Limit Breaker: Tokio Dungeon - 40
El suelo se derrita por un gigantesco lago de sangre que surge con la magia de Indira mientras que de la superficie sobresalen cuchillas tan filosas que fácilmente podrían cortar la carne humana de un solo movimiento.
Al usar la zona mana junto a otra como lo es el castillo gélido de Nekomina pero en un estado debilitad debido al uso que se le ha dado, su estructura se desmorona. Como si no fuera poco, la zona maná de Indira tiene un principio mas que siniestro y es que al ejecutarse muy cerca de otra, pero más débil se produce un efecto parasitario donde las cuchillas también actúan como la boca de mosquitos y succiona la energía mágica que posee el castillo.
Después de casi una hora activada, la zona maná se reduce a la nada y desde lo alto muchos yakuzas que pudieron resguardarse junto con su líder caen al suelo sin poder moverse:
Nekomina: “¡Maldición! ¡¿Cómo pude ser tan descuidada?!” — intenta levantarse, pero sin éxito — “lo que es aun mas sorprendente es lo rápido que pudo mejorar su ejecución de la zona maná” — piensa
Indira: “Debes preguntarte como es que pude mejorar mi uso de esta técnica tan avanzada. Pero la realidad es que no fue tan difícil. Si me lo preguntas creo que fue el hecho de analizar la consistencia de tu magia y la cantidad que debo usar. Es un trabajo arduo, pero al final pude superarte”
Nekomina: “Al final eres muy talentosa. Vaya problema”
Indira: “Si” — con su mano manipula una de las cuchillas para cortar el tendón de Aquiles de Nekomina
Nekomina: “¡Aaaaaaaaaaaahggggg!” — grita de intenso dolor
Indira: “Por respeto al pasado como mi aliada te dejaré ir a duras penas, pero no intentes volver”
Nekomina: “¡Tsk! ¿Entonces porque no te vas a la mierda, Indira? — levanta su dedo medio con expresión desafiante
Indira: “¿Cómo es que te volviste tan suicida? ¿acaso cortejas a la muerte muy a menudo? ¡idiota!” — mueve otra vez su mano — “odio ser la malvada…ya me cansé de ello…tengo que terminar aquí y recuperar a Sryza. Es mi única oportunidad para tener una mejor vida que esto…” — piensa con una pequeña lagrima que sale de su ojo izquierdo
Varias cuchillas impactan sobre las piernas y brazos de Nekomina sin dañarle órganos o zonas delicadas que supongan una muerte mas rápida. Mientras que los mismos yakuzas observan debilitados y rodeados de enemigos como su líder es torturada, sin poder hacer nada y con una sensación de impotencia que los carcome por dentro. Muchos de ellos inclusive lloran por la escena.
La brutalidad con la que Indira corta las extremidades de Nekomina es demasiado para los yakuzas, acostumbrados a lidiar con el bajo mundo e imponiendo un orden necesario por lo que uno a uno le ruegan por la vida de su querida líder:
Nekomina: “¡Cállense maldita sea! ¡esto no les incumbe!” — grita entre lágrimas — “esto es algo que me involucra solo a mi ¿entendido? Este es mi dolor. Se a lo que me enfrento”
Indira: “Si, no hay ninguna duda, te admiro por lo que demostraste en aquel momento y te admiro por lo que demuestras ahora. Un liderazgo digno de elogio y eso es algo que resalto mucho. Te lo diré una vez más y también es una petición. No deseo quitarle su líder a esta gente. Ríndete y váyanse de aquí. Olvidaré todo lo que pasó”
Nekomina: “¿Sabías que pareces una villana cuando lo dices?” — dice, sintiendo gran dolor en sus piernas y brazos — “me encantaría decirte que si…pero seria un deshonor volver a nuestro país con el fracaso sobre nuestros hombros…”
Indira: “Estúpido orgullo japones. No lo soporto, no soporto a ninguno de ustedes…puedes morirte de una buena vez entonces…reúnete con tu hermana”
Nekomina: “Antes…quiero que me digas algo…”
Indira: “¿Huh? ¿Qué quieres?”
Nekomina: “¿Tu fuiste la que abandonó a mi hermana cuando los trolls atacaron aquella vez?”
Indira: “Cielos ¿otra vez esa pregunta?” — se toma la cabeza — “¿Y que si lo hice? Ella era un estorbo desde el momento en que la presentaste al grupo. ¿Lanzadora de magia planta? ¿es una broma? Vaya estupidez. Y su actitud de ayudar a los demás me hacia hervir la sangre. Era demasiado débil y su actitud empeoraba mas la situación. Te hice un favor” — responde sin sentir empatía alguna al dolor de Nekomina
Las palabras tan crudas de la gurka no son ni remotamente sutiles. Sin embargo, Nekomina ve que algo afecta a Indira, como si a pesar de todo esas mismas palabras que usa con tanto fervor y representa a lo que es su organización fuera algo impropio de ella. Si, es como si el mismo corazón de Indira estuviera lleno de dolor que intenta de curar con una joven a quien quiere cuidar como una hermana menor y darle una mejor vida sin haberse nunca dado cuenta de que Sryza es la princesa destinada a gobernar el país que ha estado atemorizando hasta la insania durante unos pocos años.
La tortura se detiene cuando Indira mira a un lado y abre sus ojos, muy sorprendida como si hubiera visto un fantasma. Algo en aquel rincón le llamó la atención.
Nekomina aprovecha la situación para atravesarle el píe con una pequeña estaca de hielo que durante la tortura sufrida le permitió un espacio para congelar el suelo:
Indira: “¡Aaaaaaaahhhgg! ¡maldita seas Nekomina!” — cae hacia atrás con el pie sangrando y la estaca convertida en un pequeño charco de agua
Nekomina: “No debiste descuidarte…aun no estoy muerta…” — jadea completamente agotada
Indira: “Evidentemente no. Pero aun estas dentro de mi zona maná. No te preocupes, te voy a dejar ir en pedazos con tu gente”
Nekomina: “¿No…escuchaste lo que dije? Aún no he terminado”
Indira: “Yo sí” — levanta su mano una vez más — “Magia de Sangre: Dominación del Empalador”
Del suelo debajo de Nekomina salen enormes estacas de sangre que penetran en los brazos y piernas sin llegar a atacar el torso o cabeza:
Indira: “Tengo que reconocer que tu fortaleza sigue siendo la voluntad de no dejar nada sin resolver. Lo admito, no dejas de sorprenderme, pero solo es eso. Sigues siendo débil a comparación con mi poder completo. ¿Vez esto?” — le muestra el pie agujereado por la estaca de hielo — “es curioso como es que no ser una sanadora y que mi magia de sangre me permita auto sanarme. Supongo que es el beneficio de poseer dos elementos. Muy inusual” — su pie es sanado completamente con la propia sangre de su zona maná
Nekomina: “E-Eso es demasiado injusto” — dice irónicamente — “s-supongo que hasta aquí debo llegar con mis esfuerzos…” — dice en tono desalentador
Indira: “En honor a tus esfuerzos, inútiles, pero esfuerzos al fin, te permitiré donde atravesarte con mis estacas. Será en un segundo. No sentirás dolor” — la mira en una situación tan lamentable — “quiero saber una cosa más”
Nekomina: “…”
Indira: “Eras fuerte, pero con los años te volviste lamentable. Ahora volviste con mucha determinación inclusive ahora mirando a los ojos a la muerte ¿Por qué? ¿Qué fue lo que te ha impulsado a tal locura?”
Nekomina: “Locura… ¿locura dices? Si, es posible que me haya vuelto loca en su momento. Habría querido dejar todo, arrojarme desde el edificio de mi oficina y abandonar el dolor de haber perdido a mi único familiar. No me hubiera importado si mis hijos se quedaban sin madre. Eso lo llegué a pensar en su momento, hasta que alguien llegó a mi vida…una chica…abandonada por la vida y acechada constantemente por la muerte. Si, no voy a negar el hecho de que mi locura por no afrontar la muerte de ella fue lo que me abrumó en vida…pero…puaaaajjj” — vomita sangre debido a sus órganos destruidos — “respondiendo a tu pregunta…mis hijos han sido la base de mi fuerza, pero alguien más fue quien me dio el impulso suficiente para hacer lo correcto…” — sonríe y mira atrás de Indira — “lo siento…no podré cumplir mi promesa…”
Indira se voltea y ve cara a cara a Ichika, sintiendo un poder tan abrumador como aterrador que no se siente en un cazador normal sino en aquellos que han sobrepasado los niveles establecidos y solo un selecto grupo de humanos pudieron alcanzar. Da un paso y llega con una velocidad inmensa hacia Nekomina.
Neutraliza apenas con el tacto de su mano sobre las estacas y libera a la yakuza:
Ichika: “Perdón, perdón, perdón, fue toda mi culpa…yo…” — se lamenta con las pocas fuerzas que le quedan
Nekomina: “No tenías…que regresar por mi…mira como estas…debes irte. Ya no tengo nada más que hacer…yo…”
Ichika: “¡Si que lo tienes Neko! ¡tienes dos maravillosos hijos que te esperan! Eres…eres como una hermana para mi…como una madre…” — solloza con sus manos temblorosas sosteniendo a Nekomina
Indira se queda mirando sin querer hacer nada. El simple hecho de que Ichika pasó sin problemas y a una velocidad que la gurka no pudo anticipar es muestra de que no es normal la joven y cuyo poder latente es suficiente como para terminar la batalla ella misma:
Indira: “Esto carece de sentido. Esa chica está al nivel de los rangos mundiales, pero siento que su energía es demasiado inestable. De igual manera tengo que tener cuidado… ¿huh?” — siente la mirada de Ichika sobre ella
Ichika: “¿Eres la causante de todo esto?” — pregunta con una expresión impropio de ella. Llena de ira y explosiva presencia que hace temblar de miedo a los demás gurkas, empieza a moverse hasta una distancia prudente
Indira: “S-Si, esa soy yo” — responde nerviosa — “tengo que hacer algo, pero si hago algo…esta chica podría simplemente asesinarme en cuanto mueva un musculo…” — piensa
Unas gotas de sangre caen de la nariz de Ichika sin que esta se de cuenta.
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