La Daga del Emperador de Plata - Volumen II - 15
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- 15 - L'héritière légitime (la legítima heredera)
Desconozco cuándo o dónde nací con exactitud, sólo sé que viviendo en Queens (Nueva York), y con mis primeros 7 años de vida, me empezaron a conocer como “Tyler”; supongo que así se quedará hasta el día de mi muerte. La fundación que me acogió después de cumplir los 9 años me dio todo lo que necesitaba; educación, salud, y seres queridos, pero no siempre fue “color de rosa”…, porque si bien habían muchos que me estimaban, habían otros que me despreciaban por mi color de piel…
Cuando todavía tenía 13 años, ya estaba cursando mi segundo año de secundaria…, e iniciando ese periodo académico fui a parar a Japón en representación de la secundaria que, tras coronarse campeona nacional en las olimpiadas matemáticas, participaba en las olimpiadas internacionales de las mismas; sin embargo… la desgracia llegó para aquellos que atesoraba con todo el alma, y creo que de no haber hecho turismo ese 8 de Marzo en la ciudad de Osaka…, todos mis más grandes amigos seguirían con vida… y yo no habría parado a integrar a los Krieger.
Maldigo esa fecha del año 2.011, y lamento aquel día del año 2.013 el que me haya topado con Grigore von Ewig, dejándome engañar por sus palabras y jurar fidelidad por alguien que nunca conocí…, a ‘Umbra’…
Zona boscosa, periferia del North Wessex Downs. Inglaterra.
7:43 pm, hora local…
Perspectiva de Tyler: no me esperaba que el luchar contra la nereida y la valquiria en totales condiciones físicas, y con ambas al mismo tiempo, resultara más complejo de abatirlas para cumplir un objetivo del que no tenía siquiera claridad. Jamás contemplé que la valquiria contara con una habilidad tan rara, y tampoco consideré que la nereida fuese tan excelente combatiente cuando estaba armada, igualándose a mí con todo y mi ‘Celeriter Nocturno’…
Llevaba minuto y medio de combate con la nereida y ya no podía seguirle el paso, incluso mantener la forma evolucionada de la “Anxiety Zenmetsu”, la que de por sí estaba frágil y debilitada tras la batalla contra el fundador de K’, me costaba demasiada energía. Nuestros ataques chocaban con mayor frecuencia conforme a lo que tardaba nuestra contienda, y pasados otros 2 minutos adicionales de un encuentro magnifico entre ellas y yo, algunas de las cuchillas cedieron ante los constantes choques resultantes del intercambio ofensivo entre nosotros, dejándome prácticamente desarmado y expuesto al peligro; no obstante, ya desconcertado por el resultado…, la confusión me abordó de manera inesperada cuando la nereida cesó el ataque.
— ¡…! (Exhalación profunda) Ya no tiene caso continuar con nuestra batalla, Gläubiger —decía seriamente la nereida— Thruda y yo sólo luchamos en defensa de nuestra existencia. No pretendo tomar tu vida, aun si más tarde continuaras cazándonos para cumplir tu misión… Thruda, deshaz tu transformación, por favor —y como la nereida se lo pidió, la valquiria acató…, regresando a su forma original, aunque completamente desnuda.
— ¿Estás segura, Nesea? Tal vez haya algún otro Gläubiger que esté confabulado con este (mira a Tyler). No nos podemos permitir bajar la guardia —comentaba sin alguna pizca de vergüenza; ni siquiera se esforzaba en ocultar su desnudes frente a mí.
— Tranquila, Thruda. He visto luchar a este Gläubiger (mira también a Tyler) y sé que nada intentará si se encuentra desarmado, pero me es extraño el que apareciera solo —dijo la nereida con seriedad y cierta desconfianza, sin embargo la valquiria comentó otra vez.
— Por supuesto que es extraño, Nesea, pero también puede que nos hayan subestimado…
— Para nada, señoritas —me atreví a comentar abiertamente bajo una expresión desinteresada, interrumpiendo a la valquiria y llamando la atención confusa de ambas Mystics— Jamás me atrevería a subestimarlas, mas no contemplé que fueran más fuertes de lo que imaginamos… y tampoco creí que Serenity me abandonara así de fácil…
— ¿…? ¿A quién te refieres, Gläubiger? —preguntó la nereida con preocupación, y enfoqué toma mi atención en ella, ya que no me atrevía a mirar el cuerpo desnudo de la valquiria— Entonces no habías venido tú solo ¿Cierto?
— En efecto, nereida, aunque temo por lo que esté haciendo Serenity a mis espaldas…; nunca imaginé que su obsesión por la dueña de la ‘Carmine Ruby’ llegaría a tanto… —y de repente mis emociones comenzaron a brotar poco a poco, comenzando por sentirme angustiado— Se suponía que esa chica y el ‘Slayer’ serían nuestros últimos objetivos tras sus asesinatos.
— ¿…? ¿Cuál chica? —preguntó la valquiria con escepticismo.
— ¿‘Slayer’? ¿Un ‘Slayer’ es su objetivo…? ¿…? Un momento…, la chica a la que te refieres es Yuna ¿Verdad? ¿Por qué también están tras de Yuna? —exclamaba la nereida con desesperación, pero yo no me seguí conteniendo más.
— ¡Eso no lo sé! —E inesperadamente mi frustración salió a flote— ¡Nunca pude evitar que Marco, Hikari y Serenity se unieran a ‘Tanken’! ¡Al principio ni me importaba si algo les pasaba, pero cuando comencé a conocerlos más y más, sabiendo cada uno de sus sufrimientos y sus pasados dolorosos! ¡Sniff! —Y empecé a llorar, sollozando mientras seguía hablando— ¡Ahora Serenity es mi más grande responsabilidad, y sólo piensa en esa tal Yuna con la que se ha obsesionado tanto…! ¡Sniff! ¡Si no las hallan y las detienen…, no sé quién de las dos saldrá viva…!
No exageraba…; siempre supe cuáles eran los alcances de Serenity…, y lo que sentía por Yuna Gardner…, sin embargo era un camino espinoso el que ella había decidido recorrer… y tenía el presentimiento de que había sido erróneo elegirlo… Habiéndome calmado un poco, tanto la nereida como la valquiria, a quien le regalé la gabardina de color vino-tinto que usé por última vez para que se cubriera, se marcharon sin mencionar palabra alguna, quizás confiando en mi declaración y atendiendo a mi egoísta petición…
Perspectiva de Serenity: no tenía excusas que justificaran mi comportamiento aquella noche; simplemente no atendía a mis verdaderos sentimientos, dejándome llevar por mera rabia. Durante escasos 20 segundos, Yuna-chan y yo intercambiamos tajos que acababan en choques entre hojas, impactos tan potentes que generaban ondas levemente destructivas que repercutían más que todo sobre nuestro cuerpo y ropa; seguía siendo más fuerte que Yuna-chan, y le demostraba una técnica de combate muy superior a ella, pero que igual no le impedía que siguiera mi ritmo, siendo capaz de interceptar cada ataque que perpetraba agresivamente; de pronto, tras algunos 10 segundos adicionales de lucha a corta distancia, retrocedimos de un salto… y llevamos nuestra contienda hacia lo más alto del bosque, confrontándonos entre los árboles inocentes.
Entre saltos, recorriendo cada árbol, y adentrándonos cada vez más a las profundidades del bosque, nunca dejamos de atacarnos entre sí, sin acertar cada ofensiva que pretendía, por lo menos de mi parte, ser más que mortal. Si bien era espectacular la forma en la que Yuna-chan maniobraba entre ramas, desplazándose con movimientos acrobáticos en medio del aire, no era suficiente para declararla vencedora, logrando algunas veces herirme de manera superficial en mis brazos o mis piernas, desgarrando las mangas largas de mi vestido y las medias ligueras que lucía coquetamente; sin embargo, así como ella acertaba ciertos ataques, yo también lograba herirla de la misma manera, con la clara diferencia que yo siempre apuntaba a zonas vitales de su esbelta figura, llevándonos a luchar por casi 2 minutos o más…
— ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué no puedo vencerte, perra malnacida!? ¿¡Por qué no te rindes de una maldita vez, Yuna Gardner!? —exclamaba sumamente indignada, queriendo incluso llorar de la rabia.
— ¡¡No puedo hacerlo!! ¡¡No hasta que te venza!! —Y Yuna-chan me respondía exaltada y llena de determinación, lo que empeoraba mi estado emocional— ¡¡Aunque seas más fuerte que yo…, haré todo lo posible para complicarte la victoria, Onee-chan…!!
— ¡¡DEJA DE LLAMARME ASÍ DE UNA PUTA VEZ, YUNA GARDNER!! —Gritaba enfurecida, abalanzándome a ella agresivamente tras tomar impulso del tronco de un árbol que terminó despedazado por el mismo violento impulso— ¡¡MUERE, MALDITA PERRAAARRGHH!!
Yuna-chan se las arregló como siempre para defenderse de mi ataque, pero igual la arrastré junto conmigo hacia el suelo, aterrizando en el terreno lleno de césped y tierra húmeda que se convirtió en un cráter de 3 metros de diámetro, antes de que sus pies agrietaran el suelo por la potencia del impacto. Maniobrando en el aire tras ser repelida levemente por ella, giré mi cuerpo para balancear mi katana de mano izquierda, con el que de un tajo asistido por mi katana de mano derecha despojé a Yuna-chan de su Ruby; cuando aterricé, le dejé expuesta mi retaguardia a ella, sin embargo la había dejado tan desconcertada al principio que Yuna-chan no reaccionaba a tiempo, siendo una oportunidad que no desaproveché juntando mis katanas…
— ¡¡Noctis Lucis Nigrum!! —Y en ese instante recité el Exponentia más poderoso que conocía, el que descargué con todo contra Yuna-chan…
Perspectiva de Yuna: Serenity no dejaba espacios ni para respirar…; me mantenía muy pero muy decidida, sin embargo su frenética actitud ofensiva me dejaba perpleja, y a veces nerviosa y atemorizada. Sólo poseía a Topaz en mi mano izquierda, y veía asustada el cómo sus katanas envueltas en relampagueantes descargas negras se disponían a cercenar, o inclusive más, mi cuerpo de un doble tajo en conjunto, tan destellante y espeluznante que parecía materializar una hoja larga y ancha de una simple espada de energía eléctrica pura; aun así…, a pesar del miedo, sujeté con mucha más firmeza la empuñadura de Topaz, y previendo exactamente a donde apuntaba Serenity con su ataque, logré repeler su letal ofensiva oscura.
Cuando obtuve a Ruby en remplazo de la Kurimuzon, obtuve a Topaz poco después…; fue difícil dominarlas a ambas al principio, y se me hizo más sencillo aprender de Ruby, sin embargo por alguna extraña razón conocía las habilidades que poseía Topaz… y de lo que era capaz de hacer; por eso, cuando logré rechazar el agresivo ataque de Serenity, la hoja de Topaz brilló efímeramente y absorbió la descarga eléctrica negra, disolviendo su ¿Exponentia, creo…? Como sea…, al ser la primera vez que usaba las habilidades de Topaz, si a eso le agregaba el hecho de que era un ataque eléctrico, mi brazo izquierdo quedó entumecido sin saber por cuanto tiempo…; ese efecto consecuente fue obviamente aprovechado por Serenity, quien posicionaba sus katanas de una extraña manera y me arrojaba su siguiente ofensiva, sin antes recitar con tono indignado y exaltado…
— ¡¡Fulgur Duplex Vulnus!!
En el instante en que su katana izquierda la posicionaba de forma vertical, extendiendo su brazo hacia arriba, su otra katana la extendía junto con su brazo derecho, y encimándole el Exponentia que recitó…, entonces sus armas destellaron nuevamente con ese relampagueante fulgor negro que descargó en sus tajos diagonales, aquellos que apuntaban a mi torso (desde su derecha) y a mi cuello (desde su izquierda); entonces anticipando, quizás por mera suerte, llamé a Ruby lo más pronto posible, y en el instante en que respondió a mi llamado y la sujeté…; aun con mi brazo izquierdo entumecido, levanté a Topaz…, y junto con Ruby logré de nuevo interceptar sus mortales ataques relampagueantes, y el resultado del choque de nuestras armas jamás lo esperé tal y como sucedió.
Antes mencioné las capacidades de Topaz, y si consideraba en aquel momento que su hoja estaba “cargada”, entonces recibir una segunda carga eléctrica la potenciaba drásticamente; ahí en ese instante comprendía mucho más las habilidades de Topaz, pues la hoja estaba diseñada para absorber ataques cargados con pura energía, mas no retornarlas en sí…, entonces supuse rápidamente que había algo más que se encargara de redirigir la energía absorbida con anterioridad, y Ruby se convirtió en el catalizador perfecto en aquella batalla contra Serenity; sin embargo, como anteriormente comenté, nunca esperé cierto peligroso desenlace…
Topaz absorbió la descarga eléctrica de la katana que Serenity dominaba con su mano derecha, tal y como contemplé ágilmente, no obstante Topaz ya no podía contener más energía, aquella que terminaba circulando inclusive por mi brazo izquierdo y que empezaba a lastimarme el mismo brazo, heridas que fueron visibles al desgarrarse la manga izquierda de la camiseta deportiva que vestía, e intentando soportar tal dolor fue insufrible. Eran insoportables las quemaduras resultantes, heridas que incluso sangraban sin piedad conforme recorrían aquellos hilos eléctricos que culminaron en la hoja carmesí de Ruby, la que casualmente chocaba con la hoja de la energizada katana izquierda de Serenity y, tras el encuentro de hojas afiladas, generaron una tremenda explosión de pura energía que seguramente nos repelió a ambas al instante.
Cuando recobré el conocimiento…, sólo sentía un intenso dolor en mis manos; mi brazo izquierdo a duras penas podía sentirlo y moverlo me era difícil…, supe que mi ropa lucía mucho más harapienta que antes cuando alcé la única mano que podía mover, encontrando la manga levemente desgarrada y casi quemada, pero era lo de menos cuando detallé medio aturdida la palma de mi mano derecha, aquella seriamente herida con quemaduras de 2do grado; adolorida… con el mayor de mis esfuerzos pude levantarme, quedándome sentada en el césped chamuscado y acomodando delicadamente mi paralizado brazo izquierdo. Miré y detallé los alrededores, pero sólo hallaba destrucción a mí alrededor; árboles caídos, escombros diminutos que llovían sin cesar, y hojas en el aire que se convertían en cenizas…, sin embargo entre todo ese desolador panorama me topaba con una trágica escena…
— ¿¡…!? ¿¡O-Onee…, Onee-chan…!? —y entonces me posicioné de tal forma que me quedaba arrodillada sobre el lodo y el pasto quemado, gritándole a Serenity con suma angustia mientras caía en llanto— ¡¡ONEE-CHAN!! ¡¡Hic!! ¡¡ONEE-CHAAAAAN!!
Sumergida en mi deprimente desesperación, ignoraba el arribo de Nathalie junto a su acompañante valquiria, encontrándome allí de rodillas mientras sujetaba delicadamente con mi mano derecha mi malherido brazo izquierdo, aunque también se fijaron poco después en una Serenity inmóvil, tirada ahí entre el lodo y el césped medio humedecido y chamuscado del bosque destrozado, seguramente con su cuerpo gravemente herido.
— ¿¡Y-Yuna…!? ¿¡Qué diablos pasó a…!? —Nathalie se dejaba llevar por los nervios; no sabía a quién debía auxiliar primero y tampoco podía cuestionar debidamente— ¡¡Maldita sea!! —Y exclamó desesperada de repente— ¿¡Qué significa todo esto!? ¿¡Qué demonios sucedió aquí…!?
— ¡¡Nathaliee…!! ¡¡Sniff!! ¡¡A-Ayuda a Onee-chaaa, sniff…!! ¡¡Sálvala, por favooor, sniff!! —Le imploraba tristemente a Nathalie— ¡¡Ayúdala o si no morirá!! ¡¡Hic!!
Perspectiva de Nathalie: nos había tomado más de la cuenta el encontrarlas, pero cuando Thruda y yo lo conseguimos había sido demasiado tarde. Al llegar vimos como ambas lucían bastante malheridas; Yuna yacía arrodillada entre el lodo y el pasto húmedo del bosque maltratado, sujetándose delicadamente su brazo izquierdo con una sangrante mano derecha, brazo ensangrentado al que se le podía apreciar ciertas quemaduras serias; por otra parte, la tal Onee-chan a la que Yuna lloraba yacía inconsciente en el suelo a menos de 6 metros de distancia.
Cuando me le acerqué a la inconsciente y joven Krieger, llegué a considerarla fallecida, encontrándome con una vacía y agónica mirada que se plasmaba en sus ojos; parte de su mejilla izquierda poseía quemaduras severas, consideradas de 1er a 2do grado, al igual que el costado izquierdo de su cuello, hombro, pecho semidesnudo y abdomen del mismo lado; su brazo izquierdo estaba completamente expuesto en consideración al vestido de mangas largas que lucía en ese momento, con heridas propias de quemaduras de 3er grado; sólo a lo lejos avisté una espada negra de hoja recta clavada verticalmente en el terreno, y al ver a Yuna nuevamente me causó curiosidad el ver dos espadas de tonalidades casi semejantes que flotaban a su espalda, armas que no detallé antes y que se posicionaban superpuestas someramente como un par de alas, sin embargo no venía al caso en ese instante lleno de angustia.
— ¿Qué vas a hacer, Nesea? —Me preguntaba Thruda claramente indignada— ¿En serio ayudarás a quien intentó agredir a tu querida amiga Gläubiger?
— ¡Ella también es un ser humano, Thruda! —Exclamé también con indignación— ¡Aunque se ensañó, al igual que el resto de sus compañeros, en cazarnos para cumplir con su objetivo…, me arrepentiría si no la intentara salvar!
— ¡Vas a perder el tiempo, Nesea! ¡No te has dado cuenta que ya está muerta…! —Thruda seguía empeñada en convencerme para que declinara en ayudarla, pero perdí la paciencia y le grité con mayor indignación hasta callarla…
— ¡¡ELLA SIGUE VIVA!! —Con eso dejé atónita a Thruda, pero de inmediato sentí cierta frustración por algo en particular, llorando ligeramente— P-Pero aquí dentro me… ¡Sniff! Aquí dentro me será imposible salvarle la vida… El Reflektierter Raum es un espacio estéril, carente de vegetación y agua, con esas condiciones nunca podrá ayudarla…
— Entonces déjame ayudarte, nereida de nivel 5 —mencionó con una suave voz fémina alguien a mis espaldas. Thruda debió darse cuenta al instante quien era la que me habló, y al voltear me fijé que era una Versteckt— Si abro una fisura aquí dentro podrás acceder al mundo real y recolectar lo que necesites de ese mundo.
— ¿Y esta quién es? —preguntó Thruda de forma escéptica, y yo de inmediato le respondí con enojo, olvidándome del llanto.
— ¡Más respeto, Thruda, que es una Versteckt! —e inmediatamente ella no dudó en responderme igual de enojada.
— ¡Ya lo sé, Nesea! ¡Sólo que no sé qué hace aquí…! Además… cada Versteckt responde a un código con el que se identifican, y si está al servicio directo de un ‘Slayer’ de alto rango, de la nobleza y realeza, entonces es posible que tenga un nombre…
— Así es… Respondo al nombre de “Blossom” —contestó la Versteckt, mirándome después a mí— Entonces… ¿Tomarás mi sugerencia, nereida de clase B?
Me puso a pensar por unos cuantos segundos, pero la situación no estaba diseñada para pensarlo tanto, así que insegura decidí tomar su sugerencia al asentirle; entonces, así sin más, la Versteckt que respondía bajo la identidad de “Blossom” hizo tal y lo que me propuso segundos antes de que se presentara ante nosotras (Nesea y compañía). Cerca de donde reposaba casi en agonía la chica que enfrentó a Yuna, Blossom abrió una fisura cerca del suelo maltratado y reveló el terreno original perteneciente al mundo humano; con la grama humedecida me dispuse a usar una de mis técnicas, absorbiendo la humedad suficiente de ellas para utilizar la magia de sanación de elemento agua que conocía; con ello maniobré el líquido reunido en la palma de mis manos y la dividí en dos partes, una que hice que ingiriera sin su permiso para atender heridas internas; con el resto le cubrí el brazo en su totalidad y algunas partes afectadas de su cuerpo, empezando el tratamiento curativo cuando resplandecía tenuemente el líquido que reuní con la humedad del mundo real.
Creí que la joven Krieger no sobreviviría, pero un leve espasmo del diafragma, tos y parpadeo tenue de su mirada antes vacía me convencieron de lo contrario, y una parte de mí se sintió esperanzada de que aquella chica sobreviviera después del encuentro mortal con Yuna, aun si su estado era delicado en aquel instante. Thruda, sin pedírselo amablemente, atendió las heridas de Yuna al vendarle de manera improvisada la mano derecha, siendo igual con el lacerado brazo izquierdo, al que le improvisó un cabestrillo con un pedazo de tela rasgada del atuendo que lucía aquel momento, el que el Krieger al que habíamos enfrentado le otorgó respetuosamente…
— Muchas gracias… —le dijo Yuna a Thruda con una melancólica sonrisa.
— No tienes por qué agradecérmelo. Lo hice por Nesea, que te quede claro —y aunque Thruda respondió toscamente, sé que en el fondo lo hizo meramente por amabilidad— ¡…! Nesea… ¿Qué deberíamos hacer ahora? —me preguntó Thruda con seriedad.
— Estoy pensando en eso, Thruda…, y la verdad no lo sé… No sé qué hacer… —comenté un poco triste, contrario a la actitud seria que tenía mientras atendía a la moribunda chica Krieger— Pienso que huir no siempre será una buena opción…
— Entonces deberíamos enfrentarlos de una buena vez y parar a quien esté detrás de todo esto —dijo Yuna con tanta determinación una vez se acercó a mí— Nada me asegura que Iori y Oana estén colaborando con Heinz King para derrotar a quien lidera a Serenity, a mi Onee-chan…, y al resto de los Krieger.
— ¿Y cómo los localizamos…? —preguntó Thruda con esa tosca actitud del momento, pero la respuesta a aquella inquietud llegó pronto… No, diría que de inmediato…
— Si Yuna así lo desea puedo llevarlos hacia donde se desarrolla el conflicto —dijo Blossom inmutablemente— Hace rato he sentido que otro Versteckt se ha bifurcado de nuestra imperativa labor; debo suponer que es el que les ha dado acceso a los que ustedes llaman los “Krieger” y a todo a quien esté relacionado con ellos —y oírlo así de repente nos sorprendía, hasta que Yuna aun decidida preguntó.
— Entonces… ¿Puedes hacerlo, Blossom? —Pero luego expresó tenuemente angustiada— Aunque no podría dejar a Onee-chan aquí sola…
— Pueden irse…, yo me encargaré de Serenity… —y en ese instante apareció el Krieger al que enfrentamos Thruda y yo— Quedarse aquí no hará la diferencia. El equipo del tal Heinz King y los ‘Slayers’ podrían necesitar su apoyo —y por alguna razón nos quedábamos analizando el sí debíamos ir o no…
Empire Company. Londres, Inglaterra.
8:03 pm, hora local…
Perspectiva de Marco: no sé por cuanto tiempo estuve inconsciente…, sin embargo mi estado no era tan malo como esperé que sería tras batallar contra Iori Kurosawa. Recalco que no tenía idea de por cuanto tiempo estuve inconsciente, recordando bastante bien que tras ser herido de gravedad alguien más hizo acto de presencia; una bella mujer de cabellera rubia que vestía como los agentes de K’, y que había llegado para detener al mismísimo Iori Kurosawa, o eso creyó ella cuando el despreciable ‘Slayer’ que me dejó al borde de la muerte perdió tal interés en mí.
Supuse que ellos, antes de marcharse, trataron mis heridas…, despertándome con mi torso vendado de forma improvisada, usando gran parte de mi chaleco para convertirlas en los vendajes que detuvieron la hemorragia en mi torso lastimado. Algo me decía que sería estúpido el levantarme del suelo, y aunque hubiese querido hacerlo mi cuerpo como tal no me lo permitió en aquel momento… Algo que nunca esperé… fue que la otra ‘Slayer’ llegara hasta el piso donde me hallaba, eso significaba que Bellator (Hikari) y Nuntius (Huan) habían sido derrotados por aquella chica de piel morena y cabello ondulado, la que con sus gesticulaciones delataba cierto agotamiento o debilidad física…
— Supongo que fue Iori quien te dejó así de mal ¿Cierto? —Comentó aquella ‘Slayer’ de tez morena con una mirada desinteresada, pero bajo una actitud seria— Tienes suerte, Glaübiger; Iori si hubiese querido matarte habría hecho tu herida más profunda. Supongo que fue Vania quien la trató, ya que Iori si bien se contuvo un poco…, no perdería más tiempo contigo.
— ¿Es así…? —Me atrevía a decir aun en mi deplorable estado— Entonces ese ‘Slayer’ se aferra en su más grande objetivo…
— Iori hace tiempo dejó de preocuparse por los seres humanos de este mundo —y esa bella chica me interrumpió sin más, bajo esa tosca y desinteresada actitud— por eso te dije que tuviste suerte al enfrentarte a él.
— ¡¡Marco!! —Alguien más en la escena mencionó mi nombre; por su voz me parecía que era Hikari…, y no me equivoqué al verla de cerca— ¡¡Marco!! ¡¡Gracias al cielo que sigues vivo!!
— Bellator… ¿…? Digo, Hikari… ¿Qué haces aquí…? —pregunté débilmente.
— ¿¡Te atreviste a seguirme!? —Exclamó con enojo la ‘Slayer’ de tez morena, pero no tardó en calmarse, exhalando con paciencia— ¡…! ¿Tanto dejó de importarte tu otro compañero Krieger? —debió referirse a Nuntius.
— A Huan ya no puedo considerarlo siquiera mi compañero… No puedo perdonar a alguien que se atrevió a pisotear tu amabilidad—le dijo con determinación a aquella ‘Slayer’, la que reaccionó levemente sorprendida— sin embargo la mayoría de mis otros compañeros Krieger no son igual de desalmados como Huan, y me alegro el ver que uno de ellos continua con vida.
— Los demás no están aquí ¿Verdad? —cuestionó con seriedad la chica de tez morena.
— Tyler y Serenity tenían su propia misión, mas no estoy segura de querer que tengan éxito en ella —y Hikari contestaba seria y melancólicamente— igual…, eso significa que tus compañeros solamente tienen como su último obstáculo a Furore… No, su nombre es Ariel…, Ariel Beaulieu…
No había notado durante algún rato que Hikari afirmaba delicadamente su mano izquierda sobre su hombro derecho, pero aquel detalle pasaba a un segundo plano cuando todos en aquella 6ta planta sentimos un temblor que, quizás, provenía de las dos últimas plantas superiores. Al principio no fue de preocupación el sentir tal sacudida, sin embargo no tardamos en sentirnos angustiados cuando presenciábamos como algunas columnas se agrietaban para terminar cediendo a la caída de aquellas plantas superiores; por eso Hikari se abalanzó hacia mí con tal de protegerme, aferrándose a mi cuerpo maltrecho con un abrazo…, pero la ‘Slayer’ intentó mantener la planta donde nos hallábamos lo más intacta posible, congelando en cuestión de segundos toda pared y columna a su alrededor; no obstante, a pesar del rápido actuar de la chica de tez morena, las plantas superiores continuaban presionando con su colapso, por lo que la bella ‘Slayer’ se mantenía con brazos extendidos hacia arriba, tal y como soportara cargando el mismo techo que ni contacto tenía, liberando gélidas corrientes tenues que pretendían seguir congelando toda la 6ta planta para salvarnos a todos…
Perspectiva de Iori: había derrotado a Marco Fattore fácilmente con un sencillo y rápido tajo casi superficial; será por eso que Vania imaginó que yo pretendía acabar con la vida del Krieger al encontrarse con la sangrienta escena, pero menos no pudo importarme la existencia de Marco, pareciéndome indiferente el sí sobrevivía o no. Igual ante Vania fue necesario darle asistencia cuando se dispuso a tratar la mortal herida de Marco Fattore, y una vez complací su gesto altruista me dirigí hacia las escaleras que me conducían a la siguiente planta de arriba, pero Vania sin más decidió acompañarme, y ambos nos dirigimos hacia nuestro principal objetivo.
La 8va planta era la última del edificio principal de la compañía, y de las pocas oficinas alojadas allí… la más llamativa resultaba ser la que tenía puertas extravagantes; Vania y yo no perdimos tiempo para entrar en ella, y en su interior estaba el tal Klaus Labella observando el exterior desde su panorámica ventana, quizás también contemplando el resplandor azulado de la luna llena del Reflektierter Raum. Su inmutable expresión en el rostro delataba claramente sus intenciones, sólo visibles cuando se dignó a voltear su cabeza y mirarnos casi de reojo, hasta que se posicionó de frente a nosotros y de manera distanciada…
— Tú debes ser Iori Kurosawa ¿Cierto? —dijo el tal Klaus con una expresión tranquila mientras caminaba rodeando su escritorio, apoyándose de la misma poco después al casi sentarse— Te imaginé más imponente ¿Sabes?
— Así que usted debe ser el presidente de esta compañía; Klaus Labelle para ser exactos ¿Verdad? —y yo por mi parte le dije con inmutable seriedad— Lo imaginé más terrorífico, independientemente de que sea un ser humano.
— (Tenue risa serena) “Touché”… Me disculpo por eso, pero a veces infligir terror no basta sólo hacerlo con fuerza bruta; las palabras pueden ser una poderosa fuente para originar el miedo suficiente en las masas… Como sea, admiro el que hayas podido llegar hasta aquí, independientemente de que tenga que replantear el número de guardianes para que obstaculicen el camino hacia mí.
— Entonces eso te hace sonar igual de peligroso…
Sorprendí a la persona equivocada; esperaba intimidar al tal Klaus, sin embargo la que reaccionó anonadada fue Vania, la que atestiguaba el cómo me le abalanzaba sin cuartel, preparando el tajo interno que apuntaba hacia su torso; no obstante, al estar a menos de un metro de distancia, la silla del escritorio de Klaus había girado para enseñarme a su ocupante y joven acompañante. La joven en cuestión era una chica cuyo rostro se me había grabado en mi memoria, puesto que aquella joven de gran belleza y delgada complexión tenía una enorme similitud, por lo menos físicamente, con la abatida Ancilla; aun así… aquella chica de cabellos trenzados y evidentemente más joven contrarrestaba de forma rápida mi ofensiva, repeliendo con éxito el tajo arrojado con la hoja de su propia Shukketsu.
Verla empuñar el arma insignia de un Mysthic Slayer me tomó desprevenido y por sorpresa…; jamás había visto una Shukketsu igual a la que ella blandía con experticia, Shukketsu de empuñadura con tonalidades degradadas, rara mezcla entre el color morado y un opaco dorado; además poseía una guarda casi romboide, y para colmo el filo desprendía un leve resplandor entre azul y amarillo, lo que la hacía única desde mi punto de vista. En fin, no sólo su técnica con la Shukketsu era extraordinaria, su fuerza como tal era igual de increíble, y fue por eso que fui repulsado fácilmente con su tajo defensivo…, deteniéndome de forma abrupta sólo después de recorrer 7 metros, expulsándome incluso de la oficina de Klaus.
— ¡Que cobarde el atacar a una persona desarmada! —Exclamó aquella bella chica con seriedad y enojo, manteniéndose en cuclillas sobre el escritorio, para luego recuperar la calma— Aunque igual defendería a Klaus de cualquiera que se atreva a agredirlo.
— ¿…? ¿P-Por qué te pareces tanto a aquella chica que luchó con el maestro Myghal…? —y Vania se atrevió a cuestionar la semejanza entre la chica y la tal Ancilla, expresándose con nerviosismo y confusión— A-Acaso tú…
— ¿…? Entonces… ¿Tú también estuviste ahí cuando Ancilla escapó…? —Preguntó seriamente la jovencita de ojos celestes, para luego comentar con la misma actitud— Tuviste suerte de haber sobrevivido frente a ella…; ni mi padre, que en paz descanse, pudo lidiar con ella cuando la crearon… Su descuido lo llevó a la muerte, y mi madre también tuvo que pagar el precio. Fueron unos completos tontos por hacer eso.
— Por favor, Ariel, de no ser por ellos el proyecto “Ángel Caído” no habría surgido —comentaba Klaus bajo una actitud tan serena, tanto que lo repudiaba el sólo oírlo— Fue un desperdicio que no se usara el material original que nos permitía alcanzar potenciales mucho más grandes. (Expresión y pose pensativa) ¡Hmm! Aunque todavía no descubro quien fue el culpable de dejarla en libertad; eso me generó grandes inconvenientes, (sonríe serenamente) pero excelentes resultados.
— De acuerdo… ¡Basta de palabras, Klaus! ¡Debo terminar con ellos de una vez…! —Dijo aquella chica con esa seriedad inmutable, abalanzándose contra Vania— ¡…y aprovechar las enseñanzas de Grigore!
Aun estando en tan incómoda posición, la chica a la que el tal Klaus Labelle llamaba “Ariel” tomó el impulso necesario para arremeter con gran velocidad en contra de Vania, destrozando el escritorio con su mero arranque; Vania había sido entrenada tan bien por el señor Myghal, que le bastó con lanzar un tajo en diagonal para defenderse del tajo externo de la tal Ariel, chocando hojas afiladas que resonaron por toda la oficina, sin embargo Ariel continuaba siendo más superior en cuanto a fuerza física, repulsando a Vania igual de sencillo como a mí. Ser testigo de eso aterraba a cualquiera, pero yo simplemente vi una oportunidad para hacer mi jugada, arremetiendo de forma secreta por un punto en el que le fuese complejo defenderse de mi ofensiva, tajo ascendente que le habría herido el abdomen de no ser porque dejó de empuñar su Shukketsu con ambas manos, exponiéndome a la palma de su mano izquierda que ubicó por debajo de su torso, casi oculta por su extendido brazo derecho, y con la que terminó ejerciendo una poderosa fuerza invisible que me arrojó al suelo sin problema.
— Creí que habías aprendido del combate contra Ancilla, ‘Slayer’… —dijo de inmediato cuando aterrizaba agachas, sintiendo su penetrante mirada de reojo y la inmutable seriedad de sus palabras— Es una técnica básica de los ángeles (se pone erguida y voltea a mirar completamente a Iori), “Seishin-tekina Shodo”; al principio de esta batalla llegué a pensar que ella sería capaz de usarla también (mira de reojo a Vania), pero tal parece que su sangre de ángel no es tan pura como la que corre por mis venas —comentaba despóticamente cuando Vania no se reponía de haber sido repelida, a quien miraba fijamente con repudio— ¿Qué tan patética puedes ser cuando yo soy mitad humana en comparación a un Mystic completo como tú? ¡Esta Shukketsu ha estado resonando desde que llegaste hasta aquí, y no quiero ni pensar el por qué lo hace…!
— ¡…! Este…, Ariel… ¿Te importa si me retiro? —preguntó Klaus sonriendo tímidamente, obteniendo de parte de Ariel una despótica mirada, un silbido agudo y fastidioso, y una respuesta desinteresada…
— ¡Haz lo que quieras, Klaus! ¡Tu presencia sólo me traerá problemas, exponiéndote innecesariamente en este combate! ¡Katze pronto aparecerá y te llevará a donde desees! —y Klaus sólo agregó sonriendo serena e siniestramente.
— Perfecto, mi querida “Furore”.
Respondiendo al llamado de su dueña, la bestia felina de pelaje azul con rayas negras aparecía desde una distorsión espacial que tal vez creaba ella misma (Katze), llevándose consigo a Klaus Labelle quien sabe a dónde…
— En fin…, volviendo a lo nuestro (mira de nuevo fijamente a Vania), la Shukketsu de mi difunto padre resuena contigo…; eso puede significar una sola cosa… y es que fue a ti… a quien mi padre le dejó… su Sacrum Magicae…, “Blinding Force”…
— ¿…? ¿Q-Qué di…? ¿Tu p-padre era el señor Samael…? —dijo Vania sorprendida y confundida.
— ¿¡Qué importa!? ¡¡Muchas veces le rogué que me cediera su poder!! —Exclamaba Ariel con rabia, dejando escapar una que otra lágrima— ¡¡Y él siempre se negó a dármelo, cuando yo siempre fui la legítima heredera del Blinding Force!! ¡¡REGRÉSAME LO QUE ES MÍO…!! —gritó enfurecida, mientras Vania lograba ponerse en pie apoyándose de la pared, respondiéndole con cierta melancolía y determinación…
— Eso… a mí no me corresponde… Si el señor Samael no te lo cedió, fue por algo, Ariel…
Aquella respuesta terminó infligiendo más dolor del que ya su corazón habría reunido quien sabe por cuánto tiempo; Ariel simplemente secó sus lágrimas, cuya mirada en ese momento se plasmaba sólo una inmutable seriedad que acompañaba con repudio hacia Vania. En aquel instante Ariel no pronunció más palabras, solamente se limitaba a extender su brazo izquierdo hacia el frente, materializando sobre la palma de su mano una diminuta esfera de energía que destellaba casi opaca, semejante a la que el señor Myghal uso en su batalla contra Ancilla.
— ¿…? ¿S-Seishin-ryoku…? —Susurró Vania evidentemente asustada; aunque no tuve certeza de que fue eso lo que dijo, y tampoco tenía la forma de confirmarlo, hasta que lo dijo otra vez— ¿T-Tú eres capaz de usar el Seishin-ryoku…?
Ariel jamás respondió; ella sólo empuñó aquella masa esférica de pura energía que estalló con su silencioso acto, desprendiendo una poderosa onda que destrozó en segundos toda la última planta en la que nos alojábamos, llevándose también la planta inferior y expulsándonos hacia el exterior, la que daba con la zona abierta que conectaba con las demás edificaciones del complejo tecno-industrial de Empire Company London (reflejado en el Reflektierter Raum). Vania y yo, aunque caímos desde semejante altura, no sufrimos mayores daños físicos que se reflejaban en nuestros atuendos negros levemente desaliñados; fue doloroso sí, pero tolerable para la ocasión…, y extrañamente si consideraba la magnitud de su ofensiva celestial, tal ataque debió colapsar el edificio entero, mas no parecía ceder con sencillez, aferrándose a mantenerse en pie desde la 6ta planta…
Apenas nos reponíamos de la caída cuando nuestra joven oponente, Ariel, aterrizaba justo detrás de nosotros a una distancia mínima de 9 metros, careciendo de casi todo su brazo izquierdo; aun así, a pesar de lo terrible que lucía y la sangre que derramaba, Ariel nunca cambiaba esa inmutable seriedad en su rostro, y por supuesto que siempre lució tranquila cuando su brazo se regeneraba por sí sola, lo que nos dejaba a mí y a Vania totalmente perplejos. Luego procedió en segundos a despojarse de su negra túnica, revelándonos el vestido blanco de tipo casual sin mangas que llevaba puesto, junto a las pantimedias de velo negro con figurillas en forma de enredaderas espinosas, y los botines negros de tacón bajo que calzaba y que aportaban casi nada a sus 1.53 de estatura.
— Creo que acabo de extraviar la pulsera de mi madre —expresó desinteresadamente mientras se detallaba la muñeca izquierda por unos segundos— supongo que luego intentaré buscarla; debe estar por ahí…, pero mi prioridad ahora es otra.
Ariel estaba ensañada en ir tras de Vania, quien aturdida perdía la concentración y le facilitaba la tarea a esa joven híbrida de ángel; no obstante… no podía permitirlo cuando ella se había convertido en el mayor obstáculo para detener a Klaus Labelle. Dimos inicio a la más compleja y espectacular contienda que nunca había experimentado, valiéndome de increíbles movimientos y acrobacias que realizaba con tanta sencillez, y en tan corto tiempo, demostrándole toda la técnica que dominaba con mi Shukketsu en tan sólo 40 segundos; sin embargo, a pesar de ser más joven, Ariel estaba muy por encima de mí, llegando a acorralarme en varias oportunidades… y considerar la asistencia de Vania era inútil, obligándome a usar movimientos defensivos con mi Shukketsu e incluso usar el Sanjigen Janpu para igualar a veces su velocidad.
Pensé que la presencia de Vania era un total estorbo, pero debía ponerle más atención a los ataques de Ariel, ya que en menos de un minuto y medio de lucha ella había logrado herirme someramente mi muslo izquierdo, mi antebrazo derecho, mi hombro izquierdo y mi mejilla derecha, provocándome leves hemorragias y afectando mi vestimenta; entonces, cuando pude dedicar unos segundos de atención sobre Vania, gracias a la activación del Jikan no Nagare, me di cuenta que ella había enfundado su Shukketsu para concentrarse mientras mantenía juntas las palmas de sus manos…, pose que se me hizo familiar y que relacioné con aquella noche en Liverpool. Cuando evité el tajo mortal de Ariel y me alejé lo más lejos que pude, me cercioré de lo que Vania pretendía convocar, y escucharle recitar con tanta determinación me hizo creer que teníamos un poco de esperanza en esa batalla…
— ¡Magicae Incipere: Blinding Force…!
Conocía los alcances y el poder destructivo de aquel Sacrum Magicae…, creyendo que obtendríamos la ventaja que necesitábamos en el momento, pero para Ariel fue la oportunidad perfecta para extender mucho más su propia ventaja, haciendo algo que ninguno esperó que lograra…
— ¡“Shinka…: Shinigami ten Kara”!
En el instante en el que el Nireru no Mahou-jin dorado se extendió por el suelo de casi toda la zona de combate, Ariel simplemente clavó la punta de la hoja de su Shukketsu sobre el emblema morado que se superponía, y mientras convocaba el Shinka mencionando las palabras claves que revelaran su apariencia posiblemente real, ella nos enseñó un dato curioso sobre la particular Shukketsu que blandía, aquella que absorbía, literalmente, el Sacrum Magicae.
— Durante este combate… pensé mil maneras de recuperar el Sacrum Magicae que legítimamente me pertenece, pero no creí que invocándolo por tu parte (mira a Vania) me darías esa oportunidad —comentaba Ariel— Todas y cada una de las Shukketsus pertenecientes a los 8 guardianes celestiales, sólo acceden a su forma original por medio del Sacrum correspondiente. La que ven en mis manos… es la Shukketsu que mi padre alguna vez empuñó como el “Fünfter König”. Me bastó con hacer contacto directo con el Blinding Force para acceder a todo el conocimiento guardado en esta Shukketsu, y con esta misma terminaré con sus vidas.
Alzando sobre su cabeza la Shukketsu que alguna vez perteneció al guardián celestial Sam-El, su resplandor dorado e intenso asciende hacia el cielo nocturno tras completar la absorción del Sacrum Magicae, pudiendo ser probablemente visible desde cualquier parte del complejo tecno-industrial de Empire. Ariel hacía girar su arma iluminada con ambas manos y sobre su cabeza, mientras que con cada giro aquella aparentaba alargarse, hasta que con ciertos movimientos acrobáticos y giratorios adoptaba su forma final, siendo una guadaña que superaba los 1.70 metros de alto ante una curvada empuñadura y extravagante cuchilla entre plata-oro, cuya anilla poseía forma alada con tonalidad dorada, y que desprendía un aura de intensa luz y un tenue brillo purpura…
Admitía que era desconcertante el ver su Shukketsu en su forma real, mas no se comparaba al ala que le sobresalía del costado izquierdo de su espalda, bella y majestuosa que desprendía iluminadas plumas blancas; además, sobre sus mejillas se dibujaba unas líneas doradas que resplandecían casi intensas, dibujando algo semejante a unas alas en cada mejilla, mientras sus ojos celestes destellaban tenuemente bajo el mismo hermoso tono.
— Ahora contemplen el potencial de la “Shinigami ten Kara”… y del poder que es capaz de desatar en las manos correctas… —mencionaba seria y soberbiamente— “Mabayui Bakari no Hikari Katto”.
No llevaba casi mucho tiempo de liberada su forma real cuando Ariel la balanceó vertical y descendentemente, invocando un poderoso, enceguecedor e inevitable haz de luz que desintegraba toda la materia a su paso, dirigida sin cuartel hacia Vania y a mí…, quedándonos paralizados y resignados a nuestro final, pero una afilada hoja de tono anaranjado se entrometía en su paso para repeler aquel veloz haz lumínico. Al principio fue desconcertante atestiguar como la ofensiva de Ariel no cumplía su objetivo, pero la sorpresa fue extremadamente mayor cuando veía con mis propios ojos quien blandía aquella espada de hoja naranja y filo de plata…
— ¿¡…!? ¿¡Yuna…!?
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