Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 126

Kargroot ataca por detrás a Daek con su espada infundida en aura oscura. Aunque apenas le queda maná para moverse, la urgencia de defender a su compañera lo impulsa a lanzar un poderoso ataque cortante. Sin embargo, Daek o el rey de los ghouls como se hace llamar, gira su cuerpo como si nada y detiene la espada mandoble con solo dos dedos y de un puñetazo al rostro lo manda a valor contra el suelo y es arrastrado varios metros.

Julio retrocede y extiende ambas manos hacia el ex candidato a emperador de la muerta y de sus palmas salen ráfagas de fuego tan intensas que se tornan color azul y explosivas energías que al impactar contra el enemigo las rocas alrededor se queman y desaparecen. Tal increíble destreza en la magia de fuego es propia de alguien como Julio, quien estudia constantemente como mejorar su propio poder. Pero una silueta entre los residuos de las llamas se mantiene de pie:

Daek: “Vaya, vaya, un humano que posea tal poder de magia fuego no es para nada débil. Mis felicitaciones” —dice con una sonrisa sarcástica mientras se quita el polvo de la ropa

Julio: “¿Qué? No, no funcionó” — se queda estupefacto al usar lo que le quedaba apenas de maná. Entonces cae al suelo, desmayado y sin fuerzas

Daek: “¿Solo dos? Vaya y yo que creía que iba haber mayor resistencia”

Astapoh: “Rey de los Ghouls, tenemos cosas más importantes que tratar con pobres criaturas” —se lamenta— “enserio, revisa tus prioridades” —critica a su compañero

Daek: “Ya, ya, no me hagas pensar en cosas más allá de lo que puedo”

Borac: “¡Jajaja, está demente este mocoso! ¡me agrada!” —ríe uno de los monstruos con su barriga expuesta y los puños chocando entre sí, ansioso de pelear

Giganto Borac “Revienta cráneos de dioses” Rey de los Enanos

Monstruo Clase Imperial Rango SSS+

Inteligencia: D+

Fuerza: SSS+

Agilidad: C+

Velocidad: D+

Poder Destructivo: SSS+

Maná: A+

Saloma: “Ustedes son demasiado salvajes. Tenemos dos objetivos, no lo olviden”

Borac: “Pero mírate chica banshee, eres más golpeable que antes. ¿Por qué no te callas y nos dejas actuar?” —la confronta muy cerca del rostro

Kerba y Zarael desenvainan sus espadas y apuntan tanto al cuello como barriga del rey de los enanos, uno de los mas fuertes del grupo después de Astapoh y Desiurge. Saloma hace un gesto a ambos para que guarden sus armas, entonces ella se acerca al enano y toca con la mano su barriga.

De repente, el monstruo empieza a sentirse débil hasta casi no poder mantenerse de pie, retira de un empujón a la banshee y retrocede unos pasos:

Borac: “Rayos, sí que eres una maldita bruja. No dejas de ser la reina banshee por nada”

Saloma: “Ten cuidado con lo que dices y haces maldito enano ebrio”

Astapoh expulsa un poco de su energía acumulada durante mucho tiempo y sumerge a todo el enorme país asiático a un terremoto y sensación de terror tan grande que es imposible escaparse.

En el campamento de la alianza asiática, los heridos son evacuados lejos de la zona e incluso intentan comunicarse con Vietnam para llevar a los cazadores y todo personal. La situación se ha desbordado.

Una vez sentido esa inmensa energía, Lorkamos deja a Cromana con el grupo de Ichika y corre en esa dirección todo lo que puede. Las pisadas que deja en su forma de elfo gélido dejan marcas con hielo.

En el camino, se encuentra con Kyubo e Ichika en sus brazos desmayada. El kitsune intercambia breves miradas con las que deja por sentado que ellos deben encargarse en vencer a los nuevos y tan poderosos enemigos. Sin saber que clase de enemigos son, Lorkamos se lamenta no haber podido despedirse de Macarena, una de las personas mas importantes de su existencia.

El joven monstruo usa su zona maná para manifestar su arco y con este dispara varias flechas a lo lejos. Una de esas flechas gélidas impacta contra el hombro de Borac y lo congela hasta la punta de sus dedos:

Borac: “¿Huh?” —se quita la flecha de su hombro y quiebra el hielo que lo cubre con la sola expansión de sus músculos— “algún insecto que estaba faltando”

Astapoh: “¿Crees que sea digno de silenciarlo?”

Borac: “Ya veremos. No es tan fuerte, sino esta flecha hubiera destruido mi brazo”

Borac avanza lentamente hacia donde Lorkamos espera a confrontarlo. Sus pasos son tan pesados y a la vez fuertes que tanto el suelo como las paredes se agrietan sin que este ejerza fuerza. Su poder físico es masivo como para que el elfo pueda derrotarlo usando esa característica física.

Una vez llega a donde Lorkamos, Borac sonríe y observa toda la destrucción lograda por la batalla. Deseoso por saber que clase de enemigo sea, Borac lo señala y baja el pulgar:

Borac: “Imagino que sabes las escasas que son tus probabilidades de victoria contra mi”

Lorkamos: “…”—lo vigila y mantiene distancia

Borac: “Mmmm…ya veo, te sientes intimidado ¿cierto?” —se rasca la barbilla— “entonces hagamos una cosa interesante ¿Qué tal si te respondo un par de peguntas para que no te sientas intimidado? Es un buen trato. Podrás saber algo de mi o los demás y a cambio te mato con mis manos”

Lorkamos: “Suena raro…sobre todo la parte de matarme luego de responder”

Borac: “Claro que no, responder es mi obligación y matar con las manos desnudas…bueno…es mi propio placer”

Lorkamos: “Maldito psicópata”

Borac: “¿Vas a preguntar o lo dejarás?”

Lorkamos: “Si puedo sacarles algo de información…entonces debo arriesgarme” —piensa— “Si, de acuerdo” —responde

Una sensación de entusiasmo llena de regocijo al rey de los enanos cuando piensa otro punto para añadir a ese juego sádico:

Borac: “¿Qué te parece si añado algo más? Por ejemplo…arrojarte esto por cada pregunta que me haces” —toma una piedra y arroja contra la mejilla, solo para rozarla e impacta contra una pared hasta atravesarla

Al ver que Lorkamos sangra color oscuro, Borac se siente asqueado por lo débil que es su enemigo. El tiempo sigue su curso y la impaciencia hace su efecto en el batallador monstruo:

Borac: “¿Cuándo vas hacer una puta pegunta? Maldito debilucho”

Lorkamos: “T-Tengo que hacer una pregunta, no puedo entrar en pánico” —piensa mientras acaricia su mejilla cortada— “¿Q-Quienes son ustedes?”

Borac: “Eso no me sorprende. Nosotros somos lo que debieron de gobernar y no estos estúpidos sin talento. Somos los encerrados para no estorbar y silenciados por millones de años. ¿Comprendes estas palabras? Somos los All Watchers, quizás no nos conozcas porque nuestras leyendas son muy antiguas, pero para ponerlo de esta forma, nosotros fuimos candidatos a ser emperadores, pero por cosas del destino o alguna estúpida fuerza, se opuso a eso y acabamos en una dimensión”

Lorkamos: “Los All Watchers…”—una roca impacta en la pierna del elfo y atraviesa su muslo— “¡aaaaaaaaaaaaaagggggghhhhh!” —grita de dolor y cae al suelo

Borac: “Ups, creo que no podrás pelear de esa forma. Sigue la segunda pregunta”

Lorkamos: “¡E-Este sujeto…es un verdadero monstruo sádico!”

El dolor le corta la voz y sin poder pensar con claridad solo atina a tratar de moverse a un lado, arrastrando el cuerpo mientras la sangre color azul oscuro le cubre la pierna. A medida que ve la sangre de su oponente más violento se pone Borac, quien no puede concebir tal debilidad en un monstruo:

Borac: “¡Hey, mocoso! ¿en verdad te haces llamar un monstruo? ¡patético!” —toma otra piedra y apunta al hombro— “di tu segunda pregunta o te atravieso el hombro, el pecho o la frente. No soy para nada paciente”

Después de echar una mirada donde ocurre la masacra por parte de Borac, Astapoh siente vergüenza y hasta piensa en regañar a su aliado por su incontenible brutalidad. Habiendo visto como lo trata al joven elfo es más que lógico que un monstruo cuya clase no es solo ser un Señor Dragón, sino que pertenece a una subclase considerada como Divina y en su personalidad lleva la impronta de actuar tan solemne pero también con aires de grandeza. De alguna manera es una contradicción de él:

Astapoh: “Ese Borac siempre tan ruidoso cuando se trata de pelear”

Desiurge: “Es lo que tiene merecido ese asqueroso elfo de hielo. Traicionar a su gente, que mal chiste”

Desiurge Trash, Señor de las Bestias

Monstruo Clase Imperial Rango SSS+

Inteligencia: B+

Fuerza: SS+

Agilidad: SS+

Velocidad: SS+

Poder Destructivo: SS+

Maná: S+

Daek mueve los escombros con su magia de sombras, removiendo una por una las grandes rocas que aplastan a la bella Arakneida, y esta se retuerce de dolor, pero no deja de extender sus telarañas, lejos de ese lugar. Tras terrible golpazo, su cuerpo tiene severos daños a pesar de que su nivel sea muy alto.

Sin embargo, le sorprende que esos nuevos enemigos sean mas poderosos y los superen tan fácilmente. Arakneida trata de levantarse y aparta las rocas que puede hasta salir a la superficie, donde la espera Daek con sus manos negras señalándola y de las palmas sale un liquido viscosos oscuro como la brea. Su sonrisa es tétrica, así como las intenciones que lo impulsan a insistir con la soberana del veneno. No comprende porque la diferencia es tan grande, pero en parte es porque tanto ella como Kargroot, Lorkamos, Julio y Cromana usaron todo su poder mágico para enfrentar a Necriria y al Leviathan.

Arakneida, lejos de preocuparse por su enemigo, sale arrastrada por entre las rocas y como puede se pone de pie. Mira al no muerto y suspira con fastidio pensando que sin duda será un grave problema enfrentarse a esos candidatos a emperadores sin siquiera tener un plan:

Daek: “Excelente, mujer, ahora me das mas ganas de doblegarte y volver mía, solamente mía”

Arakneida: “Jajaja, si claro, como no. Te tengo dos cosas maldito estúpido psicópata. Hay alguien que me espera. No le pertenezco a nadie ¿entendiste? y aquí será tu tumba” —le baja el pulgar con mirada desafiante y sonriente a pesar de tener el rostro cubierto de sangre

Daek nunca había sufrido humillación por parte de ninguna a quien centraba la mirada, y el que Arakneida fuera la primera lo hace enfurecer. No concibe que alguien inferior crea poder rechazarlo y salirse con la suya. Es por eso que levanta sus manos, así como la brea que rodea a la soberana.

El cuerpo de Arakneida tiembla mientras ve el liquido ascender con mirada de preocupación ya que es tan corrosivo como su propio veneno y el solo contacto con cualquier superficie biológica es suficiente como para corroerlo en cuestión de segundos, pero no es solo eso lo que preocupa, sino que su naturaleza es sospechosamente maleable casi como si tuviera vida propia. No se equivoca porque cuando se da cuenta cae hacia ella y la cubre para envolverla y hacerla desaparecer:

Daek: “Eso te pasa por rechazarme, monstruo inferior. Deberías agradecerme de que tuviera este gesto contigo”

Zarael atraviesa con su espada cubierta en llamas el hombro de Kargroot e incinera la herida hasta hacerlo gritar de dolor. Mientras tanto, Julio es reducido de un pisotón en la espalda por parte de Desiurge, quien lo mira con desprecio como si fuera una cucaracha a la cual aplastar:

Julio: “¡Arakneida, noooooo!” —grita e intenta alcanzarla con su mano

Desiurge: “Conozcan su lugar y esperen su turno” —presiona la espalda de Julio con su pie

Julio: “Maldición, maldición. ¿Por qué salió así todo esto?” —se lamenta mientras lucha por levantarse contra la fuerza de Desiurge

Desiurge: “Creo que no fui lo suficientemente duro” —agita sus garras y apunta al brazo para arrancárselo al argentino

Arakneida mueve sus manos en sentido opuesto y grandes rocas chocan contra Daek. En ese breve instante, el liquido pierde fuerza y cae al suelo, permitiéndole a ella extiende su brazo a un lado:

Arakneida: “Si tuviera el 100% de mi poder, las cosas serian distintas, pero siempre es necesaria la ayuda” —sonríe exhausta

Daek: “¿Qué vas hacer con una porción minúscula de tu poder mágico? Eres bastante est…”

Cada uno de los emperadores miran hacia la misma dirección, con rostros de preocupación y alterados por lo que presienten. Una fuerza tan abrumadora y masiva como peligrosa aparece de la nada gracias al último esfuerzo de Arakneida.

Como si fueran bestias salvajes se ponen en alerta máxima. Zarael se gira y quita su espada del cuerpo de Kargroot y Desiurge regresa con el grupo en silencio. El primero en llegar al grupo es Borac. Una gota de sudor cae del rostro de Astapoh:

Borac: “Oye, oye ¿es una broma?”

Astapoh: “Me temo que no…el usuario de la marca imperial ya está aquí” — sus facciones se tensan al sentir tal monstruosa aura