… Tienes razón, Rafael. Me pregunto… ¿Qué habría dicho Myghal sobre todo esto?
— ¿…? Más bien deberías preguntarte ¿Qué habría dicho Mica’el (Myghal) sobre tu encuentro con Luxfero (Lucifer)? —agregó Rafael de forma serena.
— Sonará cruel o desconsiderado…, pero en estos momentos agradezco que Myghal se encuentre inconsciente —respondí sonriendo afligidamente.
— ¡Oh! No te preocupes por eso, se lo haré saber apenas despierte, Heinz… —comentó Rafael sonriendo de forma traviesa; se le notó lo sarcástico que fue, pero luego se tornó serio— Por cierto… ¿Sabes por qué aún no despierta?
— (Suspiro melancólico) Entonces… aun no lo sabes ¿Cierto? ¡…! Bueno, supongo que no siempre podrás espiar mis pensamientos debido a la presencia de Abadón… (Vuelve a suspirar) En fin… Cuando Myghal luchó contra Ancilla…, al parecer, él habría trasferido su poder de regeneración… y creo que lo hizo para sanar las heridas de Iori Kurosawa…, lo que explicaría su extraño letargo.
— Ya veo… Esa chica llamada Ariel, será un dolor de cabeza para toda la humanidad…, si es que antes la logras detener, Heinz —dijo Rafael antes de retornarme a la realidad…
Perspectiva de Yuna: no sabía con exactitud qué día u hora era…, pero sé que era una calurosa mañana, puesto que se filtraban los rayos de sol por la pequeña ventana que se ubicaba al costado superior de la habitación que me resguardaba en contra de mi voluntad… Después de conocer lo que Nathalie y la valquiria nos contaron… muchos de nosotros no sabíamos que hacer de ahora en adelante…
Dorothy seguía inconsciente bajo sedación controlada, y eso que la herida de su cabeza había sido tratada. Suponía que era mi tercer día en esa base subterránea en Cardiff, pero aun así no estaba completamente segura, y si así fuese el caso, la única que podía corroborar mi suposición, recaía en las manos de Vania…, aunque al verla cada vez que ella llegaba para escoltarme, me abstenía de averiguar la hora y fecha, viéndola bastante deprimida después de enterarse de la muerte de aquel que había considerado como una figura paterna para ella, un sentimiento que no pudo ocultar aunque sonriera en cada uno de nuestros encuentros, y más si sus ojos hinchados, suponiendo de tanto llorar, la ponían en evidencia.
Intenté muchas veces ponerme en su lugar…, habiendo experimentado pérdidas de gran semejanza, sin embargo… no podía comparármele aunque quisiera…, pues no llevaba mucho de haber perdido a Blanimir cuando se enteraba de la muerte del señor Samael; Vania debía estar sufriendo mucho con todo lo sucedido…
— ¿Qué estás haciendo por aquí, señorita Gardner? —Preguntó exigentemente aquella mujer de cabellera azul celeste— ¿No deberías estar dentro de la habitación que se te asignó?
Confieso que su llamado de atención me asustó mucho, abordándome desde mi espalda y tomándome distraída, sin embargo quise mantener la calma para conservar el poco coraje que me quedaba; ella siempre se ha mostrado intimidante a pesar de que la forma de sus orejas es bastante llamativa…
— Lo siento mucho, agente Belrose —dijo Vania un tanto deprimida; quizás por eso no la miraba (a Amarïe) directamente a la cara— La dejo salir de su habitación para que se ejercite un poco.
— Y-Yo también lo siento mucho… Vania es la única a la que le tengo confianza, así que si representa un inconveniente el que esté fuera de mi habitación, entonces no volveré a… —expresaba con nerviosismo y ligero temor, pero aquella bella agente reaccionaba de forma inusual, interrumpiéndome un poco avergonzada.
— N-No, no… Discúlpeme usted, señorita Gardner… L-La verdad es que las cosas en la agencia nos han mantenido un tanto estresados e irritados… No tiene idea por lo que estamos pasando, así que no es justo desquitarme con usted, señorita Gardner…
Durante un viaje que hice con mi padre a Alemania, él tuvo una conferencia sobre la influencia de la mitología nórdica en la sociedad, y recuerdo con exactitud, que uno de sus temas expuestos era sobre las criaturas conocidas como “Elfos”:
En la mitología nórdica los Elfos eran llamados “Álfar”, y aunque no existen unas descripciones más antiguas o contemporáneas, se da a entender que la creencia en los Elfos era muy común en los pueblos germánicos, por lo que no se limitaban solamente a los escandinavos antiguos. No solo tienen aspectos humanos, sino que también se les describen como seres semi-divinos, de belleza exótica, que se asocian al culto de los ancestros y a la fertilidad, de manera que la noción de un elfo es asemejada con la creencia de espíritus de naturaleza y muertos, cosa que es muy frecuente en las religiones humanas.
— ¿…? N-No, tranquila. Vania siempre se ha ofrecido a acompañarme, y más cuando deseo reunirme con mis amigos o cuando quiero ver a Dorothy… —mencioné sonriente y con amabilidad, aunque al principio me mostré tímida— pero últimamente (mira a Vania) la he visto un tanto deprimida…
— Es normal verla así… —dijo alguien de voz grave, aquel que nos abordó repentinamente y fue reconocido por la bella agente que reaccionaba desconcertada.
— ¿…? ¿Damien…? Creí que estarías…
— Acabo de regresar, Amarïe —dijo el tal Damien bajo una actitud quejumbrosa— Fue algo tedioso el tener que ir hasta Liverpool y buscar lo que pidió esa chica llamada Oana Northrop… —luego me miró con seriedad— Yuna Gardner, Vania atraviesa un momento sumamente difícil… y no la culpo por eso; ella había logrado un vínculo bastante fuerte con Sam-El Tendo, igual de grande con Blanimir… —dijo él mientras su actitud seria se tornaba tenuemente melancólica— Superar aquellas pérdidas no es fácil; sólo intenta comprenderla un poco y apoyarla si es necesario.
Todos los que conocían a Vania parecían estar preocupados, tanto así como si compartieran su dolor y su pérdida; sin embargo, ese tema en particular pasó a un segundo plano, ya que el hombre que respondía al nombre de Damien, cuya apariencia lucía un tanto salvaje y violenta, incluso mucho más amenazante a la que desprendía Blanimir, llevaba bajo su corpulento brazo izquierdo el uniforme que muchas veces vi lucir a Oana, esa misma prenda negra de patrones lineales verdosos que la vi usar, por primera vez, el día en que nos atacaron los Goblins.
— Por cierto, Amarïe…, el capitán nos acaba de contactar —comentó Damien muy serio.
— ¿…? Y… ¿Qué dejó dicho…? —Amarïe preguntó seria, pero con ligera angustia.
— Que regresemos a Londres…, junto con los ‘Slayers’…, y lo esperemos allá. Según el capitán, pronto las cosas se pondrán feas, mucho más que lo sucedido hace 3 días…
No me incumbía lo que hablaban, sin embargo era alarmante que algo mucho peor sucedería tarde o temprano. Mi recorrido acabó de forma inesperada, y mi partida de esa base subterránea, aunque fue improvisada, fue inmediata y sin tiempo de despedirme de Iori o de Oana…
Perspectiva de Tyler: fueron las 13:45 horas que el marcador digital de un curioso reloj con apariencia infantil y juguetona, representada en la forma de un oso de color violeta, señalaba la hora local en el que nos reuníamos nuevamente todos los Krieger. La fémina habitación de tono rosa, llena de peluches y llamativos juguetes con tierna apariencia animal, se vio invadida por nuestra mera presencia; yo, por mi lado, me conformaba con quedarme cerca de la entrada y recostado a la pared con los brazos cruzados, luciendo inexpresivo como acostumbraba estar para disimular las preocupaciones que me abordaban insistentemente; Marco (Praedo) se ubicaba a mi izquierda en cuclillas, y Serenity (Dulcedo) se aferraba a nuestra querida e intimidante lady Ariel (Furore), a quien abrazaba cariñosa y empalagosamente mientras se sentaba junto a ella, quien parecía incomoda ante tal gesto; Hikari (Bellator) ya se había recuperado de todas sus heridas, y de la pared que me daba de frente nunca se quitó ella, siempre con una expresión tenuemente angustiosa que no borraba de su bello rostro.
— ¡Eres tan linda, mi Furore! —Expresó Serenity muy contenta— Extrañaba tenerte de nuevo junto a mí…
— Serenity, sabes que no me gusta que uses ese nombre —comentaba lady Ariel levemente malhumorada; ella siempre ha sido una chica caprichosa y complicada— Llámame simplemente Ariel, al igual que todos ustedes.
— Siempre lo tengo presente, mi querida lady Ariel, pero Serenity insiste en llamarte Furore, aun sabiendo que lo odias —dijo seriamente Hikari.
— Pero fueron órdenes del señor Klaus el tener nombres claves, y cada uno de nosotros aceptó sin objeción alguna…, inclusive tú, Hikari —agregó el malgeniado de Marco.
— ¡Awww! Hace tiempo que no escuchaba sus nombres reales —comentó Serenity sonriendo de forma coqueta— Me sorprende que Marco-kun no los haya olvidado… ¿No lo crees así, Hikari-chan?
— Ya basta ¿Quieres? —Dijo desinteresadamente mi lady Ariel; muchas veces podía perder la paciencia gracias a Serenity— Hikari y Marco tuvieron el privilegio de ver de cerca la fuerza de los ‘Slayers’…, pero Tyler presenció algo mucho más abrumador… O ¿No es así, Tyler? (mira al susodicho).
— Si el señor Klaus o usted, mi lady, nos hubieran informado sobre la existencia de “Ancilla”, créame que… —expresaba inmutable, hasta que fui interrumpido por lady Ariel.
— Aclaro que la presencia de Ancilla en el campo de batalla no fue algo que Klaus o yo hayamos planeado… —comentaba ella seria, pero también con ligero enojo— Ancilla, de por sí, poseía una mentalidad inestable, por eso Klaus la descartó como sujeto de producción en masa…, sin embargo su fuerza se equiparaba al de cualquier miembro real del clan ‘Daitenshi’ que usara sólo su fuerza base… Era muy tedioso mantenerla entretenida; tuvimos la suerte de que dejara inhabilitado al fundador de K’…, mi tío Mica’el Tendo… —agregó ella más tranquila, aunque inexpresiva de por sí— pero ni Klaus sabe quién la dejó salir del complejo industrial de ‘Empire’…
— Si vemos el lado positivo de esto… ese tal fundador es un enemigo menos con que lidiar —comentó Hikari.
— Puede ser… —dijo lady Ariel mientras con disimulo se levantó y se separó de Serenity— pero igual K’ tiene a otros miembros con los que desafortunadamente podríamos tener que lidiar; por ejemplo, el escuadrón Dunkelrot del agente Heinz King.
— ¡Demonios! Y yo que perdí la oportunidad de asesinar a la portadora del 6to sello —comentó Marco bajo la actitud irritable de siempre— ¿Es cierto lo que oí del señor Klaus…? ‘Umbra’ le informó sobre el paradero de la última portadora…
— Así es… También lograron encontrar primero que nosotros a la portadora del 7mo sello, y ahora está custodiada en quién sabe dónde —dijo lady Ariel algo enojada, pero también muy calmada.
— Para el señor Klaus es imperativo que todos los sellos de ‘Sealant’ estén rotos… — comenté casi inmutable como siempre— ‘Umbra’ también guarda demasiadas expectativas de él.
— Igual Klaus-sama tiene sus propios planes —dijo Serenity sin preocupación alguna— ambiciones mucho más grandes que lo contemplado por la misma ‘Tanken’.
— Es algo osado de su parte —agregó Hikari tenuemente angustiada— Nunca contemplé darle la espalda a ‘Umbra’, y me aterra de sólo pensar qué acciones tomaría en represalia…
— Fue Klaus-sama quien nos dotó de las Zenmetsus; ‘Umbra’ nada ha hecho por nosotros, así que… “Klaus-sama no keikaku o sapouto suru tame ni zenryoku o tsukushimasu” (haré todo lo que esté a mi alcance para apoyar los planes Klaus-sama, en japonés) —dijo Serenity totalmente determinada; no le entendí al decirlo en japonés, pero su expresión fue clara.
— No sé qué mierda dijiste, pero estoy contigo, Serenity —dijo Marco muy serio y convencido, aun si se mostraba tenuemente irritado— “Il signor Klaus è tutto per me” (el señor Klaus es todo para mí, en italiano).
— “À quel point mes petits sont courageux de vouloir aider Klaus” (que valientes son mis pequeños por querer ayudar a Klaus, en francés) —dijo lady Ariel sonriendo serenamente; fue la primera vez que la oí hablar en lengua francesa.
— (Suspiro resignado) “Anata wa min’na kureijiidesuga, watashi wa riyuu no tame ni koko ni imasu” (todos ustedes están locos, pero por algo yo estoy aquí, en japonés) —dijo Hikari sonriendo con resignación; Serenity fue la única que le entendió tras sonreír pícaramente.
— ¡Hola a todos, mis jóvenes Krieger…!
La puerta se abrió de repente; lo primero que vimos fue al señor Klaus entrar saludando muy entusiasmado, acompañado de un agente de K’ que parecía obedecerlo por sus propios intereses, sin embargo también avistamos la llegada de quien completaba nuestro equipo. Su brazo cercenado era remplazado por una prótesis cibernética, la misma cuya mano sostenía una enfundada Zenmetsu de funda negrada y empuñadura oscura, adornada con distintivos purpuras; aquel joven en cuestión vestía su grisácea chaqueta de estilo gótico, cuya prenda sólo carecía de la manga izquierda, ciñéndose prácticamente a su delgada contextura, al igual que sus pantalones de cuero negro y botas góticas…
— ¡Démosle la bienvenida a nuestro fiel compañero, Huan (Nuntius)! —agregó el señor Klaus con entusiasmo, mientras Huan terminaba entrando a la habitación de lady Ariel.
— Gracias, señor Klaus — dijo Huan sonriendo plácidamente— Es un gusto estar de vuelta… ¿…? (mira a Hikari) “Qīn’ài de péngyǒu, wǒ huíláile” (mi querida amiga, estoy de regreso, en chino) —le dijo Huan a Hikari, y ella le respondió con una serena y cálida sonrisa.
— “Wǒ zài děng nǐ, wǒ de hǎo péngyǒu. Wǒ hěn gāoxìng nǐ hé wǒmen zài yīqǐ” (te esperaba, mi gran amigo. Me alegro que estés con nosotros, en chino) —Hikari dominaba muy bien el mandarín; tal parecía que fue gracias a Huan— Entonces… ¿Estamos todos?
Perspectiva de Heinz: estaba a punto de atardecer, el cielo tornado entre el brillo rosado y anaranjado era simplemente apreciable incluso desde la pequeña ventana del helicóptero “Pave Low” que transportaba a Iori Kurosawa y Oana Northrop, aquellos bajo la supervisión de Amarïe Belrose y Damien von Ewig; Vania también los acompañaba, aun si mental y emocionalmente no estaba bien. Eran cerca de las 7:00 pm, hora local de Londres, y a penas el sol comenzaba a ocultarse, típico de los días comprendidos durante el solsticio de verano, y que se contemplaba desde el helipuerto que se ubicaba en lo más alto de un edificio en la parte occidental de ‘Lambeth’, cerca al Támesis, en donde aquella cima de esa edificación los esperaba junto al profesor Jekyll…
El rotor seguía encendido y el aterrizaje incompleto respecto a su rápida salida del helicóptero, siendo Iori quien se abalanzaba sin motivo aparente en mi contra, pero me bastó con arrojarle el alargado estuche metalizado de 150×20 centímetros que sostuve en mi mano derecha para frenar su “arremetida”; Oana y el resto de mi equipo salían de la cabina del Pave Low de manera mucho más tranquila, avanzando poco a poco hasta alejarse del helicóptero que alzaba el vuelo de nuevo. Una vez que Iori vio la cercanía de su compañera ‘Slayer’, abrió el estuche revelando el contenido, siendo las Shukketsus enfundadas que les pertenecían; no vi problema en regresárselas a sus legítimos dueños.
— ¿…? ¿Todo en orden, jóvenes? —pregunté con seriedad y con un ligero toque sarcástico.
— ¿…? No sé qué pretendes, Heinz King…; sin embargo, te agradezco que hayas excluido a Yuna de tus planes… —mencionó Iori algo desconfiado; no lo culpo, le era difícil confiar en mí.
— No creas que está a salvo, Iori Kurosawa —le aclaré bajo una actitud bastante seria; esa era la clase de relación que podíamos tener él y yo— Le he ordenado a Damien que las trasfiriera a un sitio mucho más seguro…
— ¿…? ¿Por qué la repentina transferencia? Acaso… ¿No se encuentran bien resguardadas en Cardiff? —Preguntó Oana Northrop ante la reacción confusa y sorpresiva reflejada en su rostro— ¿Hay algún otro lugar más se…?
— K’ ha sido infiltrada… —comentó el profesor, interrumpiendo a la ‘Slayer’, Oana— o en el peor de los casos, alguien está filtrando información…
— Por lo que K’, por ahora, no es de confiar… para ninguno de nosotros… —agregué con seriedad y con cierta angustia.
— ¿…? Y… ¿Cómo es que se dieron cuenta? —Y de nuevo Oana Northrop comentaba, esta vez de manera escéptica— ¿Cómo sabemos, Iori y yo, que alguno de ustedes está libre de sospecha…? (mira a todos los agentes) ¿Qué nos asegura que ustedes no son los que están detrás de dicha conspiración? —la inquietud fue bien dirigida; nos dejó en silencio, sin embargo el profesor Jekyll mencionó de repente…
— ¡…! Empire Company London…; es lo único que puedo comentar…
Aunque la joven ‘Slayer’, Oana, se mostró mucho más escéptica y a la vez confundida, Iori Kurosawa por su parte reaccionó tenuemente asombrado, llamándome la atención completa…; supuse que aquel encuentro, dentro de las instalaciones de la susodicha, en pleno inicio del solsticio que estaba en curso no fue mera casualidad…; una parte de mí pensó lo mismo…, y la cuestión del ‘Slayer’, Iori, fue la oportunidad de aclaratorias que el profesor respondió de forma oportuna y concisa.
— ¿Qué tiene que ver Empire Company London en esto? —preguntó Iori Kurosawa serio y con ligera angustia.
— Desde que empecé a colaborar con K’, aproveché el aprendizaje de la tecnología moderna, obteniendo la experticia suficiente que llegó a sobrepasar lo que aprendí de otros —comentaba el profesor de forma modesta— Fue provechosamente beneficioso para ambas partes (para él y para K’) el que afinara mi destreza en el manejo de software y otras cosas más…, hasta convertirme en un experimentado “Hacker”. Los servidores de una simple compañía como Empire resultan ser “pan comido” si quiero entrar y salir sin ser detectado…; eso habría dicho si las cosas no hubiesen sido lo contrario.
— ¿No pudo? —Comentó Oana Northrop— ¿Pudo alguien superar su destreza en ese campo?
— (Mira a Oana) Probablemente, señorita… Yo he instruido a cada uno de los agentes de clase “Green” desde el pasado siglo…, y sólo alguien en K’ es capaz de igualarme en cuanto a hackeo informático se refiere… —explicó el profesor algo intranquilo.
— Pero si es él… debería estar muerto —y yo agregué con ligera preocupación— Hace 3 años que se le considera caído en combate, y si tuvo la oportunidad de sobrevivir ¿Por qué traicionar a K’?
Podían estar interesantes las conjeturas que sacábamos para aclarar esa situación, pero me pareció curioso el hecho de que Oana Northrop se cambiara delante de nosotros; a Iori Kurosawa ni parecía importarle el verla en ropa interior, e igual la joven ‘Slayer’ se cambiaba tan rápido que, en cuestión de segundos, pasaba de ajustarse el vestido negro para colocarse la gabardina de patrones lineales verdes y cerrar la cremallera, pasando de inmediato a colocarse las negradas medias ligueras y terminar por ponerse sus botines negros de gamuza.
— ¿…? ¡Ahem! C-Como sea… —comenté levemente avergonzado; nunca contemplé ver a una joven quinceañera (Oana) vestirse delante de mí— Es mejor tomarlos desprevenidos y actuar cuando ni lo esperan; estamos seguros de que Empire ha estado apoyando a los Krieger durante todo este tiempo, sobretodo Klaus Labelle…
— ¿…? ¡Hmm! (mira a Iori) No sé tú, Iori…, pero para mí me basta toda esta explicación —comentó Oana con tranquilidad, terminando de ajustar su uniforme de ‘Slayer’— No estoy totalmente segura que así sea, pero tampoco tengo con qué refutar lo que dice Heinz King y su equipo —de repente se tornó levemente enojada— Ellos están detrás de los últimos portadores de los sellos, y para colmo se atrevieron a atentar en contra de Yuna.
— ¿…? ¿Sólo eso es lo que te motiva? —preguntó Kurosawa con seriedad, pero Oana Northrop respondió…
— Demuéstrale a Yuna cuanto la quieres.
Su respuesta fue tajante; verla darle la espalda a su joven compañero de armas mientras adhería, mágicamente, la enfundada Shukketsu sobre la parte trasera de su cintura me enseñaba su total determinación de apoyar nuestra misión. Iori Kurosawa no apartaba su seria mirada de ella, y me divirtió tomarlo desprevenido cuando le arrojé a sus brazos una de las gabardinas que componían el uniforme de agente de K’; creía que el negro le sentaría bien a su estilo, y tuve motivos para ofrecerle ese uniforme…
— Iori Kurosawa, sé que hemos tenido nuestros roces en el pasado; incluso, mi equipo estaría dispuesto de dejarte lisiado si es necesario…, pero a estas alturas debemos enfocarnos en una sola cosa… —comentaba serio y con determinación— Ante todo está el seguir manteniendo el secreto que por siglos hemos protegido de la humanidad. Capturemos a los Krieger y derribemos los planes de quien esté detrás de este complot… y luego podrás hacer lo que te plazca…; eso sí, sin antes haber hecho el debido procedimiento… ¿Estás de acuerdo?
Esperaba una positiva respuesta de su parte, inclusive le extendí mi mano derecha como símbolo de cooperación mutua. Él me miró fijamente a los ojos luego de observar mi mano, y aunque fue un poco grosero al dejarme la mano estirada, su tenue sonrisa fue suficiente como repuesta; Iori Kurosawa cooperaría para salvar el mundo y derrotar a los Krieger, diciendo estás simples palabras: “Tenemos un trato…, Heinz King”.
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