LAS MARCAS DEL PASADO QUE EL TIEMPO NO CURA - 01
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Les voy a relatar la historia de un joven muchacho que se enamoro e hizo un montón de estupideces para que la chica de la cual él estaba enamorado fuera feliz con otro y antes de que juzguen si fue muy tonto o si al escribir esto estoy dando valor a algo que no es importante.
Primero quisiera que me dejaran contarles la historia de una de las épocas más difíciles y dolorosas de mi vida y digo “una” porque sé que vendrán más y para que entiendan un poco mejor les voy a contar desde el inicio.
Todo comenzó una mañana caluroso de mayo, era el inicio de un nuevo año escolar, yo estaba un poco emocionado por comenzar el 8vo grado, ya que fui inscrito en un nuevo colegio e iba a tener nuevos amigos fue lo que pensé, yo siempre he sido un poco introvertido por ese motivo no pude tener muchos amigos.
Recuerdo que se día estaba un poco ilusionado por conocer mi nuevo colegio, pero si alguien me hubiese dicho que ese iba a ser el día que conocería a la chica que daría inicio a todo mi sufrimiento estoy seguro que aun así hubiera asistido porque a pesar de todo el sufrimiento que ella consiente o inconscientemente me causo pude aprender muchas cosas y gracias a eso soy la persona que soy.
Ese día hubo una reunión a la cual asistieron los padres, estudiantes y el maestro, el curso al que fui asignado era el 8vo “C” y a mi sinceramente todas esas reuniones me parecían muy aburridas, pero aun así tenía que asistir, fue ahí donde conocí a aquella chica, tenía piel clara, una contextura delgada, sus ojos eran de color café oscuro y tenía una hermosa y larga cabellera de color castaño oscuro y sus puntas eran ondeadas como las olas del mar que rompen en la orilla, características que resaltaban aún más su belleza, aunque al principio si llamo mi atención trate de ignorar ese sentimiento y prestar mas atención a lo que decían los demás.
Todo iba tan normalmente bien que pensé que ese día iba a terminar sin ninguna novedad, hasta que aquella chica comenzó a alterarse en contra de su madre por razones que desconozco, pero lo que si recuerdo es la impresión que me causo.
“¿Cómo puede alguien hablarle en ese tono a su propia madre?, a mí nunca me gustara una chica que le hable en ese tono a su madre”. – me lo dije a mi mismo.
Pero ahora sé que lo que las madres dicen es cierto, pues mi madre siempre me repetía una frase que se quedo grabada dentro de mí.
“Nunca digas de esta agua no he de beber, porque con más ganas la bebes”
Yo se que fueron mis propias palabras las que me hicieron caer.
Al día siguiente nos tocó cambiar de asiento y a mí me toco el tercer asiento empezando desde el frente, en ese momento no resaltaba mucho ya que era el típico gordo con lentes y por ese motivo era casi siempre el blanco para las personas que se dedican a molestar al resto y yo no fui la excepción.
No paso mucho tiempo hasta que comenzaron a hacerme bullying, al principio no les prestaba atención, hasta que cierto día pasaron de ser simples burlas a ser agresiones físicas.
No recuerdo muy bien que fue lo que provocó que comenzaran a golpearme con la mano abierta la parte trasera de la cabeza y la nuca, una y otra vez, una más fuerte que la anterior, no sé si fueron las veces que me golpearon o la fuerza con la que lo hacían que sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a brotar y no podía detenerlas, no sé si los que estaban alrededor no veían lo que estaba pasando o simplemente no les importaba, pero en ese momento dos chicas fueron las únicas que se acercaron a ayudarme, sus nombres eran Naideline y Yorlendy, Naideline les pidió que pararan pues ella había visto que yo estaba sufriendo y junto a Yorlendy me defendieron, desde ese momento ellas se convirtieron en personas muy importantes para mí.
Siempre que tenía problemas ellas estaban ahí para aconsejarme y ayudarme en todo, esa fue mi primera gran dificultad que pase, pero no fue la última.
Habiendo pasado ya varios meses los casos de burlas y agresiones hacia mi persona habían disminuido, pensé que todo había acabado e iba a poder tener una vida académica tranquila, pero no pude estar más equivocado pues esa pausa momentánea de agresiones fue lo que la mayoría llamaría la calma antes de la tempestad.
Cierto día mientras todos disfrutaban de jugar futbol en el receso yo decidí dar una vuelta por el colegio como era costumbre en mí, al llegar al baño de varones escuche una conversación que sostenían unos compañeros de mí misma clase, ellos estaban mofándose de mí, no le tome mucha importancia porque al fin de cuentas ya estaba acostumbrado.
Cuando me disponía a retomar mi camino uno de ellos dijo algo que todo mi ser comenzara a hervir de coraje, ese chico metió a mi hermana dentro de aquella conversación, lo hubiera dejado pasar si no fuera que lo que escuche es algo que un hombre jamás diría de una mujer y menos en su ausencia.
Fue en ese momento que el coraje me segó y decidí hacer algo, saque de mi bolsillo una manopla y estaba dispuesto a golpear a ese chico, pero en ese momento paso un inspector, al verlo lo único que pude hacer era tragarme mi coraje, apretar los puños y esconder la manopla.
Al regresar al curso una variedad de sentimientos me invadieron y estaba a punto de dejar salir mis lágrimas, unas lágrimas que contenían ira, frustración, dolor todo lo que en ese momento sentía, pero antes de que eso pasara posé mi cara sobre mi pupitre, cerré los ojos lo más fuerte que pude y trate de contener mis lágrimas, pues me había jurado a mí mismo que no volvería a dejar que nadie me viera con esa expresión de nuevo.
Fue en ese momento, cuando sentía que no podía más, que sentí una cálida mano posarse sobre mi cabeza, al alzar la mirada ahí estaba ella sentada al frente de mí.
¿Qué te pasa? – me pregunto
No le respondí nada solo me quede con la cabeza agachada, no sé si fue por mi flaqueza emocional u otra cosa, pero muy dentro de mi sentí que el corazón me latía desenfrenadamente, en ese momento asocie se comportamiento con mi coraje que estaba sintiendo, así que no le di mucha importancia.
Ese fue el primer contacto que tuve con ella, sin saber que ese simple gesto de empatía o pena que tubo hacia mí en ese momento, iba a causar que yo me comenzara a interesar en ella, en ese mismo año hubo un incidente que hizo que todo se vuelva incomodo, por lo menos para mí y tuve que distanciarme a pesar de que no éramos tan cercanos, lo cierto es que rara vez cruzábamos palabras.
Recuerdo que todo el incidente comenzó por un error mío, una tarde después del colegio me dirigí a mi casa y al sentarme hacer mis tareas me di cuenta que la hoja de tarea se me había quedado en el colegio, para poder hacer mi tarea envié mensajes a muchos de mis compañeros, pero muy pocos contestaron.
Entre ellos estaba aquella chica, pero ella tampoco tenía esa tarea, le iba a preguntar a otra persona, pero en ese momento, y si no fuera por una persona que se encontraba ahí conmigo y puede dar veracidad a lo que sucedió yo tampoco lo hubiera creído, al tratar contestar el mensaje que me envió por error termine enviándole algo que fácilmente se podría malinterpretar y así fue, ella lo malinterpreto como un signo de confesión de amor.
Trate de todas las formas posibles de explicarle que fue un error y que no debía de malinterpretar las cosas de esa forma, pero unas de las cualidades que tiene es que es muy obstinada y no dejaba de enviarme mensajes tratando de que yo acepte que estoy enamorado de ella, estaba tan centrado en tratar de convencerla que fue un error, que no me percate que otra persona estaba leyendo lo que escribía.
Esa persona era mi primo que al ver que ella insistía tanto en con ese tema, me sugirió que aceptara lo que ella decía, por supuesto que yo me negué pues era mentira y ella iba a seguir malinterpretando todo.
En un descuido mío el agarro mi celular y le envió un mensaje haciéndose pasar por mí, al coger mi celular leí el mensaje que había enviado y decía esto:
“Está bien lo acepto, usted me gusta y ahora que yo le respondí quiero que usted me responda algo, ¿yo le gusto?”
Cuando lo termine de leer le reclame por lo que había hecho, pero yo sabía que no importaba cuanto le reclamé ya que el daño ya estaba hecho y después de ese mensaje iba a ser imposible que ella crea que fue un error y cualquier cosa que le dijera iba a sonar como meras excusas y por supuesto nunca me creería que ese mensaje no lo envié yo, en ese momento sonó el celular, al recogerlo vi que era un mensaje de ella, el mensaje decía lo siguiente:
“NUNCA SEREMOS NADA MAS QUE SOLO AMIGOS”
Después de eso me comencé a sentir incomodo cada vez que la veía, a pesar que sabía que no fui yo quien le envió ese mensaje, en ese momento no sabía porque cada vez que recordaba esas palabras se me estrujaba el pecho.
Ese mensaje se quedó gravado en mí y a pesar que ya han pasado más de 8 años, esas palabras todavía siguen intactas dentro de mí y no si fue la frialdad con la que dijo eso u otra cosa.
Pero alguien una vez dijo:
“Las personas recuerdan más las cosas malas que las buenas, pues las cosas malas siempre te dejaran marcas y cicatrices que ni en tiempo podrá borrar”
No fue sino hasta 9no grado que me di cuenta de mis sentimientos hacia ella, a pesar que es un poco contradictorio ya que apenas me estaba empezando a dar cuenta de mis sentimientos y ella ya me había rechazado sin darme oportunidad siquiera de confesarme como era debido o de ganarme su afecto.
Al empezar 9no grado recuerdo que estaba un poco nervioso porque no sabía si me iba a tocar en diferente curso que ella, pero mi preocupación no duro mucho pues nos tocó en la misma clase a la mayoría de mis compañeros incluyéndola a ella, cuando la vi en la misma clase que yo no pude evitar sentir una gran felicidad.
Aunque al mismo tiempo me invadía una gran tristeza pues cada vez que la veía regresaban a mí las palabras que me mando en esa supuesta confesión, creí que podría tratar de comenzar de nuevo siendo su amigo, pero más adelante me daría cuenta que ese iba a ser mi peor error.
Pasaron ya algunas semanas desde que empecé el 9no grado y para no perder la costumbre, los mismos compañeros de 8vo grado se comenzaron a mofar delante mí, los que estaban alrededor se comenzaron a reír de lo que ese chico decía de mí y no solo eso si no que comenzó a imitar como era yo en el pasado, eso sumado con las burlas de los demás y muy por encima de todo, la chica que me gustaba era una de las que se reían de lo que estaba haciendo aquel chico.
Trate de disfrazar la vergüenza que estaba sintiendo en ese omento con una sonrisa pero no duro mucho tiempo pues mientras más duraban las burlas mi sonrisa se iba desvaneciendo cada vez más, hasta el punto en el que no pude más y lo único que pude hacer para evitar que los otros vean como las lágrimas corrían por mis mejillas era agachar y posar mi rostro sobre el pupitre, no paso mucho tiempo hasta que se dieron cuenta de que yo había dejado de sonreír y había agachado mi rostro y en ese momento las risas cesaron.
No recuerdo muy bien que fue lo que paso después, pero todos los que se burlaron de mí, e incluso yo acabamos en inspección general y aunque se disculpaban conmigo, yo sabía muy en el fondo que esas disculpas no eran otra cosa que palabras vacías.
Después de que todos regresaran al grado, y mientras me encontraba solo sentado en aquel lugar fue que por primera en mi vida paso por mi mente por un segundo acabar con todo ese sufrimiento de una vez por todas y tomar mi vida, pues, aunque nadie lo sabía a lo largo de mi vida estudiantil no hubo una sola escuela en la que no me hicieran Bull ying y a pesar de que quería ser fuerte llegaba un punto en el que ya no aguantaba más, cada vez que me molestaban o me pegaban siempre pensaba “¿Por qué yo?, si nunca me he metido con nadie y siempre trataba de no resaltar mucho ni buscar problemas, entonces porque me siguen molestando, ya estoy harto de todo esto como quisiera que se pongan en mi lugar para que sientan lo que estoy sintiendo”
Fue en ese momento que otro pensamiento cruzo por mi cabeza que evito que hiciera una locura. “¿De que servirá que me quite la vida?, eso solo haría que las personas a las les importo sufran, aun me queda mucho que vivir y puede que en un futuro todo esto termine y solo queden las anécdotas”
Después de reflexionar mejor, me levante y dirigí al baño y mientras me lavaba la cara me hice un juramento a mí mismo: “No importa lo que pase de aquí en adelante, nunca más volveré a pensar en tomar mi vida”, tras eso me dirigí al curso y trate de actuar como si nada hubiera pasado y así me mantuve hasta que terminaron las clases y me dirigí a mi casa.
Al día siguiente quise olvidar todo e iniciar de nuevo, me dirigí al curso me senté y espere a que iniciaran las clases, pero ya que había algunos chicos nuevos en el salón trataba de mantenerme alejado de ellos también, pero había un chico llamado Fabricio Castillo, lo cierto es que no recuerdo cómo, pero terminamos siendo amigos, o eso creí yo.
Un día, entre platicas no sé porque, pero le conté a Fabricio que había una chica que me gustaba y le señalé quien era.
Es bonita. – me dijo mientras la miraba.
No sé porque en ese momento no me di cuenta de lo que había hecho, pasada una semana, él se me acerco de repente.
Sabes, me hice novio de aquella chica de la que me hablaste. – me dijo sonriente
Al escuchar aquellas palabras sentí un extraño dolor en el pecho, me sentí traicionado por aquel chico que considere mi amigo, a pesar de eso trate de aparentar que todo estaba bien y que nada iba a cambiar.
Pero yo sabía que eso no iba a poder ser, los días fueron pasando y aunque trataba de aparentar me dolía cada vez que los veía juntos y muy dentro de mi comenzaron a existir pensamientos que nunca creí que tendría, pensamientos como: “Cómo desearía que terminen”, “Él no es para ella”
Todos esos pensamientos se disiparon un receso en el que me dirigí al curso y la vi llorando por culpa de Fabricio, fue entonces que me di cuenta de que si ellos terminaban ella iba a sufrir más de lo que me imaginaba, salí del curso y me puse a buscar a Fabricio, después de una larga conversación que mantuve con él, tratando de convencerlo de que no la haga llorar pues es una gran mujer y no merece sufrir, los dos se reconciliaron.
Y aunque sé que fue tonto lo que hice dado que a mí también me gustaba esa chica, pero después de ver la hermosa sonrisa que se dibujó en su rostro cuando estaba a lado de Fabricio, me puse a reflexionar si enserio valía la pena hacerla sufrir por un deseo egoísta de que se fijara en mi o si quería que mantuviera esa hermosa sonrisa que tenía en ese momento a pesar de que sabía que esa sonrisa jamás seria provocada por mi sino por Fabricio.
Yo solo quería que ella siguiera sonriendo, y sí, la mayoría diría que soy un masoquista, que no tengo dignidad y muchas otras cosas más, pero a mí lo único que importaba era seguir viendo esa sonrisa y si para ello tenía que actuar como mediador cada vez que se peleaban y como consejero para que se reconcilien y que ella vuela a sonreír entonces lo iba a ser, por encima de todo incluso de mi propio sufrimiento.
Después de ese día yo me hice más cercano a Fabricio tanto como para aconsejarle y tratar de que sea más atento con ella, es irónico pues yo le estaba dando consejos de cómo ser más atento con la chica de la cual estaba enamorado y que tiempo atrás me había rechazado de la forma más dura que jamás una chica me había rechazado.
Con el tiempo me convertí en el mensajero de ambos enamorados, y cada vez que se peleaban, ella se ponía triste y yo hablaba con Fabricio para que se reconciliaran diciéndoles cosas como: “son la mejor pareja, están hechos el uno para el otro”, “no la hagas sufrir yo sé que tú la amas y ella te ama a ti” y aunque por fuera aparentaba con una sonrisa, cada palabra que le decía y cada consejo que le daba y dolía por dentro.
Después se reconciliaban y volvían a estar juntos, cada vez que los veía juntos, cerraba mis ojos he imaginaba que era yo la persona que le hacía reír, y la hacía sentirse de esa forma, pero siempre terminaba regresando a la realidad, esa cruel realidad en la que ella era feliz con Fabricio y no conmigo.
Cierto día mientras el profesor no se encontraba en el curso un grupo de chicos incluido Fabricio comenzaron a darse golpes en la parte trasera de la cabeza con fuerza, mientras yo estaba distraído ellos se me acercaron queriendo hacerme lo mismo, me di cuenta de lo que planeaban y al tratar de escapar, me tropecé y caí de tal manera que mi cabeza golpeo tan fuerte la pared que quede inconsciente por unos segundo, cuando volví en mí mismo tenía un fuerte dolor en la cabeza, lo único que pude hacer es levantarme e ir a lavarme la cabeza.
Cuando regresé a casa Fabricio me escribió contándome que ella le había reclamado por hacerme caer y que estaba molesta con él, cuando leí eso no pude evitar sentirme feliz ya que ella se había preocupado por mí y quizás para ella ese gesto fuera algo insignificante, pero para mí no lo era.
Pasaron los días y la relación entre Fabricio y ella fue mejorando tanto así que ya empezaron a irse juntos en el mismo autobús, pasar juntos la mayoría de los descansos, me sentía feliz porque la veía sonreír y muy dentro de mi sabía que aunque fuera indirectamente una minúscula parte de esa sonrisa era gracias a mí, y a pesar que al mismo tiempo me dolía verla con él, pero sentí que si ella mantuviese esa sonrisa quizás si valga el esfuerzo que estaba haciendo por tratar de que cada vez que peleaban hacer que se reconcilien y estuvieran juntos.
Eso era lo que siempre me repetía, pero cada vez que ella pasaba por mi lado o se acercaba a conversar con Salomé y nuestras miradas se cruzaban, aunque sea por una milésima de segundo bastaba para que mi corazón latiera sin control.
Cuando se acercaba a mi o me hablaba siempre era para preguntar por Fabricio, no sé si ella lo hacía inconscientemente sin importarle mis sentimientos o simplemente trataba de no ponerle mucha atención a ellos, y me dolía cada vez que me decía que lo amaba o cuando quería reconciliarse me pedía que hablara con él, y yo siempre terminaba aceptando, repitiéndome una y otra vez “es por su felicidad”, “¿no prometiste mantener esa sonrisa? entonces hazlo, aunque te duela”
Y con Fabricio era igual, siempre me buscaba para decirle a ella lo que él no podía; y por si no fuera poco todo lo que tenía que soportar, él empezó a mostrarme mensajes de amor que se mandaban entre ellos y con cada mensaje, cada “te amo” que se enviaban a mí me dolía, pero siempre hice todo lo posible por que no se me notara.
Llegado 10mo año, pensé que mi sufrimiento iba a disminuir y que ellos ya podrían apañárselas solos, pero no fue así, ellos siguieron utilizándome para su propia felicidad, y yo no tenía el coraje para decirle que ya no podía seguir con eso pues, aunque traté de todos los medios sacármela de la cabeza no pude y a pesar de todo yo estaba enamorado de ella y verla feliz con otro era muy duro para mí.
Aunque era cierto que yo me había prometido mantener su sonrisa, cada día que pasaba se me hacía cada vez más difícil aparentar estar feliz por ellos.
La relación de ellos era algo que la mayoría llamaría “inestable” pues siempre se peleaban por cualquier cosa y se alejaban y ahí me pedían que hablara con la otra persona para reconciliarse.
Habiendo pasado ya un mes desde que inicie el 10mo grado, Fabricio me pidió que hablara con ella, y cuando ella acepto hablar con él, Fabricio me pidió que este ahí y presencie todo en primera fila.
Yo ya estaba cansado de todo eso, trate de alejarme y olvidarme un poco de todo eso, y digo “un poco” porque olvidarme totalmente era imposible pues casi siempre estaban peleando y reconciliándose.
Un día después del colegio Fabricio se acercó y me pregunto si quería ir con ellos en el autobús, yo al principio me negué diciéndole “no gracias, ustedes han de querer pasar más tiempo juntos y yo solo voy a estar de violinista”, pero en el fondo la verdadera razón por la cual no quería ir era porque sabía que ellos se iban a poner románticos como lo hacían en el curso y eso me iba a doler aún más.
No recuerdo porque lo hice, pero termine aceptando ir con ellos, ya en el autobús trataba de todos los medios posibles no voltear, pues ellos se habían sentado detrás de mí y sabía que si volteaba iba a ver algo que no quería ver, después de un largo rato resistiéndome a n o voltear, termine volteándome y vi algo que no debí.
Los vi besándose rápidamente y sin que se den cuenta que los había visto gire mi cabeza al frente, pero no puede evitar sentir una fuerte opresión en el pecho, trate de cerrar los ojos y olvidarme de lo que vi pero cada vez que lo hacia la imagen de ellos besándose regresaba a mi mente, después de dar una vuelta completa en el autobús Fabricio y ella se bajaron, yo me quede ahí sentado, esperando a que el autobús me lleve de regreso al colegio, yo ya estaba en las últimas, sabía que no iba a poder seguir aconsejando a Fabricio y tampoco ayudándola a ella, pues mis sentimientos estaban de por medio y en vez de ayudarla sentía que estaba a punto de hacer alguna locura que terminaría por romper todo vínculos con ellos.
Esa fue la razón por la que decidí enviarles mensajes de despedida a los dos porque yo ya estaba dispuesto a alejarme de una vez por todas, no iba a ser algo brusco ni radical más bien iba a alejarme poco a poco para que no sospecharan nada.
Y la repentina llegada de un nuevo compañero iba a ser que mi distanciamiento fuera un poco más fácil y natural, su nombre era Sebastián Obando, jamás imagine que él se iba a convertir en un gran amigo casi como un hermano.
Recuerdo que cuando él llego al colegio nos tocaba Educación Física y todos estábamos en el patio, recuerdo también que nos hicieron formar parejas y como en el curso siempre sobraba uno, yo me quede sin parejas, aunque para mí eso era lo más normal pues estaba acostumbrado a hacer las cosas solo, habíamos empezados los ejercicios y en ese momento llego él y como era nuevo y tampoco tenía compañeros lo asignaron a hacer grupo conmigo.
Al principio me llamo un poco la atención, pues parecía un poco callado no quería incomodarlo haciéndole preguntas y yo tampoco era tan sociable como para entablar una conversación, en ese entonces no era muy atlético y a consecuencia de eso perdí contra él, fue la primera vez que tuve una sensación rivalidad contra alguien y así atreves de rivalidades nos hicimos amigos.
Y desde ese momento por primera vez me divertía estar en el colegio, después de unos días me entere que Sebastián era el primo de Wilmer, el chico que más disfrutaba burlarse de mí y por un momento pensé que Sebastián iba a ser igual que su primo, después de que el me contara que cuando era pequeño él también era gordo y le molestaban por eso, fue ahí donde me di cuenta que él era diferente a su primo pues él sabía lo que era ser molestado por los demás.
Y aunque todo parecía ir tan bien, yo me había alejado un poco de Fabricio y aquella chica sabía que eventualmente Sebastián se enteraría de todo y que el también comenzaría a molestarme con esa chica como lo hacían los demás, así que yo mismo le conté que ella me gustaba pero que me había rechazado de cierta forma y que ahora estaba con Fabricio, la tranquilidad que había obtenido de alejarme de Fabricio y ella no duraría mucho, cierto día Fabricio me llamo.
Quiero salir con mi novia, pero a la mamá de ella no le gusta que este salido conmigo. – me dijo un poco decaído.
Cuando escuche eso no supe cómo reaccionar, pero sabía que si me contaba eso era porque quería mi ayuda, aunque no me lo dijera, no sé porque hice lo que hice, quizás porque también la veía a ella un poco decaída y no quería eso, me jure a mí mismo que esa iba a ser la última ayuda que les brindaba.
Entonces, que te parece si yo le saco permiso a su mamá diciéndole que yo iba a salir con ella, pero tú nos vas a esperar en la entrada del cine para que ustedes puedan estar juntos, después de eso yo me voy el resto dependerá de ti. – le dije.
Pero tú tienes que acompañarnos y para que no estés solo voy a llevar a alguien para que este contigo. – me contesto
No sabía porque me estaba pidiendo que me quedara, más aún sabiendo de mis sentimientos hacia ella, iba a negarme, no sé porque, quizás estaba loco o simplemente soy muy masoquista, pero termine aceptando.
Y así al llegado el sábado me dirigí al cine donde había quedado con aquella chica, al llegar estaba ella, su mama y la compañía de la que me había hablado Fabricio no era otra que la hermana menor de ella y lo peor de la situación es que ella fue con su novio, la madre se acercó.
Te encargo a mi hija por favor cuídala, yo sé que eres un buen chico. – me dijo
Cuando me dijo eso me sentí peor conmigo mismo por estar traicionando la confianza que ella depositaba en mí, después de que su madre se fuera y yo ya estaba un poco más tranquilo, me fijé bien en la hermosa chica que tenía en frente y aunque parecía imposible se veía mucho más hermosa de lo que ya era, con su cabello suelto y ese brillo en sus labios, y esos ojitos que buscaban sin cesar al chico por el cual ella se arregló.
Me di cuenta de que Fabricio aún no había llegado así que le sugerí ir a dar una vuelta hasta que Fabricio llegue y aunque solo duro unos minutos, fueron los más hermosos, caminando a lado de la chica que me gustaba, cerraba mis ojos e imaginaba que estábamos en una verdadera cita, solos ella y yo y desee que nunca se terminara.
Al llegar al cine ahí estaba Fabricio esperando para entrar al cine, cuando entramos, no sé si todas las parejas decidieron ver la misma película o si era una conspiración contra mí, pero justo en esa sala la mayoría de los que estaban ahí estaban abrasándose, algunos hasta se besaban, yo me sentí incomodo porque estaba solo y la pareja que me prometió Fabricio había traído a su novio.
Pasaron algunos minutos y no sé porque razón mire hacia atrás, pero lo que vi hizo que sintiera como algo dentro de mí se terminaba de romper, estaban Fabricio y ella besándose, yo creo que esa fue la gota que derramo el vaso, me levante y salí de ahí lo más rápido que pude, cuando llegue a mi casa me encerré en mi cuarto, me recosté en mi cama y me puse a pensar, preguntándome una y otra vez “porque él”, “que tiene él que no tenga yo”, “es acaso por mi físico, si yo tuviera el físico que tiene Fabricio quizás ella me hubiera aceptado”, “¿Cómo no puede darse cuenta de que yo la amo? y que haría todo por verla feliz y aunque no me lo pidió yo hice todo porque ella fuera feliz incluso si es a lado de otro chico, pero ya no puedo seguir con esto ”, “es que acaso no soy lo suficientemente bueno para hacerla feliz” todos esos pensamientos cruzaron por mi mente esa noche mientras algunas lágrimas se deslizaban por mis mejillas mojando mi almohada.
Después de ese día todo cambio, yo cambie, el chico callado que aguantaba todo en silencio, ese chico había muerto aquel día, decidí endurecer mi corazón y me jure a mí mismo que no iba a seguir así y tendría que ponerle un alto a todo eso, y si ella no se iba a fijar en mi entonces tendría que dejar ir todos esos sentimientos que albergaba dentro.
Así fue como al día siguiente me alejé de ellos y me hice más conflictivo y agresivo, ya no me quedaba callado cuando me molestaban y siempre me exaltaba por cualquier cosa, y aunque trataba de aparentar en frente de Yorlendy y mis otras amigas, ella se daba cuenta que yo estaba cambiando mi forma de ser.
Un día, mientras estábamos en el descanso, Sebastián, quien también era amigo de aquella chica, la estaba molestando diciéndole que ella me gustaba, ella se me acerco junto con Sebastián y me pregunto si ella me gustaba, yo que no sabía lo que pasaba y a que venía esa pregunta tan de repente miré a Sebastián y me hice una idea de lo que había sucedido, como me había prometido dejar ir todos esos sentimientos y no quise huir más de ellos
Si, tú me gustas. – le respondí
Ella no dijo nada, después de eso nos dejamos de hablar y así entre uno y otro conflicto se terminó el 10mo grado.
Cuando empecé 1ro de bachillerato, todo había cambiado, empecé a preocuparme más por mi aspecto físico, en las vacaciones me había dedicado a ejercitarme más y aunque no era un cambio tan notable para mí fue un comienzo, ese mismo año conocí a nuevos compañeros y me despedí de algunos viejos entre ellos estaba aquella chica de la cual me había enamorado, que para mí fue un alivio pues al fin iba a poder superar todo, o eso pensé, entre los nuevos chicos se encontraba una chica que se llamaba Angie Baque, y como no soy muy sociable me tarde en hacerme su amigo.
En un inicio todo era muy divertido, pues Sebastián y yo seguíamos compitiendo por las notas, y todo se volvió incluso mejor cuando Yorlendy se nos unió, todos los días, en cada tarea, lecciones, exámenes y promedios competíamos en todo por saber quién tenía las mejores notas entre los tres, y aunque fuera por una milésima presumíamos entre nosotros, fueron tan divertidos esos días, que empezaba a sentirme a gusto en el colegio.
Y toda esa lucha por las mejores notas nos hizo a Yorlendy y a mí, quienes obtuvimos los primeros puestos del curso, estar en un seminario sobre las ciencias médicas y aunque cuando escuche que obtuve uno de los primeros puestos del curso me puse muy feliz, muy en el fondo sabía que ella también podría estar en ese seminario, y así fue.
Llegado el sábado teníamos que ir al colegio, todos los estudiantes que fueron asignados a ir, y reunirnos en una sala donde íbamos a recibir la conferencia, cuando yo entre, ahí estaba ella sentada junto a Greisly, una de sus amigas, al verla mi corazón no dejaba de latir y aunque disimule bien no podía hacer que mi corazón se calmara, trate de no mirarla y concentrarme en la conferencia, pero había ocasiones en las que se me era difícil no voltear a verla.
En ese mismo seminario fue donde me interesé por las ciencias forenses y decidí que una vez que me gradué iba a estudiar eso, las cosas siguieron con normalidad y el seminario llego a su fin, hubo muchas cosas interesantes y emocionantes y eso nunca se me va a olvidar.
Fue pasando el tiempo, he hice nuevos amigos, pero nada en este mundo es eterno y todo lo que inicia debe llegar a su fin, los días pacíficos y emocionantes, los que deseaba que duraran para siempre de un momento a otro se terminaron, los maestros se dieron cuenta que debían cambiar de asientos a los alumnos para evitar que conversen en clases y así fue como yo me termine separando de mi grupito, Yorlendy y Sebastián, y fui colocado en el cuarto asiento empezando desde atrás.
Pero no todo fue tan malo pues conocí a otro grupo que estaba conformado de cuatro personas: Josué Rodríguez (Alias “Topo”), Kevin Pozo (Alias “Chino”), Isaac Vera (Alias “Caasi”), Ronny (Alias “Robocot”), me comencé a juntar con ellos ya que me sentaba cerca.
Recuerdo que un día el profesor de Lengua se le dio porque actuáramos un una obra llamada “Edipo Rey”, nos dividió en grupos de cuatro integrantes, en mi grupo me designaron el papel de Edipo, acepte para que no haya peleas pues era el papel protagónico y el que más diálogos tenia, cuando llego el día de las presentaciones, después de que mi grupo actuara no se si lo hicieron porque en verdad les gusto o por cortesía pero todos aplaudieron, y desde ese momento yo también comencé a tener un alias y era “Edipo”.
Después de nuestro grupo le toco al equipo en donde se encontraban: Josué, Kevin, Ronny e Isaac, y como ese grupo era de puros hombres a Josué le toco travestirse para hacer el papel de la mamá de Edipo, esa fue la actuación más cómica que jamás haya visto.
Después de ese momento me comencé hacer amigo de Angie Baque, una chica muy simpática pero algo un poco rara y creo que eso hizo que la llegara a estimar mucho como amiga hasta el punto de considerarla como una hermana, me contaba todo acerca de ella, los novios que había tenido, las desilusiones y daños que los mismo le habían causado, entre otra cosas, con el tiempo la llegue a querer mucho como persona, y fue ahí donde por alguna extraña razón trate de utilizarla para quitarme a aquella chica de la cabeza, y eso es algo que un hombre jamás debe hacer a una mujer y mucho menos a alguien que aprecias mucho, y de lo cual me arrepiento profundamente, aunque para Angie eso es algo insignificante o ya me haya perdonado, yo seguiré cargando esa espina en mí.
Aunque actualmente le doy gracias ya que ella no me acepto, porque si lo hubiera hecho creo que jamás le hubiera podido dar el lugar que Angie se merecía, ni a ella ni a ninguna otra chica, ya que mi corazón lo ocupaba aquella chica, y solo la hubiera hecho sufrir más.
Después de ese incidente me sentí mal conmigo mismo y me aleje de ella pues no podía mirarla a los ojos, porque sabía que ella no se merecía ser tomada como un reemplazo de nadie, y deje de engañarme a mí mismo diciéndome que la había superado cuando claramente eso era mentira, ya estando algunos meses de terminar el año me entere que me iba a cambiar de colegio, en ese momento sentí que era una gran oportunidad para olvidarme y alejarme de esa chica, pero también sentí una profunda tristeza por unas cuantas compañeras que hice a lo largo de esos cuatro años.
Pero mi larga travesía en el colegio Libertad no podía terminar sin ninguna novedad, pues faltando solo unas horas de terminar el 1ro de bachillerato hubo un último incidente que lo marco todo para mí.
Ese día, Wilmer, un compañero que era extremadamente vago quiso salvarse del supletorio cuando era imposible pues ya no había nada que él pueda hacer para salvarse, no sé si era el estrés o mi mala suerte, que me acerque a preguntar porque estaba tan apresurado en presentar una tarea que no le iba a servir de nada, pues sus notas eran muy malas, en ese momento y sin previo aviso el me empujo haciéndome caer en el suelo, cuando me levante a reclamarle, él me golpeo a traición y me tumbo contra una silla y se puso encima de mi para que no me levantara, en ese momento llegaron algunos compañeros y lo quitaron de encima, Yorlendy y unas amigas de ella me insistían que entrara al curso, yo estaba muy enojado para escucharla, hasta que Yorlendy me puso la mano y me dijo que entrara, por toda la estimación que le tenía, apreté mis puños, me trague mi ira y me metí al curso.
Atrás de mi estaba Yorlendy, quien estaba muy mal por lo que paso y solo me estaba reprendiendo, fue ahí donde Yorlendy me dijo algo que me hizo reflexionar, me dijo que yo ya no era el chico de antes y que había cambiado y no para bien, escuchar esas palabras salir de la persona que más me ha ayudado y aconsejado en los momentos más duros me hizo sentir mal, y me di cuenta que ella tenía razón pues había dejado de ser aquel chico callado y que evitaba las peleas a convertirme en alguien que por mínima cosa me exaltaba y enojaba y eso solo causo malestar a las personas que son importantes para mí.
Después de eso fui llamado por primera vez en cuatro años que estuve ahí, al rectorado, y al llegar Wilmer comenzó a decir que la culpa de todo era mía y que el solo se estaba defendiendo, y sé que en parte si tuve la culpa por haber molestado a Wilmer cuando él estaba con mucho estrés, sabiendo que él era una persona primitiva que se dejaba llevar por sus emociones y no tenía autocontrol, y como ya faltaba pocas horas para que termine el año lectivo no podía expulsarnos, lo único que pudo hacer fue bajarnos en conducta.
Seguido de eso me sacaron del colegio Libertad y me inscribieron en otro colegio, en donde me sucedieron muchas cosas tanto buenas como malas y conocí a muchas personas que ahora son importantes para mí, pero eso es historia para otra ocasión.
NOVELA
Mientras recopilaba información de mis amigos y pedía la autorización para usar sus nombres en este libro, uno de mis compañeros/as me envió el número de la chica que mas se menciona en este libro, por supuesto como era algo que pudiera perjudicarla decidí reunirme con ella y hablarle sobre mi nueva entrega y de lo que esta trataría, así que la invite a vernos en persona y pues no se lo que ella habrá pensado que era esa invitación, tal vez pensó que era algo más de índole romántico, y ya que la persona que me facilito el número de aquella chica, me solicito no decir su nombre, voy a dejarla/o en el anonimato.
AQUÍ CONCLUYE ESTE LIBRO
Este libro no está hecho con el fin de perjudicar ni dañar a nadie, es mas bien un proyecto personal, espero les haya gustado y conmigo será hasta un próximo proyecto.
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