Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 34
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- 34 - Capitulo XIII: Preludio de una masacre anunciada Parte 2
Horas mas tarde, Martin llega a un pueblo a pocos kilómetros de donde vivía David, allí se encuentra en las afueras de un hotel a Macarena, Marcos y Laura. La extraña expresión que carga Martin en su rostro llama poderosamente la atención de los demás, y sin tapujos, Macarena se acerca y pregunta al cazador:
Macarena: “¿Martin, paso algo?”
Martin: “Yo…” – se detiene cuando vuelve a sentir una tristeza tan grande que lo destruye por dentro – “Tengo que volver, siento…” – vuelve a detenerse, presionando su corazón al sentir que su tristeza no deja de crecer – “Siento que algo le ocurrió a Estela”
Marcos: “¿Huh? ¿De qué hablas?”
Martin: “No se como explicarlo, pero siento que algo horrible ha ocurrido, debemos volver”
Laura: “Martin, ¿cómo haremos eso si estamos a cientos de kilómetros?”
Sosteniendo su pecho con fuerza, sintiendo como si fueran puñaladas a su corazón y su alma, Martin trata de pensar la manera de volver a la provincia de Buenos Aires lo más rápido posible.
Una vez mas guarda silencio, esta vez uno muy largo, mientras los demás observan, Martin se aleja un poco y cierra sus ojos intentando comunicarse con Arakneida gracias a la conexión tan profunda que tienen al ser amo y familiar:
Martin: “Arakneida, responde, necesito saber si esta todo bien en el gremio”
Tras varios segundos sin respuesta, Martin se percata de que algo serio ha ocurrido, alterándolo poco a poco sin encontrar la manera de poder volver. Sin embargo, Martin da grandes bocanadas de aire para tranquilizarse, comprendiendo que nada se solucionara si pierde los estribos, y lo principal es averiguar qué está ocurriendo.
En ese momento, se escucha la voz de Arakneida, no con el característico tono seductor o madura de ella, sino uno alterado y preocupado, confirmando cada vez más las sospechas:
Arakneida: “¡Mi Señor, tienes que venir urgentemente!”
Martin: “Arakneida, cálmate, ¿Qué ha pasado, como esta Estela?”
Arakneida: “El gremio de Brasil…”
Mientras se aleja un poco mas de los demás, la expresión de Martin se altera con lo que Arakneida le dice sobre lo sucedido con el gremio, llevando a que un intenso enojo inundara su ya alterado corazón.
Marcos se acerca tímidamente a Martin, y le toca el hombro:
Marcos: “Martin, ¿está todo en orden?”
Sin embargo, Martin no le responde, solo se queda de espaldas y en silencio, hasta que se escucha una voz apagada y desgarrada por la angustia, proveniente del cazador:
Martin: “Ábrelo”
En cuanto dice eso, una grieta color violeta se abre junto a él con mucha energía mágica emanando de ella. Se voltea a mirar a sus compañeros, completamente serio:
Martin: “Entren, y estén preparados para lo que sea”
Nadie entiende que es lo que sucede, pero confiando en el hacen caso a su orden. Marcos toma de la mano a Laura con fuerza, mientras Macarena se aferra al brazo de ella, mientras que Martin da lentos pero determinados pasos hacia la grieta, creada por Arakneida siendo su habilidad característica, la creación de portales, siendo obtenida cuando fue creada por el emperador insecto, quien había devorador en aquel entonces a un cazador muy poderoso y cuya magia era la espacial, que consistía en crear portales y teletransportarse.
Una vez que todos entran al portal, salen al otro lado, encontrándose con una enorme ciudad y edificios muy altos de concreto, suciedad y ruidos de tráfico, sirenas de bombero, policías y otros automóviles.
La grieta desaparece cuando Macarena es la ultima en salir de ella, junto a los demás miran como Martin se desmorona sobre el suelo, cayendo de rodillas y solloza con profundo dolor en su alma al ver la calle cubierta de sangre, y decenas de policías restringiendo el paso a los curiosos y transeúntes.
Marcos nota que varios oficiales se acercan para detenerlos, creyendo que son personas ordinarias que se dejan llevar por el morbo, entonces camina hacia ellos para interceptarlos y aclarar los malos entendidos. Mientras que Macarena abraza por detrás a Martin, y Laura le acaricia la cabeza, pero su reacción no es ajena a la de él, ya que se sorprende por la destrucción ocasionada por la batalla y la sangre desparramada por el concreto de la calle:
Laura: “E-Esto fue una masacre” – mira cuan terrible fue la pelea
Marcos: “Según me dijeron los oficiales, los heridos están en un hospital no muy lejos de aquí, pero ellos nos llevaran”
Macarena: “Martin, ya sabemos dónde están internados los heridos” – dice intentando evitar ver la sangre desparramada
Martin: “S-Si…” – se pone de pie, con lagrimas en sus ojos y mordiendo sus labios hasta lastimarse y derramar su sangre con pequeñas gotas cayendo en el suelo
Instantáneamente la atmosfera se vuelve fría y hostil, mientras Martin da unos pasos hacia el edificio del gremio, y mira la destrucción producida por la explosión, y bomberos intentando apagar el incendio:
Marcos: “Creo que nos han declarado una guerra, Martin”
Martin: “Hay que prepararse para lo que sea…de ahora en más”
***PARTE II***
El sonido de balas calibre 7,62 de los fusiles de asalto FAL, resuenan con gran estruendo entre los pasillos de Rocinha, una de las favelas más grandes de Rio de Janeiro y más peligrosas de Brasil. Allí las fuerzas de operaciones especiales del ejército brasilero, se enfrenta con miembros del grupo de narcotráfico más poderoso del territorio, con saldos de muertos muy altos.
Como es de costumbre, el gremio de Fortaleza es llamado para ayudar con la situación, aunque no sea un asunto que involucre una mazmorra o algo relacionado, las órdenes del presidente recientemente electo son inevitables.
En una fábrica usada como bunker dentro de la favela, el gremio ha desplegado unos veinte cazadores, entre los que se destacan el mismo maestro José Joao, así como Sefish y Marcelo, altos ejecutivos del grupo.
Entre los preparativos, un teléfono celular suena con fuerza en el bolsillo de José, este atiende la llamada y sonríe entusiasmado:
José: “Eres tú…dime…¿está hecho?”
Daniel: “Si, pero no esperes que esto acabe bien” – responde en manera de advertencia
José: “No es como si no hubiera escuchado eso en boca de otros estúpidos” – dice mientras alborota su cabello
Daniel: “Posiblemente un estúpido venga con deseos de venganza”
José: “Replantéate lo que dices, soy el maestro del gremio sudamericano más fuerte del mundo, ¿a quién debería temer?”
Daniel: “Si, como sea, solo te advierto la posibilidad de una confrontación muy seria” – vuelve a advertirle
José: “Intenta preocuparte por atender los asuntos que te conciernen cuando llegues. Tenemos bastante con las peticiones absurdas de Timoteo, y este imbécil me está hartando” – deja escapar molesto, con una vena hinchándose en su frente y delante de los uniformados militares
Mientras los demás observan, José camina hacia un balcón que da hacia una calle vacía por la evacuación de los habitantes, detrás de él se acerca su amante Clarice, quien lo abraza y acaricia su pecho con una seductora sonrisa:
José: “No debería ser difícil para ti lograr todo lo que quieras, siendo uno de los cazadores más fuertes del mundo, ¿no? Daniel”
Daniel: “Cuida lo que vas a decir José, te lo advierto”
José: “Si no quieres más problemas de lo que ya tienes entre manos, deja de parlotear y regresa con las otras dos, necesitamos muchas más manos. Como dije, este idiota de Timoteo me está jodiendo demasiado, y no tengo la suficiente paciencia en la actualidad para soportar a un estúpido político ignorante”
De cualquier manera, la actitud de José, bastante prepotente y soberbia tiene mucho sentido, siendo un hombre de negocios y cazador de rango A+, poseedor de un gremio con más de cien miembros y un rango SS+ parte de los tops del mundo, su sensación de ser inalcanzable está justificado. Sin embargo, por el tono en que Daniel se refiere al potencial peligro que supone Martin, hace que el maestro del Fortaleza pierda un poco el espíritu:
José: “¿Acabaste con ese tipo?” – pregunta dudando del éxito de la misión en Buenos Aires
Daniel: “Ese es el asunto José, el tipo no se encontraba en la sede del gremio, y por lo que se, hay gran posibilidad de que no se encontrase en la provincia”
José: “¿Me estás diciendo que ese bastardo sigue vivo?”
Daniel: “Era eso o volver con las manos vacías. Pero el mensaje fue dado”
José: “Entonces…la puta misión fue un fracaso. Te pide solo una cosa simple, y fallaste Daniel ¡Fallaste!” – enloquece de ira
Daniel: “Solo cállate y escúchame”
José: “¡¿Escucharte acaso eres estúpido?! ¡Tenemos la imperiosa necesidad de mostrarle al mundo que somos un gremio poderoso y de respeto, más importante, si no nos libramos de este asunto, el gremio estadounidense nos hará pedazos si lo quisiera!”
Daniel: “¡Con un demonio cierra la puta boca estúpido infeliz!”
Clarice escucha el insulto hacia su amado, e inmediatamente la quieta el teléfono de la mano y responde molesta por la actitud del joven cazador:
Clarice: “Escúchame una cosa, deberías guardarle respeto a José, es tu maestro y si no fuera por el…”
Daniel: “Tu…cierra la boca y pásame de nuevo con José” – interrumpe con tal agresividad que la deja sin palabras y conmocionado
José: “Dame el teléfono, y vete a preparar con los demás” – le quita el teléfono y continua con la comunicación – “Nunca fuiste muy democrático cuando hablas con la gente”
Daniel: “No juegues conmigo José” – se contiene ante su maestro
José: “Ni tu conmigo, recuerda que la seguridad de tu madre queda bajo mi cargo. Ella aún vive porque está bajo constante cuidado, no te olvides que tú mismo destruiste entero uno de los grupos de narcotráfico más poderosos y juraron matarte a toda costa y tu servicio depende de que tu mami este a salvo. No me obligues a abandonar ese trato y dejar de apoyarte”
Daniel deja de responder, provocado por la preocupación ante la amenaza propinada por José en la que involucra a su madre, y esto más que molestarlo, lo llena de triste ante tal desprotección frente a un estado corrupto y un gremio que no escucha a los suyos y amenaza sus vidas constantemente.
Ante una leve desesperación, Daniel arroja su teléfono contra la pared y comienza sollozar como si volviera a su época de niño, donde jugaba todos los días al futbol y regresaba a su humilde hogar cubierto de heridas y lágrimas brotando de los ojos, arrojándose a los brazos de su madre:
Daniel: “Esto es muy frustrante” – murmura desilusionado y asustado
Al recuperarse de su angustia, Daniel se recompone, y seca sus lágrimas para mantener su imagen imponente como un cazador poderoso, camina hacia la puerta de la habitación del hotel donde se hospeda junto a Damina y Samantha, arrastrando también la maleta, dirigiéndose con ella hacia el aeropuerto rumbo a su país.
Mientras se dirigen hacia la salida, Daniel no evita pensar con envidia en las palabras de Estela, quien lo ha enfrentado sin importar lo que le suceda, solo para mantener el silencio sobre la ubicación de Martin, o el que Octavio haya mantenido su actitud de defender el gremio a pesar de no poder contra el:
Daniel: “Victory, si esa es la lealtad, entonces no está mal admirarlos” – deja escapar en voz baja
Samantha: “¿Dijiste algo?”
Daniel: “No, solo vámonos de aquí”
***PARTE III***
Un portal color purpura se abre en medio del pasillo en el hospital italiano, lugar al que fue hospitalizada Estela. Del portal salen varias personas, entre ellas Martin, quien se apresura a buscar habitación por habitación, muy alterado y con mucha angustia en su pecho, atrayendo la atención de todos los que visitan el hospital para exámenes médicos, operan o internan por otro motivo diferente.
En medio de su búsqueda se encuentra con un agente de la A.A.C, Antonio Siames, quien trata de retenerlo un momento, pero cuando abre su boca para explicarle la situación, Martin lo toma del rostro y avienta contra la pared agrietándola con su cuerpo.
Varios agentes más se acercan para asistir a su compañero, mientras uno de ellos pide por refuerzos para contener al cazador.
Su camino lo lleva hacia la última habitación que lleva el número 415, allí lo espera Oscar junto a su secretaria y más de una docena de agentes y policías:
Oscar: “Martin, intenta calmarte por favor”
Martin: “Estela…Estela…” – se acerca lentamente, haciendo que todos los policías apunten al cazador con sus armas
Oscar: “¡¿Qué es lo que hacen?! ¡Bájenlas, o acabaran lastimados!”
Martin: “Estela…lo siento…lo siento” – continúa caminando, con lágrimas cayendo de sus ojos
Oscar: “Martin, por favor hablemos un momento”
Martin: “Oscar…” – se detiene hasta quedar cara a cara con Oscar, al levantar su mirada la expresión es de tal ferocidad que el presidente siente como un escalofrío sacude su cuerpo, pero no se aparta del camino – “Acaso, ¿deseas morir?”
Oscar: “Déjame explicarte que ocurrió”
Martin: “No, no…solo…apártense”
Nadie lo detiene, tan solo la pequeña expulsión de su sed de sangre es lo suficiente para obligarlos a dejar caer sus armas en el suelo. El miedo es tan grande como para que todos sientan miedo de morir tan estúpidamente al enfrentarlo. Entonces y sin poder de oposición, los agente y policías se apartan del camino formando un pasillo, como si fuera la final de un partido de futbol y se estuviera coronando un campeón.
Mientras atraviesa el pasillo, Oscar camina a su lado intentando explicarle, aunque el joven cazador continua rechazando las palabras:
Oscar: “Martin, intenta calmarte, no servirá de nada si llegas de la nada y golpeas a medio mundo”
Martin: “Después de lo que he visto, no deberías decirme eso. Por favor Oscar, deja de intentar detenerme”
Oscar hace caso a la advertencia de Martin y se detiene a medio camino, observando a lo lejos como el entra a la habitación e impactado por la desesperanza en su mirada. Mientras eso ocurre, el presidente se toma del rostro y exclama:
Oscar: “Que gran equivocación la de Fortaleza al atacar el gremio y entre sus víctimas, una de las personas más importantes para él. Han despertado a una bestia que permaneció oculta, sin ánimo de destacar, ahora que ha visto como es el mundo no le quedaría otra más que…” – se detiene un momento – “creo que debo reunir a los gremios para discutir la situación, antes de que se nos vaya de las manos”
Dos camas en la misma habitación, sabanas cubiertas de sangre atestiguan lo que fue una terrible pelea contra tres peligrosos cazadores provenientes del extranjero, decenas de cables cubren los cuerpos, sondas por doquier y respirador artificial conectados a ellos, Estela y Octavio son atendidos por un grupo de enfermeras y médicos que diagnostican múltiples heridas graves, huesos rotos, inclusive órganos comprometidos.
Martin mira horrorizado la condición de ambos mientras se apresura a ir con Estela, gritando su nombre una y otra vez, desesperado, sintiendo como el miedo se adueña de él, temiendo que ella no lo logre, algo que no quería desde el fondo de su corazón.
Un par de enfermeros intenta escoltarlo hacia la puerta tomándolo de los brazos, pero la enorme presión que ejerce hace que acaben en el suelo sin poder oponerse:
Martin: “Estela…yo…no pude protegerte” – cae de rodillas frente a la cama donde se encuentra ella – “Volví a fallar, como en la mazmorra arácnida…soy un inútil…soy un inútil…he fracasado” – su expresión se vuelve triste, llena de angustia y muchos sentimientos terribles que lo agobian, destrozando su corazón
El hecho de ver a la mujer que ama en tal terrible condición, hace que un silencioso, pero increíblemente poderoso estruendo de poder haga quebrar el edificio entero, causando un gran revuelo entre quienes están dentro, hasta que es detenido por Arakneida en su forma humana, quien se abalanza por detrás y lo envuelve con sus brazos:
Arakneida: “Tranquilo, estoy aquí…cálmate, ella está estable” – lo contiene para calmarlo, mientras le acaricia la cabeza de forma maternal
Nivel de poder manifiesto: 10%
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