Limit Breaker: Tokio Dungeon - 34
Minutos antes, los dos transportes llegan a las montañas de Mera Peak, habiendo sorteado los controles aéreos en China y radares mágicos en Nepal que fueron financiados por los gurkas. Nekomina sale de la cabida de los pilotos e informa al grupo sobre la situación:
Nekomina: “Bien escuchen. Estamos en Mera Peak, montañas de enorme peligrosidad. Hay varios puestos de vigilancia gurka varios kilómetros al frente, numerosos grupos de guerrilleros que están en contra del gobierno actual y aldeas que dudo que seamos bienvenidos en ellas para pedir ayuda por lo que estamos solos”
Yujin: “Tengo entendido que esos guerrilleros admiten a enemigos de los gurkas. ¿Por qué no vamos con ellos a pedir apoyo?”
Nekomina: “Lo haría si no fuera porque esta misión es secreta y si nos enfrentamos abiertamente solo por unirnos a las guerrillas nepalesas de liberación podría haber problemas diplomáticos” — se coloca el paracaídas — “solo quiero que volvamos todos sin muertos. Sabes que soy cuidadosa”
Yujin: “Suficientes dificultades hay con el gobierno de Nepal, pero te comprendo. Entonces ¿Qué sigue?”
Nekomina: “Vamos a descender. Prepárense”
La compuerta se abre sobre al menos 30 metros de altura. Nekomina ayuda a Ichika a ponerse el paracaídas mientras le sonríe para calmarla. Kyubo rechaza su paracaídas y sin aviso previo se lanza al vacío. Ichika lo sigue, luego Yujin y Nekomina da la orden para que los demás prosigan.
Ichika cae sobre los brazos de Kyubo y este le pregunta:
Kyubo: “¿Tienes frio?”
Ichika: “No, estos abrigos son bastante oportunos. Estem…” — dice sonrojada
Kyubo: “Si, claro” — la baja y ella lo abraza dándole las gracias
Nekomina: “Bien, recuerden que estamos en territorio enemigo. Somos apenas 44 y la idea es ser lo mas precisos. Entrar y salir con apenas bajas. Hay que rescatar a Kamal, a su esposa y los retenidos aquí. Si alguien se cruza en su camino elimínenlo. Nuestras vidas y el orgullo yakuza dependen del éxito de esta misión”
Yujin: “Neko, ya se alejaron lo suficiente los transportes”
Nekomina: “Excelentes, ahora ten-”
Los dos transportes explotan con un rojo furioso, consumiéndose por completo en las llamas sobre el aire y el cielo estrellado. Los yakuzas entran en pánico al ver que su única manera de escapar de ese lugar ha sido destruida y con ello se da el aviso de los japoneses se encuentran en territorio enemigo.
Inmediatamente Neko los tranquiliza con sabias y maternales palabras de aliento dignas de una líder de su calibre.
Neko se acerca a Yujin, quien a pesar de todo se mantiene en control como lo dicta su gran experiencia militar en las fuerzas especiales coreanas:
Nekomina: “Sabes que estamos aquí” — le susurra — “fuiste ex militar ¿tienes alguna experiencia en este tipo de situaciones?” — le pide consejo
Yujin: “Podría decirse, pero tus muchachos no tienen entrenamiento de este tipo. Tendrán que hacer lo que les diga”
Nekomina: “Les haré saber que mi mando pasa a ti”
Yujin: “De acuerdo”
Mientras tanto, Ichika mira hacia las montañas que a pesar de ser opacadas por nieblas y la oscura penumbra del lugar salvaje, la visión que le otorga su elemento rayo es suficientemente potente para observar con nitidez. Su cabeza se mueve de un lado al otro, notando diversos puestos enemigos. Sin saberlo, cubre lentamente las cercanías con hilos eléctricos que le permiten alcanzar a vislumbrar presencia de todo tipo, animales como personas:
Kyubo: “¿Ichika?”
Ichika: “S-Si, perdón, es que estaba…bueno… ¿Qué sucede?” — sale de su transe
Kyubo: “Parece que Yujin quedará a cargo del grupo por su experiencia en combate. Tu… ¿te encuentras bien? No has dicho ni una palabra desde que descendimos”
Ichika: “Solo pienso en que por fin estamos aquí y comienzo a tener miedo” — mira a Kyubo, quien asoma su rostro hacia ella — “b-bueno, solo digo. Jamás he estado en una situación de esta clase. Solo quiero salvar a las personas y jamás me puse a pensar que es lo que desean los demás…yo…”
Kyubo: “Tranquila, tranquila” — la abraza y acaricia su cabeza — “si algo sucede voy a protegerte, aunque deba destruir las montañas enteras. Nadie va a lastimarte ¿sabes? Te lo prometo”
Ichika: “Si” — asienta levemente
Yujin guía al grupo entre la maleza y árboles. Animales pequeños y grandes pero inofensivos escapan con la marcha de los seres humanos y en total silencio para evitar alarmar aun mas a los locales y enemigos al mismo tiempo.
La posición del grupo consiste en Yujin y Neko al frente, Ichika y Kyubo detrás de ellos y entre los lados y retaguardia los yakuzas que valientemente decidieron acompañar a su líder en tal misión sin dudar el motivo o las consecuencias individuales para ellos.
Yujin avanza más rápido hasta sacarle un par de metros a los demás al mismo tiempo que indica a Neko que lo siga también. Una vez que nadie puede escucharlo le dice:
Yujin: “¿Sabes algo de lo que ocurre aquí?”
Nekomina: “Solo lo superficial. Pero por lo que mis fuentes me informaron es que el gobierno actual se instauro hace un par de años. Sospechosamente al mismo tiempo que Indira asume su mando sobre los gurkas”
Yujin: “¿Dices que ella tiene que ver con la caída del gobierno nepalés?”
Neko se queda muda, sin saber la respuesta a esa pregunta. Lo cierto es que la conexión es aun mas profunda como para sacar conjeturas precipitadas, pero desde hace tiempo Nepal, quien durante la década del 2030 fue considerado como el país modelo y con potencial que superaba a países emergentes como Singapur, Tailandia y Bután, ha caído a niveles críticos. Sus índices de pobreza es tal que 8 de cada 10 personas es pobre, inclusive la economía es peor que la de los países poco desarrollados.
Les consta a muchos países asiáticos la inestable situación política de Nepal que grandes organizaciones del bajo mundo han creado redes que se encuentran dentro del país, negociando y comerciando con los gurkas y el gobierno corrupto.
Un gobierno que asumió su función con el derrocamiento de la realeza que supo redimirse luego de la caída de país durante la década del 2020. Sin embargo, y con ayuda de los gurkas el nuevo gobierno se hizo con el poder y ahora mantiene de rehenes a la población con hambre, miseria y brutal represión. Algo que Indira ignora, aunque fuera en parte quien manipula los hilos entre la oscuridad. Ildra mantiene su perfil como el mayor artífice de todo el caos en el país:
Yujin: “Ya veo. La situación es más compleja de lo que parece”
Nekomina: “Me consta que entramos a la cueva del lobo y uno bastante hambriento”
Yujin: “¿Crees que tengamos que intervenir en…?”
Nekomina: “Eres el experto en esto. Deberías saberlo mejor que yo”
Yujin: “Estamos de incognito así que no estoy seguro”
Nekomina intenta convencerse a si misma de no cometer alguna locura, pero cuanto más lo piensa más se da cuenta de que hay niños sufriendo por la brutalidad del actual gobierno, militarista y corrupto.
Su instinto materno es fuerte hasta para ella, pero tiene personas que cuidar en la peligrosa misión:
Yujin: “¿Huh?” — se detiene
Nekomina: “¿Pasa algo?” — levanta su puño en señal para que detengan la marcha
Yujin: “Nos observan” — responde y observa a su alrededor mientras los yakuzas sacan sus armas y se posicionan para defender su posición. Kyubo aparta hacia atrás de él a Ichika.
Nekomina: “¿Cómo nos encontraron tan fácilmente? Estuvimos moviéndonos rápido y nos alejamos de donde cayeron los transportes”
Yujin: “Dudo mucho que sean los gurkas” — baja sus manos y mira al frente
Nekomina: “¿Huh? ¿Quiénes son ustedes?” — pregunta sin bajar la guardia
De la oscuridad y entre los arbustos y árboles, se acercan varias siluetas hasta son iluminados por la magia de fuego que utiliza uno de los yakuzas para avanzar entre el terreno peligroso durante la noche:
Tanya: “Capitana Tanya del ejército israelí. Un placer. Imagino que son las fuerzas provenientes de Japón”
Nekomina: “¿Ejercito israelí?”
Tanya: “Veo a 44 personas. ¿Son todos? ¿contra toda la organización de Cuchillas Rojas?”
Ichika: “Disculpe, pero ¿Qué hacen aquí?” — se acerca hasta el frente muy tímidamente, seguida por Kyubo
Tanya: “Ichika, ex sacerdotisa. Un placer. Nosotros estamos aquí para eliminar a la organización gurka de los Cuchillas Rojas”
Yujin: “¿Huh?” — mira a Solomon, quien posa su mirada en el coreano — “¿te conozco?”
Solomon: “En lo absoluto” — niega con la cabeza
Nekomina: “¿Y bien? ¿Qué es lo que quieren?”
Tanya: “Nuestros intereses se entrelazan. Estoy segura que quieren enfrentarse a los gurkas y eliminarlos. Por eso les propongo una alianza entre ambas fuerzas para acabar con estos bastardos” — dice con firmeza en su voz
Yujin: “Se que pueden ser confiables, pero debo preguntar ¿Qué fue lo que los gurkas hicieron en Israel?”
Tanya: “Profanaron tierra santa con símbolos paganos de las oscuras criaturas de mazmorra. Eso fue lo que hicieron. También atentaron con la vida de muchas personas, incluyendo mi familia” — dice con clara expresión de ira
Nekomina: “Yujin, ¿podemos confiar en ellos? Pueden ser de las fuerzas de elite en medio oriente, pero algo no encaja con ellos. Es como si no tuviera nada mas que perder y yo no quiero que mis hombres mueran aquí”
Yujin no duda en las preocupaciones de Neko, y hasta piensa que ella tiene mucha razón al no confiar por completo en el grupo israelí. Sea intuición o que evidentemente ellos están desesperados por completa la misión de una buena vez.
De pronto, la atmosfera es envuelta en una tensión inusual, como si la misma situación estuviera por desencadenar un conflicto que nadie quisiera. Sin embargo y antes de que algo así ocurra, Ichika se adelanta a los ojos del grupo. Su mirada es como si ella estuviera dispuesta a confrontar sin temor a la líder. Ichika no es la misma de siempre entre las dudas, el temor y las ansias de ir con todo a salvar a inocentes.
Solomon se interpone en el camino, solo para quedarse petrificado ante la imponente presencia de la joven, quien no duda en desplegar una fracción de su poder mágico cercano al de los grandes cazadores actuales, pero enferma por ello no puede usarlo al completo:
Solomon: “¿Q-Que es esto? Ella paso a mi lado sin sobresalto ni vacilación. N-No es ordinaria” — entra en pánico y ve que ni Gorlak puede hacer algo al respecto. Solo se quedan viendo como Ichika llega a donde Tanya.
Tanya: “Por alguna razón pasaste por sobre mi equipo con mucha facilidad y sin lastimarlos. Con que eres consciente de tu potencial. ¿No tienes curiosidad por saber como es que se todo esto?”
Ichika: “No” — niega enérgicamente con la cabeza — “me importa salvar a las personas de los gurkas. Entiendo tus deseos también de eliminarlos, pero veo que no tienen la intención de perdonar a las personas hechas esclavas”
Tanya: “Una cosa es la gente que muere de hambre en la capital y otra es esa gente que sobrevive con sangre en sus manos a pesar de no haber matado. Ellos forman parte de la organización. Deben morir”
Ichika: “Ellos no tuvieron otra alternativa. ¿Qué esperabas? ¿Qué murieran de hambre, sean asesinados? Merecen algo mejor que morir así” — defiende su postura
Tanya: “¿Qué le pasa a esta chica? Se supone que hace unos meses su gente del templo fue asesinada por esos ‘diabólicos’” — piensa sorprendida — “debo admitir que estoy sorprendida. En lugar de estar en Japón, llorando y deprimiéndote, estas aquí confrontándome y en una misión suicida para salvar gente y no hacer justicia. Lo mejor para ustedes es irse o aliarse a nosotros para hacer un gran bien para no solo este país sino todo el mundo” — le dice de manera altanera
Ichika: “Si…tienes razón…”
Tanya: “Entonces…” — dice entusiasmada hasta que Ichika la interrumpe
Ichika: “Tienes razón que aun sigo deprimida y en ocasiones me lamento. Solo el hombro de una persona alivia este dolor que siento. Pero si hay algo que nunca dudare de mi misma es que deseo hacer el bien no solo para mi y mi gente, sino para aquellos inocentes que no han tenido otra opción en la vida. Tienes razón, si, al decir que podríamos unirnos y vencerlos, pero el costo no serán vidas que pueden salvarse. Podré ser débil de corazón, pero no pienso abandonar a nadie. Para serte honesta no sé de dónde saco mi voluntad para esto, pero tengo el impulso que ellos me dan y es lo suficientemente fuerte como para no rendirme ante nada ni nadie. Eso he aprendido con estas maravillosas personas” — dice con tal fuerza en sus palabras y feroces ojos que Tanya no evita estremecerse como nunca antes
Tanya: “E-Eres una maldita…” — dice mientras aprieta sus dientes con fuerza y a la vez el puño
Kyubo da un paso al frente para prevenir una posible acción agresiva por parte de Tanya, pero es detenido por Neko, quien le señala la escena y pide que espere antes de actuar sin pensarlo:
Tanya: “Chica muy valiente ¿sabes?” — golpea el hombro de Ichika con una sonrisa. Ni Solomon había visto tal expresión en su líder — “¿sabes? He conocido mucha gente que se llenó su propia boca de buenas intenciones y en la primera oportunidad no se subió al transporte, pero tu y a tu edad. Me das confianza en esto y tus palabras” — mira a Solomon — “Solomon”
Solomon: “Si, capitana” — se pone de pie de golpe
Tanya: “Nos uniremos a esta gente. La prioridad es eliminar a todos los gurkas. Si ven a personas en condiciones de esclavitud o servidumbre contra su voluntad tienen mi orden de liberarlos”
Solomon: “¡Si, señora!” — no evita ocultar su felicidad de ver con una voluntad renovada en su líder
Leonika: “Disculpen, pero tenemos que movernos a una posición no tan comprometida. Se acercan varias unidades. Están al menos a 300 metros”
Yujin: “Bien, a cien metros hay una cueva en la base de aquella montaña” — señala el lugar — “vamos allí al menos hasta el amanecer”
Acompañados por los nuevos aliados caminan rumbo al lugar señalado por Yujin mientras Tanya lo mira con desconfianza, sin haberse olvidado de que el entrenamiento obtenido por los gurkas fue gracias al coreano.
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