Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 26
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- 26 - Capítulo V: El Cazador más Fuerte de Córdoba parte II
La inesperada pregunta de Martin hace sacudir el cuerpo de Marcos, quien se acerca hacia el con esperanza de que su madre pueda ser curada por el cazador. Sin embargo, Martin solo pregunta ante la cierta posibilidad por el simple hecho de que pudo curar a Estella de su enfermedad y además potenciarla al punto de volverla un rango A+.
Pero dado que Marcos está en una situación parecida a la de él, no sería problema ayudarle, por lo que sin pensárselo mucho le responde con una sonrisa:
Martin: “Llévame con ella”
Marcos: “¿Disculpa?”
Martin: “Tranquilo, primero debo ir a revisarla, hay que ver en qué fase del veneno se encuentra”
Marcos: “Oh dios mío, gracias, mucha gracias” – agradece a las intenciones de Martin para ayudarlo, tomándolo de su mano y agitándola sin parar de forma brusca
Martin: “E-Espera un momento” – lo detiene antes de que se ilusione más de la cuenta
Marcos: “¿Huh?” – mira a Martin, esperando que diga algo importante
Martin: “Haaaa” – suspira– “Escucha en la teoría podría curarla, pero no quiere decir que llegue a ser exitoso. Puedo eliminar el veneno, pero si está en una fase crítica, podría no servir de nada y todo sería en vano. Pero si puedo no solo quitar el veneno sino también los componentes adheridos a sus órganos y venas, hay posibilidad. Sin embargo, debo verla primero, no sirve sacar conjeturas sin verla primero” – responde con sumo cuidado para evitar que sus esperanzas se caigan, pero a la vez que no se haga muchas ilusiones con una mera teoría– “no puedo creer que esté hablando como doctor” – piensa sorprendido
Tomando en cuenta de que Martin está dispuesto a dar su ayuda, es más que suficiente como para que Marcos sienta una gratitud enorme hacia él, como si de un ídolo o héroe se tratase. Ya de por si el vivir en un pueblo remoto, y siendo acosado constantemente por los portales, ha hecho creer por años que se encuentran a merced de monstruos e inclusive cazadores locales que llegan con exigencias para limpiar mazmorras que aparecen por la zona.
El odio a quienes no fuera del pueblo se ha intensificado con el correr del tiempo, por lo que es una gran sorpresa para Marcos encontrarse con alguien que en lugar de exigir primer y pretender ayudar después, ve que Martin ha ofrecido su ayuda sin haber planteado condiciones, por esa razón siente una grata felicidad, aunque fuera una falsa esperanza, sin saber que funcione el tratamiento:
Marcos: “Lo entiendo, discúlpame” – dice más calmo
Martin: “Descuida, yo te entiendo. Mi madre esta con problemas de salud, y no ha salido de ello en más de diez años. Hare todo lo que pueda para ayudarte a ti y a tu madre”
Marcos: “Muchas gracias, en verdad, el querer ayudarme siendo de otro lugar me hace tener esperanzas”
Martin sonríe, pero no evita preocuparse sobre el verdadero alcance de su poder:
Martin: “A decir verdad, no sé si pueda hacerlo, una cosa es una enfermedad humana que es común, pero otra es intentar curar un veneno producido con magia, como si fuera una maldición” – se pregunta a si mismo– “si mis sospechas o no son ciertas, eso es algo que tendré que averiguar cuando lleguemos a la casa de Marcos. Espero que funcione, aunque me hago falsas esperanzas con mi madre, ella no parece recuperarse voluntariamente, aunque en el último tiempo ha mejorado su interacción con la gente. Ah, maldición, mi cabeza está hecha un desastre”
Marcos: “Martin, ¿sucede algo?” – lo mira cómo se despeina y hace gestos de enojo consigo mismo
Martin: “No, no pasa nada, jeje. Entonces, vamos a tu casa e intentarlo”
Marcos: “Si”
Mientras caminan hacia la casa de Marcos, siguiendo una ruta de tierra y piedras a los costados de la carretera, y donde solo pasan vehículos especiales y vecinos del joven con carros tirados por caballos y burros en ocasiones, Martin no evitar explicar algo que ha expresado el chico:
Martin: “Y para comentarte, la mazmorra Arácnida no fue rango A+ sino más bien B+”– aclara para que se eviten malos entendidos de ahora en mas
Marcos: “¿Qué?”
Martin: “Por lo que dijiste, que cerra esas mazmorras, y te equivocaste con sus rangos”
Marcos: “Ah, cierto. Pero no me equivoque” – responde mientras saluda levantando su mano izquierda a sus vecinos
Martin: “¿De qué hablas?”
Marcos: “¿No lo sabias?”
Martin: “¿Huh?”
Marcos: “Se declaro a la mazmorra arácnida como rango A+ por la supuesta aparición de un monstruo similar al jefe y compitiendo con su nivel”
Martin: “Quizás por ese Beralez fue que subieron a Rango A+, tiene sentido, pero Oscar no me ha informado nada”
Después de caminar a lo largo del camino por casi veinte minutos, llegan por fin hasta la casa de Marcos, un lugar muy humilde y algo descuidado debido a ciertos ataques cobardes de cazadores rechazados, rodeado por vegetación y campos de cultivo, un sitio rural en todo su esplendor. Abre lentamente la puerta y ambos entrar a la puerta, con chirridos del suelo construido con madera que ya se encuentra en putrefacción.
El lugar esta oscuro y cubierto de una atmosfera fría y triste, por un instante Martin había recordado su infancia y adolescencia, con los recuerdos de su padre muerto y su madre quebrando su mente a una velocidad abrumadora.
Marcos guía a Martin hasta una habitación, cuya porta está cubierta por magia eléctrica para protegerla de posibles atacantes, esto preocupa al cazador, que lleva a preguntarse por la salud mental y emocional del chico:
Martin: “Marcos, ¿estás bien? ¿estás seguro que quieres que haga esto? Hay una gran posibilidad de que no lo logre”
Marcos: “No, no estoy seguro de esto” – aprieta con fuerza la perilla y sin mirar a Martin responde con lágrimas cayendo de sus ojos al suelo– “pero es mi última oportunidad, y mi esperanza de que ella pueda salvarse”
Martin no sabe cómo responder a sus sentimientos, solo siente empatía con él por pasar lo mismo, y mientras escucha el sollozo del joven, mira los diferentes cuadros familiares a lo largo de la pared, y se percata de algo:
Martin: “¿Cuál es tu conexión con esta mujer?” – pregunta sospechando del chico
Marcos abre sus ojos, reaccionando a la inesperada pregunta y el que Martin se haya dado cuenta de ese detalle:
Martin: “Si quieres que te ayude, debes confiar en mí y que yo confíe en ti. Odio los secretos y las mentiras, pero puedes confiar en que te ayudare si tú te sinceras”
Marcos: “Ella…no es mi madre verdadera” – en silencio abre la puerta
Marcos camina muy lentamente hasta una cama individual, allí se encuentra una mujer joven, que no supera los treinta, muy bella, pero con el rostro demacrado, ojeras tan negras como la noche, su piel se había tornado color gris como si una medusa le hubiera transformado en piedra, en su frente se encuentra un paño húmedo para contener la fiebre alta que la aqueja. Aquella mujer duerme profundamente, debido a que el mismo veneno reduce el funcionamiento de todo su sistema circulatorio y respiratorio, dejándola en un estado de coma.
Para evitar incomodidad en ella, el cuarto se encuentra a oscuras, con sabanas tapando la ventana.
Al ver la condición en la que se encuentra, Martin no evita sentir una gran pena por la mujer, y por Marcos, por esa razón lo toma del hombro y le señala la puerta para que lo acompañe afuera.
Ya en el pasillo, Martin le pregunta para obtener respuestas:
Martin: “Cuéntame la historia tuya y de ella” – le pide como una manera para poder ayudarlo sin mentiras ni engaños
Marcos: “Lo sé” – se apoya contra la pared– “esto sucedió hace diez años, yo era un simple niño, sin nada de qué preocuparme, sin visión a futuro, sin algo de lo que ocuparme, mi familia eran mis padres y seis hermanos, todos vivíamos bien. La familia de ella era muy amiga de la mía, se podría decir que tanto ella como yo éramos como hermanos, con mis seis hermanos nos llevábamos bien con sus cuatro hermanas. La vida en el pueblo era buena, no la mejor, pero éramos felices. Hasta que un día, unos cazadores que se encontraban de paso iniciaron destrozos en todo el pueblo, al punto de que todas las casas fueron atacadas, inclusive la mía, todo sucedió muy rápido y de noche. Lo último que recuerdo es que yo me encontraba en brazos de ella, y mi casa en llamas. A las semanas me entero de que mi familia murió, al igual que la de ella, y desde entonces vivimos juntos, y aunque no éramos familia de sangre, ella supo cuidarme con ayuda del pueblo. El resto es historia, manifesté mi poder y sucedió lo de los cazadores que nos atacaron, ella me defendió y recibió un cobarde ataque” – le cuenta con dolor en su alma por la perdida, y temor a que se repita
Martin: “Y se suma a la lista del odio a los de afuera, más precisamente a cazadores” – comenta dándole un poco la razón
Marcos: “P-Por favor, te lo ruego” – toma a Martin de su ropa– “ella es lo más importante que tengo, no podría vivir si ella se va, te lo suplico”
Por alguna razón el destino ha reunido a Marcos y Martin, pero ya no es por un motivo como el reclutamiento, sino la posibilidad de salvar a más personas y sacar del sufrimiento e infelicidad a otra.
Si bien, en un principio Martin se había planteado la idea de que puede fallar el intento de curación, ahora el saber la historia de Marcos lo llena de voluntad para lograr lo que puede ser imposible.
Quitando la magia eléctrica con su Marca del Emperador, Martin abre la puerta una vez más, y antes de que se adentre a la habitación, detiene sus pasos y se voltea a mirar a Marcos, que se encuentra sorprendido en el pasillo sin poder hacer nada más que verlo:
Martin: “Todo queda más que claro, hare todo lo que pueda en mis manos. No…”–destellos rojos salen de sus ojos y una misteriosa aura lo rodea– “esta mujer va a recuperarse, te lo prometo” – afirma con gran seguridad
***PARTE II***
Octavio: “Esto es una mala broma pareciera” – se queja en desgano al llegar a la sede del gremio
Sin duda, la conversación con la secretaria de Oscar había dejado una gran preocupación en ambos cazadores. Las tensiones entre los dos países ya no era cosa de incomodidad y competencia, como históricamente venía ocurriendo, sino que es ahora mucho mas violento, llegando a pregonar el odio, debido a los manejos políticos que ocurren en Brasil, y la tibieza en el lado de Argentina.
Desde la cocina, Estela escucha las quejas e inseguridad que a Octavio le ha dejado la reunión, aunque es entendible, ya que una nación top del mundo se encuentra tras ellos y no dudaría en usar diferentes artimañas para capturarlos.
Y aunque eso ocurriera, la A.A.C no temería en ponerse a favor del gremio Victory for San Martin.
Estela toma una taza recién servida con te y le da un sorbo, luego la deja en la pequeña mesa de madera para servir gaseosa en un vaso de vidrio para Octavio:
Estela: “¿Podrías dejar de quejarte por un momento?” – se acerca con su taza y el vaso para Octavio– “no estamos en guerra ni nada por el estilo, solo cálmate” – le entrega el vaso
Octavio: “Si fuese ellos no dejaría que descansemos, a decir verdad, me aterra que ahora mismo nos estuvieran vigilando” – toma el vaso con gaseosa de cola y de un sorbo acaba vaciando el contenido
Estela: “Solo cálmate, ¿Dónde quedo esa rudeza de antes?” – le pregunta con calma y sonriente
Octavio: “La rudeza…yo…hummm…”– se sienta en una de las sillas de madera y se golpea la cabeza contra la mesa varias veces
Estela: “¡E-Espera un momento, vas a romper la mesa!” – le grita exaltada
Estela trata de calmarlo, aunque en cierta manera lo sucedido en el Hospital también dejo a la cazadora con preguntas y temores, por lo que cada momento ruega que Martin regrese y puedan organizarse para afrontar tales inconvenientes.
Octavio mira el rostro de Estela, notándola decaída, y aun mas cuando salieron del hospital, después de la conversación con la secretaria de Oscar:
Octavio: “¿Te preocupa algo?”
La cazadora termina de beber su te, y le pregunta a Octavio:
Estela: “¿Esta mal que lo espere siempre?”
Octavio: “¿Heh? ¿Cómo?”
De repente, ambos se encuentran con miradas confusas, Octavio por la pregunta y ella al sentir que había pensado en voz alta, y preocupando a su compañero de gremio:
Estela: “Y-Y-YO…o-olvida lo que dije” – responde avergonzada
Octavio: “No tienes que sentirte así, deberías confiar en mí, ¿sabes?”
Estela: “Si, pero con lo que hablamos la otra vez, siento que no he progresado”
Octavio: “Jajaja, calma, tu solo debes contarme que te sucede, y con gusto te escuchare” – le dice gratamente
Estela siente como Octavio se ha transformado en tan poco tiempo en un amigo confiable, por lo que después de suspirar y calmarse, le dice como se siente:
Estela: “De alguna manera, siento que estoy dependiendo de Martin, me pregunto como es que haremos para administrar el gremio sin él, inclusive la situación se ha vuelto caótica, no atiende a mis llamados, mis dudas sobre la mazmorra, mis pesadillas sobre lo que Fabio intentaba hacerme…”– dice al borde de las lágrimas y tomándose la cabeza– “mi cabeza está hecha un desastre”
Octavio: “Trata de calmarte, estos días no han sido fáciles, además no hace mucho pasaste situaciones traumáticas en dos mazmorras diferentes. Entiendo como te sientes, el simple hecho de que Martin no estuviera, dejándonos a cargo y con lo que sucede entre ambos países. Pero debemos corresponder a la confianza que nos tiene y no ser tan dependientes, eres fuerte, tanto como él. Mientras tanto, debemos poner en marcha el gremio. Recuerda que hay documentos a entregar, aunque Oscar este en el hospital, tenemos que seguir entregando papeles, mas aun con la ausencia del Maestro de gremio”
Un poco mas calmada que antes, Estela responde con un casi imperceptible SI, mientras Octavio se pone de pie y le acaricia la cabeza:
Octavio: “Confía en mí, todo se solucionará”
Estela: “Muchas gracias” – responde agradecida
Octavio toma desde el borde con sus dedos el vaso de vidrio y la taza de Estela, y las lleva a la cocina. Mientras limpia con cuidado las cosas en la cocina, el teléfono comienza a sonar, entonces creyendo que puede ser Martin, ella se abalanza para contestar, pero lo que oye es la voz de una chica, adolescente quizás, muy angustiada y llorando:
“H-Hola, ¿hablo con el gremio Victory?”
Estela: “Así es, ¿Quién habla?” – pregunta, intercambiando y haciendo gestos con Octavio, pensando que podría ser una trampa
“Por favor, necesito hablar con el maestro de Gremio…habla Macarena Ofeliana” – responde nerviosa
***PARTE III***
Mientras tanto, en un hotel cercano a Boedo, el grupo de Daniel descansa separado en dos habitaciones, uno para el y la otra para Damina y Samantha.
Los tres habían pedido bebidas para refrescarse, después de un día entero buscando y recolectando información sobre la sede de Victory for San Martin. Mientras la situación política empeora con el transcurso de los días, y Daniel presiona a diferentes cazadores, gremios y organizaciones afiliadas a la A.A.C, el paradero del gremio sigue siendo un misterio.
Desde su teléfono ocurre una llamada por videollamada en Skyblue, famosa plataforma de videos. Al atender la llamada, Daniel se encuentra con su Maestro de Gremio, Jose Joao y el presidente de Brasil Timoteo:
Timoteo: “Hola Daniel, un placer conocerte, yo soy…”
Daniel: “Se quien eres, y no me interesa” – interrumpe soberbiamente
Jose Joao: “Tranquiliza su tono, es el presidente del país” – le advierte por su impertinencia
Daniel: “Si si, como sea. Imagino que quieren saber cómo va la búsqueda” – responde desafiante
Timoteo: “Es la prioridad de mi gobierno. Así que confío en que haya algún resultado el día de hoy”
Daniel: “Por ahora no tenemos nada mas que rumores, es como si esos datos estuvieran siendo protegidos a una escala sospechosa”
Jose Joao: “Quizás hemos buscado por un lado erróneo. Tendríamos que apostar a atraerlo”
Después de escuchar esas palabras, Daniel se da cuenta de la ilógica petición que le hará el maestro Jose, por lo que inmediatamente le da su respuesta, sin pensárselo dos veces, casi repudiandolo:
Daniel: “Se lo que dirás, y no creo hacerlo”
Jose Joao: “Entiendo que atacar por ese lado no es lo tuyo, pero te recuerdo que secuestraste a una mujer y su hija”
Daniel: “Es muy diferente, además no les hice nada. Nunca fue mi plan dañarlas”
Jose Joao: “Aun así pusiste en peligro a esos civiles, no te costara hacerlo una vez más”
Daniel: “¡Tsk!” – chasquea con su lengua, mientras muestra una expresión de odio hacia Jose y Timoteo
Timoteo: “Bien, no tiene mas sentido continuar esta conversación. Daniel, Samantha, Damina, ha sido un placer, espero buenos resultados”
Jose Joao: “Lo mismo digo, obtén resultados” – le dice sin importarle que Daniel sea uno de los diez altos cazadores del mundo
Antes de que la comunicación se termine, Daniel deja escapar indignado:
Daniel: “Presidente Timoteo”
Timoteo: “¿Sí?” – responde de forma agradable
Daniel: “Ya no siga aumentando los impuestos de alquiler, mi madre ya no puede sustentarse” – corta la comunicación y arroja un periódico con noticias sobre aumento de impuesto para invertir en fuerzas armadas y asistencia a cazadores que realizan misiones en el extranjero
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