Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 67
De entre todos los enemigos que hay en la mazmorra, Glermorog es el que toca enfrenta a Julio y Daniel, aun con el agotamiento mágico de ambos y sumado al físico del cazador de fuego. Sobre todo, la inesperada resistencia al poderoso ataque de ambos y de manera consecutiva, demuestra que el emperador de la escarcha está a un nivel completamente diferente, pero es mucho más imperioso enfrentarlo.
Daniel mira disimuladamente a Julio, viendo el daño que su ataque de fuego ocasiono, dejando la piel quemada casi al completo:
Daniel: “Julio parece estar muy mal, y nuestras fuerzas están disminuyendo. Mierda ¿Qué puedo hacer?” — piensa, sin apartar la vista sobre el emperador
Julio: “No lo pienses demasiado Daniel”
Daniel: “¿Huh? ¿Por qué lo dices?” — pregunta, volteándose a mirar a Julio
Julio: “La preocupación máxima es evitar que llegue al campamento. Imagino que entiendes lo grave que puede llegar a ser si ataca con Martin en su estado”
Daniel: “Si, eso sería el peor resultado posible”
Julio: “Entonces vamos con todo lo que tengamos”
Glermorog: “¿Van a atacarme o solo se quedarán murmurando?” — grita desde lo lejos
Sin motivo para ponerse tenso, Daniel se impulsa hacia el monstruo mientras que este se para firme sobre el suelo helado y sosteniendo fuerte el mazo de batalla, ataca al cazador desde el frente, balanceando por arriba de la cabeza el arma.
En medio del ataque, Daniel se detiene y sonríe mientras se aparta a su costado derecho, llevándose también la mirada del emperador, quien cae en la distracción:
Daniel: “Eres muy tonto…” — se burla
Glermorog: “¿Huh?” — desvía su mirada de nuevo al frente — “¡bastardos!” — grita al darse cuenta de que Julio se acerca con su brazo derecho entero cubierto por fuego
Julio: “¡Aaaaaaaaahhh!”
Julio mueve su brazo con forma mágica de espada de fuego desde arriba hacia abajo en dirección al pecho de Glermorog. Este ataque genera un poderoso corte en su cuerpo e inclusive más allá de su posición.
Sin duda, el ataque es tan fuerte que, hasta Daniel, uno de los grandes cazadores del mundo, se sorprende por tal capacidad mágica, proveniente de un simple rango A+:
Daniel: “I-Increíble, aun débil y con el cuerpo quemado ha logrado usar magia de alto nivel y con tal potencia de fuego. Quizás el también…”
Después de descargar el poderoso ataque conocido como Excalibur Incinerator sobre el monstruo, Julio retrocede varios metros con pequeños saltos hacia atrás y espera que al menos su ataque hiciera efecto. El humo se disipa lentamente, dejando ver que el gigante aún sigue de pie, y con una sonrisa de disfrute por el enfrentamiento, pero con algo que impacta al monstruo:
Glermorog: “Chico, por primera vez en mucho tiempo…” — muestra que su pecho se encuentra un poco quemado, pero siendo un enorme logro para el humano frente a tal titánico monstruo — “alguien me ha ocasionado una herida. Te felicito”
Sin previo aviso, se aparece frente a Julio, habiendo reducido la distancia en un simple instante, algo que podría ser inusual para un monstruo de 3 metros, pero Glermorog lo hace sin problemas. El humano mira helado el rostro sonriente con su sudor cayendo por las mejillas, impotente de no poder enfrentarlo, ni siquiera atacarlo con sus mejores técnicas mágicas sirvieron de algo.
Glermorog prefiere no intercambiar más palabras y solo darse a conocer con los dos cazadores a base de pura fuerza bruta, por lo que le da un feroz puñetazo al cuerpo de Julio y de nuevo es enviado varios metros lejos, golpeando contra el suelo varias veces:
Daniel: “¡Julio!”
Glermorog: “Sigues tú, chico” — se le aparece de repente
Daniel: “¡Oh, no, no me vas a atacar infeliz!” — grita y extiende su mano con el que intenta someter al emperador, usando la gravedad
Antes de que Daniel pudiera usar su magia, Glermorog le congela los pies y de un puñetazo al torso, le rompe todas las costillas y varias perforan los órganos internos, causando un dolor tan intenso y terrible que el joven grita y llora de dolor. Esto no le basta al monstruo eso, entonces le da varios puñetazos más, rompiéndole con los impactos, órganos aun sanos y dejando huesos expuestos en brazos y piernas. El cuerpo del joven brasilero ahora se ve casi marchito, irreconocible y muriendo de pie, obligado por la magia congelante de la sanguinaria criatura:
Julio: “¡Daniel!” — salta sobre Glermorog y le da una patada al rostro, de la que sale una fuerte explosión
Glermorog: “¡Esa es una buena actitud, pero…!” — lo toma de la pierna mientras aún se encuentra en el aire y lo avienta contra el suelo varias veces hasta arrojarlo como si fuera un trozo de papel a 10 metros de distancia
Ahora que Glermorog pudo comprobar el nivel de ambos cazadores, la personalidad cambia a una seria y decidida a matar, debido a que las altas expectativas que tenía ya no lo son, esperando algo más que un feroz ataque. Pero a modo de respeto, decide matarlos sin dolor, reconociendo que son dignos rivales por haberlo enfrentado, lastimarlo y no escapar como cualquiera que presenciara el inmenso poder.
A diferencia de hace unos momentos, Julio siente deseos de pelear para defender a su compañero, quien está muriendo por las graves heridas internas, y a las personas cercanas a él.
Julio finge haber superado el temor en parte por el intenso dolor de las quemaduras que actúan como millones de agujas penetrando la piel y la carne:
Julio: “Mi cuerpo…me está doliendo horrores…ya de por si al respirar hace que quiera tirarme al suelo y no levantarme más” — piensa con dificultad en su respiración
Glermorog: “Humano, en verdad me sorprendes. Ya deberías de estar muerto, no, ya debiste morir con este super ataque de fuego. Creo que el entusiasmo por enfrentarte ha vuelto, y con más fuerza”
Julio: “Tendré que usar ese último recurso. No quisiera hacerlo, pero es lo único que nos queda y…” — piensa con cierta tristeza
De repente, la tierra comienza a temblar y con ella todo lo que hay a la vista se levanta del suelo como si la gravedad hubiera sufrido una alteración inusual y detrás del emperador gigante, una figura juvenil se vuelve a poner de pie sin importarle que estuviera cerca de la muerte, con sus órganos destrozados y huesos perforando músculos, tendones y piel:
Glermorog: “Creí que ya estabas muerto” — no voltea su mirada, ignorando el repentino despliegue de magia que aún le queda al joven cazador rango SS+
Julio: “Daniel…¡no lo hagas! ¡estas muy débil como para enfrentarlo!”
Daniel: “Yo…debo…cof cof” — escupe sangre a montones — “debo…ser de utilidad para Martin y el gremio…sino ¿Cómo le diré a mi madre que fracasé aun cuando ella confía tanto en mí? No puedo permitirme esto…yo…”
Incluso un cazador, considerado como uno de los top del mundo, no podría omitir sus propias heridas, tal como ha intentado Daniel al levantarse y exprimir hasta la última energía mágica. Sin embargo, por las mismas heridas y fallas en su completo sistema biológico, colapsa y cae al suelo bajo un shock masivo en su sistema respiratorio.
Julio mueve su cuerpo lo más rápido posible para socorrerlo, pero en un instante Glermorog lanza un puñetazo que lo obliga a esquivar. La amenaza que representa es monstruosa, y ningún ataque que hagan para detenerlo sirve y esto hace preguntarse a Julio si en verdad podrán salir con vida de la Antártida:
Glermorog: “Bueno ¿empezamos a pelear seriamente o simplemente vas a quedarte ahí mirando con cara de estúpido?”
Esa es una situación que hasta los más experimentados cazadores sentiría ganas de orinarse del miedo. Ni Julio entiende como es que sigue de pie aun viendo el absurdo poder mágico de su enemigo.
Las cejas del gigante se tuercen y una siniestra sonrisa se dibuja en el rostro. Glermorog vuelve a preguntar, esta vez con tal imponente presencia que hasta el cielo se despeja y el continente se estremece por completo:
Glermorog: “Humano despertado, muere junto con los demás”
El monstruo de rango SSS+ salta hacia adelante con su hacha siendo sostenida por detrás y balanceándola de nuevo en dirección al humano para cortarlo brutalmente. Ya con la criatura casi sobre él, Julio cierra los ojos y se despide de todos con una sonrisa amable.
Al grito de “muerte” y saliva rabiosa que sale de su boca mientras destellos color azul intenso, Glermorog ataca con el hacha, impactando en el suelo y partiéndolo a la mitad. Solo una bestia de su poder puede realizar tal hazaña monstruosa y ese es un emperador.
Sin embargo, antes de que el arma acaba matando al hombre entregado a la muerte, dos figuras se aparecen, una atacando con una patada al rostro de Glermorog y el otro socorre a Julio, y lo lleva donde se encuentra Daniel.
Lorkamos y Lucas llegan a tiempo para salvar a Julio.
Temeroso y decidido a la vez, el troll se para firme aun cuando frente a este se encuentra su señor, su creador y el que esta por sobre todos los monstruos del elemento hielo y gigantes:
Glermorog: “Esperaba más interrupción, al fin y al cabo, son cucarachas, fuertes, pero cucarachas al fin. Y ciertamente me esperaba que algo así pasara contigo, Lorkamos. Tu y tus fetiches por los humanos habían colmado mi paciencia, solo era cuestión de tiempo para que una estúpida mocosa humana envenenara tu ya retorcida mente”
Lorkamos: “¿Retorcida mente el aceptar que los humanos ser más interesantes que solo matarlos? ¡Negarme a aceptarlo!” — responde desafiante, blandiendo su lanza de hueso y hoja afilada
Glermorog: “Interesante ¿Cómo es que te deshiciste de Gelial? Se supone que el no permite ratas traidoras”
Lorkamos: “¿Gelial? ¿creer que ese sujeto era a ti leal?”
Glermorog: “Explícate” — mira serio al troll
Lorkamos: “Por si no lo notarlo, se ha ido con sus tropas, Y que yo saberlo, desde hace un tiempo ha trabajado por tus espaldas con alguien más”
Glermorog: “¿Qué mierda estas diciendo? ¡ustedes son leales a mí! ¡me pertenecen y as va a continuar!”
Al escuchar como sus comandantes se han burlado de él a sus espaldas, expulsa sediento de sangre una cantidad ilógica de energía y que a su vez forman ráfagas intensas que chocan con todo lo que se les cruza. El único que soporta tal envestida es Lorkamos, aunque es arrastrado lentamente por más resistencia que quiera poner.
Lucas choca sus manos y apoya las palmas en el suelo para crear fuertes muros de hielo y proteger a los dos cazadores gravemente heridos:
Lucas: “No puede ser que exista un monstruo de ese nivel, es absurdo” — dice mientras aguanta a duras penas la explosión de energía mágica
Julio: “Ni siquiera tuvimos oportunidad, Daniel fue quien sufrió más heridas”
Lucas: “Un rango SS+ fue inútil ante ese monstruo. Estamos en muy graves problemas” — dice preocupado
Julio: “Lo mejor…”
Lucas: “Escapar lo más rápido que podamos”
Julio: “¿Qué? ¿Pero y Lorkamos?”
Lucas: “Lo siento Julio, pero no podemos dar apoyo, Daniel esta muriendo, tu estas gravemente herido, Lorkamos apenas puede ir contra esa explosión de energía y yo soy apenas rango C+”
Glermorog: “Así que hay otro con la semilla y aun no ha despertado. Vaya sorpresa humanos, pero no hay mas oportunidades. Esta será su fría tumba”
Lorkamos: “Si nuestro final es, entonces no arrepentirme de mis acciones. Orgulloso de haber conversado y ser amigo de humanos” — sonríe y golpea su pecho
Julio: “Lorkamos…” — se sorprende por la voluntad del troll
Lucas: “Ese monstruo si que sorprende a quien lo escuche”
Glermorog: “¿Te he malcriado lo suficiente como para que te opongas a mí? Jajaja” — ríe a carcajadas — “interesante, muy interesante. Ahora veo que en mi grupo había un idiota, un cobarde traidor y ahora un débil amante de los humanos. Muérete de una buena vez”
De sus ojos salen destellos azules, esta vez invocando agujas de hielo que se forman desde el suelo y mueven hacia donde se encuentra Lorkamos. Sabiendo que la muerte es inminente, vuelve a sonreír y extiende ambos brazos mientras exclama desafiante:
Lorkamos: “A partir de ahora, morir yo como miembro del Victory, el gremio humano destruir a todos emperadores”
Glermorog: “Tus estupideces acaban aquí”
Un puño, pequeño y veloz impacta en el rostro del emperador, pero en lugar de enviarlo lejos, este golpea todo su cuerpo contra el mismo suelo que pisa. El impacto es tan fuerte que forma un cráter explosivo y luego una enorme columna de hielo y vapor helado que se eleva metros sobre el cielo:
Lucas: “No puede ser” — mira impactado a través de la abertura de su muro
Julio: “Cielos que te tardaste un poco” — dice aliviado
Lorkamos: “Sorprendente ser tu”
A diferencia de los otros ataques, un simple puño no podría ocasionar tal daño al emperador, al menos eso creía, porque cuando se da cuenta, un hilo de sangre azul sale de su boca y un incomparable sentimiento de terror inunda su cuerpo cuando observa de quien se trata:
Glermorog: “E-Esto no puede estar pasando…” — piensa hasta que su mente se queda en blanco y la mirada fija en aquella persona
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