La Daga del Emperador de Plata - Volumen II - 14
Los recuerdos sobre toda mi familia se han ido perdiendo con el tiempo, son más los recuerdos tristes y dolorosos los que se aferran en mi mente, marcándome en todo el sentido de la palabra. Vagamente recuerdo que mi padre era un reconocido académico de la universidad de Londres, destacado antropólogo que lo llevó a co-liderar un grupo de investigación en la ciudad de Osaka (Japón); él trabajaba junto a un gran arqueólogo de apellido Gardner, quien lideraba al grupo de investigación en general.
Como nuestros padres eran grandes amigos, fue inevitable que cierta amistad también floreciera, pero también las cosas se dieron con mayor sencillez, ya que Yuna-chan era una niña muy extrovertida y amable conmigo, la que se ganó todo mi cariño de una vez…
No sé cuándo exactamente empecé a odiarla, supongo que el día de su cumpleaños, el 8 de Marzo del 2.011, fue lo que nos llevó a esa desgracia. Ella igual perdió a sus padres en ese mismo accidente, pero mientras ella terminó siendo acogida por la familia paterna que vivía en Liverpool, yo fui a parar a un orfanato de la ciudad de Leicester (Inglaterra).
Tras cumplir los 9 años, fui adoptada por una pequeña familia de la ciudad costera de Margate (al este de Inglaterra); aparentemente mi familia adoptiva era humilde y cariñosa, pero eso sólo fue una fachada descarada que pretendió cumplir el capricho de una madre que siempre anheló una hija; eso igual no bastó para sentir su cariño, el que sí impartía sobre su hijo biológico que era 7 años mayor que yo… y eso sólo fue el comienzo de mis desgracias. Su hijo tenía necesidades lujuriosas que calmar, y yo fui el objetivo para complacer sus impulsos y deseos íntimos, los cuales no podía saciar en sus largas duchas.
Cada noche de todos mis infernales días, durante 3 años consecutivos, fui su juguete sexual, y mancilló mí honor cuantas veces quiso y pudo hacerlo, inclusive en presencia indirecta de sus padres. Sufrí tanta humillación de su parte, llegando a abortar en más de una ocasión los resultados de su insaciable instinto animal; crecí con tanto miedo que deseaba morirme cada vez que sentía su respiración agitada en mi cuello, cuando su saliva se mezclaba con la mía con cada uno de sus besos repulsivos, y cuando embestía su miembro erecto y rígido contra mi trasero enrojecido por meras palmadas; no existía ducha que limpiara mi cuerpo y que me devolviera mi dignidad, eso me condujo a desarrollar un mal hábito que llegó a desequilibrar mi mente; irónicamente el sonreírle de manera tierna y siniestra fue lo que puso fin a esa desdichada vida que llevaba…
Alrededores de North Wessex Downs. Hampshire, Inglaterra.
7:34 pm, hora local…
Perspectiva de Yuna: aun el sol no se ocultaba por completo ante un cielo que ya mostraba estrellas en su firmamento. Mis manos permanecían inquietas retorciendo aquella botella con agua que había saciado a mi garganta seca, lo que quizás demostraba mi temor y la intensa angustia que sentía.
Nathalie y su amiga valquiria permanecían a mi lado ante la custodia continua de los dos agentes que el señor Heinz nos proporcionó en secreto; algo malo aparentemente pasaba dentro de aquella agencia, pero igual estábamos muy custodiadas mientras permanecíamos en una estación de servicio en medio de una zona boscosa tras haber hecho una pequeña parada. El individuo de gabardina roja custodiaba el perímetro, mientras el que usaba esa gabardina negra nos custodiaba casi siempre de cerca; eso por otra parte no me hacía sentir asegurada, y Nathalie rápidamente se percató de eso, por lo que, en compañía de la valquiria, se me acercó colocando su mano derecha sobre mi hombro izquierdo; simplemente no me lo esperé al principio, y me asusté al contacto, alejándome bruscamente de ella…, lo más seguro es que no pueda culparla por sorprenderse, e intenté explicarle lo que me sucedía, sin embargo las palabras no fluyeron como quería…
— Y-Yuna…, tranquila… —decía Nathalie con actitud consolante; aun no me acostumbraba a llamarla Nesea— Desde que partimos de Cardiff te he sentido muy preocupada… ¿Qué te ocurre? ¿Estás asustada? Dime si puedo ayudarte.
— N-No…, t-tranquila, Nathalie… —intenté responderle con una sonrisa que demostrara que nada me perturbaba, pero ni yo me la creí; era imposible ocultárselo a Nathalie— E-Estoy bien. No te…, no te preocupes…
— Oye, Yuna…, no es para nada malo el que te sientas angustiada… —intervino la valquiria muy seria, pero bajo una actitud comprensiva que pasaba desapercibido por su tosca actitud— (Exhalación comprensiva) Tal vez ni logres imaginar por todo lo que hemos pasado una vez supimos la muerte de lord Sam-El; quizás tus preocupaciones ni estén así de cerca (indicaba insignificancia con los dedos de la mano derecha), mas no quiera decir que no puedas desahogarte. En algo podremos serte de ayuda; simplemente déjalo salir y ya —agregó Thruda con cierta imponencia y amabilidad— Recuerda que Nesea y yo estamos aquí para acompañarte.
No importaba como lo dijera, fue bastante alentador lo que la valquiria me dijo; Nathalie tenía grandes amigas con las que contaba en todo momento. Debimos hacer múltiples recorridos por Londres e intercambiar varias veces de vehículo de dudosa procedencia; algo señalaba que intentábamos despistar a alguien, y de verdad nunca me percaté cuando habíamos llegado a Hampshire y a sus alrededores, sin embargo no teníamos tiempo para contemplar el verde anaranjado y majestuoso de North Wessex Downs, los agentes que nos custodiaban nos llamaron para abordar el vehículo, cuando de repente sentí que algo me atrajo bruscamente hacia atrás, y de cierta forma fue un tanto atemorizante experimentarlo así de la nada, puesto que quien sea el que lo hizo me transportó hacia ese plano espejo del mundo.
Fue muy rápido cuando eso pasó, y sólo pude ver, antes de ser llevada hacia aquel lugar de panorama nocturno iluminado por su azulada luna llena, como la camioneta que nos transportaba terminaba en llamas con tan inesperada explosión. Supuse que uno de los dos agentes murió en el acto al haber abordado antes la camioneta, y con eso mi angustia por Nathalie y su amiga se encendió al recordar lo cerca que estaban del vehículo; sin embargo, dejando eso aparte, empecé a cuestionarme cómo había sido traída hacia ese plano habitado por Mystics, y aquellas respuestas simplemente estaban detrás de mí, contemplando por primera a un Versteckt tan de cerca.
— Protocolo “Atalaya Dorada” en ejecución —dijo la Versteckt— Primer paso completado: “Cuando Yuna Gardner esté en peligro, es imperativo el traerla al interior del Reflektierter Raum”.
— ¿T-Tú quién…? Bueno… S-Sé que eres una Versteckt…, pero… —me puse nerviosa ante la confusión y la sorpresa, por eso no vocalizaba correctamente— N-No entiendo por qué me has traído…
— Eso es fácil de responder, Yuna Gardner. Fui asignada para protegerte en caso de entrar en riesgo —eso me causó mucha curiosidad, pero me limité a escuchar nada más— y según el protocolo que Oana Laelia Northrop me asignó, estaré a tus órdenes, Yuna Gardner.
— ¿…? ¿De acuerdo…? ¿Eh…? P-Primero… empieza por llamarme solamente Yuna —le dije extrañamente nerviosa. Se supone que debí sentirme asegurada con su presencia.
— Como lo desees, Yuna… ¿Hay algo más que pueda hacer por ti?
Me tranquilizaba un poco el que Oana estuviese preocupada por mi seguridad, aunque enviarme una escolta personal lo consideré un poquito exagerado; aun así, viéndola de cerca, aquella Versteckt era hermosísima, y sus alas casi traslucidas complementaban su enorme belleza; aunque siempre la vi flotando, ignorando los 30 centímetros vagamente calculados que la separaban del suelo, se le notaba los 1.78 de estatura…
— ¿…? ¿Yuna? Espero instrucciones —dijo aquella fémina feérica; me tomó desprevenida.
— ¿Eh? A-Ah… Sí… Eh, d-dime…, tienes un nombre ¿Cierto? ¿Hmm? Blossom ¿Verdad? ¿Eres la que nos ayudaste aquel día en Liverpool? —comenzaba a confiar en ella y abrírmele más; empezaba a sentirme más segura, claro que no olvidaba la situación.
— Afirmativo. Localicé a 3 Mystics Zero, el 27 de Abril del año en curso, localizados en el centro de la ciudad de Liverpool —y Blossom respondió inmutable. Me habría gustado que fuese más expresiva…
Llena de incertidumbre por no conocer el estado y paradero de Nathalie, o de su amiga valquiria, me conformé con deambular libremente por los alrededores del North Wessex Downs en compañía de Blossom, la Versteckt al servicio de Oana; lo hice meramente para relajarme y olvidar mi situación, pero aún me sentía un poco atemorizada y recordaba cada segundo lo que recién había pasado. Debía ocupar la mente en otras cosas, y luchaba por no caer en la desesperación…, así que no ideé otra cosa más que seguir conversando con Blossom, la que me seguía al no haberle dado orden alguna.
— Y… ¿P-Por qué no te reusaste a custodiarme personalmente? —mencionaba algo tímida; la verdad me apenaba el tratar ese tema— S-Se supone que vigiles este plano existencial, avisándole a los Mysthic Slayers como Oana sobre algunos Mystics que amenacen tu integridad e intenten pasar al mundo humano. No comprendo el por qué Oana te encomendó el cuidarme… —agregué levemente decepcionada, pero no esperé el comentario de Blossom.
— Los Versteckts no nos limitamos a simplemente custodiar y a mantener en funcionamiento al Reflektierter Raum, o RR para abreviar —explicaba Blossom— Mi presencia es mucho más imperativa que el de sólo vigilar a seres que han perdido la razón; además, ningún Mystic se atrevería a atacarnos…, físicamente no lograrían hacernos daño.
— ¿…? ¿En serio? —pregunté sorprendida y confundida.
— Por supuesto —aunque su expresión facial permanecía inmutable, me pareció sentir un tono orgulloso de parte de Blossom— Los Mystics de clase C, quienes conservan su inteligencia y salen cuando quieren del Reflektierter Raum, no se atreven a atacarnos… ¿Quién se atrevería cuando somos nosotras quienes mantenemos todo esto activo (el RR)? Al contrario deben estar agradecidos el que tengamos purificado este lugar.
— ¿P-Purificado…? —Pregunté más confundida que antes— No entiendo lo que dices…
— Los Versteckts estamos para avisar a cualquier Mysthic Slayer disponible para que nos ayude a purificar el Reflektierter Raum —seguía Blossom explicando— Los Mystics de clase D abundan aquí dentro, en este espacio que simula con exactitud el mundo en el que vives, pero esa clase de Mystics son los que fácilmente pierden su raciocinio, y el RR nunca se diseñó para contener partículas negativas de Maná; algo así resulta siendo un veneno letal para los seres humanos, y a los Gläubigers los corrompen mentalmente.
— ¡Santo cielo…! E-Eso suena aterrador… —dije con voz temblorosa, y de inmediato pregunté bajo una actitud curiosa, hablándole un poco más casual— ¿Qué hacen ustedes los Versteckts con todas esas partículas negativas que absorben?
— Acceso denegado —Blossom dijo tajantemente— Los datos que solicitas están restringidos inclusive para Oana Laelia Northrop; sólo los miembros de la familia real Steiner tienen acceso a ese tipo de información.
— ¿En serio? Y yo que esperaba escuchar eso también… Me causó mucha curiosidad ¿Saben?
Escuchar esa aguda y fémina voz de nuevo, aquella zambullida en la arrogancia y en la bromista actitud que refleja en una tierna pero siniestra sonrisa, hizo que la piel se me erizara. Atónita ante las temibles palabras que aquella efímeramente oculta, volteaba a mirar lentamente hacia mi izquierda, implorando que no fuese quien imaginaba…; sin embargo, su intimidante sonrisa llena de ternura era inconfundible, y aunque luciera con otro tipo de atuendo al que la conocí por primera vez, era imposible que no se tratara de Serenity Meadows, la que se revelaba en medio del bosque oscuro iluminado por la luna llena azul…
No me quedó más que invocar a Ruby cuando ella se presentaba ante nosotras (ella y Blossom, la Versteckt), y de inmediato me posicioné de manera defensiva aun sabiendo que no podía contener mis nervios, evidenciándose en mis manos que empuñaban mi espada carmesí y el contemplar como Serenity se acercaba lentamente.
— ¿Yuna-chan, ogenkidesuka? Kai tte kara hisashiburidesu (¿Yuna-chan, cómo has estado? Ha pasado tiempo desde que nos encontramos) —me dijo Serenity en japonés fluido, pero no fue lo único que mencionó— ¿Watashi no koto ga koishikattadesu ka? Watashi wa anata ga inakute sabishīdesu…, je, je… (¿Te hice falta? Yo te estuve extrañando mucho…). En fin…, parece que oírme expresar en japonés te perturba un poco…, o será que te intimido con mi presencia ¿Cierto o falso, Yuna-chan? Pero tranquila…, sólo estamos tú y yo… porque Squamae está ocupado asesinando a las últimas portadoras de los sellos de ‘Sealant’ —agregó ella sonriendo serenamente intimidante…
Perspectiva de Nesea (Nathalie): los agentes nos llamaban para abordar el vehículo de nuevo, aquel que minutos antes habíamos intercambiado tras un extenuante recorrido por Londres y que nos trajo hasta Hampshire y sus alrededores. Vigilaba a Yuna muy de cerca; en parte me sentía responsable por su seguridad, pero poco o nada lograba hacer cuando algo impactaba contra la camioneta negra, estallando en llamas cuando vagamente vi que aquella masa esférica de energía roja colisionaba contra el vehículo; llegué a pensar que la explosión me alcanzaría al distraerme, preocupándome en primera instancia por Yuna, a quien perdía de vista…, no obstante Trhuda se las arregló para agarrarme del brazo izquierdo y zambullirme al interior del Reflektierter Raum junto con ella, llegando hacia una zona aleatoria del North Wessex Downs.
— ¿Estás bien, Nesea? —Me preguntaba Thruda con cierta preocupación— Perdóname por no haber ido a salvar a Yuna…, pero no debes angustiarte, ella está a salvo —agregaba ella seria y más calmada, pero eso no me impidió indagar y más.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sé que se encuentra a salvo? ¡Alguien hizo que la camioneta explotara, Thruda! —comenzaba a exaltarme, impidiéndome analizar mejor la situación— ¡Ni Heinz o su equipo, o a cualquiera que envíe para protegernos bastará! ¡Y lo peor es que Yuna se ha involucrado en todo es…!
— ¡Nesea, cálmate de una maldita vez! —Exclamó Thruda al sacudirme de los hombros, dejándome en silencio— ¡Si te digo que Yuna se encuentra bien es porque se encuentra bien! ¿De acuerdo? —Luego se calmó y me calmó a mí también, pero aun ella siguió de malhumor— ¡Arrg! ¡Mierda! No sé por qué una Versteckt se tomó el atrevimiento de llevarse a Yuna…, y como me adentré muy rápido no pude calcular el punto exacto de nuestra inmersión aquí dentro (Reflektierter Raum).
— Entonces… Yuna debe de estar muy cerca ¿Verdad? —comenté prácticamente tranquila, pero igual me sentía angustiada y, para colmo, confundida— Pero nunca había visto a un Versteckt comportarse así…
— ¿Es así? Qué curioso fue eso…
Esa voz que nos tomaba por sorpresa ya antes la había oído, no obstante aquel a quien pertenecía tal grave voz nos abordó repentinamente al posicionarse en cuclillas entre nosotras; parecía que acababa de aterrizar, y ver su imponente lanza-guadaña con la que quiso asesinarme antes me indicó que sus intenciones seguían siendo las mismas…, sólo que en ese momento tenía también la oportunidad de atacar a Thruda, recordando cuán rápido era usando esa extraña arma negra llena de figurillas azules e intimidante filo escarlata.
Antes pudo haberme asesinado con mayor facilidad, No obstante después de 3 días las cosas habían cambiado drásticamente. El ‘Sigillum Caelestis’ contenía nuestra fuerza real, pero hace 2 años que nuestro guardián dejó de hacerlo, así que tanto Thruda como yo podíamos igualar su velocidad, mas no estábamos en condiciones para enfrentarnos a ese peligroso Gläubiger armado, al que pudimos esquivarle su ataque violento tras saltar lo suficiente hacia atrás para no ser alcanzadas por sus siniestras cuchillas.
Si deseaba equilibrar las cosas, no tenía otra opción que usar, literalmente, a Thruda como arma, por eso fue que ambas corrimos para juntarnos antes de que aquel Krieger nos alcanzara otra vez con su aterrador e imperceptible ímpetu; siendo así, me aferré a la mano izquierda de Thruda cuando en ese preciso momento decía: ¡“Umwandeln”!, una habilidad que sólo las valquirias pueden usar, transformándose en el arma que refleje los sentimientos más profundos de a quien le sirven, y en mi caso adoptó la forma de una Shukketsu de guarda levemente ovalada con pequeñas alas, con una empuñadura azul celeste que la adornaba una figurilla casi floral, tomando esa forma cuando su cuerpo irradió una intensa luz que la despojó de su ropa. Totalmente armada, giré mi cuerpo para encarar directamente al Krieger, pudiendo repeler su rápida ofensiva; a partir de ahí no hubo necesidad de persuadirlo verbalmente, tampoco había caso que cruzáramos palabras que exigieran respuestas que aclararan sus objetivos, simplemente intercambiamos ataques que terminaban chocando, valiéndonos de nuestra extrema velocidad con espectaculares movimientos que demostraban todo lo que teníamos, llevándonos a una batalla que perduraba, en aquel momento, cerca del minuto y medio.
Perspectiva de Yuna: mi suerte no podía empeorar cuando Serenity se presentaba ante mí y sin razón alguna; sabía que su objetivo en realidad eran Nathalie y su amiga valquiria, algo así me hacía cuestionarme por qué llegaba a mí. Su paso no se detenía, acercándose cada vez más con cada paso lento mientras que yo retrocedía igual o un poco más rápido, pensando una y otra vez sus motivos de nuestro encuentro inesperado.
— Supongo que recuerdas cuan poderoso era Squamae ¿Cierto? —decía Serenity con aquella intimidante y dulce sonrisa, sin embargo lo que agregó me llenó de angustia— Imagina que yo soy igual o un poco más poderosa que él, Yuna-chan.
— ¿Q-Qué…? P-Pero… ¿Es eso posible? —mencionaba más nerviosa que antes, mientras ella seguía presumiendo de sus fortalezas como Gläubiger.
— Al principio me contuve contigo, no tenía caso lastimarte siendo una antigua amiga tuya, Yuna-chan.
— ¿Eh? ¿S-Sólo por eso? ¿…? Un momento… ¿Tú quién…?
— Más o menos es por eso, Yuna-chan… —y ella continuó hablando sin importarle lo que yo preguntara después— aunque en realidad Squamae teme por tu gran crecimiento, por eso no podemos dejar que vuelvas a reunirte con las dos últimas portadoras…
— ¿Ah? Conque es por eso… —dije con seriedad y con calma, dejándola perpleja al interrumpirla de repente, olvidando lo que en su momento me llenó de confusión. Habían cosas más importantes por tratar— Aprovecharon que me separé de Nathalie y de la valquiria para acecharlas en mi ausencia…, pero eso no tiene sentido…, habrían podido eliminarlas antes que lograra reunirme de nuevo con ellas… Lo que hiciste carece de sentido.
— Concuerdo contigo, Yuna Gardner —agregó Blossom mientras la sonrisa de Serenity se había borrado— una acción así tiene algo oculto…
— ¿…? (tenuemente sonríe de repente) Vaya, vaya…, tal parece que mi engaño ha caído, Yuna-chan; pero, ya que se trata de ti…, no te diré por qué preferí reunirme contigo… Je, je… —Serenity me miraba fijamente mientras desenfundaba su espada, empuñándola al igual que la funda de su arma— ¡…! “Shinka…: You will reign, Hiiro no Hachi”…
La gema rojiza en el collar de su espada desenfundada resplandecía intensa y siniestramente; tanto su arma como la funda fueron envueltas con su luz maléfica, y al juntarlas y separarlas por ciertos segundos, ambas se transformaban en dos barras lumínicas deformes que luchaban por conseguir una forma definida. Cuando ambas barras lumínicas lograban materializarse aun estando resplandeciendo tenuemente, Serenity las sacudió de manera brusca, quitándoles las partículas lumínicas que las impregnaban, revelando con tan agresiva sacudida dos ‘Katanas’ de diseños extravagantes de extrema rareza, espadas que las envolvían entre los colores negro y rojo escarlata…
— Aquí están las razones de que sea la Krieger más fuerte del grupo, sólo por debajo de mi querida Furore, por supuesto… —fue sólo en ese momento en que ella dejó de acercarse a mí, manteniéndose a menos de 5 metros de distancia— Entonces, Yuna-chan… ¿Podrás entretenerme esta vez?
— No podrá —respondió Blossom en ese instante, lo que asombró a ambas (Yuna y Serenity) tras su repentina intervención— La diferencia entre ustedes es casi abismal…, pero… solamente si una de las partes llega a tomar la batalla en serio…
— ¡Aburrido! —Interrumpió Serenity, expresándose de manera soberbia y sin sonrisa alguna en su rostro; su expresión daba miedo, pero eso calmó mi asombro— Estoy en completa disposición de enfrentarme a Yuna-chan con todo lo que tengo. Mal por ella por estar tan lejos de mí.
Blossom ni se inmutó por lo que Serenity mencionó sin más; por mi parte me frustraba lo impotente que me sentía…, en cierta medida…, puesto que una gran parte de mí se sentía con la gran disposición de enfrentar a Serenity aun si no contaba con la más mínima posibilidad de ganar. Considerando por terminada nuestra conversación, Serenity Meadows se abalanzó inesperadamente en mi contra con un tajo de su katana izquierda, la que con gran complejidad pude defenderme con la hoja de Ruby, sin embargo resulté siendo repelida mientras ella continuó con su ofensiva, atacándome con un tajo de su katana derecha cuando ni terminaba por chocar contra algo en el camino, o por lo menos eso esperaba; aun así también pude defenderme a duras penas, siendo peor en ese instante, ya que chocaba contra el tronco de un frondoso árbol que, tras la ofensiva de Serenity, culminó por despedazar el tronco con mi cuerpo y continuar siendo repulsada hasta terminar impactando contra el pasto del terreno dos veces seguidas.
Terminé alejándome de Blossom por ese momento, y por mi cabeza sólo se paseaba la idea errónea de lo que la Versteckt prometió por órdenes de Oana; no sabía si era por lo adolorida que me sentía el que no me dejaba pensar con claridad, considerando la posibilidad de que Blossom no intervino con justa razón. Como sea, agradecí el que Serenity no continuara atacándome, de por sí todavía no me reponía de su último ataque, estaba esforzándome por ponerme de pie; entonces, cuando pude colocarme en pie, pretendí agredir a Serenity con la técnica que solamente podía invocar usando a Ruby, lanzándole una pequeña ráfaga de energía negra que zanjaba rápidamente el terreno, dejando un estrecho camino en el que Serenity se interponía; no obstante, al ser tan delgada mi ofensiva compuesta por mera energía pura, a mi bella e intimidante oponente de turno le bastó con sólo moverse rápidamente a la derecha para esquivarla…
— ¿Eso es todo lo que puedes hacer, Yuna-chan? —Preguntó Serenity con una seria expresión en el rostro, contraste a la tenue sonrisa que me enseñaba, tan siniestra e intimidante como de costumbre— Tal parece que nunca serás capaz de entretenerme… Y yo que confié tanto en ti, dejando que Squamae se encargara de la eliminación de las últimas portadoras de los sellos…
— Te equivocas, Serenity —decía con total determinación, interrumpiendo a Serenity, y dejándola silenciosa y levemente sorprendida— Quizás no sea tan poderosa como tú, pero eso no significará que tengas tu victoria asegurada… Si voy a caer, daré todo lo que tengo en este combate… —agregué igual de convencida, confundiendo más a Serenity, quien me miraba con cierto escepticismo— ¡Respóndeme, “Topaz”!
Perspectiva de Serenity: reconozco que esa vez actué por mero capricho, sin embargo tuvo en costo que no consideré pagar. Creí que Yuna-chan sólo quería hacerse la valiente, lanzando cuantas palabras que la hicieran ver tan determinada, pero los rumores sobre ella resultaron ser ciertos; Yuna-chan era la primera Gläubiger a la que vi invocar 2 Tänzerin como si nada, y aquella vez me quedé perpleja por verla reunir una masa esférica en la palma de su mano izquierda, de aquel brazo que extendió para materializar al instante una espada de mango curveado metálico, tal y como lucía su supuesta Ruby. Las diferencias eran notorias, mas no en largo en sí; la hoja anaranjada de filo plateado se asemejaba a una zanbato, pero más pequeña como antes mencioné, además de que poseía líneas de metal que brillaban como la plata y también tenía un par de agujeros que contrastaban en tamaño, ubicadas casi cerca a la empuñadura metálica.
No pensaba claramente aquel día, me seguía por mis impulsos y por la obsesión que gané por Yuna-chan, por eso y más me le abalancé en esa oportunidad cuando recién invocaba su segunda espada de resplandor naranja como el mismo topacio, supongo que por eso la nombró “Topaz”; en fin, arremetí contra ella…, y me tomó por sorpresa el que pudiera resistir mi ofensiva que, minutos antes, la había expulsado contra un tronco que fue derribado por simple fuerza bruta y tras haber chocado contra el mismo…; eso me dejó atónita e indignada, pero los gestos de su rostro me demostraban que le costó defenderse de mi ataque, aun si cruzó las hojas de sus espadas para resistir los tajos arrojados violentamente; tal expresión me indicaba que la balanza continuaba a mi favor…
— Reconozco que me tomaste por sorpresa, Yuna-chan —comenté sonriéndole intimidantemente, pretendiendo ocultar mi asombro— Nunca esperé que lograras cumplir los rumores sobre ti… ¡No me arrepiento de haberte elegido a ti y haber abandonado mi misión!
— ¡E-Estás loca, Serenity…! —dijo Yuna-chan con esa misma determinación mientras me enseñaba ese gesto de resistencia— ¡Pero fui clara c-contigo cuando te dije que no caería fácilmente!
Sus declaraciones me sonaban vacías, y tales palabras me irritaban y me hacían perder la paciencia, sentimientos que bien disimulaba al preservar el mal hábito de sonreír aun en los peores momentos. De un momento a otro gané el forcejeo que teníamos, exponiéndola a cualquier ataque que intentara realizar; sus brazos los había dejado extendidos y también la había despojado de sus espadas, y eso me hacía saborear la victoria que todavía no aseguraba, no obstante me desconcertó y elevó mi rabia el que pudiera defenderse de nuevo, y lo peor fue que lo hizo de manera indirecta cuando le lancé mis tajos cruzados con mi ‘Hiiro no Hachi’, atestiguando en primera fila cómo fueron sus espadas, Ruby y Topaz, las que se interpusieron voluntariamente; entonces Yuna-chan, aprovechándose de la situación se alejó bastante de mí con gran rapidez, mientras que sus espadas, luego de frenar mi ofensiva, retornaban a ella bajo sus órdenes directas.
Con todo y eso, ignorando completamente el cómo me sentía, no me detuve ni un segundo para querer agredirla, abalanzándome sin descanso y dando inicio a nuestra verdadera contienda. Intercambiamos algunos ataques sin provocarnos heridas durante cerca de 40 segundos; me costaba reconocerlo, pero Yuna-chan se movía de manera espectacular, claro que yo tampoco me quedaba atrás con mis movimientos finos, enseñándole que por algo era la más fuerte de los Krieger.
De un momento a otro terminamos forcejeando otra vez, deteniéndonos en un punto del oscuro bosque; ambas dábamos todo de sí para derrotar a la otra, pero yo poco a poco empezaba otra vez a inclinar la balanza a mi favor, ya que a Yuna-chan le costaba mantener el forcejeo armado entre nosotras. De repente, la segunda espada de Yuna-chan se desliza hacia el interior de su cuerpo, exponiendo ligeramente su hombro izquierdo al filo rojizo de mi katana de mano diestra, permitiéndome herirla levemente con sólo rozarle con mi hoja oscura, herida que pudo comprometer mucho más que su hombro de no ser porque dio un salto en diagonal, prácticamente hacia atrás y a su derecha.
Si bien parecía ser una herida seria y muy dolorosa, a pesar de haber sido sólo un roce, Yuna-chan ignoró por completo su leve herida hemorrágica, arremetiendo rápidamente contra mí y abordándome desde mi propia izquierda. No sé cuándo mi sonrisa empezó a esfumarse, demostrándole todas aquellas emociones que ocultaba con la supuesta tierna sonrisa que malacostumbré tener; por eso, y mucho más, me ensañé con ella una vez retrocedí algunos metros…, arrojándole ataques desmedidos que me sacaban de mi aparente zona de diversión…
— ¡Conscidisti Obumbratio…! —Y ahí mismo los recité desesperadamente— ¡¡Conscidisti Continua Obumbratio…!!
Cegada por la ira, recitaba ráfagas de energía propias del Exponentia, “Conscidisti Obumbratio”, hilos energizados, y ondeantes, cargados con furia siniestra que arrojaba con cada tajo… mientras daba pasos que me hacían ver como toda una danzante. Yuna-chan no la pasaba bien con cada uno de esos violentos tajos de largo alcance; las ráfagas negra-rojizas iban en todo tipo de direcciones, desde un simple tajo horizontal hasta uno en diagonal…, rebanando todo árbol inocente en el camino o zanjando todo césped enlodado del terreno, en cuyas oportunidades Yuna-chan se las arregló para evadirlas con tan engalanada flexibilidad, movimientos acrobáticos que jamás llegué a imaginar que ella dominaría, y aquellas que no pudo simplemente eludir… le bastó con desviarlas con su par de espadas.
Verla lucirse de esa manera… sólo alimentaba mi rabia y frustración, por eso no me limité a lanzarle solamente esas ráfagas oscuras de forma continua, recitando adicionalmente otra carga de ataques que esperaba detenerla de una buena vez…
— ¡¡Meteoric Conscidisti Obumbratio!!
Con aquel tajo ascendente… invoqué un relámpago oscuro que se elevó rápidamente hacia el cielo nocturno, manifestándose en una lluvia de meteoros que caían cuando balanceé mi par de espadas de forma descendente. La mirada atónita de Yuna-chan era inamovible, pero con respecto a su determinación… podía afirmar que permanecía intacta con verla moverse ágilmente para evadir tan mortífera lluvia de meteoritos electrificados, ofensiva que destrozaba cada árbol aledaño con explosiones poderosas que sólo dejaron una neblina polvorienta hecha de tierra y vegetación pulverizada.
Física y mentalmente estaba agotada, respirando forzadamente tras desesperada ofensiva que destrozó cierta zona del bosque. Me erguí tras recuperar algo de aliento, esperando que el resultado fuera exitoso; sin embargo, en aquel momento, una parte de mí deseaba que sobreviviera a mi ataque…, y quería convencerme de que lo deseaba por mera entretención, pero la realidad era cruel cuando la angustia dominaba mi corazón…; entonces, casi disipada la neblina, Yuna-chan emergía casi ilesa…, luciendo con su atuendo sucio y algo harapiento, y llevando una que otra herida leve en su cuerpo, empuñando decididamente una espada en cada mano…
— ¿…? ¿Y-Yuna-chan…? ¿Por qué…? —Intentaba mantener ese desprecio hacia Yuna-chan, pero mis manos temblaban y mi voz se quebraba— ¡T-Tú…! ¡Tú sólo eras…! ¡Se supone que Iori-kun sería atraído por Yuna-chan…! —Y mis lágrimas brotaron inesperadamente; no sabía por qué en ese momento, y eso me llevó a exclamar de frustración e indignación— ¡¡Ustedes dos serían nuestro próximo objetivo tras eliminar a todos los portadores de los sellos de ‘Sealant’!!
— ¿Por qué te noto preocupada por mí, “Onee-chan”? —Preguntó seriamente, dirigiéndose hacia a mí con un honorifico japonés usado cariñosamente entre hermanas; no obstante… en sus ojos se veía una profunda melancolía— Tus palabras dicen una cosa…, pero tu cara dice otra… —agregaba ella con esa misma expresión de tristeza, casi querer llorar— ¿Cómo no pude darme cuenta antes, Serenity Meadows? Francamente… había olvidado tu rostro, Onee-chan.
Mis acciones contrastaban con mis emociones; sus cálidas palabras sólo me provocaron un repudio del que no tenía sentido cuando mi corazón sentía otras cosas; aun así…, me le abalancé furiosamente… y ella me correspondió ofensivamente, iniciando de nuevo nuestra batalla que pretendí que definiera mi doloroso destino.
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