Limit Breaker: Tokio Dungeon - 07
Kyubo: “¿Quién eres?” — pregunta, absolutamente serio
Kamal: “Una monstruosa criatura como tú no debería saber mi nombre”
Kyubo: “Ya veo, con que hay humanos así de ególatras. Que desagradable”
Kamal: “Di cuanto quieras” — se inclina hacia adelante con sus cuchillas al frente — “tu sangre salpicara el suelo”
Se impulsa hacia Kyubo y lo ataca con sus filosas cuchillas. La mirada del mercenario nepalés se encuentra sobre las extremidades del yokai para neutralizar sus movimientos.
Las oxidadas hojas se mueven a enorme velocidad, pero nada que Kyubo no pudiera esquivar siempre y cuando mantenga la concentración y sus instintos al máximo. Kamal se da cuenta de que no es un trabajo sencillo matarlo por esa razón opta por una estrategia muy propia de su grupo, utilizar a los inocentes para desconcentrar al enemigo. Por esa razón en medio del ataque contra el yokai lanza una de sus cuchillas contra Ichika, quien se queda perpleja ante un nuevo ataque del cobarde mercenario gurka:
Kyubo: “¡No, Ichika!” — se voltea y mueve rápidamente para interceptar el ataque
Kamal: “¡Ja, eres muy predecible monstruo!” — grita, entusiasmado y le arroja su ultima cuchilla contra la espalda, logrando incrustársela en el costo del cuerpo
Aunque no haya intenciones de continuar la pelea, Kamal hace todo lo posible por eliminarlo mientras busca defender a Ichika de los cobardes ataques del gurka.
Kyubo llega con lo justo y desvía con una de sus colas, la cuchilla oxidada. Sin embargo, el daño ya fue causado y debido a su herida comienza a perder mana de allí y sangre sin parar.
Con sus manos trata de contener la perdida de sangre mientras evita caer desmayado al aferrarse a su fuerte deseo de proteger a Ichika, siguiendo firmemente la promesa que le hizo de que nada ni nadie podrá hacerle daño mientras este a su lado. Esos pensamientos a los ojos de Kamal, hacen que se vuelva débil ante cualquier enemigo y el solo hecho de que sea así le revuelve el estómago:
Kamal: “Esto me da asco ¿sabes? Eres un monstruo, pero proteges a esa chica como si fuera algo importante para ti. Esto no tiene nada de gracia maldito monstruo”
Kyubo: “Veo que…no eres un…humano ordinario…haaa haaa” — jadea al sentirse cada vez mas débil — “no permitiré…que le hagas daño a Ichika…” — se marea y tambalea su cuerpo — “mierda, cada segundo que pasa hace que pierda mi fuerza” — piensa preocupado
Kamal: “¿Ya ves? No tiene caso que te mantengas a la defensiva. Bien podrías irte y abandonar a la chica. Que extraño que no quieras salvarte a ti mismo”
Kyubo: “Deja de parlotear y continuemos” — se para firme
Kamal: “Tienes bastantes agallas monstruo, lo admito. Pero esa naturaleza que crees que es muy humano harán que te mate. Mírate ahora, estas moribundo por solo una cuchilla vieja” — abre sus ojos al darse cuenta de algo — “e-espera un momento” — sonríe con expresión de burla — “ya veo, con que tu…”
Kyubo: “¡Cierra la boca!” — grita para impedir que siga hablando
Ichika se queda en silencio sin saber que sucede, solo se preocupa por la condición de Kyubo. En respuesta se voltea y le sonríe para calmarla.
En ese momento ella se da cuenta de que algo malo ocurre, no solo porque hay un enemigo peligroso delante, sino porque la expresión de él no es ordinaria. Con esos pensamientos ella empieza a sentirse impotente y rápidamente toma un pedazo de tronco que hay a su lado y se pone de pie para ayudar a Kyubo:
Kyubo: “¿Qué haces?” — la mira
Ichika: “Se que sucede y no dejaré que alguien mas muera por mi culpa”
Kyubo: “No es algo que puedas manejar, Ichika. Vete para atrás por favor” — la intenta apartar
Ichika: “No” — responde y mantiene su posición — “voy a ayudarte”
De repente, la niebla purpura llega a donde se encuentran y los envuelven en una extraña y densa gravedad de maná, algo que en el mundo humano es realmente un fenómeno extraño. Ninguno entiende que pasa a excepción de Kyubo, quien ya sospechaba que pasaría si los engullía la niebla.
Su preocupación se hace realidad al no poder evadir por siempre la niebla.
Se acerca a Ichika y la toma de la mano para evitar perderla de vista:
Ichika: “¿K-Kyubo?”
Kyubo: “No te separes. Esta niebla no es ordinaria y muy pronto llegarán los problemas” — la susurra
Ichika: “Entendido ¿Qué hacemos?”
Kyubo: “Podemos aprovechar que la visibilidad es…”
Kamal se abalanza sobre ellos con cuchillas que salen de las mangas de su abrigo. Sorpresivamente la poca visibilidad que suponía Kyubo eran un problema, no lo es para el mercenario gurka. El ataque va con la intención de separarlos y eliminarlos fácilmente, pero en el momento en que lo ve acercarse desde el aire, toma con fuerza la mano de Ichika y la acerca a su cuerpo.
Un pequeño chorro de sangre sale del hombro izquierdo de Kyubo. Sin darse cuenta el ataque de Kamal surte efecto y cada herida que sufre el yokai aumenta las probabilidades de que sea eliminado e Ichika corra peligro de muerte:
Kyubo: “¡Maldición, bajé la guardia por un momento!”
Ichika: “Otra vez…alguien está en peligro por mi culpa” — mira en shock al ver a Kyubo cayendo de rodillas
Kamal: “¡Jajaja! No puedo creer que a pesar de todo sigues protegiéndola. No podría sentirme mas asqueado. Solo déjate matar. Tengo a un lugar al cual volver rápidamente” — al decir esto último su expresión se vuelve seria
Sin siquiera usar su magia, el nepalés busca desesperadamente acabar con ambos. Movido por el fuerte deseo de reencontrarse con alguien amado. En el momento en que se para a pocos centímetros de ellos, levanta su brazo con la cuchilla pequeña saliendo de la manga apuntando a la cabeza de Kyubo y luego a Ichika.
Impotente y en shock, Ichika lo confronta con la mirada sin siquiera poder hacer algo para defenderse o defender a Kyubo:
Ichika: “¿Por qué estás haciendo esto? Tan solo nos atacaste mientras estábamos tranquilos ¿Quién eres?” — pregunta con lágrimas en los ojos
Kamal: “¡Tsk!” — chasquea con su lengua — “que fastidio cuando te plantean estas cosas a segundos de morir. No hay un por qué. Los mercenarios nos movemos por dinero o un código. Mi motivación no la sabrás, pero solo te diré que con su muerte habrán salvado a alguien que fue condenada a morir cada día de su vida”
Casi como si fuera una bala, Yujin aparece y aterriza con fuerza contra el suelo, sacudiendo y destrozando con fuerza la tierra y levantándola en bloques hacia arriba y arboles caen por el violento impacto. Una fuerte ráfaga de viento golpea en todas direcciones, levantando polvo:
Kamal: “¿Qué mierda acaba de pasar?” — se cubre el rostro con la manga de su abrigo y cierra sus ojos
Yujin: “Creo que me excedí” — mira todo el destrozo que hizo — “si, bastante diría yo” — se sorprende — “veamos donde…” — mira hacia donde se encuentra Ichika y Kyubo — “con que ahí están” — sonríe
Se mueve de forma imperceptible a gran velocidad hacia ellos, los recoge y regresa a su posición sin que Kamal se dé cuenta. Para cuando Kamal vuelve su mirada hacia los objetivos no los encuentra:
Kamal: “¿D-Donde mierda están?” — los busca y vuelve su mirada hacia Yujin, encontrándolos junto a este — “con que allí están” — dice en voz baja y mira al monje — “a juzgar por tu apariencia eres un monje budista ¿de qué rama eres?”
Yujin: “Saludos, mercenario gurka. Mi nombre es Yujin Park, y provengo del templo santo de Corea del Sur” — se presenta cortésmente
Kamal: “No temes presentarte a pesar de saber quien soy y de donde provengo”
Yujin: “Temer a una persona es algo que no debemos. Además, tus acciones se motivan por otra persona más, alguien amado. Contra alguien así no puedo temer sino sentir compasión y empatía”
Kamal: “¡Jajaja! Eres extraño. Te cortaré la lengua una vez acabe contigo” —se aproxima a gran velocidad para atacarlo por la espalda — “¡muérete!”
El monje junta sus manos y palpa en posición de rezo. Sus ojos se desvían hacia el gurka, quien lanza su ataque, pero a comparación con cualquiera de los presentes, la visión del coreano es muy veloz y presencia cada cosa a un ritmo mas lento, por lo que la velocidad del nepalés es más torpe y fácil de predecir.
La cuchilla es detenida solo con dos dedos y quebrados con una leve muestra de fuerza:
Kamal: “¡Imposible!” — retrocede después de presenciar la acción del monje
Yujin: “Muy lento mercenario. Por favor desiste de tus acciones. No deseo pelear”
Kamal: “Me recuerdas a quien me entrenó ¿sabes? Era un monje budista, pero de la rama nepalesa”
Yujin: “Oh, el país de origen de Siddhartha Gautama. Que orgullo haber sido entrenado por un monje del budismo original”
Kamal: “¿Te estas burlando de mí? ¿Quién carajo se sentiría orgulloso de haber sido torturado durante años por un imbécil con vestimenta absurda?” — dice con enojo — “¡ah, me pusiste de muy malhumor maldito idiota!” — grita, molesto al recordar los años de angustia y dolor que pasó de niño y joven bajo el mando de la persona que ha servido a los gurkas como entrenador de cadetes
Yujin se queda en silencio al escuchar los sentimientos tan confusos de Kamal. Aun en la negativa de sentir orgullo por haber sido entrenado bajo el ala de un monje budista de la rama original, Kamal no evita hacer berrinche ante el desconcierto que supone rememorar recuerdos molestos. Sin embargo, a Yujin no parece sorprender el hecho de que alguien muestra descontento y rápidamente regresa a su intención principal:
Yujin: “Déjame preguntarte algo y espero sinceridad de tu parte”
Kamal: “¿Hah?”
Yujin: “¿Qué planeabas hacer con ellos dos?” — pregunta frente a Ichika, quien aún no entiende que pasa — “descuida Ichika, voy a sacarlos de aquí” — le dice
Kamal: “Oye, oye ¿Qué no dije que quiero asesinarlos porque es mi misión? ¿eres idiota o qué?”
Yujin: “Ya veo, te niegas a decirme el motivo”
Kamal: “Sigue haciéndote el imbécil y te cortare el cuello, la lengua, los dedos y ambos pies” — amenaza con mirada peligrosa
La niebla purpura se vuelve cada vez mas densa. Ya no se distingue ni el día ni la noche. Los animales, mientras tanto, huyen de la influencia de tal fenómeno macabro y aquellos que no lo logra, sucumben ante el efecto venenoso que corroe los cuerpos no humanos.
Yujin suspira y choca con fuerza la palma de sus manos, una y otra vez mientras reza los sutras y sostiene su yapa mala cuidadosamente. Kamal se altera al escuchar los sutras desde la boca de Yujin, continuando recordando los días en que constantemente era obligado a recitarlo durante horas, de rodilla y sobre carbón aun caliente como forma de expiación, ignorando por completo la verdadera enseñanza de buda y capturando ciertas esencias del cristianismo más agresivo y adoptándolo para entrenar gurkas inhumanos:
Kamal: “Maldito hijo de p…”
Yujin: “Por favor, calma tu corazón y tu boca”
Una vez dicho eso, ráfagas de viento empujan violentamente a Kamal contra los árboles e impactando contra ellos hasta quedarse inconsciente debido a los golpes en el cuerpo y cabeza.
La diferencia de poder entre ellos es tan clara que Yujin no necesitó de un combate extenso para doblegarlo, sino una breve e inteligente demostración de su elemento mágico. Después de vencerlo avanza unos pasos en dirección a donde lo empujó con las ráfagas de viento.
Ichika lo intenta detener, creyendo que no volvería esa persona. Además, Kyubo se encuentra débil y también inconsciente por las heridas, algo también muy extraño viniendo de un yokai que fácilmente podría seguir despierto y moviéndose a pesar de esas heridas.
Yujin la consuela al acariciarle la cabeza y le dice:
Yujin: “Vine aquí a petición de un amigo, Ino, para cuidarte y guiarte. Pero veo que no eres la única que necesita de ayuda. Espérame aquí. Iré por esa persona y nos apresuraremos a llegar al pueblo más cercano”
Ichika: “E-Espera por favor. ¿Y si no regresas?”
Yujin sonríe y responde:
Yujin: “Son muy dignas tus palabras. Aun en las situaciones más difíciles puedes demostrar que te importa la gente y siendo honesto me sorprende que hables tanto. A juzgar por lo que Ino me comentó de ti, no parecías la clase de persona que vaya a hablar mucho. Ciertamente es una grata sorpresa. Espera mi regreso, no tardare más de 30 segundos”
Yujin se aleja con rostro seria y la confirmación de sus sospechas: La niebla purpura es una mazmorra ambulante que todo lo que toque, será consumida por veneno y aquellos seres humanos que estén dentro serán devorados por yokai bestias compuestas por la misma sustancia de la niebla. El simple hecho de respirar y analizar el aire y sentir con el tacto, Yujin llega a la conclusión de que hay algo más peligroso detrás y es necesario moverse rápidamente para salir de allí.
***PARTE II***
Mientras tanto en las frías montañas nepalesas de Mera Peak, yace un castillo de la época dorada de los Gurkas, hogar también del centro administrativo del grupo mercenario y donde también diversos grupos empresariales se reúnen con los lideres para obtener sus servicios, algo muy preciado en todo el mundo por la seguridad y eficacia con la que completan las misiones.
Un grupo de estos empresarios son recibidos por guardias de traje y les abren la puerta, en silencio y sus manos en las cuchillas que llevan colgadas en la cintura. Allí, una mujer de hermosa y atlética figura, rostro muy atractivo que parece ignorar toda genética nepalesa, vestida con traje y cabello color blanco recogido y dos mechones de su cabello a los costados se hace presente ante esos hombres de carácter fuerte en los negocios, pero temerosos en ese lugar:
Indira: “Bienvenidos sean mis queridos clientes, soy Indira Bista, líder y administradora de la organización Gurka. Espero que el viaje haya sido agradable en uno de nuestros jets privados” — les da la indicación a los guardias para que cierren las puertas— “vengan, hoy nevará mucho. Aquí podrán resguardarse del frio y tendrán protección”
La mujer los guía hasta un jardín con flores muy bellas, lagos y pequeños animales como zorros, gatos y pequeñas aves. Pero lo que llama la atención de los empresarios es que, entre ellos y la entrada, hay varios hombres de traje, cubiertos de sangre y heridos en sus rostros por intensas torturas.
Esos hombres están arrodillados con los ojos tapados y una tela cubre la boca para evitar que hablan:
Indira: “Como podrán ver somos una organización seria” — avanza entre los hombres que dan forma a un camino— “aquellos que no cumplan con su misión recibirán la muerte, así como la de sus familias y todo aquel que esté ligado de sangre por algún parentesco. Consideramos que personas que no son eficaces y fracasen, merecen la muerte y su sangre debe ser eliminada de la tierra” — da media vuelta y levanta su brazo. Cuando hace eso, la cabeza de los gurkas que yacen arrodillados se desprende de sus cuerpos con una habilidad desconocida que ella posee y una lluvia de sangre la empapa, quien da la bienvenida a su morada a los hombres ricos— “espero que les agrade los negocios que hagan aquí, señores” — sonríe perversamente mientras continua con su camino y desabrocha su camisa frente a los hombres y la arroja a un lado, revelando una espalda cubierta de heridas y sus pechos moviéndose al compás de las frías temperaturas
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