Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 58
En la Asociación Argentina de Cazadores…
El caos que desde hace días se había producido, se multiplicaron de manera enérgica, decenas de oficinistas y cazadores corren de un lado hacia el otro por los pasillos y el salón donde sonidos digitales y metálicos, hojas caerse al suelo y agitados movimientos, muestra que las cosas están terriblemente mal.
Oscar trabaja en su oficina, en silencio y con pilas de documentos, hojas impresas, gráficos y fotografías que al menos alcanzan los casi metro y medio. Tal es así que junto al presidente se han acumulado unas doce tazas de color pastel, y en sus restos se haya café, y no dale común sino del fuerte y que no permitiría que quien lo beba, pase un solo minuto de sueño.
La condición del hombre es algo penosa, pues sin haber dormido por días, las ojeras eran prominentes en su rostro, apenas puede mantenerse erguido y ciertamente el solo hecho de mirar al sofá de su oficina, a solo metros de él, es suficiente como para que caiga al suelo, desmayado por el sueño.
Una de las secretarias de Oscar entra a la oficina, mostrando un rostro que, si bien es precioso a la vista, no queda exenta de verse demacrado por el cansancio. Esta señorita porta una pila pequeña de documentos destinada a que el presidente cumpla con su trabajo, pero la expresión de este es puramente de desagrado por tener que seguir trabajando en tales condiciones. Una vez la chica se marcha, Oscar abre sus ojos y mira a un costado muy cerca de la puerta, encontrándose con una silueta femenina sentada en el sofá:
Oscar: “Creía que estabas en una misión importante, señorita Arakneida”
Arakneida: “Lo estoy, mi copia está protegiendo a mi señora, una habilidad muy útil obtenida hace poco” — se pone de pie y camina hacia Oscar, revelando una nueva apariencia, mucho más atractiva y poderosa — “pero tengo que hablar contigo”
Oscar: “Esa apariencia” — deja escapar, impactado ante tal belleza de mujer, aunque fuera un monstruo con su forma humana, pero lo que más le llama la atención es la abrumadora aura que la rodea — “este chica…¿Qué le pasó? Siento que su poder a explotado a un nivel diferente” — piensa sorprendido
Arakneida: “¿Vas a escucharme?”
Oscar: “Oh, sí, claro. Toma asiento” — le hace seña para que se siente sobre la silla de madera apostada frente al escritorio — “dime ¿Qué sucede?”
Arakneida: “Puedo ver que hay mucho trabajo aquí, significa que algo ha pasado en la Antártida ¿cierto?”
Oscar: “No puedo esconderlo, obviamente perdido contacto con el grupo y estamos intentando saber que pasó. Inclusive estamos movilizando muchas tropas y cazadores”
Arakneida: “Mi situación es la misma, pero ahora pude recuperar la conexión. Aun así, tenemos problemas graves y por eso hay que prepararse con todo lo que tengamos”
Oscar: “¿Eh? Y-Yo…no entiendo a qué te refieres” — se toma la cabeza y suspira — “hace días no duermo y mi cerebro…”
Arakneida: “Oscar”
Al escuchar su nombre desde la boca de Arakneida, este mira como su rostro se encuentra serio, y por ese motivo debe corresponder con la misma seriedad:
Arakneida: “La Antártida ya no forma parte de este mundo”
Oscar: “¿Qué? ¿puedes explicármelo?”
Arakneida: “En una primera instancia, yo también me preocupe porque no podía comunicarme con mi señor. Luego me di cuenta que no había fallo algún, salvo por un tema…” — se detiene, dando un pequeño silencio tétrico — “el continente completo se ha convertido en una mazmorra, por completo”
Sintiendo muchos nervios, intriga, y miedo por lo que este sucediendo en aquel lugar, Oscar no puede creer que eso ocurra, siendo que para volver un territorio de otro mundo en una mazmorra entera se requieren cantidades masivas de maná y mucho más si es un continente entero. Esto repercute mucho más en el presidente, puesto que jamás habían predicho que tal suceso fuera real, y que posiblemente la existencia de un monstruo cuyo rango sea imposible de medir, este detrás de todo:
Oscar: “Necesito procesar bien esto” — no alcanza a vislumbrar la magnitud de tal terrible asunto
Arakneida: “Lamento decirlo, pero no tenemos el tiempo necesario”
Oscar: “Dime una cosa”
Arakneida: “¿Qué?”
Oscar: “¿Y tú, porque razón no has podido comunicarte con Martin? Tengo entendido que tienes una habilidad llamada Lazo ¿cierto?”
Arakneida: “Como bien te explique la última vez que hablamos, esa habilidad permite que estemos en contacto, pueda también sentir las emociones de mi señor y muchas cosas más. Pero durante estos días, más precisamente desde que entraron a la Antártida, perdí todo contacto con él, por lo que empecé a sospechar…ahora que es cierto que el continente se volvió una gigantesca mazmorra, no tengo más dudas”
Oscar: “¿Qué significa?”
Arakneida: “Si una mazmorra de rango menor al mío se manifiesta, yo no sufriré consecuencias, ahora si una de mayor rango al mío surge, pierdo contacto como lo es este caso. Porque hay un agente interno que me impide”
Oscar: “Eso quiere decir que hay un monstruo de rango mayor al tuyo ¿eso es lo que quieres decir?”
Arakneida: “Me temo que es peor que eso, posiblemente sea el Emperador Gigante de la Escarcha el que está detrás de todo”
Oscar: “Espera un momento, entonces si pudiste recuperar tu conexión con Martin, significa que tu rango ahora…”
Arakneida: “Aún es pronto para estar seguros, es cierto que logre evolucionar” — levanta su mano, abre y cierra su puño del cual brotan burbujas toxicas mientras continúa explicando — “hasta fue sorpresivo para mí. Pero no puedo dar más detalles hasta no estar segura de todo. La realidad es que, a pesar de haber recuperado mi conexión, solo puedo sentir, pero no hay comunicación. Es extraño”
Por la forma en la que se expresa la mujer, Oscar comprende la preocupación, entonces se pone de pie y camina hacia una máquina para hacer café. Le hace una mueca para saber si quiere un poco, pero con un leve movimiento de su cabeza, Arakneida no acepta, por lo que Oscar prepara una sola taza, sin azúcar y una vez más con gusto fuerte, para regresar al escritorio:
Oscar: “Movilizar a tal fuerza, solo por una corazonada no es una buena táctica. Inclusive yo intente convencer a los gremios que no participaron, pero ni ellos, ni sus gobiernos aceptaron”
Arakneida: “Entiendo que quizás sin una buena razón jamás aceptarían”
Oscar: “Así es, por eso es que quiero que me convenzas. Se que es innegable que tienes buen sentido, pero con eso no lograremos convencer a los demás gremios” — da unos pequeños y breves sorbos al café — “pero sé que tenemos poco tiempo. En estos momentos las cosas no están del todo bien en el mundo, y por alguna extraña razón se dan justo cuando Martin está en la Antártida”
Arakneida: “¿Qué está sucediendo?”
Oscar: “Al parecer surgieron conflictos extraños, Dark Eagle ha roto de manera ilegal el tratado de paz momentáneo con México, en un pueblo de Ucrania, muy cerca de la frontera con Rumania el segundo gremio más poderoso del Este fue aniquilado, China sufrió la muerte masiva de todos los altos mandos de la dictadura, inclusive de su regente, y así sucesivamente”
Arakneida: “¿Algo que haga alusión a mazmorras o emperadores?” — pregunta, sospechando sobre movimientos de los enemigos
Oscar: “No lo se. Déjame ver” — busca entre las masivas hojas desparramadas en su escritorio y en el suelo — “oh, aquí está” — toma unos documentos debajo de su silla y se lo entrega a la mujer — “en esos documentos hay información sobre ese hecho. Le pedí a mi colega de allí que me informara que ha sucedido. Parece que monstruos salieron de un portal, lo curioso es que no es una mazmorra sino mundo humano ¿sabes que significa?”
Arakneida: “Si, esos monstruos no son cualquiera, sus rangos deben ser superior al S+ y por esa razón sus cuerpos no sufrieron desintegración. ¿Qué más tienes?”
Oscar: “Varios de los cazadores sufrieron mordidas en cuellos, manos, hombros y brazos, sangre drenada, y otros sufrieron mutilaciones, congelamiento a nivel cero”
Los eventos ocurridos en ese pueblo, hacen que Arakneida recuerde algo muy vago respecto a posibles entidades con características similares a las que Oscar le está contando. Monstruos y humanos con su sangre drenada, mutilaciones, congelamiento, todo parecería apuntar a un tipo de monstruo que en perspectiva no representan amenaza por sí mismos, salvo por dos cuestiones que podrían cambiar algo así, los números y el rango.
Estas criaturas en números altos serian difíciles de enfrentar si no es con cantidades más grandes, o en caso de que sus rangos sean tan elevados que obtengan inteligencia y un poder abrumador, lo cual lleva a Arakneida a exclamar de forma contundente:
Arakneida: “No hay duda de ello. He oído hablar de estos monstruos durante mi reinado en esa mazmorra, pero jamás imagine que pudieran estar en este mundo”
Oscar: “¿De qué hablas? ¿los conoces?”
Arakneida: “Por las características que me has dicho, no hay duda que su raza es la de No-Muertos. Posiblemente sean los Emisarios de la Muerte. Las mordidas corresponden a una Vampiresa, las mutilaciones corresponden al Herrero, el congelamiento a un Licht, y existe un cuarto miembro que solo actúa como un monstruo poderoso que le gusta pelear, el caballero de la muerte. Son monstruos de rango superior al S+ y sirven al emperador titiritero”
Oscar: “Eso se oye mal, y según lo que me han informado, Ucrania se ha quedado sin su mejor gremio, para peor se han abierto en el país varias mazmorras de rango A y B”
Arakneida: “Me pregunto ¿Por qué se están moviendo ahora? ¿Qué es lo que les esta impul-?” — sus ojos se abren y se da cuenta de que está ocurriendo — “No puede ser. ¡Oscar! ¿tienes algún contacto con alguien de Estados Unidos o China?
Oscar: “Tengo, pero no he hablado con ellos en meses”
Arakneida: “¡Comunícate con ellos! ¡De paso tenemos que traer a los gremios en la Antártida!”
Oscar: “Hey, dime que está pasando, no puedo hacer nada si no me dices”
Arakneida: “La mazmorra SSS+ en la provincia de Salta, la mazmorra en la Antártida, los Emisario de la Muerte y la movilización de Kassio. No hay dudas, los emperadores están apostando sus bases en la tierra, y ya han movido sus fichas”
Oscar: “Tienes que estar bromeando, se supone que jamás podrían cruzar los portales”
Arakneida: “No hace falta que hagan eso los monstruos comunes, un portal cuyo rango es en este caso SSS+ puede extender su influencia al punto de que no crece la vida, y dependiendo del lugar, los animales autóctonos hasta podrían mutar. Pero es verdad, todo es extraño, porque el emperador titiritero está actuando en tres lugares muy diferentes entre sí”
En cuanto a los pensamientos que llegan a Oscar, no hay mucho que podría hacer con los pocos recursos disponibles, apenas un puñado de gremios que aún están funcionando en el país, debido a que la mayoría está en la Antártida, inclusive las fuerzas armadas se movilizaron hacia el puerto con intenciones de dar apoyo a los cazadores.
Quizás la esperanza es Arakneida, pero según Oscar, aún tiene sus dudas sobre la lealtad de ella para con Martin. Esto es por la circunstancia surrealista que la rodea junto con el asunto de la marca imperial, pero el tiempo se reduce cada vez más.
Con intenciones de mostrar su posición, Oscar tose disimuladamente para atraer la atención de ella y mira imponente, intentando que vea lo sería que es la situación:
Oscar: “Según veo la situación se complicará aún más si Martin continua ausente. Sin embargo, reconozco que aún no confío en ti…solo para que lo sepas”
Arakneida: “¿Heh? ¿a qué viene eso?” — pregunta en voz alta
Oscar: “S-Solo para que sepas, b-bueno…ejem ejem…lo mejor es que me ponga en contacto con unas personas y ver como afrontamos esto” — gira con su silla hacia la ventana y mira fijamente la ciudad con el sol ocultándose
Arakneida: “Si, si, lo que tu digas” — se levanta de la silla y extiende su mano a un costado, abriéndose un portal color violeta
Oscar: “Una cosa más, antes de que te vayas”
Arakneida: “Dime”
Oscar: “¿Te parecería…venir mañana y discutir unas cosas sobre esos monstruos?” — pregunta sin mirarla a los ojos, sonrojado por la audaz propuesta
La activación del portal que transporta a Arakneida libera ráfagas de viento, tirando al suelo las pilas de documentos, lápices y libros. Oscar vuelve a girar con su silla y observa a una atractiva mujer Araña, cuyo cabello se mueve con el viento y los rasgos faciales tan anormalmente hermosos impactan en los ojos del hombre, quien cautivado por ella mira a un lado, tratando de evitar el choque con sus ojos.
Ella avanza hacia el portal creador, pero antes de que de su primer paso dentro, sonríe y le responde con voz sensual y casi susurrando a lo lejos:
Arakneida: “Dices ni confiar en mí, pero me pides algo así, eres muy extraño humano, quizás hasta un poco irritante”
Oscar: “De eso se trata ser humanos, je” — ríe incomodo
Arakneida: “Mañana a esta misma hora…aunque quizás tu esposa o pareja se enoje” — responde con una coqueta sonrisa y desaparece en un portal que acaba de abrir
Oscar: “Me separe hace pocos días, je” — die en voz baja mientras bebe mate con una expresión algo amarga
Una vez habiendo desaparecido en el portal, Oscar toma cartas en el asunto por lo que ha hablado con ella, saliendo de la oficina y anunciando con voz a los cuatro vientos:
Oscar: “Prepárense todo el mundo. No tenemos mucho tiempo así que seré rápido y muy claro” — mira a cada mujer y hombre del edificio, reunido en ese piso — “tenemos una alerta negra, por primera vez en la historia. Así que quiero que todos se pongan en contacto con los gremios del país, del continente y los aliados de Europa y Asia. Tenemos que asegurarnos que los que están en la Antártida puedan volver sanos y salvo”
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