Limit Breaker: Tokio Dungeon - 19
Varios días más tarde, Ichika logra recuperarse muy rápido. Esto gracias a su gran potencial mágico que no solo la destruye día tras día, sino que paradójicamente acelera como a cualquier cazador, las heridas y permite así su salida prematura del hospital.
A pedido de la joven, ella entrena en un dojo con espadas de madera en la que derrota a varios miembros de la mafia japonesa, sean cazadores o miembros expertos del grupo, todos son humillados ante un talento y capacidad digna de elogio. Inclusive y en presencia de Nekomina y Yujin, la chica hace gala de tal potencial que tranquilamente podría llevarla a unos juegos olímpicos de expertos. Esto por supuesto según la mirada pacifica que tiene Nekomina para la vida de Ichika, buscando que se aleje a toda costa de toda la violencia que ha sufrido y el peligro constante:
Yujin: “Cielos, es un monstruo esta chica. No sabía que tenía tal capacidad para las espadas de madera y hasta no hace mucho estaba postrada en cama y aun recuperándose de lo que fue la pelea contra la yokai” — se sorprende de las habilidades de la chica y muestra un talento innato para las espadas
Nekomina: “Yujin” — dice en voz baja
Yujin: “¿Sí?”
Nekomina: “Estuve pensando bastante sobre la situación de Ichika y siento la necesidad de cuidarla”
Yujin: “Instinto de madre ¿huh?”
Nekomina: “Es inevitable, teniendo 2 hijos a quien cuidar no me permite pensar en otra cosa que no fuera lo mejor para ellos”
Yujin: “Eso es lo que te hace madre y está bien que así sea. ¿Piensas adoptarla?”
Nekomina: “Fue lo primero que pensé, pero no sé si ella acepte. A decir verdad y conociendo sus antecedentes, va a ser difícil que quiera. Para peor, no creo que desee separarse de ustedes y mucho menos del yokai”
Yujin: “Es una niña, muy testaruda pero bondadosa al fin. A esta altura ni siquiera nosotros, los adultos, podemos saber que desea. Venganza, una familia, una vida normal, amigos o descubrir su propósito, ella estará atravesando por diferentes etapas y lo mejor es acompañarla en ese proceso”
Nekomina: “Cielos, es la primera vez que te escucho decir algo tan filosófico. Bueno, además de cosas de medicina”
Yujin: “No me quites merito ¿quieres? Además, la aprecio a esa niña y también quiero lo mejor para ella”
Nekomina: “Si, claro. A decir verdad, me sorprende que hayas aceptado la responsabilidad de hacerte cargo de ella en esa situación. Aun así, te salvó junto con el yokai”
Yujin: “Si es una burla te responderé que no es gracioso”
Nekomina: “En lo absoluto. Solo quiero mostrarte que en cierta forma me enorgullece saber que al menos tu puedas seguir con tu vida”
Yujin: “Neko, ya tuvimos esta conversación. No es necesario que sigas castigándote”
Nekomina: “Lo se. Lo se. Solo me gusta pensar en lo que hubiera pasado si mis decisiones en aquellas ocasiones no hayan sido las erróneas”
Yujin: “Tú también pudiste seguir adelante. Solo tu mente continua intranquila, pero mírate. Tienes dos hijos maravillosos y un cargo alto en la mafia yakuza. No te corrompes y eres justa con los inocentes. Diría que al final resultaste mejor que yo”
Nekomina sonríe ante esas palabras de parte del coreano y responde:
Nekomina: “Si al final no me acepta como su madre, quiero que me prometas algo”
Yujin: “Que sería te pones, das miedo”
Nekomina vuelve si vista hacia el frente para observar el entrenamiento de Ichika. Intenta contener sus lágrimas de impotencia al recordar una vez más a su hermana y la muerte tan brutal que había sufrido frente a los onis de montaña en aquella trágica misión:
Nekomina: “Solo promételo”
Yujin: “Bien. Dime entonces”
Nekomina: “Quiero que prometas que no harás que pelee ni se exponga al peligro. Deja que viva a pleno los pocos días que le quedan de vida. Promételo, por ella”
Esa es la primera vez que ve tan decidida y con mezclas de sentimientos dolorosos a Nekomina. Sea la pérdida de su querida hermana menor o el que tenga a 2 hijos y desea protegerlos debido al trauma de tal perdida, Nekomina se niega a dejar que una chica que ha atravesado por mucho dolor continue con esa vida y por todo lo que cree de valor en la vida, no dará el brazo a torcer frente a Yujin.
La mujer busca de entre sus bolsillos y saca un papel con el sello de una escuela para que Ichika pueda concurrir con chicos y chicas de su misma edad. Habiendo planeado inclusive viajes para la chica en la cual pueda divertirse con sus posibles amigas.
De alguna manera y según los ojos de Yujin, se ha vuelto loca, pero a la vez que la comprende y el deseo de que Ichika pueda ser feliz lo comparte con Nekomina pero la realidad es muy difícil de lo que se imagina:
Nekomina: “Es para el instituto Shisumashi. Tengo entendido que es muy prestigioso y allí enviare a los niños” — muestra orgullosa
Yujin: “Neko” — la mira con tristeza
Nekomina: “¿Qué pasa Yujin?”
Yujin: “Tienes que parar”
Nekomina: “¿De qué hablas?”
Yujin: “De esto que haces. Yo entiendo que buscas darle una buena vida a Ichika pero estas pasando por sobre sus sentimientos y decisiones ¿acaso le consultaste? ¿pediste su opinión?”
Nekomina: “Yo…” — se encoje de hombros
Yujin: “Tienes buenas intenciones para ella, pero obligarla a algo que no siente que pueda hacer no es lo mejor”
Sus palabras molestan a la líder yakuza pero le da la razón y en silencio se marcha a su sede para resolver cuestiones sobre su territorio en Tokio. Sin embargo y antes de que cruce la puerta de madera del dojo le advierte, demostrando que ella también es testaruda:
Nekomina: “Sea o no su decisión y como adulto responsable, deberías de mantenerla a salvo. Aun así, hablare más tarde con ella para saber si desea que la adopte. Perdóname, pero no puedo estar intranquila al saber que estará en peligro constante” — cruza la puerta
Yujin: “No hace falta que lo digas. Te conozco desde hace mucho tiempo y no dudo por un segundo que priorizas la seguridad de los demás antes que la tuya, pero a veces no encuentras lugar a lo que los demás te dicen. Es por eso que ella ya no está con nosotros y aun te mortificas por las malas decisiones que tomaste” — murmura
***PARTE II***
Minutos más tarde en la sede de los yakuza, Nekomina descansa en su oficina, bebiendo una abundante taza de café y varias pilas de papeles con varios conflicto y cuestiones administrativas que debe cumplir de manera burocrática para con su territorio.
Tomoyo, una de sus 5 secretarias que ha tomado bajo su mando y que alguna vez fue una mujer acosada por su jefe en la empresa de cosméticos a la que trabajaba, se acerca a la oficina y abre la puerta, sosteniendo una bandeja con pan de melón bien dulce como Nekomina gusta comer:
Tomoyo: “Señorita, le traje lo de siempre de la panadería de los Hasegawa”
Nekomina: “Oh, muchas gracias Tomoyo y cuando puedas dale mi agradecimiento a la familia Hasegawa. No olvides el regalo para su hijo por su cumpleaños”
Tomoyo: “Si, señorita” — le entrega el pan e inclina hacia adelante — “hummm…” — mira las pilas de hojas que Nekomina debe trabajar — “señorita ¿puedo preguntarle algo?”
Nekomina: “Adelante” — responde y se tira hacia atrás y apoya un trapo húmedo en su cabeza por los constantes dolores de cabeza que sufre por su trabajo
Tomoyo: “Siento que últimamente no se encuentra bien en este lugar ¿no ha pensado en retirarse?”
Nekomina: “Eso me lo he preguntado inclusive antes de asumir como líder de esta organización y siempre llego a la misma conclusión” — se quita el trapo y mira a la chica que no llega a los 25 años — “si no lo hago yo, será difícil que lo haga otro”
Tomoyo: “Entonces” — coloca su dedo índice en sus labios y piensa — “entonces ¿no tendría que pensar en algún sucesor?”
Nekomina: “¿Por qué estamos hablando de esto?”
Tomoyo: “Y-Y-Y-Yo…la verdad es que con las demás secretarias y agentes yakuza estamos preocupados porque últimamente la vemos cansada. Queremos lo mejor para la organización, pero también por usted, quien nos dio un lugar en el que nos sentimos seguros y queridos como una familia”
Nekomina: “Mi retiro no está ni remotamente cerca y no dejare mi cargo a cualquiera. No te preocupes, estoy bien. Lo que debería preocupar a ti es tu salud y familia. Eso es lo más importante ¿está bien?”
Tomoyo: “Si, señorita. Muchas gracias por ser tan amable con nosotros. Me retiro entonces”
Nekomina: “Ve”
Da varios mordiscos seguidos al pan de melón mientras que murmura una y otra vez “delicioso”. Nekomina siempre ha sentido que su trabajo como líder yakuza es peligroso y que en algún momento necesitará un cambio de aires pero que por el momento hay cosas que solo ella puede hacer y debe.
Ella nunca se ha fijado en otros para pensarlos como posibles sucesores y por primera vez la duda crece en su pecho, como si aquella pregunta y sinceridad de Tomoyo que inocentemente le hizo saber fue motivo para empezar a preguntárselo.
El bienestar y seguridad de sus hijos y de ella puede mantenerlo si continúa liderando a la organización, pero toda su vida comenzará a dilatarse y tiempo que se pierde para usarlo con sus hijos no se podrá recuperar.
Piense en su época de juventud, donde al ser rechazada por el cuerpo de policía, empezó su carrera como yakuza y puso de cabezas a toda la organización con su templanza, liderazgo y fuerte convicción de que se debe mejorar a una sociedad en base a los valores y no al terror y así crear la era dorada de los yakuzas con honor. Aun así y lejos de lo que cualquiera podría suponer, ella no está sola. Tiene un enorme grupo de personas bondadosas que la estiman mucho y están agradecidos por la oportunidad de una nueva vida que les ha otorgado por lo que la lealtad sobra.
Sin embargo, el malestar por no sentir que hace lo suficiente y sumado a eso, los inevitables recuerdos de su hermana la envuelven en un oscuro y frio sentimiento de tristeza.
Apaga la luz de su oficina y camina a paso lento hacia su silla junto a una gran ventana cerrada con persianas. Se desploma sobre el acolchonado asiento y coloca de nuevo el trapo en la cabeza mientras reflexiona:
Nekomina: “Un sucesor ¿huh?” — en ese momento piensa en sus hijos, el motivo por el que ella es fuerte a pesar de toda la carga sobre sus hombros — “prefiero que sean personas honestas con trabajos honestos. Demasiado ya ensucié mis manos como para que alguien más lo haga”
De repente, la figura de espalda una chica con vestimenta de sacerdotisa, cabello castaño y contextura pequeña pero enderezada que confronta a la oscura le recuerda que aún hay algo por que luchar y es por aquellos jóvenes que pueden llenar de luz el sombrío y violento mundo:
Nekomina: “Quizás tenga que esperar un poco más para aclarar mis ideas. Eso es lo mejor pero no puedo ignorar el hecho de que este mundo se pondrá más peligroso cada vez” — agrega, preocupada por lo que pase si ella no está
Al decir eso, toma una pluma al lado del teléfono y arranca una hoja del cuaderno a su lado y empieza a escribir un texto, cuyo título dice “En caso de que llegue mi momento…querido sucesor”.
***PARTE III***
En las calles del área de Shinagawa, muy cerca del puerto en Tokio, Kamal recorre aburrido la zona, viendo como las personas son animadas y se divierte sin problemas de que ocurra una desgracia o algo atente contra su vida. Siempre con la seguridad que sienten al estar siendo protegidos por la líder de los yakuza y no muy lejos se encuentra Susano’O Sword, el más fuerte del país y comandado por Musume Inarinaki, una de los altos rangos mundiales.
Mientras camina por las multitudes que se abarrotan por las enormes ofertas de turismo como restaurantes, lugares de ocio o para conocer como templos urbanos, un hombre misterioso encapuchado, con cubrebocas y mirada asesina evade fácilmente a las personas que se le cruzan hasta llegar a Kamal y rozarlo con el hombro.
Aquel extraño sujeto murmura largamente al oído del gurka y desaparece entre la multitud. Kamal se queda perplejo con lo que le han murmurado hasta el punto en que deja de caminar hacia adelante, dejando pasar a las personas que siguen su camino. Traga saliva y se toma de la cabeza con sus temblorosas manos, arrastrando su cabello hacia atrás.
Su expresión es de pánico y no hay nada que pueda hacer estando allí, pues la noticia de que su esposa está en peligro de muerte es segura y a pedido de Indira es necesaria su presencia.
Lo piensa una, y otra vez hasta que decide volver sobre sus pasos para ir a recoger sus cosas sin que nadie sepa y tomar el primer barco disponible para ir al continente:
Kamal: “Perdónenme, pero esta es la última vez que sabrán de mí. Espero que vivan felices y lejos de esta porquería. Deseo de todo corazón que Ichika pueda ser curada…” — piensa, mientras cae de su ojo izquierdo una sentida lagrima
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