Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 64
Momentos antes…
La reunión de los supervivientes es emotiva, parejas, hermanos, padres e hijos, pudieron volver a verse después de días de incertidumbre, algunos lastimados y otros sanos y salvos, sin embargo, la cosa es diferente para aquellos cuyo reencuentro es con un cuerpo tapado por abrigos y mirada sin vida.
Martin se llena de impotencia al ver cuantos han caído, pero no le sorprende en lo mas mínimo, porque se encuentran en una trampa helada y a pesar de sus intenciones de salvarlos a todos, es inevitable que haya bajas.
Estela se da cuenta de como se siente, y lo toma de la mano, aferrándose lo más que puede para darle todo el ánimo posible:
Estela: “Nada de esto fue tu culpa ¿entiendes?”
Martin: “S-Si” — responde cabizbajo
Estela: “Hey” — suavemente le levanta el rostro y lo besa — “quiero que pienses en las vidas que salvaste, no en la que ya han perecido. Ellos sabían que las cosas se iban a poner difíciles y hay que valorarlos por arriesgarse”
Martin: “Si, pero me siento tan impotente de no haber sido de mucha ayuda. Este poder es solo una carga que me ha traído problemas” — se queja, acariciándose el cuello por la incómoda situación en que se ve al sentirse inútil
Estela: “¡No, no, no, no!” — dice enérgicamente — “gracias a ti pudimos salir sanos y salvos de la mazmorra goblin, también la arácnida, inclusive pudimos vencer al Fortaleza. Confío en ti y en que podemos vencer de nuevo…confío en que podemos salir juntos de esto” — lo toma nuevamente de la mano
Martin: “Sabes que estamos en la mazmorra mas peligrosa del mundo ¿no?”
Estela: “Me importa una mierda…¡ups!” — se cubre la boca al darse cuenta de que acaba de maldecir — “yo…l-lo siento, no quise decir eso”
Martin: “¡Jajaja! En verdad eres increíble. Gracias por continuar a mi lado a pesar de todo”
Estela: “No dejare de permanecer junto a ti, aunque la muerte venga por nosotros, seguiré a tu lado”
Martin sonríe, gracias a las palabras de Estela, quien le dio la fuerza necesaria para inflar su pecho y no caer en la desesperanza:
Martin: “Gracias, amor”
Lucas sale de una de las tiendas médicas, con las manos cubiertas de sangre y se acerca a la joven pareja para dar el parte médico de los heridos del gremio y en general de los demás cazadores, militares y civiles:
Lucas: “Lamento la interrupción de su momento cursi” — mira a los trolls que están ayudando a los humanos — “cosa extraña la de los monstruos ¿no te parece? Al comienzo creía que nos matarían estando nosotros muy débiles, pero al final llevaron a los heridos sin problemas, ni siquiera atacaron”
Estela: “No es algo tan extraño, contando a cierta mujer arácnida que ya es como parte de la familia. Además, según las palabras de Macarena, tiene un gran interés por la cultura humano, quizás sea un aliado inesperado en esta situación”
Martin: “Aun así tendré que hablar con el líder de ellos. Necesito respuestas que solo él puede darme”
Estela: “¿Te refieres a Lorkamos?”
Lucas: “Bueno, si desean buscarlo, esta reconstruyendo una de las torres junto al muro de estacas”
Martin: “Descuida, cuando esto acabe iré a conversar. ¿Y bien? ¿Cómo está la situación?”
Lucas: “Sufrimos perdidas bastante grandes, mas de las que puedo estar seguro, 5000 cazadores, y poco más con las civiles y militares, murieron al menos 3800 durante el ataque de la avalancha. Las cuentas dan bajas gigantescas, y si contamos a los 500 que han fallecido por el frio, heridas y agotamiento cuando nos separamos. Quedamos menos de 1000 personas”
Martin: “Vamos a tener que reducir nuestro terreno defensivo, no podemos perder mas gente. Y ¿sobre los nuestros?”
Lucas: “A eso iba. Marcos se encuentra con deshidratación, sus piernas han sufrido quemaduras por el frio, y principio de hipotermia. Fue bueno que los trolls pudieran cubrirlo con pieles pesadas y bastante calientes como para apaciguar el crudo frio. Y Octavio, no sufrió daños en órganos vitales, ha perdido sangre eso sí, pero por lo demás…es demasiado duro, su musculatura es increíblemente fuerte a pesar de ser un maldito estúpido imprudente”
Octavio: “¡¿Qué yo que?!” — grita a duras penas, mientras se mueve con un enorme palo y varias enfermeras tratando de detenerlo
Martin: “¡Octavio!” — acerca para ayudarlo
Estela: “Octavio, me asustaste, creí que estabas realmente mal” — seca una lagrima del ojo, emocionada de ver a su amigo sano y salvo
Octavio: “Siento mucho haberlos preocupado. Si no hubiera sido por Lucas yo hubiera muerto”
Martin se acerca a Lucas y la extiende la mano, agradeciéndole por haber salvado a su amigo. En el fondo, el joven siente gratitud al haber salvado a una persona de la muerte e inclusive siente un gran interés por ser parte del gremio, pero por lo pronto quiere mantener su perfil de alguien alejado del grupo, al menos hasta saber que ha pasado con su hermano con mayor detalle:
Lucas: “Fue un placer ayudarte a este idiota” — le devuelve el gesto con una sonrisa — “ahora si me disculpan debo seguir tratando a los heridos, ¡bye!”
Mientras que Lucas regresa hacia la parte medica del campamento, su mirada se desvía hacia donde se encuentran los fallecidos, muchos congelados y con reflejos post mortem realmente tétricos. Entre los cuerpos se encuentra con el cadáver de aquel cazador chileno que lo había discriminado por ser homosexual en el puerto, pero lejos de festejar o sentir regocijo ante el destino de aquella persona tan repulsiva, se acerca a verlo, encontrándose con que sus ojos siguen abiertos y no hay nada que se pueda hacer porque si se forzaba a cerrárselos, acabaría con dos agujeros en el rostro debido a la fragilidad inclusive de la carne y huesos.
Por ese motivo, Lucas opta por descongelar un poco el rostro y posa su mano en la frente, bajándola lentamente hasta llegar a los parpados y cerrarlos lentamente mientras reza por su alma y le da la dignidad como ser humano:
Lucas: “A veces la vida puede ser así de cruel, o bendecida. Espero que en tu camino a la otra vida renazcas como un tipo abierto de mente. Cuando ocurra, espero conocerte y conversar como dos seres humanos. Rezare por ti”
***PARTE II***
En ese momento, en la parte medica del campamento…
Laura permanece junto a Marcos, mientras este duerme sobre una camilla improvisada con algunas cajas que se han podido rescatar del desastre, y con gracias a las pieles otorgadas por el grupo de trolls, el joven se encuentra recomponiéndose del frio hostil y bolsas de plasma para evitar que la deshidratación continue avanzando sobre su salud.
Los ojos de él se abren lentamente, y mueve su cabeza para visualizar quien se encuentra a su lado. Al ver que se trata de Laura sonríe gratamente, agradecido porque ella se encuentra sana y salva después del terrible calvario sufrido por días en el territorio helado:
Marcos: “H-Hola…”
Laura: “Hola” — dice entre lagrimas mientras sostiene su mano con fuerza
Marcos: “Perdón por haberte preocupado”
Laura: “¿Qué dices? Perdóname a mi por no haberte buscado” — termina de decir y lo besa
Marcos: “Auch auch” — se queja del dolor en su cuerpo producido por el movimiento de intentar abrazarla
Laura: “P-Perdón”
Marcos: “No, descuido solo quiero…abrazarte. Siempre quieres…llevar la carga tu sola…no me…hagas…quedar mal” — dice con voz muy débil
Laura: “Tranquilo, descansa. Yo estaré aquí”
Marcos: “Se que mientes…tu…iras a…defender el muro…yo lo he visto, antes de desmayarme”
Laura se queda callada, sin saber que responder solo intercambian miradas todo lo que pueden y recuerdan ese momento con mucho temor a lo que pueda suceder más tarde.
Sin saberlo, la noche cae con la típica característica de que jamás esta oscuro, solo se ve una aurora violeta y negra que cruza por el cielo nublado y grisáceo.
En ese momento, Macarena entra al lugar para ver a su amigo Marcos, quien descansa luego de que le surta efecto los analgésicos, allí saluda a Laura y pregunta preocupada por él:
Macarena: “¿Cómo está?”
Laura: “Sus piernas están bastante débiles, y su cuerpo deshidratado, pero con el tiempo se va a recuperar”
Macarena: “Ah, gracias al cielo. Perdón si interrumpí algo, es que no podía más de la preocupación”
Laura: “Tranquila, gracias a ti y los trolls hemos vuelto en una sola pieza. Inclusive trataron con cuidado a los humanos heridos y muertos, eso es algo digno de admirar, y también te lo digo a ti, es gracias a que pudiste comunicarte con ellos. A decir verdad, me había asustado al comienzo, pero cuando nos señalaron una dirección y los seguimos, supimos de inmediato que no querían matarnos ni nada por el estilo, sino que buscaban traernos”
Macarena: “N-No, yo no fui para nada de ayuda, fue Lorkamos el que nos ayudó mucho más” — responde sonrojada al ser elogiada de esa manera
Laura: “Eres muy humilde Maca, date un poco de crédito, nunca está de más. Además, fuiste más útil que yo al tratarlo y cuidarlo” —sonríe enternecida por la joven
Macarena: “¡No, Laura!” — se exalta
Laura: “Sh, no grites, estamos en un hospital”
Macarena: “Perdón, es que no me gusta que digas eso. Tu mas que nadie habrás estado muy preocupada por él, no quiero que pienses eso sobre ti misma”
Laura: “En verdad eres muy amable. De acuerdo, te daré la razón, con la condición de que aceptes que fuiste de mucha ayuda”
Macarena: “Bueno, creo que puedo hacerlo”
Laura: “Por cierto, ¿Qué opinas de su líder?”
Macarena: “¿Lorkamos? Mmm… —lo piensa unos momentos — “no lo sé, tiene una personalidad muy bohemia. No es como si le gustase destacar como a la señorita Arakneida, pero su interés por los humanos es lo extraño”
Laura: “Quizás sea un monstruo de 1 millón. Un aliado así es algo bueno”
Macarena: “Me pregunto que es lo que pensara Martin”
Laura: “¿Con referencia a que?”
Macarena: “Si existe la posibilidad de que lo vuelva su Familiar Imperial”
***PARTE III***
En la entrada de la base, construida con estacas de madera que forman muros, Julio ayuda a los cazadores y militares a preparar las defensas, previniendo el posible ataque de los monstruos de hielo.
Sin darse cuenta María se le acerca y abraza por detrás con una sonrisa en el rostro, sintiendo la calidez de su amado esposo, quien le retribuye girando su cuerpo y envolviéndola con ambos brazos y besándole la frente mientras permanecen en silencio un breve momento:
Julio: “Deberías estar descansando en la tienda médica, hermosa”
María: “Lo sé, pero preferí sentir tu abrazo ¿está mal?” — levanta su rostro y lo mira
Julio: “Sabes que nunca estaría mal. Tus abrazos son todo lo que necesito para permanecer fuerte”
María: “Igual los tuyos”
Julio: “No pude decírselo, pero le daré las gracias a Martin por haberte cuidado”
María: “El nos ha cuidado a todos, no tengo la menor duda”
Julio: “Si, eso es verdad”
Después de que todos los supervivientes se reencontraron con los suyos, Martin se aleja junto con Estela para dejar a los del gremio a solas con sus parejas, o poder descansar y recuperarse de las heridas, mientras aprovechan también para pasar tiempo a solas como hacia momentos.
Julio mira al joven maestro de gremio que se encuentra a lo lejos, hablando con el Sargento Augusto y piensa en devolverle el favor por haber protegido a su esposa sin necesidad de hacerlo, aunque en la mente del joven, todo Victory es su familia, no solo Carla, y por esa razón su intención es cuidar a todos sin dudarlo.
María observa que Julio sonríe feliz, si bien es un hombre que guarda siempre una actitud elegante pero nunca reacio a mostrar expresiones como sentir alegría o por gracia, es la primera vez después de un tiempo en que su esposo se encuentra con ese rostro:
María: “¿Cuánto hace que no veo esa cara? ¿quizás desde que le dijiste a mis padres que me volverías tu esposa, aunque a ellos no les parezca?”
Julio: “¿Sí? Jejeje, vaya que vergüenza” — saca de su bolsillo un paquete de cigarros, pero María se lo quita apenas lo ve
María: “¿Qué te dije sobre esto?”
Julio: “Me descubriste, creo que necesito un castigo. Después de todo, estoy muy nervioso por lo que se vendrá” — se acerca lentamente para besarla
María: “No, no amor, aquí no, además no es el momento” — le susurra, tapándole la boca con su dedo índice — “además, yo te proteger, porque me das la fuerza que necesito”
Julio: “Cuanto me hacías falta, ni dormir podía al pensar en ti” — la reconforta con sus brazos, prometiendo no separarse nunca más, aunque lleve a enfrentarlo contra la madre naturaleza
***PARTE IV***
Daniel se acerca tímidamente a donde se encuentra Martin, con intenciones de poder hablarle, aunque sea decirle unas palabras muy cortas con el español que sabe, aunque prevalezca el portugués.
La situación en la que se encuentran posiblemente haga que el argentino no estuviera predispuesto a conversar, pero el brasilero necesita de ello, al menos para apaciguar su intranquilo corazón, arrepentido por sus actos tan brutales en nombre de la idiosincrasia del Fortaleza, y en parte al ver erróneamente a los demás como enemigos a exterminar:
Daniel: “M-Martin…” — se acerca desde un costado con una inusual vergüenza a pesar de ser uno de los altos rangos del mundo
Martin: “Daniel ¿Qué pasa?” — gira su cabeza y le pregunta
Daniel: “¿Tienes unos momentos?”
Luego de unos pocos minutos, se acerca Estela con bebidas calientes. Como si lo hubiera previsto, trae mas de dos tazas metálicas con te caliente en su interior:
Estela: “Tomen, creo que lo necesitaran”
Martin la mira y por dentro solo se dice:
Martin: “Estela, si que eres muy perspicaz, je”
Daniel toma una de las tazas y le da largos soplos para enfriar un poco el líquido:
Martin: “Bien, Daniel, dime que sucede”
Daniel: “No me es fácil decirlo, mi orgullo como cazador top del mundo es muy grande. Pero se cuando debo decir las palabras correctas, y quiero disculparme nuevamente por lo sucedido hace unas semanas, y quizás no merezca estar aquí y en este momento, tal vez debí haberme quedado en mi país, sufriendo las represalias que los miembros del Fortaleza tuvieron que sufrir. No quiero excusarme, pero en verdad siento mucho lo que ha pasado, siento mucho atacar al gremio…” — mira a Martin a los ojos — “siento mucho atacarte a ti” — le dice a Estela —“Yo…solo…”
Martin: “Tu solo querías proteger a las personas que mas amas, en el caso tuyo, tu madre y eso es algo muy bueno. Eso demuestra que a pesar de que haya maldad, también hay bondad, y es lo que valoro de las personas, la redención y el esfuerzo que hacen para lograrlo”
Estela: “Nada que perdonar, porque no hiciste algo malo. Seguías ordenes, así que ánimo” — lo palmea en la espalda para darle animo
Daniel: “Jeje, muchas gracias a ambos”
Martin: “Esa es la actitud que queremos. Descuida, ahora ve a descansar y luego hablamos”
De repente, una explosión que provoca que se levante grandes cantidades de hielo y nieve del suelo a cien metros de donde se encuentra la base. Martin, Gonzalo y el Sargento dan aviso para los preparativos finales, ahora que los enemigos han aparecido ya no queda mucho tiempo, y a lo lejos, casi 1 kilometro ven como se acercan esos gigantes de decenas de metros de altura:
Gonzalo: “Martin, ya están aquí”
Martin: “Lo se. Ha llegado el momento, preparen a los cazadores que manipulen la magia elemental de fuego, lava, electro y luz para ataques a distancia. Los que usen el elemento tie…” — una extraña sensación hace que pierda el conocimiento, junto con todos los sentidos del cuerpo y caiga violentamente al suelo
Estela: “¡¿Martin?! ¡¡Martin!!”
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