La Espíritu de Fuego y la Ira Desatada - 02
-Hmm… – Provocando un ruido con sus boca, Noah se sentía una sensación incomoda de estar sofocado.
Se movió de un lado a otro, incapaz de aguantar esa sensación de incomodidad. Es como si estuviera usando una manta gruesa en pleno verano, sintiéndose acalorado y la incomodidad de tener algo pegajoso sus ropajes por el sudor era insoportable.
Hizo un movimiento inconsciente con sus manos para “quitarse” lo que tuviera encima de él, pero realmente no tocó nada, sino que su cuerpo era quien estaba acalorada sin tener nada encima.
¿No era el clima frio?
Preguntándose a sí mismo, Noah estaba en un estado inconsciencia y consciencia, estaba despierto como no. Sus pensamientos no eran ordenados ni muchos menos sus movimientos ejecutados como quisiera.
Su cuerpo se movía solo.
-Hah…Hah…Hahh…
Su respiración comenzó a ser más tosca entre más calor sentía. Su garganta y boca estaban secas, pidiendo a gritos que algo líquido y fresco pasara por ahí. Esa sed hizo que Noah lentamente comenzara a despertarse y abrir sus ojos.
-Ghh… ¿Dónde estoy…? – Murmurando esas palabras, se fijó en el techo de manera pobremente conservado, como si fuera construido hace más de 15 años y nunca haberle dado algún tipo de mantenimiento.
La cama donde reposaba estaba hecha de paja, no era de extrañarse que sintiera incomodad por estar durmiendo encima. Un leve malestar en su espalda estaba siendo tedioso para él.
¿Cómo es que llegué aquí?
Sin encontrar una respuesta que le satisficiera, Noah se levantó de la cama de paja, estirando espalda hasta escuchar un crujido, caminó un poco y se dio cuenta que se encontraba en una vieja cabaña de algún leñador habrá construido para refugiarse del frio cada vez que buscara leña en una tormenta helada.
-¿Hm?
Noah escuchó el sonido de una fogata recién prendida y de algo que se estuviera asando, con el leve aroma a carne siendo cocinada a fuego lento.
-…
Él abrió la puerta de manera con lentitud, con un chirrido de lo antigua que es, lo que se encontró del otro lado es una bestia de aspecto de ser uno de los lobos de invierno despellejado y sin ninguno de sus colmillos o los ojos, ni siquiera las orejas parecían estar ni las patas.
Fue cazado como el animal salvaje que es y ahora siendo cocinado. A Noah, le vino de repente un leve recuerdo de haber estado frente a uno y a punto de morir congelado.
¿Acaso alguien…me salvó? – Fue la conclusión que llegó.
-Vaya, parece que finalmente has despertado, señor dormilón.
-¡¿…?!
Escuchó una voz a su costado, una dulce y jovial voz femenina que fue algo hipnotizante escuchar. Por reflejo a la voz, Noah retrocedió un paso y volteó a ver de quien realmente le pertenecía; Un cabello largo, extendido por su espalda, de color rojo carmesí, una piel de porcelana, unos hermosos ojos azules claros y un hermoso vestido rojo, con los hombros expuestos y mostrando un poco de su escote de sus grandes pechos.
¿En qué momento se puso a mi costado? No lo sentí…y…
-¿No te hace frio estando vestida de esa manera? – Preguntó Noah con curiosidad. –Te vas resfriar.
-No me voy a enfermar – respondió la joven en un tono calmado – Una habilidad que poseo no me deja sentir frio, por ende, estar vestida de esta manera no me supone problema.
-Es una habilidad bastante…practica.
-¡Verdad que sí! Tampoco me debo de preocupar por el calor.
-¿No debes?…
-Sí, la temperatura de mi cuerpo siempre está estable, tanto el calor y el frio no me suponen ningún problema. – Dijo ella cerrando sus ojos, dando una sonrisa de orgullo y cruzando sus brazos.
-Hmm… ¿Tú me dejaste en la cama de paja? – preguntó mirándola a los ojos en un tono indiferente y mirada seria.
-Si. – respondió con tranquilidad y volviendo a abrir sus ojos, encontrándose con la mirada de Noah – Te encontré en las garras de la muerte y te salvé de ella. Espero que me des un agradecimiento formal esta vez.
-Te lo agrade… – Noah encontró algo raro en sus palabras, parpadeando 2 veces seguidas, analizando esa oración, se dispuso a aclarar su repentina confusión – ¿Esta vez? Si es la primera vez que nos vemos, ¿no es así?
-Sí, es nuestro primer encuentro. Me estaba refiriendo a tu manera de dirigirte a mí tan familiarmente como si fuéramos mejores amigo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿Es tan complicado para ti? De seguro piensas lento.
-…Gr. – Levantó una ceja en señal de molestia por el comentario de esa mujer.
Noah estaba sintiendo un leve ardor en su cabeza, uno con el cual ya está muy acostumbrando a sentir todos los días por algunas pequeñeces de su día a día.
-No te enojes.
-No estoy enojado…
-Sí, lo estás. Moviste tu ceja cuando dije eso de ti, en una señal de que te enojaste.
-¿…Qué te crees que eres? – respondió con algo de hostilidad e ira reprimida. – ¿Una profesional leyendo a la gente?
-No diría que soy esencialmente buena. – Ella miró un poco hacia arriba, llevándose la punta de su dedo índice a su mejilla derecha. – Pero eres un hombre simple al parecer, no fue difícil leerte.
-…
Noah cerró sus ojos y frunció el ceño, soltando un leve suspiro para intentar calmar el ardor de su cabeza.
-Hahh, y bien, ¿Quién eres?
-Sí, nos hemos alejado un poco del tema en sí. –Ella soltó una sonrisita, tomando la los lados de su falda y haciendo una reverencia a Noah, ella dijo – Soy Beatrice Fire Element, una de los 9 Fragmentos de la Diosa Averys, mucho gusto en conocerte, Noah Myers.
-…¿Cómo conoces mi nombre? – Más que por los demás hechos, a Noah le preocupó que supiera su nombre.
“Si alguien que no conoces sabe tu nombre, puede ser por varios motivos. Pero si eres un don nadie y alguien sabe de ti, es mejor averiguar el por qué sabe de ti antes que otra cosa”. – Recordando unas antiguas enseñanzas que tuvo en su niñez, él estaba un poco cauteloso.
-Lo leí en tu insignia del Gremio de Liliatris – Beatrice de sus pechos sacó una insignia de plata que tenia grabado el nombre de Noah y del Gremio de Aventureros de donde proviene.
La lanzó hacia Noah, quien atrapó la insignia.
-Deberías de cuidar mejor de tus cosas, no sabes cuando alguien podría arrebatártelo otra vez. – Comentó Beatrice mientras que se iba acercando lentamente hacia el lobo rostizado, sacando un cuchillo de cocina que estaba cuidadosamente colocado en una parte oculta cercana; comenzó a cortar un pedazo de carne. –Incluso hay una posibilidad que te dejen sin pantalones.
-No te preocupes por eso, no es tu asunto. –Guardó la insignia dentro de su abrigo.
Me olvidé de mi insignia.
-Es cierto, no es mi asunto preocuparme por ti, Noah… – Dejando clavado el cuchillo en las costillas del lobo, se da la vuelta y estira su brazo hacia Noah, acercándole el pedazo de carne mal cortado. –Pero en vez de estar como un intento falso de hombre de hierro, come primero esto.
-¿Carne asada a primeras horas del día? Sí que es un desayuno pesado…preferiría tomar algo, tengo bastante sed.
-6 metros a tu izquierda hay una cubeta con agua sacada de un rio cercano. No hay vasos, ni tampoco traigo una cantimplora conmigo. – Con un gesto de estar algo indignada por el rechazo a su amabilidad, ella le da un pequeño vacado a la carne.
-¿Quién sale a un bosque sin una cantimplora? – Noah comentó de forma sarcástica mientras que tomó unos tragos de agua con el cucharón.
-Usted tampoco tiene una cantimplora consigo, ni mucho menos algún equipamiento apropiado más que esos ropajes manchados con sangre seca.
-Sangre seca… – Repitió monótonamente Noah. –Pero yo… no recuerdo muy bien cómo me pasó esto.
Dejó caer el cucharón en la cubeta, salpicando agua, se miró en el reflejo de su rostro. Noah intentó recordar mejor los acontecimientos de anoche, trayendo los pocos fragmentos que su mente le dejaba visualizar; estando frente a ese lobo en medio del bosque.
¿Por qué fui en primer lugar?
Tal vez por alguna misión que le designaron por su Rango “B” entre las categorías de los Aventureros de Liliatris.
¿No tendría que haber venido acompañado? Yo tenía un…equipo…¿Huh? ¿Yo tenía un equipo?
Llenando su mente de confusión repentina, Noah no lograba recordar el motivo del porque estaba en ese bosque, ni mucho menos si estaba acompañado…No, ni siquiera recordaba el hecho de tener alguna vez un “equipo”.
-Dime. –Comentó Beatrice. -¿Te encuentras bien? Tú cara se puso pálida.
-…Estoy bien. –Respondió Noah, llevando una mano a su pecho. –Es algo normal ya para mí
-Si usted lo dice.
¿Cómo diablos terminé en el bosque?… -Pensó Noah.
Los fragmentos de memorias que venían y se iban, venían con una sensación de dolor de cabeza y ansiedad; lentamente dejando una fuerte impresión de que tiene pérdida de memoria.
Buscando fragmentos de recuerdos más precisos, Noah se sentó en el suelo mientras se agarra los lados de su cabeza con sus manos.
Aun así, ninguna memoria le llegaba, tan sólo efímeros recuerdos de estar en el bosque, frente a una bestia, encontrándose herido.
Ya lo encontró raro esa situación, de no saber con exactitud lo que le pasó.
Noah, un Aventurero de Clase B del gremio de Liliatris, normalmente se tiene un equipo para hacer los pedidos que hay en el tablero de misiones dentro de los establecimientos.
Estar en grupo es más factible porque los que hacen pedidos al gremio se puedan sentir más seguro viendo a un grupo que a uno solo.
En otras palabras, no había un lugar bien recibido para los solitarios.
“Nunca te pierdas de ti mismo, siempre ten en mente cada una de tus acciones”…Acabo de cometer un error.
Recordó una de las enseñanzas que tuvo de un “maestro” de su niñez, sintiendo una leve sensación de impotencia y tristeza, fijó su mirada en Beatrice; quien terminó de comer el pedazo de carne.
-Oye, ¿…Encontraste a alguien más además de mi anoche?
-Realmente no. –Respondió mientras que sacó un pañuelo, limpiando sus manos y boca con elegancia. –Usted es la única persona que vi en el bosque a esas horas de la noche.
-¿…En serio? -Noah dudó un poco de las palabras de Beatrice. -¿Realmente no había nadie más?
-…Quizás podría haber alguien más, o no. Como le dije, usted es el único que vi anoche, ¿Por qué tan insistente? –Beatrice comenzó a sospechar de que algo está mal en la condición mental de Noah.
-…No recuerdo muy bien lo de anoche, y tengo un dolor de cabeza muy molesto.
-¿Habrá ingresado ebrio en el bosque?
-¿Me estás tomando el pelo?
-No realmente, suena lo más lógico a pensar. Si usted comenta que no recuerda lo sucedido anoche y dice que tiene dolores de cabeza, son síntomas de resaca.
-…
Noah no sabía muy bien cómo responder a esa lógica bastante convincente de cierta manera, pero internamente se negó a aceptarla. Él no era alguien que bebiera demasiado, incluso ahora que tiene 21 años.
Simplemente es un misterio que él no puede resolver por más que piense.
Tan sólo soltó un suspiro, rindiéndose temporalmente sobre ese tema.
-Oye… – Cuando Noah estaba por preguntarle una cosa a Beatrice, el repentino escalofrío que subía por su columna vertebral lo hizo tener un mal presentimiento, y una sensación de estar siendo asechado.
Noah sentía un leve temblor, miró hacia la cubeta y el agua se estaba moviendo un poco.
No me gusta esto.
-¿Sucede algo, Noah? – Preguntó Beatrice.
-¡Shh! Algo se acerca…
-¿Algo-?
Sin que pudiera terminar sus palabras, en dirección hacia unos árboles a unos 50 metros de distancia se escuchó un fuerte golpe cuando una bestia enorme en dos patas se estaba acercando a ellos dos mientras soltaba un rugido.
Era un Troll Invernal, por su azuleja piel, la musculatura gruesa y ancha, incluso su abdomen estaba inflado. De un vistazo, se podía aproximar que medía 4 metros de altura, sosteniendo un gran garrote de muy mala calidad.
Sus ojos estaban rojos, una clara señal de que estaba en un estado de locura animal e inconsciente.
-Esto es…realmente malo, ¿Por qué hay un Troll Invernal aquí? Aún debería de faltar para que salgan de su hibernación. – Dijo Noah mientras hacia una mueca de nerviosismo, una gota de sudor frio pasó por su frente.
-Ese monstruo es realmente feo. – Respondió Beatrice en calma.
-Veo que eres capaz de conservar la calma, eso me gusta. Pero necesitaremos más que calma para huir del Troll.
-¿Huir? –Inclinó su cabeza Beatrice en señal de confusión a las palabras de Noah. –No vamos a huir, ¿sabes?
-¿Huh? ¿Estás loca o qué? No podremos derrotar a un Troll Invernal…O al menos yo no tendré muchas posibilidades, mi cuerpo está aún muy desgastado.
-Eso lo entiendo, después de todo conozco que tan mal estabas porque te traté. Pero…-Los ojos de Beatrice recorrían la zona, analizaron un poco su situación y posibilidad de escapatoria, sin embargo, no tenía tiempo para estar pensando, por lo que sólo fue una evaluación rápida. –Realmente creo que no lograremos huir del monstruo.
-..Maldita sea.
-¡¡Grrraaaaaaaa!! –El Troll soltó un rugido furioso al ver a Beatrice y Noah, golpeando varias veces el suelo con su garrote, comenzó a acercarse rápidamente hacia ellos.
Noah se estremeció al ver que ese Troll era más rápido de lo que él creía. Tal vez sus instintos del peligro le estaban diciendo a gritos que “corra” en la dirección contraria…No obstante, Noah no corrió lejos del Troll, sino dio un paso al frente y, al igual que el Troll, comenzó a ir hacia ese monstruo horripilante y enorme.
Dejando a una sorprendida Beatrice atrás.
Los ojos de Noah se fijaron en el Troll, buscando algún patrón de movimientos claros, pero no vio ninguno, más bien tan sólo era como ver a un rinoceronte cargar con furia.
Mediante que la distancia entre ambos se acortaba cada vez más, Noah tenía que actuar rápido.
No tuvo tiempo para dudar.
En una confrontación con un oponente mucho más alto y corpulento, lo que más preocupaba era el recibir un golpe. Atento al movimiento brusco del Troll con su garrote cuando entró en su rango, Noah se movió hacia la izquierda, esquivando a duras penas el garrotazo que impactó de forma vertical en el suelo.
Casi fue impactado por ese golpe que de seguro lo hubiese dejado aplastado y dado una muerte instantánea.
¡Mi cuerpo está más desgastado de lo que creí…! ¡Apenas pude esquivar ese lento ataque!
En la pierna izquierda de Noah se comenzó a rodear con una extraña masa de energía dorada…Era “Ki”, la energía vital de todos los seres vivos, sacada de una manera diferente formando un aura de poder físico.
Tan sólo unos pocos conocen el arte del “Ki”, y hay muchas variantes, como las que se pueden dominar con el entrenamiento, como las que son heredadas por la sangre, o las que son artificiales.
El Ki de Noah es uno heredado de sangre…
-¡¡¡Hm!!!
Con una patada rápida atacó la pierna izquierda del Troll, justo al costado de la rodilla, quitándole el equilibro al Troll, obligándolo a arrodillarse con esa pierna.
Noah iba a dar otro ataque aprovechando esa abertura, sin embargo, otro movimiento brusco del Troll con su garrote en forma vertical hacia Noah arruinó esa oportunidad de ataque.
-¡Kuh! – Soltando un sonido de frustración con su boca, Noah dio un salto alto, apoyando sus manos sobre el garrote para esquivarlo, como si estuviera saltando sobre una banca.
Luego de esquivar el garrote, se dio cuenta que la enorme mano izquierda del Troll estaba por agarrarlo de un costado, se agachó rápidamente y dio una pirueta baja hacia adelante para no ser agarrado.
Ese Troll no le estaba dando una oportunidad de atacar, hasta logró poder levantarse y recuperar su equilibrio.
¡Este Troll es un bastardo…! Tendré que dar un contrataque.
La enorme bestia rugió ante él. Noah se posicionó para aguantar un ataque de arriba, plantando bien sus pies en el suelo. Viendo como el Troll elevó su garrote sobre su cabeza para dar un brutal golpe hacia abajo.
Un momento antes de que el Troll atacara, Noah respiró profundamente. Puso ambas palmas hacia el frente, como si se tratasen de un escudo, contra el garrote que bajaba con una gran fuerza.
-…¡¡Barrera!!
Una invocación de Ki Dorado se formó para bloquear el garrote del Troll, con un sonido estruendoso, Noah sintió como un gran peso cayó sobre sus brazos y piernas, intentando empujarlo hacia el suelo.
Él se resistió, con las fuerzas que le quedan en su cuerpo, aguantó ese brutal golpe. Tal vez si hubiese estado en su mejor condición, pelear contra ese Troll no sería tan complicado.
Aun así, no tenía tiempo para lamentarse en encontrarse a uno en ese momento, ¿Quién podría haberlo predicho?
-¡¡Aaahhh!! – Noah gritó y empujó con toda sus fuerzas hacia arriba.
La masa de Ki se contrajo por un instante y luego desapareció de repente, soltando una fuerza expansiva en contra de Troll, provocando que sus brazos se hicieran para arriba otra vez y el gran garrote saliera volando.
¡Ahora!
Noah cerró su puño derecho, flexionó rápidamente sus piernas, se puso en cuclillas y se impulsó hacia arriba; Danto un salto alto, mientras que le dio un gancho derecho imbuido de Ki en el mentón al Troll.
Era un golpe fuerte, uno certero. Pero para la sorpresa de Noah, en el aire, recibió un manotazo en su lado derecho, mandando a volar su cuerpo hacia un costado en dirección al suelo.
Noah chocó fuerte contra el suelo, rodando varias veces hasta que se impactó contra un árbol, sintiendo como sus cosquillas se rompieron, como escupió sangre por el tremendo choque.
Él se quedó un poco mareado igualmente.
No comprendió como fue que recibió un golpe tan repentinamente recibió un golpe tan fuerte, lentamente fue dirigiendo su mirada hacia el Troll que se estaba acercando.
¿Sin daño?… ¿Qué tan dura tiene esa piel?
-Maldita sea todo…
¿Aquí es donde él iba a morir? Extrañamente Noah sintió esta sensación muy nostálgica, hasta hace poco se encontró en una misma situación.
Con la sangre que escurría de su boca, miró a los ojos al Troll y en ese momento es que se dio cuenta de aquel círculo mágico rojo con inscripciones extrañas sobre el Troll.
-Calamidad Ígnea.
De repente, un destello de luz rojiza apareció y un disparo de una bola de Fuego cayó como un meteorito hacia el cuerpo del Troll. Ese impacto tan ardiente envolvió por completo en llamas a ese corpulento cuerpo de la bestia.
-¿Qué diablos…?
Ante de los ojos de Noah, la enorme bestia envuelta en un pilar de fuego se estaba convirtiendo en cenizas rápidamente. Las llamas consumieron esa dura piel como si se tratase de delgado papel.
Todo lo que quedaba atrás era una masa de carne ennegrecida que perdió como 3 tercios de su tamaño original.
Esto le era familiar a Noah, exactamente lo que había pasado en la noche anterior. Definitivamente ahora lo recuerda como fue salvado del Lobo de la Nieves, tan sólo ese recuerdo le llegó vívidamente.
-¿Tú que demonios eres…? – Miró hacia Beatrice, quien estaba acercándose a Noah con una sonrisa educada.
-¿Quién soy? – Dijo monótonamente y añadió. –Déjame repetir mi presentación; Soy Beatrice Fire Element, una de las 9 Fragmentos del alma de la Diosa Averys. Y tú, Noah Myers.
Con su dedo anular señaló a Noah y preguntó…
-¿Quieres ser mi Guerrero del Fuego?
-¿Huh…?
Continuará….
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