Limit Breaker: Conquistando Mazmorras - 141
En Torre Angela a pocos kilómetros del Vaticano, el gremio de The Kingdom Glory se refugia en uno de los edificios abandonados por una de las tantas familias que fueron expulsadas por la guardia suiza con el fin de que la santa sede pueda expandir su territorio sobre zonas que no forman parte de Roma.
El hogar se encuentra cubierto de tierra, escombros y alimañas como arañas, ratas que al ver humanos escapan desaforadas. Aún quedan las camas desarmadas antes del abandono de las familias y algunas puertas rotas y ventanas magulladas.
Sonya Morgan, cazadora de rango B, y Henry Glover, cazador de rango A, llegan por la entrada agachados y con actitud cautelosa. No confían que los habitantes de ese lugar puedan llamar a las autoridades y que, por ende, estos llamen a la iglesia. El peligro de que el papa haya lanzado una alerta para que cualquier persona de información sobre cualquiera del gremio Victory está presente y ahora que los británicos están a favor de los argentinos la hace aún más peligrosa la situación.
Mientras tanto en una de las habitaciones donde hay una cama, Estela descansa y Desmond Gooch, sanador de rango A y doctor matriculado, cuida de ella al estar atento a sus signos vitales y cualquier clase de indicio sea bueno o malo.
Norman se queda en una esquina junto a una de las cazadoras más jóvenes y de rango C, Andy Williams, ella no se aparta de su lado ya que es como una hermana pequeña para el líder y actual alto rango mundial.
La organización del gremio es tan eficaz que la vigilancia se distribuye entre el resto. Jessica Holmes, cazadora de rango B, y Lucy Pooley, de rango E otra de las jóvenes sino la más, están en una de las ventanas con cortinas cerradas, pero sin dejar de estar al tanto de lo que pueda pasar afuera. Ryan Garlick, cazador de rango D y Sam Constinton, de rango B, están en otra habitación ordenando suministros que alcanzaron a tomar del vaticano y separan por raciones con la mente puesta en una larga resistencia en el edificio.
Sonya, la segunda al mando del gremio, entra a la habitación y mira unos momentos a Estela, que aún respira, pero no parece que llegara a despertar tan pronto:
Sonya: “Estaremos un largo rato aquí me supongo”
Desmond: “Su condición es inmejorable, pero es extraño lo que le pasó. Esto me supera”
Norman: “Tranquilo Desmond, ve a descansar”
Desmond: “Avísenme cuando pase algo anormal”
Norman: “Lo haremos”
Sonya: “Ya está hecho. Pudimos comunicarnos con el resto del gremio en Inglaterra”
Norman: “Fue una gran idea no haber ido todos, pero esa petición del papa de que vayamos los más fuertes me pareció extraña”
Sonya: “Por suerte no hiciste caso”
Norman: “Tu sugerencia fue excelente”
Sonya: “Gracias. El asunto es ¿Qué hacemos ahora?” —mira a Estela
Norman: “Esperar a que despierte”
Sonya: “¿Si pregunta sobre sus compañeros?”
Norman: “Le diremos la verdad, aunque no la sepamos nosotros completamente”
Andy: “¿Creen que despierte?”
Norman: “No habría necesidad de que siga así. Por lo que Desmond nos dijo, ella está en perfectas condiciones y lo que le paso no tiene lógica”
Sonya: “Ordenaré mayor vigilancia. Será un día muy largo”
Norman: “Gracias Sonya”
Sonya: “Y tu procura descansar. Esos picos gélidos alrededor del edificio tienen varios kilómetros de perímetro. Te desgasta”
Norman: “Lo haré, descuida. Andy, ve con Ryan y Sam, quiero hablar con Sonya”
Andy: “Claro”
El maestro del gremio británico cruza sus brazos se queda pensativo. Sonya sabe que cuando se pone a pensar en silencio y sus brazos cruzados es cuando duda de la situación y busca alguna solución posible.
Al parecer, desde que llegaron para dar apoyo a la iglesia ha pedido justamente del papa, solo obtuvieron ayuda de parte de Victoria, la maestra del gremio Santo Marco, pero también ella tiene sus dificultades ya que duda de la propia fe de los que lidera a la religión católica y tiene en su contra a todo el gremio:
Sonya: “Hacia mucho tiempo que no te veo pensar de tal manera”
Norman: “Estamos entre la espada y la pared y a menos que nos reunamos con Victory, puede que acabemos enemistados con más personas de las que deberíamos”
Sonya: “¿Qué deberíamos hacer? ¿esperar? Si lo que sea que estén haciendo debajo de la santa sede es enorme y peligroso, significa que el tiempo apremia”
Norman: “¿La seguridad como está?”
Sonya: “Imposible” —niega con la cabeza—“acercarse al menos a cincuenta metros significaría que una lanza de fuego te atraviese sin problemas”
Norman: “Tampoco sabemos que le ocurrió a Martín. Las cosas no podrían ser más complicadas” —se agarra la cabeza como si estuviera echándole humo de tanto pensar
Frente a ellos, Estela se encuentra despierta y con la mirada fija en los británicos. Norman la intenta calmar, pero ella muestra una actitud confundida y violenta y usa su magia para alejarlos y escapar:
Sonya: “E-Espera Estela, por favor, cálmate”
Estela: “¡¿Quiénes son ustedes?! ¡¿Dónde está Martín?!”
Norman: “Puede estar confundida, pero acercársele es muy peligroso” —piensa— “hay que calmarla sea como sea o revelaremos nuestra ubicación”
Estela: “T-Tengo que…”—cae al suelo cuando intenta ponerse de pie
Sonya corre para ayudarla. Desmond, por su parte, llega para atenderla con varios instrumentos médicos que solo se usan para los cazadores o sensibles al maná, sin embargo, Estela se resiste y manifiesta con su magia varios picos hechos de aire y apunta a las tres personas que están frente a ella:
Estela: “¡Aléjense de mí, aléjense!” —se la ve estresada y con su cabello alborotado y una expresión al limite
Desmond no puede tratarla como quisiera y es algo que jamás ha visto en su carrera como médico y sanador del gremio. Un nivel de estrés caótico en una mujer que hasta hace horas se encontraba en calma y en un buen estado de salud mental, físico y emocional:
Desmond: “Estela, por favor tienes que calmarte. Estás bajo un gran estrés y puede ser peor para ti si no me permites tratarte. Necesito que respires hondo y calmada”
Estela: “N-No te me acerques…te lo advierto”
Desmond: “Escucha, soy doctor y también sanador. Te pido por favor que me dejes tratarte. Te prometo que no te pasará nada malo, no somos tus enemigos”
Estela: “É-Él…”
Norman: “Solo fue una fachada Estela, nunca quisimos atacarlos, pero los del vaticano estaban vigilándonos”
Estela: “¿Qué?”
Estela baja la guardia para permitirle a Desmond que la revise. Le alumbra los ojos con un aparato que usa maná para amplificar la señal y detectar cualquier anomalía en su cuerpo. Revisa su pulso, así como también verifica con otro aparato la cantidad de maná que posee. Esto último es para controlar que su energía mágica no se haya quedado en 0 ya que muchas veces los cazadores sufren de “enfriamiento”, un problema de salud que radica en la necesidad del cuerpo por recuperar maná, entonces el organismo se siente más tenso, débil y lento.
Finalmente, Desmond no encuentra nada extraño salvo que, justamente, se encuentra con enfriamiento, pero sus síntomas no corresponden a esa afección. El doc, como es conocido en el gremio, se reúne con Norman afuera de la habitación y cierra la puerta para que no sean escuchados por la argentina:
Desmond: “Está sobre estresada pero es normal en una situación como esta. Sus niveles de maná están muy bajos, sufre de enfriamiento por la falta de energía mágica y eso nos afecta a todos los cazadores”
Norman: “Entonces ella está bien”
Desmond: “Es lo que quisiera decir, su salud es óptima, pero algo la tiene muy alterada. Tengo entendido que estuvo volando y luego cayó al vacío. Si no fuera por ti habría impactado duramente contra el suelo”
Norman: “Necesitamos que ella hable con sus compañeros para que sepan que estamos de su lado. ¿Qué debemos hacer?”
Desmond: “Por ahora necesita descansar. Sabe que somos sus aliados o que por lo menos no le haremos daño eso es algo…creo”
Norman: “No podemos arriesgarnos y que nos considere sus enemigos. El papa con todo lo que está haciendo ya se declaró como enemigo de la humanidad”
Desmond: “¿Qué pruebas tenemos de eso? ¿la señorita Victoria? La pueden desmentir y tratar como demente”
Norman: “Cuenta con nuestro apoyo y seguramente de Victory. Si entramos en una guerra, no vamos a estar en el lado errado. Sabes que la corona no dejará que se haga lo que quiera. Eso fue lo que hizo el ex rango mundial William y mira que ocurrió por meterse contra Martín”
Desmond: “¿Por qué siento que parecemos los que eligen los bandos por interés?”
Norman: “Me conoces Desmond, mis elecciones solo dependen de si me quitan el aburrimiento y puedo dejar algo en caso de caer en batalla”
Desmond: “Es lo mas contradictorio que has dicho en mucho tiempo. Ser egoísta o bondadoso con la humanidad”
Por mas que lo piense, Norman no deja de sentirse a gusto con su filosofía que sigue desde muy joven. Ahora que en el vaticano suceden cosas tenebrosas y que pueden atentar contra la humanidad, no puede dejar de sentirse emocionado de que por fin su momento haya llegado. Claro, él piensa en la seguridad de su gente y desea protegerlos, pero por dentro tiene el ferviente interés de formar parte de historia pura para la raza humana:
Norman: “Desmond”
Desmond: “¿Qué pasa?”
Norman: “Quiero que te comuniques con el gremio para que pidan pasajes de regreso a Londres”
Desmond: “¿Nos Vamos?”
Norman: “Si, pero ustedes. Yo me quedaré”
Desmond: “¿Ahora que te picó?”
Los cazadores escuchan la conversación y se van acercando con clara expresión de desapruebo sobre la orden del maestro y alto rango mundial. Norman los ve a los ojos a cada uno de ellos y se encuentra con que ninguno aceptará esa decisión sin consultárselo, menos si es una especie de sacrificio por lo que Desmond lo interrumpe cuando nota que gestualiza para decir algo:
Desmond: “Antes que digas algo, vuelve a mirarlos a los ojos y verás que no aceptarán la decisión. Eres el que nos reclutó y nos confiaste muchas misiones y creer que no estamos a la altura es aborrecible y hasta irrespetuoso”
Norman: “¿Qué quieres que haga? No voy a permitir que mis compañeros…no…mi familia caiga en una batalla que no tienen nada que ver y por mis caprichos. No voy a dejar que pase eso”
Desmond conoce a Norman desde hace un tiempo cuando entró al hospital de Birmingham por el veneno de un insecto durante la expedición a una mazmorra insectoide y antes de que él despertara por segunda vez. Le salvó la vida y en ese momento, Norman descubrió el gran potencial del doctor que, a pesar de haber sido doctor, mantenía en secreto que era un sanador con gran talento para esa clase. Desde ese momento formaron una gran amistad y confianza donde el “doc” le dice las cosas que piensa sin problemas y sin preocuparse por como reaccione.
Esta no sería la excepción porque una vez mas se vuelve la voz de la razón y quien le pone los pies sobre la tierra para que no cometa tonterías que según Desmond, provocaría mas dolor al cazador mas fuerte de Gran Bretaña.
Mientras tanto, Sonya se queda conversando con Estela, y aunque ambas tienen temperamentos diferentes, logran congeniar con pequeñas platicas tontas, pero con la clara intención de que sea para despejar la mente de la pobre sanadora. Sin embargo, Estela no deja de pensar en sus compañeros y su pareja, por lo que se intenta aventurar, una vez más, a salir de la cama y regresar a la Basílica, pero Sonya la detiene y mira fijamente:
Sonya: “¿Acaso no entiendes tu situación Estela? A pesar de que físicamente estés bien, a nivel mental y de energía mágica estás demasiado agotada. Tienes que descansar”
Estela: “Estoy bien, enserio”
Sonya: “Eso dices, pero apenas puedes apoyar los pies y Desmond dijo que sufres de enfriamiento de maná. Para personas sensibles o que poseemos maná, el estar vacíos es bastante malo y lleva tiempo recuperarse”
Estela: “No se que es eso del enfriamiento, pero es extraño. Yo no usé nada de mi poder mágico desde que llegué hasta que escapamos con Martín”
Sonya: “¡¿E-Espera que es lo que acabas de decir?!” —se queda en shock— “¡¿estás segura de no haber usado poder mágico para algo?!”
Estela: “No, no lo he hecho”
Sonya: “Esto no es para nada bueno. Perder poder mágico sin siquiera haberlo usado. No sé qué significa, pero no es para nada bueno”
Estela: “Es por eso que tengo que ir con Martín…tengo que…salvarlo…”—exclama intentando salir de la cama, pero cae al suelo. Siente como su cuerpo pesa toneladas y los pies sufren dolores punzantes— “¿T-Tengo que ir…con Martín…”
Sonya: “¿Y luego que Estela? ¿vas a volver donde hay al menos 12.000 entre guardias suizos, cazadores y miembros de seguridad armados con armas de fuego mágico? ¿eso es lo que quieres? ¿Morirte apenas pones un pie?”
Estela: “¿Qué esperas que haga? Desde que nos conocemos él siempre veló por mi seguridad…la de todos y a medida que las cosas que fueron poniendo muy complicadas simplemente Martín las enfrentó solo. No sé qué le estarán haciendo, pero no puedo dejarlo solo”
Sonya: “Si mueres será en vano”
Estela: “A pesar de que me lo planteo muchas veces, no se que mas puedo hacer para serle realmente útil. Pero esta vez…será diferente”
La puerta de la habitación se abre y Victoria junto a varias personas mas entran para ver como se encuentra Estela. Ella la reconoce a la maestra de Santo Marco, quien fue la que la contacto junto a Martín y entregarle información vital sobre lo que ocurre en el sitio. Le sorprende verla aliada a los británicos, pero recuerda que todos están con una misión que los une a todos, detener al papa y lo que pretende:
Victoria: “Victory no estará solo” —declara con gran seguridad— “Quizás fue así en Brasil, Estados Unidos o China, pero en Italia y por la hermandad que nos une, Santo Marco estará dispuesto a ser la lanza. Traje a varios cazadores de mi gremio y entre ellos a Sechia y Nero, ambos son rango B, pero confiables al final. Además de 20 cazadores mas de rangos entre E y C igual de confiables”
Estela: “Muchas gracias, a todos”
Norman: “Si bien es un alivio, necesitamos contactar a tus compañeros. Si queremos organizarnos, tenemos que reunirnos y establecer las prioridades antes de atacar”
Estela: “Hay que rescatar a Martín, sea como sea”
Victoria: “Antes de eso es derrotar a un verdadero ejercito que custodia Roma y la ciudad es grande. No solo hay mas de 10.000 en el vaticano sino también los alrededores”
Norman: “Estela ¿podrás comunicarte con el gremio?”
Estela: “Eso trataré…”—cierra los ojos y pone toda su atención en contactarse con Arakneida, quien posee la habilidad de lazos mas fuerte y con mayor alcance— “por favor…que llegue…que llegue…vamos Arakneida…responde” —no logra establecer comunicación con la poca energía mágica que la queda por lo que Desmond le pide que se detenga y no gaste más maná
Desmond: “Tu salud es más importante en estos momentos ¿verdad Norman?”
Norman: “Si, solo duerme un poco y…”
Estela: “¡No, yo puedo hacerlo…puedo…!”—cierra una vez mas los ojos y un aura transparente la envuelve mientras que su cabello se levanta elegantemente— “por favor, por favor, por favor, por favor…”
Arakneida: “¿Estela, eres tú?”
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