Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 130
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- 130 - Capítulo XXVII: Las voces que recorren el mundo
En las zonas volcánicas e inactivas de Islandia, el trono de fuego dentro del Eyjafjallajokull, el volcán más importante del país, es ocupado por un ser que supera con creces la fuerza de todos los emperadores y candidatos a ese puesto. Su infinidad de legiones y fuerza individual lo hacen casi una leyenda en el universo de maná. Dramonzuk descansa en aquel trono de roca y lava recorriendo a su alrededor como si fuera el omnipresente ser creador de vida y muerte.
Ante los acontecimientos recientes de China, no escapa a la curiosidad como si se tratase de un juego de niños para él. Inclusive aquella sensación tan familiar de un alguien que reconoce al instante le produce una leve risa. Mas que algo gracioso para él, es ironía la que se dibuja en el rostro. Tantas cosas ocurriendo al mismo tiempo y otros que desconoce:
Dramonzuk: “China seguramente no se recupere hasta dentro de muchos años. Lee Bao y William Scott, los dos campeones de la humanidad, inutilizados y sumados al cazador ruso muerto, ya no pueden hacer nada contra un eventual ataque global” —murmura con su rostro descansando sobre el puño y mirando a un dragón humanoide que se encuentra sosteniendo papiros
Dragolyto: “Por supuesto mi señor. Todo salió como se esperaba y sin necesidad de que usted interviniera”
Dramonzuk: “En efecto, pero a pesar de que mis enemigos…si es que puedo considerarlos así…ya no existan, se han sumado otros más. Estos son más fuertes que los humanos y con seguridad van a ser una piedra en mis zapatos”
Dragolyto: “Mi señor ¿Quién se atrevería a oponérsele?”
Dramonzuk: “Alguien que lleva con resentimiento su existencia, pero también mintiéndose a sí mismo”
Dragolyto: “No comprendo”
Dramonzuk: “Claro que no lo comprenderás. Es alguien que me desprecia porque según él, ocasioné que lo encarcelasen y le quité su poder ¿cierto, Astapoh?”
Frente a ellos se abre un círculo de fuego que refleja la silueta de Astapoh y su grupo de insurgentes que, tras lo sucedido en China, se ocultaron en un lugar incierto en el mundo humano. Ya no tienen la preocupación de reunir energía para mantenerse en ese mundo, ya que la batalla de Necriria con todos los familiares y aliados de Martin dio bastante ayuda:
Astapoh: “Saludos, emperador dragón. Veo que te mantienes sano y joven. ¿Cómo está mi trono? ¿se siente cómodo?”
Dragolyto: “¡¿Cómo te atreves a dirigirte así al señor de las huestes draconianas?!”
Astapoh: “Oye, oye, cierra un poco la puta boca desgraciado bastardo” —lo intimida al dragonoide
Dramonzuk: «Veo que la prisión no te hizo ningún favor”
Astapoh: “Por supuesto que lo hizo mi señor dragón” —responde sarcástico— “ayudó a mantener mi fuego interno y deseos de recuperar mi lugar”
Dramonzuk: “No veo que este trono tenga tallado tu nombre. ¿Sigues pensando que te pertenece? Te recuerdo que gobierno desde hace millones de años incluso antes del nacimiento de varios de los emperadores y candidatos. Guarda tus acusaciones para otro”
Dragolyto se queda en silencio mientras ambos poderosos monstruos dedican tiempo valioso en insultarse sutilmente mientras que la lava sube su nivel y llamas salen del cuerpo de Dramonzuk. También dragones de clase S+ que descansan a los costados de la entrada se ven perturbados ante el humor del emperador. Se pregunta
El acolyto de los dragones, rango superior entre esos monstruos incluso entre las legiones del emperador y que representa a los subordinados más directos, así como comandantes, se mantiene firme y espera a que su señor se dirige a él, pero presencia lo inusual de la conversación hasta que Dramonzuk lanza un comentario que enmudece a Astapoh:
Dramonzuk: “Tanto parloteo para alguien que no fue capaz de matar a un mero humano. En verdad eres detestable”
Astapoh: “…”
Dramonzuk: “Dime Astapoh, ¿crees que con ese fracaso puedes venir a reclamar el trono de emperador? No sé tú, pero deberías replantearte las prioridades. Pero si tanto entusiasmo tienes por querer resolver una antigua disputa por linaje de sangre entonces acepto con gusto. Solo dame la ubicación de donde te escondes…”
Astapoh: “Mide tus palabras Dramonzuk”
Dramonzuk: “¿O, sino que?” —se levanta del trono y expulsa un fuego azul que quema las colas de aquellos dragones postrados en paz a los costados de la entrada. Dragolyto salta y extiende sus alas en el aire para alejarse del maná caliente que emite su señor— “no te pongas en arrogante mocoso. Bien, ¿a qué se debe esto? Dudo muchos que sea solo para buscar pelea estúpidamente”
Astapoh: “No, claro que no. Por supuesto que hay otro motivo para comunicarme contigo”
Dramonzuk: “Entonces dilo”
Astapoh: “El usuario de la marca, es bastante impresionante para ser un simple humano. Aniquiló de dos cortes al rey de los enanos, Borac, y me mantuvo a raya demasiado fácil lo cual fue humillante”
Dramonzuk: “Déjame adivinar. Quieres que me una a ti para asesinar al usuario imperial ¿es eso?”
Dramonzuk no tiene un solo pelo de tonto y rápidamente se da cuenta de que el dragón estoico quiere usarlo para quitarse una enorme piedra del camino. Por supuesto que el emperador de los dragones y las llamas desea lo mismo, pero manteniéndose firme a su estilo y es no depender de nadie más que su propia fuerza militar y capacidad mágica.
Sin embargo, suelta una sonora carcajada y luego señala con su dedo índice envuelto en llamas al principal pretendiente al imperio de los dragones. Esa actitud del amo de las llamas es algo nuevo para los súbditos presentes, puesto que la mayor parte del tiempo Dramonzuk es visto como un ser superior a todo lo conocido y que en su templanza descansa la personalidad de todo un señor en su puesto.
El Dragolyto deja escapar un “mi señor” con cierto aire de preocupación:
Dramonzuk: “¿Unirme a ti? ¿Qué clase de broma es esta?”
Astapoh: “Veo que no atiendes a sensateces”
Dramonzuk: “Si y yo solo veo a un triste fracaso que debí exterminar”
Las llamas se apagan, terminando con la comunicación entre ambos y dejándole un mal sabor de boca al emperador de las llamas:
Dramonzuk: “¡Tsk, ese canalla se cree que voy a rebajarme a ayudarlo!” — piensa molesto por la actitud de Astapoh— “en verdad tiene mucho descaro…maldito hermano menor” —añade
Tan pronto como se relaja, las puertas que dan al salón del trono se abren violentamente de par en par y antes de que los dragones que custodian la entrada en el lado interno se dieran cuenta, son encerrados en esferas de agua. Los cuerpos de las criaturas son atravesados por estacas de agua, todo frente al emperador más fuerte de todos.
Una criatura de apariencia femenina, estatura similar a la de una humana cualquiera, pero con escamas azoláceas rodeando su cuerpo y cola como las de un pez asomándose detrás de ella y aura tan asesina como hermosamente misteriosa desbordando, se acerca mientras arrastra la cabeza de un enorme monstruo decapitado:
Dramonzuk: “¿Huh?”
Zaromina: “¡Saludos, emperador de los dragones, me presento ante ti en busca de palabras sabias y un…!”
Dramonzuk se aproxima tan rápido hacia ella que no lo ve venir. Se para frente a ella, mostrando la monstruosa diferencia de tamaño uno respecto a la otra y con mirada penetrante la intimida buscando saber su verdadera intención, pero lejos de surtir efecto, ella se siente increíblemente atraída al emperador. Si fuera por ella saltaría sobre él y buscaría saciar su propio erotismo:
Dramonzuk: “Piensa bien el final de tu frase antes de que te carbonice” —dice mientras llamas doradas se forman dentro de su boca
Zaromina: “Como verás mi señor, soy una simple señora de los mares y ex pareja del antiguo emperador de los océanos, Ormach”
Dramonzuk: “Eso parece”
Zaromina: “Vengo en busca como bien dije…de tu sabiduría y por supuesto aliarme contigo”
Dramonzuk: “¿Qué te hace creer que te necesito?”
Zaromina: “Te ofrezco la cabeza del antiguo emperador de los mares como tributo y yo…la nueva emperatriz de los mares y océanos, te serviré junto con todo mi ejército. Las fuerzas más poderosas que existen, los dragones, y el ejército más numeroso de la actualidad, los nagas, unidos y en comunión haremos frente a todos los humanos”
Dramonzuk: “Suena tentador, pero tengo otros planes en mente donde no suenas para nada”
Zaromina: “¿Te interesaría saber porque se relacionan, Necriria los candidatos a emperador y la desaparición de Leza, emperatriz salvaje?
Dramonzuk sonríe y regresa a su trono con la certeza de un acuerdo interesante que, a su parecer, ayudará a reunir las piezas necesarias. Su interés por Leza es bien sabido entre los emperadores, él se encuentra enamorado de la emperatriz salvaje y también desea obtener su fuerza y la de su ejército para obtener la victoria en una guerra trascendental.
***PARTE II***
Dos semanas más tarde en el Hospital Posadas para cazadores, Martin y Estela pudieron despertar sin secuelas, aunque la mujer se muestra muy preocupada por la visión que tuvo sobre una muerte de Martín que se pudo evitar. Para buscar respuestas les pide a los familiares de Martín de hablar sobre eso y se reúnen en la habitación donde la cazadora descansa mientras almuerza pan con dulce de leche.
Arakneida es la primera en entrar y se lleva la mirada atenta de Estela:
Estela: “Arakneida…”
Arakneida: “¿Sí?”
Estela: “¿Por qué tienes un mate en las manos?” —pregunta entre pequeñas risas
Lorkamos: “Supongo que Oscar y su obsesión por esa bebida fue el culpable” —bromea
Kargroot: “Veo que estas bien, Estela”
Cromana: “Nos alegramos mucho. ¿Necesitas que te acomode la almohada?”
Estela: “Si, por favor” —se levanta algo adolorida mientras Cromana le acomoda las almohadas y ayuda a que se apoye cuidadosamente
Arakneida: “Entonces ¿Qué sucede? Esta reunión con nosotros es por algún motivo que ningún nadie tiene que enterarse”
Estela: “Si. Es sobre la batalla en China”
Kargroot: “¿Qué pasa con eso?”
Estela: “¿Recuerdan mi ataque de nervios? Fue producto de una premonición. No sé qué me sucedió, pero vi a Martín morir brutalmente y ser devorado por el dragón”
Arakneida frunce el ceño y detrás de ella, los demás familiares se quedan en silencio mirándose entre sí, porque tal cosa no es algo ordinario incluso entre los mismos altos rangos:
Estela: “¿Chicos, que sucede?”
Kargroot: “Es algo complicado de decir”
Estela: “No comprendo”
Arakneida: “Esa es una habilidad que manifestaste y según parece va más allá de tu clase, y poder mágico. No debería existir algo así en realidad. No tengo una respuesta para ti, solo que en esa batalla te volviste mucho más fuerte que antes. Ya estás al nivel de los cazadores más fuertes del mundo y eso es un hecho”
Lorkamos: “Es verdad, pudimos sentir como tu poder mágico se disparó cuando confrontaste a ese candidato a emperador sin preocuparte por lo que te ocurra”
Estela: “Si, pero…no dejo de pensar en esa visión”
Mientras tanto, Oscar se reúne con Martín en la habitación que al igual que Estela, es solo para él con todas las comodidades disponibles.
Toda la atención que recibe cae a cargo de la A.A.C y recibe constantemente visitas de sus compañeros de gremio, familiares, aliados de otros gremios y hasta llamado de otros poderosos cazadores como Lee Bao, que desde hace días mantiene conversaciones con el argentino, dándole las gracias cada vez que puede e informándole la situación sobre la reconstrucción del país.
Además, su madre lo visita cuando puede, siempre obviándole lo que pasó en China ya que podría producirle un ataque de nervios y eso no es algo que el cazador desee por lo que no le dicen al completo las cosas.
Oscar le ayuda a cortar fruta y mientras da sorbos de la bombilla de su mate ante la mirada desconcertada de Martín. No puede creer que lleve el mate a todas partes, hasta supone que durante su juventud es posible que llevase también un mate a las misiones:
Oscar: “Vi a tu madre en el pasillo, estaba regresando”
Martín: “Si, vino unos momentos a verme”
Oscar: “¿No le dijiste sobre la herida?”
Martín: “Hay cosas que son mejor no decirle. Sigue inestable pero mientras no se altere podrá llevar una vida normal” —responde con tintes de tristeza en su voz y expresión
Por la herida recibida en China, Oscar se siente en parte culpable por lo que ha pasado el joven cazador, al final es solo un muchacho con un poder colosal y misterioso. Tener que pasar por lo que ha pasado lo hace pensar constantemente en si fue buena idea volverlo un maestro de gremio. Se siente arrepentido de a momentos para luego caer en la cuenta de que venció a Fabio y la mazmorra arácnida, al gremio Fortaleza de Brasil, la mazmorra de la Antártida, a William Scott y todo su gremio, y ahora resolvió lo sucedido en China contra enemigos más poderosos que nunca:
Oscar: “Mi oficina se sigue inundando con envíos de cartas y obsequios de todos los que defendiste en China al igual que tu gente. Inclusive los comandantes de la alianza asiática, Troma, Musume e Ichika te quieren dar las gracias en cuanto terminen de ayudar a reconstruir al país”
Martín: “No fue nada extraordinario. Era mi deber” —sonríe avergonzado
Oscar: “Demasiada humildad para las hazañas que cometiste. En fin, no solo vengo a verte para saber cómo te encuentras, también quiero saber qué harás con la invitación del Vaticano”
Martín: “Es verdad, supongo que no aceptarán otro aplazamiento a su invitación”
Oscar: “Lamentablemente no son tan permisivos como otros lugares. Aceptaron solo una prórroga”
Martín: “Y eso que solo es una invitación para pasar el fin de semana allí…o al menos es lo que quieren aparentar”
Oscar: “Veo que sospechamos lo mismo”
Las sospechas son bien justificadas ya que el Vaticano es considerado un lugar sagrado, donde los cazadores más famosos del mundo pasaron al menos una vez y otros cientos esperan deseosos por recibir la carta. Se dice que al recibir esa invitación es porque te reconocen por méritos propios, pero siempre y cuando uno sea católico apostólico romano por lo que no han aceptado jamás a cazadores de otras religiones. Han sido sujetos durante años a criticas constantes, esto también es en parte a que no aceptan tampoco habilidades como magia de bestia, que no son muchos los cazadores de ese tipo de magia, pero existen y se han destacado en menos número.
Usualmente envían un par de cartas por año y otorgan una fecha que no se pueden cambiar a menos que la razón fuera misión de mazmorra ya que no tienen en consideración situaciones personales. Así es como el Vaticano se ha labrado una fama de institución insensible.
Además, si la invitación es rechazada o se marca ausencia del cazador invitado este nunca más volverá a ser invitado hasta que el papa muera o decline su puesto como cabeza de la religión más numerosa del mundo:
Martín: “Que el Vaticano me haya invitado a mí sabiendo de mi situación y que poseo familiares es extraño”
Oscar: “¿Aun así iras?”
El cazador se esfuerza por levantarse de la camina y con ayuda de Oscar se mueve hacia la ventana para mirar a los enormes edificios que opacan su vista. Solo puede ver el jardín donde salen los internados y recién operados para respirar aire fresco. El sol se oculta lentamente y una de las enfermeras llega para dejar la cena. Oscar le expresa a la chica que no se preocupe, que él ayudara al joven cazador:
Martín: “Oscar”
Oscar: “¿Lo decidiste?” —pregunta, serio
Martín: “Sé que me dirás loco, pero…”—se voltea y mira a Oscar— “siento que debo ir”
Oscar: “¿Podremos discutirlo?”
Martín: “No”
Oscar: “Bueno” —sonríe— “al menos lo intente. Supongo que iré al consulado italiano para ver si puedo…quien sabe…pedir una prórroga más…tengo cierta influencia allí gracias a mi doble ciudadanía. Bendita mi madre de familia italiana”
Martín: “Gracias”
Oscar: “¿Qué haremos sobre el asunto de esos candidatos a emperadores? Son una amenaza más allá de lo que habríamos imaginado”
Martín: “Por eso aceptaré la propuesta de la iglesia”
Oscar: “Oh, con que de eso se trata”
Martín: “Algo así pero no te preocupes. Ese asunto lo trataré de solucionar sea como sea”
Oscar: “Descansa chico, hay mucho papelerío que hacer. Ah por cierto…”—se acerca a la puerta y abre de par en par. En ello entran, liderando al grupo, Macarena y los demás miembros de Victory, cazadores y familiares para verlo— “esta gente no ha dejado de hacer ruido afuera, adiós”
Macarena salta sobre él con mucha emoción y lágrimas en los ojos mientras grita:
Macarena: “¡Hermano mayor, hermano mayor!”
El grupo se acerca a paso lento y en silencio para abrazar al joven que había luchado por cada uno de ellos en algún momento y nunca abandono a quienes el piensa como su familia. Julio le agita el cabello y señala hacia atrás a Estela, quien se acerca torpemente y una sonrisa de oreja a oreja por volver a ver a su amado:
Estela: “Hola, tonto”
Martín: “Auch…”— se acerca y la toma del rostro— “¿te duelen las heridas?”
Estela: “Un poco, pero estaré bien en unos días más” —lo abraza del torso a lo que él responde con el mismo gesto
Martín: “Lamento haber sido tan descuido” —le besa la frente
Tras eso, Martín se recuesta en su cama y Estela sobre una cómoda silla acolchonada mientras los demás están parados a lo largo de la habitación. Cada uno de ellos esperando sea como sea por lo que diga su líder:
Martín: “Pensaba en ir con todos los ejecutivos, pero parece que el asunto ha escalado bastante alto”
Julio: “¿A qué te refieres?”
Martín: “Saben que se aproxima una inminente confrontación con los candidatos. Ellos…son los insurgentes y pretenden declararle la guerra a la humanidad”
Kargroot: “¿Qué tiene que ver Roma en este caso?”
Martín mira a Arakneida y asienta con su cabeza. La soberana se acerca con un mapa del Vaticano y señala en circulo un sector:
Arakneida: “Este lugar es la tumba de San Pedro”
Octavio: “Sigo sin comprender”
Lucas: “La Basílica de San Pedro es conocida por ser lugar de catacumbas antiguas donde incluso se practicaba el catolicismo más antiguo en época donde los cristianos eran perseguidos por ser paganos”
Estela: “Exacto. Y además en otros tiempos fueron usados para la magia negra en tiempos de inquisición y también intento de invocación de mazmorras para nuestra era”
Arakneida: “Correcto Estela. La afluencia de maná es tan inmensa que podría haber monstruos allí. Según mis informantes en el Vaticano, hay una presencia con inmensa cantidad de maná pero que lentamente se va reduciendo”
Martín: “No sé qué sucede allí, pero será el epicentro de algo relacionado a los candidatos. Si me lo preguntan, estoy igual de confundido que cualquiera de ustedes, pero algo me está impulsando a querer ir e investigar”
Julio: “Trabajo de espionaje en el Vaticano ¿huh?”
María: “Espera, ¿eso quiere decir que…?”
Martín: “Victory al completo irá al Vaticano, pero primero buscaremos firmas de varios gremios del mundo para actuar si es necesario. Deteniendo al gremio representativo de la Santa Iglesia”
Ninguno se esperaba tales palabras del líder del gremio. Su posicionamiento no tan directo a menos que se lo pidieran ahora es quebrantado al encontrar fenómenos que podrían corromper al propio espíritu humano. Lo de William es un ejemplo que presenció de manera indirecta pero ya el querer usar criaturas y mazmorras en las catacumbas, sensible a la energía mágica, es un hecho que no se puede ignorar. Si no fuera por la información que otorga Arakneida, no sabrían que sucede, pero ahora que es evidente, todo el grupo debe de movilizarse.
A pedido de Martín, otra de las cosas que debe hacer Oscar es evitar que la información se filtre internacionalmente y que gremios declaren la guerra o alíen con la iglesia. Sin embargo, Macarena pregunta inocentemente:
Macarena: “¿Qué pasaría si ellos no entienden y desean luchar?”
Martín: “Vamos a investigar, no queremos pelear, pero…nunca es seguro que piensan las personas. Si llegamos a eso entonces…daremos todo de nosotros para que no ocurra” —responde ante la duda de la joven inexperta— “si, no sabemos si podremos evitar una pelea, pero lo que si estoy seguro es que esos sujetos son la principal amenaza y tenemos que detenerlos” —piensa mientras se toca la herida en su espalda disimuladamente y sin que lo vean los demás. Estela da un vistazo breve y es la única que sí se da cuenta, cambiándole la cara y mostrando expresión depresiva
De repente, una extraña y perversa voz resuena como susurro dentro de su cabeza como un eco oscuro:
“Mátalos… ¡Mátalos a todos!”
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