Limit Breaker: Tokio Dungeon - 26
Hace varios días atrás en la oficina de Nekomina, Ichika demuestra una cantidad absurda de energía mágica al expulsarla con forma de ráfagas color violeta, sin temor a colapsar por el desgaste en su cuerpo. Todo el edificio se sacude desde los cimientos, crujiente la estructura y quebrando los vidrios y agrietando las paredes.
La líder de los yakuza se muestra completamente incrédula por tal cosa, frente a ella, la joven ex sacerdotisa tiene el poder suficiente como para ser considerada sin problemas como un talento a pulir y prácticamente su maná se iguala a la de la cazadora más fuerte del país.
Inmediatamente toma el teléfono y envía un mensaje de voz al hospital para que se preparen por si las cosas se tornan críticas con la salud de Ichika. Mientras tanto, todos a su alrededor se cubren e intenta de repeler como pueden la energía que amena de ella:
Nekomina: “E-Esto no tiene nada de sentido. Su cuerpo es débil y tiene una enfermedad terminal. ¿Por qué iría hasta tales extremos para demostrar que es fuerte? Además…” — intenta observar a Ichika y procurar que se encuentra bien. Se sorprende al verla centrada, sin bajar la guardia ni tambalearse — “esta chica…y esta cantidad insana de poder… ¿será posible que ella sea…? No…aunque eso fuera así tiene que vivir una vida normal…no…” — piensa
Ichika: “Seguramente piensas que debo ser feliz como estoy, sin involucrarme en las batallas, pero en eso te equivocas Nekomina. Agradezco profundamente que te interese mi bienestar. Pero no puedo dejar que un amigo sufra”
Nekomina: “No tiene ningún sentido. Él es un gurka, no lo conoces e incluso intentó matarte ¿Por qué ir hasta esos extremos? ¿Por qué debes arriesgar tu vida? ¡no lo entiendo, Ichika! ¡por favor dime!” — golpea con las palmas de sus manos y a punto de llorar de impotencia
Ichika: “Porque así lo siento. Llámame egoísta, pero entiéndeme. Siempre me he sentido sola, aunque haya tenido personas que en verdad querían mi amistad. No hay un solo día en que no piense en ellas, mis primeras amigas y a quienes menosprecié. En verdad me sigo sintiendo una idiota por eso” — deja de liberar energía — “para serte franca, tampoco me entiendo. A veces me siento impotente con todo y en otras ocasiones me siento como si pudiera hacerlo todo como ahora. Al final solo soy una chica de 16 años que lo ha perdido todo pero que quiere algo por lo que luchar”
Nekomina: “Yo…no…no podría permitirlo…”
Yujin: “Neko”
Nekomina: “¿Huh?” — mira a Yujin
Yujin: “Creo que deberías escucharla mejor a Ichika y entenderla”
Nekomina: “…”— mira a Ichika
Ichika: “Necesito tu ayuda para poder lograr esto. Necesito tu fuerza para poder rescatar a Kamal” — la mira con fuerte determinación, algo que le hace recordar a su fallecida hermana
Nekomina: “No me mires de esa manera por favor” — suplica sin decir una sola palabra, solo se queda mirándola como si estuviera viendo a su propia hermana menor — “no quiero sentir que una vida inocente es arrebatada de este mundo mientras solo observo estúpidamente…por favor…”
En ese momento recuerda una pequeña conversación con su hermana en la que le explica sobre que el mundo es siempre el mismo, con la violencia, corrupción y muerte, pero, así como esas cosas oscuras suceden todo el tiempo también las hay buenas como el amor, la empatía la solidaridad y que puede opacar a lo negativo. A pesar de que en un principio Nekomina consideraba como demasiado idealista e ingenua esa forma de pensar de su hermana, también valoraba el hecho de que nunca ha caído en lo malo y siempre apoyó a las personas a obrar bien.
Incluso con los años después de su partida, su pequeña hermana resuena en las personas a pesar de jamás haberse conocido, como si su voluntad estuviera actuando.
De igual manera, la determinación de Nekomina de no permitir a Ichika ir al peligro sigue siendo fuerte y difícil de quebrantar, al mismo tiempo que la chica tampoco da el brazo a torcer y se mantiene firme a sus deseos. Kyubo y Yujin intercambian miradas, preguntándose si alguna cederá o simplemente continuarán con la disputa.
Nekomina no dice una palabra mientras la mira a los profundos ojos de la joven, pero por dentro es diferente:
Nekomina: “Rikka, es posible que aún no pueda continuar a pesar de haber pasado tantos años. Sigo siendo impotente” — aprieta su puño, sintiendo como la sangre la hierve al recordar a Rikka en su último suspiro y a expresión de Indira casi indiferente
Ichika: “Neko”
Nekomina: “¿Huh?”
Ichika: “Si no permitirás que vaya entonces agradezco tu hospitalidad, pero tengo que hacer esto con o sin ti” — dice muy serio
Nekomina: “Ya veo” — se sorprende — “entonces eres tan terca como ella y por más que mis deseos de protegerte sean fuertes, no podré impedir que lo hagas” — se da cuenta de que Ichika no hará caso
No responde a las fieras palabras de Ichika, pero se queda pensativa ante la posibilidad de que la chica fuera consciente de que es peligroso y no le importa con tal proteger a los suyos:
Nekomina: “Bien, tienes razón”
Ichika: “¿Entonces…?”
Nekomina: “Quieres rescatar a tu amigo y eso lo valoro mucho, es lo que haría por mis subordinados, mis aliados, mi familia y mis amigos. Pero hay una parte que ignoras Ichika y es que debo cuidarte porque es mi elección, así como la de Yujin y Kyubo. Posiblemente ellos estén o no de acuerdo, pero por mi parte la cosa es diferente”
Ichika: “¿Es por ese orgullo como líder yakuza? No lo entiendo. Tengo que hacerlo y no me importa…”
Nekomina: “Si, no te importa tu bienestar y por eso me lleva a lo siguiente. Ven al campo de entrenamiento en 40 minutos”
Ichika: “¿Por qué?”
Yujin: “Neko, espera un segundo ¿no me digas que…?”
Kyubo: “¿Qué sucede?”
Nekomina: “Ichika tiene la convicción necesaria para dejarme en claro que es lo que desea. Pero ¿tienes el valor de las acciones para respaldarlo? En 40 minutos quiero que me lo demuestres”
***PARTE II***
Mientras tanto en el bar junto a la plataforma de entrenamiento, Yujin y Kyubo beben gaseosa y hablan sobre la decisión de Nekomina sobre que Ichika demuestre que su determinación no es solo con palabras, sino que tiene la fuerza para demostrarla. De nada le servirá intentar rescatar a Kamal en territorio hostil sin la fuerza física o mental para ello, aunque sus deseos fueran intensos:
Yujin: “¡Demonios! ¡¿en qué carajos piensa Nekomina?! ¡es una maldita cazadora rango S+, no puede ser que desafíe a una niña” — mira a Kyubo — “es raro que siendo el protector de ella no digas nada”
Kyubo: “¿Tendría que intervenir en los deseos de Ichika? No es la primera vez y siendo honesto, comienzo a entenderla. Sería negligente de mi parte ir contra lo que siente y desea, aunque me gustaría que no se involucre en situaciones tan peligrosas”
Yujin: “¿No te preocupa que salga lastimada?”
Kyubo: “Conoces más a Nekomina que todos nosotros, quizás tu deberías decirnos”
Yujin: “Nekomina. Ella no es mala persona, pero la muerte de su hermana, Rikka, la ha deprimido demasiado y aunque sus hijos fueran la gran alegría de su vida, aún no ha podido dejar irla”
Kyubo: “A mí me parece que es alguien que difícilmente deje su pasado”
Tomoyo: “Disculpen, no pude evitar escuchar que hablan de la señorita Nekomina”
Yujin: “Tu eres, Tomoyo ¿cierto?”
Tomoyo: “Una de las secretarias de confianza. Un placer verlos de nuevo”
Kyubo: “¿Quieres decir algo?” — la mira fijamente
Tomoyo se ve intimidada por el yokai y su intensa aura asesina. Yujin calma la situación y le pide a Kyubo que beba un poco más de gaseosa y deje de ser tan hostil:
Yujin: “Me disculpo por la actitud de Kyubo”
Tomoyo: “N-No, está bien. No pude evitar escuchar y pensar que la señorita Nekomina es alguien que no hace nada de manera malintencionada. Solo quiere lo mejor para quienes la rodea y es siempre agradecida”
Kyubo: “No parece que esta fuera el caso. Demasiado orgullo como para no dejar a Ichika hacer lo que siente”
Yujin: “Puedo decir que Kyubo tiene razón, pero a la vez sé que Neko busca cuidarla”
Tomoyo: “Tengan la seguridad de que ella lo hace por el bien de la señorita Ichika y no tendrá un rasguño. Eso puedo asegurárselo”
Kyubo: “Estaré al tanto de que eso no ocurra. Si se va de las manos intervendré ¿me escucharon?” — bebe lo que queda de la gaseosa y camina hacia el borde de la plataforma donde yace una enorme multitud que se hizo eco sobre el desafío
Yujin: “Demasiado terco y malhumorado. Me disculpo por ello”
Tomoyo: “No, está bien. Lo comprendo. Yo también reaccionaria de esa forma. Además, se nota que es alguien que la quiere, aunque me sorprende que un yokai fuera así”
Yujin: “Te sorprendería aún más cuan humano es”
Nekomina: “Por esa razón me cuesta quizás asimilar el hecho de que fuera un yokai bondadoso”
Yujin: “O no quieres aceptarlo. En su momento tampoco lo quise aceptar y mírame ahora”
Nekomina: “Solo por el momento me dedicaré a lo que debo”
Yujin: “Bien y ¿Cuál es el plan? ¿Intimidar a Ichika, asustarla de por vida? Cuéntame”
Nekomina mira con filosos ojos a las audaces palabras de Yujin:
Nekomina: “No planeo eso. Solo quiero hacerle ver que las cosas no son como las cree”
Tomoyo: “Señorita…” — se inquita al ver dubitativa a Nekomina
Nekomina: “Descuida Tomoyo, estoy bien” — le sonríe y vuelve la mirada hacia Yujin — “no pretendo hacer nada malo. Esta será una prueba para ver si lo que Ichika desea tiene validez”
Yujin: “¿Segura que no para sentirte bien contigo misma?”
Nekomina: “…”— se queda pensativa por unos segundos — “quizás pero no quita el hecho de que priorizo la seguridad y bienestar de los inocentes y más vulnerables. Eso fue, es y será siempre así. La estuviste entrenando estos días y entiendo que su evolución es demasiado acelerada”
Yujin: “Para serte franco, es un genio”
Desde la salida del baño de chicas, Ichika camina hacia el centro de la plataforma con nada mas que su atuendo característico de sacerdotisa que le fue reparado y lavado luego de estar muchos días sin aseo y dañado por los combates que tuvo frente a los yokais y Kamal en su primer encuentro. La única diferencia es que se ha colocado una cinta blanca en la frente y tomado una espada antigua y oxidada en la armería junto al bar.
Nekomina termina de beber el agua de la botella y camina rumbo a la arena de entrenamiento mientras esta es rodeada por muchos subordinados y empleados que curiosos se acerca a ver a su jefa en acción y a la misteriosa chica de la tragedia en el templo de las montañas.
Las dos caminan hasta el centro y quedar cara a cara mientras una gigantesca presión las envuelve y hace temblar a los presentes en una atmosfera completamente pesada. Yujin observa desde el bar y Kyubo vigila en el borde de la plataforma por si Ichika es lastimada o sufre un colapso que requiera con urgencia ir al médico. A pedido de la líder yakuza, un grupo de sanadores con aparatos médicos y acompañados por una ambulancia que espera afuera del edificio espera por si la situación se torna difícil.
Nekomina se queda en silencio, mirando a la joven a los ojos:
Nekomina: “Esa mirada tuya sigue siendo intensa. Lo vuelvo a admitir, eres sorprendentemente valiente. Pero ¿tienes lo necesario para tal deseo de salvar a tu amigo?” — pregunta con la meta de probarla una vez mas
Ichika: “Estoy lista para lo que sea” — responde sin inmutarse
Nekomina: “Bien…demuéstralo”
Nekomina desenvaina su katana con el mango color azul y de un movimiento calculado donde mueve su arma contra el suelo y roza levemente la superficie, crea una barrera de púas que van dirigidas hacia Ichika. Salta a un lado para esquivar el ataque y rápidamente corre hacia Nekomina y así poder acortar distancia:
Nekomina: “Ah, con qué quieres atacarme de cerca ¿huh? ¡Creo que me subestimando!” — clava la espada sobre la plataforma y evoca su hechizo — “Magia de Hielo: Torbellino Gélido”
Un torbellino helado se forma desde donde se encuentra la espada y como si fuera una extensión de su propio cuerpo, lo maneja a voluntad hacia la chica. Kyubo da un paso al frente por instinto al verla en peligro, pero por detrás Yujin lo detiene:
Kyubo: “¿Qué haces? Puede ser peligroso para ella”
Yujin: “Tranquilo. Estoy seguro que Ichika poda demostrar que lo que dice no son solo palabras”
Kyubo: “¿Y si no?” — se enoja
Yujin: “Nekomina es alguien en quien confío, por favor haz lo mismo”
Ichika esquiva varias veces el torbellino dentro del escaso espacio que le queda para maniobrar:
Nekomina: “Por favor, solo ríndete. No quieras continuar con esto” — le ruega en voz baja
De repente, desaparece ante la vista de todos. La yakuza se da cuenta y mira hacia arriba que cae con su espada atacando de frente y sin preocuparse por su propia seguridad. Nekomina es tomada por sorpresa y con su torbellino a metros, pero sin margen de espacio ni tiempo para manejarlo, decide quitar la espada lo más rápido que puede y defenderse con un corte en dirección hacia el arma de la chica:
Nekomina: “Increíble, esta chica esperó para hacerme creer que la tenía contra las cuerdas y por esa razón se movió torpemente cerca del borde. Esto hizo que yo bajara mi guardia y luego se moviera muy rápido hacia arriba. Lo vea por donde lo vea es una táctica demasiado arriesgada pero que al final ha resultado en esto…maldición…no debería sorprenderme de una mocosa que ha enfrentado a un yokai de rango A+ en condiciones donde su enfermedad la está destrozando…por suerte los sanadores ya tienen órdenes de cuando acabe esto la puedan llevar a realizar estudios y esté en cama por unos días…aquí viene”
Las espadas chocan con tal violencia que sus elementos se dispersan por todo el lugar. Paredes y suelos que se congelan y relámpagos golpean columnas, vidrios y superficies ya congeladas. El lugar se vuelve un desastre y esto obliga a los presentes que se retiren urgentemente. Otros se quedan y forman barreras elementales para evitar que se siguen causando destrozos. Mientras tanto, ambas intentan empujar con sus armas y desestabilizar a la otra:
Nekomina: “Lo que le falta de experiencia y eso se nota, lo está compensando en poder. Pero su enfermedad le está pasando factura… ¿huh?” — mira como de la nariz de Ichika cae sangre, pero se mantiene firme y sin ceder mientras las ráfagas frías y eléctricas sacuden todo el lugar — “¿Por qué?” — mira los ojos de Ichika y observa cuan fuerte es su intención de vivir y pelear por sus amigos, recordándole una vez más a su hermana, Rikka — “¿Por qué sigues estando presente en ella? ¿Qué es lo que quieres decirme, Rikka?” — piensa
Ichika: “Yo solo quiero…” — murmura
Nekomina: “¿Qué dices?” — se pregunta mientras casi no puede verla por la corpórea manifestación de la energía mágica de ambas chocando
Yujin: “¿Huh?” — nota que Ichika hace un movimiento muy leve pero que logra distinguir
Ichika: “¡Yo solo quiero dejar de vivir avergonzada por haber perdido a las personas que más quiero! ¡Aunque tenga que morir en el intento, yo no voy a ceder!” — la hoja y empuñadura de la espada se funde en un aura eléctrica color violeta y de la superficie del cuerpo de ella se desprende una enorme cantidad de energía mágica que la dota de más fuerza y resistencia por breve tiempo — “Magia Eléctrica: Armadura Resplandeciente del Dios del Rayo”
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