Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 128
Martín se queda sorprendido al oír de parte de ese intimidante monstruo humanoide sobre los insurgentes, algo que solo pudo escuchar de la boca de la diosa. Es, de alguna manera, una gran oportunidad para averiguar más sobre ellos y más importante aún, ¿Qué los involucra con los All Watchers?
Martín: “¿Los…insurgentes?”
Astapoh: “Seguramente estás en busca de ellos. Siendo un usuario de la marca imperial estoy seguro que tienes de objetivo averiguar sobre ellos y su paradero”
Martín: “¿Cómo sabes tanto sobre la marca?”
Astapoh: “Digamos que las clases y rangos superiores tenemos conocimientos más allá de las que pueden tener los seres mágicos inferiores”
Martín: “Creo yo que es muy conveniente todo esto a menos que tengas planeado algo más”
Astapoh: “Vaya humano desconfiado”
Martín: “Solo con mis enemigos”
Astapoh: “Es un buen punto, pero por el momento no buscamos entrar en conflicto contigo” —dice eso, pero se acerca disimuladamente mientras se queda mirando al humano— “¿Cómo es que un ser tan frágil pudo liquidar al rey enano?” —se pregunta
Martín: “¿Aunque eliminé a un compañero tuyo?”
Astapoh: “Borac fue un estúpido imprudente. No valía nada su vida si pretendía buscarle pelea a alguien de quien no sabe nada”
Martín: “Ustedes ¿no se supone son aliados?”
Astapoh: “El concepto de aliados es muy diferente para nosotros, aunque he de comprender que tus familiares consiguieron adaptarse a los humanos”
Dado que él había perdido a un aliado y frente al usuario imperial, el riesgo de enfrentarlo y salir ilesos es extremadamente alto, por lo que intenta perder tiempo con charlas sobre lo que Martín busca. De alguna manera logra tocar un tema que al joven cazador le llama poderosamente la atención y hace algún tiempo busca respuesta.
Incluso el candidato a emperador sonríe disimuladamente mientras amplia la charla y detrás a varios metros Saloma dibuja con breves movimientos de sus dedos un círculo mágico que va manifestándose a sus pies. Zarael, Kerba y Desiurge la cubren al darse cuenta de lo que hace.
Generalmente Astapoh no podría mantener una conversación con alguien a quien considera un ser inferior y eso involucra a un humano, pero tratándose de alguien como Martín y que es mejor huir antes que luchar innecesariamente, opta por la mejor opción de supervivencia, responder a todas las dudas del argentino:
Martín: “Hace momentos preguntaste sobre los insurgentes, si los conocía”
Astapoh: “Correcto”
Martín: “¿Qué sabes de ellos?”
Astapoh: “¿No es mejor preguntarse…quiénes son?”
Martín: “¿Quiénes…son los insurgentes?” —pregunta con desconfianza
Astapoh: “Buena pregunta. Pero para responderla es mejor mirar al pasado” —muestra la palma de su mano y dibuja en el aire siluetas de fuego de otros mundos— “millones y millones de años bastaron para crear mundos con magia, criaturas y ecosistemas. Un paraíso si lo preguntas, pero aquí el asunto serio. ¿Quién creo esos mundos? ¿Qué hizo que surgieran seres más poderosos que esos primigenios creados?”
Martín: “La teoría generacional. Sucede cuando una generación alcanza y supera a la anterior y sucedería de manera constante hasta alcanzar el pico máximo de evolución”
Astapoh: “Así es. Nuestro caso es similar, pero de manera diferente. Cada generación de nuevos seres mágicos evoluciona y alcanza rangos más altos con el tiempo, pero ¿Cómo lo hace? Pues, derrotando a aquellos más fuertes en su generación y consume su maná. Allí es cuando aumenta su poder mágico”
Martín: “Los emperadores o candidatos surgieron al consumir masivas cantidades de maná, es decir, son genocidas en su propia raza”
Astapoh: “Interesante planteo, pero no, estas equivocado en ello. Déjame preguntar algo los humanos para alcanzar mejora evolutiva a la siguiente generación ¿devoran los más pequeños a sus padres o abuelos?”
Martín: “Eso no tiene el más mínimo sentido”
Astapoh: “Puede ser, pero no somos tan diferentes. Evolucionamos porque está en nuestro interior, así como esos niños no devoran a los suyos, sino que dentro suyo hay algo que los hace mejores, física o mentalmente”
Martín: “¿Qué es lo que intentas decir?”
Astapoh: “Tu ya lo debes de haber presentido. Dentro de cada mundo hay uno o dos individuos que deciden levantarse contra un orden natural. Esos individuos tienen que ser seres de poder universal, más allá de toda lógica, así como ese orden lleva la apariencia de un ser magnánimo”
Martín: “¿Qué? N-No puede ser”
Astapoh: “Veo que caíste en la cuenta”
Martín: “Ustedes…”
Astapoh: “Si…usuario imperial…nosotros somos los insurgentes. Aquellos seres enemigos de todos los mundos hechos de maná”
Astapoh se voltea y mira a Saloma:
Astapoh: “¡Ahora!”
Saloma asienta y usa una técnica mágica de rango muy alto:
Saloma: “Magia Psíquica: Cubo destructor de mentes”
Debajo de Martín se traslada el circulo mágico y este es encerrado en un cubo gris con capacidades para doblegar a quien esté dentro. Saloma es una poderosa usuaria de la magia de ilusión y por su clase, también tiene destreza como psíquica por lo que el cubo posee un amplio poder para destruir la mente del enemigo.
El dolor que siente Martín es tan fuerte y punzante que de su nariz brota sangre, así como de los oídos, ojos y boca. Si fuera un cazador ordinario su cerebro habría de explotar como un puré.
Por supuesto que Astapoh no se queda de brazos cruzados, esperando a que su enemigo colapse, no es para nada ordinario y requiere de ser aplastado con sus propias manos. Por eso atraviesa el cubo sin que Saloma lo permita y lanza un derechazo al rostro que lo hace impactar contra la pared y atraviesa esa técnica mágica. El aturdido Martín impacta contra unos escombros a casi 300 metros del lugar.
Rápidamente Saloma corre a regañar a Astapoh y este solo cierra sus ojos y cubre los oídos para no seguir escuchándola. Sin embargo, ella insiste en que fue peligroso y lo estaba controlando a lo que el dragón estoico responde:
Astapoh: “Tu técnica solo serviría por unos 5 minutos. Es fuerte frente a los cazadores ordinarios, pero él está en otro nivel, deberías saberlo” —le responde sin ánimos de escucharla— “en aquel instante antes de que lo golpeara, se envolvió en energía mágica para amortiguar mi ataque. Si no hubiera hecho, el daño para él sería atroz” —piensa al ver su puño raspado y con un color carmesí llamativo para él
Saloma: “¡Tsk, ya lo sé!”
Astapoh: “Ahora permíteme que me encargue. Ustedes prepárense para esta vez huir”
Saloma: “Lo dices como si no tuviéramos opción”
Astapoh: “No es como si… ¿huh?”
Martín se hacer vertiginosamente hacia el monstruo y le devuelve el puñetazo en el rostro. Impacto que genera una onda expansiva y empuja contra varios edificios a Astapoh. La fuerza y velocidad del humano deja shockeados a los demás candidatos. El simple hecho de asestarle un golpe al segundo dragón más fuerte de todos y el más poderoso de los candidatos es solo digno de tomar enserio. Un pensamiento une a los monstruos y es que “es un verdadero monstruo ese humano”:
Astapoh: “Demonios, ese golpe fue con una fuerza inmensa” —piensa mientras se levanta de entre los escombros y ve que de su boca cae sangre— “con que podemos sangrar también. Eso es algo nuevo” —se sorprende de haber sufrido tal daño— “si no hubiera hecho lo mismo que ese humano también habría sufrido su ataque” —añade
Al ponerse fijar la mirada en el frente ve como Martín se acerca a una velocidad irracional y lo único que logra hacer es cruzar ambos brazos para protegerse del nuevo impacto de su puño. En esta ocasión lanza una seguidilla de puñetazos para debilitar la defensa del dragón estoico. Sus ataques son lentos pero efectivos, ya que infunde de gran dolor en las extremidades superiores a Astapoh:
Astapoh: “¡Tsk, no puedo creer que un humano me esté doblegando de esta manera!” — piensa mientras intenta sostener su defensa
Entonces, una jugada arriesgada lo impulsa para sacárselo de encima.
La seriedad en el rostro de Astapoh, incluso llama la atención en sus propios aliados, recuerda que no es un enemigo como los demás incluso es posiblemente el más fuerte hasta el momento. Astapoh extiende su mano para tomar de la cabeza a Martín y en el momento en que la distancia se acorta, la boca del monstruo se levanta y todo su cuerpo sales despedido luego de que un puñetazo del argentino impacte debajo de la quijada.
El dragón no comprende que fue lo que pasó, solo que un dolor incalculable lo hace comprender la realidad de todo, ese humano al que menosprecia es más peligroso que cualquiera al que se haya enfrentado.
El impacto es tan grande que el monstruo llega atravesar la estratosfera.
Martín arrastra su mirada hacia los aliados del monstruo y al dar un paso caen llamadas en su dirección. Llamas que podrían calcinar hasta la roca misma.
El argentino, antes del ataque con fuego, había levantado su mano para envolverse en una capa gruesa de maná para protegerse, ya que previno algo así cuando lo obligó de un puñetazo a alejarse muy hacia arriba.
Del cielo, una criatura gigantesca con forma de dragón, múltiples cuernos y púas, cuadro patas con garras afiladas y alas tan extensas que podrían cubrir casi toda la ciudad. Su piel es color marrón y líneas doradas dibujan
De un zarpazo contra Martín, se hunde y destruye el suelo, así como derrumba varios edificios sobre él:
Astapoh: “Humano, no cabe la menor duda de que eres muy fuerte, incluso entre tu raza eres el pináculo de la evolución. Es un milagro que puedas mantener una pelea contra mí. Como bien charlamos recién, sin embargo, no puedes hacer nada contra mí. La diferencia entre un ser casi divino como yo y un mero mortal con tales poderes es evidente y… ¿huh?” —se da cuenta de que su enorme pata se levanta lentamente— “¡imposible!” —piensa incrédulo
Martín manda a volar con una fuerza explosa tan grande que hasta los candidatos son arrastrados a ello. El joven suspira y vuelve a mirar al dragón, que logra escapar de esa explosión invisible gracias al batir de sus alas:
Martín: “¿Tengo que tomar en cuenta lo que has dicho? Muchas vidas se han perdido por culpa de ustedes. México, Ucrania, China…”—recuerda lo sucedido en la Antártida, y hasta en su propio país— “Antártida…Argentina…”—su rostro se torna agresivo, ya no tiene las facciones de aquel joven amable y dulce sino alguien que se encuentra en la cumbre de su enojo
Nivel de Poder Manifiesto: 75%
***PARTE II***
Arakneida, la más cercana de los familiares a Martín, siente como la ira y frustración de su señor duele como si en verdad ella estuviera siendo lastimada. Aún en la ventaja que supone su presencia, no se confía puesto que conoce la misma vulnerabilidad que supone ser un humano y con solo ver el cambio del ambiente se percata de que el nivel de poder manifiesto está alcanzando su pico. Supone un gran peligro lo que puede venirse si se desata todo el poder de la marca.
Estela, quien es la más preocupada de todos a pesar de que intente mostrarse segura de todo, pregunta en voz alta:
Estela: “¿Tan fuerte es el enemigo para que pelee al mismo nivel que él?”
Kargroot: “No lo creo” —Octavio lo ayuda a moverse luego de desviarse de su camino ante los pedidos de Octavio
Lucas: “¡Kargroot! ¡Julio!”
Julio: “Lo siento, no pudimos ir hacia el campamento sin venir a ver como estaban e ir todos juntos”
Estela: “Gracias”
Octavio: “Arakneida, ¿estas bien?”
Arakneida: “Si, solo me tomo por sorpresa el poder de los candidatos”
Claustro: “Así que ellos son los candidatos a emperadores. Parecen muy poderosos”
Octavio: “Es cierto, incluso ustedes no pudieron contra ellos”
Kargroot: “Si, pero ahí la cuestión. Ni Arakneida, ni yo, ni siquiera Necriria pudimos enfrentarlos porque usamos tanto nuestro poder mágico para esta batalla que en el debido momento los candidatos aparecieron y no pudimos hacer nada”
Arakneida: “En la batalla de desgaste contra el Leviathan y Necriria, ellos hicieron su buena jugada al entrar en el momento adecuado. Asesinar a la emperatriz del abismo justo cuando su energía mágica y resistencia estaban en su punto más bajo, en verdad fueron inteligentes”
Estela se golpea las mejillas con las palmas de sus manos para darse ánimo y no pensar en cosas negativas ya que quien se encuentra peleando contra tal fiero enemigo es su amado Martín, y si algo le enseño es que la fuerza de voluntad humana puede oponerse a los desastres naturales que representan los fenómenos de mazmorra:
Estela: “Él…va a lograrlo…vencerá”
Arakneida: “Ya me parecía raro que estés tan callada”
Estela: “Lo siento, es que al verlos tan heridos y que ese monstruo pudiera pelear en igualdad de condiciones con Martín, me preocuparon por un momento, pero ahora me doy cuenta de que sigo con mis tontos temores”
Arakneida: “Si sus temores no podrían de llamarse humanos. Lo mismo debe estar sintiendo Martín mientras pelea contra Astapoh”
Estela: “Por eso es que es más humano que cualquiera” —aprieta con fuerza los puños
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