Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 39
Mientras ocurre el repentino ataque a la sede del mayor gremio de Brasil, los medios locales y rápidamente los internacionales se hacen eco de lo que está ocurriendo, surgiendo en los portales digitales de noticias miles de artículos. A pesar de que el autoritario gobierno brasilero intenta censurar cualquier noticia que haga dudar de su poder y credibilidad ante el mundo, la velocidad de subida de información supera con creces, y después de casi una hora de iniciado el ataque, todos en el país saben que alguien decidió hacer justicia.
José intenta ordenar a todos los cazadores que puede en torno al edificio de la sede, sin embargo, cada uno cae inconsciente y derrotado por las poderosas arañas, que a pesar de ser débiles respecto al nivel del maestro y varios rangos S, inclusive el mismo Daniel rango SS+, ellas los superan en números casi diez veces.
En su afán de mantener el orden entre los cazadores, José corre hacia Daniel, mientras este mantiene su posición y busca con la mirada a Damina y Samantha, sus amigas de toda la vida, sin encontrar rastro de ellas:
José: “Daniel, ve con Sefish, tenemos que proteger el edificio hasta que amanezca y venga el ejército” – le dice al cazador de su elite que se encuentra más cercano
Sefish: “Lo mejor será no molestarlo, está queriendo proteger a esas estúpidas” – advierte a José, conociendo mejor a Daniel en su afán de proteger a sus amigas
José: “Tu solo acata mis órdenes”
Sefish: “¡Siiiii! Todo sea por pelear” – sonríe mostrando sus filosos dientes y enormes orejas de animal asomándose en su cabeza
José: “¡Daniel, acércate al edificio!”
Desde su lugar, Daniel no responde y continua en su sitio, doblegando con su magia de gravedad a cada araña que lo ataca, aplastándolas, despedazándolas o simplemente usando su magia de fortalecimiento para arrancarles sus extremidades el mismo, nada podría detener al mejor cazador de Sudamérica en la búsqueda de sus amigas:
Daniel: “Maldita sea, les dije que no se separen de mí, ¿Dónde mierda están?” – busca desesperadamente a ambas chicas, apenas distinguiendo siluetas entre la oscuridad
José: “¡Daniel, con un demonio, te ordeno que protejas el edificio! ¡por única vez en tu despreciable vida haz caso!”
Daniel: “T-Tengo que encontrarlas, urgentemente” – responde en voz baja
José: “Daniel, bastardo infeliz ¡te dije que vengas hasta aquí y proteger el puto edificio con los rangos S+!” – vuelve a gritarle, esta vez furioso de que no responda su orden
Daniel de pronto mira a unos treinta metros dos siluetas femeninas, siendo rodeadas por enormes cuerpos con patas repugnantes. Allí están Damina y Samantha, bajo el incesante ataque arácnido. Sin dudarlo corre a toda velocidad hacia donde se encuentran ellas, pero en el camino José lo toma del brazo y lo obliga a obedecerlo sin oponerse.
Entonces Daniel se voltea y con una expresión feroz, casi con intenciones asesinas le responde:
Daniel: “¡Suéltame o te mato!” – lo amenaza sin importarle que fuera su superior dentro del gremio
Al percatarse de que podría acabar en un enfrentamiento innecesario con Daniel, José lo suelta y permite que vaya a rescatar a ambas cazadoras bajo ataque. Clarice se le acerca por detrás con malas noticias en todas las entradas que rodean el lugar:
Clarice: “Estamos rodeados, y ese imbécil de Daniel. ¿Qué haremos?”
José: “No hay nada que se pueda hacer con ese ingrato de Daniel, por ahora vamos a asegurarnos que el edificio quede intacto, tenemos que aguantar hasta que llegue el ejército”
Clarice: “¿Y si no lo logramos?” – duda de poder aguantar como dice su jefe
José: “Entonces estamos acabados” – responde al ver lo superados que se encuentran
***PARTE II***
En la entrada Este del complejo muy bien protegido, Julio se acerca con pasos elegantes y fumando un costoso cigarro, mientras mantiene un ojo vigilante sobre su esposa para evitar que sufra algún ataque cobarde o que no pueda enfrentar.
Sus pasos se detienen al ser rodeado por cazadores entre rango D y C, nada complicado para Julio quien, sin moverse en lo absoluto, produce un espiral de fuego que lo rodea al mismo tiempo que se expande hasta impactar a sus enemigos, lógicamente sin causar daños serios a los demás. Pero antes de que pudiera retomar su camino, un enorme muro de picos helados se cruza en su camino impidiendo que continúe hacia el edificio:
Julio: “Picos de hielo, ¿eh? Supongo que acabo de encontrar a mi némesis”
Clarice: “Mas que némesis seré quien te asesine aquí precioso” – le responde sentada sobre un pedazo de huelo regular desde la altura
Julio: “Señorita, debería bajar para que podamos intercambiar palabras. No deseo golpear a una dama” – le dice cordialmente
Clarice: “Hermoso y con buenos modales, vaya bastardo, me encantaría aplastarte en mi cama. Sabrás lo que te conviene” – lo intenta tentar para tener relaciones a pesar de que la situación no es la correcta
Julio: “¿Sabes?” – da una pitada a su cigarro y lo arroja a un lado, empujándolo con sus dedos de manera elegante – “No creo que se pueda, tengo una esposa y ella lo es todo para mí. Escojo la muerte antes que serle infiel”
Clarice: “Así que solo eres un tonto aburrido, que asco, ¡ya me desagradas!” – se molesta ante tal rechazo
Julio: “Opino igual señorita vulgar” – concuerda con su enemiga respecto a ella
Al decir esto, Julio se para firme sobre su posición y mantiene su mirada sobre la mujer que aún sigue sentada sobre aquel asiento de hielo:
Clarice: “¡No te creas la gran cosa solo porque seas muy atractivo!” – le arroja varios picos de hielo
Julio: “Estas muy equivocada conmigo, no me creo la gran cosa” – levanta su mano y de ella salen intensas llamaradas que derriten los picos helados – “Jamás me atrevería a creerme algo que no soy, porque lo que me define son estas acciones” – termina sin inmutarse
Tras decir estas palabras, una sensación agradable inunda el interior de Clarice, llegando a admirar a su enemigo por lo honorable y sincero, pero también contundente a su manera. La locura que desgarra su mente ya violenta, hace que busque desesperadamente a la esposa de Julio, para matarla y que el cazador se quiebre, y finalmente que pueda pertenecerle a ella.
Da un pequeño salto hacia abajo, cayendo violentamente contra el suelo y se apresura a correr hacia donde se encuentra María, sin embargo, Julio se interpone al darle un puñetazo en el rostro de la cazadora brasilera y arrastrando su cuerpo por los suelos de regreso a la barrera de hielo e impactando violentamente hasta derrumbarlo:
Clarice: “Creo que ser un caballero con las damas se acaba con tu paciencia, ¿no, bastardo?” – se quita con la mano sangre de sus labios mientras se pone de pie
Julio: “Me malinterpretaste, mi sentido de honor y caballerosidad abarca muchas cosas, pero una de ellas no es el permitir que hagan daño a mi esposa. Si tengo que matar a una mujer…”
El carácter honorable de Julio proviene de una educación centrada en la alta sociedad, donde la elegancia, el conocimiento y el buen hablar debe serlo todo, y más aún para una familia como los Domenico, quienes han representado durante el siglo XXI una gran importancia para el país en el sector energético.
Como primogénito y mayor promesa para la familia, Julio representaba todo lo que era necesario para llevar a lo más alto a los Domenico en una nueva energía, los cristales de mana, que en la actual representa el 80% del poder energético del mundo.
Sin embargo y con el desagrado de obedecer a sus padres para tal tarea tan retrograda donde se debía hacer cargo del negocio familiar, ante eso Julio opta por volverse cazador, y acompañado por su despertar, abandona a los Domenico. Con el correr del tiempo la relación con sus padres se quiebra aún más cuando a los años siguientes, Julio les cuenta por una carta que se encuentra saliendo con una surcoreana y que se mudaran en Buenos Aires, muy cerca de la A.A.C.
Durante la mayor parte de su vida fue criado con un propósito, ser alguien elegante hasta en su actuar y por ser nueva cabeza de los Domenico, aunque al poco tiempo su familia acaba en la quiebra y reuniendo el valor suficiente, tanto Julio como sus padres logran reconciliarse, sin embargo la tragedia que provoco Fabio destruyo todo lo que se había logrado, pero eso ya no importa para el sino el bienestar de su esposa, su amor y a la que le debe mantener siempre su cordura ante enemigos, sin embargo, esto cambia cuando alguien intenta lastimarla. El abandona su elegancia y adopta una feroz actitud:
Julio: “¡Lo hare, matare a quien intente lastimarla!” – grita iracundo mientras llamas lo envuelven
Clarice: “Me equivoque, no eres solo palabras, me encantas. ¡Quiero que seas mío!” – enloquece mientras ensambla pedazos de hielo, dando forma a un cañón – “Te aplastare, para que seas mío, ¡jajaja!”
Al terminar de crear tal arma, la levanta como puede y esbozando una sonrisa sádica, Clarice apunta hacia Julio, con intenciones de congelarlo para tenerlo como trofeo de guerra y posteriormente mantenerlo como esclavo para sí misma:
Clarice: “Prepárate para saludar a mi amiga”
En medio de la batalla, Clarice presencia a varios cazadores que se abalanzan sobre Julio. Sin importarle sus compañeros, la cazadora de rango A+ dispara poderosas municiones de energía gélida, que acaban impactando primero en un cazador y luego llega hasta Julio, volviendo hielo varios metros por la peligrosa expansión.
La cazadora se acerca apresurada a ver su premio helado, con rostro feliz como de una adolescente enamorada. Cuando llega a la enorme figura de hielo, nota que pequeñas gotas de agua caen de la estructura, debido a una intensa temperatura que derrite lentamente el ataque de Clarice:
Clarice: “¿He? ¿Q-Que está pasando?” – retrocede unos pasos mientras ve como cruje el enorme hielo – “¡N-No…no no…no no no!” – se altera al ver que el hielo se quiebra
Mientras Clarice se altera al ver su ataque siendo repelido, Julio sale cubierto por una armadura de fuego y alas de ave en su espalda, bajo una intensa temperatura que lo ha protegido del violento ataque de la brasilera.
La luz que brota de las llamas ilumina varios metros, divisándose cadáveres de arañas y cazadores desmayados, representando las bajas del conflicto.
Julio desvía su mirada en los cazadores que se interpusieron en la pelea, aquellos que habían sido congelados ahora se encuentran sanos y salvos gracias a las llamas de él y sus extrañas propiedades curativas, a pesar de que su clase es tank.:
Julio: “Atacaste a tus propios compañeros, y sigues enloquecida por lastimar, no tienes honor y desbordas de maldad. Al final no eres diferente de los monstruos” – la mira indiferente
Clarice: “¡Ya cállate, eres tan molesto!” – vuelve a apuntar con su arma al cuerpo de Julio – “Todos los que están por debajo de mí son meras herramientas. ¿Sabes qué? ¡Dejaste de interesarme!”
Julio: “Tu castellano es bastante bueno”
Clarice: “Por supuesto que lo es, todo gran gremio debe tener su cuota de miembros cultos, en este caso la dominación del idioma castellano”
Julio: “Es muy tranquilizador saber que no me tengo que contener contra ti ahora que estamos comunicándonos” – su cabello prolijamente cortado se eriza con movimientos leves hacia arriba, mientras los ojos liberan pequeñas llamas
Clarice: “Entonces ven, si te atreves” – de su boca salen gélidos alientos y los ojos se vuelven azules
***PARTE III***
En el lado Sur de la sede, José y varios cazadores de los más fuertes siendo liderados por Sefish, defienden al edificio, único bastión entero del gremio, mientras esperan al ejercito a que acuda para ayudar:
José: “¿Dónde mierda esta Clarice? ¡Carajo, le dije que no se fuera!” – dice irritado, buscando a su compañera y subordinada por todos los rincones, hasta que ve a lo lejos el choque de fuego y hielo – “Allí esta, ¿pero quién es ese?”
Sefish: “Parece que estas arañas no vienen solas”
José: “¿Adiestradas por humanos? Tiene que ser una broma” – exclama mientras le arranca la cabeza a una araña Lukorio
Entre la oscuridad, una luz roja se vislumbra junto a varios cazadores que salen volando hacia ellos. Sefish se acerca al que ha caído más cerca:
Roger: “S-Señor…e-estamos perdido, por favor…tenemos que abandonar…lo más rápido…este lugar…” – se desmaya luego de decir eso
Sefish deja al cazador en el suelo con mucho cuidado, y mira hacia el frente en línea recta, sintiendo una presencia muy abrumadora que, a pesar de no verse, fácilmente supone que no es humano.
Dando una mayor atención con sus habilidades sobrehumanas siente unos pasos lentos, pero con cada pisada la tierra tiembla, y cada fibra nerviosa, huesos y musculo del cuerpo de Sefish saben del peligro inminente que se acerca:
Sefish: “Vaya, jamás imagine conocer a alguien así de poderoso. Tú debes ser quien ha ordenado el ataque…” – mira a una persona que sale de la oscuridad – “Imagino que eres un rango S+ o quizás mucho más poderoso”
Martin: “No quiero pelear contigo, solo quiero a tu maestro y a un tal Daniel”
Martin se acerca caminando con mucha tranquilidad, hasta pasar por al lado de Sefish, quien apenas se da cuenta y rápidamente lanza un zarpazo contra el cazador, sin embargo, lo esquiva y retrocede hasta su anterior posición:
Martin: “Eres rápido, ¿huh? Orejas, cola, garras y colmillo de bestia, ¿eres humano?” – se impresiona por la extraña apariencia bestial de Sefish
Sefish: “Oh, ya veo. Tu país es tan débil en el negocio de los cazadores que no tienen humanos domadores. Te lo explicare brevemente, como sabrás existen varios elementos, y uno curioso es el de fortalecimiento, que sucede gracias al elemento tierra, pero existe una variación” – le comenta con calma
Martin: “¿Una variación?”
Sefish: “Exacto, esa variación se denomina Domador, aquellos cazadores que logran ese elemento de fortalecimiento, pueden nacer también con características de bestia. La diferencia es que con el fortalecimiento ganas más poder y resistencia, pero como domador obtienes más velocidad, agilidad, inteligencia y eres más letal”
Martin: “Entonces solo hay que ser más rápido y fuerte. Suena genial, y entiendo el porqué de mi desconocimiento, ahora podrías dejarme…”
Sefish desaparece velozmente de su vista, para aparecer repentinamente a un costado con sus garras apuntándole en el cuello, acción que Martin predice sin dificultad y bloquea al tomarlo de sus manos muy rápidamente:
Sefish: “¡I-Imposible!” – queda perplejo de que lo haya superado en su especialidad
Martin: “No quiero lastimar a nadie” – le dice susurrante
Después de eso, Martin golpea varias veces en el estómago de Sefish y de un puñetazo al rostro lo envía contra la entrada de la sede, derribando con el cuerpo la puerta y atravesando la pared. Pero antes de impactar contra el edificio, el tiempo en su mente se vuelve lento y esto permite que un pensamiento se cruce por su cabeza como un arrepentimiento:
Sefish: “Ah, estamos perdiendo de manera brutal, y ni siquiera tuve mi primera relación, odio ser virgen, jeje. Supongo que es lo que nos pasa al meternos con alguien tan jodidamente poderoso, o, mejor dicho, alguien que ha vivido oculto y tuvimos la mala suerte de joderlo…vaya jodida mala suerte…Martin…en verdad…eres el ser vivo más peligroso de este mundo…pero hay más peces grandes en este estanque pequeño, ya lo enten…” – el impacto contra la puerta calla sus pensamientos de forma abrupta
José encoge en hombros al ver el cuerpo inconsciente de Sefish impactando contra el edificio, luego mira hacia la penumbra los cuerpos desmayados de la elite de su gremio, sin haber podido oponerse el enemigo y allí Martin se acerca con rostro serio, mientras la presión aumenta incontenible sobre los brasileros restantes en toda la sede, temiendo solo con acercarse a donde está el joven cazador.
Finalmente, Martin confronta cara a cara con José, siendo de casi la misma estatura, quien observa manteniendo su compostura al joven:
José: “Supongo que no has venido con algún interés concreto, ¿verdad?”
Martin: “No, solo he venido por ti, tu gremio y por el bastardo que hirió de gravedad a Estela y Octavio”
José: “Una cuenta pendiente entonces, ¿he? No es de extrañar, aunque hay alguien que quizás no esté muy buen humor ahora”
Martin se voltea y mira a Daniel acercándose a donde se encuentran, ya habiendo rescatado a sus amigas, el brasilero se da cuenta de que el argentino ha llegado para enfrentarlo en venganza por lo de Estela:
Daniel: “Si…” – se detiene apenas a unos metros de Martin – “Se quién eres, lo noto en tus intenciones”
Martin: “Ahora entiendes porque hoy se acaba la existencia de este gremio, he venido para ajustar cuentas con ustedes y dar fin a futuros conflictos con mi gente y mi país”
Daniel: “Me parece bien”
Comments for chapter "39"
QUE TE PARECIÓ?