Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 36
- Inicio
- Limit Breaker: Conquistando Mazmorras
- 36 - Capitulo XV: Preludio de una masacre anunciada Parte 4
En los pasillos fríos y solitarios del Hospital, espera sentado en el suelo un Martin tan profundamente triste, que ni Marcos, ni Macarena, tampoco Laura, se animan a decirle algo, solo las profundas condolencias por lo que ha pasado, y que, si necesita algo, lo que sea, que puede contar con ellos. Pero solo una frase salió de su boca durante horas, con sus ojos hinchados y una vulnerabilidad que entristece a los demás a su alrededor:
Martin: “Solo…yo quiero estar solo…por favor” – dice con voz temblorosa
El lugar que estaba abarrotado de agentes y policías, ahora está desierto por ordenes de Oscar, todos esperando afuera y lo que puede llegar a suceder más tarde.
Desde su sitio, el cazador espera a que su amada y compañero puedan superar la grave crisis que han traído los del gremio Fortaleza, y que acabo con tal desgracia.
Marcos y Laura se acercan solo para estar a metros de él, mirándolo compasivamente, pero no por lastima, sino de un profundo respeto por alguien que ha salvado la vida de uno de ellos y que ahora necesita ayuda, que de alguna manera esta rechazando para no dañar a nadie:
Laura: “Ha estado así desde que llegamos. ¿No hay algo que podamos hacer?” – pregunta mientras lo ve arrodillado, posición que no cambio en horas
Marcos: “El nos ha pedido que no hace falta hacer nada”
Laura: “Y esa mujer que salió de esa habitación, ¿no resulta extraña?”
Marcos: “Ahora que lo dices puede ser, pero si se conocen no creo que haya problema”
Laura: “Aun así, verlo tan decaído, es demasiado angustiante” – deja escapar entristecida
Marcos: “No se puede evitar Laura, son decisiones personales, lo mejor que podemos hacer es respetarlo y…”
Detrás, una voz femenina los hace exaltar, moviéndose hacia delante:
Arakneida: “Lo mejor es dejarlo”
Marcos: “Demonios, me hiciste asustar” – se toma del pecho por el susto
Laura: “¿Quién eres?”
Arakneida: “No tengo que responderles”
Marcos: “¿Huh?”
Arakneida: “Pero por orden de mi señor, estoy obligada a contarlo, solo si ustedes y la otra pequeña guardan el secreto”
Laura: “Entiendo”
Marcos: “Esta bien, cuéntanos todo lo que puedas”
Arakneida lleva a la pareja a la cafetería, donde los espera Macarena quien ya fue convocada por el monstruo arácnido, sin saber la clase de historia que tiene Martin oculta, y el poder que alberga.
Después de que el grupo se retira, Julio y María llegan apresurados hasta la puerta de la habitación donde están Estela y Octavio, allí se encuentran con Martin arrodillados y mirada sobre el suelo, y brazos caídos.
Al escuchar los pasos que llegan hasta el, levanta su triste mirada hacia los dos cazadores recientemente incorporados en el gremio Victory, ambos se inquietan por tal persona demacrada, y rápidamente se dan cuenta que es Martin, su líder y maestro:
Julio: “H-Hola Martin, es un placer, aunque las circunstancias no seas las mejores” – extiende su mano, pero sin respuesta alguna la retira – “Venimos en cuanto supimos de lo sucedido, mis disculpas ante todo”
María: “Julio” – le golpea el brazo con su codo – “Se mas educado con la situación”
Julio: “Lo siento mucho”
Martin: “N-No…esta bien” – responde en tono débil – “Se quienes son…y les doy la bienvenida…Julio…María”
Por un momento, Julio ve cuanto ha pesado el cobarde ataque brasilero sobre el gremio, culpándose a si mismo por no haber estado y dado apoyo para ayudar a que tal resultado se haya dado. Su querida esposa lo toma con fuerza de la mano, ayudando a despejar sus malos sentimientos y lograr alcanzar a Martin, quien no posee la fuerza necesaria para seguir, no al menos hasta que se recuperen de las graves heridas.
Mientras intentan charlar con él, Julio se sienta a su lado, dejado un espacio entre ellos que es donde se encuentra la puerta. Antes de decirle unas palabras intercambia miradas con María, para que se retire unos momentos y así dejar que hablen a solas:
Julio: “Enti…”
Martin: “Llegue tarde ¿sabes?” – interrumpe – “No pude hacer bien mi trabajo, no evite que ese cazador muriera de una manera horrible, ni pude evitar que Octavio sea lastimado a ese grado, ella…” – aprieta su puño y llora – “este es mi mayor fracaso, jure desde que mi padre falleció tan solitariamente en aquella mazmorra, que nadie más moriría…que jamás llegare tarde, pero…”
Julio: “Nadie queda exento de llegar tarde a algo, Martin”
Martin: “¿Huh?” – mira a Julio
Julio: “Esto podrá ser diferente, pero si lo piensas…nadie puede llegar a todos lados sin mediar consecuencias. Es cierto, lo que paso fue una desgracia, y es cierto, se pudo haber evitado. Te contare algo gracioso, antes fui cazador y mi trabajo era muy importante como tal, en ese momento estaba de novio con María. Fue una época dura, en la que las mazmorras salían masivamente, algo que sucedía muy rara vez, y…bueno…participaba en al menos 5 mazmorras a la semana”
Mientras Julio le cuenta su anécdota entre risas, Martin no evita sentir una cierta admiración por el cazador apodado, Fénix, quizás recordándole un poco a su padre o el hecho de que desborda de confianza, algo que en ese momento no posee el joven:
Julio: “Lo cierto es que sucedió algo inédito, y es que en una semana participe en 7 mazmorras, llegue a olvidar mi propia boda, pero pude llegar a ella gracias a un compañero de misión que era especialista en magia especial. Llegue, pero tres horas tarde, todos se habían ido, pero allí estaba ella…vistiendo un hermoso vestido blanco, con bordado gris en forma de flor, sentada en un banco de madera y sosteniendo flores. Me había esperado todo ese tiempo. Fue el momento mas hermoso de mi vida, y nunca me ha abandonado a pesar de que su padre quiso que se fuera del país para conocer a otros hombres cuando me encarcelaron. Curioso ¿no? Ella es surcoreana, y aunque fuera una cultura machista, nunca ha aceptado el mandato de su padre”
Aun en su situación, Martin suelta una carcajada, siendo acompañado después por Julio. Después de relajarse un poco, y que el joven cazador pueda sacarse algo de la amargura y tristeza, Julio se pone de pie y le vuelve a extender la mano a quien será su líder:
Julio: “Es por eso que no debes culparte, y no es tiempo para poder amargarse, debes levantarte con mas fuerza que antes y continuar. Además, ellos siguen luchando, tienes que hacer lo mismo”
Martin: “Si…” – le toma la mano, y es impulsado hacia arriba
Julio: “Ahora ¿Qué harás?”
Martin: “Ellos no pueden ser curados ya que no es una enfermedad o infección”
Acaricia con su mano la puerta mientras Julio mira al joven, confundido por sus extrañas palabras pero que comienzan a tener sentido por lo que Estela les ha contado de él. Entonces guarda un momento de silencio, esperando la respuesta de Martin.
Lo primero que llega a su mente, es una opción concreta de ignorar lo sucedido, y continuar como siempre. Sin embargo, el ataque acabo por hacer oficial las hostilidades hacia Argentina, y sin importar que acción se tome, ellos seguirán y seguirán dañando, llegando a pensar que su madre puede estar en peligro de ser herida o aun peor, por eso no puede permitírselo.
Martin se quita el polvo de la parte trasera de su pantalón y mira a los ojos de Julio, sentenciando sus palabras:
Martin: “Vamos a aplastarlos en su propio país” – su expresión se vuelve feroz
Julio: “Me esperaba algo así, y no dudo que es interesante, pero estas omitiendo cosas importantes”
Martin: “¿Cómo qué?”
Julio: “Primero inconveniente, yo no iré, acabo de salir de la cárcel y no deseo arruinar mi situación para provocar un desastre internacional que lleve a una guerra, y eso es el problema siguiente, la diplomacia”
Martin: “La diplomacia se la han pasado por el trasero al atacar a Oscar siendo el presidente de la A.A.C.”
Julio se molesta al enterarse de que paso con Oscar, ver sus heridas le hicieron pensar durante días que fue lo que le había sucedido para terminar tan mal:
Julio: “Oh, con que eso paso” – se molesta – “ese bastardo no me ha dicho nada”
Martin: “Ellos cruzaron la línea, y no me pidas ser clemente”
Julio: “Entiendo lo que dices, pero sigue siendo arriesgado, además no tenemos la manera de como hacerlo, y por lo que se…tu relación con Oscar se vio afectada…”
En ese momento, Oscar se aparece ante ellos, portando su característico traje de trabajo color azul, y sosteniendo una chaqueta del mismo color para el día tan fresco primaveral.
Julio se acerca al presidente de la A.A.C y lo toma del cuello de su ropa, mientras le recrimina el porque no le conto nada, Martin mira hacia un costado, avergonzado por el violento trato, a pesar de que siempre a estado de su parte todo el tiempo, ayudándole inclusive desde su posición.
De repente, Oscar lo toma del hombro, sorprendiendo gratamente a Martin, quien lo mira con sus dos ojos abiertos de par en par, ya no entristecido, sino con brillo de esperanza:
Oscar: “Ellos estarán bien, te lo aseguro. Mientras tanto tenemos que organizarnos”
Martin: “¿Organizarnos, para qué?”
Oscar: “Tu sabes a que me refiero”
Martin: “Si” – dice sonriente
Oscar: “Por cierto, Julio”
Julio: “¿Qué?”
Oscar: “Ya estuve tirando de hilos, lo que ocurra a partir de aquí, no hará que te envíen a una cárcel”
Julio: “Eso significa…”
Oscar: “No te contengas allá”
Martin: “Bien, es momento finalmente”
Se acercan entre los pasillos, Arakneida, Marcos, Laura y Macarena, ya sabiendo la historia de Martin, sintiendo un enorme respeto por el y con mayor seguridad por ser parte de Victory. Al mirar a cada rostro de ellos, donde puede encontrarse con una gran lealtad de su parte, Martin vuelve a sonríe y termina:
Martin: “Demos inicio…a la venganza contra el Fortaleza de Brasil” – camina al frente con su grupo detrás siguiéndolo – “¡En su propio territorio!”
Inmediatamente la respuesta fue abrumadoramente positiva, todos siguiendo a Martin por su gran carisma y valor, también porque el no ve a sus miembros de gremio como herramientas, sino como compañeros leales a quien respeta y respetara sin importar que sucede. Mientras los ve alejarse a través del pasillo, Oscar saca de su bolsillo el teléfono celular y se comunica con el centro de migración:
Oscar: “Esteban, ¿podrías hacerme un favor? Necesito que envíes a la dirección que te daré unos pasaportes a Brasil, la A.A.C se encargara de los gastos. Perfecto, muchas gracias, adiós”
***PARTE II***
Mientras tanto en la sede principal del gremio Dark Eagle, William se encuentra el sofá de su oficina, mirando la televisión y bebe whiskey, esperando noticias de las mazmorras en el caribe por las que esta en pleno conflicto con el gremio cubano, Revolución Caribeña.
Su descanso es interrumpido por delicados golpeteos a su puerta:
William: “Si, pasa de una vez” – eleva su voz desde la comodidad del sofá sin voltearse a mirar quien entra
La puerta se abre, y entra un joven de cabello largo color rojizo, muy atractivo y de mirada seductora, que deja mortificadas a las señoritas que deja a su paso por la sede, muchas añoran tener una cita, y otras una noche placentera con él, sin embargo, su función es clara y muy superior a la de todos, siendo el vice maestro y segundo al mando del gremio, no puede dejarse llevar por ciertas cosas:
Jeff Armstrong: “¿Qué no te cansas de ver esos programas tontos?” – lo regaña mientras se acerca a William
William: “Solo disfruto mi único momento del día para descansar, ten…” – agarra una silla y la coloca a su lado – “Toma asiento y dime a que vienes. ¿Quieres alcohol, o bebida?”
Jeff: “Solo café, gracias”
William: “Bien, allí está la máquina, sírvete”
Jeff: “Eres un holgazán, ¿lo sabias?”
William: “Me lo han dicho alguna vez, pero ya no viven”
Sus palabras, sin duda, no dejan de incomodar a Jeff, que a pesar de conocerse durante mas de 10 años, siendo el apenas un niño y William, un joven que lo rescata de un derrumbe durante el ataque de monstruos que escaparon de una mazmorra, aun cuesta descifrarlo. En ocasiones resulta ser agresivo que no tendría dificultades en devastar un país entero si se encuentra molesto, como lo sucedido en Georgia donde elimino a toda su fuerza militar porque no le ofrecieron un whiskey, y en otras, defiende a todos los miembros de su gremio como si fuera lo más preciado para él, en otras palabras, su gran ambigüedad radica en el poder que posee:
Jeff: “No bromees con eso, ¿quieres?”
William: “¿Traes algo para mí?”
Jeff: “Si, ten” – le entrega unos periódicos de los medios mas importantes de Brasil, donde se relata la noticia sobre lo sucedido con el gremio Victory
William: “Oh, pero que emocionante se ha vuelto esto” – sonríe, mientras libera una gran cantidad de energía que hace temblar el edificio entero – “Me pregunto quién será el que venza”
Comments for chapter "36"
QUE TE PARECIÓ?
Wooooooo cada ves ma emocionante