LA HIJA FAVORITA - 10
Anthony buscaba a la nueva favorita, y finalmente la encontró. Elizabeth no estaba jugando con lo que dijo, hizo hasta lo imposible para que Anthony la eligiera, no en vano Emily le enseñó todo lo que sabía, para así a los quince años lograr ser la hija favorita, pues como tal ya estaba sumergida en el bajo mundo, en las garras de Anthony quien maneja sus acciones como el títere que es para él, pero, aunque puede controlarla no puede obligar a que cambié sus ideales, donde una de ellas es escapar lejos de New York, pero, al tener a Emily a su cuidado se conformó con la vida que tenía dado, ya que, si Emily estaba bien pues lo demás lo estaría también.
Así, era gracioso ver como una niña daba órdenes a personas que triplicaban su edad, como era de irritable para ellos tener que asimilarlo, aún más para Alice. Elizabeth al ser la hija favorita, Anthony la enseñó a comportarse como una digna hija de la familia Vexlam, convirtiendo sus días en una vida llena de lujos y formalidades.
Un día, con el año cumplido en el que Elizabeth se convirtió en la favorita, Anthony lleva junto a él en su auto recorriendo por la Zona Cero dirigiéndose a una reunión de los cuales Elizabeth comienza a involucrarse en los negocios de su padre adoptivo. Los hombres de Anthony hacen una breve parada y todos se bajan para entrar a uno de los edificios esperando que su jefe termine su compromiso para retornar a casa pues fue un laborioso día. El anochecer está por llegar y Elizabeth al querer entrar es agachada bruscamente por uno de los hombres evitando que saliera herida pues están siendo atacados por sus enemigos. La balacera no cesa y Anthony logra refugiarse siendo escoltado por los suyos adentro del edificio, pero Elizabeth no corre con la misma suerte, ya que, el hombre que la estaba protegiendo es asesinado por varios impactos de bala quien cae encima de la niña. Con dificultad Elizabeth lo retira de encima y corre pues el enemigo la quiere capturar, salta y evade los obstáculos que la detienen y a pocos metros de llegar a una calle concurrida recibe un golpe en la cabeza.
Los hombres la capturan y se la llevan subiéndose a sus autos para poder salir de ahí inmediatamente, Elizabeth sangra por el golpe que recibió y se encuentra “inconsciente” mientras los hombres la tienen sujetada. Deja pasar varios minutos y aprovechando el tráfico que obliga al auto a quedarse varado, sirve de excusa perfecta para ejecutar su plan improvisado. La niña se despierta de golpe y comienza a fingir que sufre un ataque de asma, los hombres al no saber qué hacer sueltan a la niña quien desesperada busca en su abrigo su inhalador para evitar ahogarse, pero, al tenerlo en sus manos el supuesto inhalador, saca su arma y disparar sin vacilar matando a los cuatro hombres que se encontraban en el auto junto a ella.
Elizabeth no pierde el tiempo y baja del auto donde los demás hombres que se encuentran en otros autos, al percatarse que la niña huye, la persiguen, pero al ir tras ella, ya no la encuentran.
Dos horas transcurren desde que Elizabeth desapareció y Anthony ordena que la encuentren, desplegando a sus hombres por toda la ciudad, él se sienta en su sillón fumando su costoso puro mientras mira las noticias, las cuales hablan sobre el homicidio hacía varias personas dentro de su propio auto no muy lejos de la estación de Wall Street, lo que provoca que Anthony sonría sabiendo perfectamente que Elizabeth logró huir.
Por otro lado, el jefe del Departamento del NYPD, Cesar Torres se despide de sus detectives para ir a descansar en su casa. Es viernes y por ello tiene que presentar unos reportes además de lidiar con la prensa en la reunión que tiene en el Hotel Pennsylvania, razón por la cual se encuentra apurado.
Cesar se sube a su auto y conduce, una vez ya alejándose del Departamento, mira por el retrovisor y una niña se encuentra sentada en el asiento de atrás, quien se lo queda mirando fijamente. Cesar asustado por poco se accidenta con otro auto por la impresión de verla, estacionándose bruscamente al borde de la vereda.
— ¿Usted es el jefe del NYPD? —lo pregunta Elizabeth con seriedad—. Si soy yo, ¿qué haces aquí sola? —le responde asustado.
— No se preocupe por ello—suspira— yo, necesito de su ayuda— lo manifiesta la niña con tanta determinación que Cesar solo la observa sin imaginarse con lo que esa niña iba cambiar en su vida.
Los días transcurren y Anthony no sabe dónde se encuentra Elizabeth motivo por el cual comienza a perder la paciencia pues esta consiente que ella está escapando de él, provocando que vaya a buscarla personalmente.
Por otro lado, Cesar llevó a la niña a su casa, donde, ella le explica todo lo que ha sucedido quien al solo hecho de escuchar el apellido Vexlam sabe a dónde se dirige todo esto. El jefe de Departamento quien es la máxima autoridad en el NYPD, anteriormente ya estaba detrás de la pista de Anthony donde Cesar al enterarse de la existencia de Elizabeth, la testigo que puede denunciar todos sus delitos y lograr llevar a prisión a Anthony de por vida, conseguía que finalmente los esfuerzos del Departamento y de su persona misma rindieran frutos tras años de seguimiento hacia “Papá Anthony”
Ya en su oficina reúne a sus detectives de confianza junto al capitán quienes lo escuchan con detenimiento, lo único que él quiere hacer es usar a la niña para acabar con la mafia Vexlam de una vez por todas. Elizabeth quien se encuentra descansando en la casa de Cesar se pone en contacto con sus muchachos (quienes en ese tiempo ya trabajaban para la hija favorita, además de varios aliados de Emily que ya tenía a su disposición), Jack le pregunta en donde se encuentra, pero ella lo tranquiliza pidiendo que le tenga informada hasta del más mínimo movimiento de Anthony. No puede pedir ayuda a Emily pues ella se encuentra fuera del país encargándose de uno de los negocios de su padre donde está en juego millones de dólares, razón por la cual ni siquiera trata de comunicarse con ella, no hasta que salga libre de esto ya que, consiguiéndolo, no solo ella sería libre sino también Emily.
Cesar al llegar a casa lleva algo de comida para la niña quien no la ha visto todo el día.
— ¿Y tú vives solo? —lo pregunta Elizabeth y Cesar le responde que así es, mientras toma algo de sopa instantánea. La niña solo lo mira y sabe que él no quiere topar el tema de su familia pues al ver las fotografías de su posible familia que encontró en uno de los cajones de su habitación, es el claro indicio que Cesar decide no hablar sobre ello, además a Elizabeth no le importa involucrarse demasiado con el jefe de Departamento.
— Mañana conocerás a mi equipo, necesito que converses con ellos y les cuentes todo lo que sabes, sin reservarte hasta el más mínimo detalle.
— Y qué ¿crees que atraparas así de fácil a papá? —lo pregunta la niña quien sostiene su cuchara sin haber probado bocado su comida—. Sé que no será fácil, pero contigo las cosas cambian y…
Elizabeth se molesta por lo que dice Cesar aventando su plano de golpe al piso mostrándose alterada—. ¡No es verdad! ¡No tenías por qué involucrarme a más personas! ¡Anthony no es el único que está detrás de mí, entiéndelo!
— Cálmate Elizabeth solo quiero ayudarte — lo manifiesta en voz alta Cesar mostrando autoridad a la niña, la calma explicándole que su equipo es necesario para terminar con Anthony. Elizabeth comprende, pero está asustado porque esto salió de la noche en la mañana, quería alejarse de Anthony, pero hubiese preferido que fuese cuando ella estuviese lista para defenderse por sí misma pues sabe que ahora con lo pequeña que esta, no podrá hacer mucho para marcar la diferencia en su vida. La niña sabe que no tiene otra opción más que confiar en Cesar y pedir que las cosas no se salgan de control.
Un nuevo día comienza, Cesar despierta a la niña pidiéndole que se cambie, ella hace caso y al estar ya lista para irse, Cesar entra a la habitación y le entrega una peluca a la niña, ella extrañada le pregunta por qué le da eso y Cesar solo le indica que deberá usarlo mientras van por la calle.
— Una peluca, ¿es enserio? —lo pregunta molesta la niña y Cesar solo se limita a darle una razón—. Anthony te estará buscando por doquier, por lo menos con eso puesto se nos hará más simple transportarnos ¿no lo crees?
Elizabeth solo se lo pone y ambos salen de la casa para dirigirse a un lugar donde sus detectives se encuentran reunidos. Cesar presenta a la niña ante las seis personas que se encuentran presentes, la detective Miller y su esposo Clayton (ambos detectives en segundo grado), el detective Ryan Cooper junto a su compañero Oscar (donde Oscar no es más que novato en ese tiempo) y el capitán del NYPD, Arthur Ansill quien esperó pacientemente a su superior tras que lo citara.
— Lamento por la tardanza el tráfico nos retrasó, pero todos ustedes ya saben para que los convoqué.
— Si lo sabemos Cesar, pero como ya te lo dije yo no pienso involucrarme con Vexlam aún más a Oscar quien recién comienza a vivir y… —lo manifiesta Ryan al ver que Cesar quiere capturar a Anthony—. Lo se Cooper, es por lo que esperaba escuchar tu respuesta final. Y como lo veo no te obligaré a quedarte, mejor dicho, si alguien más quiere irse la puerta se encuentra abierta —concluye diciéndolo Cesar a sus hombres quienes solo Ryan junto a Oscar salen de la habitación a pesar de que Oscar quería quedarse a ayudar a su capitán y a Cesar. Los demás detectives se quedan dando como respuesta su apoyo hacia su jefe de Departamento, Elizabeth los observa y se da cuenta de la autoridad que emana Cesar aún más la confianza que transmite a sus detectives.
Luego de la reunión, Cesar lleva a la niña para que coma algo y ella solo guarda silencio durante todo el tiempo en el que se encuentran en el restaurante, Elizabeth mientras muerde su hamburguesa voltea a ver por la ventana para percatarse que varios hombres de Anthony se encuentran fuera del local caminando presurosos al tratar de entrar al restaurante, de prisa la niña se esconde y le dice a Cesar que tienen que irse ahora mismo.
Cesar comprende y tratando de salir normalmente escuchan como varios autos frenan de golpe detrás de ellos, provocando que no duden en salir corriendo. Son los hombres de origen asiático los que se encuentran persiguiendo nuevamente a la nueva hija favorita de Anthony.
Al tratar de perderlos, ambos entran a un centro comercial donde Elizabeth tras soltarse pierde a Cesar mientras se encuentra rodeada por la multitud que hace compras por Navidad, quienes no dejan observar bien a Elizabeth pues se encuentran amontonados a su alrededor. La niña desesperada trata de hallar a Cesar, pero al supuestamente encontrarlo hace que otro hombre con el mismo saco de Cesar se la quede viendo molesto. Elizabeth retrocede y al dar media vuelta es puesta a dormir cuando uno de los hombres que la perseguía le cubre la boca para evitar que ella gritara.
Tiempo después la niña aun dolida por el somnífero despierta lentamente de su sueño, sus ojos se sienten muy pesados y al tratar de moverse ve como sus brazos y pies se encuentran atrapados por los nudos de una cuerda que se encuentra bien sujetada en una silla.
Asustada alza su mirada para observan que al frente de ella se encuentra Ming Hao, jefe de la mafia China quien se encuentra sentado mirándola mientras le brinda una sonrisa, la cual era demasiada ancha consiguiendo alterar a la niña.
Su expresión realmente transmitía miedo, pero a lo que Ming Hao se le iba acercando, ella retrocedía aferrando su cuerpo lo que más podía a la silla en la cual se encontraba atada, Ming Hao se pone en frente de la niña y con su mano acerca su rostro para que Elizabeth de inmediato cambie su expresión a una completamente enfurecida.
— La nueva hija favorita —Ming Hao mueve la cabeza de la niña de un lado a otro mirando hasta el mínimo detalle de Elizabeth— eres realmente joven. Ahora mi pregunta es: ¿por qué Anthony cambió a Emily por ti?
Elizabeth guarda silencio, pero no deja de desafiarlo con su mirada, a lo que Ming Hao ordena a sus hombres que se la lleven a “descansar” pues mañana hay trabajo que hacer. Los hombres obedecen y se la llevan para encerrarla en un cuarto oscuro y carente de electricidad, la lanzan y ella cae de golpe al suelo.
— ¡No malditos! — lo grita mientras golpea la puerta de metal, el cual le impide escapar, su respirar comienza a acelerarse, ella odia los lugares cerrados y más aún oscuros. Al ver que no hay salida para escapar se sienta y trata de guardar la calma mientras espera a que ya sea mañana.
Al día siguiente, Elizabeth se encuentra dormida sobre un viejo colchón, con una cobija delgada y su abrigo como almohada para escuchar como abren la puerta, ella, al ponerse de pie ve que es Ming Hao. quien se hace un lado. para que ella pueda salir.
Elizabeth no tiene muchas opciones así que hace lo que le ordenan, por el momento. Ming Hao invita a la niña a desayunar con él y mientras degustaban algo de Youtiao (fritos de masa en forma de palos largos de color marrón)
Elizabeth mira como lo remoja en leche de soya y al querer imitarlo ella no puede manipular los palillos chinos, así que mejor evita comerlo, decidiendo servirse un jugo de naranja, pero al hacerlo las cadenas que tiene puesta no le permiten moverse con agilidad así que riega el vaso de jugo sobre ella. Ming Hao al notarlo ordena a sus meseros que lo limpien y al hacerlo la colocan en otra silla donde Elizabeth se encuentra más cerca de él.
— No te apresures hija favorita con el tiempo lo dominaras a la perfección.
— ¿Con el tiempo? —lo pregunta Elizabeth alterada y Ming Hao se levanta de su asiento para pararse detrás de ella mientras apoya su mano sobre el hombro de la niña—. Así es, o, ¿acaso ya quieres ir a los brazos de Anthony? —Ming Hao toca la frente de Elizabeth y hace su cabeza para atrás, donde al mirarla vuelve a sonreírle. —Si mal no estoy informado tú eres su juguete ¿verdad? Ja…ja… Pero no te preocupes, yo no soy como él. Para mí, tú vales más que eso así que más vale que seas obediente niñita.
Elizabeth no deja de mirarlo con desprecio, pero eso no parece molestarlo, al contrario, hace que se pongan en marcha para llevársela. Al subir a su auto le quita las cadenas y la rodea con sus hombres.
— ¿Cómo lograste encargarte de mis hombres? — lo pregunta intrigado y Elizabeth solo lo ignora mirando para otro lado. Ming Hao saca un arma y se lo muestra a la niña.
— Acaso ¿lo hiciste con esto? —lo pregunta y Elizabeth solo suspira de cansancio— Increíble, si lo que creo es cierto entonces serias la mejor inversión que he hecho en mi vida.
— Yo no te hare daño Elizabeth, yo no soy como el sucio de Anthony —extiende su mano a la niña y Elizabeth con duda solo observa— te cuidaré como una hija, serás la líder de mi imperio, todo esto te lo daré. Entonces ¿aceptas?
La niña parece convencida entonces estrecha la mano de Ming Hao, pactando su trato. Cesar tratando de encontrar a Elizabeth, pidió ayuda a su equipo, quienes comienzan a rastrearla antes de que Anthony lo haga.
Pero la paz que rodea a Elizabeth es terminada cuando en segundos un atentado en plena avenida se hace presente. Son los hombres de Anthony quienes enfrentan a Ming Hao, pero al verse comprometida por las balas, Elizabeth sale del auto, ayuda y dirige a Ming Hao hacia los callejones donde tratan de ponerse a salvo.
Elizabeth finalmente se deja de juegos y toma su arma para comenzar a atacar a sus enemigos, junto a ella esta Ming Hao quien le cuida la espalada para ambos salir con vida de esa situación. Por una salida trasera, entran a un edificio, donde deciden subir al tratar de acorralar a los hombres de Anthony, quienes obviamente quieren llevársela de nuevo.
Los oficiales son informados de una balacera que se produce cerca de Wall Street en el hotel Holiday Inn, deprisa van a la emergencia donde Cesar sabe que ahí está la niña. Los hombres de Anthony no paran de llegar, pero con agilidad Elizabeth se desase de ellos, llegan al tercer piso donde Ming Hao recibe un disparo en su pierna provocando que caiga al suelo, el hombre, quien trata de dispararle nuevamente a Min Hao, es disparado a quema ropa por Elizabeth quien al matarlo ayuda a Ming Hao a ponerse de pie. Con dificultad consigue llevarlo a una de las habitaciones donde lo coloca en un lugar seguro hasta que sus aliados lleguen. Lo mete al closet de la recamara y antes de cerrarlo Ming Hao le agradece a la niña por haberle salvado la vida.
— Estoy en deuda contigo hija favorita, antes, decidí no matarte — palabras que provocan una carcajada en Elizabeth quien solo cierra la puerta sin antes decirle que no muera y que le devuelva su celular, Ming Hao lo hace y ella abandona la habitación mientras corre.
Elizabeth revisa su celular y al llamar a Jack, este le informa que Anthony se dirige en donde ella se encuentra, advirtiéndole que tenga mucho cuidado con él. La niña agradece la información que se le fue otorgada y cuelga, trata de ponerse en contacto con Cesar, pero este no le responde. Al intentarlo nuevamente varias veces, abandona la idea de pedir su ayuda, provocando que, con su arma en mano huya por sus propios medios.
Elizabeth se abre paso y logra descender un piso, pero las cosas se le dificultan donde una docena de hombres que ni siquiera conoce se encuentran detrás de ella persiguiéndola, la niña está cansada y con la peluca estorbándole, se lo retira y lo avienta lejos de ella. No puede evitar seguir subiendo y para su mala suerte las puertas de las habitaciones donde quiere refugiarse se encuentran cerradas, molestando a Elizabeth por su accionar que lo retrasó aún más, que seguir su camino.
La niña se encuentra acorralada pero ahí es donde intervienen los detectives de Cesar quienes lograron infiltrarse en el edificio protegiendo a Elizabeth, el enemigo no cesa consiguiendo que ambos mandos cacen a la hija favorita.
Son muchos así que Elizabeth al notar que los detectives no pueden ayudarla sube aún más las escaleras hasta conducir a los hombres que la persiguen hasta la azotea, donde al llegar cierra la puerta, pero, eso no es impedimento para que ellos la pateen y logren el acceso, los hombres miran de un lado a otro, pero al percatarse que Elizabeth se encuentra sobre ellos, ya fue demasiado tarde, pues la niña sin rodeos cae sobre ellos y los dispara.
Observa a sus víctimas y hay tanto hombres de Anthony como de Ming Hao quienes yacen muertos en la azotea. Elizabeth trata de calmar su respiración y al escuchar que alguien accede por la puerta de golpe, alza su arma, pero antes de disparar ve que es Cesar quien corre a abrazarla mientras se cerciora que la niña se encuentre bien.
Elizabeth solo se queda quieta y Cesar comienza a limpiar la sangre que la niña tiene derramada en el rostro. Ambos aguardan en la azotea pues Cesar le dice a Elizabeth que ya no tiene nada que temer, ya que, con ayuda de sus oficiales, consiguió calmar la situación. La niña se tranquiliza, pero al echar un vistazo hacia al frente, su ser se estremece, al mirar como en la entrada, asoma Anthony, observando como su favorita se encuentra con el jefe de Departamento.
Cesar al percatarse de la expresión de la niña voltea a ver de reojo y observa como Anthony se encuentra con sus hombres portando varias metralletas. La niña que se encuentra delante de Cesar comienza a temblar, y el, para tranquilizarla solo hace que la niña lo mire y entre susurros le diga lo que ella debe hacer en ese momento.
— Confía en mi Elizabeth ¿sí? —la niña comienza a llorar y Cesar solo le regala una sonrisa tan honesta que conmueve su corazón. Un disparo suena ensordeciendo a la niña quien sostiene su arma al quedar en shock.
Anthony se acerca a Elizabeth y ella no responde, con furia Anthony la cachetea consiguiendo que vuelva de nuevo en sí. La niña contiene el aliento demostrando tristeza en sus ojos, Anthony molesto se la lleva con él y ella mientras es jaloneada por los hombres de Anthony mira por última vez a Cesar quien se desangra por el impacto de bala que ella le proporcionó en el corazón, matándolo al instante.
Cesar, tan solo lo hizo porque desde que vio que Anthony se encontraba detrás de ellos, él ya era hombre muerto, pero, si de alguna manera conseguía que Elizabeth siguiera viva y aún más, trabajado para Anthony, tendría una oportunidad de cumplir con su sueño de justicia a pesar de que no estaría vivo para verlo.
Anthony la saca del edificio y junto a sus hombres se la lleva nuevamente a su mansión, Elizabeth mantiene la cabeza agachada por el temor de que Anthony la puede matar en cualquier momento.
— Cariño ¿estás bien? —lo pregunta Anthony mientras limpia el rostro de la niña con su pañuelo— perdóname por llegar tarde, fuiste muy difícil de encontrar, pero para cuando llegué tú ya te habías encargado de todos mis enemigos, incluyendo a los federales.
Comienza a fumar dentro del auto blindado en el que se transportan para sentir algo de confusión tras verla llorar cuando asesinó a ese oficial, Anthony pensaba que finalmente había entrenado bien a Elizabeth, donde los sentimientos no interponían en sus trabajos, pero al ver que no es así a la niña le espera un entrenamiento aún peor del cual ya recibió, aquel que solo tiene la finalidad de crear a la hija perfecta.
Al parecer el sacrificio de Cesar ayudó a despistar a Anthony de los verdaderos objetivos que tenía Elizabeth para su padre, pero Elizabeth no puede evitar de ver a Anthony con una mirada inexpresiva y carente de alegría.
Anthony al notarlo solo se acerca hacia ella y al ofrecerle una botella de agua, calma la sed de la niña.
— Elizabeth sabes que mi trabajo es solo el resultado de la sociedad en la que vivimos —sigue fumando su cigarrillo abriendo la ventana para que el olor no se concentre en el interior del auto— yo no puse las reglas tan solo las modifiqué a mi convenir. Aunque creas que el malo de la historia soy yo no olvides que este malvado fue quien te rescató.
La niña no sabe que decir, tan solo le duele, la forma en la que Cesar murió, siente que ese accionar, fue realmente injusto para alguien tan bueno como él.
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