Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 60
Lorkamos regresa a la cueva, algo preocupado por el tema de la reunión, es bien conocido por el emperador gigante de la escarcha que el troll tiene un particular gusto por los humanos que va más allá de querer imponer un poder muy grande, ahora es más bien un interés por la cultura y debe ser erradicado.
Durante todo el tiempo en que lleva esa mazmorra en la Antártida, el troll ha intentado aprender de manera incansable los modismos, cultura y muchas cosas más que tienen relación con el mundo humano, habiendo solamente protegido a aquellos que le causaban mucho interés. Sin embargo, la irrupción de una joven cazadora de nombre Macarena, y miembro de Victory, le ha causado un fuerte impulso por querer protegerla a toda costa, aunque deba devolverla a los humanos y perder al único humano que ha podido sobrevivir a tal extraña actitud.
Por alguna razón que es casi una anormalidad, Lorkamos ha resultado ser un troll que no desprecia a los seres humanos, ni siquiera siendo una bestia de Rango B+ con alto poder elemental que podría si quisiera destruir a todo un grupo de cazador desprevenidos. Pero a los ojos del emperador gigante, es solo un derroche de talento en bruto que solo Lorkamos usa para caprichos y no por el bien común de la mazmorra.
Sintiéndose con gran preocupación, Lorkamos se adentra a la cueva y anuncia:
Lorkamos: “Acabar de reunirme con comandantes y emperador. Movernos hacia el enemigo” — mira a Macarena — “tu venir conmigo también”
Macarena: “¿Qué ha pasado? ¿sabes dónde están mis amigos? Por favor tienes que decirme” — le implora al borde de las lágrimas, asustada por todo lo que ocurre
Lorkamos: “Tu, no llorar, cara bonita quedar fea” — le acaricia la cabeza con su enorme mano azul — “tú también venir con nosotros, esperaba tener conversación contigo. Desear saber mucho sobre tu cultura, pero tener que regresar con los tuyos, y ponerte a salvo con ellos”
Aun le cuesta comprender lo que Lorkamos pretende saber de los humanos, pero aquel temor que al comienzo la obligaba a subir la guardia, ahora se ve opacado por una curiosidad hacia el monstruo, posiblemente por la inusual humanidad que demuestra a pesar de ser una criatura creada por una entidad que es superior a un cazador de alto rango.
Tal vez, esa criatura inclusive sea la solución a un conflicto que quizás tenga solución como el enfrentamiento entre humanos y monstruos, aunque sea solo una perspectiva un tanto positiva e ingenua, pero Macarena desea encontrar la manera de evitar peleas, y que sus amigos sean lastimados. Una perspectiva que comparte con Estela y posiblemente Martin, aunque este no es alguien muy idealista, al contrario, no duda de usar violencia extrema para proteger a los suyos:
Macarena: “¿Por qué haces todo esto? Entiendo que desees aprender y la curiosidad no es algo tan nuestro, pero no comprendo por qué tienes tantos deseos de saber sobre nuestra cultura”
La pregunta deja pensando a Lorkamos, quien trata de recordar el hecho puntual por el que siente tantas ganas de saberlo todo sobre humanos, y no solamente matarlos o devorarlos vivos como sus demás compatriotas monstruos, y lo que es propio de su naturaleza salvaje:
Lorkamos: “Pues, haberte contado lo que sucedió con aquel humano al que debí matar. Pero la razón no lo saber bien, solo sentir que debe haber algo más allá que matar, devorar y pelear por una causa que no ser la más pacífica” — responde mientras recuerda aquel fatídico día en que tuvo que romperle el cuello a esa persona y luego devorarlo para demostrar que sigue siendo fiel a los suyos — “¿poder preguntar algo? Solo desear hablar un rato”
Macarena: “Si…” — sonríe — “podemos hablar un poco”
Lorkamos: “Gracias. Tu…comer animales…¿Cómo hacerlo si no son grandes en tamaño? ¿saber cazarlos? ¿cocinarlos? ¿Cómo cocinar estas cosas en piel dura?” — le muestra una barra de proteína envuelta en papel aluminio que aún conserva de ese cazador
Macarena: “Esas son demasiadas preguntas, y muy difíciles de responder. Pero si puedo decirte que ya no cazamos animales, los criamos para luego procesarlos” — responde con enojo en su voz
El troll mira confundido por la expresión negativa en la adolescente, quien sorpresivamente es alguien que vela por el bienestar de los animales, y por eso es vegetariana, siendo apoyada sin dudas por el gremio, pero anteriormente su familia biológica no ha sabido comprenderla en su decisión de desafiar a aquellos que se regocijan con la muerte de animales. No obstante, en su temprana experiencia en el gremio como la cazadora más joven entre ellos, ha aprendido a aceptar a los demás, y viceversa, ya que los miembros restantes suelen comer sin carne cuando esta ella, en señal de profundo respeto y admiración.
En lugar de profundizar en su pregunta, la criatura se da cuenta de que ella se ha incomodado, por lo que opta no continuar con ese tema y preguntarle otra cosa para alejarse del momento con algo que Macarena queda atónita:
Lorkamos: “Macarena, ustedes odiarnos, mucha razón tener, pero…¿Por qué ser monstruos nosotros?”
En silencio, Macarena se da cuenta que aquella pregunta es inusual viniendo de una criatura que, a pesar de tener inteligencia propia, resulta más que sorprendente que se haga tal pregunta:
Macarena: “E-Esa es una buena pregunta, pero ¿Cómo es que llegaste a esa conclusión? Es extraño que…hummm…”
Lorkamos: “¿Un monstruo sea capaz de pensar eso?”
Macarena: “Bueno…si, es algo que muy a menudo los seres humanos nos preguntamos, o al menos un numeroso grupo”
Mientras la conversación avanza, más y más trolls de rango bajo se acerca a escuchar, curiosos por la conversación, formándose así un círculo alrededor de Macarena y Lorkamos:
Lorkamos: “Cierto es, que nosotros somos criaturas creadas por el maná de nuestro señor, pero ¿podríamos ser monstruos por no vernos humanos? ¿O humanos ser monstruos al tratar así a la vida de otros animales?”
Macarena: “Esa es una buena pregunta, creo que no hay una buena respuesta, porque si lo piensas mejor, dependerá de la perspectiva de cada lado. Quizás no nos veamos como monstruos, pero si a ustedes por cómo se ven, sus costumbres y demás, pero quizás la cosa sea al revés para ustedes, nos vean como barbaros o seres insignificantes” — responde, consternada de no encontrar una respuesta para tal filosófica pregunta
Lorkamos: “Mi pregunta ser esa, porque durante mucho tiempo ver a humanos escaparse de nosotros, inclusive yo habiendo presentado ante ellos con el cuerpo de un mamut, sin vida, pero para que pudieran alimentarse. Solo me atacaron, y en respuesta defenderme, asesinando a varios, y respuesta final, solo decirme monstruo” — se detiene un momento, dejando el lugar en silencio — “¿posible es que no haya manera de arreglar con palabras entre humano y criatura?” — se pregunta en voz alta
Macarena continua sin poder decir algo, solo escucha lo que quiere decir o preguntar el troll:
Lorkamos: “Quizás monstruos ser eso, o quizás los humanos ser…oh, lo siento”
Macarena: “No, no, está bien. Lo necesitabas. Yo no tengo una clara respuesta, es posible que seamos monstruos como tu piensas. El solo hecho de matar animales para luego comerlos, hacerles pasar todo eso, destruir ecosistemas por soberbia, arruinar la naturaleza, quizás nos haga mucho más terribles que ustedes, pero también tenemos cosas buenas…”
Lorkamos: “¿Cosas buenas? Querer saberlo” — se entusiasma por la posibilidad de aprender mas
Macarena: “Vaya, parece un niño pequeño, je” — piensa, algo enternecida por la actitud infantil del troll que más que aparentar ferocidad, resulta ser muy amistoso — “okey, te explicare” — le responde — “para empezar, tenemos centros de protección para animales, así como hay lugares donde se los mata, también los hay donde se cuida y se enseña a cuidar” — explica a través de su experiencia cuando Julio y María la llevaron a un enorme campo donde se cuida perros, caballos, y cualquier animal que ha sufrido maltrato o esclavitud
A medida que la chica le cuenta su experiencia, Lorkamos no evita sentir una emoción muy humana, inclusive los trolls que se encuentran alrededor se asoman para escuchar, aunque les cueste el idioma humano pueden entenderlo.
La peculiar escena no pasa desapercibida para Macarena, pero debido al tiempo que ya ha transcurrido, no le parece molestar en lo absoluto.
Teniendo en cuenta la dura vida infantil y de adolescente que le ha tocado vivir con su abusivo padre así como la discriminación y agresión que ha sufrido por ignorancia de las personas, el poder conocer la verdadera naturaleza humana y luego ver a través del gremio Victory y la bondad de su gente que existe una dicotomía única, donde sin duda la oscuridad existe pero también la luz, también es el mismo caso en los monstruos, donde se encuentran seres que desean la destrucción como los emperadores, y también aquellos que han decidido inclinarse hacia los humanos, como Arakneida y su servicial actitud, o Lorkamos y su curiosidad por el mundo humano.
Después de todo, ella había perdido toda esperanza, pero conocer a Martin y los suyos hizo que la fe en la gente se renovara:
Macarena: “Se que existe lo bueno y lo malo, he conocido ambos lados de la humanidad, y de los monstruos” — mira a Lorkamos con una sonrisa — “y sin duda alguna tengo la esperanza de que el conflicto pare de alguna manera” — añade con voz esperanzadora
Incluso un monstruo nacido para matar, devorar y ultrajar, es capaz de emocionarse con las palabras de una chica muy joven, pero que habla desde lo profundo de su corazón, aun habiendo sufrido una vida triste.
De la nada, un troll se acerca al oído de Lorkamos para informarle sobre algo en particular, haciendo que se ponga de pie y espere junto a la entrada a que un grupo que ha salido a patrullar, regrese.
Un grupo pequeño de tres trolls llega a la cueva con un cuerpo en brazo de uno de ellos, Macarena lo reconoce y deja escapar con mezcla de alivio y temor por el estado de esa persona:
Macarena: “¡¿Dios mío, Marcos?!” — se acerca desesperada al troll que aun carga con el cuerpo
Lorkamos: “El aun respirar, su cuerpo ser fuerte” — le dice para aliviarla
Macarena: “Su cuerpo está demasiado frio” — toca la mejilla de su compañero y amigo de Victory — “tenemos que ayudarlo, alcánzame el abrigo…¡por favor!”
Uno de los trolls le entrega un largo abrigo de piel, el cual usa para tapar al cazador por completo, y recuesta la cabeza él sobre su regazo, mientras le frota los brazos y pecho con sus manos. De manera increíble, Marcos había sobrevivido por varios días, deambulando solo a través del páramo gélido, sorteando a los peligrosos enemigos, muchas veces explotando sus habilidades de rayo al defenderse o escapar.
El chico se había planteado a si mismo muchas veces el caer rendido ante la muerte, pero pensar en su querida Laura, y dejar a los amigos que ha formado fueron la fuerza suficiente para impedir que se rindiera, y así pudo mantenerse vivo, hasta que su cuerpo acabó congelándose. Solo el maná concentrado y ejerciendo presión cálida a los músculos, quien Julio enseño a usar, había impedido que colapsara.
Tener a dos humanos hace sonreír al comandante troll, hacer amigos humanos es algo que le da mucha felicidad, y encontrar a dos es algo que no deja de llenarlo de goce, gracias a su naturaleza, pero aun así no olvida que el emperador tiene ojos y oídos por todo el territorio, y matara a todos los presentes si ha fallado a su palabra, por lo cual decide deshacerse del humano que se encuentra al borde de la muerte, con lo malo que supone para la Macarena:
Lorkamos: “Matarlo, ser peligroso si esta con vida” — ordena
Macarena: “¿Qué? ¡Espera, no lo hagas!” — se para firmemente con sus brazos extendidos para proteger a Marcos
Lorkamos: “Tener dos humanos aquí a salvo, ser peligroso, entender, por tu bien”
Macarena: “No, no dejare que le hagas daño”
Lorkamos: “Sentirlo, pero dos humanos no podrán ser” — da la orden a un troll para que la sostenga mientras asesina a Marcos
Macarena: “¡¿Qué?! ¡suéltame!” — es sostenida por una de las criaturas, pero se retuerce para poder zafarse — “¡suéltame! ¡Lorkamos, detente por favor!” — les ruega a gritos
Lorkamos: “Matar a humano débil, ser la manera para salvar a Macarena” — murmura mientras se acerca a Marcos — “sentirlo mucho” — se agacha y toma con sus dos enormes manos la cabeza de Marcos para romperle el cuello y matarlo sin dolor
Macarena: “¡Nooooo! ¡por favor te lo suplico, no lo hagas!” — lagrimas salen descontroladas de sus ojos, el llanto conmociona a los demás trolls que no saben qué hacer, solo miran a la chica mostrar una emoción muy humana y a la vez cruda
Presenciando la situación, Lorkamos apoya con cuidado la cabeza de Marcos, habiéndose detenido en su intento obligado de asesinarlo, y se acerca a Macarena:
Lorkamos: “¿Por qué llorar? Esto es algo por ti”
Macarena: “No…” — el troll la suelta — “eso no está bien, matar a los míos. Se supone que quieres conocernos, se supone…¡se supone que quieres ser nuestro amigo y demostrar que los monstruos pueden convivir con los humanos!” — grita con el rostro enrojecido y cubierto de lagrimas
Normalmente ningún subordinado podría levantarle la voz, salvo su señor, el emperador gigante de la escarcha, y un humano, pues, seria intimidado ante el maná que posee y su aspecto tan intimidante, solo aumentaría el temor en los demás. Macarena ha derribado por completo esa creencia al gritarle a Lorkamos, mostrando una desafiante actitud frente a los trolls de menor rango.
En lugar de matarla allí mismo, el comandante guarda silencio y camina hacia la entrada de la cueva. En su paso, acaricia la cabeza de Macarena y deja escapar en voz baja:
Lorkamos: “Irnos rápido. Actitud tuya, bastante interesante”
Macarena: “¿A dónde vamos?” — levanta su mirada
Lorkamos: “Tu regresar con tu gente, yo…” — vuelve a quedarse en silencio y sale de la cueva
***PARTE II***
Horas más tarde, Marcos abre sus ojos, con mucha dificultar y adolorido. Cuando recupera la conciencia al completo, se da cuenta de que es transportado por dos criaturas que lo llevan sobre una camilla de madera y pieles que lo cubren para aislar el frio.
Al principio creyó que era una pesadilla y que al despertar posiblemente estuviera junto a su querida Laura, pero no es así, una y otra vez abre los ojos, se golpea las mejillas con sus manos abiertas frente a los trolls que observan y ríen a carcajadas pequeñas, creyendo que el humano se ha vuelto loco.
Sin embargo, Marcos se da cuenta de que no es un sueño y que está a merced de los monstruos:
Marcos: “¡No puedo usar mi magia elemental, no tengo fuerza para moverme! ¡maldita sea!” — piensa desesperado mientras observa a su alrededor, pero está rodeado por monstruos de mínimo, rango C+
Una voz familiar lo hace bajar la guardia, Macarena se acerca rápidamente y lo abraza por verlo a salvo. El chico, en estado de confusión muy grande y salud critica, mira a todos los lados y no evita preguntarse ¿Por qué ella estaba con esas criaturas? Pero no puede permitirse revelar lo que piensa, ya que no sabe que pretenden los trolls.
Macarena se da cuenta de lo que sucede, puesto que el rostro de su amigo es poco disimulado, entonces le explica toda la situación, dejando en shock a Marcos. La existencia de tales monstruos con interés por humanos, definitivamente es algo que no hay que dejar pasar, ni para tener cuidado ni para evitar eso, posiblemente sea algo bueno y Martin debe enterarse de eso.
Lorkamos se acerca con una postura vergonzosa, con ambas manos frotándose hacia abajo y mirada que evita los ojos del joven que se encuentra recostado y siendo transportado:
Lorkamos: “¿Camilla ser cómoda?”
Marcos: “S-Si…” — responde y sienta al mismo tiempo, sin escapar de su asombro — “Maca” — llama a su amiga
Macarena: “Aquí estoy” — se acerca y lo toma de ambas manos mientras avanzan por el campo nevado, aprovechando que por la mañana aquella tormenta de nieve no se forma hasta en unas horas
Marcos: “Me sorprende que en verdad sean amigables” — dice con dificultad en su voz por haberse expuesto muchos días al frio y esfuerzo mágico
Macarena: “Son muy agradables ¿verdad?” — sonríe
Marcos: “Si…puedo verlo”
Lorkamos: “¿Necesitar algo más?”
Marcos: “No, te agradezco…humm…” — mira a Macarena para que le diga el nombre de la criatura
Macarena: “Lorkamos” — le dice al oído
Marcos: “Muchas gracias Lorkamos. Yo soy Marcos, un placer” — le extiende su mano en señal de saludo
Lorkamos: “Oh” — mira a Macarena, recordando que ella le había hecho lo mismo cuando se conocieron, entonces responde también tomando la mano del chico — “placer ser mío” — sonríe
Marcos: “Oye, Maca”
Macarena: “¿Sí?”
Marcos: “¿Dónde está Laura?”
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