Limit Breaker: Tokio Dungeon - 33
Poco tiempo después en Mera Peak, Ildra reúne en un viejo almacén del castillo a sus partidarios y fieles para discutir sobre lo próximo que planea la segunda al mando de la organización. Junto a ella se hacen presentes los Leopardos de Mera Peak, la élite gurka que muestra lealtad a la peligrosa mujer y todo en las espaldas de Indira:
Ildra: “Unos ciento cincuenta miembros de la organización. Nada mal. Nada mal, aunque es casi la mitad” — dice prudente
Gurung: “Es más de lo que uno podría suponer. Indira tiene increíble influencia así que dudo que lleguemos a la mitad al menos”
Ildra: “Me decepciona la cantidad, pero es lo justo que necesitamos para nuestros planes”
Gurung: “¿Vas a decirme de que se trata o lo divulgarás ahora?”
Ildra: “Ser prudente en estos momentos es el secreto de una misión exitosa. Descuida Gurung, se cuándo revelar mi plan y ese momento es ahora”
Ildra sube por arriba de unas cajas para elevarse y ser vista por todos los presentes:
Ildra: “Saludos a todos” — dice, alzando la voz frente a los más de cien miembros de la organización en la sede principal — “se preguntarán ¿Qué hago aquí? Pues déjenme decirles que estamos ante una crisis de identidad sin precedentes. Así es, los gurkas tal y como los conocemos se han vuelto una parda de agentes débiles comparables a meros cazadores iniciados” — dice esto y la multitud enloquece negativamente, abucheando e insultando — “tranquilos, tranquilos, yo estoy de su lado y apoyo sin dudar las tradiciones. Por ese motivo mis queridos y fieles gurkas, les propongo terminar de una buena vez esta insultante costumbre que Indira ha optado por seguir y es la de simplemente negociar con hombres poderosos en lugar de asesinarlos y saquear sus negocios, matar a gremios enteros para asaltar sus pertenencias y violar a sus cazadoras. Esa es la verdadera esencia de nosotros y que por cientos de años ha permanecido impoluto hasta que nuestra actual líder…” — se toma la cabeza y simula llorar frente a todos — “decidió cambiar eso y obligarlos a usar trajes y etiqueta ¿de verdad no creen que es insultante? ¡Pues yo creo que si y me da asco! ¡por esa razón los llamo a levantarse en armas y de una buena vez terminar con este liderazgo tan débil!” — la multitud corea y levanta su puño por lo alto
Sin embargo, no todos apoyan la idea de un golpe contra alguien que ayudo de una manera inédita a la organización, haciendo que mejorase a tal punto que ahora son temidos y solicitados por el bajo mundo y grandes empresas. Un grupo de gurkas se acerca y para firmemente.
Ildra los mira sin entender que sucede:
Ildra: “¿Pasa algo, compañero?”
Tharka: “Señorita Ildra, yo y mis diez camaradas estamos en contra de lo que dice y negamos la idea de crear discordia en la organización”
Ildra: “Podría ser más claro por favor”
Tharka: “Ir contra nuestra señora, Indira, es algo que nosotros no deseamos, aunque estuviéramos en contra de lo que últimamente está haciendo. Creemos que a pesar de todo tenemos que mantenernos firme en la lealtad y hacerle saber nuestro desacuerdo”
Gurung: “¿Cómo te atreves a plantear algo así en esta reunión? Eso puede declararse como traición a la causa”
Tharka: “Causa que le han puesto ese nombre porque la líder de la organización sigue siendo Indira y no Ildra como quieren hacernos creer”
Ildra: “Oh, ya veo. Entonces no me sirven” — mira a Gurung y asienta con la cabeza
Súbitamente la cabeza de varios miembros gurkas que contradicen a la sádica Ildra se desprenden por los aires y con esto enormes chorros de sangre salpican el suelo. Como una lluvia torrencial empapa a los presentes.
Ildra: “No necesitamos de mentes débiles en nuestra nueva organización. Aquellos que no estén dispuestos a seguirme que den un paso al frente. Serán un buen tributo” — nadie objeta y permanecen en silencio — “bien, así es como deben actuar los gurkas. Fieles a su salvajismo, pero nunca permitiendo que alguien débil los maneje”
Si, los miembros del grupo “Leopardos” han tomado la decisión de permanecer al lado de la mujer, viendo que Indira, su líder, se ha convertido en alguien débil y blanda. Ya no era aquella mujer que durante más de 5 años ha transformado a los gurkas en una poderosa y temida organización en el bajo mundo criminal y que ahora sueña con tener una vida normal y deshonrosa. Ahogándose en la ira, Ildra ordena una completa alerta máxima, ya que varias fuentes leales han informado que se acerca el grupo de Tanya, llamado la Espada de David.
La demostración de fuerza sin tener habilidades mágicas, pero si la lealtad de los Leopardos hace ver a Ildra como alguien que oculta una inteligencia maliciosa pero también escurridiza. Por esa misma razón ninguno de los presentes se muestra reacio ni con ánimo de llevarle la contraria:
Ildra: “Maldito estúpidos ¿creen que van a hacerme quedar como débil?” — se queja entre murmullos
Gurung: “Algo así…no pasara por alto por Indira. Ella sabrá sobre nuestra traición”
Ildra: “No te preocupes. Que lo sepa o no me es indiferente, solo procuren cumplir su misión y yo cumpliré con mi cometido”
Gurung: “No olvides sobre lo que hablamos. Después de esto nos largamos a Europa”
Ildra: “Ayúdenme con esto como mi brazo armado y tendrán las puertas abiertas para largarse sin represalias”
Gurung: “¿Sabes una cosa? No entiendo porque hace esto con Indira ni me importa, pero… ¿Qué es lo que en realidad quieres?”
Ildra: “Cada uno de nosotros tenemos motivaciones diferentes a la hora de hacer algo. Yo tengo las mías y por lo pronto, no te interesa ¿te queda claro?”
Gurung: “Si, si, seguro”
Ildra: “Las visitas no tardarán en llegar. Vayan y procuren eliminar a todos los invasores que vean”
Gurung: “Seguro”
Ildra: “En cuestión de días tendremos nuestro tan prometido enfrentamiento. Mientras tanto quiero que la seguridad sea incrementada. Ah, y quiero que esa mocosa que revolotea por alrededor de mi amada Indira sea apartada. La mataré frente a Indira cuando todo esto termine”
Gurung: “¿Y sobre Kamal?” — mira serio a Ildra
Ildra: “Cierto, una de tus peticiones era también la de matar a Kamal… ¿no quieres también a su esposa?”
Gurung: “Solo Kamal”
Ildra: “Bien, como gustes. Al final de todo esto será para ti. Al final…era el anterior líder de los Leopardos hasta que lo traicionaste cuando escapó de aquí” — sonríe de manera perversa — “¿Quién diría que vayas a asesinar a tu mejor amigo”
Gurung: “Él ya no merece ser llamado amigo”
Ildra: “Que buen chico” — sonríe
Al terminar la reunión secreta, Ildra se reúne con varios miembros más de su facción donde uno de ellos señala dentro de cierta habitación abandonada, cuya puerta de madera está astillada y se nota que apenas alcanza la luz del sol.
Se acerca a esa habitación y levanta la mano con la cual gira la perilla, una muy vieja y descuidada, y allí se encuentra con una figura femenina, sentada y amarrada a una silla con la boca tapada. Ildra camina hacia ella y la mira de arriba hacia abajo. Su piel ha sido maltratada y la ropa reducida a meros trapos sucios y rasgados casi revelando su ropa interior:
Ildra: “¿Alguien los vio cuando la interceptaron?”
Gurung: “No. Fue cuando estaba yendo hacia la oficina de Indira”
Ildra: “Gran trabajo”
Gurung: “Sobre tus heridas. Ella no dejaba de moverse y luchar así que tuvimos que…” — dice avergonzado de lastimar a alguien débil
Ildra: “No te preocupes. Es lo que necesito que sufra la mocosa”
Gurung: “Ildra”
Ildra: “¿Huh?” — vuelve a mirar a Gurung
Gurung: “Estoy seguro que cuando Indira sepa de esto nos enterrara hasta los mismos confines del infierno” — dice con cierto temor a las represalias de la líder gurka
Ildra: “Será cuando ella por fin regrese a ser lo que era. No me importa nada más que recuperar a mi amada Indira. Si es necesario quiero que la violen todos los partidarios de mi facción” — responde segura de sí misma
Mientras tanto, Indira busca desesperada a la joven Sryza, ordenando a tus sus leales subordinados a que registren todas las habitaciones y lugares en las barracas. Nada queda sin examinar, intentando buscar a la esperanza para que la líder gurka pueda tener una buena vida.
***PARTE II***
El silencio en el bosque reina mientras el pequeño grupo de élite israelí mantiene constante vigilancia para detectar movimientos extraños a la espera de apoyo. Un apoyo que sin saberlo ha sido aniquilado por gurkas apostados en los lugares más oscuros, altos y profundos del bosque, usando tácticas que en la guerra de Vietnam provocaron la más humillante derrota estadounidense y que a pesar de todo continúa siendo la gran mancha de la historia militar en aquel país.
Tanya afila sus cuchillas y cada cierta cantidad de minutos bebe y come un bocado del pan especialmente preparado sin levadura como si de una sistemática costumbre. Apenas dos vigilan y la cuarta integrante prepara un delicioso estofado para que por fin prueben comida real y no durante varios días el mismo pedazo de pan.
La noche es fría y peligrosa, con varios depredadores acechando, pero manteniendo la distancia al detectar peligro en los cuatro humanos que no son ordinarios.
Solomon deja a su compañero continuar con la vigilancia y se sienta junto a Tanya:
Solomon: “No hemos notado nada extraño, pero llama poderosamente la atención que no hayan llegado el restante de nuestras fuerzas” — dice en voz baja cerca del rostro delicado, blanquecino y con mirada a pagada de Tanya
Tanya: “Mantengan la vigilancia. Nada de lo que ocurre parece tener sentido así que quiero que la guardia este bien alta”
Solomon: “Deberías descansar. Hace días no duermes y nuestro turno acaba en tres horas. Al menos aprovecha ese tiempo para cerrar los ojos y dejar de afilar tus armas”
Tanya: “Ya te lo dije Solomon, podré dar una buena siesta cuando acabe con esas basuras nepalesas” — dice, enfocada en afilar lo más posible sus armas para no fallar a la hora de cortar la cabeza de Indira
Leonika: “Bien, ya casi está” — dice con tono de orgullo mientras prueba con mucho cuidado el estofado — “¡ayyyyy, que rico!” — se voltea y encuentra una atmosfera muy tensa — “oh, vamos, tenemos que disfrutar de estos pequeños momentos. ¿Cierto capitana?”
Tanya: “…”— se concentra en las cuchillas
Solomon: “Al menos hay alguien que se toma las cosas de diferente manera”
Leonika: “Además después de esto podremos ir a Norteamérica a tomar unas buenas vacaciones”
Solomon: “¡Ja! Tú y tu amor por América”
Leonika: “Supongo que es gracias a mi padre que deseo conocer además él hubiera querido que conozca el cementerio donde los héroes de la segunda guerra mundial se encuentran enterrados” — baja su cabeza y continua — “sobre todo porque allí se encuentra una mujer que ayudo a esconderse a mi tatarabuelo cuando era un niño de los alemanes. Ella ha quedado como una santa en mi familia y quiero conocer donde descansa”
Solomon: “Es un gran deseo el tuyo ¿cierto Tanya?” — le pregunta
Tanya no responde y lleva toda su atención en las cuchillas.
Solomon suspira y recuesta en el suelo con la cabeza sobre uno de los bolsos pequeños que trajeron para la misión. Su respiración se vuelve lenta y usa su magia de viento con la especialidad de espionaje. Gracias a su entrenamiento militar en el Mossad, los soldados y agentes pueden perfeccionarse, en el caso de Solomon, quien posee magia de viento, puede crear un domo invisible con el cual detecta a cualquier intruso en un rango de 100 metros siempre y cuando su concentración sea absoluta. Como si fuera un radar militar puede encontrar tanto bosques como animales, aunque no puede saber si se tratase de animales o humanos, pero al prejuzgar los patrones de actitud puede saber de qué se trata.
Por eso es que en combate se reduce la posibilidad de poder utilizar dicha magia.
Solomon abre sus ojos, después de notar movimientos extraños que no parecen ser de animales acechando sino de personas que a paso lento se acercan:
Solomon: “Tanya” — dice en voz baja — “tenemos que movernos lo más rápido posible”
Tanya: “¿Cuántos son? ¿Cómo sabes que son humanos?”
Solomon: “Son alrededor de ocho…no…doce…siguen aumentando y se mueven en pinza. Son ellos”
Tanya: “Tendremos que movernos a otra posición. Leonika ¿puedes crear con tu magia de roca algún transporte para deslizarnos por esta montaña?”
Leonika: “Lo dudo. Estamos a varios cientos de metros de altura y no pasaremos desapercibidos”
Solomon: “Tampoco tenemos una salida. Cometimos un error al no haber creado una salida”
Tanya: “No hay otra opción”
Solomon: “¿Luchar contra ellos?”
Tanya: “Somos la espada de David. La Élite de Israel entre la élite del Mossad. Fallar no es una opción, aunque quedemos apenas 4 miembros del equipo”
Gorlak interrumpe la desesperada toma de decisión con un descubrimiento extraño y una noticia que aparte suena a esperanza:
Gorlak: “Capitana, acabo de descubrir algo realmente perturbador”
Tanya: “Gorlak ¿Qué pasa?”
Gorlak: “Detrás de la sede de los gurkas…no estoy seguro, pero…creo haber visto una gigantesca sombra que supera en tamaño al castillo nepalés”
Tanya: “¿Qué dices? ¿Cómo era?”
Gorlak: “No estoy seguro, pero tenía un cuerpo inmenso y dos cuernos. Ese lugar es demasiado oscuro como para poder cumplir la misión solos”
Tanya: “Maldita sea”
Solomon: “Quizás lo mejor es…”
Tanya: “¿Hay algo más Gorlak?” — lo mira
Gorlak: “Acabo de ver un transporte que llega desde el Este a varios kilómetros de aquí” — dice con total seguridad al haber corroborado con sus binoculares especiales
Tanya: “¿Civiles? ¿los gurkas?”
Gorlak: “Esos transportes…son apenas dos y parecen ser de las fuerzas de autodefensa japonesas”
Tanya: “¿Qué dijiste?” — dice sorprendida mientras se voltea
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