Las Colinas del Grial - 02
Jonathan
– Caía en un lugar oscuro, sentía que mi cuerpo caía en picada. Una caída que no parecía que jamás iba a llegar al final.
Mi cabeza daba vueltas, mi visión algo difuso, mi corazón no paraba de latir con fuerza, en mis adentros pedía a gritos que todo esto acabara. No recuerdo cuánto tiempo llevábamos todos aquí. No era el único cayendo, más personas estaban en la misma situación que yo, o eso era lo que podía divisar, aún parecían estar inconscientes.
Lentamente sentía que mis sentidos iban recuperándose, aunque no sabría decirme para qué me servía ello en este momento. Mi cuerpo estaba completamente dormido y entumecido, me costaba mover las extremidades.
«Eloy… Edward…» resonaba ese pensamiento preocupante en mi cabeza, mis amigos deberían de estar aquí, pero simplemente no podía verlos.
Miré hacia abajo… O hacia arriba, no sé en qué dirección estoy cayendo realmente o si realmente lo hago, es extraña la sensación. Como decía, al ver abajo, pude notar una especie de… ¿Contador? Una especie de contador cuyos números aumentaban a gran velocidad, llegando a la cifra del millón.
A la par del conteo, mi vista al fin se recuperó y volteando a otra dirección, pude verlos.
Antes, con la vista borrosa podía ver a unos pocas personas, pero mucho más atrás había todo un gentío que iba cayendo como todos nosotros. La cantidad era demencial, la multitud prácticamente cubría todo mi campo de vista. En los lugares donde no había personas, una especie de grieta se hacía presente, expulsando a otra persona para que dicha grieta después se cerrase.
Ahora tenía sentido el contador pero…
—¡Oye, tú!
—¿Eh? —volteo para mirar a un chico que parecía estar recuperado también, parecía que éramos los únicos conscientes aquí.
—¿En dónde demonios estamos?
—¿En serio me lo preguntas? —respondí con extrañeza—. ¿Qué te hace pensar que me sé la respuesta? Lo único que recuerdo es que mi cuerpo se estaba desvaneciendo… Por la Soul Camera.
—¡E-Eso! ¡La Soul Camera! Esa cámara me empezó a absorber sin que me diera cuenta. —contó, para después mirarme algo raro—. ¿Y eso en tu pecho?
—¿Qué pasa en mi…? —me quedé sin habla al verlo, mi pecho tenía al marcado una «P». Mi mirada vuelve a la del chico y este también tenía una letra marcada—. ¡Tú tienes una «V»!
El chico se examinó rápidamente y puso verlo, las otras personas también estaban siendo marcador por una letra, entre todas esas marcas podía notar que solo se repetían cinco letras: la P, la V, la R, la Z y la C.
Después de que aquellas marcas fueran puestas en la demás personas, de forma súbita, todos parecían recuperar la conciencia; todos estaban desconcertados y, de forma casi sincronizada, comenzó el miedo y el pánico.
—¿¡Dónde estoy!?
—¿¡Qué es está letra!?
—¡Voy a morir!
Ambos no tapamos nuestros oídos pero simplemente no se podía evitar aquel bullicio, era imposible. Vuelvo a ver el contador y ya había parado de contar, dejándome boquiabierto con el número hasta donde había contado.
—¿¡T-Tres millones!? —me llevé las manos a la cabeza a la cabeza, el chico igual—. Esto es simplemente absurdo.
El chico parecía decirme algo pero yo no podía escuchar lo que decía, entre tantas voces y ruidos que habían que por momentos pensaba que en cualquier segundo quedaría sordo. Me puse a exanimar a las personas que estaban cerca de nosotros, ellos ya estaban conscientes pero solo se quedaban mirando al contador, como si estuvieran hipnotizados.
Y no era de menos, ya que el contador era reemplazado por una especie de panel dorado gigantesco que cubría todo mi campo de visión. En ese instante, todo el mundo se había callado al fin, y todos se fijaron en el panel, algo en este se iba escribiendo.
⟨ Lamentamos todo el pánico y miedo que causamos, no era nuestra intención. Ahora mismo, van a ser distribuidos por todo el mundo, las marcas que lleváis en su pecho marca el lugar a donde irán a parar. Le pedimos que mantengan la calma, para eso, vamos a ponerles una buena vista. ⟩
De repente, mi ojos eran invadidos por una gran belleza, ahora ya no estábamos en ese lugar oscuro, sino que íbamos viajando por el mismísimo cosmos, no se dejaba de escuchar las voces sorprendidas de los millones, incluyéndome. Estrellas, cometas, hasta astros y sistemas solares se hacían presente en todo nuestro recorrido, no podía evitar soltar lágrimas ante tal espectáculo visual.
«Un momento, ¡No puede ser!» mirando para cualquier lado, pude observar un objeto gigantesco y con una peculiar forma, parecía una dona con lucecitas alrededor.
—¡Una nave nodriza! —exclamé con emoción.
Aunque aquella nave titánica era solo para ver y ya está, el hecho de que de niño me encantaban las naves espaciales hacía que me fascinara. Ya estando lejos de la nave, sacudí mi brazo para despedirme de este.
—Hey. —escuché una voz conocida justo a mi lado, al voltear, era el chico de antes.
—¿Cómo llegaste hasta acá?
—Nadando —hizo como si estuviera «nadando» por el espacio, podía moverse muy bien y sus movimientos parecían el de un buen nadador—. ¿No está genial todo esto?
—Ni me lo digas… Pero… ¿Cómo que seremos distribuidos por el mundo? —me pregunté.
—Creo que se refiere a los continentes.
—Espera —veo mi pecho—. Así que esto significa las marcas, las letras concuerdan con las iniciales de los continentes.
—Creo que era una observación algo obvia al principio, ya lo había sospechado. —comentó.
Entonces, en ese momento me llegó a la mente algo tan importante que por todo el pánico y la fascinación casi había olvidado, mis amigos.
—¡Eloy, Edward! Tengo que buscarlos y ver si tienen la misma marca. —iba a ponerme manos a la obra pero el chico me detuvo.
—Creo que es imposible, buscar entre esa millonada de personas sería como buscar una aguja en un pajar —contestó, señalando la gran bola de gente que teníamos detrás nuestra—. Es mejor esperar de que tus dos amigos vayan al mismo continente. Yo también vine con una amiga.
Él señaló a una chica que estaba viendo el cosmos sin decir mucho, ella después nos mira y nos empieza a saludar con el brazo, o bueno, saludando a su amigo a mi lado. Ella tenía una V marcada en su pecho.
—Perdona si no me he presentado. Soy… —me iba a presentar pero algo me interrumpió.
De la nada, un panel blanco apareció en mi cara, y al parecer la del chico también, no, mejor dicho, a todo el mundo le había aparecido ese mismo panel. En este tenía escrito lo siguiente.
⟨ Di tu nombre de personaje ⟩
Debajo de ella, había una barra para poner dicho nombre, ya sabía a lo que se refería, al estar ya en un juego, es normal ponerte tu nombre o apodo, pero en mi caso quería ir por otro camino.
—Weak El Fuerte. —nombré para el panel, la barra empezó a escribir mi nombre.
Al terminar de escribirlo, me preguntó si este era el nombre que quería y solo le respondí que sí; a los pocos segundos, el panel era reemplazo por otro que decía.
⟨ Di tu nombre verdadero ⟩
Qué raro… Normalmente un juego no preguntaría eso para nada, mejor dicho, los juego multijugador siempre te dicen que evites poner tu nombre real debido a los ciberdelincuentes. Estaba dudando un poco si decirlo, yo ya estaba registrado en la página de Stormwind Games, la misma página te pide tu nombre y apellido al registrarte.
Al final, dejé escapar un poco de aire y acepté.
—Jonathan Lozano.
El panel otra vez me preguntó para confirmar el nombre y volví a decirle que sí, el panel se cerró y volví a ver al chico, quien parecía esperarme.
—Creo que no hace falta presentarnos, pero igual —el chico extendió su mano—. Loren Vance, pero también me conocerás como Cederic.
—Ja, ja, como diga, soy Jonathan Lozano, también conocido como Weak El Fuerte. —estrechamos nuestras manos.
Acto seguido, la amiga de Loren se había hecho presente en la presentación.
—Perdona por molestar su charla —dijo ella, tenía una voz tierna a decir verdad, ella se dirige a Loren—. Loren, me dijiste que no me dejarías sola.
—Tú estaban embobada con el espacio. —replicó.
—Eso no significa que me hubieras dejado sola, pensé que te habías unido a la multitud. —contestó enojada, aunque con esa voz no sabía si lo hacía por dar más ternura o si realmente estaba enojada como tal.
—¿Acaso son pareja? —se me escapó la pregunta.
—¡Para nada! —gritaron ambos al unísono.
Después de un rato para que ellos me aclararan mejor su amistad y las cosas que pasaron antes de conocerme, la amiga de Loren al fin se presenta.
—Soy Patty… —se presentó sin más, nos quedamos mirándola por un rato y ella entendió que también tendría que decir su nombre de usuario—. Oh sí, oh sí, disculpa, también me hice llamar como Marielle. Un gusto de conocerte, Jonathan.
Después de otro estrechamiento de manos, no pudimos hacer otra cosa que hablar para que el rato pasara, parecía que el viaje hacia el servidor iba a durar más de lo que pensé. Ya estando más cómodos, expliqué mi situación y sobre mis amigos a ambos y el cómo llegamos a estar aquí.
En el caso de ellos, era un poco más curioso, ya que era Patty el que pedía a pura insistencias a Loren a jugar a las Colinas de Grial, no pensaba que me encontraría con una chica que era fan de la franquicia pero bueno, la vida te sorprende a veces. Loren conocía el juego pero solo de parte de los vídeos subidos a internet, mientras que Patty era fan desde el segundo juego, revelando de que ella es una veterana.
Una cosa que sí coincidió conmigo era sobre la Soul Camera, ya creo que en este punto era de asumirse que a todos aquí nos chupó la cámara esa rara. He de decir que Stormwind tiene una forma algo rara de hacer las cosas y más cuando innovan en algo.
Nuestra conversación seguía estando fluida, pero de forma súbita, algún tipo de fuerza nos empezó a separar, no solo a nosotros sino también a también a la millonada, dividiéndola en gigantesco grupos.
—Nos van a distribuir, estamos cerca del servidor. —dijo Patty, para después alzar su brazo en forma de despedida—. ¡Nos vemos cuando nuestros destinos se crucen!
—¡Hasta luego, Jonathan! ¡Espero que cuando nos veamos sea también con tus amigos! —se despidió.
—¡Que así sea! —me despedí, agitando mi brazo.
La fuerza misteriosa me había juntando con muchas personas que hacían un bullicio pero ahora debido a lo que pasaba, otra vez tuve que taparme los oídos.
Delante de todos nosotros se hacía presente un planeta gigantesco, el cual estábamos orbitando como satélites, podía divisar a los otros grupos de miles de personas; como era de pensarse, éramos cinco grupos de personas.
Todos nosotros parecíamos como una especie de meteoro a punto de estrellarse, y así fue, uno a uno de los grupos iba directo al planeta comp si fueran un meteorito, con fuego y estela detrás y todo. Un panel se hizo presente.
⟨ ¿Listo para aterrizar a su punto de inicio? ⟩
Todo el mundo no sabía que responder, y si aun todos respondían con un rotundo no, el juego igualmente nos iba a lanzar como un meteoro al planeta. Y como era de esperarse, así fue.
Sentíamos que una especie de ventisca nos empujaba al planeta, pasando por la atmósfera nos empezamos a dispersar. No les mentiré, estaba asustado a la vez que me divertía con todo este espectáculo. Volvía a caer en picada, pero ahora con esa rara fuerza guiándonos a dónde caer, al fin pude divisar los grandes continentes tan característicos de las Colinas del Grial: Zar, Retmi, Pendokia, Valen y Cheng-su; los cinco grandes continentes y en el planeta así estaba ordenado los continentes, uno al lado del otro de forma horizontal, separándolo un extenso mar u océano.
Mi cuerpo era acomodado para aterrizar, desde aquí podía distinguir que iba a caer en alguna parte de la zona Norte de Pendokia, viendo a mi alrededor ahora solo había unas miles de personas. Desde la lejanía, podía ver a los demás jugadores caer había los otros continentes, por aquí parecían puntos negros en el paisaje.
Ya íbamos a caer al punto de inicio, el lugar que por fin esta aventura comenzaría, tan solo espero encontrarlos y no perder la noción del tiempo, solo tenemos hasta el lunes para jugar, pero mientras estemos aquí, trataremos de hacer huella en este nuevo juego. Bueno, dudo mucho que hagamos algo así en tan poco tiempo, pero las ganas no faltan.
⟨ Dos minutos antes del impacto. Por favor, escoja la raza al que quieran pertenecer. ⟩
Delante de mí se abrió una pequeña lista de las especies disponibles, yo sin pensarlo mucho elegí mi raza favorita: los elfos comunes, también conocido como los elfos a secas, a diferencia de las demás razas elficas, los elfos comunes podían «evolucionar» a una de las otras razas elficas, pero este proceso es… Muy largo.
En mi partida en Singalor, el cual tiene un total de tres años reales, mi objetivo siempre había Sido ser un elfo de las nieves, jamás pude cumplir ese objetivo, pero yo presiento que aquí lo seré, ¡Lo seré!
Después de seleccionar mi raza, mi cuerpo empezó a cambiar drásticamente, mi antes piel morena ahora estaba pasando a ser un color tostado, como los elfos del bosque. Mis orejas empezaban a doler, me lo estiraban como gelatina para darme ese aspecto tan característicos de los elfos, las orejas puntiagudas.
Por alguna razón, este nuevo aspecto que iba agarrando me parecía familiar, como si siempre lo había visto en alguna parte.
¡Dios! Es increíblemente doloroso el cambio de cabello, se sentía como si me arrancaran cada pelo y me lo reemplazaban con otro. Mi cabello corto ondulado era cambiando por uno más liso y largo hasta los hombros, me sentía extraño por este cambio. Pero no faltaba lo menos importante, con un gran ardor en mis ojos, podía sospechar que iba tener los ojos almendrados de un elfo, no sé de qué color, pero sospechaba que iban a ser dorados.
Después de todo eso, no sentí un cambio significante en mi cuerpo.
—Uff… ¡Malditos sean! ¡Al menos avisen que me iba transformar y que me iba a doler! —me quejé enojado.
⟨ Treinta segundos para el impacto. Esperemos que disfrute de su nueva experiencia en las Colinas del Grial, te deseamos suerte para que vivas otro día más. ⟩
—Espera… ¿Qué? —el panel se cerró, dejándome con la duda de lo último escrito.
No había tiempo para pensar, ya que solo faltaba pocos segundos para el impacto, ya mi cuerpo estaba posicionado, solo tenía la duda de que si iba o no doler esta enorme caída, debería que ser no… ¿Verdad?
La distancia mía y la del suelo se acortaba en segundos y todos a mi alrededor estaban listo para aterrizar, todos juntos al unísono fuimos contando de forma regresiva.
—¡5; 4; 3; 2; 1!
Un gran estruendoso ruido se hizo presente, la tierra por un momento retumbó por varios segundos, pero con todo esto terminado, mi pies al fin tocan el suelo. El impacto hizo que mis piernas se doblaran un poco, me temblaban un poco al respecto. Levanté mi mirada con una sonrisa de oreja a oreja, ya era hora de ver en dónde habíamos caído.
Alzando mi mirada al horizonte, se me reveló ante mis ojos el punto de inicio de los jugadores, un pequeño panel rectangular apareció en la esquina de mi vista, enseñándome el nombre del lugar.
⟨ Castleford, la ciudad norte de los inicios ⟩
Una ciudad en ruinas se alzaba delante de los jugadores, un lugar engullido y devuelto a la naturaleza. La ciudad estaba iluminada por la luz de principios de verano. Unos árboles gigantes y los edificios emitían profundas sombras negras en las principales calles cubiertas de tierra negra y asfalto. El contraste era hermoso.
Todos nosotros estábamos boquiabiertos ante esta presentación tan sorpresiva del inicio; en vez de ser el típico pueblo medieval al que muchos MMORPG nos tienen acostumbrados, nos tiran esta ciudad que antes parecía prospera en antaño pero que ahora todo el lugar sea un simple vestigio de lo que era. Vaya oraciones que me he formado, lo escribiré en una libreta.
Mi corazón bombeaba con fuerza mientras respiraba el aire húmedo del alrededor que era llevado por la brisa, esto era demasiado realista para ser verdad, la mayoría de los edificios que se extendían parecían estar aferrados a los troncos de los árboles que crecían dentro de ellos para caerse. Comencé a pasear por la ciudad, muchos de los edificios ya estaban completamente derruidos y otros con varías partes caídas, daba mala espina, parecía que e un momento a otro todo se iba derrumbar.
El calor que pegaba era sorprendentemente fastidioso como en la otra realidad y el cambio de temperatura al estar bajo una sombra hacía que mi cabeza estallase, sí, son simples cosas obvias pero dentro de un juego y que de paso puedas experimentarlo, es como si literalmente nos hubiesen llevado a otro mundo.
Por momentos casi me resbalaba por el musgo que pisaba mis suelas, repito de nuevo, este nivel de realismo haría estallar mi computadora, no, la de cualquier jugador que estuviese aquí, hasta creo que una de nueva generación sudaría la gota gorda para correr todo esto.
Al ver a los demás, no parecían poseer un modelo 3D como tal y ahora viéndome, todos parecíamos llevar un gran disfraz de la más alta calidad. Me detuve a ver un jugador que había elegido ser un Animalia, una raza de las más variada debido a que te volvías un animal de aspecto antropomórfico y bípedo, el jugador había elegido ser un gato grande y panzón que hasta daba ganas de acariciar. Él también se me quedó mirando, pareciendo que también le impresionaba el nivel de realismo de nuestros cuerpos.
Seguí con mi camino, no tardé mucho para llegar a un lugar más o menos despejado de los enormes edificios, dando vuelta a una esquina, pude admirar algo que parecía ser un sueño.
⟨ Castleford, Plaza Este ⟩
Era un lugar extenso y verdoso, con gráciles pastos que se veían por el horizonte, había muchos jugadores paseando por ahí, el camino estaba adoquinado en su mayoría. Estaba en un lugar elevado al llegar, así que tuve que bajar varios escalones que habían ahí para después ya sí estar dentro del lugar. En el centro de la misma, se alzaba un gran árbol de hojas amarillentas que daban sombra a los jugadores, el camino de adoquines rodeaba el árbol y origanaba dos nuevos caminos: al noreste y sureste.
Habían bancos metálicos para sentarse, estos no estaban oxidados, lo que me sorprendió un poco. A mi izquierda había una gran zona pavimentada con muchas mesas dispersas por ahí y allá, me acerqué a ver por curiosidad. Cada mesa poseía dos sillas puestas en cada extremo y encima de ellas tenían algo dibujado.
—¡Wow! Una mesa para jugar ajedrez. —reaccioné con sorpresa, mis labios se hicieron una »o».
Mirando las demás mesas, pude notar que toda estaban hechos para jugar algo en especial, había mesas de damas, parchís, etc… Y no solo juego de fichas, también había mesas de diferente forma que servían para jugar cosas como Póker, Blackjack y otros juegos de cartas y casinos.
En mi caminata por el lugar, pude escuchar un claro «jaque mate», volteo hacia una mesa algo alejada de las otras y en ella estaban dos personas sentadas, me acerqué a ver por simple inercia y curiosidad, mi expresión de sorpresa ante el paisaje había cambiando a una sonrisa de alivio y felicidad al ver quién estaba sentado ahí.
—¡Joder! Por poco. —exclamó mi buen amigo Edward, dando un pequeño golpe a la mesa.
Edward no duró mucho para reparar mi presencia y voltear a mirarme, este se levantó rápidamente y no dimos unas buenas palmadas en la espalda junto con unas risas de compinche.
—Te pensaba que estabas en otro punto del mapa.
—Lo mismo pensaba, te estuve buscando en el viaje astral ese raro y al final la conocí a ella. —extiende su brazo hacia la chica que había ganado.
La chica, una humana con lo parecía ser de procedencia nórdica, su aspecto lo decía todo: piel clara sonrosada, un buen físico notable en su cuerpo, cabello pelirrojo que le llegaba a la espalda y ojos claros de tonalidad verdosa. Dentro de la selección de razas, podías elegir ser un nórdico.
La chica se levanta, revelando un tamaño un poco más alto en el promedio de las mujeres, rascando el metro noventa, eso hizo que diera un paso atrás inconscientemente. Parecía ser sacada de una película, podía ver a toda una guerrera que con solo abrazarme me haría papilla.
—Soy Rudee, aunque ahora me puedes llamarme como Frida Puño-Frío. —se presentó, extendiendo su mano.
—Creo que ya Edward me habló muuuy bien de mí —dije enfático, mirando a Edward para después volver a Frida—. Soy Jonathan, también conocido como Weak El Fuerte.
Sí, he de admitir que a la hora de nombrar a mi primer personaje al jugar las Colinas del Grial: Pendokia, use la forma en que los nórdicos se nombraban, poniendo tu nombre primero y después como apellido un título o una hazaña que te caracterice. No me juzguen el cómo nombro a un elfo, lo hago sin que su nombre parezca un golpe al teclado.
—Te cuento rápido. Ella es una jugadora desde el cuarto juego, así que es conocedora del mundo. —explicó brevemente Edward.
—Interesante pero ahora te tengo una pregunta. —respondí con desinterés en ese detalle por ahora.
—¿Cuál?
—¿En serio elegiste humano para mantener tu apariencia del mundo real? —pregunté, dando una ojeada rápido al cuerpo de Edward.
—No exactamente —respondió Edward, este giró su cabeza para que pudiera ver unas orejas no tan puntiagudas como lo eran las mías—. Elegí esta vez ser un Semielfo, y viéndome, no he cambiado mucho mi aspecto. ¡Bueno! Noté que mis ojos tienen una tonalidad más morada.
—Qué gran diferencia… —contesté sarcástico.
—Perdona por interrumpir. Edward, habías dicho que cuando terminemos la partida de ajedrez, íbamos a buscar a tus amigos. —habló la nórdica.
—Cierto, solo falta Eloy. Él es por quien más me preocupo, el estar solo y en un lugar desconocido, tal vez llamándonos para ir a buscarlo. —dijo de forma súper dramática cada palabra.
—No exageres, tampoco así.
—Solo bromeo. —me guiña el ojo.
—Pues, ¡Que comience nuestra primera aventura! —gritó ella, alzando su puño de la emoción.
Ya listo para comenzar nuestra búsqueda, tan solo al dar el primer paso, el cielo se tornó súbitamente oscuro, no era de noche ya que podía ver perfectamente todo el lugar, una campana resonó en la plaza y volvió a ocurrir.
Nuestros cuerpos se volvieron polvo otra vez, sin embargo esta vez no nos fuimos a otro lugar vacío y oscuro, en cambio, nos habían colocado en otra parte de la ciudad. Aparecí a lado de Edward y Frida. Más jugadores aparecían, éramos muchísimos, no podía dar un número aproximado.
⟨ Castleford, Plaza Norte ⟩
La nubes se empezaron retorcerse en ellas misma, liberando algunos rayos que asustaban a algunos jugadores. En mi caso, yo también estaba asustado, pero era por una cosa en específico que cualquier jugador veterano podría reconocer.
—¿¡Un Dragón de la Tempestad? —mencionó con pavor un jugador, había atinado a mi miedo.
—¡No, es imposible! ¡Primero debe que haber una tempestad como tal en su presencia! —replicó otro jugador.
—¡Miren al cielo!
El cielo se abría ante nosotros, brillando con fuerza un rojo escarlata sobre nosotros, una gran figura gigantesca bajaba de las nubes como si fueran escaleras. Estaba vestido de una túnica grisácea y, debido al contraluz, no se podía ver su rostro, solo una sombra misteriosa. Aquella figura nos observó a todos nosotros, examinando a cada jugador presente en el lugar.
Después de un rato, aquella figura habló al fin.
—¡Bienvenidos, jugadores veteranos y jugadores nuevos en la franquicia! Soy yo, el quien tuvo la idea de todo esto desde el principio, la persona que con esfuerzo, ambición y avaricia logró posicionar sus juegos en los mejores Tops y ventas. —una voz ronca y senil habló, este extendió sus brazos a lo alto.
—Es Manhan, el fundador de Stormwind Games… —reconoció Frida.
—Sí, Soy Manderus Manhan, el creador de toda la franquicia de las Colinas del Grial, el hombre que les dio un mundo al cual aventurarse por horas y horas, pero ya saben quién soy —este carraspeó un poco y siguió—. Iré al grano, sé que los primeros minutos no han sido de los mejores, lamento solemnemente por todo el pánico; han de saber que la cantidad de jugadores que han entrado en apenas segundos nos llegó desprevenido y tuvimos que improvisar.
«Al menos nos dieron unas buenas vistas para pasar el rato» pensé.
—Les seré sincero. Lo siguiente que escucharan tan solo les puede gustar algunos pocos y otros muchos no tanto —dio una pausa para dar una bocanada de aire y reveló—: No podréis salir del juego y no solo eso, si su barra de vida llega a cero todo habrá acabado para ustedes.
Todo el mundo al escuchar eso quedó en silencio, procesando la información, yo igual, no podía creerme tales palabras y aunque sea el mismísimo creador de todo, es imposible hacer algo así, eso es algo que solo pasa en los anime y novelas ligera. La gente simplemente se echó a reír. El creador solo observó las expresiones risibles de sus jugadores, este solo chasqueó el dedo, de las nubes un rayo nos azotó.
Un gran alarido salió de mi boca, podía sentirlo, es doloroso, lo sentía pasando dentro de mí, sentía toda la corriente rostizando todo mi cuerpo, mi vista se tornaba borrosa y mis oídos eran invadidos por el alarido y quejidos de dolor de miles de jugadores. Acto seguido, se escuchó otro chasqueo, el relámpago desapareció. Caí de rodillas, con la mirada perdida pero recuperada, ahora viendo con temor a la figura del cielo.
—Esto es una prueba de lo real que pueden llegar a ser las cosas —se expresó con algo enojo y después nos señaló—. Todos ustedes, jugadores de Pendokia, tienen una forma para salir de mi magnífico juego. ¡Consigan el tesoro legendario! ¡Aquel objeto que da nombre a mis juegos!
Mis ojos se abrían muchos más.
—Debe de ser una jodida broma… —murmuré.
—Sí, habló del legendario Grial, aquel posee la sangre pura de los dioses y así como la sangre maligna de los mismísimos emperadores demoníacos. Busquen como lo han hecho en mis otros juegos y salven a su continente. Estoy abierto a preguntas. —su tono de enojo había cambiado a uno más calmado.
—¡Hey! —levantó la mano una jugadora que estaba a mi lado—. ¿Qué pasa si un jugador de otro continente bebé el Grial?
—Es muy sencillo, niña, aquellos que beban el Grial, salvarán a todo el continente del que provenga, si dos jugadores de diferentes continentes beben, solo la mitad de los jugadores de ambos continentes se salvarán y así sigue… —explicó el creador.
La expresión de la jugadora de quedó en mi cabeza, su rostro estaba invadida de miedo y tristeza, un mar de lágrimas salían de sus ojos, cayó de rodillas y se agarraba la cabeza, parecía tratar de no sollozar.
—Mi hermano ha caído en otro continente… —pude escuchar, la chica se levanta súbitamente—. ¿¡Por quééé!? ¡Quiero que también se salve mi hermano! ¡Por favor! —rompió en llanto.
—Recen a que si dos jugadores toman del Grial, que los dos se puedan salvar. —habló, indiferente a la situación de ella.
—¡Maldito monstruo!
Más jugadores se unieron a la pobre jugadora, mandando todos los insultos existentes al avatar del creador, este solo veía a los demás y empezó a ascender como había antes descendido.
—Mientras tanto ustedes estén aquí, en la otra realidad son simples desaparecidos. Piensen bien en lo que vayan a hacer, ya que si mueren, todo acabará. Pero no se preocupen —todos los jugadores se callaron para escuchar—. Si superan el nivel 20, se les regalará una vida extra… Aunque bueno, si es que llegan a vivir para alcanzarlo. —terminó con una gran carcajada burlona a todos nosotros. Estaba apretando el puño con fuerza. El avatar de un salto desapareció entre las nubes.
Después de todo esto, todo en la atmósfera había vuelto a la normalidad, el cielo volvió a ser azul y las nubes seguían su curso, todos nosotros fuimos transportados a donde estábamos hace unos minutos. Lo único que no había cambiando era las expresiones enojadas y tristes de los jugadores.
En ese momento, pensé en mis padres, quienes pensaba visitar la siguiente semana, tenía tiempo que nos lo veía debido a lo ajetreado que era la universidad y también de mis veladas con mis amigos; pensé en mis tíos quienes quería, pero en especial, un pinchazo en mi corazón me azotó al recordar lo de ayer: el entregar Singalor a mi primo y la nueva actualización que tenía el juego, mi primo también iba a usar su Soul Camera.
—No… ¡No! ¿¡Qué hice!? —golpeo el suelo en desesperación, mi brazos me temblaban—. Jude… También puede estar atrapado en Singalor… ¡Maldición! ¡Lo leí, algo como esto estaba en la última actualización! —di un golpe más fuerte al suelo.
—Jonathan, Jonathan… —Edward se agachó a mi lado—. No creo que tu primo haya jugado aún, además, si lo que dice Manhan es cierto, puede que las Soul Camera dejen de venderse debido a esta polémica.
—Mi primo ya le habían regalado una… ¡Noooo!
—¡Jonathan! No es momento de llorar, es hora de actuar rápido y subir de nivel, vamos. —se levantó aquel maldito.
—¿¡En serio me lo estás diciendo!? ¡Edward, yo sé que en tu caso no tienes a nadie a quien extrañar en la otra realidad pero esto para mí es serio! —me levanté para encararlo—. Además, ¿Cómo que actuar rápido y subir de nivel? ¿¡Eres tonto o qué!? Ya en este momento estamos condenados, todos lo que sepan bien del juego sabe que el Grial se encuentra en Cheng-su.
—Eso ya lo sé. Pero eso no significa que todos nosotros estamos perdidos, los jugadores de Cheng-su sabrán que no podrían ir directamente a por el Grial. —me respondió Edward, este tipo no entendía nada.
—Muy bien, ellos tienen que pasar por la prueba de los mil escalones y todo eso, pero dime Edward, ¿En cuántos días lo lograran los jugadores de Cheng-su? ¿Un par de semanas, un mes? ¿O muchísimo menos que eso? ¡Explícate!
—Sé más racional y piensa bien, Jonathan, el mismo Manhan sabe eso y dudo mucho que vaya darle tal ventaja a los de Cheng-su, no sería divertido, no para él. —argumentó.
—¿A qué te refieres con eso último?
—¿No crees que todo esto de repente sea una forma macabra de entrenamiento? Es decir, ¿No crees que haya gente implicada que haya colaborado en esto? —comenzó a lanzar preguntas—. ¿Crees que los demás trabajadores que desarrollaron el juego vayan a estar todos de acuerdo de hacer algo como esto?
—Edward puede que tenga razón —se añadió Frida—. ¿Qué pasaría si todo esto fuera una especie de experimento de él… O el mismo gobierno?
—Puede que sea también eso, hay demasiadas variables como para ponernos a pensar ahora mismo. En conclusión, dudo mucho que ese detalle injusto pase desapercibido por Manhan, él hará algo para que todos estén en las misma condiciones. —concluyó.
Mi mente estaba procesando toda la información hasta ahora, ya me empezaba a doler un poco la cabeza por la preocupación. Me senté en una de la mesas de juegos, ya ni sabía en qué pensar exactamente, mi mirada volvió a Edward y noté algo encima de él, me concentraba con la vista y una pantalla rectangular se hizo presente, este era negro con bordes blancos. En este se mostraba la información del jugador: su nombre de usuario, nivel, la clase y una foto de perfil de la cara del jugador.
Ya quería cambiar el tema, darle más vuelta a los posibles motivos de todo esto no llegaría a nada, además, dudo mucho que esa actualización de Singalor también sea parte de toda esta locura. Alzando mi vista a Edward, me limpié unas lágrimas.
—Así que usando ese nombre, ¿Eh? Orias. —señalé con una sonrisa.
Edward entendió el cambio de tema, y este solo respondió con un rascar en su cabeza. El nombre de usuario que él había puesto era Void Orias.
—Bueno, nadie me dice de no usarlo.
—¿Ahora de qué hablan? —dijo Frida, confundida.
—Es una larga historia de amigos. —dijimos al unísono.
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