Limit Breaker: Tokio Dungeon - 39
Mientras la batalla en el frente del castillo gurka se recrudece con los minutos y Nekomina e Indira luchan con sus propias vidas, el grupo de Ichika se escabulle en un punto ciego que da a los pasillos. Kyubo destruye de un puñetazo la pared y se adentran a corazón del primer piso donde ven como el personal intenta escapar y aquellos gurkas que no hicieron caso al llamado de su líder y que casualmente son los que apoyan a Ildra en su búsqueda por el poder de la organización, creyendo seriamente que su amada Indira volverá a ser como era.
Muchos de estos hombres escapan hacia los pueblos aledaños, otros rumbo a la ciudad y pocos, pero no por ello menos crueles, abusan de las mujeres aprovechando que la líder puede ser que sea su final y el de los Cuchillas Rojas.
La atroz escena de chicas semidesnudas o prácticamente sin ropa alguna, siendo ultrajadas hace que Yujin se asquee de tal manera que corta la cabeza con cuchillas de viento a cada gurka que ve en su camino mientras se abren paso por los pasillos de piedra, fríos y sucios entre los gritos de dolor y gozo forzado de aquellas que no pueden escapar y buscan al menos permanecer con vida.
El rápido avance de Yujin y el desgaste de Ichika hacen que la joven empiece a marearse. Desde que se deshizo de los leopardos, su condición física ha caído a niveles críticos y la enfermedad que la agobia drena su energía vital. La sangre que cae de sus ojos, oídos, nariz y boca es cada vez mayor. Ni hablar de la condición en que se encuentran los órganos internos, cada uno siendo aplastado por el maná que ella no logra expulsar y permanece en su interior.
Su enfermedad a pesar de ser un campo aún inexplorado, sigue siendo difícil de predecir con una peligrosa hoja filosa en ambos extremos. Expulsando o no, su cuerpo acabaría sucumbiendo por la inhumana cantidad de energía mágica que yace en ella. La muerte es el camino que le espera a aquellos con esa enfermedad.
Sin fuerzas para continuar caminando, cae de rodillas y empieza a escupir sangre y vomitar fluidos color gris que constituye al atributo de su elemento, pero para Yujin y su larga experiencia como médico en las fuerzas especial coreanas, jamás ha visto tal cosa en alguien que posee magia eléctrica:
Kyubo: “¡Ichika!” — corre a socorrerla — “¿estas bien? Ven yo te ayudaré” — la levanta entre sus brazos
Ichika: “Tranquilo, estoy…bien…” — le dice con una sonrisa forzada y expresión de dolor
Yujin: “Ichika ¿Cómo te sientes?” — saca unos instrumentos de su túnica para el invierno entre ellos un aparato que mide la energía mágica interna. Acerca un pequeño tuvo a la boca de Ichika y esta sopla. Los niveles de energía mágica que puede medir el aparato suben increíblemente — “esto es grave. La energía mágica que está conteniendo es enorme. Además…” — mira a Ichika en una condición pésima — “nada, continuemos”
Kyubo se adelanta con Ichika en brazos. Tanya se acerca a Yujin, quien se queda mirando los fluidos grises:
Tanya: “Tengo entendido…que los fluidos son expulsados por cualquiera que manifieste energía mágica como una manera de manifestar el maná. Generalmente del color de su elemento. Ese fluido es el maná concentrado que logra acumularse y los primerizos lo manifiestan de ese modo. Ichika tiene elemento eléctrico. Yujin ¿Por qué es color gris? Debería ser violeta”
Yujin: “Eso es lo que me intriga. ¿Podría ser que ella…?” — suspira — “es demasiado pronto para pensarlo. Oye ¿está bien que Leonika vaya al pueblo del Oeste?”
Tanya: “No te preocupes, ella es capaz”
Yujin: “Aun no se porque tuvo que irse”
La estructura del catillo tiembla por la feroz batalla entre Indira y Nekomina mientras que la temperatura desciende producto de la zona maná de la yakuza que se expande cada vez más, consumiendo más rápido el maná.
Llegan a un pasillo sin salida, por lo que no les queda de otra más que abrirse paso a la pared que interrumpe su paso:
Yujin: “Kyubo ¿puedes?”
Kyubo: “Seguro. Sostenla” — le entrega a Ichika
Tanya: “Esperen…”
Yujin: “¿Qué pasa?”
Tanya: “Miren ahí” — señala debajo de sus pies
Yujin: “¿Qué cosa? ¿huh?” — abre sus ojos al ver que las rocas pierden fuerza
El suelo cede por el congelamiento y todos caen hacia la zona de los calabozos donde la mayoría de los rehenes, esclavos y esclavas sexuales son torturados y mantenidos en secreto lejos del mundo:
Yujin: “¡Mierda!” — ve que están cayendo al menos a 60 metros — “Magia de Viento: Colchón de Aire” — crea con sus manos una capa de viento debajo de sus pies que impide la caída al vacío
Kyubo: “Eso es muy conveniente” — salta con cuidado del colchón de aire y mira a su alrededor — “¿Dónde estamos?”
Yujin da un paso al frente. Entre la perpetua oscura se escucha un aplauso en el que se van sumando mas y mas hasta que las antorchas de los alrededores se encienden, revelando a al menos 30 gurkas bien armados, Ildra aplaudiendo y a su lado a Sryza con heridas leves de arañazos y quemaduras.
Tanya mueve sus dedos en gesto de estar lista para atacar. Yujin la mira para que se calme un momento. Su intención es obtener información antes que iniciar una batalla que en cuestión de números jamás ganarían y no saben quien es aquella mujer con expresión lasciva y perturbadora confianza:
Ildra: “Vaya, jamás imaginé que algo así pasara. ¿Cómo es que pudieron entrar aquí?”
Yujin: “Cualquier miembro de las fuerzas especiales coreanas o del Mossad la tendría fácil con el nivel de seguridad de este lugar” — responde con cuidado
Ildra: “Bueno, eso pasa cuando imbéciles y débiles son puestos a patrullar y vigilar. ¿Quiénes son? Díganme sus nombres y quizás así pueda al menos saber a quienes liquidan mis muchachos, aunque se ven deliciosos. Podría darles…”
Tanya: “Veo que no entiendes la situación en la que te encuentras”
Ildra: “¿Con quién se supone que debo hablar? ¿Quién es el líder de ustedes?”
Yujin: “No tenemos que dejar que sepa que es Ichika o quien sabe que quiera hacer con ella” — piensa
Kyubo: “Yo soy el líder” — le entrega Ichika a Yujin
Ildra: “No pareces ser un líder además…” — mira a Ichika — “veo que intentas protegerla. Tiene muchas heridas y se la ve enferma. Por alguna razón buscan protegerla a toda costa. Mi instinto no me falla…ella es la líder”
Yujin: “¡Mierda, mierda, mierda! ¡Tenemos que…!” — piensa desesperado
Ichika: “S-Si, yo soy la líder de…este grupo…” — se pone de pie y camina hasta por delante de Kyubo
Ildra: “¡Oh, que esplendida!” — se sorprende por la fuerza de voluntad de la chica — “amo a las chicas que tienen fuerte voluntad, sobre todo porque cuando están bajo mi cuidado caen doblegadas y solo desean que…pues…las viole de todas las formas posibles” — se relame de manera perversa
Nadie lo sabe, pero Ichika intenta mantenerse fuerte porque en cuanto piense en descansar por un momento podría caer al suelo y desmayarse sin poder levantarse por quien sabe cuanto tiempo. Además, la tensión es extrema con feroces gurkas deseosos de matar y violar
Ichika: “Cálmate, Ichika. Todo va a estar bien” — se dice a sí misma en voz baja y cabizbaja — “dices eso y no me extraña. Lo que hacen aquí es tan cruel que siento nauseas. Mujeres, niños, encarcelados” — ve a su alrededor con mayor detalle gracias a las antorchas, las celdas y dentro de ellas mujeres, ancianos, niños, ni los ancianos se han salvado — “nunca he visto lo que en verdad pasa en otros lugares, pero me deja perpleja. Han arruinado muchas vidas y no les importó. No…puedo permitir que sigan así” — dice con su cabeza en alza
Ildra: “Déjame decirte algo mocosa. Esta es la forma en la que vivimos nosotros y estos pobres diablos saben cual es su lugar. Solo son presas en un mundo retorcido y nosotros somos los cazadores…no entiendes nada y por eso piensas con esos ideales estúpidos…” — mira a sus hombres y ordena acabarlos — “me doy cuenta de que eres muy aburrida. Pero te permitiré morir antes. No me gustan las mascotas medio muertas”
Kyubo: “¡Si crees que te dejaré acercártele estás muy equivocada maldita perra!” — grita, enfurecido
Kyubo se revela como yokai al transformarse en su forma de zorro con pelaje rojo brillante y 9 colas que demuestra su categoría de sabio, una de las mas poderosas dentro de la clase kitsune. Su tamaño es mayor que cuando enfrentó a Hetasi. Las grandes fauces se abren y de estas sale un grito desgarrador que funciona como onda expansiva:
Kyubo: “Lo siento desde mi pecho…” — piensa en la niña de sus constantes sueños — “siento que debo hacerlo…debo protegerte…” — la claridad en el rostro de la niña permite que lentamente pueda distinguir sus rasgos — “a toda costa Ichika…”
Ichika: “Kyubo…” — se queda perpleja. En su mente los flashes del accidente que costaron la vida de sus padres recorren fugazmente hasta un momento que ella había olvidado por los golpes sufridos aquel día. En ese entonces cuanto era muy pequeña ella se había hecho amiga de un niño de su misma edad, pero con una particularidad que desconocía y era la de poseer una cola
Ildra: “¡Oh, eso no se ve todos los días! Un yokai entre humanos. Esto me está excitando bastante. Lo siento mocosa muerta pero ahora tengo interés en este espécimen. Deseo que estes dentro mío…muchachos…solo maten a los demás. El yokai solo debe ser suprimido, nada de matarlo ¿está claro?”
A pesar de la apariencia tan hermosa, Ildra lo considera lascivamente encantador y su cuerpo desea tenerlo para si misma. Pero debe eliminar a los estorbos por lo que opta por algo muy digno de ella:
Ildra: “¿Saben algo más? Creo que no querrán ver morir a esta mocosa” — arrastra a Sryza del cabello aun estando amarrada a la silla
Sryza: “¡Aaaayyy, basta por favor se lo suplico!”
Ildra: “¡Cierra la boca bastarda ciega!”
Tanya abre sus ojos por la sorpresa:
Tanya: “Y-Yujin”
Yujin: “¿Qué pasa Tanya?”
Tanya: “E-Esa chica, no puedo creerlo…”
Yujin: “¿La conoces?”
Tanya: “Si, ella es el objetivo principal para rescatar”
Yujin: “E-Espera un segundo ¿te refieras a que ella es…?” — se sorprende al ver una vez más a Sryza
Tanya: “Si, ella es Pulkala, nieta de Birendra y por historia en Nepal, la legítima heredera del país. Ella es la superviviente de la masacre de la familia real y la única de todos los más jóvenes en permanecer en el país”
Ichika: “E-Entonces tenemos que salvarla…a todos” — señala a cada celda con un movimiento de su dedo índice
Tanya: “Se cómo te sientes, pero nuestra prioridad es ella…”
Ichika: “No, ella es parte. Kamal, su esposa, esta gente y ella”
Yujin: “Ichika tiene razón. Ya estamos en esto y no hay forma de que fuera de otra manera”
Ildra continúa amenazando con su mano sosteniendo del cabello la cabeza de Sryza mientras solloza asustada:
Ildra: “¿Qué tanto hablan? ¡¿acaso no quieren salvar a esta mocosa de mierda?! ¡¿o a estas personas?!” — se altera lentamente al ser ignorada parcialmente — “¡ya mátenlos de una buena vez imbéciles!”
Yujin: “¡Tsk! ¿no hay nada que podamos hacer para salvarla?”
Ichika: “Hay algo”
Yujin: “¿Qué?”
La joven se acerca a Kyubo en su forma bestia y le acaricia el suave pelaje que cae del costado de su cuerpo. Mira a Yujin y Tanya:
Ichika: “Kyubo y yo nos encargaremos de todo. Al final es lo único que podemos hacer”
Tanya: “Eso es una locura. Por mas que ambos sean fuertes son demasiados enemigos”
Yujin: “Ichika, tu enfermedad puede acelerarse sin continúas usando tu magia. Tienes que descansar”
Ichika: “Eso es lo que deseo Yujin. Mis manos ya están manchadas, así como la muerte ronde por mi cercanía. Solo me queda luchar por lo correcto y eso es…” — desprende una fuerte cantidad de maná color violeta y relámpagos que impacta contra muchos gurkas que sigilosamente los rodearon
***PARTE II***
Lo que una vez fue el impenetrable castillo de la organización mas peligrosa de Asia, ahora es un páramo de destrucción, sangre, escombros, suelo escarchado y cadáveres llenos de heridas elementales.
De los casi 200 gurkas que se encontraban listos para el combate apenas quedan 50 y de los 40 yakuzas apenas quedan 12 miembros del grupo inicial.
La pelea entre Nekomina e Indira continua sin una clara ganadora, pero con ventaja de la japonesa sobre la gurka quien apenas puede esquivar los cañones de hielo dirigidos a voluntad. La zona mas es demasiado poderosa producto del intenso entrenamiento que la mujer en su vida ha dedicado entre el trabajo como yakuza y madre soltera. Nunca dejó de prepararse para un momento como ese.
Aunque la ventaja es abismal, Indira agiliza sus movimientos, saltando de un lado hacia el otro, usando sus hechizos mágicos, evolucionando en el proceso y volviéndose más fuerte. Un concepto darwiniano muy usado en el mundo de los cazadores y mazmorras es que el ser humano a medida que usa sus habilidades como despertado tiende a mejorar a si mismo al punto de que las posibilidades de que aquello que no pudo hacer hace momento, es capaz con el tiempo. Por supuesto que esto funciona dependiendo del rango del cazador. En este caso las posibilidades de que Indira pueda usar aquella técnica imposible de usar por ella es mucho mas factible ahora.
Por eso es que en cuanto ve una apertura en la base del muro del castillo de hielo, se acerca velozmente usando su magia de sangre en sus pies y deslizarse en el suelo congelado. Luego coloca sus manos en el suelo a pocos centímetros del muro y dice:
Indira: “¿Qué te parece esto?” — de sus manos salen charcos de sangre — “Zona Maná: Tierra de Sangre y Cuchillas Nacientes”
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